Analogías y homologías

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Analogías y homologías
Dos conceptos muy importantes en biología son los de analogía y homología. Cuando sabe de ellos,
mucha gente los confunde, en parte porque el que tuvo la idea les puso nombres muy parecidos y en
parte porque son como dos hermanos: relacionados entre ellos, pero muy distintos entre sí.
Analogía
En la historia de la humanidad ha habido ocasiones en que una misma cosa ha sido inventada por
dos personas (o más) que no sabían nada una de la otra y vivían lo bastante lejos como para no
poder haberse copiado. Por ejemplo, es casi seguro que la rueda no tuviese un único inventor, sino
que fueran varias las culturas las que se dieran cuenta de que al colocar algo pesado sobre algo que
rodara se podía transportar más fácilmente. La rueda es una solución eficaz a un problema que se
presenta en muchos sitios.
Del mismo modo, en la naturaleza existen una serie de problemas que todos los seres vivos deben
afrontar, por lo que es lógico que se llegue a soluciones parecidas cada uno por un lado. Si eres una
presa y te vendría bien que los depredadores no te vean, el camuflaje es una buena idea. Por eso
encontramos estructuras y colores de camuflaje en organismos tan dispares como chinches y peces
de arrecife. Es obvio que ninguno de los dos ha “copiado” al otro.
Dos órganos son análogos cuando cumplen funciones similares, pero el origen evolutivo o
anatómico no es el mismo en ambos.
Fíjate en el dibujo de la izquierda. Tanto el topo como el
alacrán cebollero (también llamado grillotopo por razones
obvias) son animales excavadores. Tanto el topo como el
grillotopo han conseguido a lo largo de su historia evolutiva 1
unos miembros delanteros con forma de pala. Cuando uno
vive bajo tierra, el tener extremidades en forma de pala es
algo que la selección natural mira con buenos ojos, por eso
ambos animales han prosperado dentro de su nicho
ecológico. Pero la pata original de los antepasados del topo y
la de los antepasados del alacrán cebollero eran órganos muy
distintos entre sí. Sin embargo, las pezuñas de un caballo y
las de una cebra no son órganos análogos, porque caballos y
cebras provienen de un mismo antepasado común, que fue el que desarrolló la pezuña como una
adaptación para poder correr mejor en espacios abiertos.
1
Cuando decimos “han conseguido” debes recordar que este tipo de cosas no se consiguen porque el animal se lo
proponga, sino porque una o varias mutaciones afortunadas o la mezcla de genes paternos y maternos han
desembocado en un órgano distinto y, mira por dónde, bastante útil.
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Homología
Imagina que tenemos varios grupos de niños pequeños, de unos cuatro o cinco años, y que a cada
grupo le damos para que juegue un par de cajas grandes de cartón. A causa de la enorme
imaginación propia de esas edades, es casi seguro que cada grupo use las cajas para algo distinto:
unos dirán que son castillos; otros, maletas de viaje, o montañas, o naves espaciales… Esto es, más
o menos, lo que sucede con las homologías.
En la homología, lo que tenemos es un mismo órgano de base en un principio, pero que en la
historia evolutiva unos seres lo transforman en un sentido y otros en otro. Por ejemplo, los primeros
antepasados comunes a todas las aves (dinosaurios similares a Archaeopteryx, Protoavis y
posiblemente Gallimimus) cambiaron su hocico reptiliano por una funda córnea, que andando el
tiempo se convertiría en un pico. Todas las aves con pico (es decir, todas) han heredado su pico de
esa primera solución adaptativa. Pero no hace falta fijarse mucho para darse cuenta de que los picos
de las aves no son todos iguales, sino que están adaptados a su tipo de alimentación.
El pico de un águila perdicera es fuerte y ganchudo para desgarrar la
carne. El de una aguja colipinta (el ave dibujada debajo de la rapaz) es
delgado y curvo para rebuscar su alimento en el limo de las zonas
acuáticas. El del picogordo es corto y robusto para partir granos muy
resistentes. Todos provienen del mismo pico original, pero han
desarrollado funciones distintas, especializadas2.
Las analogías y homologías como pruebas
El estudio de homologías es una prueba bastante importante de la
evolución. Si descubrimos que la pata de un tigre y la aleta de una foca
tienen los mismos huesos (aunque distribuidos según funciones
distintas), es razonable suponer que ambos provienen de un antepasado
común, y que por lo tanto en algún punto de la historia hubo una
ramificación que llevó hacia los felinos carnívoros y otra hacia los
mamíferos acuáticos.
Las analogías, sin embargo, no son estrictamente una prueba de que
exista evolución darwiniana, sino de selección natural. Es la muestra de que hay “algo” en el
ambiente en el que se mueven los seres vivos que los obliga a tener soluciones a determinados
obstáculos, y que los que las consiguen son premiados con la supervivencia. Si uno se pone a
pensar, las analogías podrían aparecer también en un mundo que tuviese evolución lamarckiana o
incluso fuese fijista, porque en ambos podría actuar la selección natural.
2
A riesgo de ser pesados, repetiremos la anterior nota a pié de página. Ninguna rapaz proviene de un ave que un día
se levantó pensando “Oye, sería genial tener un pico capaz de rasgarle el pescuezo a un conejo. Podríamos añadir
algo de proteína a la dieta”. La Naturaleza reparte estas cosas al azar, y luego se ve si es algo que beneficia al
individuo o no.
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