Dimision Consejera

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¡Dimita, por favor, Sra. Consejera de Educación!
Manuel Marrero Morales
Sé que soy un iluso planteándole que dimita, porque aquí no dimite nadie. Ese
verbo resulta de muy difícil conjugación para la clase política –una parte importante sin
profesión conocida-, que ha convertido su permanencia en el poder en su modus
vivendi.
Acabo de leer en un diario digital unas declaraciones suyas en las que afirma que
“no puede garantizar el servicio público educativo en caso de que los recortes
presupuestarios superaran las actuales previsiones” y añade que “ya se ha estado
reduciendo costes y que no sabe cómo llevar a cabo más reducciones sin afectar a
elementos básicos de educación”. ¿Qué intenta, justificarse a usted y a su gobierno, o
sólo son declaraciones para el consumo interno a ver si le toca algo más del reparto del
pastel presupuestario?
Me ha extrañado, por lo que significa de manifestación de debilidad e
impotencia, que usted haga declaraciones de este tipo, que parecería pertenecieran más
al ámbito del círculo íntimo de asesores y cargos de confianza que la rodean y que
nunca le van a trasladar el mensaje de la realidad que sufrimos los usuarios del sistema
educativo público canario. A un responsable político, que hace este tipo de
declaraciones, manifestando públicamente su impotencia para gestionar lo que tiene
encomendado, sólo le queda una salida, por dignidad: dimitir.
Y hago referencia a la manifestación de debilidad e impotencia, porque usted se
ha mostrado firme y muy segura de sí misma, cuando resistió a las recientes luchas del
conjunto del profesorado canario reivindicando lo que les pertenecía: la homologación
económica, sin más contrapartidas. Además, se permitió el lujo de azuzar a la opinión
pública en aquella carta-libelo que, financiada con fondos públicos, publicó en toda la
prensa canaria. E incluso, haciendo gala de un carácter antidemocrático inusual, de
desoír el resultado de un referendum –convocado, por cierto, por usted- en que el 80%
del profesorado rechazó su propuesta.
E insisto en mi extrañeza, porque en los tres años que lleva en esa Consejería ha
contribuido al deterioro del sistema público educativo canario, como nunca se habría
atrevido a hacerlo ninguno de sus predecesores; lógicamente, siempre con la anuencia y
el aplauso de sus jefes, los señores Soria y Rivero.
Tres recortes en año y medio y uno mucho mayor anunciado para los
presupuestos de este año. ¿Qué les resta aún por hacerle al servicio público de la
educación para convertirlo en indeseado y conducirlo irremisiblemente hacia la
privatización?
Habla usted de futuro cuando se refiere a los elementos básicos de la educación
que se verían afectados en caso de recortes. ¿No le parece absolutamente cínica esa
posición en la que parece que con todos los recortes y las medidas realizadas hasta
ahora no se ha afectado a la enseñanza pública en Canarias?
En Canarias, una de cada tres personas de la población activa se encuentra en
paro y la gran mayoría con unos ingresos que los sitúan por debajo del umbral de la
pobreza. Ese es el gran logro del gobierno del que usted forma parte. ¿Considera usted
que es de recibo que haya disminuido la oferta pública de Formación Profesional en
momentos de crisis, cuando es más necesaria la recualificación de los miles de parados
para poder competir en un futuro para volver a conseguir un puesto de trabajo? ¿Cree
usted, desde esa perspectiva feminista de la que a veces hace gala, que el sistema no
está afectado cuando muchas familias no encuentran plazas en comedores para sus
hijos, impidiendo así la conciliación de la vida familiar y laboral? ¿Es usted capaz de
mantener la mirada, firme y sin avergonzarse, ante los ciudadanos de estas islas,
diciéndoles que el sistema educativo no está afectado, con todos los recortes que se han
producido: sin sustituciones de varios meses, obligando al profesorado a abandonar
tareas como la atención a la familia, la gestión y organización de los centros, la
orientación profesional, la acción tutorial, … y una larga lista que ustedes colocan en un
segundo plano, porque hay que priorizar las sustituciones, independientemente de que el
de Latín tenga que sustituir al de Química o el de Administración de empresas al de
Educación Física?
En conclusión, creo que cuando se lleva demasiado tiempo en el poder, se pierde
el sentido de la realidad, y se hacen afirmaciones de tal calibre, pensado que los
ciudadanos somos una masa adocenada, sin sentido crítico y sin capacidad de respuesta
ante sus sabias y profundas palabras, dando la sensación de que les pasa lo que a la
Iglesia, que dicen estar asistidos de la gracia divina cuando hablan, y por tanto nunca se
equivocan.
Señora Consejera de Educación, el sistema educativo público de Canarias no
resiste ya un mayor deterioro. Háganos el favor al conjunto de la ciudadanía, que
merecemos un servicio educativo de calidad, y unos gestores que demuestren su clara
apuesta por la defensa de los servicios públicos, y dimita. Si no fuera así, que la cese
don Paulino, porque usted parece haber arrojado la toalla, no sólo para gestionar la
educación en Canarias, sino incluso para seguir practicando la política que le habían
encargado que hiciera.
Háganos un favor: dimita y márchese.
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