58 EL PAÍS, viernes 20 de junio de 2014 sociedad Un grupo de científicos trabaja en la Sima de los Huesos, en Atapuerca (Burgos). / javier trueba-madrid scientific films Los humanos de Atapuerca ya tenían rasgos neandertales Los científicos presentan siete nuevos cráneos de hace 430.000 años hallados en el yacimiento de la Sima de los Huesos P La evolución empezó por la masticación ALICIA RIVERA Madrid Ningún yacimiento paleontológico en el mundo se acerca siquiera a la riqueza de la Sima de los Huesos, en Atapuerca (Burgos). Si un diente de un homínido supone todo un descubrimiento en cualquier sitio, en esa cueva se han recuperado ya 17 cráneos, algunos de ellos completos, y un total de casi 6.500 fósiles con unos 430.000 años de antigüedad. Un festín para los científicos que aporta conocimientos profundos. “Los hombres de la Sima de los Huesos son el comienzo de la evolución neandertal, son los más antiguos de ese linaje”, expli- ca Ignacio Martínez, profesor de la Universidad de Alcalá y científico de Atapuerca. “Los rasgos de la cara y los dientes de los individuos de la sima son típicos neandertales, mientras que la forma de su cráneo sigue siendo arcaica”, continúa. “Todo apunta a que la primera evolución hacia el linaje neandertal está relaciona- da con la masticación, y son modificaciones que tenían que ver con el uso intensivo de los incisivos, como si utilizaran los dientes como tercera mano para ayudarse en múltiples tareas”, asevera. Los científicos presentan hoy en la prestigiosa revista Science, en un artículo de investigación destacado, sus últimos descubri- mientos de la Sima de los Huesos, incluidos siete nuevos cráneos, que han elevado a 17 la cifra de estas piezas del esqueleto claves para los paleontólogos del yacimiento. “Es la mayor colección de fósiles humanos antiguos recuperados en una excavación y su estudio arroja luz sobre el origen y evolución de los neandertales”, destaca la revista. “Basándonos en la morfología, pensamos que la gente de la Sima de los Huesos forman parte del linaje neandertal, aunque no tienen por qué ser necesariamente ancestros directos de los clásicos neandertales”, avanza Juan Luis Arsuaga, codirector de la excavación. La evolución humana en el continente europeo de hace unos 500.000 años supone una encruci- El rompecabezas de reconstruir los fósiles “Los fósiles de la Sima de los Huesos… Es como tener 28 rompecabezas de 206 piezas cada uno”, dice Ana Gracia, especialista en la reconstrucción de huesos de esta colección de fósiles de Atapuerca. 28 porque es el número, como mínimo, de individuos de los que los investigadores han recuperado ya restos en el yacimiento; 206 piezas, explica Gracia, porque es el número de huesos del esqueleto humano... de los individuos de la sima también. No es que estén los 28 completos, pero a la hora de investigarlos hay que tener en cuenta ese grupo de individuos diferentes, de ambos sexos y de todas las edades, desde preadolescentes. Gracia, investigadora Ramón y Cajal en la Universidad de Alcalá, lleva casi 30 años trabajando en el equipo de la Sima de los Huesos y los homínidos son para ella su “otra familia”, dice. Ha visto crecer este tesoro paleonto- Ana Gracia reconstruye cráneos de la Sima de los Huesos en su laboratorio. / javier trueba-madrid scientific films lógico desde los primeros trocitos de hueso descubiertos —una decena— hasta más de 6.500 en la actualidad, recuerda. “Intentas tener todos los fósiles en la cabeza para ir averiguando a quién puede corresponder cada uno, a medida que los vamos sacando”, apunta. Hay huesos humanos de todos los tamaños en la sima, explica Gracia, y las fracturas que presentan son muy limpias. Además, no están deformados. Ella se ocupa, sobre todo, de los cráneos. Se han recuperado ya 17: “El número 4, apodado Agamenón, apareció entero; el número 5 casi, pero está muy completo y tiene su mandíbula. Tenemos cráneos en todas las fases de reconstrucción”, añade. El balance de todos estos años de dedicación científica a la Sima de los Huesos es rotundo para Ana Gracia: “Apasionante. Un lujo, un privilegio, un placer”. 59 EL PAÍS, viernes 20 de junio de 2014 sociedad jada para los estudiosos. En líneas generales, el escenario que emerge a la vista tras los últimos descubrimientos es que los humanos que salieron del continente ancestral de la humanidad, África, por Oriente Medio, se extienden por Eurasia. Hace 1,2 millones de años ya estaban en Atapuerca, como atestigua la presencia de los fósiles del yacimiento de El Elefante. “Se forman poblaciones aisladas que van separándose evolutivamente y de vez en cuando hay extinciones, creemos que condicionadas por las glaciaciones”, explica Martínez. “Desde luego es un período más complejo de lo que pensábamos”. Hace en torno a 500.000 años se sitúa en el norte de la Península Ibérica la población de la Sima de los Huesos, “que serían como una tía materna de los posteriores neandertales, no necesariamente la madre”, añade este científico. Es decir, que el ancestro directo de los neandertales sería alguna de esas poblaciones próximas a los humanos de la Sima de los Huesos, ya con rasgos que serían luego distintivos del linaje. “Lo que está claro es que no había entonces una única especie humana, sino varias conviviendo en el territorio”, remata. Los neandertales viven en el continente europeo desde hace 200.000 años hasta que, hace unos 30.000 o 40.000, desaparecieron. Con su territorio se habían hecho los humanos actuales, nuestra especie, entrados también desde África como una nueva oleada por Oriente Medio, hace en torno a 50.000 años. Estos se cruzaron “ocasionalmente con los neandertales, pero los dos grupos tenían ya algunos rasgos de incompatibilidad”, comenta en Science Jean Jaques Hublin, experto del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania). Por esa escasa probabilidad de tener crías viables al cruzarse las dos especies, o porque los cruces fueron muy escasos, hay genes neandertales en nuestro genoma, pero no muchos. Hublin califica la Sima de los Huesos como un “tesoro paleontológico”. Una de las primeras conclusiones que presentan en Science Arsuaga y sus colegas —firman el artículo científicos de cuatro continentes y de varias generaciones, desde los veteranos de la excavación a los becarios actuales— es que las modificaciones faciales de tipo neandertal que identifican en los cráneos apuntan hacia una evolución de tipo mosaico. Es decir, surgieron grupos de rasgos anatómicos funcionales en diferentes momentos de la evolución, descartando así la hipótesis alternativa, es decir, que la evolución fue un continuo más o menos uniforme en el tiempo. La Sima de los Huesos es una pequeña cámara en el fondo de un sistema de cuevas en la sierra de Atapuerca, recuerdan los investigadores. Los fósiles humanos están mezclados con restos de carnívoros, sobre todo osos. La acumu- lación de cadáveres debió de producirse en un episodio único y no en un proceso prolongado en el tiempo. Los expertos no tienen una explicación definitiva sobre este punto. Lo cierto es que están ahí, que hay campañas de excavación desde 1984 y que el tesoro crece cada año, cuando en julio el Los científicos están estudiando si se trata de una nueva especie Los homínidos usaban los dientes como tercera mano en múltiples tareas equipo que lidera Arsuaga regresa a la cueva para continuar la delicada labor durante un mes. La datación del yacimiento ha sido difícil. Primero se dio una antigüedad de 300.000 años, luego se subió hasta 500.000 y ahora se ha establecido en algo menos. “Las fechas más convincentes proceden de los análisis de series de uranio, de luminiscencia y de paleomagnetismo”, explica desde EE UU Warren Sharp, especialista del Centro de Geocronología de Berkeley, quien ha trabajado en la sima y es uno de los firmantes del artículo de Science. “La datación por series de uranio de los carbonados adheridos al cráneo número 4 indican un rango de edad entre 410.000 años y 470.000 años con la edad más probable de 434.000 años”, precisa. Y los otros dos métodos citados dan resultados compatibles, apostilla. Con todo lo completo que es el nuevo trabajo sobre los humanos de la Sima de los Huesos, deja en el aire una cuestión importante: ¿de qué especie de trata? Los 28 individuos preneandertales se habían clasificado como Homo heidelbergensis, una especie europea algo anterior en el tiempo. Pero Arsuaga y sus colegas lo descartan ahora en su artículo, a raíz del estudio de tan abundante material fósil. Desde luego, todavía no son neandertales, aunque presenten ya algunos de sus rasgos, junto con otros primitivos. “En evolución humana, nombrar una especie es un paso delicado que hay que hacer aportando suficientes pruebas”, comenta Martínez. “Así que lo estamos valorando, pero, si hay un lugar en el mundo donde se puede nombrar bien una especie por la abundancia de fósiles es la Sima de los Huesos”, concluye. Cráneo número 17 de la Sima de los Huesos (Atapuerca). / javier trueba-madrid scientific films ‘Juego de tronos’ en el Pleistoceno Medio ANÁLISIS Juan Luis Arsuaga La publicación de este último artículo en la revista Science culmina muchos años de trabajo en el yacimiento de la Sima de los Huesos de Atapuerca, cerrándose así un ciclo que comenzó hace ahora 20 años… cuando éramos jóvenes. En efecto, el año 1993 se publicaron, ocupando la portada de la revista Nature —la otra grande, con Science—, tres cráneos encontrados en la campaña del año anterior. Henry Gee, el editor de la revista, aún nos recuerda cada vez que nos vemos su sorpresa y asombro cuando abrió el sobre que contenía las fotos de los tres cráneos junto con el texto del artículo el día de Nochebuena de 1992. Desde entonces se ha continuado trabajando en el yacimiento y en el laboratorio, reconstruyendo pacientemente otros cráneos, porque son muchos, casi 30, los esqueletos que se acumularon en la sima hace más de 400.000 años, según las nuevas dataciones que también se presentan en este artículo. El resultado es verdadera- mente espectacular, sin precedentes. Esta es la única población que podemos decir que realmente conocemos de una especie extinguida de homínidos —ahora se suele escribir homininos, pero prefiero mantener el término clásico—. Los demás fósiles de su época, en todo el mundo, son restos aislados y, por lo general, incompletos. Prácticamente no se sabe nada del esqueleto del cuerpo, y los cráneos son muy raros. Además de describir los fósiles y compararlos con otros, en el trabajo publicado se presenta una interpretación de síntesis de la evolución humana en Europa y del origen de los neandertales, con los que los fósiles de la sima están relacionados, como venimos diciendo desde finales de los años ochenta. Y es que esta fantástica colección permite conocer cosas importantes sobre el patrón evolutivo. Dos en particular. La primera es que el desarrollo de los rasgos típicos de los neandertales no se dio a la vez en todas las regiones del cráneo, sino que empezó en la cara y el aparato masticador, con el que está muy relacionada, y luego se extendió a otras partes del cráneo. Gracias a que se dispone de tantos cráneos es posible conocer el volumen de los encéfalos de la población y varía entre poco más de 1.000 y 1.400 centímetros cúbicos. El promedio es más bajo que el actual, pero los cerebros más grandes de la sima superan a los de muchos de nosotros. Luego, los neandertales de- Los cerebros más grandes de los humanos de la sima superan a los de muchos de nosotros sarrollaron cerebros aún más grandes pero su forma era distinta —más alargada y más baja— que la de la especie a la que pertenecemos. Tal vez su mentalidad fuera también distinta. Por otro lado, y esto es lo más emocionante, de nuestro estudio parece deducirse que a lo largo de Europa, y más allá, existía no una, sino muchas poblaciones locales (o paleo-demes, como las llamamos), que se extendían y se encogían según les fuera, disputándose el territorio. Muchas de ellas, en el tiempo de la sima, pertenecían a la gran familia neandertal, pero parece que convivían con otras estirpes más arcaicas, si las dataciones que se atribuyen a ciertos fósiles europeos son correctas. Incluso es posible que intercambiaran genes. Así podría explicarse que no sea del tipo neandertal el ADN mitocondrial de un fémur de la Sima de los Huesos publicado el año pasado. Y de tarde en tarde llegaba el apocalipsis en forma de glaciación que hacía inhabitable gran parte del continente. Las poblaciones que vivían en territorios que quedaron cubiertos por el hielo tendrían que emigrar o extinguirse. Algo parecido a la saga Juego de tronos que vemos en la televisión. Con su “llega el invierno” y todo. Juan Luis Arsuaga es catedrático de la Universidad Complutense y director del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamientos Humanos.