Pontifica Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires Facultad de Teología Concordia 4422 - C1419AOH, Devoto. Ciudad de Buenos Aires, Argentina Tel/Fax: 011-4501-6428/6748. email: [email protected] La Palabra de Dios Don del Padre para el encuentro con Jesucristo vivo Curso Abierto de Reflexión Teológica, Espiritual y Pastoral Abril – Junio de 2009 Encuentro 4 __________________________ LA PERSONALIZACIÓN DE LA PALABRA QUE SE COMUNICA Víctor Manuel Fernández 1) “El Espíritu es quien explica a los fieles el sentido profundo del Evangelio. El es quien hoy, igual que en los comienzos de la Iglesia, actúa en cada evangelizador que se deja poseer y conducir por él, y pone en los labios las palabras que por sí solo no podría hallar… Las técnicas de evangelización son buenas, pero ni las más perfeccionadas podrían reemplazar la acción discreta del Espíritu. La preparación más refinada del evangelizador no consigue absolutamente nada sin él. Sin él, la dialéctica más convincente es impotente sobre el espíritu de los hombres. Sin él, los esquemas más elaborados sobre bases sociológicas y sicológicas se revelan pronto desprovistos de todo valor… Él es el agente principal de la evangelización. El impulsa a cada uno a anunciar el Evangelio y en lo hondo de las conciencias hace aceptar y comprender la Palabra de salvación” (EN 75). 2) Preguntas para la personalización del texto: “¿Qué me dice a mí personalmente este texto?” “¿Qué quiere cambiar de mi vida?” Podemos ser más sinceros y valientes todavía, y preguntarnos: “¿Qué me molesta en este texto?” Más sincero todavía: “¿Por qué me molesta? ¿Qué hay en mí que esto me molesta?” Más todavía: “¿Qué trato de pasar de largo? ¿De qué trato de escapar?” Más profundo todavía: “¿Por qué trato de escapar de eso?” 3) Ante algunas distracciones podemos preguntarnos: “¿Qué rostros, escenas o recuerdos se hacen presentes en mí y por qué?” “¿Qué sensación producen en mí esos recuerdos y por qué?” 4) Cuando alguien lee un texto y siente que no le dice nada, que no encuentra nada de interés allí, que no le parece importante y no le atrae, lo mejor es preguntarse: “¿Por qué esto no me interesa?” “¿Por qué no me dice nada?” “¿No será que tengo el corazón cerrado a este asunto?” “¿No será que hay una parte de mi vida que tengo un poco atrofiada?” 5) Dios también puede actuar con su gracia tratando de atraernos hacia algo positivo, algo agradable que nos estimula. Por ejemplo, podemos preguntarnos: “¿Qué me agrada, qué me estimula de esta Palabra?” “¿Qué me atrae en este texto?” “¿Por qué me atrae?” Así podemos llegar a mayores profundidades preguntándonos: “¿Qué me muestra este texto del Señor, de su corazón, de su amistad?” “A la luz de este texto, ¿qué puedo agradecer, qué puedo contemplar, qué puedo adorar del Señor?” 6) Reconozcamos que siempre aparece una pregunta clave: “¿Por qué?”. Esa pregunta no debería faltar, porque nos ayuda a llegar hasta el fondo de lo que el Señor quiere tocar con LA PERSONALIZACIÓN DE LA PALABRA QUE SE COMUNICA 2 su Palabra, nos lleva hasta la raíz de lo que nos pasa. Es una pregunta que nos ayuda a ser profundamente sinceros, sin esconder cosas a los ojos del Señor. 7) Pero es indispensable que estas preguntas no sean sólo una conversación con uno mismo, una reflexión o un mero ejercicio práctico. Lo más importante es escuchar al Señor que habla en su Palabra. Se trata de escucharlo a él. Por eso, lo mejor es que esas preguntas se conviertan en una oración, en un diálogo directo con el Señor. Por ejemplo: “¿Señor, qué me estás queriendo decir a través de este texto?” “¿Señor, qué estás queriendo tocar, sanar, liberar en mi vida?” “Dios mío, ¿qué nuevo paso esperas que yo dé en mi vida espiritual, en mis comportamientos, en mi estilo de vida?” “Señor amado, ¿qué consuelo, qué alegría, qué regalo interior me quieres dar con esta Palabra?” 8) Los demás presentes en mi lectura espiritual: “En todas mis oraciones siempre pido con alegría por todos ustedes... porque los llevo dentro de mi corazón” (Flp 1, 4.7). “No dejamos de orar por ustedes” (Col 1, 9). “Ante todo, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes” (Rm 1, 8). “Doy gracias a Dios sin cesar por todos ustedes a causa de la gracia de Dios que les ha sido otorgada en Cristo Jesús” (1 Co 1, 4). “Doy gracias a mi Dios todas las veces que me acuerdo de ustedes” (Flp 1, 3). “Damos gracias a Dios siempre por todos ustedes, recordándolos en nuestras oraciones sin cesar” (1 Tes 1, 2). “Como es justo, en todo tiempo tenemos que dar gracias a Dios por ustedes hermanos” (2 Tes 1, 3). 9) Una lectura espiritual de los signos de los tiempos: mensaje del texto bíblico la vida de la gente contenido de la predicación o catequesis “Son innumerables los acontecimientos de la vida y las situaciones humanas que ofrecen la ocasión de anunciar, de modo discreto pero eficaz, lo que el Señor desea decir en una determinada circunstancia. Basta una verdadera sensibilidad espiritual para leer en los acontecimientos el mensaje de Dios… (EN 43). 10) Lectura comunitaria de la Palabra: “Qué le estás ofreciendo a esta comunidad Señor, qué esperas de ella, a dónde la quieres llevar con esta Palabra?” Resúmenes , textos y subsidios del Curso en: www.uca.edu.ar/teologia de allí ir a “Extensión” en el menú de la izquierda y luego a “Curso Extensión 2009”