EXPOSICION PEREZ TORRES Afortunadamente, de poco tiempo a esta parte adviértese en Navarra un movimiento artístico que se encontraba paralizado hace ya tiempo; nos referimos a las artes plásticas, la escultura y la pintura. En el recuerdo de todos están los triunfos recientemente alcanzados por jóvenes escultores y pintores. El pintor tudelano Miguel Pérez Torres, cuya vocación se despertó merced a una de tantas circunstancias como rodean la vida, abrió su “Exposición„ el día 16 del pasado Noviembre en los bajos del teatro Olimpia. Muchacho modesto y sincero, ingenuamente, y como en confesión, a requerimientos, hijos de la curiosidad, respondía a las preguntas. En la tranquila serenidad de sus cuadros veíamos transparentada el alma del autor; alma de niño, que trabaja por vindicar para su Ribera, especialmente para su querida Tudela, el buen nombre que le corresponde. Precisamente, el autor de estas líneas, el mismo día en que se inauguraba la Exposición, oyó decir—al contemplar una fotografía del cuadro “En la Ribera de Navarra„—que allí no se rezaba. * * * Cuando en 1922 concurrió Pérez Torres a la Exposición Nacional, destacóse de entre la balumba de cuadros con “La confesión del Capuchino„ y “En la Ribera de Navarra„. “En la última Exposición Nacional, tan agobiada, tan con exceso repleta de cuadros de toda índole y cualidad, se destacaban dos lienzos de regulares dimensiones y casi desconocida firma: “La confesión del Capuchino„ y “En la Ribera de Navarra„. No la extravagancia cromática o la arbitrariedad lineal; no el exotismo o la crudeza del asunto eran los motivos de que estos cuadros exigieran una atención más detenida que la mayoría de las obras colgadas este año en el palacete del Retiro. Su encantadora excelencia, el interés que sugerían no necesitaban gritos del color ni contorsiones de la forma; tampoco nacían de —297— un tema llamativo, Eran dos momentos de la vida pintados con sencillez y nobleza. Nada más. Vuelve Miguel Pérez Torres por los fueros del arte español, un poco olvidados en estos tiempos, procurando no sólo el deleite visual, la placentera fusión de tonos y el acertado maridaje de gamas y valores, sino también la complacencia sentimental, la emoción interior, el halago espiritual.„ Realmente tiene razón “La Esfera„ al estampar tales afirmaciones. ¡Qué placidez embarga al alma al contemplar los cuadros de nuestro pintor! No hay en ellos ni extorsiones de línea, ni agresividad de colorido. Tal vez se echa de menos un poco de fondo; pero esto fácilmente se corrige. Subvencionado por la Excma. Diputación ha querido el joven tudelano mostrar sus progresos, y al efecto en la Exposición han figurado lienzos de su primera y de su última época, trasunto del avance que en poco tiempo han dado los pinceles de Pérez Torres, al cual auguramos brillantes triunfos para gloria suya y honra de Tudela y de Navarra. J. Z.