FACTORES QUE PROPICIARON LA EMERGENCIA DE LA EXTREMA DERECHA EUROCCIDENTAL El proceso de globalización de las relaciones económicas y políticas internacionales “Nadie puede decir qué forma tendrá la Europa en la que viviremos mañana, porque el cambio que nacerá del cambio es imprevisible” J. MONNET7 “...y al parecer, Austria se encuentra en crisis por la inefable mundialización de la economía” J. HAIDER8 Uno de los resultados indiscutibles del fin de la “guerra fría” ha sido la globalización del término “globalización”. La difusión y popularidad de este es tal, que su significado sirve para referirse o explicar cualquier fenómeno de la realidad objetiva. Empero, en medio de esa tremenda contaminación semántica ¿qué es la globalización? Sin pretender sentar cátedra en tan complejo problema y sin desbordar los objetivos de este trabajo, consideramos que la globalización”9 es un fenómeno objetivo que se corresponde y sirve para explicar el estadio actual de las relaciones capitalistas de producción y su expansión internacional. Es decir, hablamos del capitalismo monopolista de Estado transnacional. 7 C. Robles.: Memorias de Jean Monnet, Editorial Fayard, Paris, 1993 8 Ver Europa Regional, Berlín, debrero de 1997, p. 3. 9 En el diccionario politológico actual, los términos Globalización y Mundialización, constituyen sinónimos. 19 La referida expansión del capital permite observar que el proceso de globalización de la economía es resultado del funcionamiento y del desarrollo de leyes económicas del capitalismo.10 Es decir, la globalización es un fenómeno de carácter esencialmente económico que derivado y asistido por la Revolución Científico-Técnica —desarrollo alcanzado por la humanidad en las esferas del transporte, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones—, ha transformado cuantitativa y cualitativamente las formas en que operaban las relaciones económicas y políticas internacionales11 e incrementado el nivel de interdependencia de las naciones, condicionado por la conexión de los sistemas productivos a escala global. No obstante a ello, se considera que la globalización es un fenómeno que no ha concluido su desarrollo, por lo que todos sus rasgos no se han definido todavía. Vale aclarar que, estudiar la naturaleza multifacética, contradictoria y sistémica de las más recientes tendencias que acompañan al proceso de globalización, resulta una empresa sumamente difícil; entre muchas razones porque puede ser tratado 10 La globalización es ciertamente un proceso objetivo, es como una nueva etapa de un antiguo proceso de desarrollo del capital, detectado, expuesto y analizado, entre otros autores, por los clásicos del marxismo. C. Marx y F. Engels: “Manifiesto del Partido Comunista”, en Obras escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1975, p. 36. Ver también, C. Marx: El capital, Editorial F. Sampere y cía, t. 1, sección VIII, capítulo XXV, Valencia, 1954., pp. 225-256. 11 Para profundizar en el estudio del carácter de la globalizacion y su impacto en las relaciones políticas internacionales ver S. Baro: “Globalización y tendencias en las relaciones políticas internacionales”, en revista Cuba Socialista, 3ra. época, no. 3, La Habana, 1996. 20 desde muy diversos ángulos o puntos de vista como: el económico, el legal, el social, el cultural, el político y el histórico, entre otros. También que la referida complejidad científica se acrecienta cuando se aborda la globalización y su vínculo con la emergencia, en la segunda mitad de la década de los 80, de las fuerzas de extrema derecha en Europa occidental. Entonces, ¿qué implicaciones tiene para Europa el proceso de globalización, que la mayoría de los extremistas euroccidentales de derecha se quejan y se oponen a ella? Para dar respuesta a esta interrogante y cumplir con el objetivo de este epígrafe, nuestro análisis se centrará en las principales implicaciones de las actuales tendencias del proceso de globalización, los que se resumen en el cuadro 2. Como se plantea al inicio de este epígrafe, la globalización como proceso está relacionada con casi todos los fenómenos de la realidad contemporánea, por tanto, es posible creer que las tendencias de este proceso, así como sus implicaciones, están estrechamente vinculadas, por lo que su separación, como se observa en el cuadro 2, solo intenta hacerlas más asequibles para su comprensión. Este hecho permite analizar las referidas implicaciones de la globalización, sin observar el ordenamiento alfabético de estas. A continuación se estudiarán las implicaciones b y c. 12 El proceso de integración de Europa occidental desde su fundación ha sido denominado como: Comunidades Europeas (1957-1980), (1980-1992) Comunidad Económica Europea (CEE) (1957-1980), a partir de 1992, Unión Europea (UE). Las dos últimas denominaciones coexisten, su utilización es lícita. 21 CUADRO 2 PRINCIPALES TENDENCIAS DEL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN Tendencias actuales Implicaciones 1. Los agentes internacionales de la globalización son: Los estados poderosos económicamente, las organizaciones internacionales, las entidades de alcance supranacional y las Corporaciones transnacionales CNTs; estas últimas constituyen los actores más importantes porque estimulan y controlan los cambios científico-técnicos que constituyen el soporte tecnológico y objetivo de la globalización. a) Existencia de un nuevo paradigma tecnológico y de acumulación capitalista que condiciona el éxito empresarial a escala global. b) Pérdida o gradual desaparición del Estado-Nación. c) Promoción de entidades supranacionales como la Unión Europea. 2. El proceso de globalización es respaldado e impulsado a partir del derrumbe del Socialismo europeo, por las concepciones teóricoconceptuales sustentadas por los centros de poder internacionales. Esta realidad constituye el componente subjetivo de la globalización. d) Homogeneización en alto grado de la política económica a aplicar en todos los países del mundo. El discurso es privatizador, oportunista y desregulador que da como verdad absoluta la “insuperable ineptitud económica del Estado”. e) Extrapolación del modelo de organización político-social y el sistema de estructura capitalista a todo el mundo. F UENTE: S. Baró: ob. cit. y R. Fernández: La explosión del desorden, Editorial Fundamentos, Madrid, 1983. 22 Por el alto nivel de imbricación económica, política y jurídica, la Unión Europea12 es el proceso de integración más avanzado y complejo del mundo. “El proceso de integración económica euroccidental, al decir de la investigadora cubana Verónica Loinaz, es un proceso de gran complejidad y elevado nivel de contradicciones que se proyecta en diversas direcciones. La CEE representa un proceso con bases objetivas que responden a las exigencias del desarrollo de las fuerzas productivas y a la actual tendencia de la internacionalización de la economía”13 Se coincide plenamente con la politóloga cubana Loinaz y a su afirmación, se adiciona que el proceso de integración europeo es un proyecto que se basa, actualmente, en el ajuste estructural de tipo neoliberal en condiciones de países desarrollados. Es decir, para nosotros, el proceso de integración europeo es hijo y negación de la globalización, por lo que, pensando con el experto en cuestiones de integración europea, Eduardo Perera, del Centro de Estudios Europeos de La Habana, puede afirmarse que “desde sus inicios el proceso integracionista regional ha sido dominado por las contradicciones siguientes: 1. Nación contra supranacionalidad. 2. Profundización del proceso contra ampliación de la membresía”.14 13 Ver: V. Loinaz:, “La integración económica euroccidental: balance y perspectivas” en Revista de Estudios Europeos, Centro de Estudios de Europa, no. 4, La Habana, 1987, p. 31. 14 E. Perera: “Maastricht y los nuevos caminos de Europa”, en Revista de Estudios Europeos, Centro de Estudios de Europa, nos. 21-22, La Habana, 1992, p. 106. 23 Nación contra supranacionalidad En el actual escenario globalizado esta contradicción se profundiza, porque para conseguir la “aspirada homogeneización las potencias se enfrentan con un importante obstáculo: la objetiva existencia de una gran variedad de estados nacionales y las correspondientes fronteras. De ahí que los partidarios de estas concepciones han venido desarrollando argumentaciones encaminadas a la demostración de la obsolescencia, la inviabilidad, en algunos casos, y la conveniencia de la formación de unidades políticas y económicas de mayores dimensiones”.15 Sin embargo, la Europa que se integra no es un todo homogéneo, todo lo contrario, ese escenario contradictorio está integrado por 15 estados que, en su conjunto, presentan las características siguientes: • Altas tasas de desempleo. • Disparidades de carácter regionales —por ejem- plo: las existentes entre el norte y el sur italianos, en la zona valona y francófona de Bélgica, así como las marcadas diferencias existentes en el escenario español de Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía—. • Disparidades en el desarrollo económico —por ejemplo: países altamente desarrollados como: Alemania, Francia, Reino Unido y los menos desarrollados como: España, Grecia, Portugal e Irlanda—. 15 S. Baró: ob. cit., p. 38. 24 • Diversidad lingüística: en la Unión Europea exis- ten 11 lenguas oficiales, a saber: alemán, danés, español, francés, griego, irlandés, italiano, holandés, portugués, sueco y finlandés. Considerando sólo las referidas características, se sostiene el criterio de que resulta extremadamente difícil encontrar una denominación jurídica que se ajuste a la realidad de la Unión Europea. En torno al debate nación-supranacionalidad ha estado influyendo, y lo continúa haciendo, el problema conceptual que implica la no existencia de una definición precisa de nación. Los conceptos nación y Estado han estado envueltos en ambigüedades históricas y en preferencias ideológicas, incluso, el uso intercambiable de tales conceptos ha tenido un efecto paralizador en el análisis de los paradigmas sociológicos y politológicos. Dada la gran complejidad y la importancia que para este trabajo tiene el asunto anteriormente expuesto, se requiere de la definición y el análisis de algunos conceptos claves como: • Nación: es un grupo étnico políticamente movilizado que posee instituciones culturales y políticas relativamente autónomas. Ha desarrollado una ideología política (nacionalismo) sobre la base de sus necesidades e identidad como nacionalidad.16 • Estado-nación: es una nación que ha adquirido el grado máximo de autonomía: la independencia nacional. En este caso el 90 % de la población de ese Estado está conformado por miembros de una mis16 Ver E. Tirgakian y N. Nevitte: Nationalism and Modernity, Editorial Storm, Nueva York, 1985, p. 211. 25 ma nación. La forma más pronunciada de Estadonación es cuando este está compuesto por una nación monoestatal, lugar de residencia del 90 % de sus miembros. Tal enfoque sugiere que la composición de nación y Estado es mucho más compleja que los postulados para el uso convencional de estos dos conceptos. • Naciones-Estado: son los casos donde una nación ostenta una posición dominante dentro del Estado. Está medida por naciones que representan entre el 40 y el 90 % de la población de un Estado.17 • Estados multinacionales: categoría en la cual la nación mayor no abarca más del 40 % de la población de un Estado. Entonces, ¿hasta qué grado se ajusta el concepto convencional de Estado-nación al sistema estatal europeo contemporáneo que se transforma bajo el imperativo del proceso de globalización y donde existen ocho países que muestran fuerzas y partidos de extrema derecha? Veamos, a la luz del sistema estatal europeo contemporáneo, los conceptos anteriormente definidos. Estados-nación • Basado en naciones monoestatales (Dinamarca, Francia, Italia y Noruega). • Basado en naciones multiestatales (Alemania, Austria, Suecia). 17 Ver M. Rejae y C. Enloes: “Nation-State and State-Nation”, en International Studies, Ontario, vol. 13, no. 2, 1989, p. 67. 26 Estados multinacionales • Basado en naciones multiestatales —Bélgica (53a )—. Resulta sumamente interesante saber que de los ocho estados de Europa occidental, donde hay presencia de la extrema derecha, solamente cuatro de ellos son estados-nación monoestatales, por lo que varios grados de complejidad caracteriza a los cuatro restantes. Los tres estados-nación de la Europa comunitaria compuesto por naciones multiestatales sugieren un nivel de desarrollo del Estado en el que las naciones en varias etapas de movilización política están divididas más que unidas. La nación-Estado de Bélgica, país de naciones multiestatales, sugiere, por sus atributos composicionales, situaciones en las que la integración política requiere de compromisos muy difíciles de alcanzar y/o mantener en el tiempo. Esta cuestión es aprovechada de forma oportunista por los líderes e ideólogos de los partidos y fuerzas de extrema derecha euroccidentales. Como se expresó en la introducción de este trabajo, la mayoría de los extremistas de derecha se oponen al proceso de integración europeo, alegando la pérdida de la nacionalidad y el Estado por lo que se autoconsideran, de facto, nacionalistas.18 18 Ver como ejemplo de oportunismo de las fuerzas de extrema derecha, la cínica, pero honesta declaración del señor Jörg Haider, del Partido Liberal de Austria; “Ante Bruselas, si no hubiese nación, habría que inventarla”, ver L’Observatore Romano, Roma, 24 de abril de 1996. a La cifra entre paréntesis representa el porcentaje estatal de la mayor nación: A. Pérez: Sociología del nacionalismo, Editorial Eusko, Vizcaya, 1989. 27 Por la importancia del término “nacionalismo” para nuestro trabajo, consideramos oportuno advertir que no se deben confundir las diferentes lecturas de este, tales como: • Nacionalismo “clásico”: entendido como doctri- na que ayudó a fundamentar la aparición de la nación, que como fenómeno histórico, fue resultado de las revoluciones liberales burguesas en Europa durante los siglos XVIII y XIX. De suyo se puede comprender que este tipo de nacionalismo, en tanto sirvió para aupar a los estados europeos, ha desaparecido. • Nacionalismo “periférico”: esta clasificación para nosotros, engloba entre otros, a los procesos nacionales como el vasco, el catalán y el gallego en España, el escocés, el galés y el norirlandés en el Reino Unido, así como el flamenco y el valón en Bélgica. Lo que caracteriza a este tipo de nacionalismo es que su modo nacional de organización no se construye sobre una forma prenacional, sino sobre una estructura nacional ya existente.19 19 Por ejemplo, en el caso español, las dificultades para la construcción de una monarquía unitaria primera, y la debilidad que caracterizó al Estado moderno después, no consiguieron la unificación real de todo el territorio. De ahí que el nacionalismo español, presente desde el siglo XVIII, fuese un nacionalismo débil que debe coexistir con las identidades de carácter local propiciadas en ocasiones por la debilidad del propio Estado. Sobre el fondo de esta debilidad del proyecto nacional español algunas comunidades, como Cataluña, el País Vasco, Andalucía y Galicia, defienden la realidad nacional de sus comunidades —que reclaman un proyecto diferente—, apoyándose para ello en la persistencia de las diferencias histórico culturales, que el proyecto unitario no consiguió eliminar, y en su 28 • Neonacionalismo o nacionalismo cultural:20 nacido con los ideólogos de la extrema derecha euroccidental elicitada a partir de la segunda mitad de la década de los 80. Este no constituye un movimiento coherente como los anteriores. Es una doctrina de tipo cultural en la que la concepción de la nación queda formulada como una suma de dos cosas: por una parte, la historia verdadera —la existencia del Estado que desaparece— y, por otra, la valoración consciente y nacida en esa matriz histórica. Aquí, los intelectuales desempeñan un papel de activadores de la conciencia de los nacionales mediante la doble función de preservar y legitimar la realidad nacional y de fundamentar políticamente su futuro, dando respuesta a las “necesidades de la formación social” a la que se refiere la reivindicación nacional.21 Por causa de esas “necesidades de la formación social” que apuntan en su trabajo, Heller y Fecher, el nacionalismo se adapta a casi todos las ideologías, aunque su forma de concreción pueden ser diametralmente opuesta. El éxito social de esta ideología se debe a que esta implica un movimiento intercla20 En la literatura especializada este tipo de nacionalismo, recibe distintas denominaciones como: “nacionalismo populista”, “neofascista”, “nacionalismo ideosincrático” y “nacionalismo xenofóbico tradicional”. Para un estudio más detallado sobre este asunto, ver G. Harris: European Integration and the Challenge of the Extreme Rigth, APSA, Columbia, 1994. 21 A. Heller y E. Fecher: Anatomía de la izquierda occidental, Editorial Península, Barcelona, 1985, p. 57. particular posición dentro de las relaciones sociales del Estado. A finales de 1999 ocurrieron dramáticos desórdenes xenófobos “El Ejido” en Andalucía. 29 sista capaz de incorporar a muchos sectores sociales marginados o amenazados que “nacionalizan” su frustración, compensando así, en cierta medida, su situación. En el caso de las sociedades de Austria, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Suecia y Noruega , los sectores más vulnerables y amenazados por los cambios que impone el proceso de globalización, lo constituyen principalmente los ancianos, los jóvenes, los obreros de las industrias tradicionales y los pequeños propietarios. Sin duda alguna, un componente importante para el éxito del neonacionalismo lo constituye el uso de mitologemas, como forma en que se expresa el mito. Los mitos, históricamente, tienen una importante función en los procesos de cambio social, y gracias a su capacidad empática constituyen “esa fuerza movilizadora tan necesaria para la acción colectora”. Los mitos son un conjunto de representaciones, no tanto manifestada en conceptos como en imágenes y símbolos, no ordenados de manera sistemática, sino confundidos y amalgamados en un todo y susceptibles de modificaciones mientras se conserve un núcleo.22 Como se conoce, muchos de los partidos políticos y fuerzas de extrema derecha euroccidentales, como el Frente Nacional Francés, el Liberal, el Partido del Progreso, el Bloque Flamenco y otros, para oponerse al proyecto integrador de Europa, han conformado “programas políticos” vertebrados en 22 Para un estudio más profundo de este tema recomendamos la consulta de M. García Pelayo: Los mitos políticos Editorial Alianza, Madrid, 1981. Para este autor, el mito político cumple tres funciones básicas: “la integración”, la “movilización” y el “esclarecimiento”. . 30 torno al mito-mitologema central que plantea que la concreción de la Unión Europea implica la desaparición de la nación y con ella, la pérdida de seguridad para el nacional. El referido mitologema, adaptado a las “necesidades de las distintas formaciones sociales” de Europa occidental, es repetido de forma indiscriminada por los ideólogos y/o portavoces ultraderechistas que, de forma oportunista, aprovechan un importante factor: el déficit democrático del proyecto de integración. El proyecto de la Unión Europea, “al estar basado en la voluntad del gran capital y de los gobiernos, excluye de la toma de importantes decisiones a la población comunitaria”.23 Al parecer, la complejidad de los problemas que está obligada a resolver la comunidad hace difícil una popularización a escala continental de sus espinosos debates sobre cuestiones económicas y sociales. Pero es un hecho que los pueblos han vivido ignorantes de la gestación de disposiciones que han afectado de un modo directo su propia vida sin haber sido consultados previamente antes de recibir la orden que, nacida en Bruselas, debía ser aplicada por los países miembros con estricta disciplina. Las votaciones populares en Dinamarca, Noruega, Suiza y Francia, y el amplio debate que ha suscitado la ratificación de los 15 países acogidos al tratado de Maastricht, ha demostrado que existía un amplio foso de incomunicación entre las opiniones públicas y los representantes gubernamentales reunidos en Bruselas, sede de la Comisión y del Consejo de Ministros Comunitarios. 23 E. Perera: Conferencias dictadas en Universidad de La Habana, mayo de 1997. 31 Profundización contra ampliación de la membresía de la Unión Europea La referida contradicción, que data de los inicios del proceso, se agudiza a partir del derrumbe del socialismo en los denominados “Países de Europa Central y Oriental” (PECO) cuando se comienzan a edificar proyectos sociales capitalistas cuyo tratamiento ha recaído de forma casi absoluta en la Unión Europea, que en la actualidad, con 15 miembros (Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Reino Unido, Dinamarca, Irlanda, Grecia, España, Portugal, Austria, Finlandia y Suecia), continúa funcionando con las instituciones y organismos que datan de 1958, cuando contaba con seis miembros, con la consiguiente inadecuación de la cultura política comunitaria, con las exigencias actuales. Este proceso contradictorio pudiera manifestar rasgos antagónicos cuando la Unión Europea analiza la solicitud oficial de adhesión de nuevos estados como: la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Bulgaria, Rumania, Turquía, Suiza, Chipre y Malta. Como se pudiera comprender, con la entrada gradual a la Unión Europea de algunos de los actuales aspirantes con marcadas diferencias culturales, económicas, políticas y sociales entre sí, se crean las condiciones propicias para que los ideólogos y líderes de los partidos y fuerzas de extrema derecha de Bélgica, Italia, Francia, Alemania, Dinamarca, Austria, Suecia y Noruega, así como de los grupúsculos y fuerzas emergentes de los restantes países miembros continúen haciendo del 32 proceso de integración europeo uno de los principales temas de su agenda, en tanto, este tema, por sus características, puede ser y es utilizado para manipular al ciudadano medio europeo que se siente atemorizado por la expansión de la Unión Europea con miembros que pudieran generar problemas tales como: el desvío de inversiones de capitales por los atractivos de los bajos salarios y la existencia de mano de obra barata, la presencia en el espacio europeo de religiones ajenas a ese contexto como el Islam, así como la presencia de millones de gitanos discriminados y excluidos por las fuerzas xenófobas presentes en algunos de los países y territorios ex socialistas. Lo anteriormente expuesto resulta interesante porque, en la medida que el proceso de integración euroccidental avance hacia la profundización y hacia la ampliación de su membresía, en correspondencia con las leyes objetivas que lo asisten, pudieran darse las condiciones para que aparezcan y se fortalezcan fuerzas de extrema derecha en otros países de la Unión Europea que hoy no las poseen. Por eso, creemos que el proceso de integración europeo, como expresión de la naturaleza contradictoria del proceso de mundialización, continuará influyendo positivamente en el desarrollo de las fuerzas y partidos de extrema derecha en Europa occidental. 33 “Crisis” de los postulados del “Estado de Bienestar General” “Las medidas efectivas para la reconstrucción social de Europa son de carácter administrativo mas bien que económico” HAWTREY (1946)24 “Los centavos no caen del cielo, hay que ganarlos...” M. THATCHER (1980)25 ¿Por qué parte de la población euroccidental, dice vivir insegura?26 ¿En qué medida la referida inseguridad ciudadana en Europa occidental, tema recurrente en el discurso de las fuerzas de extrema derecha, está vinculada con el desmantelamiento del Estado del Bienestar General? Uno de los temas que en estos últimos años recorre con más interés el campo de las ciencias sociales, es sin duda alguna, las transformaciones y cambios del Estado contemporáneo. Estudiosos de distintas disciplinas vinculados a paradigmas diferentes, cuando no opuestos, tratan de explicar y des24 R. Hawtrey: La reestructuración económica del mundo de la postguerra, Editorial Aguilar, México, 1948. Este autor, por su pensamiento económico, tuvo una gran influencia en la implantación del Estado del Bienestar General. 25 M. Hernández: Condicionamientos históricos del neoconservadurismo en los Estados Unidos, República Federal Alemana y Gran Bretaña, material inédito. 26 Según el resultado de ocho encuestas sociológicas del Instituto Europeo de Investigaciones Sociales (IEIS) realizados a partir de 1982, el tema que más preocupa a los occidentales (70,2 %) es la inseguridad asociada a la posible disminución del sistema de Bienestar General. Ver IEIS. Informe a los gobiernos europeos, 1997, Viena, 1998. 34 cubrir cuál es la lógica del desarrollo y evolución que las instituciones estatales están sufriendo a partir de la segunda mitad del siglo xx . El motivo de este interés se centra no solamente en la importancia que el aparato del Estado ha tenido desde siempre en la estructura y gestión de la sociedad, sino, sobre todo, en el papel protagónico que alcanzó a partir de la culminación de la Segunda Guerra Mundial, permeando todos los rincones públicos y privados de la vida social, de tal forma, que se transformó en el agente más importante de la producción y reproducción de la sociedad, hablamos del Estado del Bienestar General.27 Como se conoce, la protección social es una invención europea, su origen se remonta a la época de Bismarck y a la legislación social que estableció el canciller de hierro en la Alemania de fines del siglo 28 XIX. A partir de entonces, en los países europeos, donde se dieron determinadas condiciones económicas, políticas, sociales y culturales, se reconoció, gradualmente, la necesidad de una intervención del Estado que garantizara la “pax ciudadana”29 con un mínimo de seguridad social. El asalto combinado, para emplear una terminología militar, del sufragio universal, la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la terrible crisis económica de 27 Este término-concepto es conocido y tratado en la literatura especializada como: Estado Social, Welfare State, Estado providencia, Estado benefactor, Wohlfahrtstaat. En tal sentido constituyen sinónimos y así se utilizará en este trabajo. 28 Esta doctrina se plasmó en la encíclica Rerum Novarun, que se complementó 40 años más tarde con la Cuadragesimo Anno. 29 R. Hawtrey: ob. cit., p. 24. 35 1929-33 y la presión del movimiento obrero, provocaron, a nuestro juicio, el colapso del Estado burgués liberal en su forma decimonónica y junto con él, el de la teoría económica (liberal) que lo sustentaba. Este debate paradigmático sale de los recintos de la entonces Universidad Liberal y se convierte en política oficial de los gobiernos europeos a partir de 1945, cuando la mayor parte de los países capitalistas adoptan la doctrina del “Report Beveridge” y “La política económica Keynesiana”. El “Report Beveridge”30 (1942) trataba de afrontar las circunstancias de la guerra y suavizar las desigualdades sociales mediante una doble redistribución de la renta que actuase sobre la seguridad social y otras subvenciones estatales. Por su parte, la “Teoría Keynesiana”31 intentaba palear los efectos de la depresión económica actuando sobre la demanda a través del Estado. Así pues, la expansión de los programas de bienestar se justificaban no solo con el fin de acudir a las necesidades primarias de la población, sino también como política para regular el mercado y estimular el consumo como vía de cortar las crisis de superproducción que sobresatura los mercados. Esta política económica, con diferentes matices, fue llevada a cabo, en buena parte de los países euroccidentales, tanto por los partidos de derecha, como por los de izquierda y sus más vivos defensores fueron los gobiernos socialdemócratas. 30 Ver W. Beveridge: Bases de la seguridad social, Fondo de la Cultura Económica, Ciudad México, 1944 31 Ver J. Triana y otros: “ La teoría económica burguesa del capitalismo regulado: John Maynard Keynes”, en Historia de las doctrinas económicas II, primera parte, Universidad de La Habana, La Habana, 1983. 36 Entre las características básicas del Estado social se pueden señalar la universalidad de sus coberturas, algunas de ellas independientes del nivel de rentas de los ciudadanos y el importante peso del sector público en el funcionamiento de estas. La importancia de los gastos públicos en el sostenimiento de este modelo de prestaciones sociales es tal, que estos representan más de la mitad de los mismos en los países europeos pertenecientes a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).32 Independientemente de las características de los sistemas de protección social que corresponden a los países con fuerzas de extrema derecha con cierto grado de desarrollo, los ciudadanos de todos los países de Europa occidental son beneficiados con prestaciones sociales en caso de envejecimiento, enfermedades, invalidez, maternidad y desempleo, así como por la existencia de un sistema de atención de salud, gratuito o ampliamente subvencionado. Ahora bien, no hay dudas de que la implementación práctica de las políticas que sustentaban al Estado del Bienestar General coincidieron con una etapa de prosperidad del capitalismo donde se verificaron: • Crecimiento demográfico. • Reconstrucción de las economías destruidas por la contienda bélica mundial que demandaban cuantiosos recursos (materiales, financieros y humanos).33 32 OCDE: Foro de concertación, consulta y cooperación económica Norte-Norte, que reúne en su seno, a 29 de los países más industrializados del mundo. 33 Para un estudio in extenso de los requerimientos que exigía la reconstrucción europea, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, pueden consultarse: UNESCO: The 37 • Existencia de mercados interiores desabastecidos. • Créditos norteamericanos en condiciones favorables. • Aperturas de nuevos mercados exteriores debido al proceso de descolonización. Desarrollo y crecimiento económicos sostenido. Proceso de integración europea. Aumento del excedente social. Políticas redistributivas. Aumento del gasto público, específicamente del gasto social. • Generación de empleos a bajos costos, condicionado por las políticas de austeridad. • Proceso de distensión internacional que, junto a la protección brindada por los Estados Unidos, permitió reducir considerablemente los gastos de defensa. • Orden económico internacional vigente, donde priman las relaciones de intercambio desfavorables con el Sur, que permite transferencias netas de capital a favor de Europa. Por todo lo anterior, coincidimos plenamente con el jurista español Ramón Cotarelo cuando acertadamente afirma: “La verdad es que, si alguna vez, se han dado condiciones objetivas favorables al desarrollo de Europa, ha sido a partir de 1945”.34 No obstante, se sostiene el criterio de que no es posible intentar entender el Welfare State, si no se tienen en cuenta, entre otras cosas, las relaciones • • • • • 34 R. Cotarelo: Del Estado del bienestar al Estado del malestar, La crisis del Estado social y el problema de legitimidad, CEC, Madrid, 1990, p. 111. Book of Needs of Fifteen War Devastated Countries, (s/e), París, 1947 y R. Hawtrey: ob. cit. 38 internacionales de la época, profundamente determinadas por la existencia de dos superpotencias: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos enfrentadas en el comienzo de la guerra fría. Es decir, al considerarse que el Estado del Bienestar “es una respuesta del capital a los movimientos obreros y al ejemplo del socialismo soviético que podía encandilar a los trabajadores occidentales”,35 resulta evidente que, en el despegue del Estado social, por así decirlo, influyó la situación internacional después de 1945 en la rivalidad de las superpotencias. Este modelo de desarrollo estatizado de la economía capitalista funcionó con “eficiencia” y “eficacia” hasta mediados de los años 70, gozando, como se observa en el cuadro 3, de una auténtica legitimidad en el seno de la sociedad euroccidental. Empero, en las últimas dos décadas del siglo xx, y en respuesta a una variedad de problemas económicos, sociales y políticos, los países de Europa occidental se encuentran inmersos en una fase de ajuste institucional a largo plazo que han creado las condiciones favorables para el desarrollo de la extrema derecha. A primera vista, estos problemas han sido de carácter técnico-económico, es decir, por causa de los vaivenes de una economía mundial inmersa en un verdadero proceso de cambio de alcance estructural y funcional, que se inició en el trienio 19731975 y que muestra su incapacidad para generar 35 M. Marta Hernández: Conferencias dictadas en Universidad de La Habana, La Habana, marzo-abril de 1997. Ver también, F. Castro: “Conferencia de Rosario Green en la Universidad de La Habana”, en periódico Granma, 25 de junio de 1998, La Habana, p. 5. 39 empleos y su tendencia al crecimiento de la vulnerabilidad de la economía nacional. Esta realidad socioeconómica, que al parecer no genera ya los recursos para el gasto público, obliga a replantear la mayor parte de los postulados del Welfare State. Al mismo tiempo, se han producido importantes cambios demográficos y sociológicos en la familia y en la estructura de clases en las sociedades europeas, cuyos inicios se remontan a los años 60 y que pudieran estar influyendo en el actual “desmantelamiento” del Estado del Bienestar. CUADRO 3 VALORACIÓN DEL ESTADO DE BIENESTAR POR LA POBLACIÓN EUROPEA. El Gobierno ebe er ore reonble e leni li li roeio Eroeo Ingresos sos r oos er s erens e ngresos ros r oos roeo o F UENTE: L. Moreno: Intercambio social y desarrollo del bienestar, Editorial CSIC, Madrid, 1993. Tanto el carácter general, como los rasgos específicos del Estado del Bienestar fueron moldeados, desde el punto de vista teórico-práctico, por 40 la estructura familiar entonces prevaleciente, por las exigencias de la clase trabajadora industrial y por los requisitos de la integración nacional. En la actualidad, esos tres principales procesos de desarrollo del pasado están en su fase terminal porque: 1. Se ha completado la transición demográfica en la mayoría de los países europeos. En el anexo 2 se puede observar que la tendencia indica una profundización del proceso de decrecimiento de la población en los referidos países donde la extrema derecha ha ganado espacio. A lo anteriormente expuesto se puede vincular el envejecimiento de la estructura demográfica que muestra que la proporción de ciudadanos mayores de 65 años continuará acrecentándose en relación con el total poblacional “del 13,7 % en 1992 se aproximará a 19,0 % en el 2020, según proyecciones de hipótesis medias de fecundidad y de mortalidad”. 36 Si consideramos que desde el punto de vista técnico el Welfare State se suele dividir en cuatro grandes rúbricas o partidas —educación, ayuda familiar, subsidios al desempleo y seguridad social— y que esta última, que incluye gastos en salud pública y pensiones por jubilación, es la que representa la mayor parte de los gastos públicos (ver anexos 3 y 4), convirtiéndose estos en el principal componente de los gastos sociales y que, según estimados, a nuestro juicio conservadores, llegarán a absorber, si no se implementan cambios en el sis36 L. Moreno: Intercambio social y desarrollo del bienestar, ed. cit., p. 44. 41 tema del bienestar social, una proporción cada vez más creciente del producto interno bruto (PIB) de los países euroccidentales.37 Un reciente informe de la Organización de Naciones Unidas aseguró que “la inmigración es la única salida para paliar los efectos del drástico envejecimiento de la población de algunos países, en especial, los europeos (...). Europa necesita millones de inmigrantes en los próximos 25 años para mantener el actual equilibrio entre población activa e inactiva (...). A Italia y Francia le faltan nueve y dos millones de personas, respectivamente, para posibilitarle a sus economías y sistema social en el venidero año 2025, la prosperidad obtenida en 1995.38 Por eso, en el contexto euroccidental en sentido general y, en Alemania, Francia y el resto de los países con fuerte presencia de la extrema derecha, en particular, en su vertiginosa y exigente carrera por el “euro”, conducidos y ajustados su avance por criterios técnicos-operacionales de corte y filosofía neoliberal; no puede mantenerse inmutable el Estado Social Keynesiano.39 La gradual homogeneización en Europa occidental de las prácticas económicas, políticas y sociales, 37 En 1960 el gasto social en los países de Europa occidental representaron el 14 % del PIB. Por su parte, los gastos sociales de 1993 supusieron el 25 % del PIB. Ver P. Uriarte: ob. cit., p. 211. 38 Ver M. Marrero: “Europa no puede vivir sin inmigrantes”, en Orbe, Prensa Latina, La Habana, 12 al 18 de febrero del 2000, p. 5. 39 El canciller federal de Alemania. G. Schoreder anunció “el presupuesto del año fiscal 2000 contendrá recortes millonarios del gasto público ascendente a 19 000 000 000 usd”. Cable de la agencia noticiosa DPA citado por periódico Granma, La Habana, 20 de julio de 1999. 42 con el imperativo del proceso de integración y de los cambios económicos y sociales, muestra los resultados como los siguientes: • Los gastos en educación que en la actualidad re- presentan “cifras en torno al 5 % del PIB.”40 en los países europeos pertenecientes a la OCDE. tenderán a reducir su participación dentro de los gastos sociales públicos, de manera que, entre los años 2000-2025 disminuirán hasta el 1 % del PIB. • Tendencia a la privatización gradual de la seguridad social. Este proceso debe concluir en torno a los años 2000-2007 y conllevará a una reducción significativa del gasto público. 2. La esfera de los servicios ha reemplazado a la industria como el sector económico dominante en el conjunto de las naciones industrializadas en Europa occidental. El sector terciario representó en 1993 el 69,2 % del producto interno bruto euroccidental, al emplear en este el 67 % de la población activa contra el 34 % en 1950. Lo anteriormente expuesto tiene grandes implicaciones en el orden teórico-conceptual y epistemológico respecto a las clases sociales y a la división del trabajo, que, como se conoce, constituyen un elemento fundamental en la hermenéutica del análisis de la sociedad capitalista avanzada para comprender buena parte de sus elementos de cambio y transformación. Como respuesta a las necesidades de desarrollo del sistema capitalista de producción, las políticas económicas de corte neoliberal que consiste en pro40 Uriarte, P.: “Crisis y adaptación del Estado del Bienestar”, en Situación 1994, BBV, Bilbao, 1994, p. 200. 43 poner ajustes estructurales que respondan a los criterios de acumulación de una economía de rápida innovación tecnológica, conspira gradualmente contra los empleos tradicionales.41 Adiós, dicen los neoliberales, al pleno empleo; menos Estado y más mercado es la fórmula oficial. Es decir, la economía capitalista contemporánea, a partir de las agudas crisis económicas del sistema de los años 1973-1975 y de la predominancia del sector terciario, no se caracteriza por ser generadora de empleos; por lo que el desempleo masivo parece ser consustancial con el sistema (ver cuadro 4). Dos fenómenos importantes que están estrechamente vinculados al incremento del desempleo en Europa occidental desde 1974 son: • Desarrollo del desempleo de larga duración, en 1982, el 12 % de los desempleados se mantienen en esa condición por más de un año, en cambio, en la actualidad representan el 36 % del total. El desempleo de larga duración golpea hoy a los grupos 41 En el primer período de gobierno neoconservador británico (1979-1983), los reajustes realizados a nivel macro y microeconómico, siguiendo los criterios del pensamiento económico neoliberal, provocaron la desaparición de cerca de 500 000 puestos de trabajo tradicionales, los cuales fueron sustituidos por puestos de trabajo con nuevas modalidades y exigencias laborales como: conocimiento de la informática, necesidad de portar Know How , entre otros. Ver M. Hernández: Condicionamientos históricos del neoliberalismo en Gran Bretaña, ed. cit. La rápida innovación tecnológica, que precisa la Revolución CientíficoTécnica en el sector de los intangibles, genera nuevas modalidades de trabajo, tales como el teletrabajo, que por las exigencias que impone en términos de saber hacer, margina del mercado laboral globalizado profesiones consideradas como tradicionales. 44 Población activa aalo la oblación activa no ao nt lo ao CUADRO 4 Alemania Aia lia inamaa ania , 8, , 38,9 3, POBLACIÓN ACTIVA DE ALGUNOS PAÍSES SELECCIONADOS DE EUROPA OCCIDENTAL. EMPLEO Y DESEMPLEO (1992) 3, , 9, , , , ,8 9 alia , 9, eia 3, 3 al 9, F UENTE: NATHAN: ob. cit. La geographie des 15, Editorial Nathan, París, 1996. 45 de etarios de menos de 25 años y en menor medida a los ciudadanos europeos que tienen entre 26 y 49 años. En el caso de una relativa mejora de la situación del empleo, esa categoría se verá afectada por: Pérdida u obsolescencia de los calificadores. Recortes a los programas de educación. Alargamiento de la edad de jubilación.42 Desindicalización gradual de los oferentes de fuerza de trabajo. • Otra evolución importante en el mercado del empleo a partir de los años 70 lo constituyen las categorías de contratos de trabajo y los modos de empleo. Estando en vigor el instrumentario del Estado del Bienestar, predominó el contrato de trabajo por tiempo indeterminado, pero de forma gradual, el derecho laboral se ha ido desarrollando y adaptando a formas de flexibilidad diversas, como los llamados “contratos atípicos”, entendiéndose por ello las modalidades siguientes: contratos con una duración determinada, trabajos de iniciación, contratos empleo-solidaridad, contratos de retorno al empleo, etcétera. Hoy, “alrededor del 70 % de los que acceden al mercado laboral europeo lo hacen a través de contratos muy precarios”. 43 El período de inserción de los jóvenes en la vida activa se ha prolongado, muchos de ellos conocen una serie de experiencias de intentos laborales ines• • • • 42 La edad promedio de retiro laboral en los países de la Unión Europea (1995) fue de 63,7 años para los hombres y de 62 años para las mujeres. Ver Nathan: ob. cit, p. 126. 43 M. Join-Lambert: “Les nouveax risques”, en Project, no. 272, París, p. 32. 46 tables hasta lograr una inserción más segura. Es oportuno decir que en el cuatrienio 1995-1999, con los contratos atípicos (sobre todo la reducción de la jornada laboral y el trabajo parcial ) se “crearon” cerca de 3,5 millones de empleos y el número de demandantes de empleos se redujo de 19 millones a 16,5 millones de personas.44 Según el criterio de expertos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “estas modificaciones en el mercado laboral pueden ser definitivas”.45 No obstante lo expuesto con anterioridad se insiste por políticos y académicos europeos en la viabilidad del “Liberalismo social” como tercera vía de desarrollo social (entiéndase ni socialismo ni capitalismo salvaje) que combinará la eficiencia capitalista en un entorno globalizado con medidas de corte social. A nuestro juicio esto hoy resulta difícil cuando no imposible. 3. Contemporáneamente el Estado-nación “cede”46 espacio a los esquemas supranacionales como la Unión Europea. Para llegar a este nivel de integración regional los gobier44 Según informes oficiales de la Unión Europea publicados en Bruselas “A fines de 1999 había en la Unión Europea 10,8 millones de desempleados”. Ver periódico Granma, La Habana, 5 de febrero de 1999. 45 OIT: Informe técnico 1998, Berna, 1998, p. 840. 46 Aunque se afirma por el postulado neoliberal que el Estado-nación cede parcelas de soberanía a entes supranacionales y que constituye rara avis en la aldea global, es bueno aclarar que el Estado-nación está siendo sometido a una reforma funcional que lleva a la casi desaparición del Estado pequeño y subdesarrollado. Además, hay que tener presente que el elemento fundamental de la maquinaria del poder político transnacional lo constituyen los propios estados nacionales. 47 nos deben mantener una política económicofinanciera, social y política que no prioriza, en ningún caso, el sostenimiento de un sistema de seguridad social de amplio alcance que, como componente de un sistema de producción, pudiera restarle competitividad respecto de otras zonas del mundo si se considera que el proceso de globalización de las relaciones económicas y políticas internacionales impone criterios de eficiencia internacional. El Tratado de Maastricht —instrumento jurídico que definió los objetivos y calendario de la Unión Económica y Monetaria (UEM) de Europa, así como también estableció los criterios de convergencia de las economías de los países miembros para acceder a la UEM— presupuso, entre otros, la existencia de un déficit presupuestario no mayor al 3 % del PIB. De suyo se puede inferir que los países que cumplieron estas exigencias comunitarias tuvieron que aplicar un severo plan de ajuste que incluyó modificaciones en el sistema del Bienestar Social. Este tratado contempla igualmente el concepto “libre circulación de personas”, el cual implica una doble connotación que hace referencia a colectivos distintos y cuyo tratamiento es diferenciado en este instrumento jurídico como: • Libre circulación de los trabajadores de los países miembros que: • Tienen derecho a desplazarse para la búsqueda de empleo e instalarse. • Tienen derecho a que se le conceda automáticamente el permiso de residencia y permanencia ulterior. 48 • No pueden ser discriminados por razones de na- cionalidad y serán tratados en igualdad de condiciones que los trabajadores nacionales. • Libre circulación de personas en cuanto a la concesión de permisos de residencia, hecho estrechamente conectado con la ciudadanía europea. En este contexto es evidente que no pueden existir diferencias substanciales en los países europeos respecto de gastos sociales y estructuras institucionales. Se puede afirmar que la crisis del Bienestar General es aceptada unánimemente, así como también el diagnóstico de sus urgencias básicas, a saber: • Mantener sus criterios fundamentales, teniendo como referencia la importancia que, en términos generales, otorgan los europeos al sistema de garantías sociales, por lo que, la atención debe dirigirse a cómo lograrlo. • Inaplazable adaptación a la realidad económica imperante. Finalmente, el actual debate entorno al Welfare State, debe derivar, no en un total desmantelamiento o desaparición del Sistema de Bienestar Social, sino en un redimensionamiento que le permita ajustarse a los requerimientos de reproducción y eficiencia del sistema. No obstante, ese proceso debe resultar extremadamente difícil y como tal continuará generando afectación a sectores de la población euroccidental, pero sin poner en peligro la estabilidad social del sistema. Lo anteriormente expuesto, allanará el camino por donde sigan transitando las fuerzas de la extrema derecha. 49