años pares, Fiestas Mayores - Plataforma digital de fiestas

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Aspe
años
pares, Fiestas Mayores
Fotografías: Ayuntamiento de Aspe, Asociación Cultural Upanel, Aguado Impresores y Gloria Mª Escoda
En la comarca del Medio Vinalopó un valle tapizado de viñedos se extiende en torno a Aspe (Alicante).
Tomado el lugar por Jaime II en 1296, fue repoblado por aragoneses tras la expulsión de los moriscos
a principios del siglo XVII, lo que aclara que, hallándose rodeada de municipios de habla valenciana,
la lengua de los aspenses sea el castellano. Un paseo por su casco antiguo partiendo desde la Plaza
del Ayuntamiento, en la que no pasarán desapercibidos la Iglesia y el Casino modernista, contribuye
a saborear su historia.
Cuando llega el esperado Agosto los calendarios anuncian la Fiesta de la Virgen de las Nieves.
Compartido su patronazgo con el cercano Hondón de las Nieves, la imagen de la Virgen es venerada
en Aspe los años pares, quedando los impares en el municipio vecino. La romería y actos populares
preceden a la Fiesta de Moros y Cristianos. Es año par, es tiempo de celebración.
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las
fiestas
L
a imagen de la Virgen de las Nieves regresa este
año en romería a Aspe, tierra donde fue coronada como Patrona canónica en 1965, para que
los devotos lugareños le rindan honor y pleitesía
las tres semanas de Agosto (entre el 3 y el 24),
tiempo que permanecerá en el templo parroquial Nuestra
Señora del Socorro.
La Presentación de las damas de honor
de las fiestas y el Pregón dan paso, el tercer
día de agosto, a la Procesión de la Patrona,
conocida como La Traída, en la que cerca de
20.000 personas participan en el traslado de la
imagen desde Hondón de las Nieves.
Conciertos, verbenas, teatro, exposiciones, pasacalles, cultos religiosos, engalanamiento de calles, ofrenda de flores y
fuegos artificiales amenizan las fiestas que
culminan el tercer domingo de estancia de la
Virgen. Este día se efectúa La Llevada: a las
cinco de la madrugada es portada
en romería hasta el pueblo vecino.
Durante el camino, se hace un alto
en la pinada de la Ofra para oficiar
una misa de campaña. El fervor y
la devoción popular lleva también a
muchos fieles de la provincia a acercarse hasta Aspe a venerar a la ‘Serranica’ en una fiesta de carácter
eminentemente religioso.
Los años impares celebra la fiesta
Hondón de las Nieves, que fue pedanía de Aspe hasta el año 1839,
motivo por el que comparten a la
Patrona.
Sin duda, la devoción por la Virgen de las Nieves centra los festejos
anuales de los aspenses, que también celebran los Moros y Cristianos, la Semana Santa, La Jira o
Último Jueves y la Fiesta de la calle
La Cruz.
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Nieves Martínez Berenguer es la primera mujer que gobierna el municipio alicantino de Aspe. Proclamada alcaldesa en
las pasadas elecciones municipales de 2007, esta docente estrena cargo político con un claro y definido objetivo: dar a
conocer, más allá de los límites de la Costa Blanca, la tierra que le vio nacer.
Por su fidedigna devoción a la Virgen de las Nieves, la Alcaldesa participa de lleno en las fiestas patronales de Aspe, las
más destacadas del municipio.
“Lo más importante es mi pueblo”, subraya con claridad y con rotundidad. En su primer protocolo festivo con el bastón
de mando, pretende estrenarse el día de la Patrona de la localidad con buena nota.
Javier Ramos.- Este año es par y, como reza la tradición, les corresponde a ustedes tener en posesión a la Virgen de las Nieves
durante tres semanas, periodo tras el cual volverá a Hondón de
las Nieves. ¿Cómo se lleva el compartir con un municipio vecino la
custodia de tan preciada imagen?
Nieves Martínez.- Es algo singular que forma parte de nuestra
tradición, por tanto se lleva con mucho respeto, al tiempo que los
lazos entre ambos pueblos, Hondón de las Nieves y Aspe, son de un
auténtico hermanamiento.
J.R.- Estas serán sus primeras fiestas como alcaldesa de Aspe.
Imagino que pretenderá estrenarse a lo grande para ofrecer una
grata imagen. ¿Se guarda alguna sorpresa para los vecinos del municipio? ¿Habrá alguna novedad en el desarrollo de la festividad?
N.M.- Desde siempre la venida de la Virgen ha supuesto ofrecer una
imagen resplandeciente de nuestro pueblo, y quiero destacar el esfuerzo que realizan los aspenses por engalanar sus casas y calles;
desde el Ayuntamiento también lo hacemos.
Por supuesto, sí que habrá alguna novedad este año en homenaje a la
reciente restauración que ha tenido la imagen de nuestra Patrona.
J.R.- Actos para no perderse.
N.M.- Destacaría la romería del 3 de Agosto que trae la imagen
hasta Aspe. Son momentos muy emotivos, al igual que cuando nos
la entregan en El Collao, la entrada en la Cruz de Orihuela y la entrada en la Plaza Mayor.
Tampoco hay que olvidar el retorno en romería, el tercer domingo,
a su camarín habitual de Hondón, la presentación de las Damas de
la Virgen y el Pregón que da inicio a las fiestas.
Pero el día de mayor solemnidad es el 5 de Agosto, festividad de
la Virgen, que este año contará con la presencia de los obispos
de Mondoñedo-Ferrol y
de Orihuela-Alicante, así
como la visita del Nuncio
de Su Santidad.
J.R.- Además de la Virgen
de las Nieves, Aspe cuenta con otra fiesta peculiar,
La Jira, ¿qué destacaría de
ella?
N.M.- La Jira o Último Jueves, llamado así porque se
celebra el último jueves
antes de la Cuaresma, es
un día en el que grupos de
personas, las Jiras, desfi-
lan por nuestro pueblo con un vestuario realizado por ellos para
la ocasión y que en la plaza concursan interpretando una canción
con letra original alusiva a esta fiesta. Más tarde marchamos al
campo en donde comemos el arroz con conejo y el postre típico
de ese día, las torrijas.
Es un día de colorido, alegría, diversión, música y lo más importante, buena convivencia.
J.R.- ¿Qué le hace a la Semana Santa de Aspe merecedora de
la declaración de Interés Turístico Provincial?
N.M.- Es una celebración antiquísima en nuestra localidad, que
cuenta con innumerables cofrades y con unas imágenes de gran
belleza plástica, portadas todas ellas a hombros.
La dignidad y solemnidad de sus procesiones se complementa
además con unos actos propios como la representación viviente
de las Marías y la Magdalena, la Mañanica de Pascua y el Sermón
de las Siete Palabras, también conocido como “El Monte”, un auto
sacramental en donde se escenifica los últimos momentos de Jesús en la Cruz.
Por lo que, tanto por el contenido de esta celebración como por el
trabajo y esfuerzo que realizan la Junta Mayor y todas las Cofradías, merece ser declarada de Interés Turístico Provincial.
J.R.- ¿Para el visitante que acuda a conocer alguna de las fiestas mencionadas, qué aspectos patrimoniales, gastronómicos o
naturales del municipio le aconseja no perderse?
N.M.- Hay una celebración de gran relevancia, me refiero a las
Fiestas de Moros y Cristianos. Les invito a que nos visiten del 7 al
10 de Agosto para contemplar las impresionantes entradas Mora
y Cristiana o la hermosa Embajada.
Les animo a visitar la hermosa Basílica de Nuestra Señora del
Socorro, asentada en la antigua mezquita árabe, expresión del
barroco valenciano levantino. Junto a ella podrán contemplar la
prestancia del Ayuntamiento, construcción del siglo XVII.
Vengan a degustar en nuestros excelentes restaurantes los gazpachos, “las pelotas”, el arroz “caldosico de ayuno”, la “olla podrida” o dulces tan exquisitos como los huevos montados y las
gachas con arrope.
No deben perderse la visita al Museo Arqueológico y Etnográfico,
así como al teatro Wagner para contemplar sus exposiciones y
espectáculos programados durante todo el año.
No dejar de visitar nuestros comercios y el Mercado de Abastos,
en donde podrán encontrar frutas y verduras frescas de la huerta
y un extraordinario y único embutido artesanal.
Pero sobre todo les aconsejo las terrazas de nuestras cafeterías
así como las plazas y parques, en donde encontrarán lo más preciado de mi pueblo: su gente, cuya cordialidad nunca olvidarán.
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historia y
tradición
B
ucear en el origen de las
fiestas patronales de Aspe
supone adentrarse en lo desconocido. La tradición popular afirma que todo comenzó
el 4 de Agosto de 1418. Los habitantes
de Hondón, pedanía de Aspe por aquel
entonces, conversaban sobre la orden
de dirigirse en rogativa a Biar. Dos peregrinos aparecieron en ese instante
preguntándoles por el camino de Yecla.
Ante la llegada de la noche, los pobladores de Hondón les ofrecieron hospedaje y continuaron su charla mostrando
deseos de tener una imagen propia de
la Virgen para no marchar a Biar. Los
viajeros manifestaron su condición de
escultores y prometieron una imagen
de la Virgen siempre que les permitieran hospedarse en la ermita de San
Pedro (actual iglesia de Nuestra Señora
de las Nieves, según esa misma tradición). Transcurridos cinco días sin dar
señales de vida, las autoridades locales
entraron en la ermita y descubrieron el
milagro. Los peregrinos habían desaparecido inexplicablemente, dejando en el
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altar una imagen de María Santísima.
Las viandas que les entregaron estaban
intactas y la campana de la ermita tañía
sin que nadie la tocase.
Avisado el párroco de Aspe se decidieron a ponerle nombre a la talla. Lo
hicieron por sorteo, con seis cédulas en
las que aparecieron varios nombres de
la Virgen María, y aunque nunca se incluyó el de “Virgen de las Nieves”, fue
el único que apareció en las tres ocasiones que se realizó el sorteo. Otro milagro había designado el nombre de la
patrona de Aspe.
Esto es lo que dice la tradición. Sin
embargo, las fuentes históricas no
confirman tales datos. Para empezar,
el Aspe de 1418 era un lugar habitado mayoritariamente por mudéjares,
es decir, musulmanes vasallos de doña
Violante de Bar, viuda de Juan I de Aragón. La población cristiana era mínima,
y tampoco se aprecia una conversión
en masa de mudéjares a la fe de los
conquistadores como haría pensar el
inicio de un nuevo culto mariano. Los
musulmanes de Aspe, al igual que los
de toda la comarca, permanecieron fieles al credo de sus antepasados hasta
las Germanías (1519-1522), cuando
se produjo la conversión forzada de
los sarracenos, transformados en cristianos nuevos o moriscos. La situación
no cambió demasiado, puesto que en
el año 1609, con la expulsión de estos
moriscos ordenada por Felipe III, Aspe
quedó deshabitado casi por completo,
iniciándose una lenta repoblación a partir de 1611.
Es en este periodo cuando aparecen
los primeros documentos históricos que
constatan un doble culto en la ermita
de Hondón: la Mare de Deu del Orito
del Fondó y Nuestra Señora de las Nieves. Los datos señalan el pago de una
dobla, o misa cantada, a la Virgen de las
Nieves en la festividad del 5 de Agosto.
Al parecer, esta dobla ya la pagaba la
aljama morisca antes de la expulsión.
Según indica la historiografía actual,
la población morisca rendiría culto a
Nuestra Señora de las Nieves hasta su
marcha. La llegada de nuevos poblado-
res con devociones propias haría disminuir la importancia de esta
advocación durante el siglo XVII. A partir de 1677 empezaría a
recuperarse el culto a la Virgen de las Nieves, posiblemente por
obra de Francisco Galvany, párroco de la iglesia Nuestra Señora
del Socorro de Aspe, devoto de la actual patrona. El culto se potenciaría en el siglo XVIII, y además comenzarían las disputas entre Hondón y Aspe por el traslado de la imagen desde su camarín,
situado en la primera localidad, hasta la segunda población para
celebrar la fiesta del 5 de Agosto. Estas divergencias se fueron
solucionando mediante una serie de concordatos elaborados bajo
la mediación del vicario episcopal (1769, 1776 y 1848)
El último concordato, el de 1848, es el que permanece hoy vigente. Se firmó tras la segregación de Hondón de las Nieves. Su
redacción indica que la imagen de la Virgen debe permanecer en
la iglesia de Hondón. Durante los años impares, las fiestas en honor a la patrona se llevan a cabo en dicha localidad, y los pares se
celebran en Aspe. Para ello se produce un traslado en romería el
3 de Agosto de cada año par, a las cinco de la tarde. El bochorno
del mes de agosto no impide que miles de aspenses realicen la
romería, y el cansancio del camino (diez kilómetros entre las dos
poblaciones) tampoco impide a los romeros acudir masivamente
a la Plaza Mayor, esa misma noche, para dar la bienvenida a la
Virgen y escuchar el Himno de Salutación “Miradla”, interpretado
por el coro Hijos de Aspe.
Independientemente de las disparidades entre la tradición popular y los datos históricos, en la actualidad, la devoción a la Virgen de las Nieves, también conocida como La Serranica, es uno
de los pilares de la identidad cultural de la población, un elemento
significativo de convivencia, una fiesta llena de emotividad que
ningún aspense quiere perderse.
Manuel Benítez Bolorinos
Profesor de Historia Medieval de la Universidad de Alicante
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otras
fiestas
E
l calendario festivo aspense refleja un conjunto variado de celebraciones. Coincidiendo en el tiempo con las Fiestas Patronales en Honor
a la Virgen de las Nieves se suceden los Moros y Cristianos, una
propuesta que este año cumple su 30ª edición. Entre las características
más destacadas se encuentra el nombre de las comparsas, que hacen referencia
a personajes del pasado de la localidad (Duque de
Maqueda, Moros Sulayman) y a parajes del término municipal (Aljau, Fauquí, Alcaná o Lanceros de
Uchel). Los desfiles y las retretas cada vez tienen
mayor espectacularidad, mientras que la Embajada
(creada por el escritor Juan Suárez a finales de los
años 70) impresiona por el lirismo que transmite el
Rey Moro en la derrota y el destierro.
Una fiesta llena de originalidad es la de La Jira.
Se trata de una celebración “precarnavalesca” realizada todos los años el jueves anterior al Miércoles de
Ceniza, es decir, al inicio de la Cuaresma, por cuyo
motivo se le conoce como el día del Último Jueves.
Se trata de una celebración campestre, en la que
los participantes suelen acudir a las casas de campo
para disfrutar de una jornada de convivencia, donde degustan una serie de platos típicos: arroz con
conejo y caracoles, torrijas y mistela. En los últimos
años las jiras, o peñas de amigos, participan en un
concurso de canciones organizado por la Asociación
Cultural La Jira, utilizando un vestuario parecido al
de los carnavales, pero sin máscaras. No se conoce
su origen concreto pero hay referencias desde principios del siglo XX.
En referencia a la Semana Santa, las primeras
cofradías religiosas surgieron entre los siglos XVI
y XVII. En el año 1883 se fundó la Hermandad de
Ntro. Padre Jesús Nazareno, y pocos años después,
la de San Juan. En la actualidad, además de las habituales procesiones en la Semana de Pasión, cabe
resaltar por su originalidad la representación viviente de las Marías y la Magdalena con jóvenes de la
población que, en ocasiones, son inscritas al nacer
por sus familiares para tener derecho a representar
tales personajes casi veinte años después.
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A orillas del río Vinalopó, la localidad alicantina de Aspe fue fundada por los árabes a mediados del siglo
XIII, alejada a tres kilómetros del Aspe viejo, romano y visigodo. Del actual se evidencia la superposición
de lo que significó la Reconquista, la expulsión de los moriscos, la repoblación cristiana y los acontecimientos de la historia moderna.
D
e su patrimonio destaca la Iglesia parroquial de Nuestra
Señora del Socorro,
erigida como Basílica
Menor, que fue levantada a mediados del siglo XVII, asentada
sobre la antigua mezquita árabe.
Se trata de una expresión del barroco levantino. No muy lejos de
allí se encuentra el Ayuntamiento, construido en el siglo XVII y
configurado con pórticos y arcos
pétreos. Tras su restauración,
acoge el Juzgado de Paz, el salón
de plenos, la sala de recepciones
y el archivo municipal.
Un paseo por el casco antiguo
permite rememorar el sabor del
pueblo árabe que dominó estas
tierras, con calles torcidas y
numerosos callejones sin salida.
Una buena muestra de baldosas
de cerámica valenciana con motivos religiosos decoran sus vías.
De época más reciente, el visitante podrá conocer el Teatro
Wagner, original de 1922. Cuenta con un aforo de 550 butacas y
en él se desarrollan todo tipo de
actividades teatrales, musicales
o cinematográficas. Colindante
a este edificio, se encuentra el
Auditorio Municipal Alfredo
Kraus, inaugurado en 1988 por
el propio tenor. Dispone de un
escenario de 400 metros cuadrados y capacidad para más de un
millar de personas. Los amantes
de exposiciones podrán visitar el
Museo Histórico (Avenida de la
Constitución, 42), enclavado en
la Casa del Cisco, que alberga
una sala de etnología y otra de
arqueología.
de tarayales y carrizales de gran
valor ambiental. No muy lejos de
allí nos topamos con los barrancos y cursos fluviales (Tabayá,
Los Cinco Ojos). En la cercana
umbría de la Sierra de la Ofra
el visitante puede encontrar la
masa forestal mejor conservada
del municipio. La presencia de
pinares, matorrales, espartales y
tomillares le otorgan un importante valor paisajístico.
En las afueras de Aspe se halla
el Castillo del Río. Se trata de
una fortaleza semiderruida de
origen árabe, construida en el
siglo XII en la confluencia del río
Tarafa con el Vinalopó. Un recorrido por el entorno del municipio permite al viajero descubrir
un paisaje diferente: las formaciones vegetales exuberantes
como las olmedas y alamedas
junto al río Tarafa. Se forman
en un territorio semiárido por
la acción de los cursos de agua
de carácter temporal o permanente. También en el término
municipal se encuentra uno de
los mejores tramos conservados
del cauce del río Vinalopó, donde las condiciones de cierta salinidad permiten el crecimiento
Como pueblo de interior, Aspe
ofrece una variada y rica gastronomía. En su mesa destacan los
gazpachos, ajos, arroz caldoso
de cerdo y las pelotas. El arroz
y conejo está presente en todas
las estaciones. Con la Cuaresma
se saborean platos de gran tradición: la olla podrida y el trigo
picao. Entre los postres destacan
los huevos montados, la almojábanas, los rollicos, los sequillos o
las gachas con arrope. Si hablamos de frutas, sin duda la uva, en
su extendida variedad Aledo, es la
estrella. Su calidad le hace participar de la Denominación de Origen
Uva embolsada del Vinalopó.
guía
práctica
i: ) 966 919 900
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