Valoraciones y significaciones en torno al mundo del trabajo en un grupo de familias de los sectores medios urbanos en la ciudad de México [1] Dr. José Guadalupe Rivera González [email protected] Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades Licenciatura en Antropología Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Introducción En este trabajo, se expondrán algunos resultados referentes a las valoraciones y las significaciones que en torno al trabajo, fueron formuladas entre un grupo de familias pertenecientes a los sectores medios de la ciudad de México y su zona metropolitana, en el contexto de los años que siguieron a la crisis económica de 1994-1995. Crisis y reestructuración económica versus reestructuración subjetiva del mundo laboral. Los efectos de la crisis económica se han traducido en un rápido e intenso deterioro de las condiciones de vida de una parte considerable de las familias mexicanas. A partir de la crisis de 1994, la mayor parte de las familias, fueron sometidas a tensiones y severas limitaciones en el ámbito laboral y salarial. De esta forma, paralelamente a los cambios experimentados en el ámbito económico, se han adoptado al interior de las familias (independientemente de su nivel económico), una cantidad importante de proyectos por cuenta propia, los cuales trajeron también importantes cambios sobre cómo los individuos analizaban e interpretaban acciones de su vida cotidiana. De esta manera, bajo el impacto causado por el retroceso de las condiciones económicas, se hace indispensable examinar cuáles eran las nuevas valoraciones y significaciones que construyeron las familias, a través de sus miembros, respecto a importantes experiencias que vienen a conformar el mundo sociovital[2] cotidiano de las familias. En este sentido, me interesó examinar la construcción que las familias hacen acerca del mundo laboral. El hecho de abordar la forma en que los informantes construyen una nueva evaluación de los rubros arriba enumerados, es con la finalidad de analizar cómo las familias, desde el momento en que comenzaron a experimentar el deterioro de sus condiciones de vida, reaccionaron en el ámbito subjetivo, reelaborando el significado de un conjunto de prácticas e instituciones, que resultaron ser fundamentales para el desarrollo alcanzado por las familias. 1 Sobre las nuevas Trabajo valoraciones y significaciones familiares acerca del A pesar de los cambios que ha tenido que se han observado entre la mayor parte de las familias, el mundo del trabajo continúa siendo, sin lugar a dudas, un referente de gran importancia en el imaginario colectivo. No obstante, es importante destacar las importantes redefiniciones en la manera como se llevan a cabo las jornadas de trabajo dentro y fuera del hogar. Por tanto, los cambios en las condiciones bajo las cuales se desarrolla el trabajo o el empleo hacen que los individuos construyan significaciones y valoraciones distintas sobre este punto. Es decir, experimentar con nuevas rutinas y ensayar nuevas ocupaciones, muestra que en una sociedad como la nuestra, en la que los apoyos institucionales hacia aquellas personas que pierden de manera temporal o definitiva el trabajo remunerado son escasos, hace prácticamente imposible que una familia pueda quedarse, durante largas temporadas, sin desarrollar trabajo remunerado alguno. Por tanto se vuelve imprescindible trabajar en algo. En nuestro país a o largo de las dos últimas décadas, muchas familias se enfrentaron a la imperiosa necesidad de diversificar las opciones laborales, cuando en la familia alguno de los miembros enfrentó un periodo de desempleo, o simplemente porque los ingresos empezaron a ser insuficientes para cubrir los gastos y compromisos adquiridos con anterioridad, o para satisfacer las necesidades básicas de la familia. En estas circunstancias, la opción inmediata fue la de intensificar las actividades laborales de aquellas personas que pudieron conservar su trabajo. Ante este nuevo contexto de adecuaciones laborales, las familias privilegiaron, no sólo implementar actividades no manuales (importante rasgo distintivo de la pertenencia a los sectores medios), sino que también las actividades desarrolladas por cuenta propia se volvieron indispensables en la vida cotidiana de las familias (Escobar, 1986; Benería y Roldán, 1987; González de la Rocha, 1988; De la Peña et. al., 1990; Selby et al., 1994; Estrada, 1996; Bazán, 1996). Esto también llevó a que las nuevas jornadas de trabajo fueran mucho más desgastantes y desalentadoras en relación con las desarrolladas con anterioridad. En algunos casos se experimentó cierta frustración cuando personas adultas veían cómo sus anteriores experiencias laborales ganadas con años de trabajo se tornaron obsoletas ante las demandas exigidas por el mercado de trabajo, o simplemente la experiencia adquirida no fue un factor que resultara decisivo para acceder fácilmente a un nuevo empleo remunerado. Los siguientes relatos resultan ser un claro ejemplo de lo arriba señalado: “Trabajar en el tianguis es muy irregular, aunque no se pagan impuestos, pero tengo que andar todo el día en la calle. Ahora ya estoy todo requemado por tanto trabajo. Pero bueno, no se gana 2 como antes, no hay aguinaldos, no hay comisiones, pues ya no hay nada de lo que tenía antes”. “Bueno antes nuestra situación era un poquito más holgada. Era una época en que podíamos adquirir más cosas, incluso en la cuestión económica, pues el dinero nos alcanzaba para más y pudimos vivir cómodamente. A partir de lo del 94, mi papá ya no tiene trabajo, se ha dedicado a hacer pequeños trabajos, pero incluso ya no le pagan lo que él realmente ganaba antes. Hoy prácticamente está desempleado. Ahora yo terminé la carrera de contador público, trabajo actualmente en una escuela secundaria en el área administrativa. He trabajado en despachos privados. Actualmente tengo uno que otro cliente por mi cuenta. En esto es donde yo desarrollo mis conocimientos de mi profesión. También actualmente he pensado en la posibilidad de dar clases aquí, dentro de la misma escuela o en alguna otra escuela de la Secretaria de Educación Pública. Mi mamá sabe de costura, entonces hay gente que ya conoce y van y le solicitan que les haga una blusa o una falda. A pesar de todo esto, siento que ya nada más vamos viviendo al día, y lo que ganamos ya nada más es para el momento, para las necesidades del momento”. “Mi situación laboral actual es mucho peor. En la casa ahora casi todos tenemos que trabajar más para poder ahorrar un poco de dinero para solventar los gastos de la casa, aunque solamente los necesarios, cero lujos, cero gastos innecesarios”. “Pues, a futuro, yo siento que para poder lograr lo que uno quiere, pues hay que trabajar, incluso hay que salir muy temprano y llegar hasta noche a la casa. Y creo que en el futuro sí me va a costar un poco más de trabajo que en otras épocas, que como me comentaba mi mamá: el que era profesionista, ya era considerarse una persona económicamente bien, de dinero. Desgraciadamente, ahora tenemos que dar un poquito más, para por lo menos tener lo necesario. Entonces, yo considero que o sea, sí puedo lograr lo que tengo en mente, pero trabajando un poco más”. Otro informante comentó lo siguiente, acerca del mismo tema: “Mi situación laboral y económica actual es mucho peor que la que tenía hasta antes de la crisis, ya que mis ingresos de hace tres años eran insuficientes, y aunque tenía deudas, podía manejarlas, lo que ahora no es posible, y mis ingresos decayeron de un 50 o un 60 %. Para emparejar las cosas, mi hijo tuvo que entrar a trabajar durante un tiempo”. 3 Otros informantes consideraban su situación laboral actual como repetitiva, enajenante y sin posibilidades de alcanzar mejoras sustanciales en sus condiciones de trabajo y de vida, tanto a mediano como en el largo plazo. Además, manifestaban que ante una situación como ésta, se había terminado por adoptar una actitud de desesperación. Se vive todos los días y a todas horas con la precariedad en los lugares de trabajo, inestabilidad en los contratos laborales; además de que muchas de las metas y trayectorias en el trabajo habían sido truncadas, sin previo aviso. Es decir, se vive solamente para trabajar, pero además hay que trabajar mucho más que antes, y con las afectaciones y ajustes que esto ha representado para los núcleos familiares. El siguiente es un testimonio, que sirve para ejemplificar nuestro argumento: “Bueno, es anímicamente, yo creo que vivir sólo para trabajar te enajena, te genera unos estados de ansiedad, angustia estar bajo la presión de un jefe, de un checador que tienes que llegar puntual y sin querer ir a trabajar; porque de alguna manera te das cuenta de que nada más vas sacando para que vayas viviendo ¿no? Ya no es satisfactorio”. “Bueno el problema que tenemos en donde yo estoy trabajando, yo desde el día en que entré a trabajar, todos los días, todos los meses me dicen “Tu nada más vas a durar un mes más”. Así hemos estado. Toda la vida llego y le dijo a Teresa (su hija) ahora sí me siento verdaderamente aterrada porque ha habido muchos despidos, mucha liquidación. De hecho ahorita está el rumor de que por lo menos 1500 gentes se van, y nunca se sabe quiénes son. Entonces yo siempre estoy en esa cosa, y desde luego ya veré que haré. No se termina ahí el mundo, pero sí me angustia porque ahorita sí es un rumor muy fuerte, y dicen que ya está la lista. Entonces sí verdaderamente, sí me angustia esa situación”. El trabajo actualmente no representaba, para muchos de nuestros informantes, una opción que les permitiera, en lo individual o en lo colectivo, alcanzar determinadas metas fijadas. Para otros, únicamente había significado quedarse estancado en los mismos puestos de trabajo de varios años atrás sin alcanzar una movilidad en el escalafón y mucho menos mejoras en sus salarios. Sin embargo, hubo otros casos que, a pesar de todo, no experimentaron el desempleo, pero tampoco lograron tener ninguna de las mejorías que ellos deseaban dentro y fuera del espacio laboral. Conclusión Evidentemente que el trabajo a pesar de las pocas satisfacciones que generó entre muchos ciudadanos durante los últimos años, sigue siendo una práctica que continúa marcando el quehacer de la vida cotidiana de las familias dentro y fuera del hogar. Además, difícilmente podemos pensar en la desaparición del trabajo por 4 largos periodos como una práctica habitual de la vida familiar. Es decir, la reproducción social de las familias se asegura en la medida en que éstas logran insertarse en alguna actividad, remunerada o no. Sin embargo, lo que las familias sí han enfrentado (y que se refleja de manera clara en sus testimonios) son severas transformaciones en las condiciones en las que se lleva a cabo la realización y la organización del trabajo. La probabilidad de alcanzar algún día un empleo remunerado y la obtención de prestaciones sociales, es algo que está siendo, en muchas ocasiones, reducido únicamente al derecho de trabajar por un salario que sirve apenas para lo indispensable, además de hacerlo en condiciones totalmente desfavorables. Algo que se evidenció, a través de los testimonios ofrecidos por nuestros informantes, fue cómo las horas invertidas en un trabajo, remunerado o no, tendieron a aumentar, a la par que los salarios se habían visto reducidos de manera notable; y por lo tanto resultaban ser insuficientes, dando como resultado una mayor precarización en las condiciones de vida de las familias. La heterogeneidad en las formas en se desarrollan sus actividades productivas es un rasgo característico de muchas de las actividades laborales, en las cuales se desenvuelven actualmente los miembros de la familia, Esta situación trajo como consecuencia que ahora, en una misma familia, se tengan diversas experiencias laborales, y que al mismo tiempo se construyan diversas interpretaciones acera del trabajo. Sin embargo, a la par de esta diversificación de proyectos y opciones laborales que se han generado en la mayoría de las familias, fue posible detectar una desvalorización respecto de las actividades laborales desarrolladas por ellos. ¿A qué me refiero con esto? En algunos testimonios de nuestros informantes, resultó evidente la falta de continuidad y la escasez de oportunidades para mejorar en sus trabajos. A partir de la inestabilidad laboral que se evidenció a raíz del colapso económico del 94, motivó a que muchos ingresaran a trabajos en donde fue evidente el retroceso experimentado en el nivel de las retribuciones económicas, así como también en los puestos de trabajo ocupados en relación con los que se tuvieron con anterioridad. Muchos informantes vieron que sus jornadas se fueron incrementando considerablemente, mientras que los ingresos percibidos no experimentaron los incrementos que ellos esperaban. Esto ha hecho que el trabajo sea visualizado y reinterpretado, por la gran mayoría, como el medio para obtener hoy en día ingresos económicos que resultan ser apenas suficientes para sostener algunas de las necesidades básicas de la familia, y con un énfasis en privilegiar las acciones en el terreno de lo inmediato. Además la realidad laboral para muchos de nuestros informantes es enfrentar escasas o nulas las posibilidades de lograr ascensos en el escalafón y obtener mejoras en el pago de sus salarios. En este sentido, resulta muy complicado planear acciones y poner en marcha proyectos laborales a futuro. Es muy probable que para las anteriores generaciones, las cuales tuvieron sus etapas de formación y consolidación de su ciclo de desarrollo en los años del crecimiento con estabilidad, el trabajo se haya constituido no solamente en la fuente de ingresos que posibilitó el acceso a un determinado estilo de vida. El trabajo también se constituyó en una importante fuente de satisfacciones personales, 5 Situación, que para miles de familias en la actualidad es algo muy difícil de alcanzar. NOTAS [1] Los testimonios y parte del análisis que aquí se presenta, forman parte de una investigación más amplia que se desarrolló para obtener el grado de doctor en Ciencias Antropológicas, grado otorgado por el Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Agradezco al CONACYT su apoyo a través del otorgamiento de una beca- crédito, para el financiamiento de dicha investigación [2] Retomo el concepto mundo sociovital a partir de la propuesta hecha por Guillermo de la Peña, quien se refiere e éste concepto como los mapas cognitivos y valorativos que informan la vida cotidiana de los actores sociales. Estos se construyen a partir de sus experiencias de interacción social; incluyen los valores y categorías transmitidos por la familia y los agentes de socialización, así como la confrontación de estos valores y categorías con los avatares de la vida propia (De la Peña,1990). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Bazán, Lucía (1996) Cuando una puerta se cierra, abrimos cientos. Estrategias de las familias petroleras frente al cierre de la refinería 18 de marzo. Tesis de doctorado en antropología. UNAM, México. 2. Benería, Lourdes y Martha Roldán (1987) Las encrucijadas de clase y género. Trabajo a domicilio, subcontratación y dinámica de la unidad doméstica en la cuidad de México. El Colegio de México / F.C.E, México. 3. De la Peña, Guillermo (1990) “La cultura política entre los sectores populares de Guadalajara”, en: Nueva Antropología, Vol. XI, Num. 38, México, pp. 83 - 107. 4. Escobar, Agustín (1986) Con el sudor de tu frente. El Colegio de Jalisco. México. 5. Estrada, Margarita (1996) Después del despido. Desocupación y familia obrera. CIESAS, México. 6. González de la Rocha, Mercedes (1988) Los recursos de la pobreza. Familias de bajos ingresos en Guadalajara. El Colegio de Jalisco / CIESAS / SPP, México. 7. Selby et. al (1994) La familia en el México urbano. Mecanismos de defensa frente a la crisis (1978-1992). CNCA / REGIONES, México. 6