VII LEGISLATURA Serie II: PROYECTOS DE LEY Núm. 124 (c) (Cong. Diputados, Serie A, núm. 116 Núm. exp. 121/000116) 16 de mayo de 2003 PROYECTO DE LEY 621/000124 De la viña y del vino. PROPUESTAS DE VETO 621/000124 glamento del Senado, formula la siguiente enmienda de veto. PRESIDENCIA DEL SENADO JUSTIFICACIÓN En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 191 del Reglamento del Senado, se ordena la publicación en el BOLETÍN OFICIAL DE LAS CORTES GENERALES de las propuestas de veto presentadas al Proyecto de Ley de la viña y del vino. Palacio del Senado, 13 de mayo de 2003.—P. D., Manuel Cavero Gómez, Letrado Mayor del Senado. El Senador Anxo Manuel Quintana González, BNG (Mixto), al amparo de lo previsto en el artículo 107 del Reglamento del Senado, formula un veto al Proyecto de Ley de la viña y del vino. Palacio del Senado, 6 de mayo de 2003.—Anxo Manuel Quintana González. PROPUESTA DE VETO NÚM. 1 De don Anxo Manuel Quintana González (GPMX) El Senador Anxo Manuel Quintana González, BNG (Mixto), al amparo de lo previsto en el artículo 107 del Re- Con el objetivo de implantar una legislación básica que permita una ordenación económica del sector vitivinícola a nivel estatal, el Proyecto de Ley de la viña y del vino establece una regulación homogénea de un sector que, por sus características, se define por su heterogeneidad, extendiendo y legalizando prácticas propias de una determinada zona a todo el territorio sin tener en cuenta las diferentes realidades productivas, lo que atenta contra la singularidad y originalidad de los vinos de calidad. De forma más concreta, el BNG rechaza el actual Proyecto de Ley de la viña y del vino, por los siguientes aspectos: • Propone una regulación que se adentra en el ámbito competencial de las Comunidades Autónomas, pues no se limita a abordar una regulación genérica y básica de aquellos aspectos del sector vitivinícola que mantienen vinculación estrecha con la ordenación económica en general o que están sometidos a organizaciones superiores de mercado; sino que aborda cuestiones que son mero desarrollo o ejecución de la regulación básica. Por ejemplo, en materia de denominaciones de origen, la competencia normativa debe residir de forma incondicionada y absoluta en aquellas comu- — 27 — BOCG, SENADO, SERIE II 16 DE MAYO DE 2003 nidades autónomas que han asumido en exclusiva la titularidad en esta materia; por lo que este Proyecto de Ley debe ceñirse únicamente a trazar un mínimo común muy genérico sobre naturaleza, funcionamiento y competencias aplicable a las denominaciones de origen ubicadas en una Comunidad Autónoma, para que éstas puedan desarrollar con amplitud su régimen jurídico conforme a la realidad específica del sector; y no la aplicación de una regulación homogénea con trazos muy marcados que hacen imposible a las Comunidades Autónomas adaptarlas a sus realidades específicas. • El establecimiento de distintas catalogaciones para vinos de calidad conlleva una falta de rigurosidad y de control, disminuyendo de forma importante las garantías ofrecidas y creando confusión en el consumidor final. • Las radicales innovaciones respeto a los consejos reguladores y su funcionamiento, en especial las relativas a los sistemas de control, favorecerán la privatización y externalización de los mismos, sin que haya motivos que justifiquen esos cambios, puesto que esas funciones venían siendo desempeñadas por los propios consejos, principales interesados en que la calidad del producto ofrecido goce de las mayores garantías. Además, durante estos años no se han detectado fraudes significativos ni se ha visto afectada la calidad de los vinos. En cambio la auditoría externa no es una garantía absoluta frente al fraude, tal y como han manifestado de forma unánime los representantes del sector. • El escaso talante de diálogo demostrado por el Gobierno con las principales organizaciones del sector en todo el proceso de elaboración del proyecto de ley, que se caracteriza por hacer caso omiso del posicionamiento unánime de la Conferencia de Consejos Reguladores y de la práctica totalidad de las denominaciones de origen vitícolas del Estado español contra este Proyecto de Ley. El Grupo Parlamentario Entesa Catalana de Progrés (GPECP), al amaro de lo previsto en el Reglamento del Senado, formula un veto al Proyecto de Ley de la viña y del vino. Palacio del Senado, 12 de mayo de 2003.—El Portavoz Adjunto, Ramón Aleu i Jornet. PROPUESTA DE VETO NÚM. 2 Del Grupo Parlamentario Entesa Catalana de Progrés (GPECP) El Grupo Parlamentario Entesa Catalana de Progrés (GPECP), al amparo de lo previsto en el artículo 107 del Reglamento del Senado, formula la siguiente propuesta de veto. JUSTIFICACIÓN El Proyecto de Ley de la viña y del vino es, en la práctica, una ley básica, ya que la mayor parte de su contenido NÚM. 124 se declara básico en la disposición adicional segunda de la Ley. Nuestro grupo puede entender que sea necesaria una Ley sobre la viña y del vino que sea de carácter básico, pero debería ser una Ley que cumpliera efectivamente estas condiciones. Y desde nuestro punto de vista este Proyecto no puede considerarse como legislación básica. Las Comunidades Autónomas tienen competencia exclusiva en agricultura, y argumentar el apartado 13 del punto 1 del artículo 149 de la Constitución para promover un Ley de carácter básico como está no tiene justificación. Una Ley básica debería contar con no más de 10 artículos y regular los aspectos que afecten a la unidad del mercado, y que no estén regulados por la normativa de la Unión Europea. Pero, además de invadir, desde nuestro punto de vista, competencias de las Comunidades Autónomas, el Proyecto de Ley entra en consideraciones y posiciones que deberían ser reguladas por el mercado y por las buenas prácticas comerciales. El Grupo Parlamentario Socialista (GPS), al amparo de lo previsto en el Reglamento del Senado, formula un veto al Proyecto de Ley de la viña y del vino. Palacio del Senado, 12 de mayo de 2003.—El Portavoz, Juan José Laborda Martín. PROPUESTA DE VETO NÚM. 3 Del Grupo Parlamentario Socialista (GPS) El Grupo Parlamentario Socialista (GPS), al amparo de lo previsto en el artículo 107 del Reglamento del Senado, formula la siguiente propuesta de veto. JUSTIFICACIÓN El vino es en España un sector económico de gran trascendencia. Por superficie de viñedo, representa el primer lugar en el mundo; por producción, el tercero; por consumo, el quinto, y por exportaciones, el tercero. Todos los análisis de la evolución del sector nos llevan a una conclusión común: la necesidad de aumentar nuestra capacidad de exportación, sobre todo a terceros países fuera de la Unión Europea. Sobre la situación crítica actual del sector, algunos datos básicos deben tomarse en cuenta: el stock a inicio de campaña no para de crecer, la producción ha crecido en las últimas campañas, el consumo interior sigue descendiendo, las exportaciones aparecen estancadas, la necesidad de destilación crece. En fin, los precisos del vino para el viticultor reflejan esta tendencia negativa, así como la evolución de la rentabilidad de las bodegas. En estas condiciones, necesitamos mejorar la competitividad exterior de nuestras exportaciones. Sin embargo, este Proyecto de — 28 — BOCG, SENADO, SERIE II 16 DE MAYO DE 2003 Ley apunta en la dirección contraria y supone dificultades para la competitividad del sector, una mayor rigidez de la oferta. El Proyecto de Ley incide negativamente sobre el sistema constitucional de distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas en materia de agricultura y denominaciones de origen e indicaciones de procedencia, llegando a afectar, incluso, a su potestad de autoorganización. En lo que respecta al sistema de protección de la calidad y del origen, el alcance de dicha incidencia resulta un tanto difícil de determinar debido a la ambigüedad que rodea al término «nivel» que se emplea unas veces en el sentido de altura que algo alcanza y otras, en un sentido tomado del inglés «level» como categoría o rango. Unas veces se habla de «niveles de requisitos» (13.1) y otras de «niveles de protección» (15, 16, 18.3) o incluso de «niveles de v.c.p.r.d.» [13.1.b)]. Los niveles sirven a cualquier fin puesto que pueden aplicarse en ciertos casos a vinos distintos (13.3) o superponerse (16) y los vinos pueden «progresar» de uno a otro nivel (12). Según el artículo 13.1, según el «nivel de requisitos», los vinos pueden acogerse a dos niveles [letras a) y b) del apartado]. En el segundo nivel, el de los v.c.p.r.d., se indica que «podrán establecerse» cuatro niveles (subniveles, debería indicar). No obstante, en el artículo 20.1 se desmiente lo anteriormente dicho puesto que se establece que los v.c.p.r.d. deben pertenecer a uno de esos cuatro subniveles, de manera que, más que una liberalidad, lo que la regulación pretende permitir, es que las CC.AA. puedan ser más restrictivas. La regulación de la categoría comunitaria de los v.c.p.r.d. que el Proyecto de Ley realiza es restrictiva. Según la definición comunitaria un v.c.p.r.d. es sencillamente un vino con características cualitativas especiales en cuya producción se han respetados los elementos definidos en una norma nacional, cuyos mínimos se fijan en la propia reglamentación comunitaria. Sin embargo, ninguna de las cuatro categorías previstas por el Proyecto de Ley permite acomodar vinos que cumplan únicamente las exigencias de la definición comunitaria. Dado que dicha regulación resulta de aplicación directa en todos los EE.MM. —con algunos de los cuales competimos directamente en los mercados internacionales— está NÚM. 124 claro que nos restamos a nosotros mismos posibilidades de mejorar nuestra competitividad. El Proyecto contradice, en aspectos relevantes, la reglamentación comunitaria constituida por el Reglamento (CE) 1493/1999, del Consejo, y el Reglamento (CE) 1607/2000, de la Comisión, cuya aplicación es prevalente, debiendo ser aplicada por encima de lo que la futura Ley diga al respecto. Con arreglo a la reglamentación comunitaria, todos los v.c.p.r.d. deben ser sometidos, de forma previa a su calificación, a análisis sistemáticos de sus características exigidas en su norma de producción (artículo 8 R. 1607/00). Según el PELVI, sólo los vinos acogidos a los niveles de la denominación de origen calificada y vino de pagos, deben superar un control sistemático (por lotes homogéneos de volumen limitado). Con arreglo a la reglamentación comunitaria (artículo 50 OCM), los Estados miembros deben permitir de conformidad con lo dispuesto en el marco de la OMC (Acuerdo sobre los derechos a la protección intelectual en relación con el comercio ADPIC), que las partes interesadas impidan la utilización de indicaciones geográficas protegidas en el marco de los artículos 23 y 24 de dicho Acuerdo. El Proyecto de Ley se limita a instaurar un régimen draconiano para la protección de las indicaciones asociadas a los niveles patrios de protección, olvidando la obligación de proteger también al resto de las indicaciones del mundo incluidas en el compromiso internacional (que, lógicamente, no podrían ser declaradas como bienes de dominio público). Con arreglo a la reglamentación comunitaria, los Estados miembros deben permitir la utilización de una indicación geográfica para designar vinos de mesa aun cuando sólo el 85 por ciento del vino proceda de uvas cosechadas en el territorio de que se trate (artículo 51.2 OCM). Se trata de un derecho que el Reglamento concede directamente a los particulares y que, por tratarse de un mandato lo suficientemente preciso e incondicionado, puede ser invocado por estos ante los Tribunales nacionales. El Proyecto de Ley vincula actualmente el empleo de dichas indicaciones a que, previamente, se proceda a delimitar el territorio, la indicación, las variedades y los tipos de vino en una norma para la que se atribuye un inédito derecho de ratificación (artículo 32.2). — 29 —