Confiar nuestro futuro “desconocido” al “Dios no conocido” (Título basado en Hechos 17:23) ¿Cómo podemos manejar la incertidumbre del futuro en un mundo lleno de problemas? Algunos ponen su fe en el Gobierno, otros en el dinero y otros en la suerte, pero muchos ponen su esperanza en la supuesta capacidad de controlar el “qué” harán, el “cuándo” lo harán y el “cómo” lo harán (Stgo. 4:13-16) éstos últimos no han aprendido sus limitaciones. Ante la inminente amenaza de Asiria (701 A.C.), el profeta Isaías advirtió a Judá para que no confiaran su seguridad en el poder de Egipto, sino en “el Santo de Israel”, Jehová Dios de los ejércitos (Is. 31:1). De esto aprendemos una lección importantísima, sólo Dios puede brindarnos la verdadera y perdurable paz para enfrentar el futuro (Is. 30:15; cf. Fil 4:6-7). De la mano de Dios, el afán del mañana Mat. 6:34) lo podremos enfrentar con confianza (Fil. 4:13). Considere los siguientes puntos: 1. La falta de fe en Dios, que mueve al hombre a hacer planes confiando en su propia sabiduría, método y poder, es una total necedad (Is. 30:1-7). A pesar de lo anterior, Judá confiaba en la alianza con Egipto para protegerse de la amenaza Asiria. Y nosotros, ¿confiamos en Dios, que nos da todas las cosas, o buscamos la seguridad en las cosas materiales - que nos ofrece esta vida (Mar. 4:19; 1 Cor. 7:29-31; 1 Tim. 6:17)? 2. El desconfiar de la palabra de Dios, para confiar en la elección personal, es indicio de rebeldía (Is. 30:8-14), porque “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4). Una y otra vez, Dios advierte de las terribles consecuencias de ignorar la verdad (2 Tim. 4:2-4). El rechazar la verdad, para confiar en la mentira refleja un corazón terco (Rom. 2:4-6). 3. El plan de Dios para el futuro de su pueblo siempre es un “plan brillante”, pero su pueblo debe confiar en Dios y depender de Él (Is. 30:15-33). Dios protege a los que confían en Él (Is. 30:15-17; Sal, 46:10; Rom. 8:28). Dios anhela bendecir a los suyos (Is. 30:18-19, 26; Rom. 8:32). El consejo de Dios es totalmente suficiente y pertinente para guiarnos en toda circunstancia (Is. 30:20-22; cf. 9:6; Jn. 8:31-32; 14:6). Dios destruiría a los invasores que amenazaron su pueblo, porque de Él es la venganza (Is. 30:31-33; Rom. 8:31; 12:19). Conclusión Construyamos una mayor confianza en la providencia de Dios en nuestro futuro (Prov. 3:56; Mat. 6:33). La fe viene por oír la palabra de Dios (Rom. 10:17; Hech. 15:7), pero sin fe es imposible agradar a Dios (Heb. 11:6) porque la fe involucra “certeza” y “convicción” (Heb. 11:1). *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com