Letanías a nuestra Señora del Buen Consejo

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Virgen del Buen Consejo, ruega por nosotros.
Virgen Santa, a Ti llegamos con nuestra
incertidumbre para la búsqueda y encuentro de la
Verdad y el Bien. Ven en nuestro auxilio, Madre
del Buen Consejo. Porque los caminos del mundo
están llenos de errores que alteran nuestras
mentes y nuestros corazones y nos podemos
perder.
Tú, sede de la Sabiduría y Estrella del Mar,
ilumina a los que dudamos y nos equivocamos,
para que los falsos bienes no nos engañen; danos
fuerza para resistir las pasiones y el pecado.
Intercede ante tu Divino Hijo, por nosotros ¡oh
Madre del Buen Consejo!, para que amemos la
virtud en los momentos inciertos y difíciles y
abracemos todo aquello que nos lleva a Él.
Si tu mano nos sostiene, caminaremos
firmes por los senderos de la vida, cumpliendo el
Evangelio y, después de haber seguido libres y
seguros en la vida terrenal, bajo tu maternal
Estrella Luz de la Verdad y de la Justicia,
gozaremos contigo en la vida futura de la Plena y
Eterna Luz. Amén.
Letanías a nuestra Señora del Buen Consejo
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros,
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Dios Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo Dios,
ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María,
ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
“
Santa Virgen de las vírgenes,
“
Madre del Buen Consejo,
“
Hija del Padre celestial,
“
Madre del Divino Hijo,
“
Esposa del Espíritu Santo,
“
Templo de la Santísima Trinidad,
“
Puerta del Cielo,
“
Reina de los ángeles,
“
Decoro de los profetas,
“
Consejera de los apóstoles,
“
Consejera de los mártires,
“
Consejera de los confesores,
“
Consejera de las vírgenes,
“
Consejera de todos los Santos,
“
Consejera de los atribulados,
“
Consejera de las viudas y de los huérfanos,
“
Consejera de los enfermos,
“
Consejera de los afligidos y de los prisioneros,
“
Consejera de los pobres,
“
Consejera de todos los necesitados,
“
Consejera en todos los peligros,
“
Consejera en todas las tentaciones,
“
Consejera de los pecadores que se convierten,
“
Consejera de los moribundos,
“
En todos los acontecimientos y necesidades,
aconséjanos.
En las dudas e incertidumbres,
“
En las tristezas y contrariedades,
“
En todos los peligros y desgracias,
“
En las empresas y negocios,
“
En todas nuestras necesidades,
“
En las cruces y en los sufrimientos,
“
En todas nuestras tentaciones,
“
En las persecuciones y calumnias,
“
En toda agravio recibido,
“
En los peligros de alma y cuerpo,
“
En todos los acontecimientos de la vida,
“
En la hora de nuestra muerte,
“
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten piedad de nosotros.
D. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
T. Para que obtengamos el don del Buen Consejo.
Oremos:
Oh Dios , que has dado a Maria por Madre de tu dilectisimo Hijo y te has dignado de glorificar
su imagen mediante una aparición milagrosa, concédenos te suplicamos que siguiendo
siempre sus consejos, podamos vivir según tu Corazón y alcancemos la Patria Celeste. Por el
mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amen
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