RETIRO DE MATRIMONIOS “NACIDO PARA COMUNICARSE” Dios soñó y plasmó al hombre tal como EL es : en una apertura donante y recipiente, siendo cada hombre un proyecto integrado en un conjunto de proyectos, entre los que, cada uno sin perder la individualidad, compartiera la riqueza de los demás y a su vez enriqueciera a todos. El hombre fue llamado, no para permanecer ahí, como si fuera un ser acabado y encerrado sino para superarse, trascender sus propias medidas, en comunión con todos los demás. La persona no es un ser “para sí” ni “hacia sí”. La persona es por su naturaleza tensión y movimiento hacia el otro, hacia el otro centro subjetivo que vive su propia individualidad. En la medida en que el hombre se abre y se da, en esa misma medida es libre y en esa misma medida madura y ama. El destino del hombre, la medida de su madurez es la entrega de su riqueza interior y, al mismo tiempo, la participación de la riqueza de los demás. COMUNICACIÓN no significa, pues , conversación ni intercambio de frases, preguntas y respuestas ; ni siquiera significa, exactamente diálogo. Antes bien, es relación y revelación interpersonal. Hay en la comunicación, un amplio juego en el que se cruzan recíprocamente y se interproyectan las individualidades. Hay intercomunicación de conciencias, por la que el otro vive en mí y conmigo, y yo vivo en él y con él. “LA COMUNICACIÓN EN SÍ, EN PAREJA Y EN GRUPO” La comunicación interpersonal supera el concepto de medio o instrumento para establecer relaciones o intercambiar informaciones, aun siendo todo eso. Pero tampoco es sólo una necesidad esencial, con un valor simbólico excepcional en una sociedad carcomida por la incomunicación. Es también una capacidad que tienen las personas – comunicabilidad – con un sistema propio dependiente de sus actitudes, del concepto de sí, de la orientación que imprimen a sus vidas, etc… Consecuentemente, es una constante – una dimensión – de la persona, por la que siempre estamos comunicando, incluso cuando hablamos de los demás o callamos. ¿Qué buscamos, qué queremos conseguir con la comunicación? Por una parte, la comunicación tiene un sentido trascendente cuando manifestamos nuestra propia existencia y la del otro, trascendiéndolas ambas en cuanto que alargamos la persona más allá de sí misma. Así también, manifestando nuestro modo de pensar, los contenidos de la experiencia, nuestras emociones y sentimientos, logramos una más plena y mutua realización y desarrollo personal. Pero, además, la comunicación expresa un sentido comunitario, en la medida en que persigue el contacto y la relación con otras personas, valorándolas por sí mismas y favoreciendo la unidad entre ellas. No se nos escapa, por último, el sentido práctico de la comunicación cuando, a través de ella, tratamos de encontrar tareas comunes, momentos de solaz o entretenimiento, solución a nuestros problemas o una terapia preventiva de los mismos. El tema de la comunicación interpersonal en la pareja es de extraordinaria actualidad e importancia, dada la presión que nuestra sociedad ejerce sobre ella con sus estructuras e iniciativas despersonalizantes y masificadoras. Satisfacer esta necesidad comunicativa – esencial e ineludible – ofrece infinitas posibilidades como vehículo integrador de la unidad y del amor – comunión – de la pareja, si la comunicación es profunda, auténtica, y no se encierra en el egoísmo de los propios intereses, sino que sale al encuentro del otro para experimentar y compartir la vida con él. La comunicación en la pareja Construye un “nosotros” personalizante A la vez que denuncia una sociedad neurótica y narcisista Construye unas relaciones privilegiadas de perdón A la vez que denuncia una sociedad subyugada por la agresividad y el anonimato Libera de toda alieneación personal A la vez que denuncia una sociedad que se jacta de ofrecer falsas seguridades Fomenta espacios de gratuidad, de alegría, de desahogo e intrascendencia A la vez que denuncia una sociedad competitiva que absolutiza la eficacia Interpreta y vive la interrelación sexual como comunicación integral y forma completa del diálogo en el amor A la vez que denuncia una sociedad superficial y complaciente con el eros. TRABAJO PERSONAL Miedos y dificultades para la comunicación No por mucho hablar nos comunicamos mejor. Sin duda, una de las conclusiones a que nos lleva la experiencia propia y ajena es que comunicarse bien es difícil. Esta dificultad surge tanto de la misma naturaleza de la comunicación como de las personas y de la cultura que nos está tocando vivir. La falta de comunicación es algo tan extendido y real – precisamente cuando tenemos al alcance los medios más sofisticados y vamos disponiendo de más tiempo para el ocio – que la incomunicación es, prácticamente, una categoría del hombre contemporáneo. El objetivo de esta reflexión personal es poner nuestra atención en aquellas dificultades, aquellos miedos que emanan más directamente del comportamiento humano. Se trata de revisar uno a uno los difrerentes miedos, identificar aquellos que nos afectan más y relacionarlos con distintas situaciones en las que se nos hayan presentado tanto en pareja como en grupo. MIEDO A SER UNO MISMO La absorbente preocupación por el yo ¿Soy fruto de esta cultura narcisista que me envuelve y que me impide acercarme al otro de forma espontánea y gratuita? La imagen de nosotros mismos ¿Me preocupa la imagen que doy al otro cuando le dirijo la palabra? El miedo a manifestarnos tal como somos ¿Evito que aparezcan las zonas oscuras en las que escondemos celosamente una parte de nosotros mismos? : La introversión como repliegue sobre sí mismo por rabia, miedo o desgana. El pudor como un ir levantando murallas a nuestro alrededor con lenguajes y comportamientos solapados. La objetivización del lenguaje que coloca fuera de juego los problemas personales, traspasando la comuncación a cotilleos insustanciales, perdiendo así el verdadero sentido de las palabras. El miedo a ser influenciado por el otro ¿Estoy siempre a la defensiva? ¿Temo cambiar mis propios esquemas? MIEDO A EXPRESARNOS COMO SOMOS El diálogo excesivamente racional ¿Evito la implicación afectiva? ¿Me da miedo comprometer la totalidad de mi persona? Los mecansimos de defensa ¿Intento no hablar para no verme comprometido/a? ¿Funciono a veces, para defenderme, de forma autoritaria, agresiva, irónica o en silencio? ¿Utilizo algunos de estos mecanismos de defensa? : Rechazo del otro Rubor ante lo que el otro pueda pensar Miedo a preocupar al otro Desconfianza Falta de autenticidad MIEDO A LA COMUNICACIÓN La dificultad del lenguaje ¿Me resulta difícil expresar con palabras lo que llevo dentro? ¿Soy capaz de controlar lo que digo en situaciones de conflicto o cuando el estado de ánimo está alterado? ¿Tengo miedo a que lo que digo sea mal interpretado? La incapacidad receptiva ¿Soy capaz de dejar hablar al otro? ¿Estoy dispuesto/a a escucharle? ¿Tengo una predisposición positiva hacia lo que recibo del otro? La timidez ¿Me cuesta entrar en relación interpersonal con los demás? ¿Cómo reacciono frente a esta dificultad? Los conflictos ¿ Cómo me comunico cuando estoy en situación de conflicto o de tensión? La rutina ¿Procuro crear un clima para la comunicación o me dejo llevar por la rutina hacia una vía en la que aparentemente no hay conflictos? La prisa, el cansancio, el estrés “¿Cuándo podemos hablar con tranquilidad?” ¿Es esta una pregunta que me hago a menudo? ¿Busco espacios de comunicación en mi ajetreada vida y les doy prioridad? OTROS MIEDOS Otras dificultades o miedos ¿Qué otros miedos, dificultades o trabas existen en mi forma de comunicarme con los demás? Oh Dios, dame la serenidad Para aceptar las cosas Que no puedo cambiar. La valentía para cambiar las cosas que puedo. Y la sabiduría para discernir la diferencia entre ambas. TRABAJO EN PAREJA El diálogo como base de la comunicación “ ¿Tu verdad? No. La Verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela.” Antonio Machado “En la aurora del mundo, encontramos al hombre como un ser plenamenta abierto. Para con Dios, el hombre era como una amapola ante el sol : de brazos abiertos, confiante y confidente. Efectivamente al caer el sol, todas las tardes, Dios se paseaba con el hombre en el jardín, como un amigo con otro amigo. Dios le descubría sus planes e intenciones, y entre los dos circulaba una corriente de gran intimidad. El hombre nació dialogando. El hombre apareció en el mundo abierto también a su compañera, a su descendencia, a las criaturas todas a las que puso nombre, signo de comunicación. Nació, en una palabra, en un diálogo fraterno y cósmico, como en un gran concierto sin desafinaciones con toda la creación. El hombre no conoció la soledad.” Centramos ahora la atención en el diálogo como base de toda comunicación. No parece superfluo recordar la dificultad que conlleva el aprender los hábitos de diálogo y lo peligroso que sería creer que el diálogo es, por sí mismo, la panacea para resolver todos los problemas. En pareja, el diálogo es un herramienta básica. Por ello todo esfuerzo de aprendizaje en este campo, especialmente durante los primeros años de convivencia, será sumamente enriquecedor, porque crea el hábito y va dando ocasión de superar dificultades que surgen del temor, de la vergüenza, de la desconfianza, etc… El diálogo NO ES : Una discusión de ideas, buscando quién tiene razón o cómo conjuntar las opiniones de los dos. Hablar de otros, aunque sea sin espíritu de crítica, en un simple comentario. Una simple información de las cosas acaecidas o de los acontecimientos previsibles. Es algo muy diferente del telediario o de la sobremesa. Un monólogo, aunque se haga a dúo. Una técnica. El diálogo conyugal tiene poco de técnica y mucho de actitud y de ejercicio. Una cuestión de temas importantes. La vida está hecha de acontecimientos ordinarios y de convivencia de personas, y éste es tema suficiente. El objetivo de nuestro trabajo en pareja será el de definir qué entendemos por diálogo y cuáles deben ser sus características. En un primer tiempo, vamos a poner en común los miedos y las dificultades personales para la comunicación que hemos identificado en la reflexión personal. ¿Qué miedos o dificultades hemos identificado? Analizarlos conjuntamente y añadir otros que puedan surgir de la experiencia de la pareja. ¿Cómo afectan estas dificultades a la comunicación de la pareja? En un segundo tiempo, vamos a trabajar a partir de siete palabras que os proponemos para ayudaros a encontrar las características que deberían definir el diálogo en vuestra pareja. DISPONIBILIDAD ¿Creemos en la eficacia del diálogo y estamos dispuestos a aceptar de antemano sus exigencias? Cuando dialogas con tu cónyuge, ¿qué pretendes? ¿qué buscas? ¿Estamos dispuestos a aceptar la verdad y el bien como el otro la vive o la siente, no como a mí me parece? ¿Tenemos esa actitud de búsqueda y de interés para no sólo recibir las palabras del otro sino buscar una intercomunicación, un encuentro? Disponibilidad para el diálogo es quererlo, es buscarlo, es estar lo bastante pendiente del otro como para satisfacerle en lo que pueda desear. ESCUCHA ¿Crees que el otro tiene siempre algo interesante que aportar? ¿Piensas a menudo que tienes más razón que tu cónyuge? ¿Te esfuerzas por entender siempre lo que dice el otro? La escucha requiere una actitud receptiva, escuchar es más que oír, es abrirse por dentro. Escuchar exige humildad y paciencia, pues ninguno tiene toda la verdad. Escuchar exige sobre todo amor, en los gestos, en la mirada, en la actitud de la persona. EXPRESIÓN ¿Tu hablar es impositivo, a la defensiva o acusador? ¿Sucede de vez en cuando que terminas enfadado? ¿Tu manera de hablar fomenta el diálogo o corta la confianza? ¿Eres terco en tus ideas, hay ironía en tus expresiones? El mejor diálogo se produce cuando se dicen las cosas como se ven y sienten, buscando las expresiones que, siendo claras, sean al mismo tiempo amorosas. ADAPTACIÓN ¿Ha habido entre vosotros algún descuerdo simplemente por no hablar del problema? ¿Cómo se puede resolver el problema cuando los cambios en las personas no se producen al unísono? ¿Cómo encontramos los momentos adecuados para hablar en nuestra ajetrada vida social y familiar? ¿Tenemos en cuenta el estado de anímo de cada uno para estar seguros de que hay el clima necesario que invita al diálogo? ¿Cómo conseguir ese clima, esa intimidad? El diálogo te debe permitir tomar las medidas justas de cómo es el otro en cada momento, lo mismo que el sastre renueva las medidas cada cierto tiempo, así en cada circunstancia podréis dar el paso adecuado para seguir caminando al unísono. El diálogo necesita tiempo y requiere escoger el momento y el lugar oportunos. COMPLICIDAD ¿Teneis en cuenta que aquello que os une es la base para el diálogo y que las diferencias son la base para complementaros? Analizar como influyen ambas cosas en vuestra comunicación. ¿Cómo os ayuda el diálogo a descubrir y a conocer al otro? ¿Cómo entran en juego los sentimientos en el diálogo? ¿Existe la suficiente confianza para que vuestro diálogo sea auténtico? ¿Qué otros medios existen en el diálogo además de la palabra? El diálogo hace consciente y expresiva esa relación interpersonal que por venir del amor, no tiene límite. La eficacia del diálogo está en comunicar los sentimientos con la mayor simplicidad y realismo, siempre en actitud de amor. APERTURA ¿Qué lugares o momentos os ayudan más para abriros en el diálogo? ¿Teneis en cuenta al otro, lo respetais y lo valorais profundamente? ¿Os sucede a veces que, antes de que el otro hable, ya habeis menospreciado lo que va a decir? ¿Acostumbrais a tener presente a Dios cuando dialogáis de vuestra vida? Valorar al otro significa maravillarse un poco ante lo que es y lo que dice. La rutina de la vida tapa muchas cosas bonitas y el diálogo ayuda a descubrirlas. Valorar al otro exige que la confianza se gane antes de exigirla. REVELACIÓN ¿Qué es lo que os impide ser espontáneos y superar los miedos, los complejos, el orgullo y los falsos pudores? ¿Somos capaces de revelar nuestra intimidad al otro cuando dialogamos? Haced este ejercicio : poneros uno frente al otro y mirarle como mira Dios, con sus mismos sentimientos, unos minutos así, en silencio. Luego compartid lo que habéis sentido cada uno. El diálogo imita el estilo de Dios que, a través de la revelación y de la oración, ha establecido un continuo diálogo con la Humanidad, diálogo pleno porque no se reduce a un intercambio de ideas sino a una comunicación de vida. Cristo, presente en el matrimonio por el sacramento, vive intercambiando de continuo su vida con los esposos. Un matrimonio no puede ser silencioso. TRABAJO EN GRUPO La comunicación es apertura a los demás Con frecuencia tenemos miedo a entrar en comunicación con los demás. Estamos convencidos de que hay que hacerlo, pero no nos agrada ya que vislumbramos riesgos. Entramos en una sabrosa comunicación con los que tienen afinidad con nosotros. Pero en comunidad, los gustos están fuera d e circulación. Estamos dispuestos a acoger al otro, pero con tal de mantenerlo a cierta distancia. Resulta doloroso entregar la propia intimidad. Cuesta rasgar el velo de nuestro propio misterio, porque nos sentimos propietarios de nosotros mismos. Jesús llama “amigos” a sus discípulos precisamente porque rasgó el velo de su intimidad, y les comunicó los secretos que le había entregado el Padre. Para comunicarse se necesitan coraje y amor. Pero hay algo más : el abrirse es también un arte, y como todo arte, la comnunicación exige aprendizaje. EL JUEGO DEL DOMINO A partir de las siete palabras que hemos trabajado para caracterizar el diálogo en pareja, vamos a jugar al domino para aprender las reglas de la comunicación en grupo. 1. Se juega por parejas. 2. Se reparten tres fichas a cada pareja. 3. Para empezar el juego, hay que colocar una ficha doble. La pareja que la coloque debe intentar definir lo que se entiende por la palabra escrita en la ficha. Al mismo tiempo se plantea un miedo o una dificultad que tenga que ver con el tema. 4. La siguiente pareja colocará una ficha con dos palabras. Pero para hacerlo debe : Proponer una solución al problema expuesto por la pareja anterior colocando la palabra que coincide con la ficha. Proponer un nuevo un nuevo miedo o una nueva diferencia que tenga que ver con la otra palabra de la ficha, o bien compartir lo que se ha hablado del tema durante la mañana. 5. El juego se continua colocando fichas y siguiendo las reglas expuestas anteriormente. 6. Gana la pareja que coloque antes todas sus fichas. En cada comunidad debería crearse un verdadero culto al diálogo : creer en el diálogo, esperar en el diálogo, cultivar el diálogo. El diálogo es un arte donde no hay rutas ni pautas preestablecidas. Sólo dialogando se aprende a dialogar, igual que al niño, que sólo dando pasos aprende a andar. La comunidad debe crear y amar el diálogo porque él : desenlaza todos los nudos, disipa todas las suspicacias, abre todas las puertas, soluciona todos los conflictos, madura la persona y la comunidad, es el vínculo de la unidad y de la paz, es el alma y la “madre” de la Comunidad.