Enrique Pérez de la Blanca Cobos MANEJO DE LA PACIENTE QUE NO QUEDA GESTANTE TRAS LAS T.R.A. ¿QUÉ ES FALLO DE IMPLANTACIÓN? Definiríamos el fallo de implantación (FI) como la ausencia de gestación tras la transferencia de embriones con buena morfología en un útero normal y sin otra causa tratable existente a la luz de las pruebas que normalmente han de ser realizadas. Se han establecido varias cifras y definiciones, pero de manera general podemos admitir que la falta de éxito tras dos ciclos de FIV, ICSI o transferencia de embriones vitrificados, con transferencia de al menos 4 embriones en blastómeras o 2 blastocistos de buena calidad, sería merecedora de el apelativo1. Aunque la reproducción asistida ha experimentado grandes avances, estamos muy lejos de conocer completamente todos los aspectos relacionados con la sincronización e interacción de factores como calidad embrionaria, receptividad endometrial y mecanismos inmunológicos. Es a cada uno de estos niveles o en una descoordinación entre ellos en donde podría encontrarse la alteración responsable del fracaso del proceso. Buscando la solución a este problema, es necesario delimitar qué estudios deben ser realizados a las parejas subsidiarias de reproducción asistida, cuáles y cuándo deben realizarse si se produce un fallo repetido de implantación y qué alternativas terapéuticas se ofrecen en aquellos casos en los que el estudio es negativo. Factores maternos Alteraciones uterinas y endometriales anatómicas: en general son sospechadas durante la ecografía transvaginal rutinaria o la evaluación mediante histerosalpingografía. Su confirmación y estudio precisan en ocasiones de técnicas de imagen como la RNM o técnicas quirúrgicas como la laparoscopia y la histeroscopia con las que, en ocasiones es posible su tratamiento. Hoy por hoy la posibilidad de un fallo de implantación por la omisión del diagnóstico o corrección este tipo de alteraciones es rara y poco justificable. Sin embargo, aún conociéndolas, en muchos casos es discutible la relación causal entre muchas de estas alteraciones y un fallo de implantación. Pero el tratamiento parece indicado si no existen otros hallazgos sopesando siempre la relación riesgo/beneficio. Así, un mioma intramural que no distorsione la cavidad o lo haga levemente, no debe ser considerado de entrada como causa de un FI, pero si no se encuentran otros motivos debe valorarse su extirpación 2 ya que hay evidencias de que podrían actuar perjudicialmente por mecanismos diferentes del meramente mecánico o vascular3. Más raro es que hoy en día encontremos, tras varias transferencias uterinas, un septo uterino, un pólipo endometrial4 o mioma intracavitario, o una sinequia que hayan pasado desapercibidos o de nueva aparición, pero como entidades que si parecen relacionarse con los FI y abortos recurrentes, su reparación histeroscópica es obligada si es posible 5 . Las sinequias uterinas pueden "per se" o tras su reparación, dar lugar un endometrio con muy mala funcionalidad lo que es hoy por hoy de difícil tratamiento 6 aunque se investigan nuevas terapias regenerativas7 de utilidad en el amplio y controvertido espectro de alteraciones que podríamos denominar como "endometrio fino". El grosor endometrial ha sido un parámetro clásicamente tenido en cuenta como factor pronóstico pero no se conoce del todo cuál sería el posible mecanismo de su ineficacia. Se han establecido hipótesis relacionadas con la cercanía de su superficie a fenómenos oxidativos en la capa basal 8 pero estamos lejos de establecer las relaciones entre el espesor endometrial como factor morfológico y otras características funcionales probablemente alteradas durante los tratamientos de estimulación ovárica. Alteraciones endometriales funcionales: en el ciclo menstrual el endometrio presenta un corto período de receptividad o "ventana de implantación" en la que parecen actuar numerosos agentes hormonales y otras moléculas tanto promotoras de la adhesividad como de la pérdida de factores inhibidores. El estudio histológico del endometrio no tiene ya valor predictivo en estos aspectos por lo que el estudio biópsico se utiliza para identificar inflamación, moléculas, perfiles de expresión génica y otros biomarcadores que , aún en fase de estudio, se barajan como posibles elementos con valor diagnóstico y pronóstico que en un futuro podrían inspirar procedimientos terapéuticos. El tratamiento del endometrio "fino" tropieza, de entrada, con su propia definición. ¿A qué debemos considerar un endometrio fino? Si una paciente tiene unos niveles de estradiol suprafisiológicos durante la estimulación ovárica ¿podemos esperar que la administración exógena por diferentes vías de estrógenos mejore la situación? Se ha propuesto el uso de antiinflamatorios, factores de crecimiento y vasodilatadores ante endometrios de aspecto alterado o grosor insuficiente. En todo caso, la presente ponencia vendría a hablar de FI en endometrios de aspecto normal por lo que su discusión excede los límites de este capítulo. La endometritis crónica se ha propuesto como una causa del problema por su frecuente asociación al FI pero no hay pruebas de que el tratamiento de aquellos casos en los que se encuentra mediante biopsia endometrial mejoren su pronóstico al ser tratados9. No está claro que la endometriosis sea responsable de alguna alteración a nivel implantatorio pero se barajan algunos mecanismos comunes entre la existencia de la enfermedad y una posible reducción en la implantación en algunos casos. A ello se han asociado problemas de tipo inmunológico. Los estudios con ovocitos de donante sana recibidos por mujeres endometriósicas demuestran que el problema es más de calidad ovocitaria que de receptividad endometrial. El tratamiento quirúrgico de la endometriosis no incrementa las probabilidades de embarazo10. El hidrosálpinx es una entidad clínica que se acompaña consistentemente de una disminución de la implantación embrionaria por mecanismos aún no bien establecidos. Es obligado su estudio y tratamiento en caso de que se sospeche, algo que suele ser evidente en la exploración ecográfica seriada y que con frecuencia se acompaña de sintomatología típica. La extirpación de los hidrosálpinx produce una mejora en la implantación así como un restablecimiento en biomarcadores endometriales que se alteran antes de dicha intervención11. Se esperan estudios concluyentes que otorguen el mismo valor terapéutico a la oclusión tubárica quirúrgica por cualquiera de las vías disponibles. Las alteraciones hormonales producidas por la elevación anticipada de los niveles de progesterona, los niveles muy alterados de estradiol y otros cambios hormonales podrían producir defectos en la calidad ovocitaria, algo muy discutido, en la ventana de implantación y en la expresión génica endometrial, lo que explicaría el hecho de que algunos trabajos encuentran mejores tasas de implantación al utilizar embriones criopreservados fuera del ciclo de tratamiento para su obtención 12 . Esta actitud no está exenta de controversias pero tiene partidarios cuando se dan algunas circunstancias clínicas como las mencionadas. La obesidad femenina 13 implantación tiene una relación inversa con la tasa de que parece disminuir cuando se utilizan ovocitos de donante14 aunque no completamente15. Esta relación no se observa cuando el obeso es el varón. En todo caso no se puede establecer relación entre el índice de masa corporal y el FI. Algo parecido ocurre con el tabaquismo, que se asocia a peores resultados gestacionales pero no se puede establecer como causa directa de un FI. Factores embrionarios Entre los factores que influyen en la capacidad que un embrión tiene de implantarse, se han estudiado las alteraciones cromosómicas, las condiciones de cultivo, el endurecimiento de la membrana pelúcida y los fallos cometidos en la técnica de transferencia. Otros aspectos a tener en cuenta son las probables alteraciones que los tratamientos estimuladores de la ovulación pudieran producir en los ovocitos o los problemas de sincronía entre el embrión y el endometrio en un ciclo artificial. Comienzan a estudiarse factores citoplasmáticos (material genético mitocondrial, por ejemplo) que podrían influir en la capacidad de que un ovocito dé lugar a un embrión viable. Alteraciones del DNA: la aneuploidía embrionaria es una causa importante de incapacidad para la implantación y se ha visto que el 2,5% de las pacientes con FI presentan alteraciones cromosómicas, principalmente, translocaciones16. Un embrión aneuploide puede ser morfológicamente normal como lo demuestra el screening llevado a cabo en embriones de mujeres por edad avanzada, aborto habitual o fallo de FIV. El origen de la alteración cromosómica puede provenir de los gametos, por alteraciones genéticas somáticas o a nivel exclusivamente germinal, o por fallos en la segregación y replicación durante las primeras divisiones celulares embrionarias que podrían tener su origen en factores citoplasmáticos maternos, centrosomas o a nivel de la estructura del DNA. El uso de la técnica FISH que permitió estudiar un número cada vez mayor pero limitado de cromosomas, no sólo no se tradujo en una elevación de las tasas de implantación en las pacientes a las que se aplicó para solucionar problemas de este tipo, sino que incluso disminuyó las tasas de embarazo17 por diversas causas (mosaicismo, trauma biópsico, etc.) pero es fácil entender que su capacidad discriminatoria de alteraciones genéticas y cromosómicas era muy limitada. La aplicación de los CGH-arrays permite un estudio mucho mas amplio de los cromosomas y su estructura pero su utilidad en el FI está por demostrar. Un campo aún mas novedoso es el de los "Single Nucleotid Polimorphisms" (SNP) que permitirá teóricamente que el estudio genético sea aún mas clarificador. Las alteraciones del material genético procedente del varón, cromosómicamente normal o no, a nivel espermático, pueden ser estudiadas mediante el análisis cromosómico o a nivel de la cadena de ADN, mediante FISH o mediante técnicas de estudio de la fragmentación de DNA (FDNA). De la eficacia y limitaciones de estos parámetros y de otros relacionados con el semen ya se ocupó una ponencia anterior. A pesar de la normalidad de estos parámetros, podríamos utilizar métodos de tratamiento de tales alteraciones, métodos de utilidad aún dudosa (antioxidantes, extirpación de varicocele, etc.) o sistemas de selección espermática avanzados a nivel morfológico (IMSI) , de estudio de moléculas marcadoras de apoptosis (columnas de anexina, hialurónico, etc) y otros (citometría de flujo), actitud que en todo caso no ha sido validada aún por estudios clínicos adecuados. En los últimos años estamos asistiendo a la aparición de nuevas técnicas de evaluación embrionaria que intentan superar las clásicas y subjetivas valoraciones evolutivas y morfológicas por métodos automatizados de análisis que permiten además mejorar las condiciones del cultivo al permitir controlar los embriones sin necesidad de manipularlos periódicamente. En el futuro, esta mejor cuantificación de la evolución embrionaria podría ser complementada con el estudio de los metabolitos detectables en el medio, lo que podría dar una idea de la viabilidad del concepto. El cultivo embrionario óptimo intenta imitar a aquél que ocurre en el medio materno ya que su alteración podría provocar FI. La imitación del proceso natural que suponían la GIFT o la ZIFT no supuso un avance por lo que prácticamente son técnicas desechadas18. El uso de medios de cultivo especiales con factores de crecimiento y otros componentes son técnicas en estudio y pendientes de validación. El cultivar al embrión hasta el estadío de blastocisto supondría que la transferencia al útero tendría lugar en un momento más fisiológico a lo que se sumaría una mejor selección embrionaria, pero no está aún claro que esto suponga un incremento en la tasa de embarazos con el coste añadido de la mayor cancelación de transferencias por no tener embriones disponibles19 hecho que no siempre se debe necesariamente a la inexistencia de embriones sanos y si, quizás, a problemas en el laboratorio. En algunas experiencias, el uso de cocultivos embrionarios, especialmente con células endometriales homólogas20, ha parecido ser eficaz, pero este tipo de técnicas no es accesible a la mayoría de los laboratorios de reproducción asistida. La zona pelúcida tiene gran importancia en el proceso de la fecundación y en las primeras divisiones embrionarias, pero ha de romperse para permitir la implantación. Los medios de cultivo podrían afectar a los componentes de la zona y alterar el proceso de eclosión y, además de ser obligada la optimización de estos medios y condiciones, es posible que en determinados casos sean necesarias medidas especiales. La eclosión asistida, aunque de eficacia controvertida a nivel general, parece que si es capaz de incrementar las tasas de embarazo en este grupo de pacientes21 La técnica de transferencia embrionaria debe buscar ser lo mas precisa y menos traumática posible, intentando asegurar la ubicación correcta de los embriones así como la ausencia de factores negativos como son la producción de sangrados, la provocación de contracciones uterinas, etc. Parece ser que la realización sistemática de transferencias de prueba, la guía ecográfica y el uso de catéteres blandos ofrecen mejores resultados22. El reposo, sin embargo, no se ha revelado como una medida con valor pronóstico23. La superioridad de unos protocolos de estimulación ovárica sobre otros en lo referente a la implantación es un hecho lejos de estar demostrado aunque es lógico pensar que los cambios en los niveles esteroideos podrían tener relación con la mayor o menor receptividad endometrial desde un punto de vista tanto cualitativo como cronológico. En este sentido, el evitar la elevación prematura de la progesterona en la fase folicular parece tener capital importancia para algunos grupos , aunque las opiniones no son unánimes. Los factores inmunológicos, son motivo de múltiples estudios pero no se ha podido aún establecer ningún vinculo consistente entre ellos y el FI. ¿QUÉ ES UN ESTUDIO NORMAL AL INVESTIGAR UN FI? : MEDICINA BASADA EN PRUEBAS En la práctica clínica diaria debemos realizar aquéllas pruebas encaminadas a encontrar causas tratables de la patología que nos ocupa. Otro tipo de pruebas y de tratamientos se enmarcarían dentro de el importante ámbito de la investigación y deben ser encuadrados en entornos específicos que permitan, mediante el adecuado análisis de los resultados dentro de diseños estadísticamente correctos, obtener conclusiones válidas acerca de la utilidad o no de la realización de tales procederes. Así, hoy, el estudio y tratamiento de gran parte de las posible causas admitidas o probables de FI, forman parte del protocolo normal de estudio básico o preparación previa a una FIV o durante su realización y no deberían posponerse a la aparición del problema: - Evaluación de la morfología uterina, cavidad endometrial y morfología endometrial en caso de sospecha ecográfica. - Estudio genético del varón en alteraciones seminales severas. - Evaluación de posibles hidrosálpinx. - Realización cuidadosa de la transferencia uterina - Realizar un cultivo embrionario en condiciones óptimas - Estudio de la baja reserva ovárica no "fisiológica" - Optimización de las condiciones generales de los pacientes: vida saludable, peso correcto, eliminación de tóxicos, tratamiento de endocrinopatías. El hallazgo de resultados patológicos en cualquiera de estas pruebas debe ser tratado de manera eficaz o valorado de forma pronóstica en la toma de decisiones con los pacientes. La evaluación de los niveles de progesterona sérica en los días previos a la punción folicular es para muchos autores24 una prueba importante que, en el caso de estar alterada, indicaría una luteinización precoz que por un mecanismo hipotético de alteración en la coordinación entre endometrio y embrión, alteraría los mecanismos de la implantación. En tal caso debería llevarse a la cancelación de la transferencia con criopreservación embrionaria, posponiendo la transferencia a un ciclo diferente del de la obtención ovocitaria. Este es un aspecto discutido pero su realización no es problemática y está al alcance de cualquier centro con un equipamiento estándar por lo que en algunos casos puede ser valorado. En todo caso, las determinaciones hormonales durante el ciclo, no siempre consideradas como necesarias, pueden ayudar a detectar alteraciones que indicarían, en cualquier caso, que debemos replantearnos u optimizar nuestros protocolos de estimulación ovárica, bien en general, bien en una paciente concreta. La existencia de una mala calidad morfológica ovocitaria o embrionaria que no esté en relación con una baja reserva ovárica o una patología seminal extrema, pueden teóricamente beneficiarse de una revisión del protocolo de estimulación utilizado, de las condiciones de cultivo de nuestro laboratorio, de un estudio genético de la pareja, o, de forma menos validada, del estudio de la FDNA espermático. En estos casos puede haber soluciones específicas con mayor o menor evidencia científica en cuanto a la validez de su utilización. En algunos casos será necesario proponer el cambio del gameto utilizado. Cuando se produce un FI "genuino", esto es, la ausencia de gestación tras repetidas transferencias de embriones morfológicamente normales, otros procedimientos diagnósticos que protocolo a todos los casos pueden ser propuestos general aplicable no forman necesariamente parte del basándonos en una mayor o menor evidencia científica ya sea en lo referente a su relación con el FI o ya sea en la efectividad del tratamiento existente para solucionarlos. - Estudio y tratamiento de la FDNA - Estudio genético seminal (FISH en espermatozoides) - Procedimientos especiales de selección espermática - Cribado Genético Preimplantacional (PGS) - Estudio de receptividad endometrial - Estudio de trombofilias - Estudio inmunológico e inmunoterapia ¿QUÉ HACER CUANDO EL ESTUDIO ES NORMAL? TRATAMIENTOS EMPÍRICOS La aplicación de tratamientos cuando todos los estudios, los validados científicamente o los que aún se están investigando, son normales, entra dentro del campo de la terapia ex-juvantibus, del "a ver que pasa". Es la puesta en marcha de forma empírica de procedimientos terapéuticos sin una base etiopatogénica pero con cierta utilidad basada en la experiencia de algunos autores , no exentos de polémica y de importantes debates éticos. Dado que la alternativa en estos casos consiste en abandonar el tratamiento o en cambiar de gametos, es comprensible que el paciente deba una buena información que le permita adoptar decisiones bien motivadas. Histeroscopia sistemática En un 18-44% de mujeres con una ecografía, histeroscopia y/o histerosalpingografía inicialmente normales, se revelan anomalías que pudieron haber pasado desapercibidas 25 26 . Su tratamiento mejora, lógicamente, los resultados. Pero la mera realización de la histeroscopia aún sin hallazgos patológicos se ha asociado a incrementos en las tasas de gestación27, quizás en relación con lo que explicamos en le apartado siguiente: el traumatismo endometrial previo a la transferencia. Herida endometrial La producción de un traumatismo endometrial se ha postulado como una manera de incrementar las tasas de gestación en FIV28 , beneficio que vendría originado por la puesta en marcha de hipotéticos mecanismos inflamatorios que, a través de cambios en la expresión génica endometrial, resultan ser beneficiosos para la implantación. Este beneficio se ha observado en un metaanálisis de El-Toukhy y cols. 29 a nivel de tasas de gestación en pacientes de FIV en general , pero no se observaron incrementos significativos en nacidos vivos. Centrándose sin embargo en pacientes afectadas por FI, el meta- analisis de Potdar y cols. 30 muestra resultados muy favorables que superan incluso el ya comentado efecto de la histeroscopia al realizar una biopsia endometrial mediante raspado , Ambos meta-análisis incluyen estudios aleatorizados y no aleatorizados pero el de Potdar y cols. analiza por separado los estudios aleatorizados y obtiene el mismo resultado. La debilidad del concepto es que en ningún momento se establece una definición clara acerca de qué método, en qué extensión y mediante qué instrumento debe hacerse el raspado endometrial "terapéutico" Endometritis Algunos autores encuentran asociación entre la presencia de signos inflamatorios crónicos en las biopsias endometriales y el FI31 32 en pequeñas series de casos -control y aunque informan de una mejoría en cuanto al diagnóstico en las pacientes tratadas, no encuentran posteriormente un beneficio en términos de resultados gestacionales. Dado que el diagnóstico precisa de una biopsia endometrial es más difícil saber cual es la causa de la hipotética posible mejoría, si el tratamiento antibiótico o el hecho de la lesión producida en el diagnóstico. Extirpación de miomas No parece haber duda en cuanto a los miomas submucosos pero en el caso de los intramurales no hay consenso ni trabajos apropiados. Así, ante un mioma de tamaño importante aunque no afecte la cavidad , hay defensores y detractores de su extirpación en los casos de FI 33 pero no evidencias que apoyen ninguna de las dos posturas 34 . Aunque el metaanálisis más importante, llevado a cabo por Sunkara y cols en 20101 indica que los miomas intramurales se asocian a menor tasa de embarazos, no hay trabajos que estudien si esta situación mejora tras la cirugía. Heparina de bajo peso molecular El uso de anticoagulantes en el FI es un tema muy debatido. Su utilización se ha registrado en numerosos trabajos con escaso número de pacientes y gran heterogeneidad metodológica. El meta-análisis de Seshadri y cols. 35 admite que en los estudios observacionales si se producen mejores resultados al usar heparina de bajo peso molecular, pero no así en los estudios randomizados. Otra revisión más reciente con meta-análisis de estudios randomizados realizados en mujeres con FI 36 si aprecia un beneficio en el tratamiento (en término de recién nacido vivo y en tasa de abortos, no así en tasas de implantación) para el grupo de pacientes con al menos 3 fallos de implantación previos pero si se eliminan los casos con trombofilia demostrable, no hay diferencias entre los grupos. Tratamiento de la adenomiosis Aunque no hay consenso acerca del impacto de la adenomiosis sobre la implantación, la mayoría de los estudios se han hecho en pacientes con supresión hipofisaria larga, lo que podría haber enmascarado el hipotético efecto de la adenomiosis mediante una deprivación estrogénica, efecto que ahora, donde predominan los ciclos con antagonistas de GnRH , podría no darse. En un estudio retrospectivo de Thalluri y Tremellen 37 , la presencia ecográfica de adenomiosis en mujeres sin ningún otro factor negativo conocido para la implantación supuso una menor probabilidad de gestación. Posteriormente, el estudio prospectivo de Salim y cols.38 confirmó la impresión inicial y también encontró una menor tasa de gestación y mayor número de abortos. Los dos trabajos se diseñaron para pacientes en sus primeros ciclos por lo que no podemos aventurar si hay una relación específica entre FI y adenomiosis. En todo caso, adecuar el tratamiento utilizando , por ejemplo, protocolos de frenación ultra-largos, podría ser una opción empírica en parejas con signos de adenomiosis y fallo repetido de implantación. Estos autores proponen además la utilización de corticoides para tratar un hipotético mecanismo inflamatorio en estos casos ya que han observado un incremento en el número de macrófagos y sospechan por ello una probable liberación de citoquinas y radicales libres , perjudiciales para la implantación. Experimentos El uso de GCSF 39 , HCG 40 o PIROXICAM 41 intracavitarios han sido tentativas con transfondo empírico, publicadas pero no bien sistematizadas por lo que sus resultados por el momento deben ser obviados hasta la realización de ensayos mas convincentes. ¿Y en el laboratorio de embriología? Los procedimientos embriológicos son muy difíciles de aleatorizar y realizar "a ciegas" lo que hace que la medicina basada en pruebas sea compleja a éste nivel42. Con trabajos de escasa calidad se van dando lentos pasos hacia técnicas con aparente beneficio, diferentes medios de cultivo, diferentes composiciones gaseosas, cocultivos, cultivos largos hasta blastocisto, IMSI, etc.. Uno de los aspectos mas estudiados y que guarda cierta relación con el FI, es la eclosión asistida o "hatching". Mientras que utilizada de forma rutinaria o en el subgrupo de pacientes añosas es una técnica sin ningún beneficio, en el grupo de pacientes de mal pronóstico, por FI previo, o en el caso de embriones criopreservados, parece asociarse con una mayor tasa de embarazos, aunque no está exenta de posibles complicaciones como la mayor frecuencia de gemelos monocigóticos, y no hay resultados concluyentes en cuanto a la tasa de nacidos vivos. Con el cultivo hasta el estadio de blastocisto también hay autores que han conseguido, en series aleatorizadas y controladas, mejorar las probabilidades de embarazo por transferencia en pacientes con FI. En la serie de Levitas y cols. 43 , a costa de unas altas tasa de cancelación de la transferencia en el grupo de cultivo a blastocisto (26% vs 6,4%), mientras que para el grupo francés de Tours44, el resultado fue también significativamente beneficioso en las tasas de embarazo por ciclo. Asistencia psicológica No hay ningún estudio que indique que los resultados, en términos de embarazo, mejoran con un tratamiento psicológico45, pero es bien evidente que un adecuado soporte emocional es necesario para ayudar a estas parejas con sucesivos fracasos médicos , inversiones económicas y frustraciones emocionales. El abandono de los tratamientos es menos frecuente con un adecuado asesoramiento psicológico, lo que, en algunos casos, puede ayudar a conseguir el fin deseado. En otras ocasiones es el psicólogo el que puede ayudar a las parejas a tomar la decisión de abandonar las terapias o considerar la opción del cambio de gametos. EXPERIENCIAS Los beneficios obtenidos tras la puesta en marcha de protocolos específicos para tratar el FI han sido publicados por varios autores. Coughlan y cols recientemente46 obtienen una tasa de recién nacido vivo del 29% pero hay que indicar que encuentran, entre otros, un 24% de hidrosálpinx, un 16% de alteraciones histeroscópicas y un 18% de ACA elevados o AcL+, lo que pone de manifiesto una población con fallos de implantación bastante "explicables". Sharif y Ghunaim47 comunican una serie prospectiva de 273 casos con al menos 2 FI y/o 6 embriones de buena calidad en mujeres menores de 40 años, en los que, siguiendo la medicina basada en pruebas se aplicó el estudio de posible hidrosálpinx, trombofilias, histeroscopia y cariotipo. Encontraron anomalías en el 41% de los casos. Se trataron los hallazgos patológicos y se aplicó protocolo largo de frenación con agonistas de GnRH y estímulo con FSHu. Se realizó eclosión asistida con laser en todos los casos y se transfirió en día +2 o +3 teniendo todas las pacientes transferencia de prueba previa. Las pacientes positivas para trombofilias fueron tratadas con heparina de bajo peso molecular desde el momento de la transferencia. La tasa de embarazos clínicos fue del 41% con una tasa de implantación del 23%. Hay que destacar que la media de embriones transferidos fué de 3,3 (rango 1-7) lo que se acompañó de una alta tasa de gestaciones múltiples (46,8%). La tasa de éxitos fue mucho mayor entre las pacientes con estudio anormal que entre aquéllas con FI inexplicable (50 vs 35%) y era inversamente proporcional al número de ciclos previos fallidos. El estudio carece de controles, lo que se explica por los autores como el producto de no poder dejar de realizar tratamientos con efectividad demostrada basados en la evidencia médica. CONCLUSIÓN El fallo repetido de implantación es un problema grave para las parejas que lo sufren y para los médicos que las tratan. En primer lugar no debemos dejar lugar a que el FI provenga de una mala estimulación ovárica, de una defectuosa técnica de transferencia o de un laboratorio con funcionamiento sub-óptimo. El llevar a cabo un estudio inicial completo y correcto implica no dejar de hacer todas aquellas pruebas que, no estando incluidas en el estudio normal de diagnóstico, han demostrado que son capaces de producir hallazgos tratables de demostrada eficacia: estudio de hidrosálpinx, estudio genético de la pareja, estudio de trombofilias e histeroscopia. El coste de estas pruebas debería quizás ser confrontado con sus beneficios para valorar hasta qué punto no debieran formar parte del estudio previo a cualquier técnica de reproducción asistida. Además, el uso de la eclosión asistida tiene, por la evidencia a día de hoy, un papel favorable en estos casos. La aplicación de medidas de eficacia aún no bien demostrada como la heparina en pacientes sin trombofilia, la congelación sistemática en casos de luteinización prematura, la miomectomía, la selección espermática con o sin estudio de fragmentación del DNA previo, el PGS con o sin FISH espermática previa, el raspado endometrial, el cultivo a blastocisto o los estudios de receptividad endometrial , pueden hacerse tras informar al paciente de su insuficiente validación científica, de la efectividad demostrada o no de los tratamientos disponibles, de sus costes y de sus posibles efectos indeseables. Ante un PGS sin embriones sanos deberá aconsejarse la donación de ovocitos48. Terapias completamente experimentales como la instilación de sustancias intrauterinas, las inyecciones de inmunoglobulinas, los factores de crecimiento, etc.. tropieza con el origen prácticamente empírico de su utilización, llevada a cabo y comunicada en muy escasas ocasiones, sin publicaciones de calidad que las avalen, por lo que su uso debe encuadrarse dentro del estricto campo de los ensayos clínicos. 1 Polanski LT, Baumgarten MN, Quenby A, Brosens J, Campbell BK, Raine-Fenning NJ. What exactly do we mean by “recurrent implantation failure”? A systematic review and opinión. Reprod Biomed Online 2013, doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.rbmo.2013.12.006 2 Sunkara SK, Khairy M, El-Toukhy T, Khalaf Y, Coomarasamy A. The effect of intramural fibroids without uterine cavity involvement on the outcome of IVF treatment: a systematic review and meta-analysis. Hum Reprod 2010;25:418–29. 3 Matsuzaki S, Canis M, Darcha C, Pouly JL, Mage G. 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