Formación en habilidades complementarias y Radioprotección

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Radiología. 2011;53(3):220—225
www.elsevier.es/rx
ACTUALIZACIÓN
Formación en habilidades complementarias y Radioprotección
J. Puig
Servicio de Diagnóstico por Imagen, UDIAT CD, Corporació Sanitaria Parc Taulí, Sabadell, Barcelona, España
Recibido el 13 de octubre de 2010; aceptado el 14 de diciembre de 2010
Disponible en Internet el 7 de abril de 2011
PALABRAS CLAVE
Habilidades no
interpretativas;
Radioprotección;
Formación de
residentes
KEYWORDS
Noninterpretative
skills;
Radioprotection;
Training residents
Resumen Las habilidades complementarias, también llamadas en el mundo anglosajón habilidades no interpretativas, comprenden un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes,
citadas como necesarias para la formación de nuestros residentes en varios apartados del
programa de la especialidad de Radiodiagnóstico. Incluyen formación en radioprotección,
estadística, comunicación científica, metodología de la investigación, crítica de la literatura
científica, ética, legislación médica, comunicación con el paciente y otros profesionales, y
finalmente, gestión y calidad.
La carencia de dedicación específica a estas materias en pregrado, provoca que actualmente
esta formación la esté asumiendo la administración a través de las comunidades autónomas
mediante el Programa Común Complementario (PCC).
© 2010 SERAM. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
Training in noninterpretive skills and Radioprotection
Abstract Noninterpretive skills comprise a set of knowledge, skills, and attitudes considered
necessary for residents to acquire. Important Noninterpretative skills include radioprotection,
statistics, scientific communication, research methodology, critical reading of the scientific
literature, ethics, legislation about medical issues, communicating with patients and other
professionals, and management and quality control.
The lack of specific dedication to these subjects in undergraduate medical education means
that this training is being carried out by the regional governments through the ‘‘Complementary
Common Program’’.
© 2010 SERAM. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Introducción
La Comisión Nacional de Radiodiagnóstico publicó en el año
2008 (Orden Ministerial SCO/634/2008, de 15 de febrero)
Correo electrónico: [email protected]
una revisión del programa de nuestra especialidad. En
el anexo, apartado 3.2, describe las responsabilidades y
competencias que se deben adquirir. Muchas de ellas corresponden a lo que se puede agrupar bajo la denominación
de «habilidades complementarias», también denominadas
«habilidades no interpretativas»1 . Estas obedecen a un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes, comunes
a todas las especialidades, de las que los residentes ya
0033-8338/$ – see front matter © 2010 SERAM. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rx.2010.12.006
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Formación en habilidades complementarias y Radioprotección
deberían tener una sólida base antes de empezar la especialidad. Sin embargo, estos contenidos brillan por su ausencia
en la formación de pregrado2 o su adquisición es insuficiente y, por ello, es necesario asumir su enseñanza durante
la residencia. En algunos centros esta formación la asume
la Comisión de Docencia, pero en muchos hospitales no se
imparte3 .
Este artículo pretende describir en qué consisten estas
habilidades, cómo podrían adquirirse, y justificar la necesidad de su aprendizaje.
Habilidades no interpretativas
Esta denominación es una traducción literal del inglés
(noninterpretative skills). Se refiere a un conjunto de
áreas de conocimiento y habilidades, algunas de las
cuales pretenden influir en las actitudes, no relacionadas con la interpretación radiológica. Estas habilidades
las debería adquirir cualquier radiólogo y por ello se
enumeran en la última versión del programa de la
especialidad1 . En concreto, consisten en una formación
específica en radioprotección, estadística, comunicación
científica, metodología de la investigación, crítica de la literatura científica, ética y legislación médica, comunicación
con el paciente y otros profesionales, y finalmente gestión
y calidad1,3—6 .
Radioprotección
En la reciente Orden Ministerial SCO/634/2008, de 15 de
febrero, por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Radiodiagnóstico se especifica que
el residente debe «conocer ampliamente las bases físicas
de las radiaciones que se emplean en la especialidad para la
obtención de imágenes» y «estar familiarizado con los principios y medidas de seguridad en protección radiológica y con
sus aspectos de garantía de calidad y normativas médicolegales»1 . Una circular de la Sociedad Española de Radiología
(SERAM) de mayo del 2010 recalca que el programa indica
que los residentes de la especialidad de Radiodiagnóstico
deberán adquirir un nivel avanzado de formación en protección radiológica y que esta formación obligatoria abarcará
40/50 horas de formación y se llevará a cabo durante los
primeros 6 meses de la residencia.
La Sociedad Europea de Radiología también incluye la
radioprotección entre los temas básicos curriculares6 . Existen otras normas de ámbito nacional o europeo7—11 que
inciden en la necesidad que tienen los residentes para formarse en protección radiológica.
Tradicionalmente esta formación se ha llevado a cabo
mediante cursos con clases magistrales en los propios
hospitales impartidos por los Servicios de Radiofísica Hospitalaria/Física Médica o Unidades Técnicas en Protección
Radiológica (UTPR) o bien realizando cursos organizados
por la universidad. Con la nueva normativa, casi todas
las especialidades requieren formación en radioprotección, con dos niveles distintos según la especialidad, que
debería ser impartida por los propios Servicios de Física
Hospitalaria12 . Sin embargo, muchos hospitales no disponen de dichos Servicios de Física y en otros es dificultoso
y caro organizar cursos de protección radiológica cuando
221
Tabla 1 Contenido del curso semipresencial en formación
radiológica para residentes de Radiodiagnóstico
Tema 1. Estructura atómica.
Tema 2. Interacciones de los electrones con la materia.
Tema 3. Interacciones de los fotones con la materia.
Tema 4. Magnitudes y unidades radiológicas.
Tema 5. Características físicas de los equipos y haces de
rayos X.
Tema 6. Detección y medida de las radiaciones.
Tema 7. Mecanismos de acción. Respuesta celular.
Tema 8. Respuesta sistémica y orgánica total.
Tema 9. Criterios generales de la protección contra las
radiaciones.
Tema 10. Protección radiológica operacional.
Tema 11. Protección radiológica específica en
Radiodiagnóstico.
Tema 12. Protección radiológica del paciente.
Tema 13. Aspectos particulares de protección radiológica en
distintas unidades de Radiodiagnóstico.
Tema 14. Programa de garantía de calidad. Control de
calidad en Radiodiagnóstico.
Tema 15. Aspectos generales legales y administrativos.
Tema 16. Aspectos generales legales y administrativos de
ámbito nacional. Gestión técnica y administrativa de
instalaciones y de personal.
Tema 17. Directrices y normas de ámbito europeo.
Tema 18. Protección radiológica en pediatría y cribado
mamográfico.
Tema 19. Tomografía computada.
Tema 20. Radiología intervencionista
solo existen uno o dos residentes por año de pocas
especialidades.
Existen experiencias alternativas que realizan esta
formación mediante cursos a distancia, de forma semipresencial. Esta vía, basada en las técnicas del e-learning,
consiste en impartir los conocimientos de radioprotección
mediante el autoaprendizaje del propio alumno, de forma
progresiva y en un tiempo acotado que suele ser de 2-3
meses. En el caso de nuestro hospital, se completa con
3 sesiones presenciales, una inicial para la presentación
del curso, otra para las prácticas (obligatorias) y otra para
el examen final, existiendo la posibilidad de reunir estas
dos últimas en una única sesión. Se programa en el primer
semestre del primer año de residencia. La estimación del
número de horas de participación en el curso a distancia es
de 80 horas, más 9 horas presenciales para las prácticas y el
examen. El temario se basa en el que marca la ley1 y la instrucción 17 de seguridad del Consejo de Seguridad Nuclear
(tabla 1).
Esta vía de formación permite agrupar residentes de
diversos centros. Esta posibilidad se ha aprovechado por
alguna filial de la SERAM, concretamente la de Cataluña,
que conjuntamente con la Asociación Catalana de Radiología
Médica (ACRAM), y la Agrupación de Radiólogos de Cataluña
la ha ofrecido a todos los residentes de la comunidad. En
la primera edición, se inscribieron 19 residentes de primer
año. Todos cumplieron el plan docente y superaron el curso
satisfactoriamente.
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222
Este sistema de formación probablemente no represente
una ventaja para los centros que disponen del Servicio de
Física Hospitalaria, pero puede ser la solución para el resto.
Tiene, además, una serie de ventajas, muchas de ellas reconocidas por los propios alumnos. Entre ellas hay que destacar
que el ritmo de aprendizaje se adecua al ritmo del alumno;
es accesible desde cualquier ordenador, por lo que el horario es flexible y se evitan desplazamientos; la adquisición
de los conocimientos es progresiva y edificada sobre los ya
adquiridos; es interactiva al disponer permanentemente de
un tutor que se compromete a responder en 24 horas; existe
un seguimiento individualizado mediante evaluación continuada que permite obtener información objetiva del grado
de aprovechamiento y las tutorías son personalizadas13,14 .
Sin embargo, la formación e-learning requiere de una
mayor motivación por parte del alumno, que debe tener
capacidad para el aprendizaje autónomo. El tiempo necesario para el aprendizaje es mayor que en la formación
tradicional. Al ser un aprendizaje individual, se tiende al
aislamiento si el tutor no adopta medidas de interrelación
entre los propios alumnos o con el propio profesor. Otros
inconvenientes son que el profesor necesita más tiempo
para preparar los materiales y tutorizar a los alumnos, que
se requiere unas mínimas competencias tecnológicas por
parte del profesor y del alumno o que la proporción entre
el número de alumnos por profesor debe ser adecuada para
mantener la calidad. Además, al ser un método relativamente nuevo, el profesorado puede estar poco formado en
este tipo de tecnologías13 .
La formación en protección radiológica debe incorporarse a los planes de docencia no solo de la especialidad de
Radiodiagnóstico, sino también a todas aquellas especialidades cuyos ámbitos de actuación impliquen la utilización de
radiaciones ionizantes12 . La utilización de la vía e-learning
para la formación en protección radiológica, por tanto, no
solo sería aplicable a nuestra especialidad, sino también a
un grupo muy numeroso de especialidades clínicas y quirúrgicas.
Investigación
Las decisiones diagnósticas y terapéuticas deberían basarse
en la evidencia científica. En el campo de la Radiología,
donde la innovación tecnológica es tan rápida, hay que
justificar el valor de las pruebas y sus indicaciones según
el conocimiento existente. Y este debe basarse en sólidas
publicaciones metodológicamente correctas en lugar de sustentarse en trabajos incorrectamente diseñados que tienden
a exagerar los resultados de las innovaciones tecnológicas.
Quizás la raíz del problema seamos los propios radiólogos
(con excepciones), sin tradición en el diseño de los estudios ni formación en la lectura crítica de la literatura. La
«cultura de la investigación» en el mundo radiológico no
tiene el nivel de otras especialidades ni en nuestro país ni
en otros considerados más avanzados6 .
El programa de nuestra especialidad1 indica la necesidad de que los residentes se inicien en la metodología de la
investigación y establece que deben ser capaces de adquirir los conocimientos suficientes para realizar un estudio
de investigación y saber evaluar críticamente la literatura.
Pero en escasos centros se cumple realmente con esta
J. Puig
recomendación, según nuestro conocimiento, pues se priorizan los temas asistenciales.
Con la intención de subsanar esta situación, y otros
aspectos complementarios de la formación de los residentes, muchas comunidades (p. e. Andalucía, Extremadura,
Murcia, Comunidad de Madrid, Castilla y León, Cataluña15 )
han diseñado una formación específica y común para todas
las especialidades, que se ha denominado Programa Común
Complementario (PCC). Este programa, que tiene pequeñas
variaciones en las distintas comunidades autónomas, incluye
en todas metodología científica y estadística, comunicación
científica, lectura crítica de la literatura, así como resucitación cardiopulmonar, habilidades comunicativas, bioética
y gestión clínica. El PCC está en grados muy distintos de
desarrollo en las diferentes comunidades autónomas, con
experiencias que oscilan desde los 15 años en unas, mientras que otras acaban de publicar la normativa en junio
del 2010. En otros lugares, como el País Vasco, la comisión
de docencia de algunos hospitales es la que ha organizado el PCC, añadiendo al mismo, en el caso del Hospital
de Basurto, la formación en protección radiológica o la
búsqueda bibliográfica16 . La duración de este programa
es variable, desde un mínimo de 85 horas (en Cataluña),
pasando por 160 horas en el Hospital de Basurto y 205 horas
en Andalucía15—18 . Esta formación se reparte durante los
tres primeros años de residencia en horario laboral, y en
algunas comunidades, extralaboral. En Andalucía el PCC es
semipresencial.
Los resultados del PCC en las distintas comunidades han
sido variables: mientras en Cataluña la implementación del
PCC ha tenido un alcance limitado por resistencias en ciertos sectores de las plantillas y algunos jefes de servicio,
así como por problemas de financiación del programa15 , en
otros sitios, como Basurto, el PCC se ha asentado de forma
estable16 .
Bioética y legislación médica
Existen dos razones para incorporar nociones de ética y
legislación médica en la formación de nuestros residentes. La primera es que forma parte del programa de
la especialidad1 . Pero la razón esencial reside en que
el programa debe formar «médicos radiólogos», no solo
«interpretadores de imágenes». Por ello, los residentes
deben aprender a interactuar con los pacientes y con los
clínicos. Hay muchas situaciones a las que un radiólogo se
enfrenta a diario, como por ejemplo qué información se
debe dar al paciente antes o después de una prueba, o en
qué situaciones se requiere el consentimiento informado y
quién debe pedirlo.
En general, la formación en este campo está mal
resuelta en nuestro país, por tres razones: pocos radiólogos entrenados, insuficiente grado de conocimiento y
escasa dedicación horaria a estos temas. Como se ha dicho
anteriormente, diversas organizaciones sanitarias han integrado la formación en bioética dentro del PCC, impartiendo
los conocimientos a través de cursos comunes con otras
especialidades15—18 . Sin embargo, existen suficientes contenidos relacionados con temas éticos en nuestra propia
especialidad como para desarrollar además un programa
propio. A modo de ejemplo, se deberían discutir temas como
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la comunicación de los errores radiológicos en los informes a médicos o a pacientes; la ética en las publicaciones
radiológicas; la ética en la utilización de tratamientos no
convencionales y en pacientes incluidos en ensayos clínicos; las consideraciones éticas en las discordancias entre
médico peticionario y radiólogo (u otras entre residentes y
adjuntos); la responsabilidad del radiólogo en las acciones
de los técnicos; todo lo relacionado con el consentimiento
informado; confidencialidad; relaciones con la industria o la
conducta ética cuando se ejerce de testigo en un juicio. Hay
muchos más temas19 , pero lo difícil es encontrar el formato
atractivo y efectivo para aprenderlos. En Estados Unidos,
donde también tienen problemas para enseñar esta materia, utilizan material específico diseñado por el American
College of Radiology y la Association of Program Directors in
Radiology, publicado en formato vídeo20,21 . Lo combinan en
algunos centros con conferencias impartidas por expertos19 .
Sería interesante que, como complemento de la formación
que ofrece el PCC, estos temas se incluyeran en las sesiones de residentes, en forma de talleres que plantearan con
antelación una situación polémica y que diera tiempo a la
reflexión y documentación de la solución. Un valor añadido
consistiría en que estas sesiones se realizaran con la participación de algún experto o miembros del comité de ética
del propio hospital.
Habilidades comunicativas
En muchos foros de debate se defiende el papel del radiólogo, no como mero intérprete de imágenes sino como
radiólogo clínico. Dentro de las habilidades de éste debe
incluirse la de ser un buen comunicador, al relacionarse con
4 grupos de población: 1) pacientes 2) colegas, incluyendo
especialmente los médicos solicitantes 3) estudiantes y 4)
público en general22 .
Tradicionalmente se ha considerado que los radiólogos son médicos especialistas con escaso contacto con los
pacientes. Pero eso es cada vez menos cierto, especialmente
en áreas como el intervencionismo radiológico o la ecografía, donde los pacientes quieren saber en qué consiste la
prueba, para qué sirve, las complicaciones o, sobre todo, los
resultados de dichas pruebas. Es importante aprender a contestar estas cuestiones y proporcionar la información a los
pacientes con un lenguaje inteligible para ellos, contestando
honestamente y con prudencia sus preguntas, sin alarmarlos, con sensibilidad, amabilidad, y dedicándoles el tiempo
necesario, con cortesía23,24 . Los defectos en la comunicación
médico-paciente son la principal causa de reclamaciones en
los hospitales y se ha publicado que un 30% de los pacientes
se sienten insatisfechos por una conducta inadecuada del
médico que lo asiste o por mala comunicación con él23,24 .
Por el contrario, una comunicación efectiva con el paciente
tiene efectos beneficiosos sobre él.
Para mejorar la eficacia en la asistencia a los pacientes
se tiende actualmente a la organización en equipos multidisciplinares de los que el radiólogo forma parte teniendo
en ellos un papel tan importante como el de los demás
miembros. Es en este ámbito donde se requiere una comunicación estrecha con las otras especialidades5 . El radiólogo
debe consultar, revisar, preguntar a sus colegas, y que
esta actitud sea recíproca. Es crítico acudir a las sesiones
223
multidisciplinares e invitar a los miembros de las demás
especialidades a las nuestras. Compartir el esfuerzo común
nos puede beneficiar a todos, tanto pacientes como médicos. El clima de confianza mutua entre profesionales facilita
los acuerdos en la negociación ante puntos de vista discrepantes y por tanto, en la toma de decisiones25 .
Un tercer grupo con quien no debemos olvidar una
correcta comunicación es con los estudiantes, especialmente dada la situación de la enseñanza de la Radiología
en España.2 . Los estudiantes de Medicina son nuestro futuro
y hay que optar por los mejores, mostrando y enseñando lo
atractiva que es nuestra especialidad. Las prácticas que realizan en nuestros servicios son una buena oportunidad para
alcanzar este objetivo.
Finalmente, habría que aprovechar los medios que ofrece
la ofimática para dar a conocer el trabajo actual del radiólogo. Las páginas web de los propios hospitales son las
herramientas más disponibles, pero hay muchas otras que
se pueden utilizar (webs de sociedades, de los congresos,
otras)26 . Los pacientes cada vez usan más estos medios para
autoinformarse, por lo que se requiere una información concisa y clara.
Muchos profesionales reconocen que invertimos pocos
esfuerzos en enseñar estas habilidades comunicativas a los
residentes y que abarquen todos estos apartados23 . Los
problemas para impartir esta materia son similares a los
existentes en el capítulo anterior sobre bioética: poco personal entrenado y escasa dedicación formal a reflexionar
sobre este tema.
Para solucionarlo, algunas organizaciones sanitarias
incluyen en el PCC formación específica en habilidades comunicativas, mediante cursos con una duración
de entre 15 y 30 horas, algunos impartidos de forma
semipresencial15—18 . Se utilizan materiales como simulaciones videograbadas, con la participación de residentes y de
actores que interpretan el papel de pacientes. La revisión de
estos videos, y reflexión posterior sobre la reacción y actitud del residente dan muy buenos resultados formativos15 .
Asimismo, existen publicaciones sobre la formación en habilidades comunicativas, pero son escasas las que proponen
modelos concretos24 .
Gestión clínica
También se ha denominado gestión de la calidad. En tiempos de crisis económica, la Sanidad suele recibir importantes
recortes presupuestarios, con el agravamiento de la escasez
de recursos. Y esto ocurre en el contexto de una medicina altamente tecnificada y cara, de expectativas cada vez
crecientes de los pacientes y de envejecimiento de la población. Nadie debería abstraerse de esta situación que nos
afecta a todos y también los residentes deberían disponer de
conocimientos para manejarla (así como el resto del personal sanitario). No hay que olvidar que los médicos asignamos
el 70% de los recursos sanitarios con nuestras decisiones,
diagnósticas y terapéuticas, realizadas en condiciones de
incertidumbre27 . Por ello, la evolución de la práctica ética
de la Medicina incluye más que nunca la interiorización del
concepto de coste-efectividad de las actuaciones, el creciente fundamento en la evidencia y la orientación hacia las
utilidades relevantes, las del usuario.
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224
Tabla 2 Ejemplo de programa del curso de gestión clínica
del PCC (Hospital de Sabadell)
Tema 1. Economía y Sanidad: la economía de la salud.
1.1 Concepto de macroeconomía y microeconomía.
1.2 Tipos de modelos sanitarios (público y privado) y
financiación de la sanidad.
1.3 Introducción a los sistemas sanitarios del mundo
occidental: sistemas de aseguramiento versus sistema
nacional de salud (modelo inglés, francés). Modelo
privado (Estados Unidos).
1.4 Modelos sanitarios español y catalán.
1.5 Financiación de la sanidad: demanda social y
asignación gubernamental.
1.6 Financiación de servicios sanitarios por coste versus
financiación capitativa.
1.7 Concepto de compra de servicios sanitarios.
Tema 2. Introducción a la gestión hospitalaria.
2.1 Macro, meso y micro gestión.
2.2 Administración versus gestión.
2.3 La ética de la gestión sanitaria.
2.4 Introducción a la gestión clínica:
2.4.1 Conceptos de eficacia, efectividad y eficiencia.
2.4.2 Variabilidad de la práctica médica.
2.4.3 Medicina basada en la evidencia.
2.4.4 Guía clínica
2.5 Análisis de evaluación económica: Conceptos de
minimización de costes, análisis coste-beneficio,
coste-efectividad y coste-utilidad.
2.6 Diseño de producción de servicios sanitarios.
Tema 3: Farmaeconomía. Estudios de coste-efectividad
3.1 ¿Coste efectividad? ¿Para qué necesitamos el análisis
económico si tenemos ensayos clínicos?
3.2 Para qué sirve (y para qué no sirve) el análisis de
coste-efectividad.
3.3 Tipos de análisis: (coste-beneficio, coste-utilidad,
coste-efectividad o minimización de costes)
3.4 Cómo se hace un análisis de coste-efectividad
a. Metodología para la realización de un análisis de
coste-efectividad.
b. Tipos de análisis de coste-efectividad
i. Árboles de decisión
ii. Modelos de Markow
iii. Ejemplos prácticos
No se trata de realizar un máster en economía sanitaria (compras, administración de instalaciones, servicios
o suministros) sino de aprender gestión clínica: lo básico
son las decisiones médicas (a quién atender, como hacerlo,
y dónde realizar los procesos). Es muy clarificadora una
de las dos definiciones que Repullo hace de la gestión
clínica: «Es la aplicación de conceptos, métodos y técnicas de organización y dirección para coordinar y motivar
a profesionales y otros empleados sanitarios que componen los ‘‘microsistemas’’ asistenciales de manera que los
servicios sanitarios que se prestan a los pacientes tengan máxima seguridad, efectividad, calidad y eficiencia
posible»28 . Aprender estos conceptos y métodos no es, en
este caso, para poder dirigir un hospital sino para coordinar
el trabajo diario (entre profesionales y para el paciente),
J. Puig
motivar al personal que participa en estos procesos, gestionar con visión clínica los aspectos más básicos (como
priorizar las solicitudes radiológicas) y concienciar de los
recursos disponibles.
Los métodos y las dificultades para impartir estos conocimientos en nuestro país no son diferentes a los de los
capítulos anteriores. Todos los PCC dedican una parte del
temario a la gestión clínica, con dedicaciones horarias similares a la bioética (10-15 horas), cuyo contenido se centra
en nociones de economía y sanidad, conceptos básicos de
gestión hospitalaria, sostenibilidad y equidad del sistema
sanitario y estudios de coste efectividad (tabla 2). Sin
embargo, en Andalucía el temario es mucho más extenso (55
horas)18 . Existen otros modelos, como el desarrollado en el
programa de formación de residentes de la Asociación de
Radiólogos de Euskadi, que centra esta formación más en lo
referente al propio Servicio de Radiología que en conceptos
más generales29 .
Conclusión
La formación completa de los residentes de Radiodiagnóstico de hoy en día debe incluir un conjunto de conocimientos
y habilidades muy interrelacionados entre sí, denominados
complementarios, pero que son esenciales en nuestro trabajo diario para poder ofrecer una atención de calidad.
Hasta ahora no ha existido demasiado énfasis en la importancia de estos temas, pero las recomendaciones del nuevo
programa de la especialidad, conjuntamente con la organización del PCC por la mayoría de las comunidades autónomas
y algunos hospitales, están dando un giro a esta situación.
Esperemos que se establezca y dé buenos resultados.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Agradecimientos
A Eva Castañer, tutora de residentes, por sus lúcidos comentarios sobre este texto. A José Maria Mata, Director del SDI
y a Eugenio Berlanga, Presidente del Comité de Docencia de
mi hospital, por su detallada revisión. A José Luis del Cura,
por estar siempre detrás de los temas de formación de residentes. Muchas de nuestras conversaciones están reflejadas
en este artículo.
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