La reintegración comunitaria

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La reintegración comunitaria
La reintegración comunitaria
Albert Caramés
Introducción
En el seno de los programas de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) de
antiguos combatientes, la fase de reintegración se presume como una de las más complejas.
Mientras que las fases de desarme y la desmovilización se conciben como fases más
puntuales y de transición, en la reintegración surge el debate sobre si también consolida esta
fase de transición o, además, profundiza en el desarrollo y reconstrucción de una sociedad en
situación posbélica. Para ello, se ve como imprescindible la aceptación de los excombatientes
por parte de las comunidades de acogida, por lo que una fórmula de reintegración comunitaria
podría ser la mejor solución, en aras de una óptima reconciliación y siempre que la seguridad lo
permita.
Por todo ello, este artículo debe servir para reflejar las diferentes modalidades de
reintegración existentes, explicitando las ventajas de la modalidad más novedosa y todavía
en exploración: la reintegración comunitaria. Como se comprobará, esta modalidad se
presenta como una alternativa o complemento respecto una modalidad de reintegración más
individualizada, más extendida y centrada específicamente en los combatientes. Para ilustrarlo,
el siguiente apartado servirá de reflejo de las mejores prácticas respecto la reintegración
comunitaria en los programas de DDR actualmente en funcionamiento, lo cual servirá de
análisis en un posterior apartado.
1. ¿Qué es la reintegración comunitaria?
En el caso que la reintegración se entienda como una simple transición de la vida militar a la
civil, se deberá optar por una estrategia de estabilización a corto plazo, alejando a los
combatientes de la criminalidad hasta que se despliegue una misión de paz y/o concluya la
reforma del sector de la seguridad o política. En este caso, se proporcionará un apoyo rápido a
la transición para el reasentamiento y la creación de oportunidades de generación de ingresos
a corto plazo para todos los excombatientes que puedan llevar a la inseguridad. Este enfoque
es aplicable a escenarios donde se presume que los excombatientes se reintegrarán a través
de sus propias redes, que ya cuentan con medios de reintegración (capital social, acceso a
tierras) que no representan una amenaza para la paz. Sin embargo, estas condiciones casi
nunca se cumplen en los contextos posteriores a un conflicto. Además, la visión más
generalizada para la reintegración no se basa en una estrategia transicional de seguridad, sino
en un compromiso a largo plazo, de desarrollo y transformadora (International Peace Academy,
2003).
El objetivo clave de la reintegración debe ser la mejora de la seguridad y la recuperación, tanto
nacional como comunitaria, apoyando a los excombatientes en sus esfuerzos por asumir un
nuevo papel en la sociedad y en la economía, a través de formas de sustento sostenibles y
pacíficas, para ellos y sus familias. Las oportunidades de reintegración no deberían
considerarse como un derecho de los excombatientes, sino como una oportunidad para facilitar
su transición a la vida civil. Entre las principales características de la reintegración para el
desarrollo, debe quedar claro que en ella no se obtienen resultados cuantificables visibles. Por
otra parte, está implementada por multitud de actores, por lo que presenta a su vez un carácter
multidisciplinario, reflejado en los programas de formación, campañas de información dirigidas
a las comunidades de acogida o respuesta a los impactos psicosociales de la guerra, entre
otros.
Una vez hayan quedado claros los objetivos esenciales de esta fase para la rehabilitación
posbélica, el debate se centra en la estrategia de intervención, donde se discute los
1
La reintegración comunitaria
beneficiarios de la misma. Para ello existen dos grandes enfoques: la reintegración basada en
el excombatiente y la centrada en la comunidad.
La reintegración centrada en el excombatiente se caracteriza por la necesidad de desarrollar
soluciones individuales de reintegración a largo plazo. Este enfoque es especialmente aplicable
cuando se percibe a los excombatientes como una amenaza contínua para la seguridad a largo
plazo. Por lo tanto, una reintegración sostenible es crucial para una mejora de la seguridad y la
consolidación del proceso de paz. Este tipo de reintegración sigue los modelos más clásicos de
los programas de DDR (UN, 1999) ya que sigue el enfoque individualista procedente del
desarme y de la desmovilización y a través de sus modalidades: acceso a las tierras, trabajo
público, formación vocacional, educación formal, microcréditos, etc.
Por otro lado, la reintegración comunitaria se entiende como el proceso de proporción a las
comunidades instrumentos y capacidades para apoyar la reintegración de excombatientes1. Se
vincula directamente el desarme y la desmovilización a una estrategia de recuperación más
amplia basada en la comunidad. Los excombatientes dejan de ser un objetivo específico de
apoyo para el sustento 2 . Este enfoque es más adecuado cuando los excombatientes no
representan una amenaza para la seguridad de sus comunidades, o al menos, no más que los
otros grupos afectados por la guerra, como en los conflictos armados para la defensa o de
liberación nacional. Este tipo de estrategia ya se ha ido adoptando más recientemente (UNDP,
2005) y se concibe como una alternativa o complemento a las modalidades anteriormente
presentadas.
Cuadro resumen de las modalidades de reintegración
Modalidad de
reintegración
Objetivos
- Alejar a los excombatientes
de la lucha y la delincuencia
hasta que se despliegue la
misión de paz, y/o concluya la
reforma del sector de la
seguridad o política.
Estabilización a
corto plazo
-
-
Reintegración
centrada en los
excombatientes
-
Proporcionar un apoyo rápido
a la transición para el
reasentamiento y la creación
de oportunidades de
generación de ingresos a
corto plazo para todos los
excombatientes
potencialmente perjudiciales.
Proporcionar a los
excombatientes soluciones
sostenibles a medida,
orientadas individualmente
para su reintegración a largo
plazo.
Implicar a los excombatientes
en microproyectos
sostenibles para reducir los
riesgos de seguridad que
representan a largo plazo.
Características
Bajo coste por
excombatiente.
Viable cuando los
excombatientes no
representan una
amenaza para la
seguridad a largo
plazo.
Actividades
Servicios de
información,
asesoramiento y
derivación.
Planes de apoyo a la
transición (alimentos,
ropa, transporte, otros)
Proyectos de mano de
obra intensiva a corto
plazo.
Coste más alto por
excombatiente.
Puede crear
sentimientos de
injusticia en el seno
de la comunidad.
Se utilizará cuando
los excombatientes
representen una
amenaza para la
seguridad a largo
plazo.
Servicios de
información,
asesoramiento y
derivación.
Desarrollo de
microproyectos a través
de subvenciones.
Formación,
asesoramiento técnico y
servicios de apoyo
relacionados.
1
El apoyo a la reintegración también comprende otros colectivos, como puedan ser los IDP, refugiados, y otros grupos
vulnerables.
2
Puede que todavía se precisen otros servicios de apoyo concretos, especialmente en términos de los servicios de
salud física y mental.
2
La reintegración comunitaria
-
Reintegración
basada en la
comunidad
-
Proporcionar a las
comunidades instrumentos y
capacidades para apoyar la
reintegración de
excombatientes, junto con los
IDP, los refugiados, y otros
grupos vulnerables.
Apoyar la reintegración de
excombatientes como un
componente más de los
programas más amplios de
reconciliación y recuperación
orientados a la comunidad.
El coste más alto
por excombatiente.
Puede que no
aborde las
preocupaciones de
los excombatientes
directamente.
Proyectos de la
comunidad.
Actividades de
consolidación de la paz
y reconciliación.
Actividades locales de
mejora de la seguridad.
Aborda las
necesidades de la
comunidad en su
totalidad.
Fuente: PNUD (2005)
El éxito de la reintegración depende en gran medida del apoyo que reciben los excombatientes
de sus familias y comunidades. Frecuentemente, los excombatientes regresan a entornos
sociales extremadamente difíciles, en los que es muy probable que se les perciba simplemente
como victimarios y como una carga adicional para la comunidad, en lugar de como un valor
añadido. Las actividades que se dirigen especialmente a los excombatientes sin ofrecer
beneficios evidentes para el resto de la comunidad, pueden hacer peligrar el entorno local.
Además, las sociedades que están emergiendo de un conflicto cuentan con escasas
oportunidades de generar ingresos y una capacidad limitada de absorción en el mercado
laboral. En este contexto, resulta necesario activar las economías locales a través de
programas de obras públicas que no sólo permitan reconstruir las infraestructuras dañadas por
la guerra sino que, además, a través de la creación de empleos, resulta especialmente
apropiado, tanto para los excombatientes como para sus familias y comunidades. Además, se
deben apoyar las medidas de prevención y resolución de conflictos y fomentar la confianza
entre excombatientes, comunidades, autoridades locales y fuerzas de seguridad para la
creación de un entorno más seguro. La participación de la comunidad en el proceso de DDR y
la participación de los excombatientes en las actividades de reintegración basadas en la
comunidad pueden también desempeñar un papel clave en la transición posterior al conflicto.
Esta estrategia de reintegración presenta las siguientes características comunes:
-
Zonas geográficas bien definidas.
Carácter participativo.
Necesidades y exigencias de los beneficiarios.
Gestionada por actores locales y sistemas descentralizados.
Requerimiento de un alto nivel de cooperación interinstitucional.
Como ya se ha comentado, el riesgo de este enfoque más global de la reintegración recae en
la posible marginación de ciertos grupos armados, en caso que no se realice una efectiva
cobertura geográfica y política. Si se le suma al hecho que los beneficios no se dirigen
directamente a los antiguos combatientes, este enfoque es una posible fuente de inseguridad.
Además, otro problema que se presenta es el de la elegibilidad. Si bien en un enfoque de
reintegración individualizada se debe establecer una clasificación del tipo de combatientes que
se pueden acoger a este tipo de programas (porte de armas, antigüedad, menores-soldado,…),
el enfoque centrado en la comunidad tiene el reto de definir que se entiende como comunidad
(Baaré, 2005). Este concepto deberá conceptualizarse en cada uno de los casos en función del
contexto: rural, urbano, círculo más próximo al excombatiente, localidad de acogida, etc.
2. Estudios de caso
A continuación se especifican los casos donde se han utilizado elementos de reintegración
comunitaria. Estos contextos hacen referencia a los programas de DDR actualmente en
funcionamiento (Escola de Cultura de Pau, 2006). Teniendo en cuenta el hecho que esta
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La reintegración comunitaria
modalidad de reintegración se está empezando a aplicar actualmente, el espacio temporal
escogido es de por sí justificable. Más concretamente, los programas donde se viene aplicando
este enfoque son: Camboya, Chad, Côte d’Ivoire, Filipinas, Guinea-Bissau, Haití, Indonesia y
Sierra Leona.
CAMBOYA
Programa para la desmovilización de unos 30.000 efectivos de las FFAA, planificado por el Banco
Mundial y Coordinado por el Consejo de Desmovilización de las FFAA. Su presupuesto total es de 42
millones de dólares (24 de ellos, un 57%, para la reintegración) y con una duración total de tres años
(octubre 2001 a diciembre de 2004).
De los 15.000 combatientes desmovilizados en la primera etapa (2001), un 32% eligieron
trabajar en la agricultura, pero los fondos para la reintegración no estuvieron disponibles hasta
principios de 2003. Entre otras cosas se les suministró motocicletas, máquinas de coser y
generadores eléctricos.
La reintegración incluye la provisión de servicios sociales y económicos para ayudar a las
familias y comunidades. Estos servicios se traducen en equipos agrícolas, animales,
herramientas, etc. a través de servicios de asesoramiento y sensibilización para los proyectos
de desarrollo comunitarios. En esta fase, ya se toma en consideración el rol de la sociedad civil,
por lo que se hace necesaria una efectiva relación cívico-militar. Asimismo, un estudio del
Cambodia Institution for Cooperation and Peace aseguraba la necesidad de creación de grupos
de trabajo con miembros de la sociedad civil para fortalecer sus tareas y poderse coordinar
mejor con otros sectores: autoridades locales, nacionales e internacionales; donantes;
combatientes desmovilizados,… Para ello, se ve como necesario movilizar sus recursos e
iniciativas disponibles, hacerlos más partícipes en las actividades de apoyo de la reforma militar,
la desmovilización y la reintegración.
CHAD
Programa centrado en la reducción de unos 9.000 efectivos de las FFAA, coordinados bajo el Comité
Nacional de Reinserción, dependiente del Ministerio de Economía, Planificación y Cooperación. Su
presupuesto total es de unos 10 millones de dólares, la mitad de ellos aportados por el Banco Mundial, y
con un calendario de cinco años (2005-2010).
Para la reinserción y reintegración de excombatientes, se ha previsto la creación de pequeños
grupos para preparar la reintegración comunitaria en un programa piloto de tres meses. El
grupo se conforma con un especialista en reintegración, además de cuatro sobre desarrollo.
Cada grupo atenderá a 50 excombatientes para identificar su relación con la comunidad, sus
necesidades y explorar vías efectivas de reintegración. Esta información permitirá establecer
las directrices para el Comité Nacional de Reintegración. Se concibe como beneficiarios
terciarios a la comunidad a través de la implementación de los proyectos de alta intensidad de
mano de obra, rehabilitación y reconstrucción de la infraestructura social y económica.
CÔTE D’IVOIRE
Programa para la desmovilización de 48.500 efectivos de distintas procedencias: milicias paramilitares,
FFAA y grupos armados de oposición. Gestionado por la Comisión Nacional de DDR y con un teórico
presupuesto inicial de 150 millones de dólares (26 de ellos para la rehabilitación comunitaria, un 18%).
Mediados de junio de 2006 debía ser la fecha de inicio del proceso de desarme de las FFAA y de las
coaliciones armadas de oposición, pero se tuvo que posponer. Tras la visita del Secretario General de la
ONU durante el mes de julio, se puso el 31 de julio como nueva fecha de inicio del programa de desarme,
actualmente estancado en un proceso de reagrupamiento de las milicias progubernamentales.
En el programa de DDR previamente proyectado se incluía una fase final de Rehabilitación
Comunitaria (RC), con el propósito de rehabilitar las infraestructuras sociales y económicas en
las comunidades más afectadas por la guerra, así como la restauración de la cohesión social.
Los programas del PNUD al respecto consideran primordial empezar por el refuerzo de la
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La reintegración comunitaria
sensibilización de las comunidades de acogida y se vislumbran los beneficiarios finales a toda
la sociedad civil.
FILIPINAS (Mindanao)
Programa centrado en la reintegración de unos 25.000 efectivos del grupo armado de oposición MNLF y
sus familias, coordinados por el Consejo para el Desarrollo Económico de Mindanao. Resulta difícil
estimar los fondos destinados explícitamente para la reintegración de los excombatientes, aunque un
primer cálculo señala que las zonas de influencia del MNLF podrían haber recibido cerca de 170 millones
de dólares, la mayoría de ellos canalizados por agencias de Naciones Unidas. Respecto el calendario, el
proceso ha ido desde el año 1997 hasta finales de 2005.
Con el apoyo de USAID y de otras agencias internacionales, en 2005 un total de 12.000
excombatientes se habían integrado ya completamente en la economía civil, y 1.000 más
estaban recibiendo formación para su reintegración. Se han electrificado 2.800 viviendas en las
comunidades del MNLF y se han dado unos 80 millones de dólares para microcréditos (el 70%
a mujeres).
Desde 1997, el PNUD ha llevado a cabo varios proyectos socioeconómicos para asistir a las
comunidades del MNLF (formación institucional para los hombres, formación comunitaria para
las mujeres, alfabetización, formación profesional para los jóvenes, servicios básicos,
desarrollo empresarial, etc.). Su labor se ha desarrollado bajo el llamado Programa de
Desarrollo de Recursos Humanos (HRDP), con el objetivo de transformar las estructuras
revolucionarias del MNLF en organizaciones populares democráticas que permitan la
movilización de recursos para las comunidades. Este programa HRDP forma parte del SPCPD-UN Multi-Donor Assistance Programme, con un presupuesto total de 25’7 millones de dólares,
financiados por el Banco Mundial, cuyo objetivo es construir confianza entre los antiguos
combatientes, sus comunidades, el Gobierno y la sociedad civil.
GUINEA-BISSAU
Programa centrado en la reducción de unos 12.600 efectivos de las FFAA, coordinados bajo el Programa
de Desmovilización, Transición y Reintegración (PDRRI). Su presupuesto total es de unos 13 millones de
dólares, bajo un préstamo concedido por el Banco Mundial, y con un calendario de cuatro años (20012005).
Los excombatientes fueron incitados a participar en sus comunidades para promover
actividades generadoras de riqueza y de rehabilitación física, a través de un Fondo creado a tal
efecto. Este fondo se subdividía en dos: una para la provisión de información para
combatientes y comunidades receptoras y otra para la implementación de los programas de
reintegración. Por otra parte, se establecieron Consejos Zonales de Reintegración (con
representantes de la sociedad civil y las comunidades locales) permitiéndoles una participación
activa en la toma de decisiones durante todo el proceso
HAITÍ
Programa para la reintegración e indemnización para los antiguos miembros de las FAd’H.
Desmovilización de las pandillas urbanas y reincorporación posterior a programas adecuados de DDR.
Descenso de la criminalidad y violencia, especialmente en Puerto Príncipe. Reforma de la Policía
Nacional de Haití, incidiendo en la formación en derechos humanos y en el descenso de los casos de
abuso de autoridad.
Desde la Sección Integrada de DDR de la MINUSTAH (con el PNUD como responsable) se
ha establecido una aproximación multifacético para la reducción de la violencia armada en el
país, la cuál está basada en 5 ejes complementarios entre sí:
-
Negociación, desarme y reintegración de los grupos armados.
Prevención, desarme y reintegración de los jóvenes armados y asociados con los
grupos armados.
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La reintegración comunitaria
-
Reintegración de mujeres asociadas con grupos armados y refuerzo de su rol como
vectores de paz.
Refuerzo de las estructuras políticas y legislativas para el control de la proliferación
de las armas ligeras.
Desarme comunitario y prevención de conflictos.
Para llevar a cabo esta estrategia, se ha optado en el concepto de creer en la habilidad de la
sociedad para identificar y evitar las amenazas para sus miembros. Este concepto implica tanto
a diferentes actores que tengan un rol en el incremento de la seguridad humana y en la gestión
del conflicto a nivel comunitario, y la habilidad de la comunidad de identificar estas potenciales
amenazas.
Esta estrategia se implementa a través de una red de Organizaciones de Base Comunitaria
(CBO, por sus siglas en inglés) denominada Comités para la prevención de la Violencia y para
el Desarrollo (CPVD, por sus siglas en inglés). Estos Comités están compuestos por
representantes de una comunidad elegidos bajo un proceso democrático, estableciéndose en
función de pequeñas áreas administrativas. Se seleccionan representantes de los grupos
juveniles, mujeres, ancianos y adultos para formar este comité:
El proceso resultante esperado es la reducción de la violencia armada en el país, aunque
también contiene objetivos más específicos.
-
OBC específicas para la prevención de la violencia y la gestión de conflictos.
La comunidad se convierte en un actor esencial para la lucha contra la violencia
armada.
Acuerdos comunitarios para reducir la violencia y desarmar los grupos armados.
Utilizar y apoyar las actividades de prevención de conflicto y construcción de paz a
nivel de base.
Establecer las lecciones aprendidas y las buenas prácticas de las experiencias de
reducción de la violencia.
Enlazar las instituciones estatales en la reducción de la violencia armada a corto
plazo con la criminalidad a largo plazo.
El objetivo a largo plazo de las CPVD es crear unas redes con nuevos objetivos, convirtiéndose
en instituciones referente capaces de un cambio pacífico y el desarrollo a nivel local:
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La reintegración comunitaria
-
Reforzar las CPVD compartiendo experiencia y conocimientos.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas para la comunidad haitiana.
Sinergias entre diversas CPVD.
Agenda nacional para la reducción de la violencia.
En materia de DDR, a partir de julio de 2006 se ha invitado a las CPVD a elaborar un primer
análisis del conflicto en sus áreas, además de identificar actividades específicas para la
reducción de la violencia armada. Estos aspectos se han ido discutiendo en el marco de
talleres con diversos objetivos específicos:
-
Reforzar la confianza entre la comunidad y la Sección de DDR
Presentar detalladamente los cinco pilares del programa de DDR y determinar el rol
de la CPVD y las CDC.
Construir la capacidad de las CPVD en el análisis del conflicto a través de un
proceso participativo.
Elaborar un primer mapeo de las causas del conflicto en la comunidad.
Los primeros talleres tuvieron una participación mucho mayor de la esperada, incluso bajo la
sospecha de atraer a representantes de los elementos armados que ven amenazado su status.
Para ello, se han realizado las siguientes recomendaciones:
-
Apoyo sistemático de las CPVD a través de su capacidad de implementación de
proyectos comunitarios a pequeña escala.
Creciente presencia de la sección de DDR en el terreno acompañando las CPVD.
Celebración de encuentros regulares en busca del consenso y la cohesión
comunitaria.
Análisis del conflicto a nivel comunitario.
INDONESIA (Aceh)
Programa centrado en la reducción de unos 3.000 efectivos del grupo armado de oposición GAM (además
de 2.000 prisioneros político), coordinados por la Aceh Monitoring Mission (AMM). Su presupuesto total es
de unos 15 millones de dólares, concedidos por la Comisión Europea y Suecia, y con un calendario de
nueve meses (septiembre 2005- junio 2006).
El Gobierno utiliza el Programa de Desarrollo Kecamatan (KDP, por sus siglas en inglés) como
un programa de lucha contra la pobreza, financiado por el Banco Mundial. Este programa da
cobertura a un 70% de la población de la región, y consiste en una red de unos 15.000
facilitadores locales para asegurar la participación comunitaria a nivel local, lo que reduce el
riesgo de corrupción por la credibilidad que ofrece. Se trata del único programa de desarrollo y
gobernabilidad que ha continuado trabajando en el área durante el conflicto armado.
En ambos casos, la perspectiva en la reinserción y reintegración es tanto individual como
comunitaria, siendo inmediata para la reinserción y a medio/largo plazo la reintegración. El
programa de reintegración está previsto que tenga cuatro fases. La segunda de ellas es el
empleo del programa KDP para beneficiar el desarrollo de las comunidades de acogida. Otras
actividades van a comprender la reconstrucción de puestos de salud, escuelas y puentes
devastados por el conflicto armado, ofreciendo dinero a los trabajadores que participen (no
exclusivamente desmovilizados). Se concederán 600 dólares a las comunidades por cada
excombatiente que haya retornado a ellas, con fondos del Banco Mundial, UE y EEUU,
suponiendo un coste máximo de 1’8 millones de dólares.
En líneas generales, las pautas de este programa comprenden la harmonización entre
donantes y necesidades gubernamentales; protagonismo gubernamental y bajo perfil de los
donantes; beneficios más colectivos que individuales; inversión rápida del denominado
“dividendo para la paz” para mantener el nivel de confianza de la población; e inclusión de un
plan de transición para lograr estrategias de desarrollo a largo plazo.
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La reintegración comunitaria
En un estudio realizado por el Banco Mundial3 sobre las necesidades de reintegración, se veía
como prioritario los beneficios para las comunidades de acogida: para dar beneficios a
comunidades afectadas por el conflicto, para evitar tensiones y para facilitar los esfuerzos de
construcción de paz y la reducción de las distinciones. En líneas generales, el nivel de
aceptación de los excombatientes entre las comunidades es muy elevado (cerca del 90%),
debido al retorno a sus comunidades de origen, acompañados de ceremonias tradicionales de
reconciliación. Los incidentes detectados en este estudio han sido casos aislados.
Las comunidades se conciben como un lugar prioritario para la provisión de bienes públicos:
reconstrucción de la infraestructura pública, con unas altas necesidades en esta materia. Su
mejora supone un componente vital para las estrategias de asistencia en los modos de vida.
Respecto el acceso a servicios básicos como el sanitario y el educativo, el acceso a éstos
depende de cuatro factores principales: costes de los servicios, incluyendo el transporte;
distancia de los servicios; edificios afectados por el conflicto; y la pobre calidad de los servicios.
Para la mejora de estas necesidades socio-económicas resulta imprescindible asegurar la
situación de seguridad, para más adelante llevar a cabo tareas como la provisión de servicios,
la operación en mercados locales, reconstrucción de casas o creación de empleo, entre otros.
Asimismo, están las aproximaciones comunitarias para la estimulación de los modos de vida. A
pesar de que muchos ciudadanos han vuelto a sus ocupaciones tras el inicio del proceso de
paz, se necesita de asistencia para el incremento de su productividad, como pueda ser la
capacitación y la provisión de capital.
Finalmente, este estudio recomienda la provisión de beneficios comunitarios en forma de
bienes públicos. Más concretamente, las medidas que se recomiendan son la rehabilitación de
infraestructuras de pequeña y media escala; mejora de los sectores público y privado de
desarrollo, relaciones de mercado y sistema de créditos; implementación de proyectos de corto
plazo dirigidos por la propia comunidad en las zonas afectadas por el conflicto, las cuales
sirvan de transición a estrategias de desarrollo a largo plazo. El siguiente gráfico muestra la
interacción entre los programas de reintegración individuales y comunitarios, diferenciando
entre los tipos de beneficiarios y los tipos de bienes. Estos programas de reintegración, a
implementarse a través del IOM, todavía siguen en discusión.
3
The World Bank: GAM Reintegration Needs Assessment. Enhancing Peace through Community-level. The World
Bank, March 2006. Disponible en http://www.conflictanddevelopment.org/
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La reintegración comunitaria
SIERRA LEONA
Programa centrado en la desmovilización de unos 71.000 efectivos de múltiples grupos armados,
incluyendo una reforma de las FFAA, coordinados por la Comisión Nacional de DDR. Su presupuesto total
es de unos 45’2 millones de dólares y con un calendario de seis años (1998-2004).
En este programa de DDR existe la iniciativa del Arms for Developement. Programa del PNUD,
el Gobierno (Interim Commission for the Proliferation of Small Arms and Light Weapons) y la
policía, donde cada área declarada “libre de armas” es recompensada con 20.000 dólares que
se destinan a programas de desarrollo que la comunidad crea convenientes por consenso. El
trabajo continúa con la Comisión Nacional sobre la Proliferación de Armas Ligeras (NCPSALW,
por sus siglas en inglés) que intenta incidir en la legislación nacional sobre control y movimiento
de armas ligeras. Esta iniciativa fue “exportada” a otros programas como el de Liberia.
Por otra parte, están los Stopgap Program. Son programas para implicar a los excombatientes
en la reconstrucción de infraestructuras de la comunidad por un período de 2-3 meses con el
fin de evitar que el lapso de tiempo entre desmovilización y reintegración cause problemas. Un
aspecto destacable de dicho programa es que facilitó la reconciliación: los excombatientes y
miembros de la comunidad trabajaban juntos (lo que propició la comunicación y el intercambio)
y la rehabilitación de escuelas, centros de salud, sistemas de saneamiento, entre otros, que
implicaba un beneficio para la comunidad y contribuyó a una visión más positiva de los
excombatientes.
Si bien la mayoría de programas de reintegración se centraban en los combatientes, se
diseñaron los Programas de Reintegración Comunitaria (CRP, por sus siglas en inglés).
Consistían en el trabajo conjunto con víctimas de guerra y personas discapacitadas, repartidos
en grupos por igual número. Las actividades consistían en la formación en diversas materias
(carpintería, cocina, asistencia mecánica, construcción,…) con la comunidad. Inicialmente,
estas actividades se vieron como una competencia para el programa de DDR, pero más
adelante se consiguieron complementar los trabajos del CRP con los del NCDDR. Estos
programas se coordinaron a través de la comisión nacional para la Acción social (NACSA, por
sus siglas en inglés), incluyendo tres comunidades objetivo: desarrollo comunitario, trabajo
público y microcréditos. Esta Comisión sigue trabajando tras el fin del NCDDR y tiene la ventaja,
en sus esfuerzos de juntar excombatientes y sociedad civil, que los primeros quieren dejar de
ser visto como tales.
3. Conclusiones
En definitiva, la fase de reintegración en los programas de DDR debe ser el paso decisivo
para la consolidación de la seguridad (visión a corto plazo) en el proceso de
construcción de paz. No obstante, una de las principales discusiones sobre esta fase es si,
además, pueden servir para asentar el primer paso para el desarrollo (perspectiva a largo
plazo). Para ello, las estrategias que se emplean es un aspecto esencial, fundamentalmente
basadas en el tipo de ayudas y los beneficiarios de las mismas.
Estableciendo una escala de valores desde el objetivo de la seguridad hasta el del desarrollo,
la clasificación empezaría con las entregas de ayudas únicamente a excombatientes para
preservar la seguridad del país. Esta estrategia no se encontrará en los casos del apartado
anterior, que lógicamente siguen el enfoque comunitario. Como se ha podido comprobar,
existen diferencias entre el tipo de ayudas que también tendrán una gradación diferente para la
consolidación de la seguridad. En otras palabras, el hecho de entregar beneficios de carácter
material (tal y como sucede en Camboya, con la entrega de equipos agrícolas) se concibe
como un incentivo para acoger a los excombatientes, pero no podrá ser considerado de la
misma manera que si se realizan proyectos de desarrollo de carácter comunitario (como en el
caso de Indonesia, con la reconstrucción de la infraestructura pública o el acceso a los
servicios básico). En este punto es necesario diferenciar entre la entrega de material logístico
para la ayuda al desarrollo, los cuales también se podrían entregar a los excombatientes, que
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La reintegración comunitaria
la implementación de proyectos comunitario de desarrollo, con el activo añadido que el
beneficio es global.
SEGURIDAD
Estabilización a corto plazo
Reintegración centrada en excombatientes
Reintegración centrada en la comunidad
DESARROLLO
No obstante, ejemplos como el de Indonesia también muestra como las actividades de
reintegración centradas en la comunidad acostumbran a complementar las actividades de
reintegración comunitaria. En definitiva, independientemente de la estrategia adoptada, es
necesario tanto consolidar la reintegración económica (microcréditos, creación de empleo,
pequeñas empresas, reconstrucción de infraestructura, formación, acceso a servicios básicos)
como social (reconciliación, reparación, justicia, verdad).
Dentro de los proyectos de reintegración comunitarios, otro aspecto que se presume como
imprescindible es el empoderamiento de la propia comunidad para sentirse participantes
activos en esta fase del programa de DDR. Para este fin se acostumbra a realizar grupos de
trabajo, que si bien están gestionados por los organismo ejecutores del programa, el peso
decisorio debe recaer en la propia comunidad. Las distinciones en este punto se centran en la
heterogeneidad de la composición de estos grupos. Hay diversidad de grupos en este sentido:
se puede coger el ejemplo de Chad, con la formación de grupos para excombatientes para
evaluar su relación con la comunidad y sus necesidades. Lo que queda claro es que se
consolidará un mayor grado de desarrollo en el momento que se pueda agrupar la máxima
representatividad posible de cada comunidad. Buen ejemplo de ello podría estar en la creación
de las CPVD en Haití, con representantes de las diversas generaciones de cada una de las
comunidades, buscando la mayor participación y consenso en las actividades de desarme y
reducción de la violencia.
Como se ha podido comprobar en los actuales programas de DDR que incorporan el enfoque
de la reintegración comunitaria, la mayoría de ellos son contextos centrados en la reforma del
sector de seguridad, por lo que se presume que la seguridad está garantizada. No obstante,
se comprueba como este enfoque comunitario se acostumbra a combinar con el centrado en el
excombatiente, tal y como se puede comprobar en el gráfico de los programas de reintegración
en Indonesia. Entre las actividades a realizar está mayoritariamente la rehabilitación de las
infraestructuras y la movilización de recursos para las comunidades, lo cual sirve como un
efectivo ejercicio de reconciliación permitiendo a la vez su participación activa en el proceso.
Estas actividades suelen arrancar con experiencias piloto de corta duración (2-3 meses) en
alguna de las comunidades, como en el caso del programa de DDR en Chad.
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La reintegración comunitaria
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