1020 LA ACCIÓN PAULIANA La acción pauliana o revocatoria se encuentra prevista en el artículo 2491 del Código Civil, y consiste fundamentalmente en el derecho que le asiste al acreedor para que se rescindan los contratos onerosos, las hipotecas, prendas y anticresis que el deudor haya otorgado en su perjuicio, actuando de mala fe tanto el otorgante como el adquirente. Igualmente, procede en los casos en que los actos y contratos han sido a título gratuito, si se prueba la mala fe del deudor y el perjuicio del acreedor CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Concepto Jurídico No 59398 Octubre 20 de 2005 CONTRALORÍAS TERRITORIALES. Competencia para ejercer las acciones pauliana y de cobro a morosos de la cuota de auditaje. ANTECEDENTE Solicita se le informe quienes son los competentes en las contralorías para ejercer las acciones pauliana y de cobro a morosos de la cuota de auditaje. CONSIDERACIONES JURÍDICAS La acción pauliana. La acción pauliana o revocatoria se encuentra prevista en el artículo 2491 del Código Civil, y consiste fundamentalmente en el derecho que le asiste al acreedor para que se rescindan los contratos onerosos, las hipotecas, prendas y anticresis que el deudor haya otorgado en su perjuicio, actuando de mala fe tanto el otorgante como el adquirente. Igualmente, procede en los casos en que los actos y contratos han sido a título gratuito, si se prueba la mala fe del deudor y el perjuicio del acreedor. Son necesarias pues, dos condiciones para que el acto pueda ser revocado mediante la acción pauliana: i) que el acto cause perjuicio al acreedor y, ii) que se haya efectuado en fraude de los derechos del acreedor. Es decir, el perjuicio es la causa determinante de la acción si además el acto cumplido por el deudor ha producido su insolvencia. En materia de responsabilidad fiscal, dicha figura se encuentra consagrada en el artículo 97 de la Ley 42 de 1993, en los siguientes términos: Cuando aparezca que los bienes del responsable fiscal son insuficientes para cubrir el total de la suma establecida en el fallo con responsabilidad fiscal, las contralorías podrán solicitar la revocación de los siguientes actos realizados por el responsable fiscal, dentro de los dieciocho (18) meses anteriores a la ejecutoria del citado fallo, siempre que el acto no se haya celebrado con buena fe excenta de culpa: (...) 1) Los de disposición a título gratuito. (...) 2) El pago de deudas no vencidas. (...) 3) Toda dación en pago perjudicial para el patrimonio del responsable fiscal. (...) 4) Todo contrato celebrado con su cónyuge, compañero permanente, con sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad, único civil o con algún consorcio en sociedad distinta de la anónima. (...) 5) Todo contrato celebrado con sociedades en las cuales el responsable fiscal o las mismas personas nombradas en el anterior ordinal sean dueños, individual y conjuntamente, de un treinta por ciento (30%) o más del capital. (...) 6) La liquidación de bienes de la sociedad conyugal del responsable fiscal, hecha por mutuo consenso o pedida por uno de los cónyuges con aceptación del otro. (...) 7) Las cauciones, hipotecas, prendas, fiducias de garantía, avales, fianzas y demás garantías, cuando con ellas se aseguren deudas de terceros . (Destaca la Oficina). Acerca de la norma transcrita podemos hacer dos anotaciones; la primera, que está dirigida a las contralorías, es decir, general y territoriales y, la segunda, que se encuentra ubicada en el Capítulo IV, Jurisdicción Coactiva. Esto último nos indica que, son los servidores públicos de las dependencias de las contralorías encargadas de adelantar el proceso de jurisdicción coactiva, las que poseen la competencia para ejercer las acciones revocatorias. Así lo entendió el Contralor General de la República cuando expidió la Resolución Orgánica 05499 de 2003, Por la cual se compilan las principales normas del proceso de Jurisdicción Coactiva señalado por los artículos 90 a 98 de la Ley 42 de 1993 para la Contraloría General de la República, en concordancia con las prescripciones contenidas en el Código de Procedimiento Civil, en el Código Contencioso Administrativo y demás normas aplicables , y en el artículo 14 del Capítulo III de la misma, prácticamente transcribió el artículo 97 de la Ley 42 de 1993, incorporándole algunos aspectos previstos en el artículo 98, ibídem. Acción de cobro a morosos de la cuota de fiscalización o auditaje. De conformidad con el artículo 68 del Código Contencioso Administrativo, &Prestarán mérito ejecutivo por jurisdicción coactiva, siempre que en ellos conste una obligación clara, expresa y actualmente exigible, los siguientes documentos: (...) 1) Todo acto administrativo ejecutoriado que imponga a favor de la Nación, de una entidad territorial, o de un establecimiento público de cualquier orden, la obligación de pagar una suma líquida de dinero, en los casos previstos en la ley; (&) . (Resalta la Oficina). En armonía, el artículo 79, ibídem, agrega que, &Las entidades públicas podrán hacer efectivos los créditos a su favor en todos los casos a que se refieren las disposiciones anteriores por jurisdicción coactiva y los particulares por medio de la jurisdicción ordinaria . (Negrilla de la Oficina) Dando alcance a los anteriores preceptos, el artículo 112 de la Ley 6ª de 1992 señala que, & De conformidad con los artículos 68 y 79 del Código Contencioso Administrativo, las entidades públicas del orden nacional tales como ministerios, departamentos administrativos, organismos adscritos (y vinculados)*, la Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la Nación y la Registraduría Nacional del Estado Civil, tienen jurisdicción coactiva para hacer efectivos los créditos exigibles a favor de las mencionadas entidades y de la Nación. Para este efecto la respectiva autoridad competente, otorgará poderes a funcionarios abogados de cada entidad o podrá contratar apoderados especiales que sean abogados titulados. (Destaca la Oficina). *(Nota: La expresión entre paréntesis fue declarada exequible por la Corte Constitucional en Sentencia C-666 de 2000, pero en el entendido de que la autorización legal para ejercer el poder coactivo se refiere exclusivamente al cobro o recaudación de recursos provenientes de funciones netamente administrativas confiadas por el legislador de modo expreso a los entes vinculados, siempre que en la misma norma legal correspondiente se autorice la función de ejecución coactiva y se determinen las condiciones de su ejercicio, únicamente en cuanto a los aludidos recursos. Bajo cualquiera otra interpretación, los mencionados vocablos son inexequibles). Como se podrá notar, el artículo 68 del Código Contencioso Administrativo se refiere a todo acto administrativo ejecutoriado, el 79, ibídem a las entidades públicas en general y, a pesar de que el artículo 112 de la Ley 6ª de 1992 tiene como destinatarias a las entidades públicas del orden nacional, no se puede perder de vista que, de conformidad con el artículo 272 del Ordenamiento Constitucional, los contralores departamentales, distritales y municipales ejercerán en el ámbito de su jurisdicción, las funciones atribuidas al Contralor General de la República en el artículo 268, entre ellas, la de ejercer la jurisdicción coactiva. Además, el numeral 4° del artículo 165 de la Ley 136 de 1994 y el numeral 5° del artículo 9° de la Ley 330 de 1996, le atribuyen a los contralores distritales, municipales y departamentales, respectivamente, el ejercicio de la jurisdicción coactiva. Por consiguiente, el hecho de que el artículo 92 de la Ley 42 de 1993 enumere en forma taxativa los documentos que prestan mérito ejecutivo, sin incluir los actos administrativos que fijan la cuota de fiscalización o auditaje, no significa que no puedan ser cobradas por jurisdicción coactiva o que las contralorías no posean competencia para ello. Sólo basta con repasar el contenido de los artículos 68 y 79 del Código Contencioso Administrativo ya vistos, para arribar a tal conclusión. En resumen tenemos que, como cada contraloría debe contar dentro de su estructura con una dependencia encargada de ejercer la jurisdicción coactiva, serán los funcionarios asignados a la misma quienes poseen la facultad para iniciar las acciones pauliana o revocatoria y de cobro coactivo a los morosos de la cuota de fiscalización o auditaje. De ahí que, así como para la Contraloría General de la República el Legislador Extraordinario previó dentro de su estructura la Dirección de Jurisdicción Coactiva y los Grupos de Jurisdicción Coactiva Departamentales y les atribuyó funciones, (Decreto Ley 267 de 2000, artículo 61), las asambleas departamentales y los concejos distritales y municipales, a iniciativa de los respectivos contralores, (Ley 136 de 1994, artículo 157 y Ley 330 de 1996, artículo 3°), son los competentes para crear las dependencias encargadas de ejercer la jurisdicción coactiva y de asignarles una planta de personal y unas funciones. Finalmente advertimos que, en virtud de ser la Oficina Jurídica una dependencia asesora de conformidad con lo dispuesto en el artículo 43 del Decreto Ley 267 de 2000, los conceptos tienen el carácter que les atribuye el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo, esto es, carecen de fuerza vinculante. Cordialmente, (Original Firmado) IVÁN DARÍO GÓMEZ LEE Director Oficina Jurídica Bogotá, D.C., 30 de abril de 2006