A LIFE WITHOUT DEMOCRACY 2 Pluralismo informativo y dependencia publicitaria Una aproximación a los límites de la libertad de expresión1 Enrique Vergara Leyton, Abraham Santibáñez Martínez, Claudio Garrido Peña Universidad Diego Portales, Santiago de Chile Traditionally the discussion on media pluralism and possible threats, has been largely determined by the dangers that would result in the concentration of media ownership in potential information monopolies, still very few studies have considered the impact of ad spending pluralism the media. This communication seeks, from a conceptual perspective, identify potential hazards associated with a media environment over-reliance on ad spending in a context characterized by medial hybridization formats. KEY WORDS: media pluralism, ethics journalism-advertising-communications. PALABRAS CLAVE: pluralismo informativo, periodismo-publicidad-ética de las comunicaciones. n la discusión académica, los trabajos respecto de los límites entre periodismo y publicidad son escasos y los estudios sobre ética, tanto en periodismo como en publicidad, se han desarrollado de forma independiente unos de otros, sin abordar áreas comunes a ambas disciplinas. Esto no deja de llamar la atención, si se considera que la relación entre ambas disciplinas no ha estado exenta de conflictos y es donde se advierte una fuerte confusión entre los límites de una y otra actividad.2 Por otra parte, debemos considerar que el debate sobre los medios de comunicación y pluralismo ha estado determinado fundamentalmente por la concentración económica y los supuestos peligros que conlleva este fenómeno a través de posibles monopolios que amenazarían la libre competencia y la circulación de ideas. Esta situación de posible poder hegemónico en los medios de comunicación adquiere una especial preocupación, ya que además de dificultar el desarrollo de una mayor competencia dentro del sector, implicaría para muchos autores que un grupo empresarial ejerciera una influencia excesiva en E vI congrÉs internacional comunicació i realitat facultat de comunicació blanquerna - universitat ramon llull TRÍPODOS EXTRA, Barcelona 2011 · ISBN: 978-84-936959-6-5 431 432 E. Vergara Leyton, A. Santibáñez Martínez, C. Garrido Peña vI congrÉs internacional comunicació i realitat las decisiones editoriales y, en definitiva, en el modo de pensar de la sociedad.3 Contrariamente a esta perspectiva, sería lógico suponer que la concentración de la propiedad en medios de comunicación no necesariamente se traduce en falta de pluralismo. Van Dick ha planteado que la concentración no implica falta de pluralismo por sí sola, pues teóricamente un solo empresario podría optar por una amplia variedad de periódicos para diversos públicos, lo que le permitiría ampliar la venta de ejemplares a través de contenidos cada vez más segmentados.4 Sin pretender desconocer los aportes de los estudios sobre concentración de la propiedad en medios de comunicación al debate sobre el pluralismo informativo, la relación entre pluralismo y dependencia económica admite ser abordada desde otras perspectivas, como es el caso de la dependencia de la inversión publicitaria. En efecto, la dependencia económica que genera la publicidad hace pertinente la sospecha de Pérez-Tornero, respecto que a los medios no les interesaría discutir ni revelar la influencia de quienes se constituyen en una de sus principales fuentes de financiamiento.5 En el contexto general de los medios de comunicación, son los medios impresos los que se han considerado históricamente como de mayor influencia en la construcción de la agenda informativa; siendo así porque no sólo tienen la capacidad de tematizar la discusión social, sino que además, son capaces de generar la discusión social necesaria para articular una opinión pública informada. Esta capacidad de formar opinión pública no debe analizarse de forma independiente de su dimensión de medio publicitario. En términos globales, actualmente la inversión en diarios se estima que es del 23,4% y el de las revistas el 10,5% del total en medios masivos, sólo superada por la televisión con el 38,6%, lo que convierte a ambos medios escritos en actores centrales de la industria publicitaria. Las proyecciones de Zenith Optimedia para el año 2009 respecto de la inversión publicitaria a escala global, se observan en la siguiente tabla. Pluralismo informativo y dependencia publicitaria. Una aproximación a los límites de la libertad de expresión Para aproximarse a la complejidad de la relación entre periodismo y publicidad, es necesario considerar que en ella convergen dos realidades íntimamente relacionadas en los medios de comunicación e indispensables para su análisis: una económica y otra sociopolítica. Esta dualidad constituye un hecho esencial de los estudios sobre comunicación en medios tradicionales.6 En una primera aproximación a estas dos realidades, se hace pertinente preguntarse ¿hasta dónde es posible para un medio informar por eventuales malas prácticas de un avisador? Periodismo y publicidad: una relación ambigua La publicidad, en su sentido más general, se puede entender como toda actividad orientada a satisfacer las necesidades de información de las características y cualidades de un determinado producto o servicio con el objetivo de incrementar sus ventas. A través de la publicidad se estimula la demanda, reformulando activamente en este proceso los valores del sistema social, creando un clima cultural adecuado que permita modelar las necesidades de consumo de la sociedad y crear pautas de conducta.7 Junto con esta función, la publicidad financia gran parte de la industria de medios, los cuales sin su aporte económico no podrían alcanzar la masificación actual ni la diversidad de sus contenidos. La relación entre medios de comunicación y publicidad existe prácticamente desde el origen de los primeros medios impresos. A este respecto, es interesante lo señalado por Giravetz respecto de que “... estas originales publicaciones del siglo XVII consideraban el deseo de algunos de comprar o vender algo como noticia tanto como otros acontecimientos de la semana, incluso el comunicado de una batalla.”8 Esta ambigüedad que se presenta entre lo que es de interés general respecto de lo particular va a ser abordada por Habermas en su crítica a la opinión pública. Para él, el desarrollo de la sociedad industrial avanzada, junto al desarrollo de las industrias culturales y de la publicidad en particular, van a contribuir a que se ofrezcan los productos como si fueran de interés general, ocultando su intencionalidad económica y tratando a su público como un público de ciudadanos y no de consumidores. Es así como las instituciones políticas y sociales se verán obligadas a actuar del mismo modo, de lo que resulta el efecto contrario: los ciudadanos son tratados como consumidores.9 Esta confusión entre periodismo y publicidad se ve incrementada si se considera el hecho de que la publicidad ha rebasado los límites tradicionales del aviso publicitario, al poner su acento en la reputación corporativa del anunciante. En este nuevo contexto, la labor informativa pasa a ser parte constitutiva del valor de la marca. Por tanto, el medio no se entiende de forma aislada respecto de la publicidad contratada por el mismo medio. Si consideramos que una prensa libre debería recoger las percepciones de diferentes actores sociales y, a su vez, generar una discusión respecto de lo público, este accionar del medio quedaría determinado por la dependencia financiera del anunciante. Es decir, si la agen- 433 434 E. Vergara Leyton, A. Santibáñez Martínez, C. Garrido Peña vI congrÉs internacional comunicació i realitat da noticiosa puede afectar la reputación del anunciante, el medio puede verse forzado a renunciar a generar un debate público e informado respecto del papel del avisador y optar por una cobertura de carácter noticioso, que coloca su énfasis en la audiencia y no en la generación de una opinión pública informada.10 Para determinar los alcances del concepto de audiencia en esta relación, es necesario determinar la continuidad que se establece entre periodismo y publicidad bajo este concepto, considerando elementos comunes en la definición y el proceso que permitan situar algunas explicaciones respecto de cómo se expresa, en el tratamiento de la información, la tematización de los medios escritos como soporte publicitario y los objetivos comerciales de los medios. Desde aquí la reflexión se abre hacia el papel de los medios en términos de la creación y el fomento de la opinión pública, o en un sentido más amplio, en la capacidad de los medios de crear realidades más cerradas o más abiertas a la discusión. La audiencia como concepto se establece como eje troncal desde la actividad propia de los medios y su capacidad de perfilarse como puente de contacto ante posibles consumidores.11 En este contexto, la audiencia se entiende como la capacidad de los medios de congregar públicos en función de su propuesta informativa, formando una base de receptores que puede caracterizarse en función de indicadores socioeconómicos que la transforman en un activo propio del medio, el cual es vendido a los avisadores como la capacidad de llegar efectivamente a un segmento de mercado deseado. La audiencia aquí cumple una doble función: como medida de la efectividad del medio en cuanto a la legitimación de su propuesta de cobertura informativa y, en segundo término, como activo comercial directamente relacionado con su viabilidad financiera. Es decir, su capacidad de objetivar como mercancía su efectividad e impacto. Así pues, se ha definido como estratégica la presencia de indicadores que permitan medir la audiencia y su caracterización en función de variables comerciales, en donde la industria de la medición otorga las claves de presentación del medio para posibles avisadores. De este modo, la generación de audiencias, por parte del medio, se establece como actividad prioritaria allí donde el tratamiento de la información puede pasar a un segundo plano. En este caso, nos encontraríamos con medios orientados más a la cobertura que a la profundización de temáticas. Bajo este esquema, la generación de la opinión pública se asume como una actividad ajena al medio: la audiencia prefiere y opina con independencia de la propuesta del medio, el medio informa y la audiencia dictamina. En esta forma de entender la audiencia, el medio se constituye en un vehículo de llegada al potencial consumidor cuya labor central es mantener la atención del público y reforzar su fidelidad. El medio vende al avisador esta capacidad.12 Si, por otra parte, consideramos que el avisador ha complejizado sus necesidades de comunicación con la audiencia, rebasando la esfera del producto y orientándose hacia su percepción corporativa, nos encontramos en un escenario aún más complejo; por un lado, el medio centrado en la generación de audiencias, su capacidad de conglomerar y mantener, y por otro, el avisador focalizado en lograr una percepción cualificada en cuanto a sus consumidores Pluralismo informativo y dependencia publicitaria. Una aproximación a los límites de la libertad de expresión actuales y potenciales. Esta superposición en contextos de conflicto condicionará la cobertura y el tratamiento informativo de hechos que afecten la reputación del avisador y su impacto en la opinión pública. En consecuencia, esta dependencia implicaría en la práctica criterios de selección y edición respecto de la cobertura de noticias que eventualmente puedan afectar la reputación de las empresas anunciantes. Sin embargo, esto no supondría necesariamente un silenciamiento mediático, sino una tematización y énfasis del medio en el tratamiento de la noticia, excluyendo la presencia de determinados actores sociales, lo que reduciría la labor del medio a una dimensión meramente descriptiva de las noticias, eliminando su dimensión comunicativa en términos de la generación de debate y articulación de opinión pública, operando el medio bajo el principio de una racionalidad instrumental sin ofrecer, de acuerdo con la perspectiva de Habermas, un marco adecuado para la discusión democrática.13 A partir de estos supuestos, es posible sostener que los medios podrían renunciar selectivamente a la generación del debate público como consecuencia de una relación medios-anunciantes en la cual la política editorial del medio se orientaría a la descripción de hechos y no a la argumentación de posiciones, donde los intereses del anunciante se pudiesen ver afectados, con lo que se relegaría de esta forma el debate a una posición secundaria. Es decir, la relación de avisaje, medio y marcas, condicionaría y modificaría la estructura del soporte mediático en cuanto a formato y estructura editorial, pudiendo presentar las marcas aisladas de fenómenos de contingencia, o sea asépticas y atemporales. La responsabilidad de los medios y ética de las comunicaciones Esta realidad comercial e informativa en que se inscriben los medios debe combinar con un principio básico: el pluralismo en la información que transmiten es esencial en la vida democrática. Su mayor exigencia es, por cierto, la búsqueda responsable de la verdad. Por esta vía, los medios construyen una base de credibilidad que es fundamental cuando deben tratar temas conflictivos, hacer denuncias o plantear situaciones complejas. Es bajo esta lógica comunicativa, donde las fronteras entre el periodismo y publicidad han perdido nitidez y donde cada vez se hace más difícil separar planos. Esto hace pertinente plantear una ética de la comunicación, más que hacerlo exclusivamente desde el periodismo o la publicidad, que articule marcos éticos mínimos que garanticen la formación de una opinión pública informada. Sin embargo, hay que pensar que en el desarrollo histórico de los medios de comunicación, la preocupación por la ética es bastante tardía: no es hasta alrededor de la Segunda Guerra Mundial que empieza a emerger un consenso en torno a la necesidad de diferenciar entre legislación y normativa ética. Los primeros editores sentían que su batalla fundamental era contra los intentos por limitar su libertad de expresión. Sólo más tarde, cuando se garantiza esta 435 436 E. Vergara Leyton, A. Santibáñez Martínez, C. Garrido Peña vI congrÉs internacional comunicació i realitat libertad, surge la conciencia de que es necesario ajustarse a ciertas normas de respeto a las personas y a la comunidad, cuyo cumplimiento no necesariamente corresponde a los tribunales de justicia. Esta nueva situación se hizo evidente luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de intelectuales, financiados por Henry Luce, el fundador de la revista Time, dio una mirada crítica al papel de los medios en Estados Unidos. Les preocupaba la forma en que el periodismo estaba respondiendo ante los desafíos del sistema democrático. La llamada Comisión Hutchins14 entregó en 1947, al terminar sus labores, un informe cuya primera frase es categórica: “La Comisión se estableció para responder la pregunta de si ‘La libertad de prensa está en peligro’. Nuestra respuesta es: Sí”. La razón de esta afirmación era que la prensa no ha “entregado un servicio adecuado a las necesidades de la sociedad”. Por más de medio siglo, este documento ha sido considerado como una guía ética por periodistas y medios de Estados Unidos y buena parte del mundo. No obstante estas declaraciones, compartidas por profesionales de la comunicación de diferentes ámbitos, en la realidad los procesos de hibridación de los formatos clásicos de periodismo y publicidad, junto a los procesos de convergencia medial, han dado lugar a una nueva realidad comunicativa que plantea importantes desafíos éticos para la gestión de los medios de comunicación. En efecto, los medios han establecido tradicionalmente códigos y tribunales para hacer respetar sus códigos. Lo mismo ocurre con la publicidad, que también ha desarrollado normas de autorregulación. Pero estos tradicionales códigos éticos, que actúan dentro de las diversas disciplinas, creando sus propias jurisprudencias, si bien son útiles y funcionales para sus ámbitos de acción más inmediatos, se perciben actualmente como insuficientes para el actual contexto mediático. Esto obliga a una revisión amplia de la autorregulación del ámbito de la comunicación, lo que requiere un profundo conocimiento, tanto de la industria en general como del ejercicio de las profesiones que la acompañan, involucrando a periodistas, publicistas, anunciantes y medios de comunicación. Esta situación exige reconsiderar el campo de acción de los tradicionales códigos éticos generando referentes que estudien el problema ético en un contexto comunicacional mucho más complejo que en el que tradicionalmente se ha entendido y que escapan a la competencia de los organismos existentes. Consideraciones generales La publicidad, a través de la promoción de determinados productos y servicios, cumple un rol de primer orden en el desarrollo y la supervivencia económica de los medios de comunicación. Esto constituye la principal garantía de libertad de expresión y, en definitiva, del funcionamiento democrático de una sociedad. Por esto, un elemento que se hace necesario considerar es el creciente, pero no nuevo, proceso de hibridación que afecta los formatos clásicos del periodismo y la publicidad y la influencia, no especificada –pero no menos Pluralismo informativo y dependencia publicitaria. Una aproximación a los límites de la libertad de expresión cierta– del anunciante en los contenidos que puedan influir en la reputación de su marca. Esta realidad, no explicitada, demanda nuevas competencias conceptuales y éticas para el análisis y el ejercicio de ambas disciplinas. Un medio de comunicación, capaz de articular una opinión pública más y mejor informada, se transforma necesariamente en una plataforma de inversión publicitaria que potenciará mejor a la marca en función de la línea editorial del medio. En consecuencia, los medios, fundamentalmente escritos, deberían potenciar en los hechos y desarrollar protocolos éticos que garantizasen la independencia de su línea editorial, especialmente en los casos relacionados con sus anunciantes. Los beneficios de esta independencia se han visto corroborados históricamente en los casos en que efectivamente el medio ha sabido salvaguardar su independencia, como por ejemplo, las revistas económicas internacionales.15 Éstas no sólo presentan una gran antigüedad en el mercado de los medios escritos, sino que además han logrado un fuerte posicionamiento de marca sobre la base de una línea editorial de total independencia respecto de las empresas que contratan publicidad en sus páginas, lo que las constituye en soportes publicitarios de gran interés, tanto por la audiencia que alcanzan como por el reconocimiento ético de su labor informativa. Notas 1. Este artículo forma parte de la investigación “Pluralismo informativo e inversión publicitaria en medios escritos. Un análisis en torno a casos de empresas enfrentadas a situaciones de crisis”, realizado con el apoyo de la Universidad Diego Portales. Además de los autores de este artículo, participan de este estudio el profesor Pedro Vera y las alumnas Sabrina Osorio y Camila Varela. 2. Véase SANTIBÁÑEZ, A.; VERGARA E. “Periodismo y Publicidad: claves y ambigüedades de una relación promiscua”. Revista Universum. Vol. 1 (2008), núm. 23, Universidad de Talca. 3. Véase SÁNCHEZ-TABERNERO, A. “Concentración de las empresas de comunicación en Europa: los nuevos datos contradicen los viejos mitos”. Comunicación y Sociedad. Vol. XV, núm. 1; op. cit., p. 130. Dentro de los abundantes trabajos que abordan el tema de la concentración económica y el pluralismo, podemos citar a modo de ejemplo, los trabajos realizados por E. BUSTAMANTE, “La concentración en la comunicación y la cultura”, en Concentració i internacionalització dels mitjans de comunicació. Repercussions socials i culturals, Converses a la Pedrera, Barcelona, Centre d’Investigació de la Comunicació; C. LLORENS, Concentración de empresas de comunicación y pluralismo: la acción de la UE. Barcelona: Tesis Doctoral UAB, 2001. En el caso chileno cabe destacar los trabajos de G. SUNKEL y E. GEOFFROY, Concentración económica de medios de comunicación. Santiago de Chile, Lom Ediciones, 2001; O. CORRALES y J. SALDOVAL, “Concentración del mercado de los medios, pluralismo y libertad de expresión”, Santiago de Chile: Instituto de la Comunicación e Imagen, 2003; y C. PORTALES, “La concentración de los medios y la libertad de expresión en Chile” en Los usos de la libertad de expresión, Documento de Trabajo, Universidad de Chile, 1999. 4. Véase VAN DICK, T. “Las élites son las primeras responsables en la reproducción del racismo”. Revista Mensaje (agosto de 2008), Santiago de Chile, núm. 57, p. 43-46. 5. PÉREZ-TORNERO. J.M. “Para una toma de conciencia del fenómeno publicitario”. En: MATTELART, A. La publicidad. Barcelona: Paidós, 1991. 6.Véase LLORENS. Op. cit., p. 14. 7. Véase MURCIANO, M. Estructura y dinámica de la comunicación internacional. Barcelona: Bosch, p. 190. 8. Véase GIRAVETZ, H.K. The evolution of liberalism, 1963, citado en T.H. QUALTER, Publicidad y democracia en la sociedad de masas. Barcelona: Paidós, 1994, p. 81. 9.Véase SANTA CRUZ, E. Comunicación y conciencia de masas. Santiago de Chile: Nuestra América, 437 438 E. Vergara Leyton, A. Santibáñez Martínez, C. Garrido Peña vI congrÉs internacional comunicació i realitat 1986, p. 23. 10. Al menos así se desprende de los primeros resultados de la investigación que actualmente realizan en Chile los autores de este artículo. En este estudio, se analiza y compara el tratamiento informativo dado por diferentes medios escritos a acontecimientos de alto impacto público que involucran a empresas que cuentan con una considerable inversión publicitaria en estos mismos medios. 11. Véase LULL, J. Medios, comunicación, cultura: Una aproximación global. Buenos Aires: Amorrortu, 1997. 12. Véase CHAPARRO, M. Conocer las audiencias: la investigación del consumo de medios de comunica- ción. Santiago, Chile: Ediciones Universidad del Desarrollo, 2003. 13. Véase HABERMAS, J. Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Cátedra, 1989. 14. La presidía el Rector de la Universidad de Chicago, Robert M. Hutchins. La integraban once destacados profesores de Derecho, Filosofía, Religión y Economía. Sintomáticamente, ninguno era periodista. 15. A este respecto, resulta muy ilustrativo el análisis realizado por Pérez-Latre respecto de la relación entre audiencia y publicidad en las revistas económicas. Véase PÉREZ-LATRE, J. “Audiencia y publicidad en las revistas económicas internacionales”. Trípodos, núm. 8. Bibliografía PÉREZ-LATRE, J. “Audiencia y publicidad en las revistas económicas internacionales”. Trípodos, núm. 8. PÉREZ-TORNERO, J.M. “Para una toma de conciencia del fenómeno publicitario”. En: MATTELART, A. La publicidad. Barcelona: Paidós, 1991. PORTALES, C. “La concentración de los medios y la libertad de expresión en Chile”. Los usos de la libertad de expresión, Documento de Trabajo, Universidad de Chile, 1999. SÁNCHEZ-TABERNERO, A. “Concentración de las empresas de comunicación en Europa: los nuevos datos contradicen los viejos mitos”. Comunicación y Sociedad. Vol. XV, núm. 1. SANTA CRUZ, E. Comunicación y conciencia de masas. Santiago de Chile: Nuestra América, 1986. SANTIBÁÑEZ, A.; VERGARA, E. “Periodismo y Publicidad: claves y ambigüedades de una relación promiscua”. Revista Universum. Vol. 1 (2008), núm. 23, Universidad de Talca. SUNKEL, G.; GEOFFROY, E. Concentración económica de medios de comunicación. Santiago de Chile: Lom Ediciones, 2001. VAN DICK, T. “Las élites son las primeras responsables en la reproducción del racismo”. Revista Mensaje (agosto de 2008), Santiago de Chile, núm. 57, p. 43-46. BUSTAMANTE, E. “La concentración en la comunicación y la cultura”. Concentració i internacionalització dels mitjans de comunicació. Repercussions socials i culturals. Converses a la Pedrera. Barcelona: Centre de Investigació de la Comunicació. CHAPARRO, M. Conocer las audiencias: la investigación del consumo de medios de comunicación. Santiago de Chile: Ediciones Universidad del Desarrollo, 2003. CORRALES, O.; SALDOVAL, J. Concentración del mercado de los medios, pluralismo y libertad de expresión. Santiago de Chile: Instituto de la Comunicación e Imagen, 2003. GIRAVETZ, H.K. The evolution of liberalism, 1963, citado en T.H. QUALTER, Publicidad y democracia en la sociedad de masas. Barcelona: Paidós, 1994, p. 81. HABERMAS, J. Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Cátedra, 1989. LLORENS, C. Concentración de empresas de comunicación y pluralismo: la acción de la UE. Barcelona: Tesis Doctoral UAB, 2001. LULL, J. Medios, comunicación, cultura: Una aproximación global. Buenos Aires: Amorrortu,1997. MURCIANO, M. Estructura y dinámica de la comunicación internacional. Barcelona: Editorial Bosch, p. 1990.