TRADUCIR, O L A POSIBILIDAD D E AMPLIAR HORIZONTES CATALUÑA IIA GENERADO GRAN NÚMERO DE TRADUCTORES, HECHO QUE OTORGA AL PANORAMA EDITORIAL CATALÁN UN AIRE DE NORMALIDAD UNIVERSALISTA Y AGUZA EL CATALÁN COMO LENGUA APTA PARA TODOS LOS USOS EXPRESIVOS. I G N A S I RIERA E S C R I T O R aume Bofill i Ferro, en 1938, Valles una versión del Decamerón de comentaba las espléndidas ver- G. Boccaccio, y donde antes, en 139 1, siones de Maria Manent: "El lo- Antonio Canals, dominico del País Vagrado esfuerzo de Maria Manent para lenciano, recibía un encargo del rey elevar la importancia artística de la tra- Juan 1 para traducir obras del latín al ducción y convertirla en una actividad catalán. Su versión de los Dictorum faccasi tan compleja como la creación ori- torumque memorabilium, de Valerio ginal, es un fenómeno absolutamente Máximo, es de 1395, y ya en el próloúnico en Cataluña y muy raro en cual- go de la versión, Antoni Canals teoriza quier otra literatura". Sorprende, en sobre el ejemplar sentido -desde una efecto, que en cada recodo de la histo- óptica de normalización cultural- de ria, cuando la literatura catalana ha po- su versión. dido vivir en clima de creciente norma- Hoy, a comienzos de la década de los lidad, ha mejorado su oferta de traduc- noventa, sorprende la contemporaneición. Cuando, en 19 13, el Instituto de dad de muchas versiones al catalán de Estudios Catalanes (creado en 1907) obras que todavía hacen cola en los capublica las Normas Ortográficas, anóni- tálogos de las grandes editoriales euromas pero marcadas por el magisterio de peas. Hay, incluso, cierta competitiviPompeu Fabra, los escritores catalanes dad entre editores en catalán y en castese sienten llamados a consolidar la len- llano para ver si se ofrecerá primero en gua. Y comienzan a traducir, tanto lite- catalán o en castellano una obra publiratura clásica -greco-romana, a través cada en checo, inglés, alemán, francés o de la Fundación Bernat Metge- como italiano. Recordemos que hay autores, literatura contemporánea. No era un fe- como David Leavitt, Bernard-Henri nómeno nuevo en Cataluña donde, en Lévy, Albert Cohen, John Le Carré, Ta1429, ya estaba lista en Sant Cugat del har Ben Jelloun o Roald Dahl, que se traducen al catalán cuando la versión original es, todavía, novedad en las librerías de sus países de procedencia. Esta voluntad normalizadora del catalán vive ahora momentos de euforia editorial, no sé si superior a los consumos reales o a las cifras de ventas efectivas. En cualquier caso, otorgan al panorama editorial catalán un aire de normalidad universalista y aguzan el catalán como lengua apta para todos los usos expresivos. El camino no ha sido fácil. En nuestro siglo, y si dejamos a un lado las fragmentarias traducciones de Joan Maragall -indicadoras de algunas de las sensibilidades dominantes entonces en la cultura catalana- hay dos nombres fundamentales y aodélicos: Josep Carner y Carles Riba. Carner traduce a Dickens, Twain, Defoe, Carroll, Musset, entre otros autores. Carles Riba pasará a la historia por su notable versión de La Odisea, en hexámetros catalanes. No todos entendieron la gesta. Escribía Riba: "La mayoría de los que condenan la adaptación del hexámetro, más que con verdadero conocimiento del problema, hablan con prejuicio". Y tradujo también a Virgilio, Eurípides, E. A. Poe y Kavafis. Muy pronto otro gran escritor, J. M. de Sagarra, se arriesgó a traducir hitos incuestionables de la literatura universal: la obra de Shakespeare y la Divina Comedia de Dante, en tercetos encadenados catalanes, rimados. La sorprendente sabiduría lingüística y el olfato literario de Sagarra le llevaron a entender -como sugiere J. M. Espinasque, en el caso de las versiones de Dante y Shakespeare, se trata de dos estilos casi antagónicos y que Sagarra supo traducirlos sin violar su autonomía literaria. Sagarra tradujo también a Moliere, Pirandello, Leopardi, Pagnol, Goldoni y Tennysson. El ya citado Maria Manent entiende la traducción como un trabajo de orfebrería. Es perfecto en verso y en prosa, tanto si traduce a poetas ingleses como si traduce los cuentos infantiles de Andersen o Kipling. Riba, Camer, Sagarra y Manent inician una tradición que tendrá continuadores en la literatura catalana: sus autores hacen obras de creación pero también enriquecen la capacidad expresiva del catalán con la versión de obras fundamentales, básicas -como la Biblia (con la persistente tarea de la Fundación Bíblica Catalana que culmina, en 1968, con una versión cuidada y llana, elaboradísima). Bastaría citar los nombres de An- dreu Nin, Joan Oliver (traductor de Una colección singular, con respecto a Moliere, Chéjov o Goldoni), Xavier las versiones al catalán con voluntad de Benguerel (traductor en verso de La llegar a un público muy amplio, es "La Fontaine, Baudelaire o Poe), Maria- Cua de Palla", colección policíaca de Antbnia Salva (Mireia, de F. Mistral), Edicions 62, con más de cien títulos y Maria Villangómez, Gabriel Ferrater que ha colaborado en la creación de una (El proceso, de Kafka), Joan Sales, jerga adecuada al género. M. de Pedrolo, M. A. Capmany, Jau- Ultimamente hemos asistido a una reme Vida1 i Alcover, Ramon Folch i Ca- cuperación de la traducción de libros de marasa, Miquel Martí i Pol, Avel.lí Ar- ensayo y pensamiento al catalán. Destatís-Gener, Pere Gimferrer, Feliu For- ca el esfuerzo de "Textos filosbfics", de mosa, Jaume Fuster, Maria-Antbnia Laia, y la colección de "Classics del Oliver, Francesc Parcerissas, Narcís Co- Pensament Contemporani", de Edimadira, Manuel de Seabra, Joaquim cions 62, así como una colección de Horta, Quim Monzó, Guillem-Jordi textos pedagógicos, de Editorial Eumo, Graells, Miquel Desclot, Alex Susanna y una biblioteca de "Classics del Pensapara citar algunos nombres importantes ment Cristia", que edita Enciclopedia como creadores de obra propia, a los Catalana. Por lo que se refiere a los que sería preciso añadir escritores que textos teatrales, es muy importante "El han destacado, ya más directamente, Galliner", de Edicions 62, y en cuanto a como traductores, como Carme Serra- los libros juveniles el ya citado "Esparllonga, Joan Fontcuberta, Jordi Arbo- ver", de La Magrana, "El Nus", de Laia nés, Joan Leita, Esther Roig, o Santiago y "Odissea", de Empúnes. Y todo ello con un fundamento básico: Albertí. El ejemplo de los escritores-traductores las dos colecciones de clásicos de la liteha tenido también un paralelo contem- ratura (de los siglos XIX y XX) que poráneo por lo que se refiere a las colec- publica Edicions 62. ciones. A las viejas colecciones de la En resumen: por lo que se refiere a las "Bemat Metge", "Proa: a tot vent", "Els traducciones, la recuperación ha sido quaderns literaris" o "Biblioteca catala- notable. Existen ahora textos fundana", debemos añadir los títulos de "El mentales o clásicos, textos actuales, Balancí", de Edicions 62, "L'Esparver" buenos traductores y diccionarios. Se de La Magrana o del desaparecido trata, únicamente, de no detener este Isard, así como los esfuerzos más re- ritmo y garantizar la promoción permacientes de editoriales como Enciclope- nente de un mercado de compradores y dia Catalana, Portic, Columna, Empú- lectores que consolide la utilidad de ries o Eumo. esta oferta plural.