Prácticas para un Parto Saludable de Lamaze® International #5: Evite Dar a Luz Acostada sobre la Espalda y Siga las Sensaciones de su Cuerpo para Pujar Joyce DiFranco, RN, BSN, LCCE, FACCE En una clase de Lamaze, una mujer embarazada pregunta acerca del pujo durante el nacimiento: “En el hospital donde tengo planeado dar a luz hay una cama para partos, pero aún veo muchas fotografías que muestran a mujeres dando a luz acostadas con las piernas levantadas. ¿Existe alguna ventaja de una posición contra la otra? También he escuchado que aguantar la respiración al pujar no es seguro para el bebé, entonces ¿cómo puedo empujar a mi bebé de manera segura?” A través de la historia, el arte ha representado en imágenes que las mujeres han utilizado muchas posiciones para dar a luz a sus bebés, incluyendo de pie, sentadas, a gatas y acostadas sobre su costado. Hasta que los doctores comenzaron a usar fórceps en el siglo XVII, las mujeres rara vez eran representadas dando a luz acostadas sobre su espalda. Con la ayuda y estímulo de miembros de su familia y las parteras de la comunidad, las mujeres en trabajos de parto usaban objetos como postes y sogas para hacer palanca mientras pujaban. Usualmente usaban soportes de nacimiento o taburetes para ayudarlas a ponerse en cuclillas, agacharse o arrodillarse (Grupa & Nikodem, 2000). Más recientemente, la investigación nos ha ayudado a entender cómo las mujeres pujan durante el parto cuando no hay nadie diciéndoles que deben pujar de cierta forma. Las mujeres que siguen sus propias necesidades de pujo generalmente esperan a que se forme cada contracción y después pujan por aproximadamente cinco segundos, toman unas pocas respiraciones cortas y vuelven a pujar. (Roberts & Hanson, 2007). En contraste, una encuesta reciente de mujeres que dieron a luz en los Estados Unidos en 2005, reportó que 57% dio a luz acostada sobre su espalda, y un 35% adicional dio a luz recostada en una posición semi-sentada (Declercq, Sakala, Corry & Applebaum, 2006). Solo un 21% de las mujeres encuestadas siguieron sus impulsos de pujar. El resto de las mujeres informaron que las enfermeras u otros proveedores de servicios de salud les dijeron que pujaran de cierta manera. Posiciones para Pujar Lamaze puede ayudar a que se sienta más preparada para el parto y más satisfecha con la experiencia del parto al proveerle con información acerca de varias posiciones de parto. Al escoger la posición en la que se sienta más cómoda, puede crear una experiencia de parto más positiva en general. Igual de importante es que al hacer esto mejora el progreso del trabajo de parto. Usar diferentes posiciones durante la bajada del bebé o la parte de pujo del trabajo de parto, le ayuda a trabajar con su bebe mientras se va volteando y baja a través de la pelvis. Las posiciones que elija usualmente la harán sentir más cómoda y ayudarán al progreso del bebe. No hay una posición mejor para cada mujer y cada bebe. Cada posición tiene ventajas y desventajas y puede ser de ayuda en diferentes situaciones. (Simkin & Ancheta, 2005; Simkin & O’Hara, 2002). 325 Posiciones Verticales Las posiciones verticales – como estar de pie, arrodillada o en cuclillas – aprovechan la gravedad para ayudar a su bebe a moverse hacia abajo en la pelvis. Estar en cuclillas aumenta el tamaño de la pelvis, proporcionando más espacio para que el bebé baje (N. Johnson, V. Johnson & Gupta, 1991; Simkin & Ancheta, 2005). En cuclillas es la posición más cansada, así que puede querer descansar entre contracciones en una posición que no utilice la gravedad, como recostada de lado, semi-sentada o a gatas. Algunas mujeres han usado una posición “apoyada en cuclillas” o “colgante”, como la describe Penny Simkin, una respetada educadora perinatal. En esta posición, usted está apoyada bajo los brazos, poniendo muy poco peso sobre las piernas o los pies. Esta posición es más útil para alguien con un periodo de contracción más largo y también alarga el tronco de su cuerpo. Deja más espacio para que el bebé se mueva, lo que permite a la pelvis trabajar más libremente (Simkin & Ancheta, 2005). Posiciones que No Utilizan la Gravedad Las posiciones que no utilizan la gravedad para ayudar a bajar al bebé – como a gatas, acostada sobre un costado y semi-sentada – son relajantes y pueden ayudar si está cansada. Acostarse sobre su costado ayuda a desacelerar un trabajo de parto que está progresando muy rápido y puede ayudar a evitar un desgarre del área ente la vagina y el ano mientras el bebé sale (A. Shorten, Donsante & B. Shorten, 2002). Las investigaciones muestran que la posición a gatas ayuda a reducir el dolor de espalda durante el trabajo de parto (Stremler et al., 2005). Tipos de Pujo Cuando puja en respuesta a una necesidad natural de pujar, se le conoce como “pujo espontáneo”, significa que está haciendo lo que su cuerpo le dice que tiene que hacer. Esta necesidad natural viene y va varias veces durante cada contracción. Cada uno de estos esfuerzos o impulsos de pujo duran usualmente de 5 a 7 segundos. Pero cuando el proveedor de cuidados de maternidad y aquellos a su alrededor la dirigen para aguantar la respiración y pujar durante 10 segundos continuos, repitiendo esto dos o tres veces durante cada contracción, está haciendo pujo dirigido. Responder a la necesidad de pujo aguantando la respiración en periodos cortos de tiempo en un ambiente tranquilo y sin apuros, tiene muchas ventajas. Su bebé recibirá más oxígeno a través de la placenta, es menos probable que termine físicamente exhausta y hay menos probabilidad de daño al perineo y los músculos de la base pélvica en la vagina (Albers, Sedler, Bedrick, Teaf, & Peralta, 2006; Roberts & Hanson, 2007). Si le está costando mucho trabajo sacar al bebé, el pujo dirigido puede ayudar. En cualquier otro caso, el pujo espontáneo usualmente será más fácil y seguro tanto para usted como para su bebé. 326 Lo que las Investigaciones nos Dicen De acuerdo al Cochrane Pregnancy and Childbirth Group [Grupo Cochrane sobre el Embarazo y Parto], una respetada organización internacional que define las mejores prácticas con base en evidencia, el uso de cualquiera de las posiciones verticales o sobre un costado en comparación con estar acostada sobre la espalda y con los pies en los estribos, está asociado con los siguientes resultados: • Segunda etapa del trabajo de parto (pujo) más corta; • Una pequeña reducción en el uso de aspirador al vacío o fórceps; • Menos episiotomías; • Menos posibilidades de sufrir dolor severo; • Menos anormalidades en la frecuencia cardiaca fetal; • Un pequeño incremento en desgarres de segundo grado (solo en el grupo vertical); y • Un incremento en la pérdida estimada de sangre, aunque no hubo evidencia de problemas serios o a largo plazo por la pérdida extra de sangre (Gupta, Hofmeyr, & Smyth, 2004). Estar acostada sobre la espalda puede causar una baja en la presión sanguínea y menor flujo de sangre a su bebé debido al peso del útero sobre los principales vasos sanguíneos (Roberts & Hanson, 2007). Cuando está recostada sobre su espalda con las piernas en los estribos, en realidad está empujando a su bebé contra la gravedad. Las investigaciones no respaldan el uso rutinario del pujo dirigido, y algunos investigadores sugieren que es dañino. Aguantar la respiración por un largo periodo naturalmente disminuye el flujo de oxígeno hacia su bebe. Las investigaciones sugieren que esto es estresante y puede incluso ser dañino para el bebé (Roberts & Hanson, 2007). Además, el exceso de esfuerzo del pujo dirigido puede ser dañino para su perineo, resultando en más desgarres y debilidad de los músculos de la base pélvica hasta varios meses después del parto (Schaffer et al., 2006). La debilitación en estos músculos está asociada con la incontinencia (pérdida involuntaria de orina o heces). Escuchar a su cuerpo, trabajar con el impulso de pujo, y dar a luz a su bebé entre contracciones reduce el riesgo de desgarres (Albers et al., 2006). Un estudio mostró que la duración promedio de la parte de pujo de un parto, es 13 minutos más corta en las mujeres que utilizaron el pujo dirigido (Bloom Casey, Schaffer, McIntire, & Leveno, 2006). Aún así, no hay beneficio médico en una segunda etapa de parto más corta siempre y cuando usted y su bebé estén bien (Janni et al., 2002). Debido a que no hay beneficios importantes del pujo dirigido y existe la posibilidad de daño cuando se utiliza, es mejor para usted y para su bebe si puja como y cuando sienta que es correcto para usted. Recomendaciones de las Enfermeras La Association of Women’s Health, Obstetric and Neonatal Nurses (AWHONN, o Asociación de Enfermeras de Salud de la Mujer, Obstetricia y Neonatales) recomienda que todas las mujeres embarazadas reciban información sobre los beneficios de las posiciones verticales para la segunda etapa del parto (Mayberry et al., 2000). La Asociación también recomienda que las enfermeras desalienten acostarse sobre la espalda y, en vez de eso, apoyen estar en cuclillas, semi-sentada, de pie, y las posiciones verticales de rodillas. Además, la AWHONN recomienda que las mujeres parturientas no deben comenzar a pujar hasta que sientan la necesidad de hacerlo y que, cuando pujen, pujen de acuerdo a las necesidades naturales de su cuerpo. La AWHONN también propone que la enfermera debe invitar a resoplar, gemir o exhalar durante el pujo y aguantar la respiración menos de seis segundos mientras puja en respuesta a sus contracciones. Recomendaciones de Lamaze International Lamaze International recomienda posiciones verticales, a gatas o recostada de lado para dar a luz. Durante el parto, debe pujar cuando y como su cuerpo le diga y elegir la posición de parto que sea más cómoda para usted. Debe tener confianza de que al responder a lo que está sintiendo, tendrá un parto más fácil y seguro para usted y para su bebé. Para aprender más acerca del nacimiento seguro y saludable, lea The Official Lamaze Guide: Giving Birth with Confidence [Guía Oficial Lamaze: Dar a Luz con Confianza] (Lothian & DeVries, 2005), visite el sitio Web de Lamaze (www.lamaze.org), y regístrese para recibir los correos electrónicos semanales Lamaze... Building Confidence Week by Week [Lamaze... Construyendo Confianza Semana a Semana]. Última actualización: julio de 2009. Referencias Albers, L.A., Sedler, K.D., Bedrick, E.J., Teaf, D., & Peralta, P. (2006). 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Mayberry, L.J., Wood, S.H., Strange, L.B., Lee, L., Heisler, D.R., & Nielsen-Smith, K. (2000). Second-stage management: Promotion of evidence-based practice and a collaborative approach to patient care [Manejo de la segunda etapa: Promoción de la práctica basada en evidencia y un acercamiento colaborativo al cuidado del paciente]. Washington, DC: Association of Women’s Health, Obstetric and Neonatal Nurses (AWHONN, Asociación de Enfermeras de Salud de la Mujer, Obstetricia y Neonatales). Roberts, J., & Hanson, L. (2007). Best practices in second stage labor care: Maternal bearing down and positioning [Las mejores prácticas en el cuidado de la segunda etapa del trabajo de parto: Acomodo materno para bajar y posicionamiento]. Journal of Midwifery & Women’s Health, 53(3), 238 – 245. Schaffer, J., Bloom, S., Casey, B., McIntire, D., Nihira, M., & Leveno, K. (2006). 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