Programa formativo en consumo en centros de mayores Publicidad y compra por impulso Publicidad en el punto de venta No todo vale Nuestros derechos y deberes www.kontsumobide.net Publicidad y compra por impulso Las compras previstas sólo representan el 45% del total de las realizadas, lo que da una clara idea de que EL PUNTO DE VENTA juega un papel crucial a la hora de aumentar el volumen de ventas, de él dependerá el porcentaje de compras impulsivas. Publicidad en el punto de venta Los supermercados utilizan todo tipo de recursos para llamar la atención sobre los productos ofertados. Tales como: Productos básicos distribuidos por todo el establecimiento procurando que hagamos el máximo recorrido y así veamos la mayor cantidad posible de productos. Todo tipo de carteles con tamaño o color llamativo, con precios tachados, con ofertas en grupo del mismo artículo… lo que no significa siempre, que sean los de menor precio, pero sí al menos los que más nos llaman la atención. Objetos pequeños y de bajo precio (chocolatinas, chicles, pilas…) situados en las líneas de caja. Productos que normalmente se olvidan, que pasan desapercibidos o en un principio no se tiene intención de comprar, pero que durante la espera a pagar en caja, existen más posibilidades de comprar. Sin ventanas ni relojes: facilitan la desorientación, aumentando la posibilidad de que permanezcamos más tiempo entre estanterías y que así compremos más. Objetos colocados aparentemente desordenados, para dar sensación de que se trata de algo muy barato y que es la última ocasión para comprarlo. Con todas estas estrategias, lo que pretenden es aumentar nuestro consumo. No todo vale Puede que se utilicen un montón de trucos y estrategias, pero la ley pone límites a la publicidad. Es ilícita: La publicidad que atente contra la dignidad de la persona o vulnere sus valores y derechos. La publicidad dirigida a menores que les presente en situaciones peligrosas, les induzca a error en cuanto a las características de los productos... La publicidad subliminal que actúa sobre la persona sin que ésta sea consciente de que lo percibe, a través de técnicas que provocan estímulos o sensaciones. La publicidad engañosa que te lleva a error por tener datos confusos o incompletos. La publicidad agresiva, que utiliza técnicas de acoso o coacción. La publicidad desleal que intenta dejar en mal lugar a otras empresas o a sus productos. Nuestros derechos y deberes Es importante que conozcamos NUESTROS DERECHOS frente a la publicidad: Recibir una información veraz, clara, suficiente y fidedigna, sobre las características de los productos y los servicios ofrecidos. Exigir lo que aparece en la publicidad, aunque no sea un contrato, funciona como tal y PODEMOS Y DEBEMOS exigir que se cumpla. Reclamar si no se cumplen las condiciones ofertadas en la publicidad del producto o servicio. No RECIBIR publicidad en casa, si no lo deseamos. Pero en ningún momento hay que olvidar que todo derecho conlleva una serie de DEBERES: No dejes que la publicidad te lleve a una compra impulsiva. Mejor si te ciñes a la lista que lleves desde casa. Realiza las compras en base a necesidades reales, ahorrarás tiempo y dinero. Habitúate a leer las etiquetas de los productos, para evitar sorpresas posteriores. Compara lo cobrado en el ticket de compra con la oferta que la publicidad anunciaba. Guarda siempre una copia del folleto publicitario, por si surgiera cualquier tipo de problema y tuvieras que reclamar.