El cielo español sobre Berlín, Estadio Olímpico La enorme afluencia de participantes a Barcelona llevó a los organizadores de la Olimpiada Popular a ampliar el número de días de competición. Así, la fecha para la inauguración se adelantó de 22 al 19 de julio de 1936. Pero la misma mañana en la que se debían abrir los Juegos, parte de los militares de Barcelona abandonaron sus acuartelamientos con la intención de derrocar al gobierno de la Generalitat. El golpe militar iniciado por el general Franco en Marruecos, al que iba a seguir una sangrienta guerra civil de casi tres años, había alcanzado a Barcelona con un día de retraso. Tras barricadas improvisadas, las fuerzas leales y la población civil iniciaron la resistencia frente a los rebeldes. Cartel de la Olimpiada Popular de Barcelona. Quelle: Archiv der Kämpfer und Freunde der Spanischen Republik 1936-1939, Berlin. En verano de 1936, la Alemania nazi se disponía a celebrar los XI Juegos Olímpicos de la era moderna. La izquierda mundial protestó, por entender que un régimen que se preparaba para una guerra, metía a los demócratas en campos de concentración y pretendía excluir a los judíos de las competiciones deportivas violaba todos los principios del espíritu olímpico. Como respuesta a los Juegos de Berlín, en Barcelona se convocó a demócratas de los cinco continentes a participar en una Olimpiada Popular. A la llamada acudieron sobre todo obreros de los más diversos países, desde Estados Unidos a Argelia. En el Estadio de Montjuic iban a participarían en competiciones como atletismo, fútbol o ciclismo. Olympischer Platz 3, Berlin Charlottenburg Olimpiada y Contraolimpiada - Deportistas en la Guerra Civil Estadio Olímpico, mandado construir por Hitler para los Juegos de Berlín de 1936. Teníamos el encargo de fotografiar la olimpiada de los trabajadores de Barcelona para la revista 'VU', ... desperté en mi pensión y oí el ruido de los cohetes, eso al menos me pareció en un primer momento. Los actos festivos ya había comenzado. Pero en realidad se trataba de disparos de ametralladora. Miré por la ventana, y allí mismo vi un cañón que disparaba Hans Namuth Fotógrafo alemán que documentó los primeros días de la Guerra Civil en Barcelona. Entrevista con Paul Cummings en Artist´s studio en Nueva York, 1971. créanme; aquellos deportistas internacionales que acudan a Berlín no serán más que gladiadores, prisioneros y bufones de un dictador que se siente ya como el señor de este mundo. El nombre de Gotthard Handrik se puede ver en el muro de los vencedores de la Olimpiada de 1936 en Berlín. Pocos días después de recibir la medalla de oro, el capitán Handrik fue enviado como piloto de la Legión Condor a España. En la hélice de su avión, el piloto mandó pintar los aros olímpicos. Heinrich Mann durante la Conferencia en Defensa de la Idea Olímpica, celebrada en París el 6 y 7 de junio de 1936. Recorte de la revista Die Wehrmacht nº 12/1939, Archiv für Zeitungsforschung, Dortmund. Foto derecha Hackenberg. www.spanien-berlin.de - © 2008 Dietrich & Hediye Hackenberg, Antonio Muñoz Sánchez 14 Pese a la rápida victoria de las milicias izquierdistas y de las tropas leales al gobierno sobre los sublevados, los organizadores de la Olimpiada Popular decidieron cancelarla para no exponer a miles de espectadores y participantes a riesgos innecesarios. El Estadio Olímpico se convirtió entonces en el punto de encuentro de voluntarios que querían defender la República. Entre ellos se encontraban extranjeros venidos a competir en los Juegos, que se convirtieron así en la avanzada de lo que con el tiempo serían las Brigadas Internacionales. Mientras tanto, a comienzos de agosto se inauguraron los Juegos Olímpicos de Berlín, que Hitler escenificó como una celebración de la paz mundial. Nada más falso. Pocos días antes, el dictador alemán había enviado secretamente aviones y equipos a Marruecos con el objetivo de establecer un puente aéreo con la Península que permitiera a las tropas de Franco burlar el bloqueo de la marina republicana sobre el Estrecho. Sin que los miles de visitantes extranjeros ni la población berlinesa supiera nada de asunto, el 31 de julio de 1936 partían de la estación Lehrter de Berlín la entrada para los Juegos Olímpicos la tenía ya en mi cartera; con las prisas de la partida olvidé regalársela a alguien. Piloto alemán de la Legión Condor en su diario - entrada del día 7 de agosto de 1936. Reinhard Rürup. Die Olympischen Spiele und der Nationalsozialismus. Berlín 1996.