ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell 1. INTRODUCCIÓN: LA LUZ 1.1. La Óptica a través de la Historia Muy probablemente, el nacimiento de la Óptica coincide con el momento en que el hombre trata de hallar una explicación al fenómeno de la visión como facultad de relacionarse con el mundo exterior. La ubicación temporal de este momento, como ocurre con muchos de los hechos que constituyen la historia de la ciencia, no está claro, y posiblemente varía de unas civilizaciones a otras. Sea cual sea el momento histórico, desde los tiempos más antiguos el hombre percibió que el fenómeno de la visión requería “algo” que enlazara el objeto observado con los ojos del observador. La naturaleza de este “algo” ha sido motivo de controversia casi desde el principio de la historia hasta nuestros días. En el entorno de la Grecia antigua, cuna de gran parte de nuestro acerbo cultural, la escuela atomística (s. V aJC) sostenía que los objetos emitían “imágenes” que llegaban al alma del observador a través de los ojos. Por el contrario, la escuela pitagórica, prácticamente contemporánea de la anterior, mantenía que eran los ojos los que emitían una especie de fuego que, a modo de tentáculos, exploraban el objeto. Años más tarde, en el mismo entorno cultural, Euclides da un nuevo rumbo a las ideas ópticas introduciendo conceptos geométricos. Así, en los postulados de su “Óptica” aparece por primera vez el concepto de “rayo” (aunque emitido por el ojo), y con él se establece la propagación rectilínea del mismo y las leyes que controlan la reflexión. Desde entonces hasta el siglo XI tan sólo son de destacar los trabajos de Galeno (130-201 aD) sobre la anatomía del ojo, llegados a -6- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell nuestros días a través de traducciones árabes. Fue precisamente la cultura islámica la que dio, como a tantos otros, un notable impulso a los conocimientos ópticos. En el s. XI es Alhacen de Basora, quien sugiere que la luz procede de los objetos, y que éstos actúan reflejando la luz que reciben de una fuente externa. Este físico postula nuevamente la ley de la reflexión y estudia la formación de imágenes en los espejos. Entre los siglos XVI y XVII se generalizó el empleo de lentes y espejos, en paralelo a un amplio desarrollo de la Óptica, que a su vez redundó en el diseño y construcción de instrumentos progresivamente más complejos, especialmente tras las conquistas de Keppler y Galileo. En 1621 Snellius postula la ley de la refracción, que permaneció en el olvido hasta 1638 cuando Descartes publica su “Óptica”, en la que establece la ley de la reflexión y de la refracción, suponiendo que la luz se comporta como un proyectil, aunque de naturaleza desconocida. La naturaleza de la luz fué abordada por primera vez desde un punto de vista físico por Newton (1642-1726), que sugirió que la luz estaba formada por partículas materiales que se propagaban en línea recta. Casi de modo contemporáneo, Huygens (1629-1695) propuso la teoría de que la luz era un fenómeno ondulatorio de naturaleza mecánica, como el sonido, que se propagaba en una especie de fluido (el éter) que lo llena todo, incluso el espacio intersideral. Sin embargo, la teoría de Huygens pasó desapercibida frente el enorme peso científico de Newton. Mientras tanto, el desarrollo de la óptica geométrica continuó, apoyada en la teoría corpuscular que estuvo vigente durante más de un siglo, hasta que ya en el siglo XIX, Young explicó la interferencia de la luz basándose en la teoría ondulatoria, fenómeno difícilmente explicable con el modelo corpuscular. Fue el siglo XIX el que vio cómo la teoría óptica se desarrollaba en toda su amplitud. Hay que destacar nombres como el de Fresnel, que explicó los fenómenos de la difracción -7- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell de la luz y su propagación y polarización en medios anisótropos, aunque el hito lo marcó Maxwell en 1864 al proponer que la luz es un fenómeno ondulatorio, pero de naturaleza electromagnética en vez de mecánica como proponía Huygens. Esta vino a llenar una serie de lagunas de la teoría ondulatoria de Huygens, como las propiedades elásticas de un éter cuya naturaleza nunca tuvo una explicación convincente, y el empujón final lo dio Hertz en 1887 al confirmar experimentalmente la teoría de Maxwell. Sin embargo, el estudio de algunos fenómenos ópticos como el efecto fotoeléctrico, los espectros atómicos o la radiación de un cuerpo negro, abrieron huecos en la teoría electromagnética. La teoría cuántica de Plank (1900) dio explicación a la radiación de un cuerpo negro, y permitió que posteriormente, Einstein (1905) explicara el efecto fotoeléctrico. En este momento apareció nuevamente la antigua contradicción sobre la naturaleza de la luz, y es que ésta se comporta como una onda electromagnética en fenómenos macroscópicos, y como corpúsculos (fotones) en los fenómenos microfísicos (atómicos). Esta contradicción trató de resolverla de Broglie (1925) admitiendo que el movimiento de una partícula lleva asociada una onda: había nacido la mecánica cuántica. 1.2. ¿Corpuscular u ondulatoria? La naturaleza de la luz ha comportado controversias en el mundo científico y filosófico desde mediados del siglo XVII hasta el XX. Lo cual representa la nada desdeñable cifra de 250 años!. En 1675 Newton propuso la teoría corpuscular en base a la propagación rectilínea de la luz y poco después, en 1678, Huygens sugirió su naturaleza ondulatoria. La solución final (un siglo más tarde!) favoreció la teoría ondulatoria -8- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell cuando Fresnel y Young interpretaron la difracción y la interferencia de la luz, imposibles de explicar con la teoría corpuscular, que sin embargo permitió el desarrollo de la óptica geométrica. Analicemos brevemente la reflexión y la refracción de la luz bajo ambas hipótesis. La teoría de la emisión de Newton postula que la reflexión de la luz se produce igual que la de una bola de billar en la banda (ángulo de incidencia igual al de reflexión). Sin embargo, para explicar la refracción hay que introducir una hipótesis complementaria: en la Figura 1 un rayo incidente IO pasa del aire a otro medio más denso, cada partícula del rayo IO posee una velocidad v A que puede ser desglosada en una componente tangencial v T y una normal Figura 1 v N. Cuando este rayo llega a la interfase que separa ambos medios, cambia la trayectoria formado un ángulo r con la normal. Como no hay ninguna razón mecánica que justifique un cambio de la velocidad tangencial vT, la componente normal v’N de la partícula en el interior del nuevo medio debe ser mayor que v N en el medio anterior. Como resultado, la velocidad de la partícula en el medio más denso sería mayor que en el vacío. Mientras no fué posible la medición de la velocidad de la luz en un medio determinado, la teoría permitía avanzar sin problemas en el desarrollo de la óptica geométrica. Consideremos el mismo fenómeno bajo la óptica de la teoría ondulatoria, la cual sugiere que una onda progresa desde un punto emisor S, y que cada punto de un frente de onda se convierte en emisor de Figura 2 pequeñas ondas elementales, la envolvente -9- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell de las cuales es el nuevo frente de onda (Figura 2). Todos los puntos de un frente de onda están en el mismo estado luminoso y el rayo es la recta que une el punto de emisión S con un punto del frente de onda. Cuando S está lo suficientemente lejos, o se considera una superficie infinitamente pequeña del frente de onda, se puede hablar de onda plana, y su perpendicular es la normal de onda. Esta teoría, así explicada, presenta algunos problemas, entre otros porqué no se produce una onda “hacia atrás” envolviendo las ondas elementales de cada punto de un frente, pero permite dar una interpretación a las leyes de Descartes sobre reflexión y refracción. La Figura 3 representa la misma geometría de reflexión y refracción anteriormente considerada. La onda plana asociada al rayo IO es AB, la reflejada es A1B’ y la refractada A’B’. En el momento que el punto A alcanza la interfase entre los dos medios, se emiten ondas elementales, una hacia el aire y otra hacia el otro medio. Considerando la reflejada, cuando el punto B llega a B’, la onda ha recorrido un radio igual a esta distancia, de modo que AA1=BB’. De la misma forma, la onda producida hacia delante ha alcanzado A’. Para que se cumpla la Figura 3 geometría prevista en las leyes de Descartes, el segmento AA 1 debe ser mayor que el AA’. Es decir, la luz se propaga en el medio más denso a menor velocidad que en el aire, contrariamente a lo previsto al analizar el mismo hecho con la teoría corpuscular. La teoría ondulatoria se consolidó cuando Maxwell dedujo la naturaleza electromagnética de la onda luminosa, aunque ésta no -10- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell permite explicar los procesos que implican transferencia de energía (la impresión de una placa fotográfica, por ejemplo). Einstein explicó la fotoemisión mediante la teoría cuántica y reabrió la controversia. Y el problema de complicó cuando al demostrarse que los electrones pueden ser difractados por una estructura cristalina y, por tanto se comportan como ondas. La cuestión es cómo explicar que los electrones se comportan como ondas, y las ondas como partículas. De Broglie sugirió que la distribución de los electrones en orbitales implica números enteros, igual que un fenómeno tan típicamente ondulatorio como la interferencia de la luz, y que el comportamiento ondulatorio puede asignarse a la distribución de los orbitales de los átomos. La radiación asociada a un electrón se puede establecer a partir de la ecuación h = mv λ donde h es la constante de Plank, l la longitud de onda de la radiación, m la masa del electrón y v su velocidad. Esta ecuación se parece a la de la energía de un fotón hc = E λ La primera describe la difracción de una partícula, la segunda, la naturaleza cuántica de la luz. Ante esto, ¿cual es la naturaleza de la luz?. La respuesta requiere introducir cierto matiz. Algunos hechos experimentales se explican mejor considerando la luz como paquetes de energía, mientras que otros son más fácilmente justificables considerándola una onda. Sin embargo, ningún hecho experimental puede explicarse con el modelo corpuscular si se supone que las partículas siguen las leyes de la mecánica clásica. Se requiere una nueva ley fundamental que explique los hechos. -11- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell Un modo de imaginarlo podría ser que las ondas luminosas "transportan" fotones y que las ondas asociadas al movimiento de electrones u otras partículas "transportan" a éstas en condiciones de difractar; aunque no son exactamente lo mismo: la luz viaja siempre en el vacío a unos 300.000Km/seg, y en cambio la materia no puede hacerlo nunca, de acuerdo con la teoría de la relatividad. Muchas de las interacciones entre la luz y la materia no implican transferencia de energía, y pueden ser explicadas sin mayores problemas con el modelo ondulatorio. Otras, sin embargo, implican que cierta cantidad de energía sea transferida entre la radiación y los átomos, en estos casos hay que recurrir al modelo cuántico. El enfoque de una cámara fotográfica se puede explicar perfectamente con la teoría ondulatoria, mientras que la impresión de la película requiere el modelo cuántico. Figura 4. -12- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell 1.3. Teoría electromagnética de la luz La hipótesis de Huygens de que las ondas luminosas son una sucesión de pulsos muy cortos, que pueden reflejarse, difractarse, interferir... no permite explicar la polarización de la luz (que es fenómeno transversal a la propagación) sin introducir hipótesis adicionales complejas y, a menudo, contradictorias. El carácter transversal de las ondas, al que hay que recurrir para explicar la polarización, introduce serios inconvenientes a la teoría ondulatoria de Huygens. Las ondas transversales no se propagan en los fluidos, y por tanto, hubo que atribuir al "éter" unas propiedades dinámicas parecidas a las de la materia ordinaria, lo que nos sitúa frente a un fluido de propiedades elásticas que aparentemente no ofrece resistencia al movimiento de los planetas, por poner un ejemplo. Este momento coincidió con los estudios sobre la electricidad llevados a cabo por Faraday, y él mismo sugirió la idea de la luz como un fenómeno electromagnético. Maxwell dedujo, de modo puramente teórico, que los campos eléctricos de variación rápida generan una onda, que en realidad consta de un campo eléctrico asociado a otro magnético perpendicular. La propagación de este tipo de onda no requiere el "éter" y puede avanzar en el vacío. Posteriormente, Hertz comprobó experimentalmente que ondas electromagnéticas producidas en el laboratorio se reflejan, refractan, interfieren y se polarizan como las luminosas, y aún no teniendo una longitud de onda tan pequeña, viajan a la velocidad de la luz, lo que permitió suponer que ésta era realmente una onda de carácter electromagnético. Con esta teoría quedaba solucionado el problema del "éter" y su naturaleza transversal permitía explicar la polarización de la luz. La teoría de Maxwell se basa en que si en un punto del espacio se produce un campo eléctrico variable (por la vibración de una partícula cargada –un dipolo-, por ejemplo), se produce un campo magnético perpendicular a él, que a su vez origina otro campo eléctrico, y así -13- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell sucesivamente. Estos campos eléctrico y magnético variables, consecuencia uno de otro y que no pueden existir sin estar asociados, se propagan en el espacio y constituyen las ondas electromagnéticas. La dirección de propagación de la energía asociada a estas ondas viene dada por el vector de Poynting S r r r S ≡ H× E donde H es el vector que representa el campo magnético, y E el campo eléctrico. Por tanto, S es perpendicular a E y H, lo que justifica el carácter transversal de la luz. 1.4. Un poco sobre ondas A modo de simplificación, suficiente para el alcance de este texto, se puede considerar únicamente el vector eléctrico de las ondas electromagnéticas. El campo eléctrico varía continuamente en el espacio y en el tiempo, y se propaga a una velocidad finita. Por tanto, el estado luminoso en un punto puede expresarse mediante la expresión Figure 5 E = E0 sen( 2π t + δ) T donde t es el tiempo, y Eo, T y d constantes. Se puede considerar w=2p/T (frecuencia angular), la anterior expresión es equivalente a E = E0 sen(ω t + δ ) Si se representa E en función del tiempo resulta una sinusoide como la de la Figura 5, donde se ve que la Figure 6 constante T es el periodo de esta onda, es decir el -14- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell tiempo que hay entre dos puntos del mismo estado luminoso, y que es independiente del medio en que se propaga la luz. Este valor es del orden de 10 -15 segundos, magnitud muy pequeña y difícil de manejar, por lo que generalmente se trabaja con la frecuencia ν = 1/ T o sea, el número de vibraciones por unidad de tiempo. La constante Eo es la amplitud de la onda, y está relacionada con su intensidad, que es proporcional al cuadrado de la amplitud. Es posible asimilar el movimiento definido por esta función a un movimiento vibratorio armónico, tal como se muestra en la Figura 6. Esta representación se conoce como diagrama de Argand, y en él, el ángulo D muestra la fase de la luz en cada instante, el tiempo necesario para un giro completo es el periodo T, y el radio es la amplitud de la onda. La luz que viaja a una velocidad v tarda un tiempo t' en recorrer una distancia r (t'=r/v), por tanto, el estado luminoso de un punto situado a una distancia r del que uno anterior es t rv E = E0 sen 2π + δ T el argumento de esta función periódica constituye la fase de la luz. Teniendo en cuenta que la distancia recorrida en un periodo T es vT = l, la expresión anterior queda Figure 7 -15- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell t r E = E0 sen 2π + + δ T λ que es una función doblemente periódica en T y l, es decir es periódica respecto del tiempo (en T) y del espacio (en l). Si la representamos en función del espacio, resulta la sinusoide de la Figura 7. Esta nueva constante (l), la longitud de onda, no es otra cosa que el espacio recorrido en un tiempo T, dicho de otro modo, la distancia que separa dos puntos de la onda que tienen la misma fase. Composición de ondas Veamos el resultado de combinar dos ondas luminosas, fenómeno que más adelante se estudiará exhaustivamente como interferencia de la luz. Dos ondas pueden interferir cuando mantienen entre ellas una diferencia de fase constante, coinciden en el camino óptico y están polarizadas en el mismo plano (condiciones de Fresnel y Aragó). Consideremos dos ondas que cumplen estas circunstancias, de amplitudes A1 y A 2 (Figura 8), el estado luminoso de cada una en un punto P será: t r S1 = A1sen 2π + 1 T λ Figure 8 t r S2 = A2 sen 2π + 2 T λ la resultante en el punto P es la suma algebraica de ambas S = S1 + S2 que para simplificar se expresa como -16- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell t S = A sen 2π − δ T Sumando ambas para un instante dado (t=0) r r A cosδ = A1 cos 2π 1 + A2 cos 2π 2 λ λ r r Asenδ = A1sen 2π 1 + A2 sen 2π 2 λ λ se obtienen las dos expresiones de las componentes de la onda resultante en función de las componentes de A1 y A2, por tanto, la amplitud resultante es A2 = ( A cosδ ) 2 + ( Asenδ ) 2 de donde r−r A2 = A12 + A22 + 2 A1 A2 cos 2π 1 2 λ Por tanto, la amplitud resultante es el tercer lado del triángulo formado por las dos amplitudes de las ondas A1 y A 2, y el argumento del coseno es la diferencia de fase entre ambas. El resultado se puede ver gráficamente, sea en un diagrama de Argand como en la figura anterior, sea componiendo (sumando) cada instante los vectores de cada una de las ondas que se representan en la Figura 9. -17- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell Figure 9 Para diferencias de camino entre ambas de una longitud de onda (o nl), la amplitud resultante es máxima (el coseno vale 1), mientras que para diferencias de camino de media longitud de onda [o (2n-1)l/2], la onda resultante tiene una amplitud mínima. En la secuencia de esquemas de la Figura 10 de ha representado en color naranja la onda resultante de la composición de las otras dos, cuyas diferencias de fase son crecientes desde a (diferencia de fase cero, o un número entero de l), hasta g (diferencia de fase de media longitud de onda). Si las amplitudes de las ondas que se componen fueran iguales, la resultante en el caso g seria nula. -18- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell Figura 10. Diversos esquemas representando dos ondas que se superponen con diferencias de ca l (a) hasta l/2 (g). La onda resultante, que se ha dibujado en naranja, varía en amplitud y estado d Nótese que en el caso g no se anula completamente porque las amplitudes de las ondas que se co son iguales. 1.5. Algunas leyes básicas -19- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell Leyes de Descartes Supongamos un rayo luminoso S que llega al punto O de la superficie que separa dos medios, como se muestra en la Figura 11. A partir de aquí sufre una brusca desviación, una parte se refleja siguiendo el camino OR en el mismo medio del que procedía y la otra sigue el camino OT en el nuevo medio. En este sistema, la normal es la recta ON, perpendicular a la superficie en el punto O. El ángulo i entre el rayo S y ON se llama de incidencia, el r entre la normal y el rayo reflejado, ángulo de reflexión, y r' entre la normal i el rayo Figure 11 refractado T, ángulo de refracción. Las leyes de Descartes prevén que los rayos incidente, reflejado, refractado y la normal ON están en el mismo plano, llamado de incidencia. Además los ángulos de incidencia y reflexión son iguales, mientras que la relación entre los senos de los ángulos de incidencia y refracción es constante para dos medios determinados. Ley de Snell. Índice de refracción Imaginemos una onda plana que incide en la superficie que separa dos medios. De la construcción de la Figura 12 se deduce la expresión matemática de la ley de Snell sen i v1 n2 = = sen r v2 n1 donde n i son los índices de refracción de ambos medios, que se definen como la relación entre la Figure 12 velocidad de la luz en el vacío y en el medio -20- ÓPTICA CRISTALINA Mario Vendrell considerado, es decir n = cv En este apartado no se considera la posible variación de la amplitud, fase y estado de polarización de las ondas refractadas o reflejadas, que se analizarán en el capítulo 6 de este mismo texto. En el caso de la Figura 12, si el primer medio es el vacío, la relación de senos es igual al índice de refracción del segundo medio. Además, si el segundo medio es más denso, el ángulo r es menor que i, y considerando que el camino que sigue la luz es reversible, si pasa de un medio de mayor índice de refracción a uno de menor, el ángulo de refracción será mayor que el de incidencia, como se muestra en la Figura 13, en la que, obviamente, también se cumple la ley de Snell sen i n = 2 sen r n1 Considerando ángulos de incidencia cada vez mayores, hay uno Figure 13 (marcado en color naranja en la Figura 13) para el cual el ángulo de refracción vale 90º, en la anterior expresión sen r =1. Para ángulos de incidencia mayores la luz no se refracta, sino que es completamente reflejada. Este ángulo (ILON) se conoce como ángulo límite (denominado normalmente i c), y la reflexión para ángulos superiores al límite, reflexión total. -21-