1999-2001 2002-2003 2004-2005 El euro sustituye a la centenaria peseta Uno de los grandes retos para el primer Gobierno de Aznar fue crear las condiciones necesarias para que desde 1999 España formara parte de la «zona euro» como hito indiscutible en el camino de la primera velocidad comunitaria y como medio de fortalecer su imagen en la opinión pública nacional y ganar prestigio en el exterior. Amparado por la mejora sustancial de la economía española en los primeros meses de 1997 –sin duda gracias a la labor de Rodrigo Rato, Ministro de Economía–, el ejecutivo quiso dar ejemplo y cumplir los criterios para la convergencia exigidos por el Tratado de Maastricht y apostó por no variar un ápice el calendario fijado. El control estricto del gasto público y el saneamiento financiero contribuyeron decididamente a que España entrara en la Unión Económica y Monetaria el 1 de enero de 1999. Por fin, el 1 de enero de 2002 el euro se asomaba a los bolsillos de los españoles para desplazar definitivamente a la peseta dos meses más tarde. España ante los nuevos retos internacionales La acción islamista contra las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, la primera agresión extranjera contra el corazón del territorio norteamericano en los dos últimos siglos, puso de manifiesto la fragilidad de cualquier Estado ante las nuevas formas del terror. El ataque convulsionó a la sociedad norteamericana y cambió bruscamente la percepción que hasta entonces había tenido de sí misma y de la realidad mundial. El sueño americano, pues, terminaba en pesadilla. En cuestión de horas Al Qaeda y Bin Laden se convirtieron en el foco de atención de las agencias y corresponsalías de todo el mundo. Como reseñaba El Norte de Castilla, la reacción del Presidente de los Estados Unidos no se hizo esperar: en su discurso a la Nación, pronunciado cuatro días después de la masacre, George Bush afirmó con contundencia: «Los que hacen la guerra han elegido su propia destrucción». Globalización y pluralismo cultural Una vez enterrada la Guerra Fría después de la desaparición de la Unión Soviética, la nueva realidad emergente mostró que el antagonismo entre el bloque capitalista y el comunista había sido uno de los componentes principales en la configuración de las relaciones internacionales, pero no el único. Detrás de ese esquema de confrontación excesivamente simplista existía otra realidad mucho más compleja, forjada también durante aquellas décadas, y que en los últimos años ha irrumpido con fuerza en el escenario mundial. Los medios de comunicación comenzaron a informar con frecuencia creciente de la situación de cientos de millones de personas que sufrían el hambre y la marginación en los países del Tercer Mundo de Asia, África e Iberoamérica. HEMEROTECA 150 Años 1856-2006 El Norte de Castilla, 150 años como testigo de la Historia Ser el decano de los diarios españoles, en el momento de celebrar el sesquicentenario (2006), supone haber sido testigo y, en ciertos ámbitos, también protagonista durante siglo y medio de la vida local/provincial, regional, nacional e internacional. Es una meta que muy pocos consiguen alcanzar; es más, El Norte de Castilla, al poder contar –salvo pequeños vacíos– con la colección completa de los cerca de 57.000 números aparecidos hasta el momento, se convierte en un caso bastante excepcional.A partir de la especial perspectiva de El Norte de Castilla se pretende reconstruir y destacar los rasgos esenciales de los momentos/contextos históricos más significativos desde la cuádruple perspectiva local/provincial, regional, nacional e internacional. Quisiéramos que el lector nos acompañase en el repaso de la nutrida colección –desde 1856 hasta hoy (2006)– que se guarda en la hemeroteca del periódico. Para reconstruir esta larga andadura han sido necesarias muchas horas de búsqueda, selección, valoración; en definitiva, de síntesis histórica rigurosa, siempre desde la perspectiva del decano de los diarios españoles. Nos gustaría que los actuales lectores de El Norte de Castilla se sumergiesen con nosotros para revivir, en lo esencial, las diversas y, en demasiados casos, trágicas situaciones por las que han tenido que pasar las generaciones de lectores que nos han precedido: ¿Qué informaciones recibieron? ¿Cuáles eran sus preocupaciones, sus respuestas, sus éxitos y sus fracasos? ¿En qué estados de opinión se movieron? En una palabra: el transcurrir de la vida diaria durante el último siglo y medio. HEMEROTECA 150 Años