IBI: R 323-2011 - Ayuntamiento de Valencia

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AJUNTAMENT DE VALÈNCIA
JURADO TRIBUTARIO
REFERENCIA
Reclamación económico-adva. nº: 00408/2011//IBI/GE.
Interesado: D. EDUARDO
Asunto: Reclamación económico administrativa contra Resolución Municipal nº, de 23-112010 en materia de IBI.
RESOLUCIÓN Nº /2011
En Valencia, a 21 de octubre de 2011.
En la reclamación económico-administrativa arriba referenciada, se ha adoptado el
siguiente ACUERDO:
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- D. EDUARDO interpone reclamación económico-administrativa, en
fecha 23-2-2011 (RGE del Ayuntamiento de Valencia nº ), contra la Resolución municipal
nº, de 23 de noviembre de 2010 en materia de IBI.
SEGUNDO.- Por el Servicio de Gestión Tributaria Específica-IBI se remite el
expediente administrativo nº H4950/2010/337, y también el número H4950/2010/1666.
TERCERO.- De conformidad con lo solicitado por el reclamante, por Providencia
del Jurado Tributario de 16-3-2011, notificada el 22 siguiente, se le puso de manifiesto el
expediente al interesado por plazo de un mes, para que pudiera formular las alegaciones y
aportar la prueba que a su derecho conviniera. En fecha 31-3-2011 comparece el interesado
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en la Oficina del Jurado Tributario manifestando que ratifica las alegaciones efectuadas en
el escrito de interposición en sus propios términos.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Concurren en la presente reclamación económico-administrativa los
requisitos de legitimación, competencia y plazo establecidos en la Ley 58/2003 General
Tributaria, la Ley 7/1985 reguladora de las Bases de Régimen Local, el RD Legislativo
2/2004 por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Haciendas Locales
(TRLRHL) y el Reglamento del Jurado Tributario (BOP nº 8 de 10-1-2007).
SEGUNDO.- Para la adecuada comprensión de las cuestiones jurídicas planteadas
conviene clarificar los antecedentes que se extraen tanto del expediente administrativo
como de la propia reclamación económico-administrativa.
1.- Mediante Escritura Pública de Liquidación de la sociedad conyugal, en régimen
de gananciales, formalizada en fecha 18 de octubre de 1999 por los cónyuges D. Eduardo
y Dª María Asunción se adjudica a ésta el pleno dominio de la vivienda sita en, de
Valencia.
2.- Dicha alteración no es declarada ante el Catastro por quien tenía la obligación
legal -la adquirente de la propiedad, sra. - , razón por la cual las liquidaciones del IBI en el
año 2000 y en los sucesivos periodos impositivos continúan efectuándose a quien figuraba
hasta 1999 como sujeto pasivo del IBI, D. Eduardo.
3.- D. Eduardo comunica al Catastro el cambio de titularidad del inmueble indicado
en fecha 9 de mayo de 2009, recayendo Acuerdo de la Gerencia Regional del Catastro de
fecha 16 de julio de 2009, mediante el que se da de baja al solicitante en la titularidad
catastral del inmueble que nos ocupa con efectos retroactivos del día 18 de octubre de
1999, causando alta como titular catastral del mismo Dª María Asunción.
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De igual modo, el Sr. también comunicó al Catastro en fecha 25 de mayo de 2009
el cambio de titularidad respecto de la plaza de garaje sita en C/, recayendo un segundo
Acuerdo en fecha 4 de septiembre de 2009, por el que causa igualmente baja en la
titularidad de este inmueble con efectos del día 8 de septiembre de 2001.
4.- D. Eduardo, tras serle informado -con objeto de hacer efectivo el pago de un
impuesto sobre vehículos de tracción mecánica-, que tenía anotado un embargo por impago
de varios recibos de IBI de 2007, 2008 y 2009 correspondientes a la expresadas vivienda y
plaza de garaje, presenta escrito el día 5 de julio de 2010 (folios 2 a 12, inclusive, del
expediente H4950/2010/) al que acompaña copia de los acuerdos catastrales antes citados,
y en el que alega que, al no ser estos inmuebles de su titularidad, la obligación tributaria
del IBI no puede recaer sobre él dado que no es sujeto pasivo de dicho impuesto desde las
fechas a las que se retrotraen los precitados acuerdos catastrales. En consecuencia, solicita
“se tome razón” de los cambios en la titularidad catastral “con los efectos retroactivos
señalados en las resoluciones de la Gerencia Regional del Catastro”, antes detalladas.
Además, y consecuencia de lo anterior, insta la anulación de la providencia de embargo de
sus bienes, que trae su causa en el impago de las liquidaciones de IBI.
5.- La solicitud de referencia es tramitada como un recurso de reposición que
concluye con la Resolución municipal impugnada nº de fecha 23-11-2010. En ella se hace
mención a dos liquidaciones de IBI: la liquidación con referencia BI 2008 08 1992640 0,
ejercicio 2008, por importe de 502,68 euros, por el inmueble sito en; y la liquidación con
referencia BI 2009 08 2084360 0, ejercicio 2009, por importe de 58,41 euros, por el otro
inmueble, o sea, la plaza de garaje sita en. En el Fundamento de Derecho Tercero (que
viene a reproducir el contenido del Hecho Segundo) la Administración tributaria reconoce
lo siguiente: “Tercero.- Por Acuerdo de la Gerencia Regional del Catastro de 16 de julio
de 2009 y 4 de septiembre de 2009 causa alta Dª María Asunción como titular catastral del
inmueble sujeto al impuesto desde 18-10-1999 y 8-09-2001, por lo que procede anular la
liquidación impugnada y aprobar nueva liquidación al titular actual”.
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En base a ello, en su parte dispositiva se estima “parcialmente el recurso” anulando
la liquidación BI 2009 08 2084360 0 (punto 1º) correspondiente a la plaza de garaje, y
aprobando una nueva a Dª María Asunción (punto 2º), con reconocimiento del derecho a
la devolución del ingreso indebido (punto 3ª) “a quien acredite haber efectuado el pago de
la liquidación anulada”.
6.- Sin embargo, y a pesar de lo razonado en el antes citado Fundamento de Derecho
Tercero, a continuación, en el Fundamento de Derecho Cuarto de esta misma resolución
(reiterado en el punto 4º de la parte dispositiva) se procede a desestimar la anulación de la
liquidación del Impuesto sobre Bienes Inmuebles respecto a la liquidación de referencia BI
2008 08 1992640 0, ejercicio 2008, por el inmueble sito en y constando como sujeto pasivo
de la misma D. Eduardo, por entender que devino firme, al no haber sido impugnada,
“resultando improcedente su devolución, con fundamento en que se trata de una pago
indebido, ya que supondría desvirtuar a posteriori un acto firme.” En dicha resolución se
le otorga, como recurso procedente, la reclamación económico-administrativa ante este
Jurado Tributario.
7.- Según informe del Servicio de Gestión de Emisiones y Recaudación (GER) de
20 de mayo de 2011, evacuado a solicitud de este Jurado, las actuaciones de embargo de
cuentas en entidades de crédito, así como el embargo de devoluciones tributarias seguidas
por dicho Servicio para el cobro en periodo ejecutivo de las liquidaciones de IBI
apremiadas “se produjeron con resultado negativo”. Por tanto, es lo cierto que no se ha
registrado hasta la fecha ingreso alguno respecto de la liquidación de referencia BI 2008 08
1992640 0, ejercicio 2008, que constituye el ámbito objetivo de la presente reclamación.
TERCERO.- Contra la anterior resolución formula reclamación económicoadministrativa, argumentando, en síntesis, que la desestimación de la anulación de la
reiterada liquidación del IBI, ejercicio 2008, por el inmueble sito en contraviene la
regulación contenida en los artículos 61 (hecho imponible), 63 (sujeto pasivo), 75-2
(devengo y periodo impositivo) y 76-1 (Declaraciones ante el catastro Inmobiliario) del
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TRLRHL; así como también los artículos 9 (titular catastral) , 10 y 13 (régimen de
incorporación al Catastro mediante declaraciones) del Texto Refundido de la Ley del
Catastro Inmobiliario (TRLCI) aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2004, de 5 de
marzo.
Asimismo cita en apoyo de su pretensión la Sentencia del Tribunal Supremo de 20
de septiembre de 2001, en la que, estimando un recurso de casación en interés de la Ley,
que resuelve un supuesto idéntico al aquí contemplado, fija doctrina legal en el sentido que
quien adquiere con arreglo a derecho la propiedad asume en ese momento la posición de
sujeto pasivo del IBI, siéndole por ello exigible en el siguiente devengo, con independencia
de que cumpla o no con su obligación de efectuar la declaración por cambio de titular ante
el catastro.
CUARTO.- La adecuada resolución de la presente reclamación requiere discernir
las dos cuestiones jurídicas que plantea. En primer lugar, como cuestión preliminar, hay
que dilucidar si se ajusta o no a derecho la liquidación del IBI aquí impugnada, en la que
se plantea la problemática jurídica originada por la discordancia entre la persona que
ostenta el derecho de propiedad sobre un inmueble y quien figura como titular catastral del
mismo. A continuación, y para el caso de que aquélla no se ajuste a derecho, deberemos
pronunciarnos acerca de si, atendidas las circunstancias antes detalladas, la liquidación
impugnada puede ser objeto de revisión y anulación en el momento presente, tal como
postula el reclamante, o bien, por el contrario, estamos ante un acto firme que no puede ser
desvirtuado a posteriori.
La primera cuestión, esto es, si se ajusta a derecho la liquidación impugnada, ha de
ser
respondida en sentido negativo. El art. 61 del TRLHL determina que constituye el
hecho imponible de este impuesto la titularidad de, entre otros y por lo que aquí interesa, el
derecho de propiedad sobre bienes inmuebles rústicos, urbanos o de características
especiales. En concordancia con esta definición
del elemento subjetivo del hecho
imponible, el art. 63-1 del mismo TRLRHL atribuye la condición de sujeto pasivo a la
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persona “que ostente la titularidad del derecho que, en cada caso, sea constitutivo del
hecho imponible de este impuesto”.
No obstante la claridad de estos preceptos, las dificultades originadas por la gestión
compartida del IBI entre la Administración del Estado y los Ayuntamientos, unida a la
obligación que, salvo una excepción a la que más adelante hacemos referencia, se impone
a éstos de gestionar el impuesto aplicando la información obrante en el Catastro, ha
generado una notable conflictividad en los supuestos en los que, como sucede en el
presente, existe en la fecha del devengo una clara discordancia entre la persona que ostenta
el derecho de propiedad sobre un inmueble y quien, aún figurando como titular catastral
del mismo, ha dejado de ser propietario, por haber trasmitido válidamente su derecho en el
ejercicio anterior al devengo de la liquidación en cuestión. Las dudas que pudieron surgir
han sido despejadas por el Tribunal Supremo, al fijar doctrina legal en la sentencia de 20
de septiembre de 2001, que precisamente ha sido invocada por el reclamante.
Reproducimos por su interés los argumentos expuestos por
el Alto Tribunal en el
Fundamento de Derecho Cuarto:
“Por lo que aquí interesa la propiedad de los bienes gravados es la determinante de
la sujeción al impuesto, rigiéndose dicha propiedad por las normas de Derecho Civil,
incluida su transmisión, lo que, en caso de otorgamiento de escritura pública y si otra cosa
no acuerdan los intervinientes en ella, presume la entrega, que constituye al adquirente en
titular del derecho y con ello, en sujeto pasivo del impuesto.
El acceso al catastro de la variación jurídica, que la transmisión supone, debe ser
facilitado por los interesados mediante las correspondientes solicitudes de baja y alta
respectivamente, cuyo incumplimiento ciertamente constituye infracción sancionable, pero
no obliga al pago del tributo a quien, por no ser ya propietario, no es sujeto pasivo del
mismo, sin que otra cosa pueda deducirse del texto de los artículos 77 y 75 de la Ley de
Haciendas Locales que la Sentencia recurrida invoca y que lo único que hacen,
respectivamente, es fijar las condiciones de la gestión del impuesto y las obligaciones de
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información de los contribuyentes, por un lado y por otro, fijar el devengo, el periodo
impositivo y los efectos en el periodo siguiente de las variaciones físicas, jurídicas o
económicas que se producen en los bienes gravados, sin que para que ello les afecte -en el
siguiente periodo impositivo, se entiende- quede supeditado a su constancia en el catastro,
como se sostiene en la Sentencia recurrida, cuya tesis es gravemente dañosa para el interés
general, al derivar el gravamen sobre quien ya no debe soportarlo.”
En base a estas consideraciones el Tribunal Supremo fija doctrina legal respecto de
la interpretación que debe darse en este supuesto al art. 61, en relación con el 65 de la LHL
(actuales artículos 61 y 63 del TRLRHL) en los términos siguientes:
“El sujeto pasivo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles es el propietario de los
mismos, cuando de dicho derecho se trata y dado que los efectos traslativos del dominio,
en caso de otorgarse escritura pública y si otra cosa no se acuerda en ella, se producen
desde su formalización, el adquirente asume en ese momento la posición de sujeto pasivo
del IBI, a quien le será exigible en el siguiente devengo, con independencia de que cumpla
o no con su obligación de efectuar la declaración de la variación jurídica por cambio de
titular y esta tenga acceso al catastro, todo ello sin perjuicio de la responsabilidad en que
se haya podido incurrir por incumplimiento de dicha obligación.”
Fue precisamente esta doctrina legal del TS la que determinó que la reforma
operada en la Ley de Haciendas Locales a través de la Ley 51/2002, de 27 de diciembre,
incluyera en el entonces art. 78-7 de la misma (actual art. 77-7 del TRLRHL), la facultad de
los Ayuntamientos de efectuar una “liquidación provisional” al propietario en los supuestos
en que resulte acreditada, con posterioridad
a la emisión del padrón catastral, la no
coincidencia del titular catastral con el sujeto pasivo, o sea del propietario, sin necesidad de
esperar a acuerdo catastral de modificación del titular catastral.
En consecuencia, al haber trasmitido D. Eduardo su parte alícuota de propiedad
mediante Escritura Pública de Liquidación de la sociedad conyugal formalizada en fecha
18 de octubre de 1999, la obligación tributaria del IBI no puede recaer sobre él dado
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que no es sujeto pasivo de dicho impuesto desde el ejercicio siguiente al acto traslativo
del dominio. Por el contrario, y siguiendo el criterio vinculante del Tribunal Supremo, será
la adquirente, Dña. María Asunción, quien debe asumir desde ese ejercicio la posición de
sujeto pasivo del IBI, y a quien por ello, en expresión del criterio interpretativo de los
artículos 61 y 65 (ahora 63 del TRLRHL) de la LHL fijado por el TS, “ le será exigible en
el siguiente devengo, con independencia de que cumpla o no con su obligación de
efectuar la declaración de la variación jurídica por cambio de titular y esta tenga acceso
al catastro” ; una obligación que viene impuesta al adquirente del derecho gravado por el
IBI en el art. 13-1 del TRLCI (reiterado por el art. 76-1 del TRLRHL) y que, dicho sea de
paso, incumplió la sra.
QUINTO.- La segunda de las cuestiones aborda la problemática que surge cuando
un acuerdo catastral altera, con efectos retroactivos, el titular catastral y, por ende, uno de
los elementos esenciales de toda liquidación, como es el sujeto pasivo, y ello afecta a una
liquidación
que
no fue
impugnada en los plazos habilitados al efecto, debiendo
dilucidarse si, a pesar de ello, se ajusta a derecho su revisión y anulación, tal como postula
el reclamante, o bien, por el contrario, estamos –como sostiene la resolución recurridaante un acto firme que no puede ser desvirtuado a posteriori, lo que encontraría acomodo
en el principio de intangibilidad de la actividad administrativa firme.
Debemos partir recordando que el IBI está configurado como un impuesto de
gestión compartida entre la Administración del Estado y los Ayuntamientos, de manera que
se puede diferenciar entre unas actuaciones que forman parte de la gestión catastral, que
compete a la Administración del Estado a través de la Dirección General y de las Gerencias
Regionales del Catastro, a las que siguen, en orden secuencial, unas actuaciones tributarias,
que competen al respectivo Ayuntamiento. Entre las primeras, están las de inscribir las
alteraciones jurídicas que se producen por los cambios de titularidad catastral, a través de
los procedimientos de gestión propios previstos en la normativa del Catastro. Pero entre las
segundas, esto es, de gestión tributaria correspondiente al respectivo Ayuntamiento, está el
gestionar el impuesto necesariamente “a partir de la información contenida en el padrón
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catastral y en los demás documentos expresivos de sus variaciones elaborados al efecto
por la Dirección General del Catastro”, como dispone el artículo 77-5 del TRLRHL. Esta
gestión compartida aparece ya en la doctrina reiterada del Tribunal Supremo, iniciada por la
Sentencia de fecha 5 de julio de 2002 (Aranzadi RJ 2002\8228) y continuada, entre otras
muchas, por las Sentencias de 28 de marzo de 2003 (Aranzadi RJ 2003\3801), de 14 de
noviembre de 2003 (Aranzadi RJ 2004\460) y de 16 de enero de 2004 (Aranzadi RJ
2004\480), 31 de octubre de 2006 (RJ 2006\7843) y. 20 de febrero de 2007 (RJ
2007\888).
De la regulación armonizada de los dos
textos legales
que resultan
aplicables, el TRLHL y el TRLCI, como sabemos, así como de la propia doctrina emanada
del TS en los aludidos pronunciamientos, se concluye, como ha puesto de relieve nuestra
doctrina científica, que en realidad esa gestión compartida encierra una clara dependencia o
subordinación de la gestión municipal respecto de la catastral.
Pues bien, aplicado este marco general
al supuesto de
variación jurídica
sobrevenida en la titularidad catastral de un inmueble, que es lo que nos ocupa, no admite
dudas que cuando la administración catastral, dentro de su ámbito competencial, acuerda
una alteración catastral de esta naturaleza y la incorpora al Catastro Inmobiliario con
efectos retroactivos, al amparo de lo previsto por el art. 17 del TRLCI, estamos ante lo que
el precitado art. 77.5 de TRLRHL denomina “documento expresivo de una variación” del
padrón catastral que se aprueba anualmente para cada periodo impositivo. La consecuencia
directa en el ámbito de la gestión tributaria que debe producir la comunicación al
ayuntamiento gestor de un documento firme expresivo de una variación de la titularidad
catastral, como el aquí incorporado, no puede ser otra que la anulación de la liquidación o
liquidaciones aprobadas inicialmente según los datos contenidos en el respectivo padrón
catastral, que se vean afectadas por la retroactividad y que no hayan prescrito, con la
correlativa emisión de nuevas liquidaciones giradas a la persona que resulte ser sujeto
pasivo del impuesto. Esa es la interpretación que debe darse a la obligación que se impone
a los Ayuntamientos en el repetido art. 77-5 del TRLRHL de gestionar el impuesto “a partir
de” la información contenida en el padrón catastral, o en los posteriores acuerdos que
supongan
variaciones
del mismo. Y ello sin perjuicio de que aquellas
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iniciales
liquidaciones hayan sido impugnadas o no, porque este precepto no distingue a este
respecto entre unas situaciones y otras.
SEXTO.- Descendiendo al caso que plantea la presente reclamación, ninguna
objeción merece que el Sr., formule solicitud de baja en la titularidad de los referidos
inmuebles ante el Catastro, de conformidad con lo previsto en el art. 15 del TRLCI ,
precepto éste que, concordante con los artículos.13-1 del TRLCI y 76-1 TRLRHL,
dispone:“Podrá formular solicitud de baja en el Catastro Inmobiliario, que se acompañará
de la documentación acreditativa correspondiente, quien, figurando como titular catastral,
hubiera cesado en el derecho que originó dicha titularidad.” Se trata pues de
una
comunicación que para el transmitente no es obligatoria sino potestativa.
Pues bien, una vez que le fue notificado el acuerdo de la Gerencia Regional del
Catastro de 16 de julio de 2009, y siendo así que el Ayuntamiento le exige el pago de –
entre otras que no son del caso- la liquidación de IBI de 2008, el ahora reclamante se limita
a instar, en el escrito de día 5 de julio de 2010, la ejecución del referido acuerdo del
catastro ante la administración municipal, concluyendo con la petición de que ésta “tome
razón” , lo que significa, según el Diccionario de la RAE, que se haga “constar en un
registro lo que en él debe copiarse, inscribirse o anotarse” . Y así es porque, cuando se
presentó dicho escrito en julio de 2010 –casi un año después de adoptado el acuerdo
catastral-, el Ayuntamiento ya podía, o, mejor dicho debía, haber ejecutado de oficio dicho
acuerdo, sin necesidad de ser requerido a ello por persona interesada, a menos que se
hubiera omitido la notificación de aquél al ayuntamiento.
De esta forma, la Resolución municipal impugnada nº, de fecha 23-11-2010, es un
acto encuadrable dentro de la gestión tributaria del impuesto, que no es sino continuación
de la gestión catastral derivada de los acuerdos catastrales 16 de julio de 2009 y 4 de
septiembre de 2009. Tal como ya hemos dicho en los puntos 5 y 6 del Fundamento de
Derecho Segundo precedente, la Administración tributaria así lo reconoce expresamente en
el Fundamento de Derecho Tercero de dicha resolución (que viene a reproducir el
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contenido del Hecho Segundo): “Tercero.- Por Acuerdo de la Gerencia Regional del
Catastro de 16 de julio de 2009 y 4 de septiembre de 2009 causa alta Dª María Asunción
como titular catastral del inmueble sujeto al impuesto desde 18-10-1999 y 8-09-2001, por
lo que procede anular la liquidación impugnada y aprobar nueva liquidación al titular
actual”.
Pero, a continuación, de forma incongruente, en el Fundamento de Derecho Cuarto
de la misma resolución -punto cuarto a su vez de la parte dispositiva- se procede a
desestimar la anulación de la repetida liquidación de referencia BI 2008 08 1992640 0,
ejercicio 2008, por importe de 502,68 euros, por el inmueble sito en GV Fernando el
Católico nº 1 pta 13 y constando como sujeto pasivo de la misma D. Eduardo, por entender
que devino firme, al no haber sido impugnada, en los términos siguientes: “resultando
improcedente su devolución, con fundamento en que se trata de una pago indebido, ya que
supondría desvirtuar a posteriori un acto firme.” Cuando no se trata en realidad de una
revisión de un acto firme sino de la ejecución de un acuerdo de alteración catastral firme,
que tiene efectos retroactivos, como ya se ha expuesto precedentemente. Además, la
resolución incurre en un claro error de hecho al motivar la decisión en la negativa a
devolver - “con fundamento en que se trata de un pago indebido”. dice-, una liquidación
que no ha sido todavía pagada, tal y como quedó dicho en el punto 7 del relato de hechos
obrante en el Fundamento Segundo anterior.
SEPTIMO:- Por último, hay que resaltar que los Juzgados y Tribunales del orden
Contencioso-Administrativo vienen declarando que es innecesario que se haya impugnado
en los plazos habilitados al efecto una liquidación del IBI para que deba ser declarada nula
si un posterior acuerdo catastral altera, con efectos retroactivos, alguno de sus elementos
esenciales. Dicho de otro modo, aunque la liquidación tributaria sea firme, la
administración municipal ha de ejecutar las resoluciones administrativas -o judiciales- que
modifican con efectos retroactivos alguno de sus elementos esenciales; entre los que se
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encuentra la condición de sujeto pasivo del impuesto. Baste citar la sentencia nº 63/2010,
de 5 de febrero, dictada por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 1 de Valencia,
que en un asunto idéntico al aquí resuelto, estimando el recurso interpuesto, anuló dos
liquidaciones del IBI aprobadas por este Ayuntamiento y no recurridas en periodo
voluntario –o sea, firmes-, porque el Catastro acordó en 2009 la baja de la actora en la
titularidad catastral del inmueble en
cuestión con efectos retroactivos de 1985.
Reproducimos, por su directa traslación a este supuesto el Fundamento de Derecho
Segundo de la sentencia:
“SEGUNDO.- Sentados los términos del debate resulta determinante para la
resolución del presente recurso la prueba documental aportada por la actora consistente
en la resolución de fecha 6 de noviembre de 2009 de la Gerencia Regional del Catastro
por la que se estima el recurso de reposición interpuesto por la actora y que modifica el
acuerdo emitido en su día sobre la titularidad de la finca catastral 42301YJ3542G00001ZL
y se reconoce el cambio de titularidad y cese de la actora en la misma con efectos desde el
día 26 de julio de 1985, lo que viene a avalar plenamente la pretensión de la actora
debiendo ser estimado el presente recurso en su integridad, pues ha quedado debidamente
acreditado que desde el 26 de julio de 1985 la actora dejo de ser propietaria de la finca
gravada con el IBI objeto de debate, por lo que no puede tener la condición de sujeto
pasivo en las liquidaciones de los ejercicios 2005 y 2006.”
En conclusión de lo expuesto, este Jurado Tributario entiende que, en aplicación de
lo dispuesto en los artículos 61 , 63 y 77-5 del TRLRHL procede anular la liquidación del
IBI-2008 de referencia BI 2008 08 1992640 0 en la que figura como sujeto pasivo D.
Eduardo, pues ha quedado debidamente acreditado que desde el 16 de julio de 1999 la
actora dejo de ser propietaria de la vivienda gravada con el IBI objeto de debate, por lo que
no puede tener la condición de sujeto pasivo en dicha liquidación del ejercicio 2008. Todo
ello sin perjuicio de que, como resultado de la gestión tributaria del IBI, se proceda a
practicar nueva liquidación tributaria a quien resulte sujeto pasivo del impuesto en el
ejercicio 2008.
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Por todo lo expuesto, este Jurado Tributario, actuando de forma colegiada, en su
sesión celebrada el día de hoy, ha acordado por unanimidad:
1º.- ESTIMAR la reclamación económico-administrativa nº 00408/2011//IBI-GE
interpuesta por D. EDUARDO contra la Resolución municipal nº, de 23 de noviembre de
2010 en materia de IBI, en cuanto a la desestimación referente a la liquidación de referencia
BI 2008 08 1992640 0, que se anula.
2º.- NOTIFICAR el presente acuerdo a la parte reclamante haciéndole saber que
contra el mismo cabe recurso contencioso-administrativo ante los Juzgados de lo
Contencioso-Administrativo de Valencia en el plazo de dos meses desde el día siguiente a
su recepción.
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