los síntomas de la infección aguda por vih serían más variados de lo

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LOS SÍNTOMAS DE LA INFECCIÓN AGUDA POR VIH
SERÍAN MÁS VARIADOS DE LO QUE SE PENSABA
Se identifican diversos “síntomas atípicos” de la primo infección, algunos de
ellos graves, aunque poco frecuentes
Nota: La etapa de la infección por VIH que se presenta en las primeras
semanas de la transmisión se llama infección aguda y aun cuando todavía no
se pueden detectar los anticuerpos, puede haber síntomas muy parecidos a la
mononucleosis infecciosa o gripe
Francesc Martínez - 04/06/2015
Un estudio suizo, publicado en Clinical Infectious Diseases, ha identificado
una serie de síntomas asociados a la primoinfección por VIH en personas que
han recibido un diagnóstico precoz. Algunos de estos síntomas podrían ser
graves.
El Estudio sobre la Infección Primaria por VIH en Zúrich (Suiza), de tipo
observacional, analizó los resultados de todas aquellas personas
diagnosticadas durante las primeras fases de la infección por VIH en dicha
ciudad desde enero de 2002.
Dentro del concepto “primeras fases de la infección” se incluyeron:

Infección aguda: personas asintomáticas con resultado negativo en la
prueba de anticuerpos y positivo en la del antígeno p24 o personas
asintomáticas con prueba de anticuerpos del VIH positiva dentro de los 90
días posteriores a la fecha de una exposición al virus conocida.

Infección reciente: personas que han padecido síntomas de infección
primaria con prueba de anticuerpos del VIH positiva pero con resultados
negativos en pruebas de detección de inmunoglobulinas G (IgG) específicas
frente al VIH (estas pruebas dan resultados positivos meses después de la
infección primaria y de forma posterior a las pruebas de anticuerpos
estándar) o personas asintomáticas con prueba de anticuerpos del VIH
positiva dentro de los 90-180 días posteriores a la fecha de una exposición
al virus conocida.
Como no hay una definición ampliamente aceptada de síntomas típicos de
primoinfección, los investigadores llevaron a cabo una búsqueda bibliográfica
para consensuar una definición interna para el estudio. Se contemplaron 17
síntomas y dos valores anómalos en las pruebas de laboratorio. El síntoma
más frecuente fue la fiebre. Otros síntomas y anomalías de laboratorio
destacados fueron fatiga, faringitis, exantema cutáneo, inflamación de los
ganglios linfáticos, pérdida de peso, dolor muscular, dolor articular,
disminución del recuento de plaquetas y elevación de las transaminasas.
Los investigadores clasificaron como primoinfección atípica a aquella
asintomática, asociada a una enfermedad definitoria de sida, con síntomas
diferentes a los antes mencionados o con valores anómalos en pruebas de
laboratorio diferentes a las antes descritas.
De las 290 personas finalmente incluidas, 202 (el 70%) tenían
sintomatología típica y 74 (el 25%) tenían sintomatología atípica. Solo 14
personas (el 5%) no tenían síntomas (7 en el grupo de infección aguda y 7 en
el de infección reciente). Dicha baja proporción se debió a un sesgo
intrínseco del estudio: la mayor parte de las personas del estudio fueron,
precisamente, diagnosticadas e incluidas por haber acudido con
sintomatología.
De hecho, el porcentaje de personas sin síntomas de primoinfección en otros
estudios se ha movido entre el 10 y el 60%. En la misma línea, se calcula que
la prevalencia de síntomas atípicos (del 25% en el presente estudio) suele
encontrarse entre el 2 y el 15%.
Las personas asintomáticas fueron, con mayor frecuencia, mujeres, más
jóvenes y presentaban una mayor probabilidad de tener VIH con mutaciones
de resistencia al compararse con aquellas que sí experimentaron
síntomas. Mientras que las personas asintomáticas tenían una carga viral
promedio de unas 130.000 copias/mL, aquellas con sintomatología llegaban
a 4-5 millones copias/mL.
La mayoría de las personas con síntomas (el 83%) se encontraban en fase
aguda y de estas el 28,5% presentaban síntomas atípicos. En las personas
con infección reciente, el 40% de los síntomas fueron clasificados como
atípicos.
Las personas con síntomas atípicos tenían una mayor probabilidad de estar
infectadas por subtipo no B del VIH, de ser heterosexual y de tener otras
infecciones de transmisión sexual. Este hallazgo resulta interesante porque la
mayoría de estudios se han desarrollado con infecciones por VIH de subtipo
B, menos virulento que otros (como por ejemplo el D o el A/E).
Las personas con síntomas atípicos presentaron una mayor probabilidad de
ser hospitalizados por causa de la sintomatología (43% de las personas con
síntomas atípicos frente al 11% de aquellas con síntomas típicos).
En el estudio fueron descritos un buen número de síntomas atípicos. Los más
frecuentes fueron de tipo intestinal o asociados al sistema nervioso central.
Algunos de ellos afectaron a ojos, pulmones, riñones, genitales y/o a la piel.
También se detectó en algunos casos pérdida grave de peso y afecciones
sanguíneas graves tales como la pancitopenia (descenso notable de los
niveles de células sanguíneas en general).
En el 23% de las personas con síntomas atípicos se detectaron
enfermedades definitorias de sida. Las más frecuentes fueron candidiasis
orales o esofágicas graves (14% de las personas con síntomas atípicos). Otras
enfermedades definitorias de sida detectadas fueron infecciones por
citomegalovirus, infecciones herpéticas y diarrea grave.
Los otros síntomas atípicos más frecuentes fueron aquellos de tipo
gastrointestinal no definitorios de sida (14% de las personas con
sintomatología atípica). Tres de estos casos precisaron de cirugía: un caso de
sangrado gástrico grave, un absceso anal y una inflamación de la vesícula
biliar. Un paciente presentaba artritis aguda e insuficiencia renal aguda, otro
recibió un diagnóstico inicial de apendicitis y un tercero experimentó una
inflamación gastrointestinal generalizada de origen herpético que requirió de
la extirpación parcial del colon.
Los efectos adversos a nivel del sistema nervioso central supusieron un 12%
de los casos de sintomatología atípica. Dichos efectos incluyeron parálisis
faciales transitorias, vértigo prolongado, eventos psiquiátricos, encefalitis e
incluso un caso de meningitis.
El resto de síntomas atípicos fueron de tipo cutáneo (9%), pulmonar (6%,
incluido un caso de neumonía), resultados anómalos en recuentos de células
sanguíneas (6%) y síntomas urogenitales (3%).
Aunque algunos síntomas fueron graves, ningún participante falleció por
estas causas.
El recuento promedio de CD4 en personas con síntomas atípicos era de 421
células/mm3. La mitad tenían cargas virales superiores a 100.000 copias/mL.
Algunas de las personas con síntomas atípicos fueron correctamente
diagnosticadas de infección por VIH, el resto recibieron otros diagnósticos
antes de cribar la presencia del VIH. Así, en el 16% de los casos se
diagnosticaron infecciones víricas tales como mononucleosis infecciosa; en
el 6% infecciones bacterianas en general; y en el 3% de los casos se
diagnosticó una infección bacteriana concreta: sífilis. Solo en el 12% de
estas personas se cribó y diagnosticó únicamente la infección por VIH.
No obstante, estos diagnósticos previos no parecieron retrasar el
diagnóstico de infección por VIH. Así, el tiempo hasta el diagnóstico fue de
29 días en personas con síntomas típicos y de 32 entre aquellas con síntomas
atípicos (diferencia no significativa). Las personas cribadas en una clínica de
salud sexual fueron diagnosticadas antes (a los 21 días) que aquellas que
acudieron a centros hospitalarios (32 días) o de atención primaria (33 días).
Los resultados del presente estudio muestran que el VIH puede causar
sintomatología muy diversa en la infección aguda y que esta puede ser grave,
aunque en contadas ocasiones.
Estos datos ponen de relieve, una vez más, la necesidad de un sistema
sencillo de acceso a la profilaxis postexposición tras una práctica de riesgo y
de una buena red de centros públicos y comunitarios que faciliten el
diagnóstico de la infección por VIH en sus primeros estadios, tanto para
reducir el riesgo de experimentar síntomas graves como por el potencial
beneficio de recibir un tratamiento antirretroviral. La administración
temprana de la terapia frente al VIH, además de tener un impacto positivo en
la salud del paciente, podría limitar el establecimiento de reservorios, un
aspecto que está siendo evaluado en diversas estrategias en investigación
encaminadas a la cura funcional.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt_VIH).
Referencia: Braun DL et al. Frequency and spectrum of unexpected clinical
manifestions of primary HIV-1 infection. Clinical Infectious Diseases, early
online publication: doi: 10.1093/cid/civ398. 2015.
Grupo de Trabajo en tratamientos gTt
Barcelona, España
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