Los Estudiantes - Maestría en Educación Abierta y a Distancia

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Universidad Nacional Abierta
Dirección de Investigaciones y Postgrado
CAPÍTULO 6
LOS ESTUDIANTES
García Aretio, L (2001). La educación a distancia: de la
teoría a la práctica. España: Ariel Educación
(Compilación con fines instruccionales)
LOS ESTUDIANTES
151
CAPÍTULO 6
LOS ESTUDIANTES
Los sistemas de enseñanza a distancia se han establecido generalmente
para atender a una población adulta que aprende y se manifiesta de manera
diferente al niño, adolescente o joven, habituales usuarios de las realizaciones
convencionales. En contraposición al de estas instituciones educativas, el alumno
a distancia es un individuo generalmente maduro con una historia vivencial llena
de experiencias conocimientos, capacidades, hábitos, actitudes, conductas e
interés en su propio proceso de formación, características éstas que condicionan,
filtran y, previsiblemente, mejoran los futuros aprendizajes.
Además de obligar a ese aprendizaje en solitario y autónomo, que a la vez
propiciará la independencia y autodidactismo en futuras adquisiciones, el estudio a
distancia habrá de ser individualizado y personalizado. Lo ideal es que se adapte a
las necesidades, características e intereses personales de los alumnos y a su
disponibilidad de tiempo, espacio, motivaciones, ritmos y estilos de aprender, por
lo que el currículo a cubrir habría de ser flexible y adaptable a estas
circunstancias. Pero esta independencia tiene su vertiente negativa, la de la
previsible soledad y la ansiedad y angustia que puede suponer esa situación
(Abrahamson, 1998 y Brown, 1996). El alumno adulto deberá superarla mediante
el contacto con el tutor a través de las diferentes vías de comunicación al efecto
establecidas.
En todo caso, no olvidemos que, aunque la población adulta sea la principal
destinataria de las acciones formativas a distancia, esta modalidad no sólo
atiende a este tipo de estudiantes (UNESCO, 1998), como ya quedó reflejado en
el capítulo 3. también se imparten enseñanzas a distancia a estudiantes en el
grupo de edad preuniversitario. Algunas instituciones presenciales ofrecen tiempo
de aprendizaje a distancia, aprovechando las posibilidades que brindan las nuevas
tecnologías. En otros casos se ofrecen módulos para enriquecimiento del propio
plan de estudios y que pueden abordarse de forma independiente. También
alumnos jóvenes, universitarios, se están aproximando a los estudios impartidos
por centros superiores que disponen de enseñanzas o programas a distancia, bien
sea por problemas de residencia, económicos o laborales. Otro grupo de alumnos
destinatarios de los programas a distancia es el que aquellos que sufren algún tipo
de discapacidad o minusvalía física.
En todo caso, centraremos este capítulo en los destinatarios más habituales
de estos sistemas de aprendizaje, los estudiantes adultos.
1. Características como estudiantes a distancia
Nos limitaremos a exponer en este capítulo dos grandes ámbitos, relativo a
los estudiantes o participantes, que entendemos deben conocer las personas que
tienen alguna responsabilidad en la planificación, diseño, docencia, tutoría,
evaluación... de acciones formativas en el ámbito de esta modalidad educativa: el
referido a las características más habituales que les diferencian de los homólogos
152
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
presenciales y, lo que es más importante, los supuestos factores que inciden en el
aprendizaje, el rendimiento y el abandono de los estudios.
La realidad es que no todos los alumnos tendrán la madurez suficienteespecialmente al principio- como para enfrentarse en solitario a la serie de
responsabilidades que este tipo de estudios a distancia comporta. Es de destacar,
en primer lugar, que el aprendizaje adulto no está supeditado a las exigencias
legales de presencialidad en la institución escolar, como ocurre con los niños y
jóvenes, es decir, nadie obliga a un adulto a acudir al centro educativo. En
segundo lugar, es sabido que muchos de los adultos que inician este tipo de
formación a distancia hace bastante tiempo que abandonaron el sistema formal de
educación.
En muchos casos estos estudiantes sólo pretenden aumentar su estatus o
su nivel de conocimientos, pero la realidad es que en bastantes de ellos se llega a
producir, finalizados con éxito los estudios, un auténtico cambio positivo en los
ámbitos personal, familiar, profesional, social e, incluso, económico (García Aretio,
1985). Cambios derivados del proceso educativo en el que se han visto inmersos
y, en muchos casos, no intencionalmente
pretendidos. Efectivamente, el adulto
que se dispone a aprender sabe que su perspectiva de vida, sus relaciones,
intereses, trabajo y metas pueden cambiar.
Por otra parte, parece que el adulto puede encontrarse cómodo siguiendo
aprendizajes a distancia, habida cuenta que le cuesta volver al aula tradicional, a
la institución escolarizada. Aunque aquellos que inician su andadura como
alumnos de una carrera o curso a distancia o como participantes en una
determinada acción formativa de actualización profesional, si los anteriores
estudios los cursaron en la modalidad presencial-caso de la mayoría-, se
enfrentarán a situaciones diferentes a las de cuando eran alumnos niños o
adolescentes e, incluso, jóvenes (Morgan, 1993). Esas situaciones se presentan
como una serie de factores contrapuestos que condicionan el propio aprendizaje.
Detengámonos en algunas de ellas (García Aretio, 1997):
• Así, mientras los alumnos ordinariamente escolarizados conforman
grupos homogéneos en edad, intereses, motivaciones, expectativas,
etcétera, los adultos que estudian a distancia forman un grupo
heterogéneo en edad, intereses, ocupación, motivaciones,
experiencias, aspiraciones, etc.
• Mientras los estudiantes no adultos son de profesión estudiantes,
habitualmente el adulto que estudia a distancia es un individuo – en
alto porcentaje- que trabaja, aunque destina parte de su tiempo a
estudiar.
• Los intereses del escolar (juegos, diversiones, estudios, etc.) se
confrontan con los del alumno a distancia, cuyas preocupaciones se
suelen centrar en su ocupación, bienestar familiar, ascenso social
y laboral, autoestima, etc.
• Los niños, adolescentes y primera juventud son individuos, en la
mayoría de los casos, con motivación débil para el estudio, con
pocas ganas de aprender las materias escolares. Las personas
adultas mantienen una motivación hacia el estudio espontánea,
LOS ESTUDIANTES
•
•
•
•
•
•
153
intensa, persistente, etc. Esta es una de las mayores diferencias
entre unos y otros aprendices (Visser, 1998, y Simonson y otros,
2000). Cuando están ante el material didáctico, en la tutoría, ante
una emisión radiofónica o ante el ordenador, manifiestan muchas
ganas de aprender
Quizás el escolar se exprese con cierta indiferencia ante resultados
negativos, ya habrá otras oportunidades, sugiere. Al adulto le
preocupan seriamente los resultados. No puede perder demasiado
tiempo porque no lo tiene.
Mientras el estudiante escolarizado suele manifestar ante el estudio
confianza y seguridad en sí mismo, el adulto se siente inseguro,
afectándole bastante las observaciones o críticas que le puedan
hacer los profesores a través de las diferentes vías de comunicación
establecidas, o tras una prueba de evaluación, sea ésta presencial o
a distancia.
Un estudiante ordinario de institución presencial suele mostrar menor
nivel de responsabilidad, escasa vergüenza ante sus compañeros y
disfruta de la disculpa inmediata antes sus fallos. El adulto es más
responsable y tiene más desarrollado su sentimiento de culpa ante
las expectativas no logradas. Se ruboriza fácilmente ante los
compañeros cuando manifiesta ignorancia.
Un estudiante tipo de una institución a distancia o de un programa de
formación de una empresa- trabajador activo-tiene que estudiar
cuando otros descansan. El alumno presencial suele tener el estudio
como única obligación.
Mientras el sujeto escolarizado adquiere los nuevos conocimientos
sin contaminación, su lenguaje está más limpio, su personalidad está
más en formación; el adulto, al tener experiencias de conocimientos
anteriores, éstas pueden entorpecer los nuevos conocimientos
presentando ciertas resistencias a admitirlos. Su lenguaje puede ser
vulgar, lleno de modismos, jergas, etc. Su personalidad está
forjada y llena de hábitos, valoraciones, actitudes y conductas que
pueden hacer su aprendizaje más complicado.
El estudiante adulto de las instituciones a distancia integra lo nuevo
en el conjunto de lo anteriormente aprendido,
establece
relaciones con los hechos de la vida. No es el caso, generalmente,
del alumno ordinariamente escolarizado. El estudiante a distancia
cuenta con estimables experiencias de aprendizaje muy diferentes a
las de los alumnos presenciales (Brozik, 1996).
Conviene conocer el perfil de los grupos de individuos más asiduamente
participantes en estos estudios (Lockwood, 1998). Para ello acudimos a la
recopilación hecha por Bahath y Rekkedal (1987),que señalan que a groso modo,
de los datos de multitud de investigaciones internacionales, se desprende que el
estudiante a distancia tipo es:
• Un hombre entre los 21 y 35 años de edad.
154
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
•
•
•
•
•
•
Con un nivel de estudios ligeramente superior a la meda de la
población
Que trabaja a jornada completa (generalmente en un trabajo de
oficina)
Está casado
Vive con su mujer y con sus hijos en una zona densamente poblada.
Ha empezado sus estudios a la edad adulta para mejorar sus
expectativas vocacionales y, eventualmente, para conseguir un
trabajo mejor.
Ha elegido la educación a distancia por razones prácticas: la forma
de enseñanza le permite estudiar a su ritmo y ajustar su horario de
tiempo a su trabajo y a su familia.
En un estudio hecho en 1989 por METRA/SEIS para la Asociación Nacional
de Centros de Enseñanza a Distancia (ANCED), el perfil de los estudiantes de
estos centros privados españoles de formación profesional a distancia era,
sintéticamente, el siguiente:
• El 91% eran hombres.
• El 63% tenían entre 36 y 55 años
• El 43% poseían un título medio o superior, aunque el 25% sólo tenía
estudios primarios.
• El 36% trabajaban en la industria.
• El 45% lo hacía en los servicios o eran detallistas.
En el curso académico 1997/98 (García Aretio y otros, 1999), el perfil básico
de los alumnos de la UNED de España era el siguiente: el 50% de los alumnos
tenía entre 21 y 30 años; el 11% tenía más de 40 años; el 55% eran hombres, el
30% tenía hijos y el 68% trabajaba más de 20 horas a la semana.
2.
El aprendizaje
Un docente de enseñanza a distancia debe saber qué es aprenderconocimiento también exigido a los profesores presenciales- y qué es hacerlo a
distancia; cuáles son los modelos y teorías; cuáles las dificultades destacadas y
los motivos que empujan al adulto a iniciar estos estudios y, finalmente, cuáles son
las razones de los bajos rendimientos y de los abandonos. Trataremos de
responder a estas cuestiones (García Aretio, 1997).
2.1
¿QUÉS ES APRENDER?
Cuando pretendemos estudiar, nuestra meta suele ser prioritariamente una;
aprender, Pero debería ser aprender bien, porque aprender no es memorizar
apartados inconexos de determinadas páginas de un libro o de unos apuntes, con
el fin de volcarlos durante el próximo examen. Son numerosos los estudiantes que
LOS ESTUDIANTES
155
dedican la mayor parte de su tiempo de estudio a memorizar literalmente ideas,
conceptos, hechos, principios, etc., sin detenerse a realizar:
•
•
•
•
•
•
Un proceso de comprensión de lo que son capaces de repetir como
papagayos
Un esfuerzo de análisis de los términos memorizados.
Una previsión de aplicación, si es el caso, a realidades, situaciones o
aprendizajes futuros.
Una reestructuración, reelaboración o una síntesis de lo estudiado,
con el fin de hacerlo propio.
Una valoración, cuando sea preciso, de las ideas o conceptos que
pretenden aprenderse.
Una organización y relación de las nuevas ideas aprendidas con las
que ya formaban parte de nuestro almacén mental.
Difícilmente podrá aprenderse algo sólidamente si no existe, primero, un
esfuerzo por comprender, por entender lo que se desea aprender. En segundo
lugar, un esfuerzo por ubicar las nuevas ideas en la mente, engarzándolas con las
ya existentes. Finalmente, se estará seguro de haber aprendido un determinado
concepto, idea o apartado si se sabe expresar verbalmente o por escrito, de
forma organizada. Esta última fase, si se realiza bien, es la mejor evaluación del
propio aprendizaje y una garantía de que los aprendizajes vana ser duraderos.
Cuando aprendemos nos sentimos satisfechos porque el aprendizaje es un
logro no sólo intelectual sino también experiencial y afectivo, fruto de la iniciativa
humana. Mediante el aprendizaje adquirimos y practicamos nuevas metodologías,
nuevas destrezas, nuevas actitudes y nuevos valores necesarios para vivir en un
mundo en constante cambio.
2.2 APRENDER A DISTANCIA
Haber aprendido supone saber actuar ante los problemas que se presentan
a través de la realidad cotidiana. El adulto ha de responder a esa realidad, de
acuerdo con sus valores. En la educación a distancia, el alumno dialogará con la
realidad mucho más que con el docente. Mientras el niño y el joven se preparan
para vivir esa realidad y el anciano ha pasado por ella, el adulto la vive. La
realidad es su ahora, su presente.
Aunque es la autonomía e independencia una característica clásica del
aprender a distancia en la que el alumno se responsabiliza de la organización de
su trabajo, de la adquisición de conocimientos, y asimilación de éstos a su propio
ritmo, ritmo, habrá de matizarse que esta autonomía no es plena, es decir, este
aprendizaje constituye también una recepción y procesamiento de algo que el
adulto no tiene y no puede alcanzar por exclusivos medios propios pero, se insiste,
puede ser consciente de lo que le falta y en definitiva tomar por sí mismo la
pertinente decisión de ser ayudado en el empeño.
156
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
Aquello que no puede alcanzarse por sí mismo o que, aun pudiendo se
prefiere hacer de otra manera, puede lograrse con el apoyo del profesor o tutor del
programa, curso o materia, o lo que cada vez es más común, gracias a las nuevas
tecnologías, mediante el denominado aprendizaje colaborativo. Esta cooperacióntransacción la realiza el estudiante, fundamentalmente, con los medios (materiales
y vías de comunicación), con sus profesores y con los compañeros.
2.3 LAS TEORIAS DEL APRENDIZAJE
¿Tienen vigencia y posibilidad de aplicación al adulto las conocidas teorías
del aprendizaje? En este sentido, Baath (1979) llevó a cabo un análisis para
relacionar el aprendizaje y la enseñanza. Los modelos teóricos analizados por
Baath fueron:
•
•
•
•
•
•
•
Modelo de control de la conducta de Skinner
Modelo para la instrucción escrita de Rothkopf
Modelo organizador de Ausubel
Modelo de comunicación estructural de Egan
Modelo de aprendizaje por el descubrimiento de Bruner
Modelo para facilitar el aprendizaje de Rogers
Modelo de enseñanza general de Gagné
El modelo de control de la conducta de Skinner aplicada a esta modalidad
de enseñanza enfatiza el diseño y elaboración del material de enseñanza
estructurándolo como una serie de programas formativos. La comunicación
bidireccional puede realizarse a través del correo y de la tutoría telefónica,
presencial o telemática.
El modelo para la instrucción escrita de Rothkopf sugiere que el
material de enseñanza debe organizarse como si se tratara de un curso
comentado. Podría ser el caso de una guía didáctica referida a un material
ordinario de estudio.
El modelo organizador de Ausubel también destaca la importancia del
diseño del material de estudio.
El modelo de comunicación estructural de Egan, por su parte, aun
considerando la importancia del material, asigna mayor trascendencia a la
comunicación bidireccional.
En el modelo de aprendizaje por descubrimiento de Bruner se destaca
la importancia de la tutoría telefónica individual y grupal y el uso del ordenador que
podría, incluso, programar los descubrimientos del estudiante.
Rogers, en su modelo para facilitar el aprendizaje, es el que asigna
menos importancia al material de estudio, siendo muy flexibles y variados los
apoyos al estudiante a través de la comunicación de doble vía por teléfono,
ordenador o presencialmente.
El modelo de enseñanza de Gagné, al ser muy general, hace muy
variadas sus aplicaciones en enseñanza a distancia, desde el amterial a los
contactos postales de carácter bidireccional.
LOS ESTUDIANTES
157
Como se aprecia, Baath ha investigado la aplicabilidad de cada uno de
estos modelos al estudio a distancia: sus implicaciones para la producción de
materiales, para la comunicación no directa y para la comunicación presencial o
tutorial. Holmberg (1985) ofrece un resumen a este trabajo, en estos términos:
•
•
•
•
Todos los modelos investigados son aplicables al estudio a distancia.
Algunos de ellos (Skinner, Gagné, Rothkopf, Ausubel, comunicación
estructural) parecen particularmente adaptables al estudio a distancia
por su forma bastante estricta de estructuración.
El modelo más abierto de Bruner e incluso el modelo de Rogers
pueden aplicarse al estudio a distancia, aunque requieren medidas
especiales, por ejemplo, respecto a la comunicación no directa
simultánea.
De los modelos estudiados pueden inferirse demandas a los
sistemas de estudio a distancia, que deberían inspirar nuevos
desarrollos.
Obviamente, están abundando ahora los estudios relativos a la relación
entre educación a distancia y la teoría constructivista del aprendizaje. Hoy
podemos aplicar los principios del constructivismo al aprendizaje a través de las
tecnologías avanzadas. Por ejemplo a través de la www, gran herramienta de
búsqueda, mediante la que los estudiantes tienen la oportunidad de encontrar
significativas soluciones a problemas relevantes y, a través de las tecnologías
colaborativas, compartir y debatir con los propios compañeros (Lynch, 1997).
Tam (2000) examina las características y valores del diseño instruccional
basado en la teoría constructivista del aprendizaje. El aprendizaje a distancia
supone un contexto singular para trabajar desde una perspectiva constructivista,
en el cual los estudiantes están expectantes en su función de participantes
automotivados, autodirigidos, interactivos, colaborativos, etc., en función de su
situación de separación física del docente .
2.4
DIFICULATADES DEL APRENDER ADULTO
Está demostrado que la capacidad del adulto para aprender continúa
vigente, no ha quedado menguada tras su juventud. Convendrá, sin embargo,
cerciorarse de cuáles son las dificultades, los problemas y los obstáculos más
significativos para este aprender, que nacen de su edad, de su estatus y,
evidentemente, de sus propias características biopsicológicas. Precisamente se
ofrecen las que han parecido dificultades más poderosas a las que se enfrenta el
adulto que dejó de estudiar hace años, en relación con el aprendizaje (García
Aretio, 1987):
• El abanico de expectativas se reduce. La perspectiva de lograr las
altas metas soñadas en la adolescencia ha quedado lejos. El adulto
pretende una formación más utilitaria y pragmática. Tiene la
impresión de que los conocimientos formales valen para poco en la
158
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
•
•
•
•
vida profesional. Los conocimientos
que aprende están
parcializados y la vida profesional es compleja e interdisciplinar.
La insaciable curiosidad por conocer cosas nuevas, de que hace
gala el niño, disminuye. La inteligencia se estanca y la memoria no
aumenta Está menos acostumbrado a la utilización de ideas
abstractas y teóricas. Le interesan más las situaciones y problemas
de la vida real.
El autoconcepto en cuanto a las propias capacidades intelectuales
suele cambiar. El aprendizaje tiende a ser más lento que en edades
anteriores, sobre todo en aquellas adquisiciones que supongan
interferir hábitos ya consolidados. También se dificulta este
aprendizaje cuando se carece de técnicas de trabajo intelectual o se
abandonó el estudio tiempo atrás.
Este adulto se cree menos dotado para el logro de determinadas
metas de tipo intelectual porque suele tener poca experiencia en el
estudio. Teme al olvido, a su limitación para aprender lo nuevo y a
compararse con otros más jóvenes que llevan a cabo la misma tarea.
El cansancio y escasez de tiempo para dedicarlo al esfuerzo
intelectual serán consecuencias propias de sus estatus sociolaboral.
Sin embargo, bien es verdad que la amplia experiencia de las personas
adultas va a posibilitar en mayor medida un aprendizaje significativo, porque no se
olvide que: “De todos los factores que influyen en el aprendizaje, el más
importante consiste en lo que el alumno ya sabe” (Ausubel, 1976).
3. Los motivos para estudiar a distancia
En una investigación que llevamos a cabo años atrás (García Aretio, 1987),
descubríamos cuáles eran las motivaciones que habían llevado a las personas
adultas a iniciar estudios superiores a distancia. Por este orden aparecieron las
elecciones:
a)
b)
c)
d)
e)
Satisfacer inquietudes en un área concreta
Ser más culto y estar mejor informado
Aumentar las perspectivas de promoción
Obtener el título
Aprender cosas relevantes y nuevas para el trabajo, que puedan
aplicarse
f) Dar nuevo aliciente o estímulo a la vida.
Todas estas alternativas fueron seleccionadas en primera o segunda
opción, por más de 20% de los encuestados. Un adulto se motiva especialmente
cuando se da cuenta de que una determinada actividad de aprendizaje le va a
ayudar a resolver un problema personal, social o profesional, o le va a hacer más
feliz. En línea con esto, seguidamente tratamos de desarrollar y sistematizar los
LOS ESTUDIANTES
159
motivos citados, que encuentran las personas adultas para iniciar estudios (García
Aretio, 1986, 1994).
a) Aprender para satisfacer necesidades e inquietudes
•
•
b)
•
•
El adulto estudia para satisfacer necesidades concretas. Es decir
desea estudiar para algo concreto que él debe alcanzar a través de
una clara definición de objetivos. Su conocimiento se basa sobre
todo en la utilidad de los objetos, se vincula más a los hechos que a
las relaciones y prefiere las respuestas a las preguntas.
Todos ser humano tiene necesidades e inquietudes de tipo cultural y
científico que pueden no coincidir con su ocupación laboral. La
satisfacción de esas necesidades en un área de su propio interés es
una motivación de primer orden para el tipo de aprendizaje adulto.
No siempre es la primera motivación la de tipo laboral, no se trata
generalmente de individuos que estudien para encontrar su primer
puesto de trabajo.
Aprender para ser más culto y estar mejor informado
Dadas las características de la sociedad actual, al individuo adulto
mediante
las experiencias de aprendizaje le interesa estar
pertrechado del cultura e información suficiente que le permita dar
respuesta adecuadas a las nuevas situaciones alas que habrá de
enfrentarse.
El adulto también aprende con el fin de aumentar o conservar el
sentido de la autoestima y del gusto por conocer algo nuevo, así
como, de acuerdo con la propia percepción, el poseer una nueva
destreza o el aplicar o enriquecer los conocimientos actuales.
c) Aprender para aumentar las perspectivas de promoción
•
El adulto desea validar oficialmente sus aspiraciones en el terreno
profesional. El certificado o título que le faculte legalmente para
promocionar en el trabajo que ya realiza. No se olvide, por otra parte,
el prestigio social que aún comporta la posesión de estudios. La
aspiración a aumentar el salario no es tampoco despreciable.
•
Para otros adultos, aprender de manera sistemática, puede suponer
aprovechar la oportunidad que por circunstancias de diversa índole
no pudo ser aprovechada en los años jóvenes. Si las metas son tan
ambiciosas que no se satisfacen durante la escolaridad básica y
media, pueden continuar motivando a una persona durante años.
d) Aprender para obtener un título
•
Un título o acreditación es un reconocimiento oficial de los saberes y
competencias que teóricamente debe atesorar quien lo ostenta. El
título en la sociedad actual es signo de reconocimiento de un nivel
educativo o un grado o habilidad reconocida y suele exhibirse como
160
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
•
muestra de un esfuerzo realizado y como refrendo de una
determinada posición social.
Por otra parte, el título es exigido en numerosas ofertas de trabajo
público o privado, como garante de la posesión de los saberes que
en él se certifican.
e) Aprender para aplicar y reciclarse
•
El aprendizaje para el adulto es el medio hacia un fin, no un fin en sí
mismo. El que busca la experiencia de aprendizaje lo hace
prioritariamente porque ya tiene la posibilidad de aplicar el
conocimiento y habilidad perseguida.
•
Otro aliciente es saber más de aquello en los que se trabaja.
Aprender lo que pueden ser contenidos o destrezas relevantes para
la propia profesión.
•
Los objetivos de aprendizaje han de permitir la viabilidad de
aplicación de esos conocimientos. Es decir, que del saber puede
accederse sin dificultad al saber hacer.
f) Aprender para dar nuevo aliciente o estímulo a la vida
•
•
•
•
Al adulto le interesan experiencias de aprendizaje que le puedan ser
útiles para adaptarse a situaciones específicas provocadas por los
cambios de vida, tales como matrimonio, nuevo trabajo, despido,
ascenso, jubilación, etc.
Con el aumento de la tensión acumulada por los cambios en la vida,
se incrementa también la motivación para afrontarlos mediante
nuevas experiencias de aprendizaje. Es razonable suponer que para
no pocos el aprender sea una respuesta a un cambio significativo.
Convencido de la seguridad de su cambio, el adulto inicia cualquier
aprendizaje que prometa ayudarle en esa transición, y lo hará antes,
después, e incluso, durante esa situación de cambio.
El adulto se siente impelido a aprender para abrir nuevos caminos en
la rutina diaria de la vida, encontrar estímulos distintos y experiencias
nuevas, hacer más extensos sus propios límites geográficos y
sociales, desarrollar, en definitiva, una vida más plena.
4. Rendimiento y fracaso en los estudios a distancia
En las instituciones a distancia es cuantioso el contingente de estudiantes
que un año se matricula, adquiere el material didáctico obligatorio y nada más se
vuelve a saber de ellos. Estos alumnos se retiran sin haber probado su capacidad
o el alcance de su posible dedicación al estudio, al menos sin que haya quedado
constancia de ello. La no cumplimentación de prueba o examen alguno de las
materias o curso matriculados puede ser un indicador de esa nula actividad
académica del alumno.
LOS ESTUDIANTES
161
Así nos encontraríamos con dos tipos de abandonos: abandono sin
comenzar y abandono real. Hablamos de abandono sin comenzar cuando nos
referimos a aquellos estudiantes de los que no existe registro evaluador alguno a
pesar de haber estado matriculados uno o más años. Abandono real sería el de
aquellos otros de los que llega a constar el registro evaluador correspondiente y
después abandonan sin terminar los estudios. Este tipo de abandono viene siendo
más cercano, en porcentaje, al de las instituciones presenciales.
Pero ¿por qué se abandona o se obtienen bajos rendimientos
académicos en esta modalidad educativa? Vamos a relacionar una serie de
factores que, tras multitud de investigaciones, parecen los más significativos como
causas de los abandonos o de los bajos rendimientos (García Aretio, 1987, 1984,
1997; Sponder; 1990; Charp, 1994).
a) Factores propios de la institución
•
•
•
•
El material didáctico no es el apropiado. Las Unidades Didácticas,
textos recomendados, audios, vídeos, hipermedia, etc., no están
adaptados a la metodología del estudio a distancia. No existe suficiente
coherencia entre objetivos, contenidos, actividades, etc.
Los autores de los materiales y los equipos docentes han calibrado mal
la tarea que debe desarrollar el alumno para el estudio de la materia. La
materia es excesiva o el nivel es impropio del curso en el que está
ubicada la asignatura, si se trata de una carrera.
Las emisiones radiofónicas, si existen, no se escuchan o son muy
escasas. La televisión, si la hay, tiene el mismo problema. Otros medios
que pudieran utilizarse tales como la videoconferencia o la
comunicación telemática no llega en condiciones a los alumnos, o éstos
no disponen de los recursos necesarios para poder acceder a la
información.
Se celebran pocas sesiones de tutoría (presenciales o virtuales). Las
tutorías son deficientes. Resulta difícil conectar con los profesores
principales y con los propios tutores.
b) Circunstancias sociofamiliares de los alumnos
• Las ocupaciones laborales exigen mucha dedicación física y mental.
Después del trabajo de cada día o final de la semana no se encuentra el
ánimo en las mejores condiciones para acometer la ardua tarea del
estudio.
• La atención a la familia, los problemas que en la familia pueden surgir
son también motivos que restan atención y tiempo al estudio.
• Falta de apoyo del entorno laboral y, sobre todo, familiar. Son
numerosos los casos en los que la lucha no es sólo con el material de
estudio, sino con los familiares.
c) Factores psicopedagógicos
162
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
•
•
•
•
•
•
No se conoce la institución, su metodología, su nivel de exigencia,
etcétera. Se accede al centro de estudios sin percatarse de eso, de que
el aprendizaje supone un esfuerzo y, a distancia, superior si cabe.
Falta de técnicas y hábitos de estudio. No se está acostumbrado a
estudiar o no se sabe cómo hacerlo. O bien porque nunca se supo
estudiar o porque hace años que se abandonaron los anteriores
estudios.
No se está habituado a utilizar las nuevas tecnologías que irrumpen
ahora con fuerza en multitud de acciones formativas a distancia.
Falta de estímulo y motivación ante el estudio. Quizás hubo una
motivación o estímulo inicial, pero faltó la motivación de mantenimiento.
Recibir calificaciones bajas en las pruebas presenciales o a distancia.
Son muchos los alumnos adultos que se hunden ante la menor
contrariedad.
El miedo a presentarse a las pruebas presenciales. Temor al examen o
a no saber cómo acometer esa tarea. La prueba presencial es en
algunos cursos, programas o instituciones la única ocasión obligatoria
de carácter presencial y esto a muchos estudiantes les cuesta.
Ésa es una selección de causas de abandono o de bajo rendimiento. Pero
las investigaciones han establecido un orden de prioridad entre los diferentes
factores. Hacemos una selección de los más influyentes, estableciendo su orden
de importancia (García Aretio, 1997).
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
i)
Atención a las obligaciones laborales
Atención a la familia
Falta de dedicación al estudio
Falta de motivación
Equivocada imagen que se tiene sobre la institución y su nivel de
exigencia
Dificultad de superar las pruebas presenciales
Falta de hábitos, técnicas de estudio y adaptación a las tecnologías
Falta de preparación previa
Materiales didácticos deficientes
5. Comparación entre los sistemas presencial y a distancia
Una tabla-resumen de lo explicado en éste y en los anteriores capítulos nos
muestra las diferencias entre los sistemas presencial y a distancia en sus
componentes sustanciales. Los docentes y estudiosos que siguen estas páginas
pueden reflexionar sobre los distintos aspectos que deberían cambiar o mejorar en
su rol, en la estructura y organización de la institución educativa en la que
intervienen y en su percepción sobre las propias personas adultas que estudian,
últimas destinatarias de todo el hacer educativo.
163
LOS ESTUDIANTES
Comparación entre los sistemas de enseñanza presencial y a distancia
Presencial
A distancia
Estudiantes
Homogéneos en edad
Homogéneos en cualificación
Homogéneos en nivel
Lugar de encuentro único
Residencia local
Situación controlada. Aprendizaje
dependiente
Mayoritariamente no trabaja.
Habitualmente es niño/
Adolescente/joven
Heterogéneos en edad
Heterogéneos en cualificación
Heterogéneos en nivel
Estudia en hogar, lugar de trabajo, etc.
Población dispersa
Situación libre. Aprendizaje
independiente
Mayoritariamente es adulto y trabaja
Se produce una menor interacción
social
Educación es actividad primaria Tiempo Educación es actividad secundaria.
completo
Tiempo parcial
Siguen generalmente un currículo
El currículo seguido lo determina el
obligatorio
propio estudiante
Docentes
Un solo tipo de docente
Varios tipos de docentes
Soporte, facilitador y orientador del
Fuente de conocimiento para el grupo
aprendizaje
Recurso insustituible
Recurso sustituible parcialmente
Juez supremo de la actuación del
Guía de la actuación del estudiante
estudiante
Básicamente productor de material o
Básicamente educador/enseñante
turor
Sus habilidades y competencias están
Sus habilidades y competencias son
muy difundidas
menos conocidas
Problemas normales en diseño,
Serios problemas para el diseño,
desarrollo y evaluación curricular
desarrollo ye valuación curricular
Los problemas anteriores dependen del
Los problemas anteriores dependen del
sistema.
profesor
Se da más interacción social
Comunicación/Recursos
El aula es la fuente principal para el
Los conocimientos se adquieren
164
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
intercambio de conocimientos
habitualmente de forma individual,
aunque también colaborativa.
Enseñanza cara a cara
Enseñanza mediada
Comunicación diferida en espacio y
Comunicación directa
tiempo o síncrona a través de la red.
Talleres y laboratorios de otras
Talleres y laboratorios propios
instituciones
Uso limitado de medios
Uso masivo de medios
Estructura/Gestión
Escasa diversificación de unidades y
Múltiples unidades y funciones
funciones
Los cursos se conciben, producen y
Procesos complejos de concepción,
difunden con sencillez y buena
producción y difusión de los cursos.
definición
Los problemas surgen en la
Problemas administrativos de horarios
coordinación de la concepción,
producción y difusión
Muchos docentes y pocos
Menos docentes y más administrativos y
administrativos y técnicos
técnicos
Escasa relación entre docentes,
Intensa relación entre docentes,
administrativos y técnicos
administrativos y técnicos
Los administrativos y técnicos pueden
Los administrativos y técnicos son
ser sustituibles parcialmente
básicamente insustituibles
En nivel universitario, rechaza a
Tiende a ser más democrática en el
estudiantes. Más elitista y selectiva
acceso de los estudiantes
Muchos cursos con pocos estudiantes
Muchos estudiantes por curso
en cada uno
Altos costes insicales, pero menos
Escasos costes iniciales, pero elevados
elevados en función de la variable
en función de la variable estudiante
estudiante.
6 La enseñanza presencial ya distancia, ¿desdibujan sus fronteras o son
realmente diferentes?
A pesar del esfuerzo que hemos hecho en éste y en los capítulos
precedentes por delimitar el concepto, esbozar nuestra propuesta teórica, analizar
sus componentes y resumir sus diferencias, somos conscientes de que no siempre
es fácil diferenciar nítidamente qué sea enseñanza a distancia y qué sea
presencial. Por ello, acudimos a la reflexión siguiente que extraemos, matizándola
ahora, de García Aretio y Marín (1998: 12-13) y que se centra en el aspecto
presencialidad versus separación.
Es frecuente el debate entre los defensores y los detractores de la
enseñanza a distancia. Sin embargo, conviene una primera puntualización: no hay
sistema educativo que recurra sólo a los momentos presenciales, con exclusión de
LOS ESTUDIANTES
165
todo aprendizaje donde el profesor y alumno estén alejados en el tiempo o en el
espacio. Esto resulta más visible a medida que ascendemos en el sistema
educativo. ¿Podría una formación universitaria reducirse exclusivamente al
contacto profesor/alumno en el aula, en el laboratorio o en el seminario?
La enseñanza a distancia teóricamente podría prescindir de la presencia del
profesor, pero esto no siempre es así. El alumno a distancia, que se enfrenta en
soledad al material didáctico, en su casa, con los compañeros, tal vez
conduciendo el coche escuchando la radio, trabajando ante el ordenador, necesita
el complemento del profesor tutor que le resuelva las dudas y le estimule a
continuar en la tarea del aprendizaje, no siempre fácil.
La enseñanza presencial y a distancia se ordenan sobre una línea continua,
en uno de cuyos extremos estaría el momento en que el profesor, cara a cara con
el alumno, dirige su aprendizaje. En su función más tradicional, explica, aclara,
comunica ideas y experiencias. En su función más tradicional, explica, aclara,
comunica ideas y experiencias. En el rol más actual, comparte con el alumno las
mismas experiencias, es más que una fuente de información, líder y facilitador
del aprendizaje. En el otro extremo, se halla el estudio del alumno aislado, que
recurre a un sistema multimedia y consulta las fuentes de un modo autónomo para
adquirir los conocimientos, destrezas y actitudes, que estimula válidos para elevar
su calidad de vida.
Pero si el sistema educativo presencial ni las enseñanzas a distancia
cumplen íntegramente las exigencias que se agudizan en uno y otro extremo. La
enseñanza presencial acentúa los contactos interpersonales, pero cuenta también
con el aprendizaje del alumno alejado del centro docente, sin la cálida presencia
de compañeros y profesores. El material didáctico permite al estudiante trabajar
por su cuenta, profundizar los saberes y consumar el proceso de aprendizaje que
puso en marcha el profesor en el recinto escolar. Hay alumnos que necesitan la
presencia de los profesores y los compañeros, que a veces aclaran las dudas
mejor que los docentes. Pero hay quienes aprenden mejor en el silencio y la
soledad, o en todo caso, a través de las tecnologías interactivas.
Podría pensarse, por tanto, que la diferencia entre la enseñanza presencial y
a distancia sería una cuestión de grado, no el salto radical entre el sí y el no, la
presencia o la ausencia, el contacto vivo con el profesor y la desoladora lejanía,
ausente de todo contacto personal, como exageradamente algunos afirman. En
este sentido, señala la UNESCO (1998).
“...Aunque en teoría hay una clara diferencia entre la educación
convencional y la educación a distancia, en la práctica no está clara. Ello
viene subrayado por el hecho de que un número creciente de instituciones
educativas utilizan tanto métodos convencionales como a distancia, cuando
diseñan sus programas educativos- ya sea en forma alternativa (por ejemplo,
las instituciones de modo dual) o en una combinación de ambos tipos en el
mismo programa (algunas veces llamado modo híbrido)-“
Hemos de confesar que, desde la publicación del texto anterior (1998) y la
primera edición de este libro (2001), hemos madurado nuestra idea al respecto,
por lo que, a pesar de las reflexiones expuestas anteriormente, hoy pensamos que
166
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
la enseñanza y el aprendizaje abiertos y a distancia, con respecto al modelo
presencial, mantienen un enfoque normalmente diferente, con estudiantes que
suelen ser diferentes, con objetivos, métodos, medios y estrategias, normalmente
también diferentes (Peters, 1998). La más típica forma de enseñanza y
aprendizaje ha sido y continúa siendo (suponemos que por poco tiempo) la clase
oral en el aula, en la que el profesor habla y los estudiantes escuchan. En todo
caso, si la afirmación anterior se antoja exagerada, nadie podrá discutir que en
este entorno de aula, la forma habitual de interacción entre profesor y estudiantes,
es hablar y escuchar en situaciones cara a cara. Y esto es un patrón de la cultura
universal. Esta clásica situación genera en docentes y alumnos una alta
percepción de seguridad y una interacción pedagógica relativamente fácil, porque
sus comportamientos, generalmente, son inconscientes , gobernados por las
convenciones culturales.
Sin embargo, todo esto, en la educación a distancia, es diferente. La típica
forma de enseñar y aprender no es el hablar y escuchar se sustituye
prioritariamente por el escribir y leer. Está claro que no es ésta la forma habitual y
más cálida de interacción dado que se hace necesaria una vía artificial para
posibilitar esta interacción que no suele ser espontánea e inconsciente como la
anterior, sino, generalmente, planificada, diseñada, construida, evaluada, etc.,
conscientemente. Definitivamente, en la enseñanza a distancia, se requieren
diferentes comportamientos, tanto en el docente como en el estudiante.
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