Monasterio de San Lorenzo del Escorial Sala de Batallas En esta sala se representan pasajes de las más famosas batallas ganadas por los ejércitos españoles. Diez ventanas iluminan esta estancia de 55 metros de larga por 5 metros de ancho y 7 metros de altura. Todas las pinturas son frescos, incluída la bóveda, de estilo pompeyano. Los autores de las pinturas fueron: Granelo, Castello, Tavarón y Cambiasso. Se restauraron entre 1882 y 1890 por Runesindo Martín y sus hijos. El enlace entre ambos palacios es este corredor cuya decoración nos sitúa en el ambiente de gesta que forjó el imperio, lo que hace entrar en las Habitaciones de Felipe II en un estado de ánimo propicio. Parece ser que en tiempos de Felipe II se halló un antiguo dibujo de la batalla de la Higueruela−ganada por Juan II de Castilla a los moros granadinos en Sierra Elvira en 1431−en un viejo arcón del Alcázar segoviano. Impresionado el monarca por aquel zafarrancho guerrero decide reproducirlo fielmente e inmortalizar esta batalla junto con otros famosos éxitos de los ejércitos castellanos y españoles en las paredes de su palacio. Las dimensiones de la galería, de más de 50 m. de longitud, permite desarrollar totalmente en un lienzo interior la gesta de La Higueruela: el campamento del rey de Castilla con sus tiendas y trincheras, los dos ejércitos puestos en orden de batalla, el ejército granadino en completa derrota y dispersión y los castellanos penetrando en los arrabales de Granada con escenas de espanto y huida de los vencidos. Los autores de la pintura al fresco fueron los hijos del Bergamasco, pintores discretos a los que hay que reconocerles la paciencia y habilidad de trasladar a estas paredes la ingente fanfarria de soldados con armaduras, escudos, celadas, adargas, pavesas, ballestas, alfanjes, espadas, lanzas, banderas, pendones, trompetas, tambores... que son los protagonistas principales de estos 55 m. de batalla. Los lados pequeños del salón fueron también pintados al fresco por los hijos del Bergamasco con las dos expediciones victoriosas de la armada de Felipe II a las islas Terceras (Azores), donde se reproducen con idéntica prolijidad multitud de buques en diversas faenas y maniobras. 1 Por último, en los nueve paños de la pared norte, alternando con las ventanas, se ofrecen nuevos hechos de armas gloriosos que citaremos por orden de forma sucinta: los trabajos preliminares para el sitio de San Quintín, la propia batalla, el asalto y la toma de la plaza, la rendición del puente de Chatelet en 1557, la salida de las tropas después de tomar la plaza de San Quintín, el incendio de la plaza de Han y toma de su castillo, la toma de Nayón, la batalla ganada por el duque de Alba al prior de Ocrato cerca de Lisboa, y el alarde de tropas en presencia de Felipe II en la dehesa de Cantillana en 1580. También en esta obra intervinieron los Bergamascos (escenas de San Quintín y toma de plazas francesas y flamencas) junto con Tavorón y Camblasso hijo (batalla portuguesa y revista en Cantillana). Estos últimos pintaron también vistosamente la bóveda de la sala en estilo pompeyano. Las pinturas de la sala fueron restauradas a finales del XIX. 2