Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 6 de mayo de 2013.- 2247/13

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Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 6 de mayo de 2013.-
VISTO:
La actuación nº 2247/13, iniciada de oficio por esta Defensoría
del Pueblo, a fin de dictaminar acerca de la pertinencia de los requisitos
exigidos por el Decreto nº 432/1997, para obtener pensiones asistenciales en
favor de personas con discapacidad, en relación con los principios que
enarbola la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad (CDPD), aprobada por Ley Nacional 26.378.
Y CONSIDERANDO QUE:
Atento a la aprobación de la Ley Nacional 26.378,
que ratifica la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, se advierte la insoslayable necesidad de modificar el Decreto
nº 432/1997, reglamentario de la Ley 13.478 y modificatorias, que determina
los requisitos a reunir una persona, para ser adjudicataria del beneficio no
contributivo, dada su situación de discapacidad.
El art. 31 de la Constitución Nacional (C.N.)
establece que: "Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su
consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las potencias
extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las autoridades de cada
provincia están obligadas a conformarse a ella...".
Conforme al art. 75 inc. 22, de la C.N., "... Los
tratados ... tienen jerarquía superior a las leyes...". En tal sentido, la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD),
aprobada por la Ley Nacional 26.378, publicada en el Boletín Oficial el día 9
de junio de 2008, presenta un rango legal superior a las leyes; siendo ésta de
aplicación directa en “... todas las partes de los Estados federales sin
limitaciones y excepciones”, conforme lo determina en su art. 4º inc. 5º.
El art. 3º, de la CDPD reza: "... Los principios de la
presente Convención serán: a) El respeto de la dignidad inherente, la
autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la
independencia de las personas; b) La no discriminación; c) La participación e
inclusión plenas y efectivas en la sociedad; d) El respeto por la diferencia y la
aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la
condición humanas; e) La igualdad de oportunidades; f) La accesibilidad; g)
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La igualdad entre el hombre y la mujer; h) El respeto a la evolución de las
facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a
preservar su identidad”.
El citado cuerpo normativo dispone en su art. 4º
inc. b) que los Estados Partes se comprometen a: "... tomar todas las
medidas pertinentes, incluidas medidas legislativas, para modificar o derogar
leyes, reglamentos, costumbres y prácticas existentes que constituyan
discriminación contra las personas con discapacidad...".
Por ello, la CDPD, dispone que debe armonizarse
la legislación existente con esos principios y que cualquier norma o práctica
que así no lo haga podrá constituir discriminación.
El art. 2º, de la CDPD, entiende por "...
'discriminación por motivos de discapacidad' se entenderá cualquier
distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad que tenga el
propósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento, goce
o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y
libertades fundamentales en los ámbitos político, económico, social, cultural,
civil o de otro tipo. Incluye todas las formas de discriminación, entre ellas, la
denegación de ajustes razonables...", que son las medidas a implementar
cuando lo requiera un caso en particular.
El Decreto nº 432/1997, publicado en el Boletín
Oficial el día 20 de mayo de 1997, se opone a los principios emanados de la
citada CDPD, y a la vigente normativa interna, por lo que enfrenta la
necesidad de modificar sus disposiciones en forma urgente, en tanto regula
un beneficio de carácter alimentario que se otorga a los sectores
desaventajados en dos aspectos: el económico y el social.
En el art. 1º inc. e) del Anexo I, del Decreto nº
432/1997, se establece como requisito excluyente que los extranjeros
acrediten "... una residencia mínima continuada en el país de VEINTE (20)
años...". Al respecto, esta Defensoría del Pueblo, entiende oportuno señalar
que entre los requirentes pueden encontrarse niños, niñas y/o adolescentes,
a los que dicho requisito les resulta de cumplimiento imposible, atento a que
su edad cronológica es inferior al plazo de permanencia exigido. Asimismo,
limita, restringe e impide el ejercicio del derecho de los peticionantes a la
integración social, vulnerando su derecho a la salud y a la seguridad social,
en contradicción a lo establecido por los Tratados Internacionales
incorporados a nuestro ordenamiento jurídico interno.
En el art. 1º inc. g) del Anexo I, del anteriormente
mencionado Decreto, se disopone como requisito para acceder a las
pensiones asistenciales el "No tener parientes que estén obligados
legalmente a proporcionarle alimentos o que teniéndolos, se encuentren
impedidos para poder hacerlo; ni vivir con otros familiares bajo el amparo de
entidades públicas o privadas en condiciones de asistirlo". Esta exigencia
entra en colisión directa con el principio de la autonomía individual, receptado
en el inc. n) del Preámbulo de la CDPD que señala: "Reconociendo la
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importancia que para las personas con discapacidad reviste su autonomía e
independencia individual, incluida la libertad de tomar sus propias
decisiones".
Entra, además, en conflicto con los principios que
inspiran la CDPD, que quedan expresamente determinados en su art. 3º,
estableciendo una dependencia con terceros y cercenando de esta forma la
libertad de las personas con discapacidad para tomar sus propias decisiones
y ser sujetos independientes.
En el art. 1º inc. i) del Anexo I, del Decreto nº
432/1997, se establece como requisito para el otorgamiento de pensiones no
contributivas, que la persona con discapacidad no se encuentre detenida a
disposición de la Justicia; contrariando el principio de inocencia consagrado
en el art. 18 de nuestra Carta Magna, en tanto, por ejemplo, un individuo
puede estar bajo el régimen de prisión preventiva sin haberse dictado una
sentencia de condena firme en su contra. Es destacable que la ausencia de
presunción de inocencia ataca preceptos dispuestos por tratados
internacionales con raigambre constitucional, tales como la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica).
El art. 5º inc. f) del Anexo I, del Decreto nº
432/1997, dispone "En el caso de peticionantes que de acuerdo con
dictámenes o certificados médicos sean presuntamente incapaces, previo al
otorgamiento del beneficio, la institución o persona que lo tenga a su cargo,
deberá iniciar la tramitación de la respectiva curatela y acreditar dicha
circunstancia". El citado requisito contraría el Principio General de autonomía,
emergente del art. 3º de la CDPD, y el art. 12 inc. 5º, que le reconoce a las
personas con cualquier tipo de discapacidad plena capacidad jurídica para "...
controlar sus propios asuntos económicos...", debiendo el Estado velar para
que no sean privadas de sus bienes de manera arbitraria.
Partiendo de la base que, la capacidad jurídica es
la capacidad de una persona de ser titular de derechos, así como de la
posibilidad concreta de ejercerlos, al exigir la declaración de insanía y la
designación de un curador para percibir un beneficio no contributivo, se niega
al solicitante el reconocimiento de igualdad ante la ley, por tratarse la curatela
de un modelo de sustitución en la toma de decisiones, donde la intervención
de la figura del curador podría resultar contraria a los deseos del sujeto en
cuestión y no garantiza la satisfacción de sus requerimientos o necesidades.
Idénticas
consideraciones
ameritan
las
disposiciones sobre el procedimiento para la tramitación del beneficio, en las
que se hace hincapié en las declaraciones juradas que incluyen a los
familiares u “obligados a hacerse cargo” y el estado patrimonial del entorno
del solicitante, lo que termina resultando un avasallamiento de los derechos
de la persona con discapacidad, cuando no cuentan con la convicción de su
grupo familiar para alentar su autonomía y se los priva de tomar sus propias
decisiones, determinando un estilo de vida que puede no ser el preferido por
el beneficiario.
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Resulta oportuno mencionar, que la dignidad
inherente a cualquier persona merece consideraciones que privilegien una
mejor calidad de vida, garantizando la satisfacción de sus necesidades y el
respeto a sus preferencias; que la disponibilidad de un beneficio no
contributivo tal vez no asegure esa posibilidad por sí mismo, pero contribuirá
a solventar parcialmente sus necesidades alimentarias y proporcionará
cobertura social suficiente para atender sus requerimientos de salud.
POR TODO ELLO:
LA DEFENSORIA DEL PUEBLO
DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES
RESUELVE:
1) Comunicar la presente Resolución, a la Presidenta de la Comisión Nacional
de Pensiones Asistenciales del Ministerio de Desarrollo Social, licenciada
Elisa Juana Pineda Schoijet, a los fines que estime correspondan para
modificar el Decreto nº 432/1997, según lo dispuesto por la Ley Nacional
26.378.
2) Comunicar la presente Resolución, al Secretario de Derechos Humanos del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, doctor Juan Martín Fresneda, a
los fines que estime correspondan para modificar el Decreto nº 432/1997,
según lo dispuesto por la Ley Nacional 26.378.
3) Comunicar la presente Resolución, a la Presidenta de la Comisión de
Discapacidad de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, licenciada
María Luisa Storani, a los fines que estime correspondan para modificar el
Decreto nº 432/1997, según lo dispuesto por la Ley Nacional 26.378.
4) Comunicar la presente Resolución, al Defensor del Pueblo de la Nación,
doctor Anselmo Agustín Sella, a los fines que estime correspondan para
modificar el Decreto nº 432/1997, según lo dispuesto por la Ley Nacional
26.378.
5) Notificar, registrar, reservar en el Area para su seguimiento y,
oportunamente, archivar.
Código 404
IF/DEDIS
co/D/LDS
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RESOLUCION Nº 0915/13
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