Pieza del trimestre JULIO-SEPTIEMBRE 2016 Jean Laurent Gobierno provisional, 1868 Sala XXII (Despacho) Carolina Miguel Arroyo Conservadora del Museo del Romanticismo 0 Catálogo de publicaciones del Ministerio: www.mecd.gob.es Catálogo general de publicaciones oficiales: https://publicacionesoficiales.boe.es/ Edición 2016 MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE Edita: © SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA Subdirección General de Documentación y Publicaciones © De los textos e imágenes: sus autores NIPO: 030-16-003-6 ÍNDICE …. 1. Ficha técnica y descripción 2. Aires de cambio 3. Tras el objetivo: Jean Laurent 4. Un instante en la historia 5. Epílogo 6. Bibliografía 1 1. FICHA TÉCNICA Y DESCRIPCIÓN .... Jean Laurent y Minier Garchizy (Francia), 1816-Madrid, 1886 Gobierno provisional Papel /albúmina, 1868 Fotografía 55 × 91 mm, cartón 62 mm × 104 mm Inv. 34983 Fotografía 99 × 136 mm, cartón 108 × 137 mm Inv. 34984 Retrato de grupo de los nueve ministros que formarían el gobierno provisional de 1868, tras la revolución conocida como La Gloriosa que destronaría a Isabel II. En la imagen aparecen retratados los prohombres del nuevo régimen. En pie y de izquierda a derecha encontramos a Práxedes Mateo Sagasta, 2 Juan Prim y Prats, Francisco Serrano y Domínguez, Juan Bautista Topete y Carballo, Adelardo López de Ayala y Juan Álvarez de Lorenzana y Guerrero. Sentados y en el mismo orden continúan Laureano Figuerola y Ballester, Manuel Ruiz Zorrilla y Antonio Romero Ortiz. Las posturas y los gestos, la mesa con la escribanía, la decoración de la estancia y la silla vacía en el centro forman parte de una cuidada puesta en escena. Se conservan en el Museo del Romanticismo dos imágenes iguales, pero de diferente tamaño, una con el formato conocido como carte de visite o tarjeta de visita 1 y otro, algo mayor, de formato cabinet. En la imagen de mayor formato aparecen abajo los nombres de los protagonistas, así como el rótulo aludiendo al gobierno. Se trata de sendas imágenes positivas en papel albuminado a partir de negativos de vidrio al colodión. 1 La importancia de las tarjetas de visita ha sido tratada ya en otras Piezas del Mes del Museo del Romanticismo, por lo que nos remitimos a ellas para ampliar la información sobre esta cuestión. En concreto las aportaciones de RIVERA DÁVILA, S., Retratos fotográficos del Museo del Romanticismo, Museo el Romanticismo, Pieza del Mes, 2011. (fecha de consulta 20/06/2016) y CRUZ YABAR, A., Eusebio Juliá (1826-1895), fotógrafo en Madrid. Sus cartes de visite en el Museo del Romanticismo, Museo del Romanticismo, Pieza del Mes, 2013. (fecha de consulta 20/06/2016) 3 2. AIRES DE CAMBIO .... E l verano de 1868 Isabel II emprendió, como todos los años, sus vacaciones estivales sin saber que serían las últimas como reina de España. Cuando a finales de septiembre se disponía a volver a Madrid recibió noticias desaconsejando su regreso. Había estallado la revolución que la arrebataría el trono, condenándola al exilio. Este no era más que el anunciado desenlace fruto de las numerosas tensiones políticas y sociales que habían tenido lugar durante los últimos años del reinado de Isabel II. El detonante habría sido la negativa de la reina a formar un gobierno progresista. Así, los progresistas habrían revestido de protesta contra la corrupción lo que en realidad era una represalia contra la soberana 2. Lo cierto es que las críticas a la Casa Real habían aumentado en los últimos años. La imagen de Isabel II asociada a una vida desordenada y a una camarilla de religión exacerbada dominada por el padre Claret, su confesor, y sor Patrocinio, la “monja de las llagas”, no produjeron más que un descontento cada vez más generalizado. Caricatura de Isabel II Papel / albúmina, ca. 1868 Inv. 36822 Museo del Romanticismo 2 Esta es la postura sostenida por Raymond Carr y recogida en ALBEROLA FIORAVANTI, M.V., La revolución de 1868 y la prensa francesa, Madrid, Editora Nacional, 1973, p. 31. 4 Cuando en 1865 cayó el gobierno de Ramón María Narváez (Loja, 1800-Madrid, 1868), la reina creyó conveniente dar un giro más liberal a su política llamando a Leopoldo O´Donnell (Santa Cruz de Tenerife, 1809-Biarritz, 1867), cuyas medidas resultaron, sin embargo, insuficientes para los progresistas. En enero de 1866 Juan Prim (Reus, 1814-Madrid, 1870) promovió un fallido pronunciamiento, que le obligó a exiliarse en Portugal. En junio de ese mismo año se produjo otro levantamiento de los sargentos del ejército apoyados por el pueblo. La lucha, en todo Madrid, fue sofocada por Leopoldo O’Donnell y Francisco Serrano (Isla de León, 1810-Madrid, 1885). En ese clima se celebró en agosto de 1866 el conocido como pacto de Ostende entre los partidos progresista y demócrata con el fin de acabar con el actual régimen y nombrar a una asamblea constituyente, elegida por sufragio universal y directo. La muerte de Narváez en 1868 trajo consigo el encargo de formación de gobierno a González Bravo (Cádiz, 1811-Biarritz, 1871) y el destierro a Canarias de varios generales, entre ellos Serrano, Dulce, Caballero de Rodas, etc. La chispa de la revolución estaba ya encendida. El partido de la Unión Liberal se unió a los progresistas y demócratas en los preparativos revolucionarios, ya que con la muerte de O’Donnell, fallecido en 1867, había desaparecido el principal escollo para sumarse a esta causa. Joaquín Sigüenza Chavarrieta (atrib.) Desfile militar ante el Congreso de los Diputados con motivo del triunfo de la Gloriosa Óleo / lienzo, 1868-1872 Inv. 666 Sala V (Antesalón) Museo del Romanticismo 5 Manuel Ruiz Zorrilla (El Burgo de Osma, 1833-Burgos, 1895) y Práxedes Mateo Sagasta (Torrecilla de Cameros, 1825-Madrid, 1903), desde París, se reunieron en Londres con Prim, embarcando hacia Gibraltar. Se fletó otro barco que recogió en Canarias a los generales desterrados. Prim y Juan Bautista Topete (México, 1821-Madrid, 1885), a bordo de la fragata “Zaragoza” firmaron una proclama y discutieron aspectos del nuevo gobierno. Estaba previsto que Serrano se pusiera al frente del levantamiento, pero su retraso hizo que no le esperasen, y el 18 de septiembre de 1868 estalló la revolución en Cádiz al son de veintiún cañonazos. Al día siguiente, reunidos ya con Serrano el célebre discurso revolucionario acabó al grito de “¡Viva España con honra!”. Poco a poco todas las ciudades se fueron uniendo al alzamiento 3 y el himno de Riego resonó con fuerza. Isabel II se vio obligada a cruzar la frontera a Francia, donde la refugiaría, no sin cierto recelo, Napoleón III. A finales de septiembre tuvo lugar la batalla de Alcolea en la que el ejército isabelino fue derrotado. La Gloriosa había triunfado. El 3 de octubre los vencedores hicieron su entrada triunfal, con Serrano a la cabeza. Nicolás María Rivero (Sevilla, 1815-Madrid, 1878), en nombre de la junta, le encargó a éste la formación de un gobierno provisional, cuyas carteras se repartirían de la siguiente manera: la Presidencia recaería en Serrano, duque de la Torre. Prim sería ministro de Guerra, Álvarez Lorenzana (Oviedo, 1818-Madrid, 1883) de Estado, Romero Ortiz (Santiago de Compostela, 1822-Madrid, 1884) de Gracia y Justicia, Topete de Marina, Figuerola (Calaf, 1816-Madrid, 1903) de Hacienda, Sagasta de Gobernación, Zorrilla de Fomento y López de Ayala (Guadalcanal, 1828-Madrid, 1879) de Ultramar. Estos nuevos ministros serían inmortalizados en una imagen que atestiguaría el nuevo régimen. 3 Además de los complejos acontecimientos políticos, que aquí solo esbozamos, no se puede comprender el triunfo de la revolución sin hacer mención a la profunda crisis económica y alimenticia que azotaba el país, ya que estos hechos contribuyeron al apoyo popular del levantamiento. 6 3. TRAS EL OBJETIVO: JEAN LAURENT .... E n diciembre de 1868 se anuncia en prensa “FOTOGRAFÍA DEL GOBIERNO PROVISIONAL. Se acaba de publicar en casa de Laurent, carrera de San Gerónimo, 39, el grupo en fotografía de los nueve actuales ministros; su precio, tamaño grande a 24 reales, mediano a 12, en tarjeta americana a 6 y ordinaria a 4” 4. Además, los medios se refieren a la imagen como una “obra bien acabada y perfecta que merece llamemos la atención sobre ella” 5. La obra debió seguir a la venta durante una larga temporada, porque seis meses después de ser realizada, la prensa sigue sacando el anuncio 6. Su autor, Jean Laurent y Minier (Garchizy, 23/07/1816-Madrid, 24/11/1886) había conseguido una instantánea histórica, ya que su imagen era la del cambio, la del triunfo de la revolución y los retratados, sus protagonistas. Pero ¿quién era este fotógrafo que había logrado inmortalizar un momento tan decisivo? Jean Laurent Vista general del patio del Palacio Real deValladolid (detalle) Vidrio / colodión, 1872 VN-00741 Instituto del Patrimonio Cultural de España 4 Este mismo anuncio aparece en diversos medios a lo largo de varios días. Sirvan de ejemplo los ejemplares La Correspondencia de España, 12/12/1868, p. 4, La Discusión, 12/12/1868, p. 4, que se repetirá los días 15, 17, 20 y 24 de diciembre o el Gil Blas, 17/12/1868, p. 4. 5 El Imparcial, 13/12/1868, p 3. 6 La Iberia, 20/06/1869, p. 4. 7 Jean Laurent se había trasladado de su Francia natal a España, donde pronto daría cuenta de su espíritu emprendedor. En 1851 abrió un negocio de cartonería especializado en papeles jaspeados por los que había sido premiado previamente en la Exposiciones Industriales de Madrid de 1845 y 1850. Rasgos de su temperamento se advierten en la solicitud que hace al entonces director general de Aduanas, Bravo Murillo, para que no se comercializasen cajas extranjeras que estuvieran adornadas con pasamanería realizada con menos de un cincuenta por ciento de seda. En tal solicitud figura como fabricante de cajas finas para dulces 7. Mantuvo su empresa hasta 1857. Desconocemos cómo dio el salto de un negocio a otro, si bien algunos autores apuntan a que debió conocer a otro de los grandes fotógrafos del siglo XIX, el galés Charles Clifford (1819(?)-1863), que tenía su estudio fotográfico en el mismo edificio que Laurent, en la carrera de San Jerónimo 8. Lo cierto es que en un brevísimo espacio de tiempo –las primeras noticias de la actividad de Laurent como fotógrafo datan de 1855– las grandes personalidades del momento habían posado para él y ya en 1861 publica un catálogo en el que recogía la importante galería de personajes que habían pasado por su estudio, comenzando con la reina y el resto de la familia real. Se anunciará desde ese momento como fotógrafo de “S. M. la Reina”. Para entonces era también profesor de fotografía, miembro de la Sociedad Francesa de Fotografía y había obtenido el privilegio de fotografiar los cuadros del Museo del Prado que dirigía entonces Federico de Madrazo. Además tenía estudio en París y comenzaría su extenso catálogo de vistas de España, para el que contó con ayuda de diferentes fotógrafos. J. Laurent y Cía. Abanico Hueso, papel / albúmina, ca. 1879 Inv. 8445 Museo del Romanticismo 7 Publicado en El Áncora, 24/11/1851 y recogido por PÉREZ GALLARDO, H., Fotografía y arquitectura en España, 1839-1886, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2013, p. 483. 8 FONTANELLA, L., Clifford en España. Un fotógrafo en la Corte de Isabel II, Madrid, Ediciones El Viso, 1999, p. 26. 8 Fue un espíritu inquieto y observador, lo que le llevó a registrar tres ideas, dos de ellas relativas a la iluminación de fotografías, y otra sobre la aplicación de imágenes fotográficas en abanicos 9. Sería también el creador del papel leptográfico junto con Martínez Sánchez, que supuso una mejora para la industria fotográfica 10. DON J. LAURENT, fotógrafo de S. M. la Reina, deseando poner al alcance de todas las clases y dar ocasión a los que tienen familia numerosa y al público en general, de ser retratados por él, económicamente y con la perfección admirable que se ha alcanzado por el nuevo sistema de leptografía, adoptado recientemente por los fotógrafos de París y Londres, ha resuelto reducir […] los precios de los retratos en tarjeta 11. Laurent conocía ya a muchos de los revolucionarios, quienes ya habían posado para él, tanto individualmente y así figuraban en sus catálogos, como en grupo. Buen grupo. El viernes último se retrataron en fotografía todos los individuos de la minoría progresista, en número de veinte […]. El retrato se ha hecho a ruegos de la tertulia progresista que desea conservar la memoria de sus amigos. La fotografía ha sido hecha por el señor Laurent 12. Con todo ese bagaje no es de extrañar que fuera el francés el encargado de inmortalizar a los nueve ministros del gobierno provisional en una imagen que quedaría en la retina de los españoles que habían visto cómo la hasta entonces reina dejaba obligada su país y con él, el trono. 9 Los privilegios de invención se conservan hoy en el Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas, con los números 1321, 1474 y 3026, respectivamente. 10 Patentado en 1866, este papel tenía más durabilidad sin necesidad de viraje, algo que facilitaba el trabajo puesto que era más rápido. Además,los tonos aparecían mejor definidos y con una gran variedad. 11 La Correspondencia de España, 22/08/1866, p. 4. 12 El Clamor Público, 19/03/1861, p.3. 9 4. UN INSTANTE EN LA HISTORIA .... L a fotografía del nuevo gobierno provisional se debió tomar entre el 8 de octubre y los primeros días de diciembre, ya que apareció a la venta poco después. Aunque en la intimidad no hubiera reparo en mostrar la oposición al rumbo tomado por reina y su camarilla, no fue hasta que Isabel II abandonó el trono cuando las voces en contra se hicieron más evidentes. Una de las casas de Madrid en que aparecieron las primeras banderas revolucionarias fue el palacio de la señora condesa de Montijo, madre de la emperatriz de los franceses. Allí vimos una bandera con esta inscripción: ¡Abajo los Borbones! ¡Viva la Soberanía Nacional! La señora duquesa de Medinaceli envió ayer tres mil reales como obsequio y muestra de sus simpatías revolucionarias a losVoluntarios de la Libertad que se hallaban de guardia en el Congreso. Ya sabíamos que la verdadera aristocracia española es la más digna y liberal de Europa 13. El propio fotógrafo Laurent evita en estas imágenes que conserva el Museo del Romanticismo poner la antigua referencia como fotógrafo de su majestad. Pero muestra de lo repentino de los sucesos es que no le debió dar tiempo a preparar unos nuevos cartones, y lo que hizo fue eliminar lo relativo a la monarquía. Los papeles albuminados eran por entonces tan finos que para poder manejarse mejor y evitar su deterioro, se adherían a cartones más rígidos. Este sistema permitía a los autores, además, estampar su nombre en el anverso, en el reverso o en ambos. De las escuetas firmas de los primeros cartones, poco a poco se fue evolucionando y los fotógrafos fueron incorporando escudos, coronas y toda una amplia panoplia de iconografía, además de los datos sobre su estudio. Laurent no fue indiferente a esta posibilidad y como hemos advertido, desde 1861 había añadido a sus cartones la condición de fotógrafo de la reina. Jean Laurent Retrato de caballero (detalle del anverso) Papel / albúmina, 1860 Inv. 30062 Museo del Romanticismo 13 La Iberia, 6/10/1868, p. 3. 10 Como comentábamos, en las imágenes del gobierno provisional conservadas en el Museo del Romanticismo se ha eliminado esta alusión. Así, en la de menor tamaño aparece borrada, tanto en el anverso como en el reverso, la referencia a su majestad, dejando únicamente los datos de su profesión. Más drástico es en la fotografía que tiene mayor tamaño, de formato cabinet, ya que ha recortado la parte del cartón en la que estaba el escudo real. Aún puede verse parte de corona, a la derecha de la imagen 14. 14 Existen otros ejemplares en diferentes colecciones como en la Biblioteca Nacional (Inv. 17/148/17), que no presentan sin embargo este recorte http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2007/BDHvisitavirtual/sec5/s5a147.html (fecha de consulta 20/06/2016). 11 Por otro lado, en la incipiente industria fotográfica fue muy frecuente el tema de la reproducción y la copia. Los nuevos métodos fotográficos no solo permitían obtener múltiples copias a partir de una imagen, sino que además permitían también un lucrativo comercio de imágenes copiadas. Así, muchos fueron los fotógrafos que elaboraban catálogos con sus retratos y vistas, como el propio Laurent que publicó varios a lo largo de su vida. Pero la demanda para abastecer a la población de pequeñas tarjetas con los rostros de las más insignes personalidades era tan grande, que el comercio de copias reportaba pingües beneficios a todo tipo de establecimientos que distribuían los cartones. Es muy probable que por ese motivo Laurent pusiera en rojo sobre ambas imágenes la leyenda “ES PROPIEDAD”, impidiendo así, o al menos dificultando, que terceros se beneficiasen de su trabajo. Parece ser que la imagen fue tomada en el Salón de Ministros del Congreso de los Diputados 15. Es destacable que a pesar de su importante vertiente militar, los protagonistas han preferido mostrarse como hombres de Estado, ataviados con levitas, con indumentaria civil. La instantánea ofrece además un variado repertorio de poses y gestos. En el centro, tras la mesa y la escribanía de plata, mirando a Sagasta, aparece el general Serrano, entonces ministro de la Presidencia. El que otrora fuera “el general bonito” 16 había 15 http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/PapHist/SexRevol (fecha de consulta 20/06/2016). 16 Se le conoció bajo ese apodo por su relación con Isabel II. 12 encabezado ahora la lucha contra Isabel II. A su derecha y en primer término, delante de la mesa y con una mano apoyada en una silla vacía –quizá alusión al trono también vacío– aparece Juan Prim, mirando seriamente al objetivo. Prim, ministro de Guerra, había sido uno de los grandes instigadores contra la reina. Resulta llamativo que ocupe, no el centro de la composición, que le corresponde a Serrano, sino lo que podemos llamar el punto focal, hacia donde el espectador dirige la mirada. Lo cierto es que la figura de Prim siempre fue entonces admirada y controvertida 17, como lo fue también su “segundo plano” en este gobierno provisional –y en esta imagen–. De hecho, en menos de una año, el que pronunciara el famoso “los Borbones jamás, jamás, jamás” reuniría en su persona las carteras de Guerra y Presidencia, que mantendría hasta su muerte. En la fotografía la escena está cuidada al milímetro. Serrano y Prim marcan el eje compositivo, ya que sirven para colocar a liberales y progresistas a uno y otro lado. Además, llama la atención la variedad de gestos y actitudes, por lo que podemos intuir que todo forma parte de una estudiada composición. El resto de elementos, la amplia mesa en torno a la cual se reúnen los ministros, la escribanía, y la pluma, en alusión a su trabajo, el reloj, el cortinaje ayudan a crear la atmósfera deseada. 17 Para más información sobre la figura de Juan Prim puede consultarse MIGUEL ARROYO, C., El general Prim a caballo, de Antonio María Esquivel, Museo del Romanticismo, Pieza del trimestre, 2014. (fecha de consulta 20/06/2016). 13 5. EPÍLOGO .... C on Isabel II se iría también el Romanticismo, un movimiento cultural y artístico que coincidiría cronológicamente con su reinado y que de la misma forma que había llegado tarde a nuestro país, finalizaría también después que en el resto de Europa. A nivel político, los meses que siguieron a la revolución fueron muy efervescentes. La apertura de las Cortes Constituyentes tuvo lugar el 11 de febrero de 1869. Entre los retos a los que debían enfrentarse estaba la promulgación de una nueva Constitución, pero la cuestión monárquica seguía sobre la mesa y aún resonaban los jamases de Prim: Es posible que dijera para sus tres entorchados: «Si yo no me valgo más que de un jamás para negar que abrigo la esperanza de ser Regente de España durante la menor edad del príncipe Alfonso, van a creer que lo digo con la boca chiquita y que quiero jugar a la revolución otra de las mías. Así pues conviene remachar el clavo, y endilgar un terceto de jamases más estrepitoso que el del Hernani, que acaba desastrosamente, o el del Fausto en que le protagonista se hunde por escotillón y desciende a los profundos infiernos». ¡En qué voz tan sonora y entonación tan revolucionaria pronunció su ya célebre muletilla de «jamás, jamás, jamás», imitación del «abajo, abajo, abajo» que gritó cuando estaba arriba, arriba, arriba, en el balcón del ministerio de la Gobernación la tarde de su entrada en Madrid de vuelta de su ostracismo! Pero ni por esas, Juan-enreda, como dice el refrán; y en jamás de los jamases nos haremos la ilusión de que el hombre que, según una expresión gráfica, ha hecho de la ingratitud una carrera, atropellando por todo para llegar al balcón de Pilatos de la revolución, ha de ser más consecuente con nosotros los Setembristas, gente voluntaria, pero sin un cuarto, que con los elevados personajes que le dieron a porfía títulos, sueldos y honores. 18 Anónimo ¿Y ahora que hacemos nosotros? Papel / xilografía, 1870-1871 Inv. 5715 Museo del Romanticismo 18 Don Quijote. Periódico político satírico, 5/03/1869, p. 2. 14 La Constitución de 1869 fue fecunda en lo que a declaración de derechos se refiere, y a pesar de su corta vida –en 1876 se promulgaría una nueva Carta Magna– muchos de los principios en ella recogidos servirían de inspiración para las siguientes. En cuanto a la cuestión monárquica, el veto a los borbones obligó a buscar un rey fuera de dicha dinastía. El elegido para tal fin sería Amadeo de Saboya, duque de Aosta. Desembarcó en Cartagena el 30 de diciembre de 1871, el mismo día que moría su principal valedor, Juan Prim, que había sido víctima de un atentado tres días antes en la entonces calle del Turco. Amadeo I abdicaría dos años más tarde a consecuencia de la constante inestabilidad política. Se abriría entonces un breve periodo en el que tuvo lugar la I República, que finalizaría en 1874 con la entronización de Alfonso XII y el final del Sexenio Democrático. Antonio Gisbert Amadeo I de Saboya Óleo / lienzo, 1872 Inv. 1491 Museo del Romanticismo Por su parte la reina Isabel II se separaría del trono, del país que la vio nacer y de su marido. La reina de los tristes destinos, como a ella se refirió Galdós, intentaría desde Francia, sin éxito, recuperar el trono. A tal fin abdicó en 1870 en su hijo Alfonso. A pesar de que cuatro años más tarde se restauraría la dinastía borbónica, a Isabel solo se le permitieron visitas esporádicas al país, no pudo fijar en España su residencia y vivió hasta el final de sus días, en 1904, en el palacio de Castilla en París. Volvería definitivamente para ser enterrada en El Escorial, junto a su marido. Tan solo unas breves referencias a este acontecimiento aparecieron en la prensa. Por último, Jean Laurent o Juan, como se hacía llamar, siguió trabajando en su cada vez más fecunda empresa, que fue creciendo llegando a convertirse en 1874 en J. Laurent y Cía., asociado con Catalina Dosch y Manuel Sánchez Rubio. En 1879 publicaría su último catálogo al frente de la firma, que vendería dos años más tarde a Catalina. Moriría en 1886. La empresa y su importante archivo siguieron creciendo gracias a la aportación de José Lacoste y Ruiz Vernacci. En 1975 el Estado adquirió el archivo Laurent y desde 1981 se conserva en el Instituto de Patrimonio Cultural de España. Su obra tuvo enorme difusión, por lo que está presente en numerosas colecciones españolas y es, en la actualidad, un testigo de excepción de los acontecimientos del siglo XIX y de sus protagonistas. 15 6. BIBLIOGRAFÍA .... ALBA SALCEDO, L., La revolución española en el siglo XIX, Madrid, Imprenta de la Biblioteca Universal Económica, 1869. ALBEROLA FIORAVANTI, M. V., La revolución de 1868 y la prensa francesa, Madrid, Editora Nacional, 1973. ALTADILL, A., La monarquía sin monarca: grandezas y miserias de la revolución de setiembre, Barcelona, Eduardo González editor, 1869. BURDIEL BUENO, I., Isabel II. Una biografía (1830-1904), Madrid, Taurus, 2011. LIDA, C.E., y ZAVALA, I. M., La revolución de 1868. Historia, pensamiento, literatura, Nueva York, Las Américas Publishing Company, 1970. MAÑÉ Y FLAQUER, J., La revolución de 1868 juzgada por sus autores, Barcelona, Imprenta de Jaime Jepús, 1876. PÉREZ GALLARDO, H., Fotografía y arquitectura en España, 1839-1886, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2013. PÉREZ GALLARDO, H., “Jean Laurent (1816-1886), un fotógrafo y su empresa”, en PIÑAR SAMOS, J., y SÁNCHEZ GÓMEZ, C., Luz sobre el papel. La imagen de Granada y la Alhambra en las fotografías de J. Laurent, Granada, Patronato de la Alhambra y Generalife, 2013, pp. 47-70. PÉREZ GARZÓN, J. S., (ed.), Isabel II. Los espejos de la reina, Madrid, Marcial Pons, 2004. TEIXIDOR CADENAS, C., “Fotografías de Sevilla, años 1857-1880, por Juan Laurent”, en VV. AA., Catálogo de Exposición Sevilla artística y monumental 1857-1880. Fotografías de J. Laurent, Fundación Mapfre, 2008, pp. 20-45. PRENSA El Áncora El Clamor Público La Correspondencia de España 16 La Discusión Don Quijote. Periódico político satírico Gil Blas El Imparcial La Iberia Fotografías: Museo del Romanticismo e Instituto del Patrimonio Cultural de España Coordinación: M.ª Jesús Cabrera Bravo Diseño y maquetación: M.ª Jesús Cabrera Bravo y Álvaro Gómez González 17 LA PIEZA DEL MES EN LAS REDES DEL MUSEO .... En nuestro canal de Youtube podéis encontrar todos los meses un resumen de la pieza analizada, en la que su propio autor explica los detalles más interesantes: Canal de Youtube del Museo del Romanticismo: Piezas del mes Trimestralmente dedicamos un día a tuitear de modo monográfico las curiosidades más destacadas relacionadas con la pieza del mes en nuestra cuenta @MRomanticismo. Este trimestre, dedicaremos el martes 13 de septiembre de 2016 a relatar todo lo relacionado con el fotógrafo Jean Laurent y su imagen del Gobierno Provisional 18 LA PIEZA DEL TRIMESTRE. CICLO 2016 .... Primer trimestre: enero-marzo Alegra García García LEONARDO ALENZA, LA SALA DE LA JUSTICIA EN LA ALHAMBRA DE GRANADA, 1840 Segundo trimestre: abril-junio Carmen Cabrejas Almena FÁBRICA DE CHARLES ULLMANN, CAJA DE MÚSICA, ca. 1890 Tercer trimestre: julio-septiembre Carolina Miguel Arroyo JEAN LAURENT, GOBIERNO PROVISIONAL, 1868 Cuarto trimestre: octubre-diciembre Mercedes Rodríguez Collado FÁBRICA VERDIER, SOMBRILLA, ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XIX 19 20