8 LA VANGUARDIA INT ERN ACION AL DOMINGO, 2 OCTUBRE 2016 El fin a 52 años de conflicto FÉLIX FLORES Barcelona H ay personas, y son muchas, que no pueden salir en una foto oficial porque han trabajado en la sombra. Una de ellas es el econo­ mista Henry Acosta, El hombre cla­ ve, según el título –que él mismo cree exagerado– del libro en el que cuenta su historia. Acosta fue el pri­ mero que propició el diálogo de paz en Colombia y se comprometió con él hasta el fin. Esta semana pasó por Barcelona, invitado por el Institut CatalàperlaPau(ICIP),queenaras de la sensibilidad que las institucio­ nes catalanas han tenido durante años con Colombia ha propiciado una serie de actos de celebración del acuerdo de paz. ¿Cuántos padres tiene esta paz? Tiene dos padres, el presidente Juan Manuel Santos y Alfonso Ca­ no, que fue comandante general de las FARC. Y dos posibilitadores muy grandes, Pablo Catatumbo, co­ mandante de las FARC, y Sergio Ja­ ramillo, alto comisionado de la paz. Ustedseimplicócasiporcasua­ lidad... Sí. Yo fui funcionario de la ONU en África y América Latina, sobre coo­ perativismorural.Sabíacómoobte­ ner recursos internacionales de apoyoaldesarrollo, ymefuiacono­ cer un proyecto en la cordillera Central. Ya iba llegando cuando me encuentra la guerrilla y me lleva a una hacienda con vacas. Sale un hombre de civil y le llama la aten­ ción que yo haya sido funcionario de la ONU. Era Jorge Torres Victo­ ria, Pablo Catatumbo. Conversa­ mos de historia y de política hasta la noche, y me dijo: siga viniendo y me trae libritos. Ahí empezó, en 1998, una amistad. En el 2002, con el se­ cuestro de doce diputados, a través de Luis Carlos Restrepo, entonces alto comisionado de la paz, llego al presidente Álvaro Uribe, a quien ya conocía como senador, y me nom­ bra “contacto” con las FARC para un acuerdo humanitario, de inter­ cambio de prisioneros. Pero las FARC dicen: no vamos a desapro­ vechar la ocasión para hablar de paz. La posición de Alfonso Cano era que Colombia no sería un país socialista. Cano era un intelectual, era más político que militar, y me manda decir al presidente Uribe que busca un capitalismo con economía de bienestar, países Paula de Castro A Colombia le toca afrontar con hechos y no sólo con palabras el desafío de la paz. El pa­ sado 26 de septiembre, el presi­ dente colombiano, Juan Manuel Santos, y el jefe de las FARC­EP Rodrigo Londoño Echeverri ini­ ciaron este camino con la firma del Acuerdo Final en la ciudad de Cartagena. Ese día, los colombia­ nos escucharon de boca del líder guerrillero unas palabras que mu­ chos no esperaban oír nunca: “En nombre de las FARC­EP, ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto, por todo el dolor que hayamos podido causar en esta guerra”. Sin embargo, los colombianos aún deben refren­ dar estos acuerdos en el plebiscito de hoy domingo. P. DE CASTRO, Investigadora del Cidob “Lo más difícil de la paz será desmovilizarse mentalmente” Henry Acosta, facilitador del diálogo de paz Henry Acosta, fotografiado esta semana en Barcelona escandinavos. Es decir, que no valía lapenaseguir desangrándonos,que no podrían derrotar militarmente al Gobierno ni el Gobierno a ellos, que se negociaran las causas políticas, sociales y económicas del conflicto. Pero el presidente Álvaro KIM MANRESA Uribe se negaba a negociar. Uribe unas veces estuvo inte­ resado, otras no. Ahora está en contra del acuerdo. ¿Por qué? Nopuedodecirleporqué.Laúltima vez que hablé con él fue en noviem­ bre del 2015. Le dije: yo le ayudo a subirse al tren de la historia, y le re­ cordé las 31 conversaciones que tu­ vimos.Ymedice:Henry,amínome interesa la historia. Yo no estoy de acuerdo, las FARC están intentan­ do aprovecharse. Hace tres meses le dijo a un amigo común: dígale a Henry que no me ofenda, que está diciendo que yo intenté la paz, y no es cierto. Es muy contradictorio. ¿Uribe correría algún peligro bajo la justicia por el caso de los falsos positivos? Como presidente, no, porque la Co­ misión de Acusaciones de la Cáma­ ra lo declaró inocente. Ya dicen que no es comisión de acusaciones sino de absoluciones porque no ha con­ denado a nadie. Pero hay unas acu­ saciones de cuando Álvaro Uribe fue gobernador porque creó las au­ todefensas de los hacendados. Y luego se fueron haciendo los falsos positivos.Yovicasos:estarenlacor­ dillera y ver un lechero que carga dos mulas con tinas de leche y dos horas después viene la gritería de la gente que a Juan lo mataron y le pu­ sieron un traje de camuflaje (de guerrillero) y un fusil. A cambio les daban a los soldados días de permi­ so… La vida de un campesino valía tres días de vacaciones. El actual presidente Santos era ministro de Defensa. Sí,claro. ¿Esas responsabilidades que­ dan liquidadas por el acuerdo? No, van a un tribunal que se está constituyendo. Serán llamados tan­ to de las FARC como del ejército, políticos o empresarios. ¿Cuáles son los aspectos más delicados del acuerdo? Son varios. Primero, la dejación de armas. El día no está decidido. Los delegados de la conferencia guerri­ llera, más de 600, dicen que es cuando se aprueben las43 leyes que permitirán aplicar el acuerdo. Pero ya está convenido que en octubre se aprobarán: las propone el presiden­ te y no pueden ser modificadas por el Parlamento, que dice solo sí o no. Después vendrá la reincorpora­ ción, un tema bastante complicado para el que voy a ir el día 7 a La Ha­ bana a hablar con Timoleón Jimé­ nez, Timochenko porque el presi­ denteSantosmehapedidoqueayu­ de en eso, por mi trabajo en cooperativismo. Hice la propuesta de reincorporar a guerrilleros en el sector cooperativo. Y luego hay una cosa que dice Timoleón Jiménez, que siempre la destaco: lo más com­ plicado es la desmovilización men­ tal. Gente que lleva 20 años, él lleva La hora de la verdad Con un triunfo del sí se pondrán en marcha una serie de reformas e instrumentos jurídicos con vistas a subsanar las causas profundas del conflicto. Por un lado, una re­ forma agraria que salde la deuda pendiente con las zonas rurales más deprimidas de Colombia y una nueva estrategia de lucha contra el narcotráfico. Por otro la­ do, un espacio político y garantías jurídicas para todas las fuerzas de la oposición, incluido el partido político que surja de las FARC­ EP. El acuerdo incluye también la cuestión de la justicia transicional para asegurar el derecho de las víctimas a la verdad y la repara­ ción, así como justicia por los crí­ menes cometidos. El Acuerdo Fi­ nal es, por lo tanto, una obra de in­ geniería. No es del agrado de todos y ha despertado agrias críti­ cas en algunos sectores pero ofre­ ce una hoja de ruta para tratar de enmendar los errores del pasado y dar paso a una nueva Colombia li­ bre de esta guerra de casi sesenta años. Si la negociación de estos acuerdos fue compleja, y en no pocas ocasiones las partes estu­ vieron a punto de abandonar la mesa, su implementación plantea retos y riesgos aún mayores. Por ello, un apoyo decidido en am­ plios sectores de la sociedad co­ lombiana y el compromiso de la comunidad internacional resul­ tan indispensables. A corto plazo, el Gobierno de Santos deberá conseguir la aprobación de diver­ sas leyes en el Congreso e incluir los acuerdos en el texto constitu­ cional. Las FARC­EP deberán cumplir con el abandono de las ar­ mas y la violencia y su compromi­ so con el marco acordado para la reinserción de los guerrilleros a la vida civil. A medio y largo plazo, las difi­ cultades no serán necesariamen­ te menores. El actual contexto po­ lítico­económico colombiano y la situación de seguridad invitan a la cautela con respecto al fin del conflicto en Colombia. Por un la­ do, existe el riesgo de que grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o bandas del cri­ men organizado ocupen el vacío que dejarán las FARC­EP. Existe también el peligro de que la pola­ 40 en esto, ha de pasar a la vida civil, pasar a pagar buses, a tener casa… De vivir en carpas, con cocinas de leña, moviéndose por las montañas, han de pasar a estar asentaditos en una cooperativa rural de produc­ ción pecuaria o agrícola. Esa des­ movilización mental va a ser lo más complicado. ¿Cómo fue el papel de Cuba? Importantísimo. Comprometido, no sólo políticamente. Es increíble: un país que no tiene recursos, com­ prometido financieramente con muchos de los gastos de las FARC... …Y con un grupo que dijo que el socialismo es imposible en Co­ lombia. Sí, claro. ¡Ah!, una cosa importante: hace 25 años pasaron por La Haba­ na Alfonso Cano, Pablo Catatumbo, Iván Márquez… Tuvieron una reu­ nión larguísima con Fidel Castro. Y les dijo: no busquen hacer un país socialista, no luchen por eso porque países socialistas no va a haber más en el mundo. Es decir, no es una co­ L A S F AR C Q U ERÍ AN NEGO C I A R “Los guerrilleros sabían que no podrían derrotar al Gobierno ni este a ellos” L A N E G A T I VA D E U R I B E “No puedo decir por qué está en contra del acuerdo; es muy contradictorio” sa que Alfonso Cano se hubiera in­ ventado; seguramente tenía en la memoria esas palabras. ¿Los militares se sienten victo­ riosos de algún modo? Sí, hay mucho de “esto se ganó por­ que los militares apretamos”. Pero ya en el 2006 las FARC decían: ne­ gociemos. ¿Hay cierto sentimiento de de­ rrota en las FARC? No, no. Vea el discurso de Timo­ león: “Nosotros ganamos porque logramos llegar a la paz”. Y yo creo quelasFARCestáncomprometidas con la paz. Si todos sienten que han gana­ do, sería la mejor garantía... Sí, yo creo que ambas partes sienten que han ganado.c LEA LA ENTREVISTA ÍNTEGRA EN www.lavanguardia.com rización política dificulte, o inclu­ so impida, la implantación de lo acordado en La Habana. Las elec­ ciones presidenciales de mayo del 2018 son, por tanto, un horizonte que tener muy en cuenta. Existen dudas, además, sobre la capaci­ dad institucional del Estado para poner en marcha todas las refor­ mas del acuerdo y recuperar su presencia en el conjunto del terri­ torio colombiano. Con todo, el mayor riesgo es, sencillamente, que la sociedad co­ lombiana decida dar la espalda al proceso de paz. No se trata de ob­ viar los sufrimientos padecidos, las responsabilidades pendientes, ni abordar la paz con ingenuidad. Se trata, por el contrario, de apos­ tar por la posibilidad de un futuro mejor. Los colombianos han sa­ crificado ya demasiado por la gue­ rra, y este domingo es el día en que podrán salir a demostrar con un voto que desean la paz.c