EL COMERCIO COM TOBOS LOS PAISES NECESIDAD IMPERIOSA P A R A CHILE GIOTARIO BLEST de Chile RlIBENS DO'AMARAL de Brasil LORD BOYD-ORR de G. Bretaña OLIVER VICKERY de E. MIKHAIL NESTEROV ^ U.R.S. señalan el camino para económicas en la S. romper las barreras Conferencia Internacional de Moscú Unidos en Abril Económica de 1952 El comercio con todos los países, necesidad imperiosa para Chile Entregamos al conocimiento de todos los sectores de la vida económica nacional, una selección de las principales intervenciones en los debates de la Conferencia Económica Internacional que se reunió en Moscú durante él pasado mes de abril, con asistencia de más de 500 delegados de instituciones económicas y gremiales de 49 países. En ella participaron los señores Clotario Blest, Carlos George Nascimento y Orlando Millas, delegados de círculos industriales y gremiales de nuestro país. Las conclusiones sacadas en este torneo han despertado vivo interés en los círculos financieros, económicos e industriales, consideradas las difíciles condiciones en que se debate nuestro comercio exterior. En efecto, los precios de las mercaderías importadas han subido más de un 150% en el transcurso de los últimos cinco años, alza tres veces superior a la obtenida por nuestros principales productos de exportación. Esta situación constituye una de las causas más efectivas de la inflación y del encarecimiento de la vida, así como de la detención del desarrollo industrial e incluso la descapitalización de las empresas. Es interesante observar que estas dificultades se han ido agravando en la misma medida en que se ha agudizado él proceso de absorción de nuestro comercio externo por un solo mercado. En efecto, durante los últimos cinco años, la proporción correspondiente al comercio con Estados Unidos en él total del intercambio de Chile, ha aumentado en un 40%. Si agregamos a esto, las enormes diferencias de precio entre él mercado mundial y él norteamericano para nuestro cobre, es evidente que la ausencia de relaciones comerciales con todos los países, no ha podido ser más ruinosa para Chile. Hecho muy importante, que se ha establecido por medio de los contactos entre los delegados a la Conferencia, es la reventa que se hace de productos de América Latina a los países del Oriente europeo, por 3 potencias intermediarias que se ganan más de un 100% en estas operaciones. En estas circunstancias, pasa a ser evidente la necesidad de entablar relaciones comerciales directas con todos los países y adquieren un aspecto antipatriótico los ataques que algunas voces aisladas han lanzado contra la delegación chilena, que ha representado con brillo y honradez los intereses nacionales. * * * La selección que hemos efectuado de entre las intervenciones en la Conferencia, de acuerdo con'su interés para nuestro país, incluye dos discursos de representantes latinoamericanos: Blest, de Chile y do Amaral, de Brasil. Ambas inserciones se justifican por razones obvias relacionadas con la necesidad de dar a conocer los planteamientos de nuestra zona, por así decirlo. Hemos estimado también muy importantes los discursos del jefe de la delegación inglesa, Lord Boyd-Orr y del Sr. Vickery, de EE. UU., por sus modernos conceptos acerca del comercio internacional y por sus interesantes actitudes prácticas favorables a la cooperación económica internacional. Especial mención merece él estudio del presidente de la Cámara de Comercio soviética, Sr. Nesterov, porque junto a un profundo análisis de la situación del comercio mundial y de sus posibilidades de ampliación, se contiene en él un examen completo del monto y las clases de mercaderías comerciables con cada uno de los demás países. Finalmente se incluyen los textos de los documentos aprobados en la sesión plenaria de clausura de la Conferencia, que son del máximo interés ya que en ellos se recoge el resumen de las múltiples proposiciones de los delegados, así como también queda señalado el camino para continuar la grande y noble tarea emprendida por la Conferencia Económica Internacional de Moscú. De acuerdo con la última de las resoluciones del torneo, que recomienda la formación de comités de fomento de las relaciones internacionales, en todos los países participantes, comités cuyas características deben ser naturalmente diversas que las correspondientes a los organismos preparatorios de la Conferencia, anunciamos a la opinión pública de Chile, el término de la existencia de nuestro Comité y formulamos un llamado a todas las instituciones y personas relacionadas con la vida económica nacional, a formar parte y cooperar con las actividades del futuro organismo de fomento del comercio exterior que seguramente quedará fundado con ocasión de la cuenta pública que de su actuación, rinda la Delegación Chilena. EL SECRETARIADO DEL COMITE CHILENO PREPARATORIO DE LA CONFERENCIA ECONOMICA INTERNACIONAL. Santiago, junio de 1952. " . . . n u e s t r a aspiración es que el cobre salga elaborado de Chile..." Clotario Blest Presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales de Chile Señor Presidente: Compañeros Delegados: He estimado que esta Conferencia Económica Internacional tiene el mérito de ser la primera reunión de este carácter que agrega a su interés técnico un interés humano, preocupando en forma viva a toda la humanidad, a hombres y mujeres de todas las nacionalidades, razas, ideologías y clases sociales, que observan nuestras deliberaciones. Una demostración más de este aserto lo tenemos en el caso de mi país. A pesar de la gran distancia, Chile se apresuró a enviar una representativa delegación que integro, como personero del conjunto de los asalariados: obreros y empleados. Por las opiniones que h a n vertido los delegados que me antecedieron ayer y hoy en el uso de la palabra, puede estimarse que hay asentimiento unánime para las proposiciones que sobre la materia se consideraron en nuestro grupo de trabajo y que formuló, en la sesión plenaria de la Conferencia realizada el sábado, el Secretario General de la Federación Sindical Mundial, compañero Louis Saillant. Considero inoficioso entrar a hacer un análisis de la situación de Chile, donde sufrimos hoy una crisis económica que se manifiesta en un agudo proceso inflacionista, producto de situaciones internas y externas. No es la presente Conferencia la oportunidad para plantear las justas reivindicaciones de los empleados y obreros chilenos, que son víctimas de esta crisis. Pero, los obreros y los empleados de Chile estamos profundamente interesados en la obtención de los fines fundamentales de esta Conferencia, ya que ellos lo son también para la satisfacción de nuestros anhelos de confraternidad humana. Apoyo la proposición de que la Conferencia recomiende "la supresión de las prácticas de discriminación de orden político y de los obstáculos al desarrollo económico de los intercambios". Chile es una víctima de tales prácticas, como se expuso por la delegación chilena ayer en el grupo de trabajo sobre los países subdesarrollados, al considerar nuestros problemas nacionales del cobre y del salitre, que constituyen las grandes riquezas del país, hoy controladas y dirigidas desde el exterior. Por eso, a fin de romper el monopolio actual sobre su comercio, Chile está interesado en que los intercambios se abran camino en el munc' y deje de haber para ellos barreras y obstáculos. Apoyo la proposición de que la Conferencia recomiende "la elaborac de programas de desarrollo pacífico de la producción y de los intercambios, en forma de acrecentar el bienestar de la población". Queremos que nuestras materias primas se dediquen a la paz y no a la guerra. El cobre, que es extraído por las manos pacíficas de nuestro pueblo, es utilizado en otros países para f a bricar medios e instrumentos de destrucción y muerte. Resistimos y rechazamos ese empleo de nuestro cobre, y nuestra aspiración es que salga ya elaborado de nuestro país, para lo cual hay en Chile modernas plantas manufactureras. Así se conseguirá garantizar su empleo para la paz, facilitando a la vez su venta a todo el mundo sin excepción y, al mismo tiempo, se dará trabajo a los obreros y empleados chilenos y se tonificará nuestra economía. En cuanto al salitre, su venta a las naciones que h a n programado reformas agrarias y modernizan su agricultura les permitirá emplear ese acreditado fertilizante chileno con óptimos resultados en un objetivo del más elevado interés humano, como es el aumento de la producción de alimentos en todos los continentes, o sea, un objetivo específicamente de paz, incrementando a la vez las actividades económicas, la ocupación y el bienestar de la masa asalariada de Chile. Apoyo la proposición de que la Conferencia recomiende "la disminución de los gastos militares y la utilización de las sumas invertidas en ellos para el equipo de instituciones sociales, culturales y otras, destinadas a la elevación del nivel de vida". En general, en los países latinoamericanos, los presupuestos militares, sin haber razones valederas, absorben gran parte de las rentas nacionales. Apoyo la proposición de que la Conferencia recomiende "formular indicaciones al Consejo Económico-social de la Organización de las Naciones Unidas a fin de que éste actúe en el sentido de impulsar los intercambios económicos y la elevación de los niveles de vida". Por una parte, la trágica situación económica de tantos países del mundo, y de la cual hemos conocido en este grupo de trabajo antecedentes dramáticos como los casos de la India e Indonesia, y, por otra parte, las magníficas posibilidades que ha explorado y puesto en evidencia la presente Conferencia, el interés de los hombres de negocios por un amplio e ilimitado intercambio comercial y el respaldo decidido del movimiento sindical a esa política demuestran que ya es un deber de la ONU aprovechar al servicio de la humanidad los aportes valiosísimos de esta Conferencia. Apoyo, en nombre de la delegación chilena que presido, la propuesta del delegado italiano Amaduci, en el sentido de que la Conferencia se dirija a la ONU para que este organismo estudie las sugerencias y conclusiones de esta Conferencia, destinadas a ampliar las relaciones económicas y comerciales entre los países, que dan la posibilidad de elevar el nivel de vida de los pueblos. Doy término a esta breve exposición, en que más que todo me h a interesado concretar ideas que puedan encontrar una amplia acogida y ser de interés práctico, reafirmando la fe del pueblo chileno en los resultados del trabajo de esta Conferencia, que no se caracteriza por el vano verbalismo de otras, sino por un afán serio de realizaciones. 6 "El sistema de restricciones al comercio internacional repercute de inmediato sobre el pueblo brasileño/' Rubens do Amaral Periodista brasileño Agradezco al Comité de Iniciativa que haya hecho posible el contacto de los representantes de numerosos países. La delegación brasileña expresa también su profunda gratitud al Comité soviético por su magnífica acogida y hospitalidad, y al Comité checoslovaco por el cordial recibimiento que se le dispensó en Praga. ¿Qué esperamos los brasileños de esta grandiosa reunión? En primer lugar, que no permita que se olviden los resultados de este contacto entre hombres de negocios de tantos países, ni las posibilidades adquiridas por estos países durante el período de preparación de la Conferencia. En Brasil, la noticia de la convocatoria de esta Conferencia y las múltiples reuniones que se h a n celebrado a raíz de ella h a n dejado en claro cuán imperiosa era la necesidad de trabar relaciones comerciales con numerosos países y no solamente con nuestros antiguos proveedores y clientes, sino sobre todo con esta parte del mundo, de la cual hemos estado casi enteramente aislados. Esto es extremadamente urgente para Brasil, que posee una economía "de exportación e importación". Las perspectivas de desenvolvimiento de nuestra industria, de la agricultura, del transporte y de la explotación de nuestras riquezas naturales dependen de las facilidades y ventajas que podríamos obtener en el mercado internacional. El sistema de restricciones al comercio internacional repercute de inmediato sobre el pueblo brasileño. Por eso estamos convencidos de que el esfuerzo que aquí realizamos merecerá indudablemente la aprobación de nuestros compatriotas. Sin tratar de menospreciar las dificultades existentes, pero también sin exagerar los obstáculos, experimentamos un vivo anhelo de que el esfuerzo emprendido hacia la ampliación de la cooperación económica internacional no se interrumpa sino que, por el contrario, reciba fuerte impulso. Fundándonos sobre la experiencia de estos últimos meses, estamos convencidos de la posibilidad de la cooperación sin discriminaciones. Brasil, que posee las riquezas potenciales más importantes del mundo, tiene mucha necesidad de comerciar sin discriminaciones para poder desarrollarse, ya que el incremento anual de su población es de 1.300.000 habitantes. Para mejorar nuestro standard de vida necesitamos importar las máquinas y materias primas correspondientes. Puesto que nuestras importaciones deben ser cubiertas por las exportaciones, la limitación del mercado exterior nos significa un ritmo más lento en nuestro desarrollo económico. 7 En los estudios especiales realizados por la Comisión Económica de la N. U. para América Latina, y analizando la evolución de los mercados internacionales en lo que concierne a los países latinoamericanos, se demuestra que, en el curso de los últimos veinte años, los mercados internacionales no absorben la producción de materias primas de nuestros países, lo que ha determinado una reducción de los precios de las mercaderías que vendemos, mientras que el precio de las maquinarias y materias primas que nos son necesarias no ha cesado de crecer. Si en 1925-29, una tonelada de exportaciones brasileñas valía 100, en 1949 valía 289, mientras que la tonelada de importaciones, que en 1925-29 nos costaba 100, alcanzó en 1949 la cifra de 458. De esta manera, el poder comprador del Brasil en el extranjero ha descendido, en veinte años, de 100 a 63 debido a esta anómala situación. Presentándose así esta evolución desventajosa de nuestras'relaciones comerciales, no hemos logrado aumentar el volumen de las exportaciones. En los puertos brasileños se acumulan enormes stocks de mercaderías. Al mismo tiempo, los rumores sobre la eventualidad de un conflicto internacional sirven para justificar que el suministro de maquinarias y materias primas sea rechazado. Brasil, por la situación que ocupa dentro de la economía mundial, necesita un saldo favorable en su comercio exterior, a fin de poder pagar los intereses y dividendos correspondientes a los capitales extranjeros invertidos en el país. Sin embargo, en 1951, saldamos nuestra balanza comercial con un déficit de 4 mil millones de cruzeiros, lo que representa más o menos el 12% de nuestras exportaciones. Este desequilibrio de la balanza comercial exterior nos obliga a reducir de inmediato las importaciones, lo que es prácticamente irrealizable, pues el 90% de nuestras importaciones está formado por mercaderías de necesidad vital: petróleo, maquinarias, trigo, etc. El otro punto débil de nuestra situación en el mercado mundial es el carácter fuertemente concentrado de nuestras exportaciones; cinco productos solamente constituyen el 80% de las entregas al exterior: café (60%), algodón (10%), cacao (5%), cueros y pieles (3%), mientras carecemos de mercados para otros artículos tales como tejidos de algodón, aceites vegetales, tabaco, arroz, maderas y frutas tropicales. Es fácil comprender el peligro que significa una concentración tan fuerte de las exportaciones: las alzas y bajas del precio del café determinan grandes oscilaciones en la vida de nuestro país y en las condiciones de vida del pueblo brasileño. La posibilidad de comerciar con todos los países del mundo es una necesidad imperiosa para la economía de Brasil. Algunos defienden en Brasil la tesis según la cual los países con sistemas económicos y políticos diferentes no pueden coexistir en paz ni mantener relaciones comerciales; pero la realidad actual y la historia demuestran lo contrario. Estados Unidos, Francia e Inglaterra —para no citar más que estos tres países— sostienen relaciones diplomáticas y económicas con la Unión Soviética y con los demás países del campo socialista. Aún más, venden a la U. R. S. S. nuestro propio café. ¿Por qué no comerciamos directamente con la Unión Soviética y los países de democracia popular? El argumento que se formula para aislar a Brasil de estos países, además, de causar un perjuicio enorme a nuestros intereses, es absolutamente ininteligible, sobre todo si se considera que hace algunos años manteníamos relaciones diplomáticas con layU. R. S. S., a pesar de las diferencias de regímenes sociales. Si los países más desarrollados, aquellos que poseen un potencial induss trial considerable, están siempre buscando nuevos mercados ¿por qué debemos nosotros permanecer aislados? Experimentamos verdadera necesidad de establecer relaciones comerciales con esta parte del mundo, en la que viven 800 millones de seres humanos. Estamos convencidos de que la coexistencia pacífica de sistemas y regímenes diferentes es, no solamente posible, sino exigida por todos los pueblos del mundo. Como conclusión, a nombre de la delegación brasileña, deseo proponer a la presente Conferencia lo siguiente: Crear, en diversos países, oficinas de informaciones comerciales, con el objeto de intercambiar datos relacionados con las posibilidades de exportaciones e importaciones, solicitando la colaboración de las personas que regresan de esta Conferencia y de aquellas que han prestado su apoyo a esta iniciativa o lo hagan en el futuro; Que cada delegación adopte las medidas necesarias para dar a conocer a su gobierno, parlamento, hombres de negocios y a las respectivas instituciones especializadas en las cuestiones del comercio exterior, las posibilidades de incrementar los intercambios en el mercado internacional, de acuerdo con los informes obtenidos en esta Conferencia; Fundar una organización internacional destinada a coordinar las informaciones provenientes de todos los países, la que funcionaría como una institución de fomento de las relaciones comerciales; Que esta organización tome nota, desde ahora, de todos los productos exportables de cada país, como punto de partida para llegar a establecer proposiciones concretas que otorguen consideración preferente al desarrollo industrial de los países exportadores de materias primas industriales. Estamos convencidos de que, al adentrarnos en la vía de la cooperación económica internacional, podemos contribuir poderosamente a la consolidación de la paz mundial, al progreso y bienestar de nuestros pueblos. En mi país, hay un dicho que expresa: "Los buenos negocios hacen buenos amigos". Seamos pues buenos amigos, entablando buenas relaciones de negocios. (Aplausos). 9 "La cortina de hierro se podría rasgar mediante vagones de mercaderías procedentes del Este y del Oeste." Lord Boyd-Orr GRAN BRETAÑA Ex Director General de la ONU para los •problemas de alimentación Señor Presidente, señores: En primer lugar he de decir que la delegación británica no tiene instrucciones de su gobierno. Se compone de particulares y representantes de empresas privadas, que expresarán sus propios puntos de vista sin c o m p r o m e t e r en nada al gobierno británico. Expreso, sin embargo, la esperanza de que, a continuación de esta conferencia, el gobierno de Gran Bretaña compartirá la opinión que será expresada aquí por muchos de nosotros. Así, la Delegación Inglesa me encarga decir que, igual que las otras delegaciones, expresa su reconocimiento al Comité de Iniciativa para la organización de esta reunión. Agradece igualmente al Comité Preparatorio soviético por su hospitalidad, por todo lo que h a hecho con el fin de facilitar esta Conferencia y su solicitud hacia los delegados. En Inglaterra y en todos los países, h a cambiado el punto de vista sobre el comercio. En el siglo XIX, se consideraba en Inglaterra al comercio como un fin en sí; se aspiraba a aumentar el volumen de las importaciones y exportaciones. Hacia mediados del siglo XIX, durante la escasez de los años 1840, los trabajadores vivían peor que antes, a pesar de que la riqueza del país había aumentado gracias al comercio internacional. La nueva concepción del comercio, que profesan muchos de nosotros, proclama que el comercio no es un fin en sí mismo. El comercio internacional es un medio de aumentar la producción y la repartición de los bienes que el hombre necesita para vivir normalmente. Permitidme ilustrar la influencia que esa nueva concepción del comercio ha ejercido sobre Gran Bretaña. Antes de la primera guerra mundial, Gran Bret a ñ a era un país rico, quizás el país más rico del mundo. Sin embargo, a pesar de esas riquezas inmensas, la séptima parte de su población por lo menos estaba mal alimentada, mal vestida, y mal alojada, aunque su nivel de vida fuera superior al de los pueblos de Asia, Africa y la mayor parte de los otros países. Se sucedieron dos guerras mundiales. Inglaterra ha perdido sus riquezas; sus inversiones en el extranjero h a n sido liquidadas. Se ha convertido en un país pobre. Sin embargo, a pesar de la pobreza del país desde el punto de vista de las ideas antiguas sobre la riqueza comercial, hemos creado en nuestro país un Estado al servicio del bien público. En Inglaterra faltan productos alimenticios; muchos alimentos deben ser racionados. Pero ese racionamiento es tal, que la gente más pobre recibe tanto 10 como la más rica. Algunas especies de productos alimenticios no están racionadas, pero el poder adquisitivo de la población se ha elevado tanto que todos reciben lo necesario. Hoy día, las condiciones son tales, que toda mujer en mi país puede recibir los medios de subsistencia necesarios para el hijo que va a nacer o que está lactando. Esto es algo completamente nuevo para mi país; una revolución pacífica que se ha logrado. Las enfermedades debidas a la subalimentación, que afectaban a más de la mitad de los niños de nuestros centros industriales, h a n desaparecido. Hemos creado un nuevo servicio nacional de Sanidad que presta gratuitamente la mejor atención médica hasta a los enfermos más pobres. Toda persona que viene a Inglaterra es considerada como un huésped y si se enferma es cuidada como un ciudadano inglés. Señor presidente, es una revolución pacífica que ha sido lograda, pero lograda no sin luchas. Me preguntaréis ¿si el país es pobre? ¿de dónde viene el dinero? Las grandes fortunas de antes de la guerra se funden, como la nieve bajo los rayos del sol primaveral. Esta nueva concepción del comercio, considerado como medio de aumentar la producción y la repartición de los bienes, gana actualmente a todos los países. Tomad, por ejemplo, los Estados Unidos; nada impide a ese país seguir la misma ruta. Ya ha entrado en ese mismo camino. Hemos oído el discurso admirable del señor Vickery. Os pido que lo consideréis como la voz del pueblo de su país. Y ¿qué se ha hecho en la URSS? Debo decir que la delegación inglesa estaba entusiasmadísima. Algunos de nosotros ya habían venido aquí, otros vienen por primera vez. Pero todos nos hemos sorprendido al constatar con nuestros propios ojos la prodigiosa elevación del nivel de vida en Moscú. Tomemos ahora los países poco desarrollados. En el siglo XIX, el comercio no era más que "comercio". No se preocupaba de las necesidades de la población. Pero esos países se h a n decidido igualmente a aplicar la nueva concepción del comercio para vivir normalmente. Al contemplar el mundo contemporáneo, se ve que es una tarea inmensa la de asegurar a la población todo lo que necesita e impedir la muerte prematura de dos personas de cada tres. Uno se pregunta: ¿Es posible ésto? Sí, es posible. Permitidme que me refiera de nuevo a mi país. Durante la guerra, hemos aumentado en un 40% la producción de productos agrícolas y en un 50% la de artículos manufacturados. El volumen de la producción ha aumentado en USA y en la URSS. Lo mismo sucede en los otros países. Aprovechando la ciencia moderna, se puede aumentar en el curso de una generación la riqueza de una nación hasta suprimir enteramente el hambre y la miseria y proporcionar a la gente todo lo que necesita. Cada país necesita del comercio internacional. Permitidme que vuelva a referirme a Inglaterra. Debemos importar siempre el 60% de nuestros productos alimenticios y materias primas, y encontrar mercados. La ampliación del comercio internacional es una necesidad vital para mi país. Si no logramos" eso, nos será difícil elevar el nivel de vida en nuestro Estado. Esta ampliación ¿es necesaria para los otros países? Sí. ¿Para los Estados Unidos? Sí. América, con su enorme máquina de producción, debe obtener mercados exteriores para hacer ' u n cionar esa máquina. Los países poco desarrollados ¿tienen necesidad del comercio exterior? Quizás más que los otros. En este mundo insensato, todos los países consagran al rearme sumas considerables y grandes cantidades de materiales y de trabajo humano. ¿Qué pasaría, si cesara bruscamente el rearme? Es necesario tener algo más para que las empresas continúen funcionando. ¿Con qué podemos contar? 9 10 Sólo un aumento rápido de los mercados mundiales asegurará la ocupación plena, sin ningún rearme. Estoy particularmente interesado en esta reunión, pues, cuando era director general de la Organización de las N. U. para las cuestiones del abastecimiento y de la agricultura, sometí a la consideración de todos los gobiernos un plan de cooperación internacional tendiente a utilizar los recursos de la ciencia moderna para aumentar las inmensas riquezas potenciales del globo, comenzando por los productos alimenticios. La realización de este plan equivaldría a la ejecución de las promesas olvidadas, expuestas en la Carta del Atlántico que debía suprimir la miseria. Esto habría asegurado mercados a los productos manufacturados de los países altamente industrializados y estimulado una reanimación de los negocios, doblando o cuadruplicando el comercio mundial, y ese crecimiento sería permanente, pues tendría por base un mejoramiento de las condiciones de vida. Antes de someter ese plan a los gobiernos, cuya mayoría le fué favorable, lo examiné con muchos hombres de negocios y financieros en Londres y en los Estados Unidos, tratando de persuadirlos de que sería útil aceptarlo. Un hombre de negocios americano me dijo: "Es cierto; es necesario aceptarlo, pero los políticos no lo h a r á n jamás". Tenía razón. El plan no fué aceptado. Pero yo respondí: "¿Por qué, entonces, no se ponen de acuerdo los hombres de negocios para realizarlo?" Estoy interesado en esta Conferencia porque en ella se h a n reunido los hombres de negocios que, así lo espero, realizarán ese plan. Y ahora, por lo que se refiere a las comisiones de trabajo, espero que no perderemos mucho tiempo en una discusión académica sobre la utilidad del comercio internacional o sobre la necesidad de suprimir las restricciones económicas y políticas. Veamos lo que se pueda hacer hoy dentro del marco de esas restricciones, por lamentables que sean. Y si podemos, tratemos de aprovechar esta conferencia para aumentar, aunque sólo sea en parte, el comercio mundial. La utilidad de esta iniciativa será tan convincente que, así lo esperamos, esas restricciones serán atenuadas. Estoy particularmente interesado en el comercio entre Este y Oeste. Haciendo uso de la palabra en mi país, en la época en que se inventó la horrible expresión "cortina de hierro", dije que se podría rasgar esta cortina mediante vagones de mercaderías procedentes del Este y vagones de mercaderías procedentes del Oeste. Quizás no lo logremos hoy día; pero si queremos, podremos romperla abriendo en ella una brecha que se irá agrandando. Para terminar, quiero decir aquí que tengo conciencia de mi gran responsabilidad al asistir a esta reunión que provoca un vivo interés en todos los países. Hemos visto las muchedumbres que esperaban a los delegados que llegaban aquí y que se preguntaban si seríamos capaces de hacer algo. Yo sabía lo que pensaban: "¿Podrán hacer algo esos hombres?" Son buenas gentes y creedme, vosotros rusos: en todos los países hay gentes semejantes. Y en todos los países esa gente nos observa. Quisiera leerles un telegrama que recibí de mi país en la m a ñ a n a de ayer: "Os deseamos éxito,j así como a todos los delegados. Rogamos a Dios que vuestros esfuerzos conjugados traigan la prosperidad y la paz. Por las mujeres escocesas". Es la primera vez que se convoca una Conferencia semejante. Debemos alcanzar éxito. Os conjuro a ello. No hay que detenerse en las pequeñeces. Es necesario buscar resultados concretos que den lugar al aumento del intercambio internacional. Si lo logramos, el comercio se extenderá, fomentará la cooperación de las naciones y hará posible la utilización de la ciencia para el desarrollo de las riquezas mundiales y no para la destrucción del mundo. Espero que esta Conferencia será un gran acontecimiento histórico y que en el futuro los hombres la evocarán para declarar: fué el comienzo; allí nos internamos en la ruta de la creación de una cooperación mundial, de un mundo de amistad y de paz. "Un hombre de negocios que quiere matar a sus clientes, necesita una camisa de fuerza." Oliver Vickery Destacado negocios hombre de norteamericano El señor Vickery, antes de empezar su discurso, agradeció al Comité y al Sr. Chambeiron por su excelente trabajo. Quiero también expresar mi agradecimiento, declara el Sr. Vickery, por la gran acogida que se nos ha dispensado. Esta Conferencia es una verdadera asamblea internacional. Somos representantes de numerosas naciones compuestas de muchas razas que hablan lenguas diversas y profesan también diferentes religiones. Los países aquí representados viven en condiciones dictadas por distintos sistemas de gobierno, surgidos de condiciones materiales diversas e inspirados en doctrinas políticas diferentes. Hay, sin embargo, una cosa común a todos nosotros: la voluntad de dar un paso más hacia la solución de un antiquísimo problema, que es el de la producción, la adquisición y la distribución de la riqueza. A pesar de nuestros divergentes puntos de vista, en este terreno coincidimos. Personalmente, desearía que el comercio libre y sin trabas fuese restablecido, que fuesen abolidas todas las leyes que se inspiran en intereses particulares, que se suprimieran todas las restricciones aduaneras a la importación y a la exportación, y que la demanda del consumidor sea el único criterio en la producción y en la oferta. Muchos economistas consideran que los gobiernos no debieran arbitrariamente controlar ni prohibir el comercio de importación o de exportación. La aplicación de estas medidas engendran los carteles monopolistas, y colocan a un país bajo la dependencia de la política financiera de otros países. No debe haber grupos privilegiados. La raza, el color o la religión no deben servir de base a la discriminación en favor o en perjuicio de quien quiera que sea. Los medios que se recomiendan actualmente para mejorar las condiciones sociales y económicas en escala mundial son incapaces de alcanzar su objetivo sin el comercio libre. No somos nosotros los primeros, ni los últimos, en ocuparnos de problemas tan complejos como la producción y la distribución de las mercaderías que nos son indispensables. Grandes economistas han consagrado su vida a este problema, que aun no ha encontrado solución. En 1867, Carlos Marx formuló en "El Capital" su doctrina económica. La teoría de Marx vive ya mas de un siglo y los representantes de numerosos países, presentes aquí, en Moscú, consideran al comunismo como el camino que conduce a la justicia económica. Cuando las colonias americanas proclamaron su independencia de Inglaterra, el escocés Adam Smith expuso, en su obra "Investigaciones sobre la 13 naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones", la filosofía económica de la libre empresa. El libro de Smith es considerado como la piedra angular del sistema económico capitalista. Los representantes de numerosos países en esta Reunión Económica Internacional ven en la teoría de Smith el camino que conduce a la igualdad económica. Como realistas que esperan encontrar una respuesta parcial a los problemas económicos que se nos plantean, miremos frente a frente dos hechos esenciales: ni Carlos Marx, ni Adam Smith, ni ninguno de sus más eminentes adeptos se h a n propuesto jamás establecer un sistema económico y social rígido y dogmático. Lo que les interesaba era la acción de las leyes económicas que actúan en las condiciones de un sistema social en desarrollo. Los países adheridos a las ideas del comunismo h a n modificado la filosofía de Carlos Marx con las importantes adiciones hechas por Lenin, Stalin y Mao Tse Tung. En cuanto a mí, hombre de negocios americano, confieso francamente que Adam Smith no reconocería sus principios económicos si viese la manera como son aplicados actualmente en los EE. UU. Los principios del capitalismo se han modificado en función de las nuevas necesidades creadas en circunstancias que cambian constantemente, en- las condiciones del progreso económico. Sin embargo, nosotros, que representamos a casi 42 naciones, no nos hemos reunido aquí para disertar sobre teorías económicas abstractas. Debemos considerar bien de frente este hecho repugnante: cerca de la mitad de la población del globo, que cuenta 2.300 millones de seres humanos, se acuesta cada noche sin haber comido lo suficiente para aplacar el hambre. En la República Socialista Soviética de Ucrania y en Kansas, en EE. UU. de Norteamérica, hay excedentes de trigo, mientras las gentes se mueren de hambre en la India y en otras partes del mundo. Vivimos con el temor de la bomba atómica, aunque sabemos que la desintegración del átomo podría servir para mejorar las condiciones de vida del hombre, en lugar de ser un instrumento de muerte. El acero se utiliza en la producción de artefactos de guerra y no en la fabricación de arados. Se emprende una nueva carrera armamentista, que esta vez puede conducir a la destrucción total de la humanidad. Antes de continuar, desearía, determinar claramente mi propia posición. Reconozco el hecho evidente de que ningún sistema económico es impecable. Entre los Estados, lo «mismo que entre particulares, existen todas las gradaciones de la miseria a la riqueza. Pero considero que el sistema de la libre empresa, que anima y estimula la iniciativa privada, produce y distribuye los artículos de consumo en forma más equitativa que cualquier otro sistema económico. Tal es mi convicción sincera. Sin embargo, esto no significa que yo obligaría a callarse a todos los que no están de acuerdo conmigo. Mi posición es semejante a la de Voltaire, que escribía a propósito de Rousseau: "No estoy de acuerdo con lo que decís; pero defendería hasta la muerte vuestro derecho de decirlo". Francia fué lo suficientemente grande para contener, apreciar y comprender las ideas contradictorias de Voltaire y de Rousseau. Es indiscutible que el mundo actual es bastante grande y cuerdo para contener, ver con simpatía y comprender las concepciones económicas del capitalismo y del comunismo. Y considero que Estados que h a n elegido estos dos sistemas, radicalmente diferentes, pueden cooperar sobre el plan económico. Hace dos días, el primer ministro Stalin declaró al mundo entero que el capitalismo y el comunismo pueden coexistir. Pero contemplemos los hechos cara a cara. Es inútil engañarse o tratar de engañar a los otros. En la forma, vivimos en paz. Pero la paz no está en nuestras almas, puesto que el mundo entero vive actualmente bajo las condiciones de la economía de guerra. Nosotros, ustedes y yo, gastamos nuestros recursos económicos en producir artefactos de guerra, de esa guerra que esperamos evitar. Fabricamos tanques en vez de camiones, cazas a propulsión en vez de aviones de transporte; cañones en lugar de casas. Vivimos en un clima de terror. En 14 América se habla mucho de lo que se llama ls cortina de hierro que, según afirman, está destinada especialmente a separar Oriente de Occidente, tíi tal muralla existe réalmente, debemos comprender que, sea de tela o de hierro debe tener dos caras. Por sí misma, uña cortina no esconde nada, ni nada disimula, ni protege contra nada. La mayoría de los hombres de negocios norteamericanos, como también la aplastante mayoría de los norteamericanos de otras profesiones, consideran una tercera guerra mundial como algo completamente insensato. Saben que la guerra moderna no sólo destruye la producción y el comercio, sino también que, en el presente, la guerra tiene por fin la destrucción de poblaciones enteras, la desaparición de millones y millones de hombres, productores y consumidores, de todos aquellos para quienes existen la producción y el comercio. En todos tos países del mundo, cada consumidor es un cliente efectivo o potencial. Un hombre de negocios que quiere matar a sus clientes necesita una camisa de fuerza y debe ir a parar a un manicomio. La paz no vendrá realmente si no estamos dispuestos a intercambiar en forma amplia y con libertad nuestras ideas, nuestras culturas y los productos de nuestro trabajo. Cada uno de los países aquí representados tienen mucho que proponer al mundo, sea en el dominio de las ideas, de los productos manufacturados, o en el campo del arte profesional. Ninguna nación aquí representada puede bastarse a sí misma. Nos guste o no, nos necesitamos para existir. Vivimos en un mundo interdependiente, donde todo perjuicio causado a un país perjudica a todos. Los factores geográficos y otros hacen que ciertos países de nuestro planeta sean más favorecidos que otros. De todos los países del mundo, los EE. UU. y la Unión Soviética son los más afortunados desde el punto de vista de sus recursos en materias primas y en productos de exportación. Estas riquezas naturales imponen una gran responsabilidad a estos dos países afortunados. La Unión Soviética y los EE. UU. deben compartir sus riquezas con el resto del mundo. Mi mayor deseo es el de contribuir a ampliar nuestro comercio de exportación y de importación con todos los países del mundo. En lo que a mí me concierne, espero que continuaremos la política de exportación de nuestros excedentes de mercaderías en condiciones, si es posible, que produzcan algún beneficio,y espero que la URSS seguirá la misma política. La Conferencia debe esforzarse por establecer el libre intercambio de mercaderías y de servicios entre los pueblos de todos los países sin restricciones ni discriminaciones, lo que serviría de base al aumento de la producción, a la prosperidad, a la seguridad y a la paz universal. Las relaciones económicas pacíficas entre las naciones constituyen la condición indispensable para una vida pacífica, para el bienestar de cada nación, de toda la humanidad. Me parece una incongruencia que países capaces de cooperar efectivamente durante la guerra, se atrincheren, cuando llega la paz, real o nominal, en las fortalezas del aislamiento, reales o nominales, que son en extremo vulnerables. El aislacionismo, como sabemos, puede ser tanto geográfico como ideológico. Pero ni el uno ni el otro constituyen una defensa sólida. Hombre de negocios americano, quiero expresar honradamente mi sincera convicción: si no renunciamos a nuestro aislacionismo, si no creamos la comprensión mutua, la cooperación espiritual y económica, seremos arrastrados a una guerra que ninguno de nosotros desea. Estoy convencido de que el espíritu coordinado de la humanidad, de tan profundas raíces, es más fuerte que todas las bombas atómicas del mundo. La "reacción en cadena" espiritual, que se funda en la fraternidad de los hombres, es una respuesta segura a la amenaza de guerra. Nos da la esperanza en el mantenimiento de una paz duradera. Deseo que este Encuentro Económico sea un estimulante para continuar ia obra emprendida. 15 "Nuestra Conferencia es la más amplia de las reuniones económicas que se haya celebrado." Mikhail Nesterov Presidente Comercio de la Cámara de de la U. R. S. S. Señor Presidente, señoras, señoritas, señores: Permitidme, en mi calidad de presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Soviética, os salude en nombre de los delegados soviéticos a esta conferencia. w¡ Entre ellos se encuentran representantes de organizaciones económicas,' dirigentes de empresas comerciales e industriales, especialistas en economía, delegados de los sindicatos y cooperativas. Los representantes soviéticos que trabajamos en las diversas ramas de la economía de la URSS estamos relacionados estrechamente con toda la vida económica del país. La presente conferencia está dedicada a uno de los problemas más importantes de la vida de la mayoría de los países en la actualidad: investigar las posibilidades de mejorar las condiciones de vida de los hombres, mediante la cooperación pacífica de los distintos países y sistemas, y el desarrollo de las relaciones económicas entre todos los países. Esta cuestión, como bien lo sabéis, fué examinada en octubre de 1951, en Copenhague, durante una sesión del Comité de Iniciativas para la convocatoria de la Conferencia Económica Internacional, en la cual se verificó un intercambio de opiniones entre los representantes de los diversos sectores sociales y de Ja esfera de los negocios. La decisión del Comité de Iniciativas con respecto a la Conferencia Económica Internacional refleja una opinión concordante con el punto de vista de amplias capas sociales y del mundo de los negocios de numerosos países. Hoy, en esta sala, se encuentran reunidos hombres cuyos modos de pensar y opiniones políticas difieren. Han llegado de más de cuarenta países para consagrar sus esfuerzos al cumplimiento de una noble tarea. Nuestra conferencia es la más amplia de las reuniones económicas internacionales jamás celebrada. Agrupa a los representantes de firmas industriales y comerciales, de bancos, cooperativas, asociaciones de hombres de negocios, sindicatos, personalidades públicas y economistas. La preparación de estos participantes permite examinar en forma fructífera los importantes problemas de la cooperación económica internacional. Los resultados de nuestra reunión dependerán, en gran medida, del deseo y la buena voluntad de los que tomamos parte en esta discusión y a quienes se ofrece la posibilidad de un amplio y libre intercambio de puntos de vista sobre las vías y los métodos para incrementar las relaciones comerciales internacionales. 16 En mi calidad de Presidente de la Cámara de Comercio soviética, cuyo objetivo esencial es el de coadyuvar al desenvolvimiento del comercio exterior, me complazco en declarar hoy día a esta honorable asamblea que la iniciativa de convocar a una Reunión Económica Internacional ha sido favorablemente acogida por los representantes de las empresas comerciales e industriales soviéticas. Frente al deseo manifestado en los medios comerciales de ciertos países, de ampliar el comercio con la Unión Soviética, puede afirmarse que existen todas las posibilidades para ello. El hecho, conocido por todos los presentes, de que la iniciativa de esta convocatoria h a sido secundada tan activamente en muchos países, es prueba de que la ampliación de la cooperación económica y de las relaciones comerciales entre los países es una necesidad vital imperiosa y que el aflojamiento de dichas relaciones en estos últimos años, así como las dificultades artificiales creadas en este terreno, despiertan una viva inquietud. En efecto, si inmediatamente después de la segunda guerra mundial, el comercio internacional se restablecía exitosamente y se desarrollaba, las condiciones de este proceso se h a n agravado y más bruscamente desde hace tres o cuatro años y el comercio se desorganiza cada día más. El empeoramiento de las relaciones económicas internacionales trae consigo la reducción de la producción pacífica y ejerce una nefasta influencia sobre las condiciones de vida de numerosos países. El comercio se ha visto restringido para muchas mercaderías de gran importancia para el desarrollo de la economía de paz y para la satisfacción de las necesidades de la población, sobre todo desde que algunos países h a n empezado a pasar a la economía de guerra. Aquí se h a n reunido personas que nada ignoran de estos hechos. No hay que cerrar los ojos a este respecto. La perturbación de las relaciones económicas internacionales influye también desfavorablemente en la situación de los países económicamente débiles. Los necesarios aprovisionamiento de equipo faltan en estos países, retrasando el desenvolvimiento de su economía nacional. El severo control que el extranjero ejerce en la práctica, sobre las materias primas de los países económicamente débiles, entraba su intercambio, basado en recíprocas ventajas, con los demás países. La recuperación y ampliación de las relaciones comerciales y otras conexiones económicas, mejorarían la situación de numerosas países y contribuirían a elevar su nivel de vida. Nuestro país podría, por su parte, ayudar a ampliar las relaciones económicas normales, favoreciendo así el reforzamiento de la cooperación internacional. Las organizaciones comerciales soviéticas no se negarán a ampliar sus relaciones con los medios comerciales e industriales de los demás países, siempre que estas relaciones se basen en el principio de la reciprocidad y del escrupuloso cumplimiento de los compromisos contraídos por ambas partes. En lo que a la URSS sé refiere, todos saben que las organizaciones comerciales soviéticas cumplen siempre estrictamente los compromisos contraídos. Al decir que las organizaciones comerciales soviéticas se muestran dispuestas a fomentar el comercio internacional, debo subrayar que no se proponen desplazar a nadie de los mercados internacionales ni obtener determinados privilegios; parten ellas, por el contrario, del punto de vista de que, en condiciones normales, el comercio exterior es un negocio ventajoso para todos los países que lo practican, pues les permite utilizar de una manera más eficaz las posibilidades económicas derivadas de la división internacional del trabajo. De esta manera, el comercio internacional puede ser un factor más en el desarrollo económico de los países que en él intervienen. Y, como es sabido, las divergencias de sistemas económicos no podrían constituir un obstáculo para el desenvolvimiento de la cooperación entre los países. 17 El progreso de la economía nacional de la Unión Soviética se fundamenta en un mercado interno que aumenta sin cesar y en el continuo crecimiento de la demanda y del poder adquisitivo de la población. Dada la variedad y la riqueza de sus recursos naturales y con los progresos realizados bajo el poder de los Soviets en el dominio de la industria y de la agricultura, la Unión Soviética posee todo lo necesario para su desarrollo económico y para el incremento del comercio con los demás países. No es necesario demostrar que nuestro país apoya el aumento de las relaciones económicas internacionales. En la post-guerra ha expandido, en forma notable, su comercio exterior, a pesar de que, por razones independientes de nuestra voluntad, el intercambio con ciertos países occidentales haya disminuido y aun, en determinados casos, cesado completamente. El monto del comercio exterior de la Unión Soviética, de acuerdo con las cifras aduaneras, alcanza actualmente a más de 18 mil millones de rublos anuales. Y hay que decir que, efectuando la reducción a precios comparables, el comercio actual es casi tres veces el de anteguerra.. La reducción del intercambio, apreciada en estos últimos años, de algunos países con la Unión Soviética, no ha impedido la plena ejecución de los planes económicos de la URSS., ni ha entorpecido el continuo auge de su economía nacional. Por el contrario, en determinados casos, la situación señalada ha acelerado el desenvolvimiento de nuevas ramas de la industria soviética. La producción industrial de la Unión Soviética en 1951 es el doble de la de 1940. En determinadas ramas de la producción, el progreso ha sido más acusado. Así, en 1951, la producción total de la industria mecánica soviética ha sobrepasado el nivel de 1940 en 2,8 veces. Aun más; el auge de la economía soviética ha abierto nuevas posibilidades de ampliación de los negocios entre la Unión Soviética y los demás países. Para nadie es un misterio que el comercio de la Unión Soviética con Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, Rumania, Albania, la República Popular de Mongolia, la República Popular Democrática de Corea ha alcanzado grandes proporciones y continúa en incesante desarrollo. El comercio se desenvuelve sobre bases sólidas con la República Democrática alemana. En los últimos años se incrementa con éxito el comercio entre la URSS y la gran República Popular China. Las perspectivas de comercio soviético-chino son firmemente favorables. Los acuerdos económicos a largo plazo concertados por la URSS con dichos países consultan nuevos y notables aumentos en el intercambio. Es sabido que en los primeros años de post-guerra, las relaciones económicas o"e los países occidentales con la URSS se restablecieron y desarrollaron con éxito. Esta situación se tradujo en el hecho de que, durante el período comprendido entre 1946 y 1948, Suecia, Inglaterra, Bélgica, Finlandia, Holanda, Noruega, Dinamarca, Italia y Suiza suscribieron nuevos acuerdos comerciales con la Unión Soviética. En la actualidad, determinados sectores de hombres de negocios de varios países manifiestan tendencias a la intensificación del comercio con la Unión Soviética. Esto es acogido favorablemente por nuestras organizaciones comerciales, ya que dicha intensificación se efectuaría sobre la base de la igualdad y la reciprocidad, del respeto de los intereses mutuos y de la inadmisibilidad de imponer exigencias económicas o políticas, cualesquiera que ¿ean. Es decir que las organizaciones comerciales soviéticas pueden aceptar una ampliación del intercambio dentro de condiciones que excluyan toda discriminación. Nuestras organizaciones del comercio exterior están dispuestas a examinar proposiciones concretas tendientes al aumento del comercio. La Cámara de Comercio de la Unión Soviética se ha empeñado en establecer posibilidades de ampliación del intercambio de las organizaciones eco18 nómicas soviéticas con los países de Europa Occidental, América, Asia Sudoriental, Medio-Oriente, Africa y Australia. En el caso en que los círculos de hombres de negocios de los demás países estén verdaderamente dispuestos a aumentar el intercambio con las organizaciones soviéticas del comercio exterior, éstas últimas se encuentran dispuestas a incrementar apreciablemente el volumen de exportaciones e importaciones con dichos países. La Cámara de Comercio ha recogido los datos necesarios para demostrar en forma, concreta lo que se podría hacer en ese sentido. " Las organizaciones soviéticas del comercio exterior podrían adquirir en " los países de Europa Occidental, América, Asia Sudoriental, Medio " Oriente, Africa y Australia, mercaderías normalmente exportadas por " estos países, y venderles mercaderías de la producción soviética que les " interesan, en cantidades tales que los intercambios de la URSS con " dichos países alcancen, en el curso de los dos o tres próximos años. " a la cifra de 30 a 40 mil millones de rublos, o 10 a 15 mil millones de " rublos al año, contra la cifra máxima de alrededc.r de 5 mil millones " de rublos alcanzada después de la guerra, en 1948." Tal crecimiento del comercio de la U . R . S . S . con los países de Europa Occidental, América, Asia Sudoriental, Medio Oriente, Africa y Australia no constituye un límite, si se considera que en 1931, por ejemplo, los intercambios de la U . R . S . S . con dichos países, a los precios actuales, eran alrededor de 11 mil millones de rublos, y que, en la actualidad, la Unión Soviética posee posibilidades de exportación y de importación infinitamente mayores que antes. El mencionado programa de desarrollo del comercio significa que, en su conjunto, el valor anual del comercio exterior de la Unión Soviética puede, en los dos o tres próximos años, aumentar una vez y media, si no dos veces, con relación al actual, que es, como decíamos anteriormente, de 18 mil millones de rublos al año. Claro está que las organizaciones comerciales soviéticas considerarían también proposiciones para períodos más prolongados. El aumento de la ocupación de trabajadores sería uno de los resultados importantes de la ampliación del intercambio. Con esta ampliación del comercio entre la Unión Soviética y los demás países, la ocupación en los países que intensificarán su comercio con la U . R . S . S . aumentaría en alrededor de 1,5 a 2 millones de personas. Para aumentar la ocupación industrial en los países del Occidente europeo, tendrían gran importancia tanto las fuertes adquisiciones soviéticas como el aumento considerable de la masa de materias primas importadas por países, provenientes de la Unión Soviética. Además, las organizaciones soviéticas para el comercio exterior comprarían, en el período indicado, mercaderías de consumo habitual, sobre todo en las firmas europeas occidentales. A continuación vendrían también compras de materias primas, metales y otros materiales, incluso materias primas para la elaboración de mercaderías de consumo ordinario, en primer lugar, en los países de Asia Sudoriental, del Oriente Cercano y Medio. Estas compras podrían alcanzar a un total de 8 a 12 mil millones de rublos. A diferencia de los años precedentes, las organizaciones soviéticas para el comercio exterior podrían, en condiciones favorables, efectuar compras de importancia, especialmente de textiles, cueros, productos alimenticios y otros artículos de uso corriente. Todo esto en proporciones cada vez mayores. Las cifras proporcionadas por las organizaciones del comercio exterior establecen también que los pedidos de máquinas y equipo, de buques mercantes y pesquemos podrían llegar, en los próximos dos o tres años, a un valor total de 7 a 10 mil millones de rublos. Las industrias mecánica y metalúrgica, asi como muchas otras de Inglaterra, Bélgica, Francia, Italia, Alemania Occidental, USA, etc., conseguirían un mercado estable y posibilidades más amplias que las actuales para colocar su producción. 19 Al mismo tiempo, una vez reunidas las condiciones normales para el comercio entre los países, las organizaciones soviéticas para el comercio exterior, podrían intensificar la venta de cereales, productos forestales, celulosa y papel, minerales, metalíferos, carbón, petróleo, lino, toda clase de equipos industriales, de maquinaria agrícola, de medios de transporte, así como los productos de la industria liviana a los países que necesitan estas mercaderías. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior podrían, en particular, en los próximos dos o tres años, suministrar maquinaria y herramientas por una cifra superior a tres mil millones de rublos, a los países del Asia Sudoriental, del Cercano y Medio Oriente. Se ofrecen grandes posibilidades para aumentar el comercio soviéticobritánico. Antes de la guerra eran las firmas británicas las más fuertes compradoras de una serie importante de mercaderías soviéticas: cereales, productos forestales, petróleo, etc. Por su parte, los organismos importadores soviéticos eran los principales compradores de numerosas construcciones mecánicas británicas; también adquirían gran cantidad de diversas materias primas. En el caso de que los centros de negocios británicos se mostrasen dispuestos a desarrollar el comercio con la U . R . S . S . , los organismos de exportación y de importación soviéticos estarían dispuestos a estrechar notablemente las relaciones con las firmas británicas y a elevar la cifra de negocios- al volumen máximo del período de anteguerra que alcanzó en 1937 a cerca de 2.500 millones de rublos, a los actuales precios. Además, el aumento del intercambio podría hacerse no sólo con las mercaderías normales para el comercio anglo-soviético, sino también con adquisiciones de tejidos, especias, arenques, etc., efectuadas por los organismos de importación soviéticos. Los organismos comerciales soviéticos estarían dispuestos a multiplicar en 5 o 6 veces la adquisición de mercaderías francesas y la venta de productos soviéticos a Francia, llevando los intercambios a proporciones que sobrepasarían el máximo de los negocios de anteguerra. Las organizaciones comerciales soviéticas estarían dispuestas a suministrar a Francia: cereales, productos forestales, minerales de manganeso y cromo, antracita, alquitrán de hulla, asbesto, pieles y otras mercaderías a cambio de material electrotécnico, equipos de fuerza eléctrica y máquinas elevadores y de transporte, buques, plomo, laminados de metales ferrosos, productos químicos, aceites esenciales, tejidos, fibras artificiales, así como cacao en grano, especias, corcho en bruto, etc. También se presentan grandes posibilidades de extender el comercio soviético-italiano. En el caso de que los centros de negocios italianos estuviesen dispuestos a estrechar las relaciones comerciales con las organizaciones soviéticas para el comercio exterior, los intercambios comerciales entre ambos países podrían aumentar sensiblemente en comparación con los actuales y sobrepasar con mucho el nivel de anteguerra que era, en precios actuales, superior a 540 millones de rublos. En Italia, las organizaciones soviéticas para el comercio exterior podrían adquirir, en importantes cantidades, mercaderías normales de la exportación italiana: equipo de la industria eléctrica, tejidos, fibras artificiales, grúas rodamientos de bolas, cables eléctricos, aceites esenciales, agrios, almendras, productos químicos, etc. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior estarían dispuestas a colocar pedidos de buques, que permitirían más que duplicar las exportaciones italianas de barcos y acrecentar la producción de los astilleros de Cantierri del Mediterráneo, Ansaldo, Navalmecohanica, etc. Los pedidos de textiles formulados por las organizaciones soviéticas para el comercio exterior estarían en condiciones de incrementar apreciablemente la producción de las empresas italianas Snia Viscosa, Marzota, etc. 20 En pago de las adquisiciones de mercaderías italianas, las organizaciones soviéticas para el comercio exterior estarían dispuestas a proporcionar a Italia en importantes cantidades: cereales, productos forestales, carbón, petróleo crudo, parafina, minerales de hierro y manganeso, asbesto y otros materiales de importancia. Respecto de las posibilidades de ampliación del intercambio entre la U.R.S.S. y Holanda, hay que decir lo siguiente: Antes de la guerra, las firmas holandesas abastecían a las organizaciones soviéticas del comercio exterior en equipo para la industria eléctrica, barcos, caucho, productos químicos y farmacéuticos, sisal, arenques, etc. La exportación soviética cubría una parte considerable de las necesidades de importación de Holanda en centeno, cebada, trigo candeal, maderas, mineral de m a n ganeso, etc. Actualmente, si las firmas holandesas expresan deseos de estrechar relaciones con las organizaciones soviéticas de comercio exterior, el intercambio entre los dos países podría extenderse. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior podrían hacer, a título de suplemento, pedidos de barcos, aparatos elevadores, artículos de radio y comprar caucho, estaño, fibra corta artificial, arenques, etc. Por su parte, las organizaciones soviéticas podrían proporcionar a Holanda artículos tan esenciales para ese país como cereales, maderas y carbón. Hasta la segunda guerra mundial, las firmas belgas realizaban un comercio animado con la Unión Soviética. Basta considerar que las entregas satisfacían gran parte de las necesidades de ese país en trigo, mineral de m a n ganeso, maderas, etc. Si los centros de negocios de Bélgica desean comerciar sobre una base recíproca, las organizaciones soviéticas para el comercio exterior están dispuestas, no sólo a restablecer, sino a sobrepasar el volumen de los intercambios de anteguerra que alcanzaban a más de 300 millones de rublos en precios actuales. Las organizaciones soviéticas, para el comercio exterior, multiplicando los suministros necesarios a Bélgica, podrían importar de ese país, en grandes cantidades, equipo eléctrico y máquinas elevadoras, etc., buques, laminados de metales, ferrosos y no ferrosos, así como fibra artificial y los artículos de consumo corriente, de todo lo cual adquiríamos antes en ese país. Los intercambios de la Unión Soviética con Suecia, Noruega, Dinamarca, y Suiza pueden adquirir un gran desarrollo. Se presenta la posibilidad de aumentar los negocios con Finlandia, los que se han incrementado notablemente en los últimos años y los que, actualmente, se efectúan en virtud de un acuerdo comercial de larga duración. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior, al mismo tiempo que han desarrollado el intercambio comercial en gran escala con la República Democrática Alemana, tienen la posibilidad de entablar relaciones económicas con los círculos comerciales de Alemania Occidental y podrían colocar pedidos de mercaderías, que se exportaban normalmente de Alemania a la U . R . S . S . , abasteciéndose en los próximos dos o tres años, po.r una cifra no menor de 2 mil millones de rublos. Las firmas del occidente alemán podrían obtener pedidos de máquinas, herramientas, equipos electrotécnicos, metalúrgicos, mineros, material para aire comprimido y de bombeo, laminados de acero, etc. En la Unión Soviética, las firmas de Alemania Occidental podrían adquirir cereales, productos forestales, minerales de manganeso y de cromo, petróleo, etc. Aquí, hemos escuchado el discurso del Sr. Schachner, de Austria. Es forzoso convenir con él que los pequeños Estados, en las actuales condiciones, están colocados en situación difícil. Pero sería un error entregarse al fatalismo o apoyarse en teorías imbuidas de pesimismo malthusiano y ausencia de perspectivas. No nos habríamos juntado en esta Conferencia si pensáramos que no hay solución para las dificultades actuales. Para el desarrollo del comercio soviético-norteamericano se ofrecen grandes posibilidades. Es sabido que, antes de la guerra, numerosas firmas norteamericanas comerciaban en gran escala con las organizaciones soviéticas para el comercio exterior. En el caso de que los círculos de negocios norteamericanos estuviesen dispuestos a desarrollar el intercambio con la U . R . S . S . , las organizaciones importadoras soviéticas podrían hacer en Estados Unidos pedidos de diversas mercaderías por una suma de 4 a 5 mil millones de .rublos; estos suministros deberían efectuarse en el espacio de dos o tres años. Esto no excluye la posibilidad de ampliar más las relaciones económicas. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior pueden, a su vez, ofrecer a las firmas norteamericanas las mercaderías soviéticas que les interesen en cantidades importantes. El Sr. Vickery, en su intervención desde esta tribuna, se ha esforzado en abogar por la libertad de comercio entre los países. Al parecer, no está interesado en la política de discriminaciones. Su discurso ha llamado la atención de los asisitentes. No me queda sino alabar el esfuerzo del Sr. Vickery. Grandes posibilidades se abren para el desarrollo de los intercambios entre la Unión Soviética y los países latinoamericanos. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior podrían adquirir en México, Argentina, Brasil y en otros países de América Latina, mercaderías tales como: sisal, lana, cueros sin curtir, café, plátanos, piñas, extractos de tanino, metales no ferrosos y otras mercaderías, suministrando a esos países artículos elaborados, maquinaria, incluso maquinaria agrícola, madera, cemento, etc. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior podrían restablecer las relaciones comerciales con el Japón, en caso de que a las firmas japonesas les interesase, y comprarían en ese país por una suma importante: seda, tejidos, equipos, navios, agrios; vendiéndoles: carbón, maderas, celulosas, asbesto, productos químicos, instrumental médico, productos farmacéuticos, etc. Los representantes aquí presentes de firmas industriales y comerciales de los países occidentales, interesados en la importación y exportación de diferentes mercaderías pueden sacar provecho de su estada en Moscú, estableciendo contactos comerciales, entablando negociaciones y haciendo transacciones con las organizaciones soviéticas de importación y exportación. Las organizaciones comerciales soviéticas tienen también inmensas posibilidades de desarrollar, en condiciones de reciprocidad, los negocios con los países de Asia Sudoriental, del Cercano y Medio Oriente. Podrían ser compradoras, en estos países, de las mercaderías que éstos exportan: caucho, metales no ferrosos, yute, algodón, té, especias, corteza de quinina, copra, semillas oleaginosas, arroz, plátanos, tabaco, etc. A cambio de las mercaderías mencionadas, la Unión Soviética podría proporcionar artículos industriales y equipo, en particular para la industria metalúrgica, del combustible, productos químicos, así como para la industria liviana y alimenticia, lo que aseguraría a estos países, los medios de transformar sus materias primas locales. Las organizaciones industriales soviéticas estarían igualmente dispuestas a prestar ayuda técnica para realizar los proyectos y la instalación de empresas industriales, estaciones eléctricas, sistemas de irrigación, etc. La Unión Soviética estaría en situación de suministrar a estos países tractores y diferentes máquinas agrícolas, lo cual favorecería el desarrollo de la agricultura nacional. Las organizaciones soviéticas para el comercio exterior están dispuestas a entablar y desarrollar relaciones comerciales con los círculos de negocios interesados de India, Indonesia, Pakistán, Ceylán, Birmania, Tailandia, Malasia y otros países de Asia Sudoriental. La sola consideración de un Estado como la India habla en favor de las grandes perspectivas para ampliar el comercio con esta parte de Asia. Para el comercio con los países de Asia Sudoriental, el representante soviético proporcionaría los detalles correspondientes en este grupo de trabajo de la Conferencia. 22 Los representantes de los medios comerciales de India, Pakistán, Indonesia, Birmania, Tailandia y otros países visitan Moscú por primera vez; pueden aprovechar la ocasión que se les presenta para estrechar relaciones económicas con las organizaciones soviéticas de comercio exterior y discutir los problemas comerciales que les interesen. Tanto los representantes occidentales como los orientales actualmente en Moscú, se h a n hecho sin duda comunicar las direcciones de firmas soviéticas que les interesen. En todo caso, las circunstancias se prestan para que se inicien nuevas relaciones entre los interesados, y se concluyan nuevos acuerdos comerciales. Las condiciones de pago practicadas por las organizaciones comerciales soviéticas, si se consideran los hechos universalmente conocidos, lejos de ser peores que las de otros países, son mucho más flexibles. Como lo demuestra la experiencia, las organizaciones soviéticas para el comercio exterior pueden, en muchos casos y sin grandes dificultades, convenir condiciones con las firmas extranjeras sobre una base aceptable y ventajosa para ambas partes. Las organizaciones comerciales soviéticas expresan su deseo de hacer transacciones de trueque. También podrían vender mercaderías contra moneda nacional y utilizar el producto de la venta en el mismo país. Teniendo en cuenta las dificultades monetarias en numerosos países, el cambio y la venta de mercaderías contra moneda nacional podrían contribuir seriamente a la extensión del comercio. Nuestras organizaciones comerciales pueden efectuar los pagos de las transacciones por intermedio de los bancos nacionales, sin recurrir a la intromisión de bancos extranjeros, lo que tendría por consecuencia que aumentaría la cifra de negocios de los bancos locales, como también su interés en las operaciones del comercio exterior. En la mayoría de los países de Europa Occidental, el problema más agudo es el de la balanza de pagos con los países de la zona del dólar. Este problema sería menos agudo, si los países europeos occidentales, al mismo tiempo que comercian con Norteamérica, restablecen y desarrollan el comercio con los países de Europa Oriental sobre la base de suministros recíprocos. Ahora bien, el comercio de estos países con los de la Europa Oriental, actualmente, ha disminuido a cerca de la tercera parte de su volumen de antes de la guerra. Como conclusión permitidme anotar una vez más que, para restablecer y desarrollar las relaciones económicas internacionales, es necesario empezar por renunciar a todas las formas de discriminación en el comercio internacional. No es necesario en absoluto que me extienda sobre estos hechos inadmisibles como, por ejemplo, el establecimiento por Estados Unidos del bloqueo de China, bloqueo que representa una manifestación insensata de política agresiva. La desorganización del comercio internacional, debida a la carrera armamentista y a la política de discriminación realizada por los círculos directivos de ciertos países, conduce inevitablemente a agravar la situación económica y a reducir el nivel de vida de la población de numerosos países; ejerce una nefasta influencia sobre la economía de los países sub-desarrollados y amenaza multiplicar aún más las dificultades económicas. Por eso debemos hacer aquí la pregunta que millones de personas sencillas se formulan en la actualidad diariamente: —¿Qué se hace para disminuir las dificultades existentes en las relaciones económicas entre los países? La posibilidad de superar estas dificultades hay que buscarla en el restablecimiento y extensión de las relaciones económicas y comerciales entre los países; por otra parte, hay que recuperar el nivel anterior y continuar 33 desarrollando las industrias de paz que, desde hace algún tiempo, h a n ido contrayéndose. La conclusión de tratados comerciales entre los países, incluyendo entre ellos los acuerdos multilaterales y a plazos prolongados, con el fin de ampliar el comercio de productos alimenticios, maderas, carbón, abonos, metales, máquinas, productos textiles, etc., sería apropiada para estimular el comercio internacional. La extensión del comercio mundial ayudaría también a la conclusión de acuerdos con los países poco desarrollados, para el aprovisionamiento de equipo industrial y de los materiales que necesitan, a cambio de materias primas y otras mercaderías fabricadas por esos países. Tales acuerdos, basados en el principio de reciprocidad, en el respeto de la soberanía nacional y de la no intervención en los asuntos internos de los países económicamente débiles, ejercerían una influencia favorable en el desarrollo de la economía nacional y en el aumento del standard de vida de la población de esos países. La presente Conferencia tiene por objeto propiciar la ampliación de los intercambios internacionales. Millones y millones de personas están interesadas en ello. La política comercial en nuestro país marcha a la vanguardia de estas aspiraciones. Esto es comprensible. Nuestra política en materia de comercio responde a la misma esencia del Estado soviético. Con referencia a esta cuestión, quisiera citar las siguientes palabras del jefe del Gobierno soviético, José Stalin: "Aquel que desee la paz y se interese por efectuar negocios con nosotros, encontrará siempre nuestro apoyo". La aplicación del programa de ampliación de las relaciones comerciales de la Unión Soviética con los demás países, paralelamente al crecimiento general del comercio internacional, constituiría una seria contribución a la cooperación internacional y ayudaría a reducir las dificultades económicas, a crear las condiciones requeridas para mejorar el nivel de vida y las relaciones entre los Estados y, por lo mismo, a estabilizar aún más las relaciones internacionales. Permitidme, señores, expresar la seguridad de que nuestra reunión realizará un trabajo fecundo, de acuerdo con los intereses de millones de seres humanos. (Prolongados aplausos) 24 DOCUMENTOS Y RESOLUCIONES APROBADOS CONFERENCIA POR LA ECONOMICA INTERNACIONAL Comunicado la de Conferencia Del 3 al 12 de abril se ha celebrado en Moscú una Conferencia Económica Internacional de industriales, comerciantes, economistas, y personalidades de los sindicatos y cooperativas, en la que h a n sido examinadas "las posibilidades de mejoramiento de las condiciones de vida de los hombres mediante la colaboración pacífica entre los diferentes países y diversos sistemas y el desarrollo de las relaciones económicas". En la Conferencia h a n tomado parte 471 personas, llegadas de los 48 países siguientes: Albania, Alemania Occidental, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Birmania, Brasil, Bulgaria, Canadá, Ceilán, Cuba, Checoslovaquia, Chile, China, Dinamarca, Egipto, Estados Unidos de América, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Hungría, India, Indonesia, Irán, Islandia, Israel, Italia, Japón, Líbano, Luxemburgo, México, Noruega, Pakistán, Paraguay, Polonia, República Democrática Alemana, República Democrática Popular de Corea, República Popular de Mongolia, Rumania, Suecia, Suiza, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Uruguay, Venezuela y Viet-Nam. La Conferencia ha examinado en todos sus aspectos la situación actual en que se encuentra el comercio mundial, y establecido que el empeoramiento de las relaciones internacionales, que se viene acentuando especialmente durante los últimos años, ha aumentado los obstáculos artificiales que impiden el comercio entre los países. Han sido alteradas las tradicionales relaciones comerciales entre los países y limitadas las esferas geográficas de comercio, h a biéndose quebrantado bruscamente el intercambio entre Occidente y Oriente. El desbarajuste del comercio internacional ocasiona serios daños al desarrollo de la economía de los diversos países, altera el equilibrio de las balanzas comerciales y de pagos, y ejerce una influencia desfavorable sobre el nivel de vida de los hombres, dando lugar a un empeoramiento de la situación en lo referente a productos alimenticios, al alza de los precios y al aumento del paro forzoso, dificultando la adopción de medidas de carácter social, especialmente la construcción de viviendas. Después de un amplio y libre cambio de opiniones, la Conferencia ha constatado por unanimidad que el volumen del comercio internacional puede ser ampliado considerablemente y que el incremento de relaciones comerciales entre los países reportaría grandes beneficios a los industriales, comerciantes y agricultores. Ello daría lugar a una mejor utilización de los recursos económicos de todos los países y contribuiría a aumentar la ocupación y a elevar el nivel de vida de amplias masas de la población. 27 Las declaraciones de los participantes en la Conferencia, llegados de diferentes países, h a n permitido constatar que las diferencias de sistemas económicos y sociales no constituyen obstáculo para la ampliación de las relaciones económicas internacionales, en pié de igualdad y conveniencia mutua. En la Conferencia se han puesto de relieve las grandes posibilidades concretas de ampliación del comercio entre los países de Europa Occidental, Estados Unidos, Canadá, Países Latinoamericanos y de Asia y Africa, Unión Soviética, China, y países de Europa Oriental y Central. Los trabajos de la Conferencia h a n demostrado que el auge económico de los países subdesarrollados y el suministro a éstos de maquinaria y utillaje, así como una correlación mutuamente ventajosa entre los precios de las materias primas que exportan y los de las mercancías que importan, tienen gran importancia para el desarrollo del comercio internacional y la pacífica colaboración económica. La Conferencia considera que la rápida industrialización de los países débilmente desarrollados, y la cooperación internacional a estos fines, es de absoluta necesidad, debiéndoseles prestar toda clase de colaboración para ello. Los participantes en la Conferencia h a n hecho propuestas respecto al aumento del volumen del comercio exterior y mencionado las mercancías que podrían vender y comprar en condiciones de mutuo beneficio. Se h a n hecho varias proposiciones concretas tendientes a facilitar las condiciones del comercio internacional y, en particular, a concertar transacciones comerciales a base de la moneda nacional. En el período de celebración de la Conferencia, los representantes de los círculos industriales y comerciales de diferentes países h a n tenido la posibilidad de establecer un contacto personal, de examinar, sobré una amplia base, las cuestiones que les interesaban y de entablar negociaciones comerciales. Como resultado de estas negociaciones, h a n sido concertadas considerable cantidad de transacciones entre las firmas de diferentes países representados en la Conferencia. Las negociaciones comerciales, iniciadas en la Conferencia, continúan actualmente, testimoniando que entre los hombres de negocios existe un gran deseo de utilizar todas las posibilidades para la ampliación del comercio exterior. De todo ello se deduce que los gobiernos, así como la Organización de las Naciones Unidas, deben emprender las correspondientes acciones. A este respecto, los participantes en la Conferencia han decidido dirigirse a la Asamblea General de la ONU proponiéndole convocar próximamente una Conferencia entre los gobiernos, con participación de representantes de los círculos industriales y comerciales, de los sindicatos y de otras organizaciones sociales, para tratar de las cuestiones del comercio internacional. En la Conferencia se ha puesto de manifiesto el unánime afán de todos sus participantes de continuar y ampliar el trabajo iniciado por ellos para el incremento del comercio internacional. En particular han considerado conveniente celebrar otra Conferencia Económica Internacional, basada en el mismo principio de la colaboración económica entre todos los países —independientemente de sus sistemas económicos y sociales—, por que se ha regido la Conferencia Económica Internacional de Moscú. También se ha acordado continuar efectuando un intercambio de informaciones con respecto a las posibilidades de exportación e importación de los diferentes países. Para la puesta en práctica de estas propuestas, la Conferencia ha elegido un Comité de Cooperación al Fomento del Comercio Internacional. Los participantes en la Conferencia se dirigen a los hombres de negocios de todos los países y a las personalidades de la ciencia y de la técnica, de los 28 sindicatos y cooperativas, independientemente de sus convicciones políticas, exhortándoles a apoyar la iniciativa de desarrollar el intercambio comercial entre los países y de eliminar los obstáculos que lo impiden. La Conferencia expresa su seguridad en que el desarrollo del comercio mundial, en condiciones mutuamente ventajosas, contribuirá al reforzamiento de la colaboración económica entre los pueblos y a mejorar las condiciones de vida de los hombres. APROBADO por la Sesión Plenaria de la Conferencia Económica Internacional de Moscú, el 12 de abril de 1952. 29 Formación de un Comité de Cooperación al Fomento del Comercio Internacional La Conferencia Económica Internacional decide continuar los esfuerzos iniciados en ella, a fin de contribuir al fomento del comercio entre los países, en pié de igualdad y conveniencia mutua, para el progreso económico de los países y el bienestar de sus poblaciones. Con tal objeto, la Conferencia Económica I n ternacional decide constituir un Comité de Cooperación al Fomento del Comercio entre los países. Serán funciones del Comité cooperar a la difusión de una información veraz sobre la Conferencia Económica Internacional y sobre la ampliación del^ comercio entre los países. La Conferencia encomienda al Comité entregar sin demora a la Organización de las Naciones Unidas el Llamamiento de la Conferencia Económica Internacional, aprobado el 12 de abril de este año. También se encomienda al Comité fijar la fecha y el lugar de celebración de la n Conferencia Económica Internacional. i Los gastos del Comité serán sufragados con aportaciones voluntarias de particulares y de los grupos y comités nacionales, interesados en cooperar al desarrollo del comercio mundial. Aprobado por la Sesión Plenaria de la Conferencia Económica Internacional de Moscú, el 12 de abril de 1952. 30 Llamamiento de la Conferencia a las Naciones Unidas La Conferencia Económica Internacional acuerda dirigir a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas la siguiente declaración: Del 3 al 12 de abril de 1952, se ha celebrado en Moscú una Conferencia Económica Internacional convocada a iniciativa de industriales, comerciantes, economistas, personalidades de los sindicatos y de las cooperativas, a fin de aclarar "las posibilidades de mejoramiento de las condiciones de vida de los hombres mediante la colaboración pacífica entre los diferentes países y diversos sistemas y el desarrollo de las relaciones conómicas". En esta Conferencia h a n tomado parte 471 personas, representantes de los círculos industriales y comerciales en su mayoría, llegadas de 48 países. (Se nombran los países). La Conferencia Económica Internacional considera necesario llamar la atención de la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca del desbarajuste y la restricción de las relaciones económicas entre los Estados, ocasionadas por limitaciones y obstáculos artificiales de todo género, que se h a n intensificado especialmente durante los últimos años. A consecuencia de ello, la economía nacional de muchos países encuentra serias dificultades, adolece del desequilibrio de las balanzas de pagos, de la limitación de las importaciones de mercaderías de importancia vital, del aumento de los precios y del paro forzoso, del estancamiento del desarrollo industrial, de la agudización de la falta de productos alimenticios, del empeoramiento de las condiciones de vida de la población. Al propio tiempo, como ha sido constatado en la Conferencia, existen grandes posibilidades de aumento del intercambio comercial internacional y de la ampliación de sus fronteras geográficas. Los círculos industriales y comerciales de todos los países que h a n tomado parte en la Conferencia Económica Internacional, han mostrado un gran interés por utilizar estas posibilidades de futuro desarrollo del comercio mundial. La Conferencia considera que la Organización de las Naciones Unidas, de acuerdo con el artículo 55 de la Carta, está llamada a contribuir "a la elevación del nivel de vida, a la plena ocupación de la población y a las condiciones del progreso y desarrollo económico y social". En las condiciones actuales tiene importancia particular el desarrollo del comercio entre los países. Con este motivo la Conferencia Económica Internacional propone a la Asamblea General de la ONU convocar en un futuro inmediato una Conferencia de representantes de los Gobiernos, con participación de las esferas de negocios, de los Sindicatos y otras organizaciones sociales de todos los países, a fin de cooperar a la ampliación del comercio internacional. APROBADO por la Sesión Plenaria de la Conferencia Económica Internacional de Moscú, el 12 de abril de 1952.