TEMA 5. Imperialismo y Expansión Colonial

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TEMA 5. EL IMPERIALISMO Y LA EXPANSIÓN COLONIAL
Contenido
1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1
2.
CAUSAS DEL IMPERIALISMO ................................................................................................. 1
3.
LAS FORMAS DE DOMINACIÓN ............................................................................................. 3
4.
LA CONFERENCIA DE BERLIN Y EL REPARTO DE AFRICA ....................................................... 4
5.
EL REPARTO DE ASIA ............................................................................................................. 7
6.
CONSECUENCIAS DEL IMPERIALISMO COLONIAL ................................................................. 9
1. INTRODUCCIÓN
Se conoce como imperialismo al proceso por el cual los países europeos desde
mediados del siglo XIX iniciaron la ocupación y explotación de inmensos territorios en África y
en Asia. La palabra viene de los grandes imperios que crearon países como Gran Bretaña,
Francia, Bélgica, Alemania... Podemos decir que uno de los motores principales del
imperialismo es la exaltación del nacionalismo en los estados europeos, nacionalismo que, casi
siempre, encubre los verdaderos motivos que son los económicos.
La distribución temporal de este fenómeno histórico es:
1. Una etapa de formación, 1880-1914
2. Una fase de crisis que sería el período comprendido entre las dos guerras mundiales.
3. Etapa de descolonización después de la IIª Guerra Mundial.
2. CAUSAS DEL IMPERIALISMO
En la actualidad es difícil encontrar una explicación que prescinda de los factores
económicos como hechos fundamentales que impulsaron la colonización. Son muchas las
causas que influyen en el surgimiento de este fenómeno de expansión territorial, citaremos las
más importantes:
a) Causas económicas.
Son las más destacadas. Los países europeos necesitan materias primas baratas para
abastecer sus industrias, y estos países subdesarrollados son los que producen esas materias.
Además, buscan un lugar donde colocar los productos industriales sobrantes, es decir, buscan
mercados. Para algunos autores la conquista de estos territorios es también una válvula de
escape para el fuerte crecimiento de la población como consecuencia de la revolución
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industrial, la presión demográfica hace que “sobre” gente y que muchos se vayan a vivir a
estos nuevos territorios.
b) Políticas.
La exaltación del nacionalismo lleva a intentar imitar la grandeza de los grandes
imperios del pasado, esta idea se convierte en una obsesión para los países colonizadores El
colonialismo es cuestión de prestigio nacional, todos los países se juegan mucho en Europa y
todos quieren ser la potencia más fuerte del continente, para ello el conquistar nuevos
territorios se convierte en una ocasión propicia para realizar grandes empresas militares y
nuevas glorias para la patria. La burguesía en el poder utilizará esta potente arma (el
nacionalismo) para unir a todo el pueblo frente a la nación rival. El conquistar territorios es
una manera de ser fuertes y temidos.
Por otra parte existen motivos estratégicos que hacen que una potencia se apodere de
un territorio clave para el control de las rutas comerciales o para impedir el acceso a una zona
del enemigo.
c) Demográficas.
El espectacular aumento de la población europea como consecuencia de las
revoluciones industriales hace que unos cuarenta millones de personas se desplacen a nuevos
territorios. En muchos casos la ocupación militar de un territorio se produce después de un
asentamiento de pobladores. Como vemos el poblar nuevos territorios se convierte en una
válvula de escape para aliviarla superpoblación del viejo continente.
d) Ideológicas.
Como causas ideológicas que favorecen la expansión colonial encontramos los motivos
religiosos. Un gran número de misioneros católicos y protestantes acuden a evangelizar estas
tierras para lograr la “salvación” de los indígenas, considerados como salvajes. Estos
misioneros serán la avanzadilla de una posterior ocupación militar. También hay
organizaciones humanitarias que tratan de ayudar a las poblaciones nativas llevándoles los
adelantos de la sociedad industrial: máquinas, medicinas...
Por otra parte hemos de señalar el interés que suscitan en Europa las civilizaciones
lejanas y los países exóticos, esto hace que muchos europeos se sientan atraídos por esos
territorios y se lancen a la exploración de ríos y montes desconocidos, las manchas blancas en
los mapas van a ir borrándose poco a poco. En este punto hemos de hablar del papel de las
Sociedades geográficas que se constituyen en muchos países europeos con la misión de
estudiar África y financiar exploraciones al interior del continente que favorecerán la posterior
ocupación.
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3. LAS FORMAS DE DOMINACIÓN
El imperialismo tradicional que arranca en el siglo XVI tenía unas connotaciones
políticas significativas, las colonias estaban concebidas como enclaves militares y para el
control de las rutas marítimas, así como económicas, para la explotación de sus recursos físicos
y humanos.
Esta consideración de las colonias se modifica con las revoluciones burguesas, con la
industrialización, y adquiere ya su verdadera dimensión en las últimas décadas del siglo XIX.
A cada modelo capitalista corresponde un modelo de dominación colonial. El
capitalismo comercial del siglo XVI las explota en función de sus necesidades: oro, planta,
mano de obra. Cuando el sistema capitalista se transforma a un capitalismo industrial, cambia
también el sistema de dominio, sólo que, al menos en una primera etapa, el mundo
extraeuropeo no era importante para el capitalismo industrial, no lo necesitaban porque el
sistema capitalista de la primera mitad del XIX se basaba en unos países productores y otros
países consumidores que formaban por sí mismo un ciclo de intercambio.
El capitalismo industrial comienza a necesitar de los países de la periferia no europea
en los años 70 y 80. El incremento de presión sobre otros territorios se hizo de forma distinta a
como se había hecho en el Antiguo Régimen en el siglo XVI. La penetración en Asia participa de
los rasgos del colonialismo anterior y de los del imperialismo del XIX.
La novedad fundamental frente a épocas anteriores es que ya no se trata sólo de
establecer colonias mercantiles en puntos determinados de la costa con fines eminentemente
comerciales. Ahora el saqueo económico se completa con una ocupación militar y política,
imponiendo las estructuras administrativas y jurídicas del país colonizador en el colonizado.
Como consecuencia de ese reparto se configuran nuevos países que nada tenían que
ver con las comunidades establecidas en las zonas anteriormente. Se fijan fronteras que antes
no existían.
La expansión colonial europea presentó distintas formas de dominación. Las colonias,
en su aspecto político, podían ser consideradas de varios tipos:
a) Colonias propiamente dichas, es decir, territorios gobernados por funcionarios designados
por la potencia administradora.
b) Protectorados, eran territorios en los que se mantenía el gobierno indígena, en los aspectos
internos, bajo la supervisión de la potencia ocupante y sometido a ella. La política
exterior y el ejército eran controlados por la metrópoli.
c) Territorios metropolitanos, la colonia formaba parte del país colonizador (metrópoli) y se
organizaba como una provincia más, con las mismas instituciones que cualquier
provincia francesa, por ejemplo.
En su aspecto económico las colonias podían ser de poblamiento o de explotación, en
el primer caso la potencia colonizadora facilitaba el asentamiento de colonos europeos, en el
segundo las colonias eran objeto de un intenso saqueo y expolio por parte de las compañías
capitalistas.
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Otro tipo más sutil de colonización es la financiera, países que acumulan grandes capitales
invertirán en países pobres y con ello aumentará la dependencia económica con respecto al
colonizador, un caso claro de lo que estamos diciendo es la dependencia económica de los
países hispanoamericanos con respecto a los Estados Unidos.
4. LA CONFERENCIA DE BERLIN Y EL REPARTO DE AFRICA
A principios del siglo XIX el norte de África estaba controlado por el imperio otomano,
salvo Marruecos que era un sultanato independiente. El resto del continente eran territorios
del África negra. Los franceses tenían enclaves comerciales en Senegal, Portugal en Angola,
Gran Bretaña en el sur de África. En 1870 la situación sigue siendo casi la misma, salvo el caso
de Argelia que los franceses se anexionaron en 1830. Será en el Congreso de Berlín del año
1885 cuando las potencias europeas se sienten a negociar y repartirse África, las posesiones
costeras se tomaron como base para la reclamación de los territorios interiores. En 1914 sólo
quedaban en África dos países independientes: Etiopía y Liberia.
- El Norte de África participaba más activamente que el resto del continente de los
intereses políticos, comerciales y estratégicos de los países europeos, fundamentalmente de
Francia y Gran Bretaña. Esta dimensión de cercanía se incrementó a partir de 1869, con la
apertura del Canal de Suez y el cambio de ruta que esto significa hacia el Océano Indico, que
revalorizó el papel de esta zona norteafricana. Con este motivo la presión de las potencias
europeas sobre la zona se incrementó y comenzaron a plantearse las primeras anexiones de
tipo político. Recordemos que esta zona era un poco más adelantada en África y ya se había
demostrado capaz de absorber inversiones extranjeras, de proporcionar mercados a las
manufacturas industriales francesas y británicas
Argelia fue el primer país anexionado por Francia en 1830. Se abrió un período en que
ningún otro país se interesó por expansionarse en África hasta que en 1881 Francia de nuevo
incrementa la presión sobre la zona ocupando Túnez. La respuesta británica en 1882 fue la
ocupación de Egipto.
Hasta entonces todos los gobiernos europeos habían funcionado en esta zona como lo
habían hecho antes en América Latina. La explicación oficial que se dio para la ocupación
africana fue que era la única medida posible para asegurar los préstamos e inversiones
realizadas por los capitalistas europeos.
La situación se complica aún más en Marruecos ya que ésta interesaba a buena parte
de los países europeos. Era un sultanato independiente y bastante reticente a la penetración
de capitales europeos, aunque quizás Europa había sobrevalorado su capacidad de consumo.
También era grande su importancia estratégica por ser la puerta del Mediterráneo, por el
control del tráfico marítimo hacia el Cana de Suez y clave para proteger Gibraltar. Para Francia
su importancia estratégica viene por ser vecino de Argelia y no iba a permitir que otra potencia
se instalase en Marruecos, además de que quería utilizar Argelia como plataforma para
anexionarse Marruecos. También España se considera con derechos en la zona debido a sus
posesiones históricas de Ceuta y Melilla. Para Alemania su importancia era que aún estaba
libre de ocupación europea y por ello hizo una política de acercamiento hacia el sultanato. Al
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final Francia lo convierte en un protectorado en 1912, compartido con España en la zona
norte.
- África Occidental tenía relaciones distintas con el continente europeo. Apenas había
allí intereses políticos ni estratégicos, pero sí económicos. La penetración en esta zona había
sido la clásica de los misioneros, estableciendo enclaves comerciales, la explotación comercial
no necesitaba más presencia que en los puertos (para darle salida a los aceites de coco y de
semilla que Francia y Gran Bretaña utilizaban industrialmente). No era una economía de
plantaciones sino una simple recolección de productos para lo cual era suficiente con controlar
los puertos para llevarse la mercancía. Este sistema funcionó durante gran parte de siglo XIX.
El cambio de actitud se produjo por la propia competencia entre los países europeos
(Francia, Gran Bretaña y Alemania) por el control de las rutas comerciales y el proyecto francés
de unir sus posesiones de África Occidental con las de África Oriental cruzando África de oeste
a este.
- África Central. El problema se plantea en la cuenca del río Congo. Aquí participó
también Bélgica y Portugal. Los belgas ya habían penetrado aquí desde los años 70 y los
portugueses estaban en Angola desde el siglo XVI. Los alemanes estaban en Camerún desde
1884.
El problema que se plantea en esta zona es el origen de la Conferencia de Berlín
(Portugal es quien la convoca) para solventar el estátus de los dos grandes ríos navegables
(Congo y Níger), que se disputaban todos los países en litigio. Los belgas vieron confirmada su
soberanía sobre el Congo. Se declaró la libertad de comercio y de navegación en los dos ríos.
Además se sentaron las normas básicas para el reconocimiento de estas nuevas posesiones
coloniales y se estableció un marco general de libertad económica que permitiese la
explotación y expoliación de África. De ahí la importancia de la Conferencia de Berlín que
supone un antes y un después en la política expansionista.
También se estaban creando las condiciones objetivas para que los conflictos entre las
potencias fueran cada vez mayores. Entre 1885 y la I Guerra Mundial hubo situaciones de
conflicto entre todos, enfrentamientos más o menos directos, solventados unos con guerras y
otros diplomáticamente.
Los más importantes, por su futura trascendencia, fueron los que enfrentaron, ya en
1885, a británicos y alemanes cuando Alemania se establece en África Oriental, en la zona del
lago Victoria, justo al sur de las posesiones británicas. Se resolvió con una serie de acuerdos.
Los portugueses querían unir Angola con Mozambique, los británicos se oponen y se
desplazan desde el sur para ocupar Rodesia.
El conflicto más grave se produce en 18981 entre británicos y franceses. Estaban en
juego los dos grandes proyectos africanos de potencias europeas, proyectos incompatibles
entre sí. Francia pretendía unir sus posesiones de este a oeste, Gran Bretaña quería hacer lo
propio de norte a sur, desde Egipto a Sudáfrica, atravesando Sudán, Rodesia, Congo... Según la
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Incidente de Fashoda.
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teoría británica Sudán formaba parte del protectorado egipcio, según los franceses era un país
libre.
A partir de ese momento las relaciones franco-británicas mejoraron debido a la
amenaza alemana. Ambos renunciaron a su proyecto africano e intentaron evitar que los
alemanes siguieran penetrando en África e impedirles el control de Marruecos.
Italia participó escasamente. Estaban en Somalia y Eritrea y les interesaba el control de
Etiopía. Tomaron Libia en 1911. España se queda con Sahara, Ceuta, Marruecos.
A finales del siglo XIX, aparte de Marruecos, la única zona cuyo reparto no estaba claro
era Sudáfrica, donde los intereses británicos se enfrentaban con los holandeses, asentados
desde el siglo XVII. Durante todo el siglo XVIII hubo peleas por el control de este territorio. Los
británicos provocan que los colonos holandeses tengan que desplazarse hacia el norte; aún así
la presión británica continuó y se hizo especialmente importante al descubrirse las minas de
oro en 1884. Todo este conflicto originó la guerra de los Boers.
En estas mismas fechas África del Norte vuelve a ocupar la atención de las potencias
europeas. La rivalidad entre Inglaterra y Francia se va a centrar en esta zona y en el África
subsahariana, donde los intereses de ambos países confluyen.
El incidente de Fashoda (1898) quedará resuelto en el acuerdo franco-británico de
1904, por el cual se resolvían las diferencias coloniales entre ambos países al reconocerse
respectivamente os derechos de Inglaterra sobre Egipto y Sudán y los de Francia sobre
Marruecos.
La Alemania de Guillermo II no aceptará este acuerdo y cuando el gobierno francés
realice los primeros movimientos para hacer efectivo su poder en la zona, las declaraciones del
kaiser en Tánger provocarán una Conferencia Internacional sobre Marruecos, la Conferencia
de Algeciras de 1906. En éste triunfaron Francia y España al reconocerse la prioridad de sus
derechos sobre el norte de África. De nuevo en 1911 la acción de Francia sobre Marruecos
provocará un incidente con Alemania por el cual Berlín acepta el protectorado francés sobre
Marruecos a cambio de compensaciones territoriales (el Camerún francés).
Conclusiones:
1) Se hizo el reparto total de África a expensas de cualquier realidad africana anterior
de los estados indígenas. Nunca se respetaron las fronteras existentes de los
pueblos nativos. Había un desconocimiento total sobre las tribus y culturas
africanas.
2) Fue una ocupación sangrienta, lo que significó la desaparición de poblaciones y
culturas. (Comparemos el armamento europeo con los medios de defensa
africano).
3) Los nuevos amos europeos impusieron sus sistemas administrativos, de control,
económicos, de valores, etc.
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Se completa el reparto de África a finales del XIX y entonces las potencias intentan
hacer lo mismo con Asia, y concretamente con China. Este cambio de escenario sí estuvo
motivado por la agresividad alemana (recordemos que Guillermo II quería poner en práctica
una política expansionista). Pronto hubo de rectificarse la actitud hacia esta nueva zona de
expansión lo cual se debió fundamentalmente a la entrada en escena de nuevas potencias que
también querían su parte en el reparto: Japón y Estados Unidos.
Estados Unidos actuarían de una manera imperialista en la guerra con España de 1898,
en esta contienda adquirió Puerto Rico, Filipinas y una gran influencia sobre Cuba. El
imperialismo americano se manifestó más que con la expansión territorial con el dominio
económico de los países subdesarrollados de América. Japón, con un territorio muy reducido y
carente de materias primas, también va a iniciar un proceso expansivo, esta política le llevó a
la guerra con China (1894) y con Rusia (1904), como consecuencia de ellas se extendió por
Corea y los archipiélagos cercanos.
5. EL REPARTO DE ASIA
La expansión europea en Asia se desarrolla paralelamente al reparto de África. A partir
de 1850 las rutas septentrionales del océano Índico adquirieron una importancia decisiva. La
apertura del Canal de Suez (1869) y de los mercados chinos, así como el deseo de proteger los
territorios ya adquiridos, estimularon las intervenciones.
La diferencia fundamental entre los dos continentes es que el reparto de África estuvo
dirigido y controlado por las dos potencias clásicas del XIX (Francia y Gran Bretaña) y el de Asia
lo estuvo por las nuevas potencias imperialistas: Alemania, Japón y Estados Unidos.
Los factores que intervienen para trasladar el expansionismo a Asia fueron:
1) Rectificación de la política exterior alemana que no quiso repetir en Asia el error
africano (llegar tarde y sólo participar en dos o tres puntos del continente).
2) Aparición de Japón como potencia imperialista que en 1894/95 atacó a China por el
control de Corea.
3) Necesidad de la burguesía industrial norteamericana de acceder al mundo asiático.
El punto de inflexión es 1898 cuando derrotan a España en Filipinas, estableciendo
su control y el acceso al Pacífico.
La transformación de la India en una colonia británica tras la revuelta de los Cipayos y
la supresión de la Compañía de las Indias aumentaron el interés de Gran Bretaña en el
continente asiático, donde comenzaban a aparecer competidores.
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Francia estaba instalada en Indochina y Rusia avanzaba por Asia Central. Esto
ponía en peligro el papel exclusivo que en China venía ejerciendo Inglaterra
después de las Guerras del Opio y del Tratado de Nankin.
Gran Bretaña había triunfado en estas guerras y había conseguido por este
Tratado Hong-kong y el poder comerciar en cuatro puertos chinos.
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Francia estaba presente en el lejano Oriente desde la década de los 60 tras las
expediciones enviadas durante el II Imperio para proteger a los misioneros franceses. Esto la
llevaría a ocupar Conchinchina en 1862 y a establecer un protectorado sobre Camboya. En la
década de los 80, por razones económicas y de prestigio, imponen su autoridad sobre Annam y
Tongkin, fundando con todas estas colonias la Unión de Indochina en 1887.
La presencia francesa en las puertas del sur de China alertó a Inglaterra, que se sintió
amenazada y ocupó Birmania en 1885. La respuesta de Francia será afianzar su influencia
sobre Laos. Siam mantuvo su independencia actuando como estado tapón entre los territorios
de los dos imperios.
Gran Bretaña se expandió por el Este, no sólo hacia Birmania, sino también a la península
de Malaca y el norte de la isla de Borneo. Por el Oeste la expansión hacia Asia Central la
enfrentó con los intentos rusos de dominar Persia. Por el Tratado de Petesburgo (1907) Rusia e
Inglaterra declaran independiente a Afganistán y dividen Persia en “zonas de interés”, la del
norte bajo influencia rusa y la del sureste bajo control británico, una zona central
permanecería neutral.
Los intereses de Rusia en Asia la llevaron a enfrentarse con Japón. Rusia se había
anexionado la Siberia oriental, la isla de Sajalín y el territorio chino al norte del río Amur. A
principios del siglo XX también había ocupado Manchuria.
Al contrario que Japón, China no rompe sus estructuras feudales sino que mantiene la
monarquía imperial hasta 1911. La presión occidental se había incrementado en los años 30
porque China despertaba las apetencias de los comerciantes europeos, era un gran mercado
por explotar. Dos enfrentamientos bélicos a mediados del XIX tienen como consecuencia que
británicos y franceses consigan una serie de ventajas importantes en la zona.
Las potencias europeas abandonan en Asia el modelo de reparto africano. Llegan a la
conclusión de que podían alcanzar mejor sus objetivos económicos si respetaban la integridad
del país. En esta coyuntura se plantean los primeros conflictos entre China y Japón en torno a
Corea. Ésta había sido reino vasallo de China hasta 1868 - año de la revolución japonesa -, por
lo que China se encuentra con derecho a tenerla bajo su control, mientras que para Japón
tiene tanto un valor estratégico como económico, debido a sus materias primas. La guerra la
gana Japón obligando a China a renunciar a cualquier ascendencia sobre Corea; también tuvo
que ceder algunas islas. La derrota fue tan total que algunas potencias europeas (Alemania,
Rusia y Francia) presionaron para que se reconocieran algunos derechos chinos sobre Port
Arthur (éste era el punto final del ferrocarril que Rusia estaba construyendo, el Transiberiano).
También este punto fue la razón para la siguiente guerra, Japón vuelve a anexionarse la
Península de Port Arthur. Vuelven a ganar esta guerra.
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6. CONSECUENCIAS DEL IMPERIALISMO COLONIAL
La expansión europea produjo la europeización del mundo y que tengamos hoy en día
a una civilización global, lo cual no tiene porqué ser solamente positivo. Las consecuencias de
la ocupación de estos territorios son positivas o negativas según quién cuente la historia, si son
los europeos o si son los pueblos sometidos.
a) Consecuencias positivas.
 Entre estas habría que citar el incremento de la población en los países ocupados
debido a la erradicación de epidemias y la consiguiente reducción de la mortandad a
causa de las medicinas llevadas por los europeos. El aumento demográfico se justifica
también porque estos países servían para descongestionar de población a los países
europeos.
 Otra sería el aumento de los cultivos y la introducción de otros lo que hizo que
aumentara la producción agrícola, aunque fuera para abastecer al país colonizador.
 El descenso del analfabetismo y la expansión de la cultura occidental, esto produjo la
desaparición de la estructura tribal de esas sociedades e incluso en algunos casos la
pérdida de su identidad cultural; como vemos una consecuencia positiva suele
conllevar una negativa.
 Para los países europeos les resultaba beneficioso este dominio ya que obtenían
materias primas muy baratas y con una mano de obra prácticamente gratuita.
b) Consecuencias negativas.
Frente a todo lo anterior no podemos negar que fue una forma abusiva de explotación
y sometimiento de unos pueblos atrasados por otros más avanzados.
Veamos esas consecuencias negativas:
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Las poblaciones indígenas sufrieron el expolio de sus tierras por parte de los
colonizadores.
Los colonizadores provocaron, en muchos casos, la destrucción de la lengua y la
cultura de los colonizados y de su sociedad tradicional.
Las fronteras que establecieron los europeos serían totalmente arbitrarias, sin tener en
cuenta a los pueblos indígenas. Cuando estos países se independicen serán esas
fronteras las que se mantengan y dentro de los nuevos países se darán tribus
enemigas desde tiempos inmemoriales (véase el caso de Ruanda y Burundi con los
enfrentamientos de hutus y tutsis) y una misma tribu se verá repartida entre varios
estados distintos.
En muchos casos habrá una fuerte segregación racial por parte de los europeos que
todavía subsiste hoy en día.
Los beneficios de la expansión colonial no afectaron por igual a todos los grupos
sociales de la potencia colonizadora, en general sirvieron para el enriquecimiento de la
burguesía industrial y financiera.
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