Ortiz Mena y sus dos facetas históricas

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Dinero : 13 EXCELS I O R : L U N E S 5 D E N O V I E M B R E D E 2 0 0 7 DI C H OS Y H E C H OS
P O R F R A N C I S C O S U Á R E Z D ÁV I L A
A
Ortiz Mena y sus dos facetas históricas
ntonio Ortiz Mena, eminente mexicano, destacado secretario de Hacienda (19581970), artífice del llamado
“desarrollo estabilizador”,
falleció hace pocos meses,
a días de cumplir 100 años.
En algún lugar del cielo debe estar muy complacido, como lo estuvo su familia, ante el merecido homenaje organizado por el secretario Carstens, designando el Fondo Histórico de Hacienda en su memoria. En él hablaron
un ex Presidente de la República, tres secretarios de Hacienda, dos gobernadores del Banco
de México, una distinguida senadora de la República, un destacado empresario, dos presidentes del Banco Interamericano de Desarrollo, dos historiadores y un nieto de don Antonio, joven funcionario.
Característica importante: seis de los que
hablaron eran economistas egresados del
ITAM. “Ortiz Mena era de los abogados que
fueron buenos economistas”.
Todos destacaron los impresionantes resultados de su gestión: 11 años de crecimiento anual de 6.5%, inflación de 2.5% y aumento del salario real. Don Antonio debe estar
percibiendo, con la sonrisa irónica que le caracterizaba, que casi todos los oradores destacaron fundamentalmente una de sus dos facetas históricas: su compromiso para estabilizar precios y tipo de cambio, y preservar
finanzas públicas sanas.
Es verdad que Guillermo Ortiz señaló que
la estabilidad era para él sólo una condición
necesaria y no suficiente en el crecimiento, un
medio y no un fin. Aspe subrayó la importancia de la inversión pública en infraestructura, tema ahora en boga, con el fin de detonar
la privada y el crecimiento. Gil Díaz señaló
con gran altura que los logros de don Antonio
se sustentaron en la labor de los eminentes secretarios que lo precedieron: Suárez, Beteta
y Carrillo Flores. Casi todos señalaron, como
único pecado, que no hubiera desmantelado
Foto Archivo Excelsior
el proteccionismo. Pero el mensaje principal,
a coro, fue diáfano: la estabilidad.
Don Antonio, extrañado, diría: ¿Por qué
no se profundizó más en mi visión primordial de impulsar el crecimiento económico y
el desarrollo? En su libro Reflexiones sobre una
Época, destaca varios elementos de su política económica que brillaron por su ausencia
en los comentarios. Él escribió “el desarrollo
del sistema financiero era una pieza funda-
Colegio de Contadores Públicos de México, a.c. (CCPM)
L IC . J UA N CA R L OS R E Z A *
Reforma a la tributación
L
a Ley del Impuesto al Activo (LIA) contempla dos procedimientos para determinar el impuesto del ejercicio: uno genérico y otro optativo contenido en el artículo 5-A del citado ordenamiento.
El precepto consagra una opción de
tributación, según la cual los contribuyentes pueden
determinar el impuesto del ejercicio considerando el
gravamen actualizado que correspondió en el cuarto
ejercicio inmediato anterior de haber estado obligados al pago del impuesto en el citado ejercicio.
Si la opción es elegida, la misma se convierte en
obligatoria. Los contribuyentes adquieren el derecho y la obligación de seguir aplicándola en ejercicios
futuros. Con motivo de la reforma a la LIA en vigor a
partir del 1 de enero de 2007, el Legislativo reformó
de manera sustancial la forma para determinar la base gravable de la contribución, ahora se establece que
ésta únicamente se integrará con el valor de los activos del ejercicio, lo cual impide poder considerar el
valor de las deudas como sucedía hasta diciembre de
2006. Respecto a la opción de tributación, la misma
se reformó en dos sentidos: ¨Por una parte, se señala
que para efectos de determinar el impuesto del ejercicio, los contribuyentes deberán excluir las deudas correspondientes al cuarto ejercicio inmediato anterior;
y, por otra, mediante una disposición transitoria, se
establece que aquellos que a partir del ejercicio fiscal
2007 apliquen la opción de tributación, considerarán
el impuesto del cuarto ejercicio inmediato anterior, sin
deducir las deudas correspondientes al mismo.
En nuestra opinión, pareciera ser que la reforma
tiene una doble intención en cuanto al régimen opcional que nos ocupa. En primer lugar, aquellos contribuyentes que decidan aplicar la opción de tributación por primera vez, no podrán tomar la deducción
de las deudas existentes en el cuarto ejercicio inmediato anterior. En segundo lugar, los que ya la eligieron con anterioridad al 1 de enero de 2007, y continúen
aplicando, deberán excluir las deudas correspondientes al cuarto ejercicio anterior.
Que el Legislativo haya modificado la opción de
tributación que nos ocupa respecto de aquellos contribuyentes que la eligieron con anterioridad al 1 de enero de 2007 resulta inconstitucional, dado que no sólo
se desconocen derechos adquiridos, sino también situaciones jurídicamente perfeccionadas en el pasado,
consistentes en la posibilidad de calcular el impuesto
considerando el valor de los activos y deudas correspondientes al cuarto ejercicio inmediato anterior.
No obstante el problema de carácter constitucional, también existen argumentos jurídicos para sostener que, aquellos contribuyentes que eligieron la
opción de tributación con anterioridad al 1 de enero
de 2007, se encuentran autorizados para abandonarla. Los contribuyentes que en su momento optaron
por tributar bajo el régimen previsto por el artículo
5-A de la LIA, pueden dejar de hacerlo y en su lugar
aplicar el régimen general previsto en esa ley a efecto
de determinar el impuesto del ejercicio.
Esto es así pues la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN) ha determinado en una larga relación
jurisprudencial, que las normas jurídicas que emanan
de un procedimiento legislativo que cumple con las
formalidades establecidas para tal efecto, constituyen, de hecho, una nueva norma jurídica (nuevo acto
legislativo), no obstante que el Legislativo reproduzca íntegramente el contenido de una norma anterior.
Con motivo de la reforma que sufrió el artículo 5-A de
la LIA en vigor a partir del 1 de enero de 2007, no sólo
estamos en presencia de un nuevo acto legislativo, sino con mayor precisión, ante una nueva opción de tributación. Hasta el 31 de diciembre de 2006, establecía que el impuesto del ejercicio sería el que hubiere
correspondido en el cuarto ejercicio inmediato anterior, sin incluir, en su caso, el beneficio que se deriva
de la reducción a que se refiere la fracción I del artículo 23 del Reglamento de la LIA.
El artículo establece que, además de excluir el beneficio de la reducción contenida en el precepto reglamentario, los contribuyentes también deberán excluir
las deudas contratadas en el mismo. Estamos en presencia de dos opciones de tributación diversas, de tal
forma que la opción contenida no es la misma opción
que, en su caso, fue elegida con anterioridad a esta fecha. La opción de tributación elegida por los contribuyentes con anterioridad al 1 de enero de 2007, ha perdido obligatoriedad y por tanto, puede ser abandonada. El contenido de la disposición transitoria, para
aquellos contribuyentes que a partir del ejercicio fiscal
de 2007 “apliquen” la opción de tributación, considerarán el impuesto del cuarto ejercicio inmediato anterior, sin deducir las deudas correspondientes al mismo, según lo ha sostenido la SCJN, cuando una norma jurídica admita dos interpretaciones y sólo una de
ellas sea congruente con la Constitución, entonces deberá preferirse esta interpretación.
Para interpretar la norma transitoria de forma congruente con la Constitución, consideramos que lo correcto debe ser que sólo aplica para contribuyentes
que, a pesar de haber elegido con anterioridad al 1
de enero de 2007 la opción de tributación contenida en el artículo 5-A de la LIA, decidan seguir tributando al amparo de la citada opción, pero ello de forma “voluntaria”.
Si interpretamos la norma transitoria como “obligatoria” los que eligieron la opción con anterioridad
al 1 de enero de 2007, concluiríamos que esa norma es
inconstitucional por desconocer derechos adquiridos.
Es posible sostener que los contribuyentes que con
anterioridad al 1 de enero de 2007 eligieron la opción
de tributación contenida en el artículo 5-A de la LIA,
pueden abandonarla y, en su lugar, aplicar el régimen
general para determinar el impuesto del ejercicio.
* El autor es integrante de la Comisión Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM).
El artículo expresa la opinión del profesional. [email protected]
mental de mi estrategia económica (...) Durante la década de los sesenta se promovieron
medidas para su mexicanización”. Silencio.
Destacó la importancia de la asignación selectiva de crédito “que significaba dirigir los
flujos de crédito hacia las actividades de mayor rentabilidad económica y social para propiciar el desarrollo de largo plazo del país”.
Silencio. Subrayó el papel de las instituciones de fomento. “Nacional Financiera forta-
leció su estrategia de promover el desarrollo
industrial sin tomar el control directo de empresas”. Una dimensión importante fue la
creación de instituciones tendientes a impulsar el desarrollo: Fovi, para la vivienda;
Fomex, exportaciones; el Banco Nacional
Agropecuario. Silencio, salvo Pedro Aspe,
quien se refirió a la creación de Infratur para
impulsar a Cancún, el gran polo de desarrollo. Se insinuó que estas políticas fueron válidas en otras épocas. Después, muchas de las
instituciones se destruyeron o atrofiaron, lo
cual dejó al Estado mexicano casi inerme de
instrumentos para promover el crecimiento.
¡La historia muestra su vigencia! Los grupos la aprovechan legítimamente con miras a
fortalecer su visión de lo que es acertado y lo
que no. Así, en el homenaje, se rescata fundamentalmente el aspecto de la estabilidad
y la salud de las finanzas públicas, sin haber
encontrado en los últimos años la forma de
lograr el otro legado de don Antonio: el crecimiento. Otro elemento se evidenció. Don
Antonio y don Rodrigo Gómez, el otro artífice del desarrollo estabilizador, formaron una
escuela, sus miembros no ponen en duda que
crecimiento y estabilidad son complementos y no hay un dilema entre ambos. Pero sí se
generaron dos vertientes con cierta prelación
relativa hacia un aspecto o el otro. En la reunión no habló la corriente desarrollista, como Silva-Herzog o Fernández Hurtado, ambos muy cercanos a don Antonio, tampoco
estuvo presente Rafael Izquierdo, quien acuñó la frase “desarrollo estabilizador”. Ojalá
a futuro se equilibren las dos facetas de Ortiz Mena. ¡Su pragmatismo siempre desplazó al dogma!
Lo valioso es que se hizo un meritorio homenaje a una de las figuras más importantes
del México del siglo XX. Luis Alberto Moreno, citando a Ortega y Gasset, concluyó: “El
hombre es él y su circunstancia; los hombres
eminentes, como don Antonio, la superan”.
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