Piedra de toque

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EDUCACIÓN, PIEDRA DE TOQUE DE LA SOCIEDAD DEL
CONOCIMIENTO: ALGUNAS VARIABLES CLAVE
EDUCATION, TOUCHSTONE OF THE KNOWLEDGE SOCIETY:
SOME KEY VARIABLES
Vladimir Jorge Pavel Mendoza Aguilar1
Resumen
El artículo se propone destacar el rol fundamental que desempeña la educación en la
construcción de lo que se ha denominado Sociedades del Conocimiento. En primer lugar, se
examina la importancia relativa que las diferentes sociedades le otorgan al conocimiento como
recurso estratégico del desarrollo. Luego, a partir de las variables función de producción de la
educación, escuela eficaz y oportunidades de aprendizaje, se analiza el desempeño del sistema
educativo para determinar su contribución a la sociedad.
Palabras clave: educación, sociedad del conocimiento, función de producción de la educación,
escuela eficaz, oportunidades de aprendizaje.
Abstract
The paper aims to emphasize the fundamental role that education plays in the construction of
what has been called Knowledge Societies. In this regard, the relative importance of different
societies has given to knowledge as a strategic resource development is examined. Then, from
the production function variables of education, effective school, learning opportunities,
educational system performance is analyzed to determine which both contribute to society.
Keywords: education, knowledge society, production function of education, effective school,
learning opportunities.

1
El texto recoge parte de los resultados de la investigación realizada, durante el 2014, por el
Grupo de Estudio PAIDEIA de la Facultad de Educación de la UNMSM. El autor agradece a
los estudiantes, miembros del grupo: Joselyn Rodriguez Almidon, Gianmarco Ibañez Segovia,
Claudia Zavaleta Vásquez, Rebeca H’Ormaych Meza y Jeancarlo Velasquez Ruiz, por su
colaboración en la elaboración del presente trabajo. Asimismo, al Dr. Gonzalo Pacheco Lay,
asesor del grupo estudiantil, por las valiosas y motivadoras conversaciones que han servido de
guía a la siguiente investigación. Email: [email protected]
Estudiante de pregrado en la especialidad de Filosofía, Tutoría y Ciencias Sociales por la
Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Presidente del
Grupo de Estudio PAIDEIA–UNMSM. Email: [email protected]
1
“Personas mejor educadas, exigen más”
Grupo de Estudio PAIDEIA
I. INTRODUCCIÓN
Que el conocimiento es el principal activo con el que puede contar una sociedad para ampliar
sus ventajas competitivas, es una cuestión harto sabida (véanse Schultz, 1961 y David & Foray,
2002). Si esto es así, ¿por qué solo ciertas economías dedican cuantiosos esfuerzos a las
actividades vinculadas con el conocimiento, y por qué otras no? ¿Qué factores son los que
estarían incidiendo en las sociedades para que éstas tomen, o no, al conocimiento como un
recurso estratégico del desarrollo? Preguntas, sin duda, que están en la agenda política de
muchas naciones, y no es para menos, se trata de decidir el curso de acciones que van a tomar
para hacerle frente al Nuevo Orden mundial. En este contexto, se vuelve improrrogable una
vieja sospecha: ¿qué tan preparado está el Perú para responder a los desafíos que trae el siglo
XXI? Lamentablemente, la información que brindan los organismos supranacionales, como el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o las evaluaciones PISA de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no es muy alentadora;
pues no hace sino confirmar nuestra condición de “país en vías de desarrollo”: IDH que no
varía, desigualdades que aumentan, resultados educativos deficientes; y todo, a pesar de la
prodigiosa década de crecimiento que ha mantenido la economía. Frente a este aciago escenario,
la preocupación por el futuro se hace más perentoria, lo que nos obliga a idear nuevas maneras
de establecer los engarces entre la dimensión social, económica y educativa de tal modo que
permita incorporarnos a un mundo que parece seguir una clara tendencia: las Sociedades del
Conocimiento.
En el presente artículo intentaremos discutir estos asuntos, dándole especial énfasis al carácter
propulsor que tiene la educación, tanto a nivel social como económico, dentro de cualquier
propuesta de desarrollo. Ya que, así como puede ser el motor que permita convertirnos, en el
tiempo, en una Sociedad del Conocimiento; por lo mismo, la educación también puede tornarse
2
en la rémora que nos mantenga atados al subdesarrollo. La tesis central de nuestro
planteamiento es la siguiente: los resultados que obtiene un sistema educativo son los límites
del desarrollo que alcanza una sociedad.
Las secciones en las que se ha dividido el texto pueden concebirse como respuestas tentativas a
las siguientes preguntas: En primer lugar, ¿cuál es la importancia que las diferentes sociedades
le otorgan al conocimiento? Sabiendo esto, pasaremos a definir ¿qué son las Sociedades del
Conocimiento?, para luego determinar ¿cómo impacta el conocimiento en países de desarrollo
humano alto, medio y bajo? En segundo lugar, en aras de analizar el aporte de la educación al
desarrollo, proponemos tres variables desde las que se puede hacer dicho examen. En este
sentido, averiguamos ¿cuáles son los resultados de la función de producción educativa? y
¿cuáles son los factores estadísticamente significativos en el modelo escuela eficaz? en lo
referente al desempeño de las Instituciones Educativas. Finalmente, a nivel del aula, nos interesa
averiguar ¿qué papel tiene las oportunidades de aprendizaje?
Como se puede apreciar, las tres primeras interrogantes dan cuenta de la realidad de un conjunto
de naciones y del contexto en el que se están moviendo: las Sociedades del Conocimiento. Las
tres restantes intentan evaluar hasta qué punto el sistema educativo está contribuyendo, o no, a
los objetivos del desarrollo.
II. IMPORTACIA DEL CONOCIMIENTO PARA LA SOCIEDAD
El valor del conocimiento.
La sociedad en la que nos ha tocado vivir, como se sabe, está cargada de cambios a nivel
político, social y, sobre todo, económico. Y dentro de estos cambios hay un elemento que
empieza a ser preponderante: el conocimiento y/o la información. En algunas sociedades (sobre
todo las más desarrolladas) el conocimiento ha ido desplazando, paulatinamente, a los recursos
naturales como principal fuente de productividad. Es decir, estos países obtienen sus recursos de
la producción de mercancías con alto valor agregado, en vez de la producción de materias
primas. Por otro lado, la irrupción del conocimiento también ha repercutido en los procesos de
3
aprendizaje en el aula. Gracias al desarrollo de las TIC´s, hoy en día se puede apreciar que la
imagen del profesor “sabelotodo” se está desinflando. Internet es un recurso que pone el saber al
alcance de la mano del estudiante (claro que depende de que uso se le dé). En todo caso, el solo
hecho que el acceso a la información se halla facilitado, trastoca la idea del profesor
“enciclopedia” y de la escuela como el “recinto del saber”. Como ahora se puede acceder al
conocimiento ya no solo en la escuela, nos vemos en la necesidad de replantear las prácticas
docentes y adecuarlas a las nuevas condiciones. Solo estos dos casos para dar cuenta de los
cambios, en nuestra forma de vida, que se vienen dando a partir de la irrupción del
conocimiento.
¿Pero qué tan novedoso resulta decir que el conocimiento ha penetrado en nuestras vidas? ¿No
ha sido siempre importante el conocimiento? En todas las sociedades, el conocimiento siempre
ha estado presente, y ha sido uno de los factores clave tanto para mejorar la producción como
para elevar el nivel de vida de las personas. Sin embargo, el valor que las sociedades le han
asignado, no ha sido siempre el mismo. Ha variado a través de la historia. Por ejemplo, los
griegos del siglo V estimaban el conocimiento teórico-abstracto que se expresaba como una
actividad básicamente reflexiva y contemplativa; a diferencia de la sociedad industrial, dónde la
máxima es: “saber es poder”. Se ve al conocimiento como una forma de actuar sobre el mundo y
se lo valora en tanto permite producir nuevos bienes, servicios o mejorar ciertos procesos.
Debido a este “poder” que genera el conocimiento, su posesión, a través de la historia, siempre
ha sido objeto de múltiples disputas. En un comienzo, en la sociedad antigua y medieval, el
conocimiento estaba restringido para una élite o para ciertos iniciados (Por ejemplo, estaba
prohibida la libre interpretación de la Biblia); el control o dominio de las sociedades se ejercía
mediante el látigo (violencia) y la ignorancia (miedo). Con la modernidad cambia la idea.
Gracias a la aceptación de un nuevo cuadro de creencias y valores (el racionalismo), se busca,
por diversos medios, liberar al hombre de la esclavitud intelectual en la que estaba sumido. Kant
(1941), síntesis del pensamiento moderno, lo dice así: “¡Ten el valor de servirte de tu propia
razón!” (p. 25), en otros términos, atrévete a pensar por ti mismo. Esto, como es de esperar,
4
supone dos cosas: a) confianza en la razón (para n-tipos de actividades: conocimiento, ciencia,
desarrollo, valores) y b) la necesidad de “educar la razón”. Por ello es que se empieza a divulgar
la información a todos los sectores, pues solo el conocimiento y la verdad nos harán libres.
Este es un punto clave, pues el trabajo de investigación que hemos realizado nos ha permitido
entender que, para ponderar, como sociedad, el conocimiento, debe haber un cuadro ideológico
ad hoc. Es decir, deben estar presentes un conjunto de creencias y valores que estimulen la
necesidad de producir conocimiento y, por ende, que fomenten actividades vinculadas a este: la
lectura y la escritura. La historia muestra que, si no está presente este elemento cultural,
difícilmente podremos tener al conocimiento como un recurso estratégico en el desarrollo del
país. Newton escribió alguna vez: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a
hombros de gigantes”; lo que significa que, para que una sociedad alcance el desarrollo, debe
potenciar entre sus miembros la capacidad de codificar y descodificar información.
Definición de Sociedades del Conocimiento.
Entonces, ¿qué son las sociedades del conocimiento? Vendrían a ser aquellas sociedades en las
que se tiene como principal fuente del desarrollo económico a las actividades relacionadas con
la producción, almacenamiento, intercambio y difusión del conocimiento. En otras palabras, son
sociedades en donde la prioridad es la educación, pues se ha comprendido que el desarrollo de
un país depende de la preparación de su capital humano. Esto, en términos operativos, puede ser
expresado como el Gasto Público en Educación, Inversiones en I+D o también mediante
Registro de patentes, Exportación de productos de alta tecnología o Rendimientos estudiantiles
en áreas básicas (matemáticas, comprensión o ciencias).
Impacto de la educación en las Sociedad.
En este contexto, en los últimos años, los Estados se han cuestionado el papel que estarían
desempeñando sus diversas instituciones en el desarrollo del país, y en particular se han
preguntado por el rol que actualmente cumplen las instituciones educativas (escuela y
universidad). En el Perú, el sector educativo ha recibido duras críticas sobre su desempeño en
5
los últimos años. En los niveles más elementales, las críticas apuntan, sobre todo, al bajo
rendimiento que muestran los estudiantes en áreas del conocimiento (matemáticas, comprensión
lectora o ciencias) consideradas básicas para el desarrollo de un país (MINEDU, 2013).
En el plano universitario, la situación tampoco es muy alentadora. Según algunos rankings
internacionales, somos uno de los países que más universidades tiene, pero uno de los que
menos producción científica genera y, por tanto, uno de los países que menos productos con alto
valor agregado exporta.
Gráfico N° 1
Varios Países: Diagrama de dispersión del rendimiento en matemática (PISA 2012) y
Exportación de productos de alta tecnología.
Elaboración: G.E. PAIDEIA
6
Por ejemplo, la evidencia empírica muestra (Gráfico N° 1) que existe una relación directa entre
competencias en matemática y exportación de productos de alta tecnología. En otras palabras, a
mayor exportación de productos de alta tecnología le corresponde un mayor rendimiento en
matemática y, al revés, los países que obtienen bajas puntuaciones en matemáticas son lo que
menos productos tecnológicos exportan. Como se aprecia en el diagrama de dispersión, el
cuadrante superior derecho agrupa a los países que obtienen puntuaciones superiores al
promedio en ambas variables, y que son precisamente los países que llamamos desarrollados.
Aquí se encuentran Corea, China, Suiza, Francia, Irlanda, Noruega, Estados Unidos, Japón,
Alemania, entre otros. En el cuadrante opuesto (inferior izquierdo) encontramos a los países con
puntuaciones por debajo del promedio; en este grupo se encuentran los países sudamericanos
como Colombia, Brasil, Uruguay, Chile, entre otros, y de entre ellos destaca Perú con la
puntuación más baja en matemática.
Consideramos que esta situación no es gratuita, sino que responde a una división internacional
del trabajo: países desarrollados que exportan productos con alto valor agregado y países
subdesarrollados que exportan materias primas o productos de escaso valor agregado. Este
hecho, explica porqué nuestro sistema educativo tiene resultados sumamente bajos: el aparato
productivo que tenemos no necesita de mano de obra calificada. Y si a esto le sumamos que
somos una sociedad con un cuadro ideológico más a fin al pensamiento mágico-religioso, se
hace comprensible porqué el conocimiento, sobre todo científico, no es valorado, en nuestro
medio, como un recurso estratégico del desarrollo. Por ello, consideramos que para tener un
rendimiento elevado en matemática se necesita una política económica que estimule la
exportación de tecnología. En otras palabras, necesitamos dejar el modelo primario exportador
que nos tiene anclados al subdesarrollo.
El crecimiento económico que hoy ostenta el país, no es un crecimiento autónomo que tenga
que ver con nuestras ventajas competitivas, sino que depende tanto del precio como de la
demanda de commodities en el mercado internacional. Tampoco es un crecimiento sustentable:
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el cobre, la plata, el oro se acaban. Y, como se puede apreciar en el cuadro, si no tenemos a la
educación como un recurso estratégico del desarrollo sustentable, el boom que estamos viviendo
hoy día, se terminará inevitablemente.
Gráfico N° 2
Varios Países: Diagrama de dispersión del rendimiento en matemática (PISA 2012) y
Coeficiente de GINI.
Elaboración: G.E. PAIDEIA
Por otro lado, vinculando el sistema educativo con el social (Gráfico N° 2), encontramos
evidencia empírica que indica la existencia de una relación inversa entre competencias en
matemática y coeficiente de Gini 2. Así, tenemos que los países con mayor desigualdad entre su
población obtienen menores rendimientos en matemática, mientras que los países con población
más homogénea obtienen los mejores resultados en matemática.
2
El coeficiente de Gini mide la desigualdad de los ingresos de las personas; en donde valores
cercanos a 0 indican la perfecta igualdad y valores cercanos a 100 la total desigualdad.
8
¿Qué está sucediendo aquí? Lo que pasa es que en los países donde las desigualdades son
mayores (en este caso, el cuadrante inferior derecho, que una vez más agrupa a los países
latinoamericanos), la educación deja de ser un medio para el desarrollo social y se convierte en
un mecanismo ya sea de reproducción (la escuela pública) o de diferenciación social (la escuela
privada). Pues al no haber equidad en el servicio educativo, la variable socioeconómica se
vuelve determinante en el desempeño escolar. Es decir, mientras que la educación pública
reproduce las diferencias socioeconómicas, la privada amplía las brechas entre los sectores de
escasos recursos y los más pudientes. Prueba de ello, es el actual sistema educativo que
tenemos. En este sentido, para tener un rendimiento elevado en matemática se necesita una
política social que mejore la redistribución del ingreso. O sea, se requiere de políticas que
ayuden a nivelar la calidad del servicio educativo, se requiere de programas que den prioridad a
poblaciones más vulnerables y a los sectores con menos oportunidades, es decir el criterio que
debiera adoptarse es el de discriminación positiva.
III. ANÁLISIS SOBRE EL DESEMPEÑO EDUCATIVO
Análisis de la función de producción educativa.
Centrando la atención en el sistema educativo, una de las maneras de evaluar su efectividad es a
través de la función de producción de la educación. Como sostiene Martin Carnoy (2006):
Uno de los temas más importantes en la economía de la educación es el estudio de la producción
de educación, es decir, la manera en que las escuelas utilizan una serie de entradas, como el
personal docente, los libros de texto y los ordenadores, con el fin de producir un bien educativo,
como las notas de los exámenes, el éxito escolar o la matriculación de estudiantes. La
herramienta más relevante utilizada por los economistas, dentro de esta línea de trabajo, es la
función de producción de la educación. Básicamente, estas funciones intentan mostrar el
volumen de bienes educativos, o salidas, que se puedan producir a partir de unas cantidades
concretas de un conjunto de entradas determinadas. (p.123)
Se trata, entonces, de mostrar cuáles son los resultados o salidas (como el rendimiento
académico –cualitativo- o la tasa de escolaridad –cuantitativo-) que se obtienen a partir de una
serie de entradas o insumos (que podrían ser los libros de texto o los profesores).
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En los últimos años la educación ha ido cobrando importancia. Esta importancia se expresa en la
evaluación constante a la que están sometidas las instituciones educativas. Sin embargo, a pesar
de la importancia que ha cobrado la educación, se hacen patentes las enormes desigualdades que
existen en nuestra sociedad, en el sentido que no todos tienen acceso a una educación de
calidad. Es decir, cuántos son, en términos poblacionales, los que se benefician de los altos
resultados en materia educativa. Una pequeñísima cantidad. En el Perú, por ejemplo, solo 4 de
cada 100 estudiantes alcanzan niveles altos en comprensión lectora según las pruebas
internacionales PISA. Mientras que la inmensa mayoría obtienes desempeños bajos o muy
bajos. La evidencia muestra que el factor más determinante en el proceso de enseñanzaaprendizaje es el docente y su perfil (una variable tipificada como entrada, según el modelo).
Por ello, es fundamental darle una adecuada formación inicial a los futuros docentes, de lo
contrario, “si tenemos malos docentes, entonces tendremos malos estudiantes” (Mendoza,
2014:140).
El enfoque escuela eficaz.
A nivel de la institución educativa, tenemos el modelo de escuelas eficaces, que recomiendan
evaluar el desempeño de la escuela en términos del promedio de los rendimientos de los
estudiantes al finalizar un periodo escolar. La evidencia muestra que los factores relacionados a
los rendimientos altos son: el liderazgo profesional, la comunidad de objetivos, adecuados
ambientes de aprendizaje, alta calidad de enseñanza y aprendizaje, etc.
El esquema básico de este enfoque tiene que ver con relacionar las entradas, los procesos, las
salidas y el contexto. Sin embargo, como lo que se busca es una variable de salida: el
rendimiento académico estudiantil; la dificultad que aparece es cómo se asegura que las salidas
son resultado de los procesos. Es decir, ¿qué nos garantiza que en este proceso no estén
interviniendo otras variables que afecten los resultados? ¿Cómo sabemos si los rendimientos
académicos es un producto exclusivo del proceso educativo? Si tomamos en cuenta que los
estudiantes no están todo el día en el colegio o que, hoy en día, las TIC´s han facilitado el
acceso a la información o que padres con algún grado de nivel educativo estimularán el
10
aprendizaje de sus hijos; si tomamos en cuenta esto, ¿podemos decir que el rendimiento
académico es resultado exclusivo del proceso educativo dentro de la escuela? Y si consideramos
que lo es, ¿qué tanto de los rendimientos académicos le corresponde a la escuela y que tanto es
explicado por otras variables?
Estas son solo algunas de las preguntas que nos planteamos a partir del estudio del enfoque
escuela eficaz. Como verán, el rendimiento académico encierra todo un conjunto de factores que
normalmente no se discuten, pero que debiera hacerse. Y, estudios como este, nos da luces
sobre la complejidad de la tarea educativa, pero además, confirman también muchas de nuestras
ideas intuitivas sobre la educación. Como por ejemplo la consideración de que el proceso
educativo no es solo una actividad que se desarrolla dentro de las cuatro paredes de la escuela,
sino que se desarrolla también en la familia, en la comunidad, a través de los medios, etc. Y que
si todos estos agentes se involucraran en el proceso educativo, esto es, si asumieran su
corresponsabilidad en la educación de los más jóvenes, los resultados definitivamente
mejorarían.
Pero podríamos ir más allá y averiguar, por ejemplo, qué actividades dentro del proceso
educativo se deberían potenciar para mejorar los rendimientos de los estudiantes. Esto es, hay
que identificar, por un lado, las variables que, en términos de resultados, hacen más eficaz a la
escuela; y por otro lado, debemos identificar también qué variables están afectando
negativamente los resultados educativos para minimizar su presencia lo más que se pueda. Esto,
da pie al siguiente y último tema de reflexión: Las oportunidades de aprendizaje.
Estudio sobre oportunidades de aprendizaje.
La variable educativa oportunidades de aprendizaje da cuenta de los sucesos que ocurren en el
aula, y que permiten entender cuáles son las actividades que el docente estaría realizando que
contribuirían o no en la mejora de los aprendizajes de los estudiantes. Por ejemplo, uno de los
indicadores sugiere averiguar si lo que se hace en el aula corresponde a lo que realmente debería
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hacerse. Otro se relaciona con la demanda cognoscitiva en la resolución de problemas. En
palabras de Cueto, Ramírez, León y Pain (2003):
Vistos de manera global, los resultados del presente estudio (oportunidades de aprendizaje y
rendimiento en matemática) sugieren que lo que ocurre en los salones de clase dista mucho de lo
que debería ocurrir de acuerdo con el currículo vigente y con principios básicos de equidad y
calidad en educación. Por ejemplo, es común que se enseñen temas que no corresponden con el
currículo del grado; más de la mitad de los ejercicios de los cuadernos de trabajo quedan sin
resolver; se da alta prioridad a un tema del currículo (numeración) en desmedro del resto; los
ejercicios son tratados por los docentes con bajos niveles de profundidad (o baja demanda
cognitiva); y la escasa retroalimentación que dan los docentes a las respuestas de los estudiantes
es a menudo equivocada. Adicionalmente, los estudiantes de escuelas polidocentes completas
tienen mayores oportunidades de aprendizaje que sus pares de escuelas multigrados, y estas
mayores oportunidades de aprendizaje son significativas en la explicación del rendimiento en las
pruebas. (p. 6)
La evidencia nos dice que las oportunidades de aprendizaje se relacionan positivamente con los
rendimientos en matemática.
CONSIDERACIONES FINALES

Se necesita de un cuadro ideológico (creencias y valores) ad hoc que pondere el
conocimiento como recurso estratégico del desarrollo del país.

Se precisa de políticas sociales que redistribuyan más equitativamente el ingreso.

Se precisa de políticas económicas que estimulen la industrialización del país.

Hace falta un modelo que evalúe al sistema educativo en sus múltiples relaciones con el
sistema social, tecnológico y, sobre todo, económico.
En resumen, si evaluamos al sistema educativo peruano bajo el modelo que hemos presentado,
caemos en la cuenta de que falta mucho camino por recorrer si aspiramos a convertirnos en una
Sociedad del Conocimiento. El paso previo para el desarrollo es el paso por la educación. Los
países desarrollados han revolucionado sus sistemas educativos antes de convertirse en
potencias. Algunos de ellos han tenido esta etapa de cambio –que casi siempre es conflictivahace muchos años (Francia, Alemania, el Reino Unido), otros más recientemente (EEUU,
Brasil, Chile). Lamentablemente, hay un tercer grupo de países, en el que estaría incluido el
Perú, en los que aún no se ha iniciado este proceso.
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Se considera conflictivo pues, este proceso de cambio, significa pasar de un cuadro ideológico a
otro, y esto no es gratuito ni fácil. Cambiar el conjunto de creencias y de valores de una
sociedad toma años. Es decir, hacer que las personas tomen conciencia de que el modelo social
vigente no es funcional con el de un país desarrollado, toma su tiempo. Si fuera verdad que en
el Perú ya se ha iniciado este proceso, hoy estaríamos como en Chile saliendo a las calles a
exigir una educación pública, gratuita y de calidad. Pero no es así. Como sociedad, cuál ha sido
nuestra respuesta ante los resultados de las evaluaciones internacionales donde aparecemos
últimos en todo. Al parecer ninguna o por lo menos ninguna relevante. En nuestro país no se
valora de manera adecuada la función que tiene la educación, y por ende, tampoco el rol que
cumple el conocimiento en el desarrollo de la nación. Mientras no entendamos que la educación
es la clave para el desarrollo, seguiremos condenados a una situación de subdesarrollo. Por
supuesto, la educación no es la panacea. La educación por sí sola no basta para alcanzar el
desarrollo, digamos que es una condición necesaria, mas no suficiente del desarrollo. De todas
maneras tienen que haber propuestas a nivel de política social y económica que acompañen y
coadyuven a la educación en la consecución de sus metas. Lo que interesa destacar simplemente
es que mientras no se instale un cuadro ideológico que pondere al conocimiento, no vamos a
salir de las eternas vías del subdesarrollo. Aunque, quizá esto es lo que se busca. Como se ha
discutido en trabajos anteriores (Mendoza, 2014), parece que nuestra educación no está mal,
sino que funciona perfectamente con el tipo de sociedad que tenemos. Es decir, ¿no será que
nuestro sistema educativo está diseñado para garantizar una especie de subdesarrollo
sustentable, hecho que se manifiesta en la tendencia a perpetuar los privilegios de pocos y las
desventajas de las crecientes mayorías? Es una pregunta interesante que dejaremos para la
reflexión y discusión del lector.
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