Factores que propiciaron la emergencia de la extrema

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FACTORES QUE PROPICIARON LA
EMERGENCIA DE LA EXTREMA
DERECHA EUROCCIDENTAL
El proceso de globalización de las relaciones
económicas y políticas internacionales
“Nadie puede decir qué forma tendrá la Europa
en la que viviremos mañana, porque el cambio
que nacerá del cambio es imprevisible”
J. MONNET7
“...y al parecer, Austria se encuentra en crisis
por la inefable mundialización de la economía”
J. HAIDER8
Uno de los resultados indiscutibles del fin de la
“guerra fría” ha sido la globalización del término
“globalización”. La difusión y popularidad de este
es tal, que su significado sirve para referirse o explicar cualquier fenómeno de la realidad objetiva.
Empero, en medio de esa tremenda contaminación semántica ¿qué es la globalización? Sin pretender sentar cátedra en tan complejo problema y
sin desbordar los objetivos de este trabajo, consideramos que la globalización”9 es un fenómeno
objetivo que se corresponde y sirve para explicar
el estadio actual de las relaciones capitalistas de
producción y su expansión internacional. Es decir,
hablamos del capitalismo monopolista de Estado
transnacional.
7 C. Robles.: Memorias de Jean Monnet, Editorial Fayard,
Paris, 1993
8 Ver Europa Regional, Berlín, debrero de 1997, p. 3.
9 En el diccionario politológico actual, los términos Globalización y Mundialización, constituyen sinónimos.
19
La referida expansión del capital permite observar que el proceso de globalización de la economía
es resultado del funcionamiento y del desarrollo de
leyes económicas del capitalismo.10
Es decir, la globalización es un fenómeno de carácter esencialmente económico que derivado y asistido
por la Revolución Científico-Técnica —desarrollo
alcanzado por la humanidad en las esferas del transporte, las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones—, ha transformado cuantitativa y
cualitativamente las formas en que operaban las relaciones económicas y políticas internacionales11 e
incrementado el nivel de interdependencia de las naciones, condicionado por la conexión de los sistemas
productivos a escala global.
No obstante a ello, se considera que la globalización es un fenómeno que no ha concluido su desarrollo, por lo que todos sus rasgos no se han definido
todavía. Vale aclarar que, estudiar la naturaleza
multifacética, contradictoria y sistémica de las más
recientes tendencias que acompañan al proceso de
globalización, resulta una empresa sumamente difícil; entre muchas razones porque puede ser tratado
10 La globalización es ciertamente un proceso objetivo, es como
una nueva etapa de un antiguo proceso de desarrollo del
capital, detectado, expuesto y analizado, entre otros autores, por los clásicos del marxismo. C. Marx y F. Engels:
“Manifiesto del Partido Comunista”, en Obras escogidas,
Editorial Progreso, Moscú, 1975, p. 36. Ver también, C.
Marx: El capital, Editorial F. Sampere y cía, t. 1, sección
VIII, capítulo XXV, Valencia, 1954., pp. 225-256.
11 Para profundizar en el estudio del carácter de la globalizacion
y su impacto en las relaciones políticas internacionales ver
S. Baro: “Globalización y tendencias en las relaciones políticas internacionales”, en revista Cuba Socialista, 3ra. época, no. 3, La Habana, 1996.
20
desde muy diversos ángulos o puntos de vista como:
el económico, el legal, el social, el cultural, el político y el histórico, entre otros. También que la referida complejidad científica se acrecienta cuando se
aborda la globalización y su vínculo con la emergencia, en la segunda mitad de la década de los 80,
de las fuerzas de extrema derecha en Europa
occidental.
Entonces, ¿qué implicaciones tiene para Europa
el proceso de globalización, que la mayoría de los
extremistas euroccidentales de derecha se quejan y
se oponen a ella?
Para dar respuesta a esta interrogante y cumplir
con el objetivo de este epígrafe, nuestro análisis se
centrará en las principales implicaciones de las actuales tendencias del proceso de globalización, los
que se resumen en el cuadro 2.
Como se plantea al inicio de este epígrafe, la globalización como proceso está relacionada con casi
todos los fenómenos de la realidad contemporánea,
por tanto, es posible creer que las tendencias de
este proceso, así como sus implicaciones, están estrechamente vinculadas, por lo que su separación,
como se observa en el cuadro 2, solo intenta hacerlas más asequibles para su comprensión. Este
hecho permite analizar las referidas implicaciones
de la globalización, sin observar el ordenamiento
alfabético de estas. A continuación se estudiarán
las implicaciones b y c.
12 El proceso de integración de Europa occidental desde su
fundación ha sido denominado como: Comunidades Europeas (1957-1980), (1980-1992) Comunidad Económica Europea (CEE) (1957-1980), a partir de 1992, Unión Europea
(UE). Las dos últimas denominaciones coexisten, su utilización es lícita.
21
CUADRO 2
PRINCIPALES TENDENCIAS DEL PROCESO DE
GLOBALIZACIÓN
Tendencias actuales
Implicaciones
1. Los agentes internacionales de la globalización son:
Los estados poderosos económicamente, las organizaciones internacionales, las
entidades de alcance
supranacional y las Corporaciones transnacionales
CNTs; estas últimas constituyen los actores más importantes porque estimulan
y controlan los cambios
científico-técnicos que
constituyen el soporte tecnológico y objetivo de la
globalización.
a) Existencia de un nuevo
paradigma tecnológico y
de acumulación capitalista que condiciona el éxito
empresarial a escala global.
b) Pérdida o gradual desaparición del Estado-Nación.
c) Promoción de entidades
supranacionales como la
Unión Europea.
2. El proceso de globalización
es respaldado e impulsado
a partir del derrumbe del
Socialismo europeo, por
las concepciones teóricoconceptuales sustentadas
por los centros de poder
internacionales. Esta
realidad constituye el
componente subjetivo de la
globalización.
d) Homogeneización en alto
grado de la política económica a aplicar en todos los
países del mundo. El discurso es privatizador,
oportunista y desregulador que da como verdad
absoluta la “insuperable
ineptitud económica del
Estado”.
e) Extrapolación del modelo
de organización político-social y el sistema de
estructura capitalista a
todo el mundo.
F UENTE: S. Baró: ob. cit. y R. Fernández: La explosión del desorden, Editorial Fundamentos, Madrid, 1983.
22
Por el alto nivel de imbricación económica, política y jurídica, la Unión Europea12 es el proceso de
integración más avanzado y complejo del mundo.
“El proceso de integración económica euroccidental, al decir de la investigadora cubana Verónica
Loinaz, es un proceso de gran complejidad y elevado nivel de contradicciones que se proyecta en
diversas direcciones. La CEE representa un proceso con bases objetivas que responden a las exigencias del desarrollo de las fuerzas productivas y a la
actual tendencia de la internacionalización de la
economía”13
Se coincide plenamente con la politóloga cubana
Loinaz y a su afirmación, se adiciona que el proceso de integración europeo es un proyecto que se
basa, actualmente, en el ajuste estructural de tipo
neoliberal en condiciones de países desarrollados.
Es decir, para nosotros, el proceso de integración
europeo es hijo y negación de la globalización, por
lo que, pensando con el experto en cuestiones de
integración europea, Eduardo Perera, del Centro de
Estudios Europeos de La Habana, puede afirmarse
que “desde sus inicios el proceso integracionista regional ha sido dominado por las contradicciones
siguientes:
1. Nación contra supranacionalidad.
2. Profundización del proceso contra ampliación
de la membresía”.14
13 Ver: V. Loinaz:, “La integración económica euroccidental:
balance y perspectivas” en Revista de Estudios Europeos,
Centro de Estudios de Europa, no. 4, La Habana, 1987, p. 31.
14 E. Perera: “Maastricht y los nuevos caminos de Europa”, en
Revista de Estudios Europeos, Centro de Estudios de Europa, nos. 21-22, La Habana, 1992, p. 106.
23
Nación contra supranacionalidad
En el actual escenario globalizado esta contradicción se profundiza, porque para conseguir la “aspirada homogeneización las potencias se enfrentan
con un importante obstáculo: la objetiva existencia de una gran variedad de estados nacionales y
las correspondientes fronteras. De ahí que los partidarios de estas concepciones han venido desarrollando argumentaciones encaminadas a la
demostración de la obsolescencia, la inviabilidad,
en algunos casos, y la conveniencia de la formación de unidades políticas y económicas de mayores dimensiones”.15
Sin embargo, la Europa que se integra no es un
todo homogéneo, todo lo contrario, ese escenario
contradictorio está integrado por 15 estados que,
en su conjunto, presentan las características
siguientes:
• Altas tasas de desempleo.
• Disparidades de carácter regionales —por ejem-
plo: las existentes entre el norte y el sur italianos,
en la zona valona y francófona de Bélgica, así como
las marcadas diferencias existentes en el escenario español de Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía—.
• Disparidades en el desarrollo económico —por
ejemplo: países altamente desarrollados como:
Alemania, Francia, Reino Unido y los menos desarrollados como: España, Grecia, Portugal e
Irlanda—.
15 S. Baró: ob. cit., p. 38.
24
• Diversidad lingüística: en la Unión Europea exis-
ten 11 lenguas oficiales, a saber: alemán, danés,
español, francés, griego, irlandés, italiano, holandés, portugués, sueco y finlandés.
Considerando sólo las referidas características, se
sostiene el criterio de que resulta extremadamente
difícil encontrar una denominación jurídica que se
ajuste a la realidad de la Unión Europea. En torno al
debate nación-supranacionalidad ha estado influyendo, y lo continúa haciendo, el problema conceptual
que implica la no existencia de una definición precisa de nación. Los conceptos nación y Estado han
estado envueltos en ambigüedades históricas y en
preferencias ideológicas, incluso, el uso intercambiable de tales conceptos ha tenido un efecto paralizador en el análisis de los paradigmas sociológicos
y politológicos.
Dada la gran complejidad y la importancia que para
este trabajo tiene el asunto anteriormente expuesto,
se requiere de la definición y el análisis de algunos
conceptos claves como:
• Nación: es un grupo étnico políticamente movilizado que posee instituciones culturales y políticas relativamente autónomas. Ha desarrollado
una ideología política (nacionalismo) sobre la
base de sus necesidades e identidad como nacionalidad.16
• Estado-nación: es una nación que ha adquirido el
grado máximo de autonomía: la independencia nacional. En este caso el 90 % de la población de ese
Estado está conformado por miembros de una mis16 Ver E. Tirgakian y N. Nevitte: Nationalism and Modernity,
Editorial Storm, Nueva York, 1985, p. 211.
25
ma nación. La forma más pronunciada de Estadonación es cuando este está compuesto por una nación monoestatal, lugar de residencia del 90 % de
sus miembros. Tal enfoque sugiere que la composición de nación y Estado es mucho más compleja
que los postulados para el uso convencional de
estos dos conceptos.
• Naciones-Estado: son los casos donde una nación
ostenta una posición dominante dentro del Estado. Está medida por naciones que representan entre el 40 y el 90 % de la población de un Estado.17
• Estados multinacionales: categoría en la cual la
nación mayor no abarca más del 40 % de la población de un Estado.
Entonces, ¿hasta qué grado se ajusta el concepto
convencional de Estado-nación al sistema estatal europeo contemporáneo que se transforma bajo el imperativo del proceso de globalización y donde existen
ocho países que muestran fuerzas y partidos de extrema derecha?
Veamos, a la luz del sistema estatal europeo
contemporáneo, los conceptos anteriormente definidos.
Estados-nación
• Basado en naciones monoestatales (Dinamarca,
Francia, Italia y Noruega).
• Basado en naciones multiestatales (Alemania,
Austria, Suecia).
17 Ver M. Rejae y C. Enloes: “Nation-State and State-Nation”,
en International Studies, Ontario, vol. 13, no. 2, 1989,
p. 67.
26
Estados multinacionales
• Basado en naciones multiestatales —Bélgica
(53a )—.
Resulta sumamente interesante saber que de los
ocho estados de Europa occidental, donde hay presencia de la extrema derecha, solamente cuatro de
ellos son estados-nación monoestatales, por lo que
varios grados de complejidad caracteriza a los cuatro restantes. Los tres estados-nación de la Europa
comunitaria compuesto por naciones multiestatales
sugieren un nivel de desarrollo del Estado en el que
las naciones en varias etapas de movilización política están divididas más que unidas.
La nación-Estado de Bélgica, país de naciones
multiestatales, sugiere, por sus atributos composicionales, situaciones en las que la integración política requiere de compromisos muy difíciles de
alcanzar y/o mantener en el tiempo.
Esta cuestión es aprovechada de forma oportunista por los líderes e ideólogos de los partidos y fuerzas de extrema derecha euroccidentales. Como se
expresó en la introducción de este trabajo, la mayoría de los extremistas de derecha se oponen al proceso de integración europeo, alegando la pérdida de
la nacionalidad y el Estado por lo que se autoconsideran, de facto, nacionalistas.18
18 Ver como ejemplo de oportunismo de las fuerzas de extrema derecha, la cínica, pero honesta declaración del señor
Jörg Haider, del Partido Liberal de Austria; “Ante Bruselas, si no hubiese nación, habría que inventarla”, ver
L’Observatore Romano, Roma, 24 de abril de 1996.
a La cifra entre paréntesis representa el porcentaje estatal de
la mayor nación: A. Pérez: Sociología del nacionalismo,
Editorial Eusko, Vizcaya, 1989.
27
Por la importancia del término “nacionalismo” para
nuestro trabajo, consideramos oportuno advertir que
no se deben confundir las diferentes lecturas de este,
tales como:
• Nacionalismo “clásico”: entendido como doctri-
na que ayudó a fundamentar la aparición de la nación, que como fenómeno histórico, fue resultado
de las revoluciones liberales burguesas en Europa
durante los siglos XVIII y XIX.
De suyo se puede comprender que este tipo de nacionalismo, en tanto sirvió para aupar a los estados
europeos, ha desaparecido.
• Nacionalismo “periférico”: esta clasificación para
nosotros, engloba entre otros, a los procesos nacionales como el vasco, el catalán y el gallego en España, el escocés, el galés y el norirlandés en el Reino
Unido, así como el flamenco y el valón en Bélgica.
Lo que caracteriza a este tipo de nacionalismo es
que su modo nacional de organización no se construye sobre una forma prenacional, sino sobre una
estructura nacional ya existente.19
19 Por ejemplo, en el caso español, las dificultades para la
construcción de una monarquía unitaria primera, y la debilidad que caracterizó al Estado moderno después, no consiguieron la unificación real de todo el territorio. De ahí
que el nacionalismo español, presente desde el siglo XVIII,
fuese un nacionalismo débil que debe coexistir con las identidades de carácter local propiciadas en ocasiones por la
debilidad del propio Estado. Sobre el fondo de esta debilidad del proyecto nacional español algunas comunidades,
como Cataluña, el País Vasco, Andalucía y Galicia, defienden la realidad nacional de sus comunidades —que
reclaman un proyecto diferente—, apoyándose para ello
en la persistencia de las diferencias histórico culturales,
que el proyecto unitario no consiguió eliminar, y en su
28
• Neonacionalismo o nacionalismo cultural:20 nacido
con los ideólogos de la extrema derecha euroccidental elicitada a partir de la segunda mitad de la década
de los 80. Este no constituye un movimiento
coherente como los anteriores. Es una doctrina de
tipo cultural en la que la concepción de la nación
queda formulada como una suma de dos cosas: por
una parte, la historia verdadera —la existencia del
Estado que desaparece— y, por otra, la valoración
consciente y nacida en esa matriz histórica.
Aquí, los intelectuales desempeñan un papel de
activadores de la conciencia de los nacionales mediante la doble función de preservar y legitimar la
realidad nacional y de fundamentar políticamente su
futuro, dando respuesta a las “necesidades de la formación social” a la que se refiere la reivindicación
nacional.21
Por causa de esas “necesidades de la formación
social” que apuntan en su trabajo, Heller y Fecher,
el nacionalismo se adapta a casi todos las ideologías, aunque su forma de concreción pueden ser diametralmente opuesta. El éxito social de esta ideología
se debe a que esta implica un movimiento intercla20 En la literatura especializada este tipo de nacionalismo,
recibe distintas denominaciones como: “nacionalismo populista”, “neofascista”, “nacionalismo ideosincrático” y
“nacionalismo xenofóbico tradicional”. Para un estudio
más detallado sobre este asunto, ver G. Harris: European
Integration and the Challenge of the Extreme Rigth, APSA,
Columbia, 1994.
21 A. Heller y E. Fecher: Anatomía de la izquierda occidental, Editorial Península, Barcelona, 1985, p. 57.
particular posición dentro de las relaciones sociales del
Estado. A finales de 1999 ocurrieron dramáticos desórdenes xenófobos “El Ejido” en Andalucía.
29
sista capaz de incorporar a muchos sectores sociales
marginados o amenazados que “nacionalizan” su
frustración, compensando así, en cierta medida, su
situación.
En el caso de las sociedades de Austria, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia,
Suecia y Noruega , los sectores más vulnerables y
amenazados por los cambios que impone el proceso
de globalización, lo constituyen principalmente los
ancianos, los jóvenes, los obreros de las industrias
tradicionales y los pequeños propietarios.
Sin duda alguna, un componente importante para
el éxito del neonacionalismo lo constituye el uso de
mitologemas, como forma en que se expresa el mito.
Los mitos, históricamente, tienen una importante función en los procesos de cambio social, y gracias a su
capacidad empática constituyen “esa fuerza
movilizadora tan necesaria para la acción colectora”.
Los mitos son un conjunto de representaciones, no
tanto manifestada en conceptos como en imágenes
y símbolos, no ordenados de manera sistemática, sino
confundidos y amalgamados en un todo y susceptibles de modificaciones mientras se conserve un
núcleo.22
Como se conoce, muchos de los partidos políticos
y fuerzas de extrema derecha euroccidentales, como
el Frente Nacional Francés, el Liberal, el Partido
del Progreso, el Bloque Flamenco y otros, para
oponerse al proyecto integrador de Europa, han
conformado “programas políticos” vertebrados en
22 Para un estudio más profundo de este tema recomendamos la consulta de M. García Pelayo: Los mitos políticos
Editorial Alianza, Madrid, 1981. Para este autor, el mito
político cumple tres funciones básicas: “la integración”,
la “movilización” y el “esclarecimiento”.
.
30
torno al mito-mitologema central que plantea que
la concreción de la Unión Europea implica la
desaparición de la nación y con ella, la pérdida de
seguridad para el nacional.
El referido mitologema, adaptado a las “necesidades de las distintas formaciones sociales” de Europa occidental, es repetido de forma indiscriminada
por los ideólogos y/o portavoces ultraderechistas
que, de forma oportunista, aprovechan un importante factor: el déficit democrático del proyecto de
integración.
El proyecto de la Unión Europea, “al estar basado
en la voluntad del gran capital y de los gobiernos,
excluye de la toma de importantes decisiones a la
población comunitaria”.23 Al parecer, la complejidad de los problemas que está obligada a resolver la
comunidad hace difícil una popularización a escala
continental de sus espinosos debates sobre cuestiones económicas y sociales. Pero es un hecho que los
pueblos han vivido ignorantes de la gestación de disposiciones que han afectado de un modo directo su
propia vida sin haber sido consultados previamente
antes de recibir la orden que, nacida en Bruselas,
debía ser aplicada por los países miembros con estricta disciplina.
Las votaciones populares en Dinamarca, Noruega,
Suiza y Francia, y el amplio debate que ha suscitado
la ratificación de los 15 países acogidos al tratado de
Maastricht, ha demostrado que existía un amplio foso
de incomunicación entre las opiniones públicas y los
representantes gubernamentales reunidos en Bruselas, sede de la Comisión y del Consejo de Ministros
Comunitarios.
23 E. Perera: Conferencias dictadas en Universidad de La
Habana, mayo de 1997.
31
Profundización contra ampliación de la
membresía de la Unión Europea
La referida contradicción, que data de los inicios
del proceso, se agudiza a partir del derrumbe del
socialismo en los denominados “Países de Europa Central y Oriental” (PECO) cuando se comienzan a edificar proyectos sociales capitalistas cuyo
tratamiento ha recaído de forma casi absoluta en
la Unión Europea, que en la actualidad, con 15
miembros (Francia, Alemania, Italia, Bélgica,
Holanda, Luxemburgo, Reino Unido, Dinamarca,
Irlanda, Grecia, España, Portugal, Austria, Finlandia y Suecia), continúa funcionando con las instituciones y organismos que datan de 1958, cuando
contaba con seis miembros, con la consiguiente
inadecuación de la cultura política comunitaria,
con las exigencias actuales.
Este proceso contradictorio pudiera manifestar
rasgos antagónicos cuando la Unión Europea analiza la solicitud oficial de adhesión de nuevos estados como: la República Checa, Eslovaquia,
Hungría, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia,
Bulgaria, Rumania, Turquía, Suiza, Chipre y
Malta.
Como se pudiera comprender, con la entrada gradual a la Unión Europea de algunos de los actuales aspirantes con marcadas diferencias culturales,
económicas, políticas y sociales entre sí, se crean
las condiciones propicias para que los ideólogos
y líderes de los partidos y fuerzas de extrema derecha de Bélgica, Italia, Francia, Alemania, Dinamarca, Austria, Suecia y Noruega, así como de
los grupúsculos y fuerzas emergentes de los restantes países miembros continúen haciendo del
32
proceso de integración europeo uno de los principales temas de su agenda, en tanto, este tema, por
sus características, puede ser y es utilizado para
manipular al ciudadano medio europeo que se
siente atemorizado por la expansión de la Unión
Europea con miembros que pudieran generar problemas tales como: el desvío de inversiones de
capitales por los atractivos de los bajos salarios y
la existencia de mano de obra barata, la presencia
en el espacio europeo de religiones ajenas a ese
contexto como el Islam, así como la presencia de
millones de gitanos discriminados y excluidos por
las fuerzas xenófobas presentes en algunos de los
países y territorios ex socialistas.
Lo anteriormente expuesto resulta interesante
porque, en la medida que el proceso de integración euroccidental avance hacia la profundización
y hacia la ampliación de su membresía, en correspondencia con las leyes objetivas que lo asisten,
pudieran darse las condiciones para que aparezcan y se fortalezcan fuerzas de extrema derecha
en otros países de la Unión Europea que hoy no
las poseen.
Por eso, creemos que el proceso de integración
europeo, como expresión de la naturaleza contradictoria del proceso de mundialización, continuará influyendo positivamente en el desarrollo de
las fuerzas y partidos de extrema derecha en Europa occidental.
33
“Crisis” de los postulados del “Estado de
Bienestar General”
“Las medidas efectivas para la reconstrucción social de
Europa son de carácter administrativo mas bien que
económico”
HAWTREY (1946)24
“Los centavos no caen del cielo, hay que ganarlos...”
M. THATCHER (1980)25
¿Por qué parte de la población euroccidental, dice
vivir insegura?26
¿En qué medida la referida inseguridad ciudadana en Europa occidental, tema recurrente en el discurso de las fuerzas de extrema derecha, está
vinculada con el desmantelamiento del Estado del
Bienestar General?
Uno de los temas que en estos últimos años recorre con más interés el campo de las ciencias sociales, es sin duda alguna, las transformaciones y
cambios del Estado contemporáneo. Estudiosos de
distintas disciplinas vinculados a paradigmas diferentes, cuando no opuestos, tratan de explicar y des24 R. Hawtrey: La reestructuración económica del mundo de
la postguerra, Editorial Aguilar, México, 1948. Este autor, por su pensamiento económico, tuvo una gran influencia en la implantación del Estado del Bienestar General.
25 M. Hernández: Condicionamientos históricos del
neoconservadurismo en los Estados Unidos, República Federal Alemana y Gran Bretaña, material inédito.
26 Según el resultado de ocho encuestas sociológicas del Instituto Europeo de Investigaciones Sociales (IEIS) realizados a partir de 1982, el tema que más preocupa a los
occidentales (70,2 %) es la inseguridad asociada a la posible disminución del sistema de Bienestar General. Ver IEIS.
Informe a los gobiernos europeos, 1997, Viena, 1998.
34
cubrir cuál es la lógica del desarrollo y evolución
que las instituciones estatales están sufriendo a partir de la segunda mitad del siglo xx .
El motivo de este interés se centra no solamente
en la importancia que el aparato del Estado ha tenido desde siempre en la estructura y gestión de la
sociedad, sino, sobre todo, en el papel protagónico
que alcanzó a partir de la culminación de la Segunda Guerra Mundial, permeando todos los rincones
públicos y privados de la vida social, de tal forma,
que se transformó en el agente más importante de la
producción y reproducción de la sociedad, hablamos del Estado del Bienestar General.27
Como se conoce, la protección social es una invención europea, su origen se remonta a la época de
Bismarck y a la legislación social que estableció el
canciller de hierro en la Alemania de fines del siglo
28
XIX. A partir de entonces, en los países europeos,
donde se dieron determinadas condiciones económicas, políticas, sociales y culturales, se reconoció,
gradualmente, la necesidad de una intervención del
Estado que garantizara la “pax ciudadana”29 con un
mínimo de seguridad social.
El asalto combinado, para emplear una terminología militar, del sufragio universal, la Primera Guerra
Mundial (1914-1918), la terrible crisis económica de
27 Este término-concepto es conocido y tratado en la literatura especializada como: Estado Social, Welfare State,
Estado providencia, Estado benefactor, Wohlfahrtstaat. En
tal sentido constituyen sinónimos y así se utilizará en este
trabajo.
28 Esta doctrina se plasmó en la encíclica Rerum Novarun,
que se complementó 40 años más tarde con la
Cuadragesimo Anno.
29 R. Hawtrey: ob. cit., p. 24.
35
1929-33 y la presión del movimiento obrero, provocaron, a nuestro juicio, el colapso del Estado burgués
liberal en su forma decimonónica y junto con él, el de
la teoría económica (liberal) que lo sustentaba.
Este debate paradigmático sale de los recintos de
la entonces Universidad Liberal y se convierte en
política oficial de los gobiernos europeos a partir
de 1945, cuando la mayor parte de los países capitalistas adoptan la doctrina del “Report Beveridge”
y “La política económica Keynesiana”.
El “Report Beveridge”30 (1942) trataba de afrontar
las circunstancias de la guerra y suavizar las desigualdades sociales mediante una doble redistribución de
la renta que actuase sobre la seguridad social y otras
subvenciones estatales. Por su parte, la “Teoría
Keynesiana”31 intentaba palear los efectos de la depresión económica actuando sobre la demanda a través del Estado.
Así pues, la expansión de los programas de bienestar se justificaban no solo con el fin de acudir a
las necesidades primarias de la población, sino también como política para regular el mercado y estimular el consumo como vía de cortar las crisis de
superproducción que sobresatura los mercados. Esta
política económica, con diferentes matices, fue llevada a cabo, en buena parte de los países euroccidentales, tanto por los partidos de derecha, como por
los de izquierda y sus más vivos defensores fueron
los gobiernos socialdemócratas.
30 Ver W. Beveridge: Bases de la seguridad social, Fondo de
la Cultura Económica, Ciudad México, 1944
31 Ver J. Triana y otros: “ La teoría económica burguesa del
capitalismo regulado: John Maynard Keynes”, en Historia de las doctrinas económicas II, primera parte, Universidad de La Habana, La Habana, 1983.
36
Entre las características básicas del Estado social
se pueden señalar la universalidad de sus coberturas, algunas de ellas independientes del nivel de rentas de los ciudadanos y el importante peso del sector
público en el funcionamiento de estas.
La importancia de los gastos públicos en el sostenimiento de este modelo de prestaciones sociales es
tal, que estos representan más de la mitad de los
mismos en los países europeos pertenecientes a la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).32
Independientemente de las características de los
sistemas de protección social que corresponden a los
países con fuerzas de extrema derecha con cierto
grado de desarrollo, los ciudadanos de todos los países de Europa occidental son beneficiados con prestaciones sociales en caso de envejecimiento,
enfermedades, invalidez, maternidad y desempleo,
así como por la existencia de un sistema de atención
de salud, gratuito o ampliamente subvencionado.
Ahora bien, no hay dudas de que la implementación
práctica de las políticas que sustentaban al Estado
del Bienestar General coincidieron con una etapa de
prosperidad del capitalismo donde se verificaron:
• Crecimiento demográfico.
• Reconstrucción de las economías destruidas por la
contienda bélica mundial que demandaban cuantiosos recursos (materiales, financieros y humanos).33
32 OCDE: Foro de concertación, consulta y cooperación económica Norte-Norte, que reúne en su seno, a 29 de los
países más industrializados del mundo.
33 Para un estudio in extenso de los requerimientos que exigía la reconstrucción europea, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, pueden consultarse: UNESCO: The
37
• Existencia de mercados interiores desabastecidos.
• Créditos norteamericanos en condiciones favorables.
• Aperturas de nuevos mercados exteriores debido
al proceso de descolonización.
Desarrollo y crecimiento económicos sostenido.
Proceso de integración europea.
Aumento del excedente social.
Políticas redistributivas.
Aumento del gasto público, específicamente del
gasto social.
• Generación de empleos a bajos costos, condicionado por las políticas de austeridad.
• Proceso de distensión internacional que, junto a la
protección brindada por los Estados Unidos, permitió reducir considerablemente los gastos de defensa.
• Orden económico internacional vigente, donde priman las relaciones de intercambio desfavorables
con el Sur, que permite transferencias netas de
capital a favor de Europa.
Por todo lo anterior, coincidimos plenamente con
el jurista español Ramón Cotarelo cuando acertadamente afirma: “La verdad es que, si alguna vez, se
han dado condiciones objetivas favorables al
desarrollo de Europa, ha sido a partir de 1945”.34
No obstante, se sostiene el criterio de que no es
posible intentar entender el Welfare State, si no se
tienen en cuenta, entre otras cosas, las relaciones
•
•
•
•
•
34 R. Cotarelo: Del Estado del bienestar al Estado del malestar, La crisis del Estado social y el problema de legitimidad, CEC, Madrid, 1990, p. 111.
Book of Needs of Fifteen War Devastated Countries, (s/e),
París, 1947 y R. Hawtrey: ob. cit.
38
internacionales de la época, profundamente determinadas por la existencia de dos superpotencias: la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los
Estados Unidos enfrentadas en el comienzo de la
guerra fría. Es decir, al considerarse que el Estado
del Bienestar “es una respuesta del capital a los
movimientos obreros y al ejemplo del socialismo
soviético que podía encandilar a los trabajadores
occidentales”,35 resulta evidente que, en el despegue
del Estado social, por así decirlo, influyó la situación internacional después de 1945 en la rivalidad
de las superpotencias.
Este modelo de desarrollo estatizado de la economía capitalista funcionó con “eficiencia” y “eficacia” hasta mediados de los años 70, gozando, como
se observa en el cuadro 3, de una auténtica legitimidad en el seno de la sociedad euroccidental.
Empero, en las últimas dos décadas del siglo xx,
y en respuesta a una variedad de problemas económicos, sociales y políticos, los países de Europa occidental se encuentran inmersos en una fase de
ajuste institucional a largo plazo que han creado las
condiciones favorables para el desarrollo de la extrema derecha.
A primera vista, estos problemas han sido de carácter técnico-económico, es decir, por causa de los
vaivenes de una economía mundial inmersa en un
verdadero proceso de cambio de alcance estructural y funcional, que se inició en el trienio 19731975 y que muestra su incapacidad para generar
35 M. Marta Hernández: Conferencias dictadas en Universidad de La Habana, La Habana, marzo-abril de 1997. Ver
también, F. Castro: “Conferencia de Rosario Green en la
Universidad de La Habana”, en periódico Granma, 25 de
junio de 1998, La Habana, p. 5.
39
empleos y su tendencia al crecimiento de la vulnerabilidad de la economía nacional. Esta realidad
socioeconómica, que al parecer no genera ya los
recursos para el gasto público, obliga a replantear
la mayor parte de los postulados del Welfare State.
Al mismo tiempo, se han producido importantes
cambios demográficos y sociológicos en la familia
y en la estructura de clases en las sociedades europeas, cuyos inicios se remontan a los años 60 y que
pudieran estar influyendo en el actual “desmantelamiento” del Estado del Bienestar.
CUADRO 3
VALORACIÓN DEL ESTADO DE BIENESTAR
POR LA POBLACIÓN EUROPEA.
El Gobierno
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F UENTE: L. Moreno: Intercambio social y desarrollo del bienestar,
Editorial CSIC, Madrid, 1993.
Tanto el carácter general, como los rasgos específicos del Estado del Bienestar fueron moldeados, desde el punto de vista teórico-práctico, por
40
la estructura familiar entonces prevaleciente, por
las exigencias de la clase trabajadora industrial y
por los requisitos de la integración nacional. En
la actualidad, esos tres principales procesos de
desarrollo del pasado están en su fase terminal
porque:
1. Se ha completado la transición demográfica en
la mayoría de los países europeos. En el anexo
2 se puede observar que la tendencia indica una
profundización del proceso de decrecimiento de
la población en los referidos países donde la
extrema derecha ha ganado espacio.
A lo anteriormente expuesto se puede vincular
el envejecimiento de la estructura demográfica que
muestra que la proporción de ciudadanos mayores de 65 años continuará acrecentándose en relación con el total poblacional “del 13,7 % en 1992
se aproximará a 19,0 % en el 2020, según proyecciones de hipótesis medias de fecundidad y de
mortalidad”. 36
Si consideramos que desde el punto de vista técnico el Welfare State se suele dividir en cuatro grandes rúbricas o partidas —educación, ayuda familiar,
subsidios al desempleo y seguridad social— y que
esta última, que incluye gastos en salud pública y
pensiones por jubilación, es la que representa la
mayor parte de los gastos públicos (ver anexos 3
y 4), convirtiéndose estos en el principal componente de los gastos sociales y que, según estimados, a nuestro juicio conservadores, llegarán a
absorber, si no se implementan cambios en el sis36 L. Moreno: Intercambio social y desarrollo del bienestar,
ed. cit., p. 44.
41
tema del bienestar social, una proporción cada vez
más creciente del producto interno bruto (PIB) de
los países euroccidentales.37
Un reciente informe de la Organización de Naciones Unidas aseguró que “la inmigración es la única
salida para paliar los efectos del drástico envejecimiento de la población de algunos países, en especial, los europeos (...). Europa necesita millones de
inmigrantes en los próximos 25 años para mantener
el actual equilibrio entre población activa e inactiva
(...). A Italia y Francia le faltan nueve y dos millones de personas, respectivamente, para posibilitarle
a sus economías y sistema social en el venidero año
2025, la prosperidad obtenida en 1995.38
Por eso, en el contexto euroccidental en sentido
general y, en Alemania, Francia y el resto de los países con fuerte presencia de la extrema derecha, en
particular, en su vertiginosa y exigente carrera por
el “euro”, conducidos y ajustados su avance por criterios técnicos-operacionales de corte y filosofía
neoliberal; no puede mantenerse inmutable el Estado Social Keynesiano.39
La gradual homogeneización en Europa occidental de las prácticas económicas, políticas y sociales,
37 En 1960 el gasto social en los países de Europa occidental
representaron el 14 % del PIB. Por su parte, los gastos
sociales de 1993 supusieron el 25 % del PIB. Ver P. Uriarte:
ob. cit., p. 211.
38 Ver M. Marrero: “Europa no puede vivir sin inmigrantes”,
en Orbe, Prensa Latina, La Habana, 12 al 18 de febrero
del 2000, p. 5.
39 El canciller federal de Alemania. G. Schoreder anunció “el
presupuesto del año fiscal 2000 contendrá recortes millonarios del gasto público ascendente a 19 000 000 000 usd”.
Cable de la agencia noticiosa DPA citado por periódico
Granma, La Habana, 20 de julio de 1999.
42
con el imperativo del proceso de integración y de
los cambios económicos y sociales, muestra los resultados como los siguientes:
• Los gastos en educación que en la actualidad re-
presentan “cifras en torno al 5 % del PIB.”40 en
los países europeos pertenecientes a la OCDE. tenderán a reducir su participación dentro de los gastos sociales públicos, de manera que, entre los años
2000-2025 disminuirán hasta el 1 % del PIB.
• Tendencia a la privatización gradual de la seguridad social. Este proceso debe concluir en torno a
los años 2000-2007 y conllevará a una reducción
significativa del gasto público.
2. La esfera de los servicios ha reemplazado a la
industria como el sector económico dominante
en el conjunto de las naciones industrializadas
en Europa occidental. El sector terciario representó en 1993 el 69,2 % del producto interno
bruto euroccidental, al emplear en este el 67 %
de la población activa contra el 34 % en 1950.
Lo anteriormente expuesto tiene grandes implicaciones en el orden teórico-conceptual y epistemológico respecto a las clases sociales y a la
división del trabajo, que, como se conoce, constituyen un elemento fundamental en la hermenéutica del análisis de la sociedad capitalista avanzada
para comprender buena parte de sus elementos de
cambio y transformación.
Como respuesta a las necesidades de desarrollo
del sistema capitalista de producción, las políticas
económicas de corte neoliberal que consiste en pro40 Uriarte, P.: “Crisis y adaptación del Estado del Bienestar”,
en Situación 1994, BBV, Bilbao, 1994, p. 200.
43
poner ajustes estructurales que respondan a los criterios de acumulación de una economía de rápida
innovación tecnológica, conspira gradualmente contra los empleos tradicionales.41 Adiós, dicen los
neoliberales, al pleno empleo; menos Estado y más
mercado es la fórmula oficial. Es decir, la economía
capitalista contemporánea, a partir de las agudas crisis económicas del sistema de los años 1973-1975 y
de la predominancia del sector terciario, no se caracteriza por ser generadora de empleos; por lo que
el desempleo masivo parece ser consustancial con
el sistema (ver cuadro 4).
Dos fenómenos importantes que están estrechamente vinculados al incremento del desempleo en
Europa occidental desde 1974 son:
• Desarrollo del desempleo de larga duración, en
1982, el 12 % de los desempleados se mantienen
en esa condición por más de un año, en cambio, en
la actualidad representan el 36 % del total. El desempleo de larga duración golpea hoy a los grupos
41 En el primer período de gobierno neoconservador británico (1979-1983), los reajustes realizados a nivel macro y
microeconómico, siguiendo los criterios del pensamiento
económico neoliberal, provocaron la desaparición de cerca de 500 000 puestos de trabajo tradicionales, los cuales
fueron sustituidos por puestos de trabajo con nuevas modalidades y exigencias laborales como: conocimiento de
la informática, necesidad de portar Know How , entre otros.
Ver M. Hernández: Condicionamientos históricos del
neoliberalismo en Gran Bretaña, ed. cit. La rápida innovación tecnológica, que precisa la Revolución CientíficoTécnica en el sector de los intangibles, genera nuevas
modalidades de trabajo, tales como el teletrabajo, que por
las exigencias que impone en términos de saber hacer, margina del mercado laboral globalizado profesiones consideradas como tradicionales.
44
Población activa
aalo
la oblación
activa
no
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CUADRO 4
Alemania Aia lia inamaa ania
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8,
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38,9
3,
POBLACIÓN ACTIVA DE ALGUNOS PAÍSES SELECCIONADOS DE EUROPA OCCIDENTAL.
EMPLEO Y DESEMPLEO (1992)
3,
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9,
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9,
F UENTE: NATHAN: ob. cit. La geographie des 15, Editorial Nathan, París, 1996.
45
de etarios de menos de 25 años y en menor medida a los ciudadanos europeos que tienen entre 26
y 49 años.
En el caso de una relativa mejora de la situación
del empleo, esa categoría se verá afectada por:
Pérdida u obsolescencia de los calificadores.
Recortes a los programas de educación.
Alargamiento de la edad de jubilación.42
Desindicalización gradual de los oferentes de fuerza de trabajo.
• Otra evolución importante en el mercado del empleo a partir de los años 70 lo constituyen las categorías de contratos de trabajo y los modos de
empleo. Estando en vigor el instrumentario del Estado del Bienestar, predominó el contrato de trabajo por tiempo indeterminado, pero de forma
gradual, el derecho laboral se ha ido desarrollando y adaptando a formas de flexibilidad diversas,
como los llamados “contratos atípicos”, entendiéndose por ello las modalidades siguientes: contratos con una duración determinada, trabajos de
iniciación, contratos empleo-solidaridad, contratos de retorno al empleo, etcétera. Hoy, “alrededor del 70 % de los que acceden al mercado laboral
europeo lo hacen a través de contratos muy
precarios”. 43
El período de inserción de los jóvenes en la vida
activa se ha prolongado, muchos de ellos conocen
una serie de experiencias de intentos laborales ines•
•
•
•
42 La edad promedio de retiro laboral en los países de la Unión
Europea (1995) fue de 63,7 años para los hombres y de 62
años para las mujeres. Ver Nathan: ob. cit, p. 126.
43 M. Join-Lambert: “Les nouveax risques”, en Project,
no. 272, París, p. 32.
46
tables hasta lograr una inserción más segura. Es
oportuno decir que en el cuatrienio 1995-1999, con
los contratos atípicos (sobre todo la reducción de la
jornada laboral y el trabajo parcial ) se “crearon”
cerca de 3,5 millones de empleos y el número de
demandantes de empleos se redujo de 19 millones a
16,5 millones de personas.44 Según el criterio de expertos de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), “estas modificaciones en el mercado laboral
pueden ser definitivas”.45
No obstante lo expuesto con anterioridad se insiste por políticos y académicos europeos en la viabilidad del “Liberalismo social” como tercera vía de
desarrollo social (entiéndase ni socialismo ni capitalismo salvaje) que combinará la eficiencia capitalista en un entorno globalizado con medidas de corte
social. A nuestro juicio esto hoy resulta difícil cuando
no imposible.
3. Contemporáneamente el Estado-nación
“cede”46 espacio a los esquemas supranacionales como la Unión Europea. Para llegar a
este nivel de integración regional los gobier44 Según informes oficiales de la Unión Europea publicados
en Bruselas “A fines de 1999 había en la Unión Europea
10,8 millones de desempleados”. Ver periódico Granma,
La Habana, 5 de febrero de 1999.
45 OIT: Informe técnico 1998, Berna, 1998, p. 840.
46 Aunque se afirma por el postulado neoliberal que el Estado-nación cede parcelas de soberanía a entes supranacionales y que constituye rara avis en la aldea global, es bueno
aclarar que el Estado-nación está siendo sometido a una
reforma funcional que lleva a la casi desaparición del Estado pequeño y subdesarrollado. Además, hay que tener
presente que el elemento fundamental de la maquinaria
del poder político transnacional lo constituyen los propios
estados nacionales.
47
nos deben mantener una política económicofinanciera, social y política que no prioriza, en
ningún caso, el sostenimiento de un sistema
de seguridad social de amplio alcance que,
como componente de un sistema de producción, pudiera restarle competitividad respecto
de otras zonas del mundo si se considera que
el proceso de globalización de las relaciones
económicas y políticas internacionales impone criterios de eficiencia internacional. El Tratado de Maastricht —instrumento jurídico que
definió los objetivos y calendario de la Unión
Económica y Monetaria (UEM) de Europa, así
como también estableció los criterios de convergencia de las economías de los países
miembros para acceder a la UEM— presupuso, entre otros, la existencia de un déficit presupuestario no mayor al 3 % del PIB. De suyo
se puede inferir que los países que cumplieron
estas exigencias comunitarias tuvieron que
aplicar un severo plan de ajuste que incluyó
modificaciones en el sistema del Bienestar
Social. Este tratado contempla igualmente el
concepto “libre circulación de personas”, el
cual implica una doble connotación que hace
referencia a colectivos distintos y cuyo tratamiento es diferenciado en este instrumento jurídico como:
• Libre circulación de los trabajadores de los países
miembros que:
• Tienen derecho a desplazarse para la búsqueda de
empleo e instalarse.
• Tienen derecho a que se le conceda automáticamente el permiso de residencia y permanencia ulterior.
48
• No pueden ser discriminados por razones de na-
cionalidad y serán tratados en igualdad de condiciones que los trabajadores nacionales.
• Libre circulación de personas en cuanto a la concesión de permisos de residencia, hecho estrechamente conectado con la ciudadanía europea.
En este contexto es evidente que no pueden existir
diferencias substanciales en los países europeos respecto de gastos sociales y estructuras institucionales.
Se puede afirmar que la crisis del Bienestar General es aceptada unánimemente, así como también el
diagnóstico de sus urgencias básicas, a saber:
• Mantener sus criterios fundamentales, teniendo
como referencia la importancia que, en términos
generales, otorgan los europeos al sistema de garantías sociales, por lo que, la atención debe dirigirse a cómo lograrlo.
• Inaplazable adaptación a la realidad económica
imperante.
Finalmente, el actual debate entorno al Welfare
State, debe derivar, no en un total desmantelamiento o desaparición del Sistema de Bienestar Social,
sino en un redimensionamiento que le permita ajustarse a los requerimientos de reproducción y eficiencia del sistema.
No obstante, ese proceso debe resultar extremadamente difícil y como tal continuará generando
afectación a sectores de la población euroccidental,
pero sin poner en peligro la estabilidad social del
sistema. Lo anteriormente expuesto, allanará el camino por donde sigan transitando las fuerzas de la
extrema derecha.
49
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