08/10/2012 4 EL SIGLO DE DURANGO | 22:51 Cuerpo G Pagina 4 Cyan Magenta Amarillo Negro | CLASIFICADOS MARTES 9 DE OCTUBRE DE 2012 El hombre del futuro: cerebro pequeño, brazos largos y pocos dientes Dentro de 1.000 años, como resultado de la evolución, la estructura del cuerpo humano se modificará sustancialmente y su aspecto se diferenciará al de las personas contemporáneas, según anatomistas. El diario británico ‘The Sun’, reproduce un retrato del hombre del futuro, realizado por un grupo de expertos, quienes basan sus conclusiones en “el sucesivo mejoramiento de los alimentos y el desarrollo de la medicina”. De acuerdo con los especialistas, la altura promedio del hombre del futuro será de 1,83 y 2,13 metros. “Ya en la actualidad, en promedio, el estadounidense es 2,54 centímetros más alto que en los años 60 del siglo pasado”, dijo el osteópata británico Garry Trainer, citado por el rotativo. Los responsables de esta hipótesis indican también que habrá cambios en el tracto digestivo de nuestros descendientes. “El intestino será más corto. Absorberá menos grasa y glucosa, convirtiéndose así en una defensa natural contra el sobrepeso”, asegura el odontólogo Philip Stemmer. En opinión de Stemmer, disminuirá la dimensión de la cavidad bucal y el número de dientes, debido a AGENCIAS AGENCIAS Anatomía. De acuerdo con los especialistas, la altura promedio del hombre del futuro será de 1,83 y 2,13 metros. que “un alimento blando requiere menos masticación”. Además se prevén alteraciones en el aparato reproductor masculino, que se disminuiría por el descenso de la fertilidad. Confor me a la publicación de ‘The Sun’, dentro de 1.000 años será más fácil alcanzar un objeto, ya que “las manos y los dedos de nuestros descendientes se alargarán radicalmente”. Aumentará el número de terminaciones nerviosas, “como resultado del frecuente uso de dispositivos que requieren una compleja coordinación de manos y ojos”. Estos últimos también se agrandarán para compensar la reducción de la cavidad bucal, y “la comunicación se basará en las expresiones faciales y los movimientos de los ojos”. Al mismo tiempo se reducirá el cerebro, pronostican los expertos, como consecuencia de que “la mayor parte del trabajo de memorización y pensamiento lo harán las computadoras”. Psicópatas delatados por su sentido del olfato disminuido Diferencia. Esta evidencia podría servir para diferenciar a criminales psicópatas de los que no lo son. neación, el control de los impulsos y, valga la redundancia, la acción de actuar y el susodicho trastorno mental, así como el hecho de que una disfunción en esta área cerebral se refleja en la discapacidad olfativa. Mahmut y Stevenson, por su parte, analizaron las tendencias psicópatas de 79 adultos no criminales, así como la calidad de su sistema olfativo, encontrando que aquellos que manifestaron mayor potencial psicópata también tuvieron dificultades para identificar y distinguir olores. Agencias La psicopatía es un concepto que busca nombrar diversos comportamientos que se asocian a un tipo de personalidad potencialmente dañino tanto para el individuo como para quienes lo rodean. Así, según la psicología contemporánea, la manipulación, la insensibilidad hacia las emociones de los otros, la búsqueda patológica de sensaciones y experiencias y el comportamiento antisocial, son indicadores de un posible psicópata. Recientemente, los investigadores Mehmet Mahmut y Richard Stevenson, de la Universidad de Macquarie, en Australia, encontraron que personas con tendencias psicópatas también tienen el sentido del olfato disminuido, lo cual estaría relacionado a su vez con el procesamiento ineficiente en la zona frontal del cerebro. Estudios previos habían establecido ya un vínculo entre las funciones asociadas con esta zona y la pla- AGENCIAS AGENCIAS ENVEJECER LENTAMENTE El paso de los años hace mella también en nuestro genoma, y lo hace modificando las señales químicas que lo regulan, conocidas como marcas epigenéticas, que van cambiando progresivamente desde el nacimiento hasta la vejez. Esas modificaciones nos hacen más susceptibles a padecer ciertas enfermedades. Algo que ya se intuía pero que por primera vez acaba de demostrar una investigación internacional liderada por Manel Esteller, director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL).