Las nuevas reLaciones de poder en américa

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DOCUMENTOS DE L DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA
Las nuevas relaciones de
poder en América Latina
y su proyección global
I n form e d e s emin ar i o
Augusto Varas
Diciembre de 2009
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contenido
I. RELACIONES INTRA REGIONALES
1. Globalización económica y política. 2. Impacto de la crisis financiera en la región
3. Democratización, presidencialismo o neo-populismo
4. Próximas elecciones 2010
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II. RELACIONES EXTRA REGIONALES
1. Potencias hemisféricas: Estados Unidos, México y Brasil
2. Nuevos actores: Irán, China, Rusia, India y La Unión Europea
a) Irán
b) China
c) Rusia
d) India
e) Unión Europea
3. Seguridad, tema militar, carrera armamentista?
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III.ESCENARIO DE COOPERACION
1. Cooperación Sur-Sur
2. Escenarios regionales de cooperación
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IV.CONCLUSIONES
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Anexo. Lista de participantes 19
En octubre de 2009, el Centro de Construcción de Paz de Noruega (NOREF), conjuntamente
con el Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, organizaron en
la ciudad de Bogotá, Colombia, el seminario Las nuevas relaciones de poder en América
Latina y su proyección global, el cual contó con la participación de destacados analistas
políticos latinoamericanos así como con autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores
de Noruega y de sus representantes diplomáticos acreditados en la región. El presente
documento resume las principales ideas debatidas durante el seminario.
las nuevas relaciones de poder en
américa latina y su proyección global
I nfo rme d e semin ario
Augusto Varas*
En la última década, los países latinoamericanos han
experimentado transformaciones sustanciales en la
distribución del poder político a nivel doméstico
y hemisférico, así como una tendencia creciente
hacia la trans-regionalización de sus relaciones
políticas y comerciales.
Las transformaciones en las relaciones de
poder en la región también se han visto aceleradas
por el distanciamiento de los países latinoamericanos
respecto de los Estados Unidos. A las limitaciones
de su política hemisférica como consecuencia de su
pérdida de influencia estratégica en la región, se han
sumado los cambios políticos e ideológicos observados
durante la última década en America Latina.
Para entender mejor esta particular situación regional, el Centro de Construcción de
Paz (NOREF) de Noruega, conjuntamente con
el Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, convocó en la ciudad de
Bogotá en octubre de 2009 el seminario “Las
nuevas relaciones de poder en América Latina y su
proyección global”, que contó con la participación
de analistas políticos latinoamericanos así como
autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores
de Noruega y de sus representantes diplomáticos
acreditados en la región (ver Anexo 1 para una
lista de los participantes en la reunión).
* Consultor de NOREF. Agradezco el aporte de Catalina
Arreaza en la preparación de este informe.
El presente documento resume las principales
ideas debatidas durante el seminario.
I. RELACIONES INTRA REGIONALES
1. Globalización económica y política.
Los participantes reconocieron que América Latina
no ha estado ajena a los procesos de globalización
que enmarcan las relaciones económicas, políticas
y culturales a nivel mundial.
Para algunos participantes la globalización
debe entenderse no como un proceso único sino,
más bien, como una conjunción de varios procesos
simultáneos caracterizados por la fragmentación
y redistribución del poder mundial –multipolarismo-- lo que se asocia a una creciente cesión de
soberanía por parte de los estados nacionales a
favor de mecanismos supranacionales.
En el marco de este proceso de globalización
han surgido crecientes demandas de democratización
del ámbito internacional multilateral por parte de
los poderes regionales emergentes. Esta demanda
democrática internacional se ha visto acompañada,
en varios casos regionales, por un giro de sus
gobiernos hacia la izquierda. Estos han abierto
espacios de participación –anteriormente abiertos
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DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POL Í TICA
solo para las elites nacionales e internacionales- a
sectores anteriormente marginados tanto de la
política nacional como de las relaciones de poder
internacional. Especial mención requiere el caso de
Bolivia, país donde es posible apreciar un proceso
inédito de nuevas instituciones democráticas que
responden a su especial perfil multicultural.
Estos gobiernos han quedado sujetos a demandas políticas que aspiran a un Estado centrado
en atender las necesidades nacionales populares más
que responder a una lógica y demanda supranacional
ajena a los sectores recientemente incluidos. Así,
el actual proceso de inserción de la región en el
proceso de globalización está aparejado a un fuerte
componente democratizador a nivel nacional. En
el plano internacional, consistentemente con sus
orientaciones de política interna, los gobiernos
de la región están demandando una ampliación
y democratización de los espacios e instituciones
internacionales multilaterales lo que le ha dado
a la política internacional un nuevo sello. A esta
nueva impronta de la política internacional es que
los actores internacionales deberán crecientemente
responder adecuando sus políticas exteriores a estas
nuevas formas de inserción de los países emergentes
en el espacio internacional.
En este contexto, resulta adecuado considerar la actual coyuntura de la política hemisférica
como en transición, proceso concurrente con los
cambios que ocurren a nivel global. En particular,
las estructuras de poder mundial están siendo
transformadas, entre otras razones, por la presencia cada vez mayor de poderes emergentes no
occidentales.
En América Latina esta transición se ha
caracterizado fundamentalmente por un alto nivel
de incertidumbre. Las razones son múltiples: una
progresiva apertura al mundo con énfasis en el
Pacífico, el Atlántico y Asia; una mayor apertura al
intercambio intra-regional; la inestabilidad política
generada por los sucesivos cambios de presidentes
como consecuencia de movilizaciones sociales;
el surgimiento de movimientos de izquierda que
han generado presiones opositoras con arraigo en
importantes bases sociales; el creciente presiden-
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cialismo con el consecuente personalismo en las
relaciones políticas regionales; la fragmentación
de los procesos de integración regional y la ineficacia de algunos de los mecanismos multilaterales
regionales existentes; y la existencia de conflictos
internos no resueltos tanto dentro como entre
algunos países latinoamericanos, lo que lleva
aparejado un aprovisionamiento de armas para la
modernización de las instituciones militares o para
la mantención de equilibrios regionales.
Esta transición no tiene necesariamente
un carácter progresista sino que también alberga
corrientes reaccionarias y conservadoras. Específicamente, es posible identificar una alarmante
retracción en la calidad del ejercicio democrático
en diferentes países de la región. Esto ha sido
evidenciado durante la crisis en Honduras, la que
fue percutada por la expectativa de un democracia
efectiva, la que genero la instabilidad que motivo
el golpe de estado a mediados de este año. Igualmente, las limitaciones al pluralismo político
observadas en algunos países andinos, es prueba
de lo mismo.
En suma, si bien no se puede hablar de
una sola tendencia generalizada en el hemisferio,
es posible constatar una bifurcación entre países
con mayores niveles de desarrollo institucional
democrático y otros que presentan actualmente
un retroceso.
Aun cuando la región tradicionalmente
se ha caracterizado por su diversidad en materia
de arreglos y prácticas institucionales, en años
recientes estas diferencias se han acentuado. Un
aspecto importante que revela las diferencias intra
regionales es el tema de la defensa, materia sobre
la cual no ha sido posible desarrollar una posición
hemisférica concertada. Asimismo, y también el
terreno de la seguridad desde una perspectiva amplia, tampoco es posible distinguir una posición
común con respecto a la lucha contra el crimen
organizado y el narcotráfico.
Estas dificultades para adoptar posiciones
y políticas comunes frente a temas regionales y
hemisféricos se suman y combinan a la crisis y
dificultades de institucionalización de los proyec-
n u e va s r e l ac i o n e s d e p o d e r e n A m é r i c a L at i n a – AUGUSTO VARAS
tos de integración regional, como sucede con
la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el
MERCOSUR y UNASUR.
Por su parte, la OEA no ha podido mostrar
éxitos decisivos en coyunturas complejas como
el golpe de Honduras, el conflicto entre Ecuador
y Colombia, e incluso en el manejo de la problemática de las drogas y el crimen organizado. En
este sentido, algunos participantes piensan que
ésta ha sido la década perdida para la integración
de América Latina.
UNASUR, que pretende ir más allá de los
acuerdos de libre comercio para seguir avanzando,
estima que hay que pasar a nueva etapa más avanzada de integración el que en la actualidad sirve de
foro para debatir problemas y buscar soluciones
comunes a Suramérica. Con todo, UNASUR ha
evidenciado el distanciamiento entre Brasil y México,
este último fuera de la nueva organización, lo que
afecta las posibilidades de coordinación política
regional futura. Esto incorpora inevitablemente
un elemento de tensión con México, aun cuando
no se excluye su incorporación en UNASUR en el
futuro. La participación del Presidente Calderón
en la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre
Integración y Desarrollo (CALC), en Bahía, en
diciembre del 2008, demostró que había espacio
para la coordinación de posiciones sobre la agenda
regional.
Esta tendencia podría agravarsee producto de
cuatro factores claves: el aumento del nacionalismo
político; el aumento de las diferencias sociales intra
nacionales; la proliferación de armas y aumento del
gasto militar, y la degradación ambiental. De esta
forma, América Latina muestra que ha abandonado
los principios, compromiso y bases tradicionales de
una integración regional completa, privilegiando,
por el contrario, sus propios intereses nacionales
individuales y las políticas que los expresan.
Estas tendencias centrífugas se encuentran
estimuladas por las nuevas relaciones económicas
internacionales que la región ha venido desplegando pari passu al proceso globalizador. Aunque
históricamente América Latina no ha estado
aislada de los flujos económicos dominantes, ha
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presentado una capacidad reducida de acción en
el ámbito económico internacional. Sin embargo,
en la actualidad ésta situación parecería estar
cambiando.
La reciente organización de la “Comunidad de
Estados de América Latina y el Caribe” como foro
de debate regional ha sido una clara demostración
de la capacidad diplomática mexicana y un paso
adelante en la reorganización de las relaciones de
poder intra latinoamericanas, reparando de esta
forma las debilitadas relaciones entre México y
Brasil, y creando un nuevo y más positivo ambiente
para futuras coordinaciones políticas. No obstante,
este nuevo espacio no implica necesartiamente una
mayor y efectiva integración regional.
Desde una perspectiva global, se ha dado
una convergencia de intereses entre las economías
emergentes -cuyas dinámicas internas de crecimiento demandan crecientes volúmenes de materias primas y recursos energéticos- y los países
latinoamericanos con las respectivas capacidades
de oferta, quienes han estrechado progresivamente
los lazos comerciales con potencias extra-regionales
como China, Rusia, Irán e India. China es ahora
el principal mercado de productos de algunos
países latinoamericanos (Brasil, Chile); la región
Asia/Pacífico ha reemplazado a Europa como el
principal mercado para América Latina; México
y Chile han sido incorporados a la OECD; y la
lucha contra el proteccionismo se ha desplazado
hacia las rondas de negociación de Doha. En la
actualidad América Latina tiene 42 tratados de
libre comercio en vigor con más de 100 países
intra y extra regionales. En este sentido, afirmar
que América Latina ha perdido importancia
económica mundial no se corresponde con la
realidad de los hechos.
A su vez, se observa una creciente valorización de los productos primarios de la región, en
especial los relacionados con el sector energético,
siendo los países más favorecidos por esta tendencia Brasil, Argentina, Venezuela y Bolivia. Otros
países como México, por el contrario, se han visto
afectados por la crisis financiera internacional lo
que ha dificultado los esfuerzos de reducción de
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DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POL Í TICA
la pobreza que habían alcanzado índices históricos en la década pasada. Cabe destacar que en la
medida que el aumento en los precios de algunos
productos agrícolas a nivel internacional afecte a
los consumidores más pobres de los países más
pobres, esto podría incrementar las tensiones en
la región.
Así, a pesar de que América Latina estuvo
relativamente aislada del centro histórico de gravitación política, económica y cultural mundial,
la situación ha cambiado significativamente durante los últimos quince años. Este fenómeno se
manifiesta, entre otros, en la diversificación de
relaciones diplomáticas. Por ejemplo, las embajadas de países latinoamericanos en ciudades como
Delhi y Moscú han ido en aumento, así como el
despliegue de misiones diplomáticas latinoamericanas (Venezuela, Brasil) en África; Brasil lidera
el proceso de reforma del Consejo de Seguridad
y otras instituciones financieras internacionales; y
Argentina, Brasil y México negocian por América
Latina en el Grupo de los 20. Otro ejemplo de
creciente extra-regionalización de las relaciones
exteriores es el caso de Chile: en un período de
cinco semanas, durante las Cumbres Progresista
y América Latina-África en 2009, entre otras,
la presidenta Michelle Bachelet se reunió con
aproximadamente 70 mandatarios y líderes de
diferentes países, número nunca antes visto para
un país latinoamericano.
2. Impacto de la crisis
financiera en la región
El impacto de la crisis financiera ha tenido impactos
de diverso signo en la región. Tuvo impactos adversos
en el comercio y reveló políticas proteccionistas
inadmisibles. Sin embargo, también mostró avances
en la política de inclusión social lo que permitió
que esta tuviera un impacto relativamente menor
sobre la mayoría de los países de la región.
Por una parte, se han observado algunos
efectos negativos como la disminución del flujo
de remesas, el que se ha contraído en aproxi-
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madamente un 30% en comparación con años
anteriores. A esto se suma la caída en las entradas
por servicios de turismo y al endurecimiento de
las políticas migratorias en Estados Unidos y la
Unión Europea. Estas externalidades negativas
de la crisis afecta a los grupos más vulnerables de
las sociedades latinoamericanas y, a su vez, limita
las capacidades institucionales de lucha contra la
pobreza en algunos países de la región.
Pese a que en el seminario se valoró la
búsqueda de esfuerzos concertados para afrontar la crisis, como se evidenció en la cumbre del
G-20, se consideró que la crisis financiera no fue
aprovechada como una oportunidad para reactivar
la cooperación regional a través de los mecanismos existentes. Desafortunadamente, los países
de la región han defendido sus propios intereses
nacionales individuales perdiendo de vista los
colectivos. Las persistentes tensiones bilaterales
han sido un obstáculo adicional para incrementar
la cooperación regional.
Por otra parte, algunos analistas mostraron
preocupación por la rapidez con que la crisis
financiera ha venido siendo superada impidiéndose la generación de nuevas ideas, modelos
o ideologías post-crisis que den cuenta de los
problemas estructurales evidenciados a través de
ella. Con todo, pareciera que en América Latina
se han dado algunas respuestas frente al fracaso del
modelo neoliberal, como las políticas anti-cíclicas
que protegen a los más necesitados; los modelos y
políticas de protección social que incluyen bonos
de salud, educación y vivienda, entre otros; las
medidas destinadas a regular los mercados por
parte del Estado; y los esfuerzos de transparencia
institucional que comienzan a diseminarse en la
región, serían algunas de las respuestas formuladas para hacer frente a la crisis. Estas políticas
estarían, de hecho, apuntando a la construcción
de un neo-estado de bienestar, apoyado por la
temporal bonanza económica de la región, la
que se estima no perduraría en el largo plazo por
lo que estas respuestas a la crisis podrían ser de
corta duración.
n u e va s r e l ac i o n e s d e p o d e r e n A m é r i c a L at i n a – AUGUSTO VARAS
3. Democratización, presidencialismo
o neo-populismo
Latinoamérica viene experimentando durante
los últimos años una marcada tendencia hacia la
profundización democrática. En varios países se
han llevado a cabo reformas estructurales que han
buscado incluir dentro de la esfera pública grupos
sociales históricamente marginados. Las reformas
constitucionales realizadas en los países del bloque
bolivariano son ejemplo de esto. Con todo, en
algunos de ellos se observa un doble movimiento,
muy propio del populismo, que abre espacios
populares clientelares a la vez que restringe otros
espacios como, por ejemplo, la libertad de prensa,
amparándose en que esos son espacios que usa la
oligarquía en contra de los intereses populares. A
contrario sensu, en el caso hondureño se observa
una disfunción múltiple entre instituciones, elites,
sectores populares y prácticas democráticas no
violentas, cuando se trata de resolver una crisis
política evidenciando la insuficiencia de esas débiles instituciones democráticas sin capacidad de
acomodar las crecientes demandas populares de
apertura política.
Mientras en épocas pasadas las demandas
de apertura política dieron pie a la instauración
de regímenes autoritarios a lo largo de la región,
actualmente se observa un acomodamiento institucional con objetivos de inclusión política y social.
A su vez, el generalizado repudio hemisférico e
internacional al golpe en Honduras muestra el
importante enraizamiento y apoyo a las convicciones democráticas regionales.
El proceso de profundización democrática
fue percibido como irregular en toda la región
existiendo, simultáneamente, grandes retrocesos.
En algunos países, más que un proceso de democratización se estaría experimentando un fenómeno
de fuerte presidencialismo apoyado por políticas
neo-populistas. En estos casos se observa un proceso
de des-institucionalización democrática.
Este fenómeno también se expresaría en
el campo de la política exterior a nivel regional
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bajo la forma de una diplomacia presidencialista
la que ha sido una práctica antigua e importante
en varios períodos en la región, sobre todo para
enfrentar conflictos fronterizos. Sin embargo, su
abuso tiende a profundizar la crisis de las instituciones multilaterales regionales. En tales casos, el
llamado a las bases populares sería instrumental
a la concentración del poder en las respectivas
presidencias con la consiguiente agudización de
los personalismos.
El efecto neto de esta tendencia a la desinstitucionalización democrática es una fuerte
polarización social entre izquierdas y derechas a
consecuencia del fortalecimiento de los liderazgos
mesiánicos que se asocian al personalismo populista, los que en casos de conflicto de intereses no
aceptan mediación institucional a nivel nacional,
ni intermediación de canales diplomáticos a nivel
internacional.
No obstante, en otros países los cambios
democráticos no han conducido a este neopopulismo, observándose transformaciones significativas en la cultura democrática. Ejemplo de
ello es que Brasil tenga un presidente ex obrero y
sindicalista, Bolivia un presidente indígena y que
haya dos presidentas mujeres, Chile y Argentina.
Igualmente, la implementación de políticas anti
cíclicas para proteger a los más pobres durante la
última crisis financiera muestra una consecuente
actitud de protección de los intereses populares.
Todas estas son evidencias claras de una profundización democrática sin punto de comparación
con anteriores décadas.
Establecer que esta polaridad entre regímenes
de profundización democrática y neo-populista
caracteriza en forma definitiva el panorama
latinoamericano podría ser simplemente reduccionista dado que en cada país se puede ver una
combinación de ambos rasgos, predominando uno
u otro factor de acuerdo al caso. La estabilidad
democrática en Ecuador y Bolivia, luego de nueve
presidentes derrocados consecutivamente, es un
adelanto muy significativo aun cuando se observen
liderazgos personalistas, o bien en los casos de
Brasil y Chile donde el fuerte presidencialismo no
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DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POL Í TICA
ha sido tentado por tendencias populistas. Adicionalmente, es necesario reconocer que los gobiernos
populistas históricamente se han caracterizado
por un pobre manejo de la economía lo que en
el caso de América Latina en la última década no
ha sucedido, salvo excepciones. Los países de la
región no han sufrido desproporcionadamente
la actual crisis financiera observándose, en unos,
una exposición prudente al mercado mundial y,
en otros, una holgura financiera producto del alto
precio de sus commodities.
Reconociendo que el presidencialismo ha sido
una institución histórica y común en América Latina
durante las discusiones se estimó que la región en
estos momentos requiere es reforzar los controles
institucionales sobre el poder presidencial.
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próxima administración. Similarmente, las elecciones legislativas en Venezuela, en diciembre de
2010, serán cruciales para establecer el estado de
las relaciones oposición-gobierno en el plano
electoral. Finalmente, las elecciones presidenciales en México en 2012, país en medio de una
cruenta confrontación interna entre los carteles
de la droga y las fuerzas armadas y de orden,
podrían dar paso a un nuevo gobierno de los
actuales opositores lo que podría modificar no
solo las políticas del derechista PAN, sino que
también cambiar el escenario de las relaciones
hemisféricas.
En síntesis, el panorama político regional
se seguirá caracterizando por una incertidumbre
transicional en la cual el escenario electoral aporta
una cuota adicional de aleatoriedad.
4. Próximas elecciones 2010
El período electoral que se aproxima en varios de los
países de la región en 2010 será determinante en la
definición del futuro de muchas de las tendencias
experimentadas actualmente. Es preocupante la
incertidumbre que genera la falta de claridad en las
reglas de juego en algunos países como Colombia,
Venezuela y Honduras. La impunidad del golpe
de estado en Honduras, la erosión de pluralismo
político en Venezuela y la falta de definición sobre la reelección del presidente Álvaro Uribe en
Colombia generan serias dudas sobre el respeto a
las garantías democráticas en estas naciones.
Por otro lado, la elección de derechista Piñera
en Chile podría configurar una nuevo tipo de
arreglos políticos en Sudamérica; y las elecciones
en Brasil podrían significar un cambio en el tipo
de liderazgo que hasta el momento ha ejercido el
presidente Lula da Silva, quien le ha aportado un
alto valor simbólico al actual liderazgo brasilero a
nivel regional y global. Igualmente, las elecciones
presidenciales en Argentina en 2011, las que ya
se comienzan a esbozar con ciertas alianzas y
posicionamientos de pre-candidatos, en el contexto de un parlamento opositor recientemente
elegido generan dudas sobre la orientación de la
II. RELACIONES EXTRA REGIONALES
1. Potencias hemisféricas: Estados
Unidos, México y Brasil
En el seminario se constató el distanciamiento
entre EE.UU. y América Latina producto del fin
guerra fría y la apertura del espacio internacional
más amplio, lo que ha generado una situación de
multipolaridad. Igualmente, en la última década
los gobiernos latinoamericanos han criticado y
rechazado la política anti terrorista de la administración Bush, así como de las iniciativas hemisféricas
de EE.UU., como el ALCA, que fue sepultada en
Mar del Plata en noviembre de 2005.
En materias económicas la discusión sobre
la liberación del comercio internacional se ha dado
fuera de la región, en Doha o en el Grupo de los
20 donde Argentina, Brasil y México representan
a América Latina. Han surgido nuevas propuestas
como en la Séptima Cumbre del ALBA el 2009
en Cochabamba donde se aprobó una nueva
moneda de intercambio comercial, el Sucre, en
vez del dólar.
n u e va s r e l ac i o n e s d e p o d e r e n A m é r i c a L at i n a – AUGUSTO VARAS
El aislamiento de los Estados Unidos en
la región se ha manifestado tanto en materias
económicas, políticas como militares. Cabe aclarar,
no obstante, que Estados Unidos no ha dejado
atrás su intención hegemónica en el hemisferio y
que en la actualidad se observa una revitalización
de la doctrina Monroe frente a la presencia de nuevos actores extra-regionales particularmente Irán.
Con todo, se reconoció que Estados Unidos sigue
teniendo importancia crucial para algunos de los
países de la región, como Colombia, aun cuando
sería necesario establecer con mayor claridad el
nuevo rol que está jugando. De esta manera surgió
la pregunta sobre cómo se va a llenar el vacío
hegemónico dejado por los Estados Unidos.
Luego del fin de la guerra fría, México y
Brasil emergieron como potencias regionales. Sin
embargo, México no parecería estar contribuyendo
en gran medida al desarrollo del resto de la región y
es posible que con Brasil suceda algo similar. Desde
esta perspectiva, América Latina no tiene líderes
sino países fuertes que enfrentan diariamente sus
múltiples problemas internos para responder a sus
constituyentes, no proveyendo de bienes colectivos
a la región. Esto es, sin mostrar capacidad de llenar
el vacío hegemónico en la región.
Al respecto, algunos analistas afirmaron que
UNASUR no es una fuente de equilibrio en la
región y que, por lo tanto, sería más provechoso
tratar de involucrar, junto con Brasil, a otras
potencias regionales para contrarrestar la ausencia estadounidense, como por ejemplo Canadá
o México, afrontando así de mejor forma, entre
otros, el tema centroamericano. Otra opción
mencionada fue lograr involucrar más a España,
aprovechando su próxima presidencia de la Unión
Europea, para tratar de estrechar vínculos inter
regionales multilaterales aprovechando la próxima
cumbre UE-América Latina, definiendo en forma
más clara la identidad de estas relaciones, si serán
éstas de carácter bilateral o multilateral, o una
combi nación de ambas.
En el caso de México, más que un país integrado por el NAFTA a los EE.UU. y Canadá,
se estimó que aparecía ensimismado tanto por sus
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divisiones políticas internas que tienen en jaque
su gobernabilidad, como por la aguda emergencia
de seguridad pública que experimenta, las que sumadas han tenido como resultado el retraimiento
mexicano de las dinámicas regionales.
Desde la firma del NAFTA México ha sufrido
una transformación económica importante pasando
de ser exportador de materias primas a ser el mayor
exportador de manufacturas de América Latina
y el comercio con la región, sostenido sobre una
amplia serie de acuerdos comerciales bilaterales, ha
crecido sustancialmente. Por su parte, el acuerdo
de libre comercio con Canadá y Estados Unidos
se encontraría agotado debido a que no ha sido
posible la total implementación de lo estipulado
en el NAFTA, en particular los mecanismos de
resolución de controversias. La irrupción del
terrorismo, la negativa política migratoria de
los EE.UU. después del 9/11 y el aumento de la
vigilancia de las fronteras, limitan al libre tránsito
agudizando esta situación. Finalmente, de acuerdo
a recientes encuestas de opinión, los mexicanos se
han definido en 65% como latinoamericanos; 30%
como ciudadanos del mundo, y el restante porcentaje como norteamericano o centroamericano.
Todo lo anterior podría dar un impulso a nuevas
relaciones con América Latina tal como la cumbre
de Cancun en 2010 lo ha mostrado.
Respecto del liderazgo brasilero en la región
-actor efectivo en favor de la integración- se
analizó que existen tanto expectativas crecientes
así como de desconfianza y suspicacias sobre su
rol potencial. Brasil busca tener un rol político
regional y global proporcional a su creciente peso
económico global. La pregunta, entonces, fue
cómo encontrar un rol regional compatible con
su tamaño pero que no genere suspicacias y, al
mismo tiempo, ayude al resto de la región. Brasil
aspira a un asiento permanente en el Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas y se proyecta
globalmente jugando un rol político extra regional
e intentando jugar un rol mediador en el Medio
Oriente, como sucedió con el viaje del canciller
Celso Amorim a los países árabes durante la crisis
de 2008-2009, y establece alianzas internacio-
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DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POL Í TICA
nales multilaterales como el IBSA (India, Brasil
y Sudáfrica) y el BRIC (Brasil, Rusia, India y
China). En síntesis, podría afirmarse que Brasil
se perfila como una potencia que busca ingresar
a las grandes ligas mundiales.
En el campo latinoamericano se destacaron
cuatro elementos que caracterizan la política exterior del Brasil: estimular la cooperación dentro de
América Latina; contribuir a calmar los desacuerdos
en la región; no tomar parte en los desacuerdos;
y no criticar públicamente a los líderes electos de
los países. En este sentido, algunos participantes
estimaron que no podría afirmarse que la política
brasileña tiene pretensiones hegemónicas en la
región. Por el contrario, sus políticas sociales,
efectivas en materia de inclusión social y de crecimiento económico, podrían ser una referencia y
un motivo de esperanza para la región.
No obstante, otros participantes expresaron
dudas acerca del efectivo rol de Brasil en la región
resaltando el efecto fragmentador de la creación de
UNASUR al excluir México. Desde esta perspectiva
se afirmó que no necesariamente todo lo bueno
para Brasil sería bueno para América Latina y que
la institucionalidad que le sirve a América Latina
debe ser aquella que le sirva a toda la región y no
a un solo país.
Respecto de los nuevos socios estratégicos de
la región se estimó que ninguno está en capacidad
de llenar el vacío de hegemonía dejado por Estados
Unidos. China, por ejemplo, no tiene aspiraciones
de llenarlo. Para la Unión Europea, por su parte,
América Latina no constituye una región estratégica, por lo que prefieren privilegiar acuerdos
bilaterales sobre acuerdos de carácter regional. Se
habló, entonces, de la posibilidad de un liderazgo
compartido entre Brasil y otros países.
Frente a este problema se pensó en un liderazgo compartido a escala sub-regional, en donde la
probabilidad de llegar a consensos sería mayor. Sin
embargo, el problema es que actualmente no existe
ningún acuerdo sub-regional en funcionamiento
que tenga capacidad de llenar este vacío.
1
2. Nuevos actores: Irán, China,
Rusia, India y La Unión Europea
La tendencia hacia una redistribución del poder
mundial se constató como cierta, la que se ha
visto reflejada en temas globales como las propuestas de reforma al Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, la actual composición del G20
y la presencia de potencias extra regionales en
América Latina.
Por su parte, la región no ha estado ajena al
surgimiento de nuevas potencias globales siendo
Brasil el país que podría convertirse en un nuevo
actor en la estructura de poder mundial, tal como
su política exterior se lo ha propuesto.
En el hemisferio, la diversificación de las
relaciones extra-regionales se valoró como altamente
positiva en la medida que amplía las oportunidades
de nuevas y provechosas asociaciones y alianzas
políticas y comerciales. Desde esta perspectiva las
vinculaciones extra-regionales se perciben como
constituyendo un plano de geometría variable, un
tejido de vínculos no tradicionales enlazando de
manera inédita diversos bloques regionales. Tal
situación no se evaluó como algo problemático
para la región, solamente como un elemento más
en la natural diferenciación y fragmentación de
los intereses regionales.
a) Irán
Irán ha establecido importantes relaciones con
algunos países de la región siguiendo una política
que enfatiza sus intereses estratégicos a la vez que
desarrolla relaciones políticas, comerciales y en el
campo energético con Brasil, Nicaragua, Venezuela,
Bolivia, Paraguay y Ecuador.
Con Venezuela, Irán ha desarrollado relaciones alrededor del tema petrolero, pero éstas
se han venido ampliando para incluir actividades
como la detección de pozos de uranio y la compra de armamento. Teherán y Caracas firmaron
varios Memorándum de Entendimiento sobre
desarrollo tecnológico, cooperación financiera
y bancaria, exploración y refinación de gas y
petróleo, y detección y prueba de depósitos de
n u e va s r e l ac i o n e s d e p o d e r e n A m é r i c a L at i n a – AUGUSTO VARAS
uranio en áreas remotas. Se ha instalado en
Caracas el Banco Internacional de Desarrollo
de Irán dependiente del Export Development
Bank of Iran y en abril de 2008 se firmó un
Memorándum de Entendimiento incorporando
apoyo y cooperación militar, por lo que las ventas
iraníes de armamento a Venezuela alcanzaron
los US$4.5 mil millones. Se ha establecido un
vuelo semanal Teherán-Caracas, una fábrica de
bicicletas en Tinaquillo y los ciudadanos iraníes
en Caracas han pasado de 200 a 2.000 en dos
años. Más recientemente y en el marco de la cuarta
visita del presidente Mahmoud Ahmadinejad a
Venezuela, el día 25 de noviembre se inauguró un
nuevo fondo binacional destinado a desarrollar la
producción agrícola e industrial venezolana.
En el caso de Brasil, el presidente Lula da
Silva recibió al presidente iraní el 23 de noviembre en Brasilia y, a su vez, planea visita al Medio
Oriente en 2010. Tal como Lula afirmó en el G20,
Brasil tiene buenas relaciones comerciales con
Irán y desea fortalecerlas, el diálogo con Teherán
es importante, apoya el programa nuclear propio
iraní bajo las leyes internacionales y, en clara disparidad con la política de EE.UU., no promueve
su aislamiento.
A nivel de los países del ALBA, Irán ha
establecido acuerdos con Bolivia para desarrollar
sus reservas de gas, está interesada en comprar
uranio y litio boliviano , y se han firmado tres
Memorándum de Entendimiento incluyendo temas
de hidrocarburos, minería, producción, industria,
agricultura, infraestructura, agua, forestación, cultura, ciencia y tecnología, administración de los
recursos naturales, construcción y manufactura.
Con Nicaragua se han discutido veinticuatro
proyectos entre 2007 y 2008, los que incluyen
plantas de energía, proyecto habitacional para
los pobres, y plantas procesadoras de leche por
un total de USD$1 mil millones.
No obstante, sus relaciones con la región,
más allá de los acuerdos estratégicos en el sector
energético y militar, podrían dificultarse por cuestiones culturales como el idioma, las relaciones de
género y los códigos del sector empresarial.
13
Finalmente, ante la suspicacia levantada por
los Estados Unidos con respecto a la presencia
Iraní en la región, los participantes se preguntaron
por qué no habrían de sostenerse relaciones comerciales, políticas y militares con la República de
Irán cuando no es América Latina quién tiene los
problemas con ella sino solamente los EE.UU.
b) China
Los intereses de China en América Latina son
principalmente comerciales energéticos, sin embargo, estos tienen implicancias políticas como
la compra que está negociando la China National
Offshore Oil Corp. de las licencias del Norwegian
StatoilHydro en aguas de EE.UU. en el Golfo de
México, origen de cerca del 25% de la producción
de crudo de los EE.UU.
China ha consolidado su presencia en la región
como miembro del BID con una contribución
de $350 millones y el Banco de Desarrollo Chino,
depositario de masivas reservas de dólares, se ha
instalado en la región aportando un préstamo de
USD$1 mil millones a Ecuador para una planta
hidroeléctrica, ha ofrecido a Argentina otro por
mas de USD$10 mil millones en moneda China
y le ha proporcionado un préstamo de USD$138
millones a Jamaica.
China también ha aumentado su presencia
comercial en Latinoamérica. El comercio entre
ambos creció 10 veces en la década 1997-2007
y actualmente representa el 10% del comercio
exterior de la región por lo que tiene un amplio
espacio de crecimiento. Por su parte, el Banco de
Desarrollo Chino ha ofrecido US$10 mil millones
de dólares para inversión en un plazo de diez
años, en especial en el sector energético, como
lo evidencia el caso de Petrobrás el que triplicará
su provisión de petróleo a China gracias a esta
inyección de capital.
Adicionalmente, China maneja su sector
minero de manera similar a algunos países de la
región, como Venezuela, y ha apoyado la explotación de recursos petroleros en el cinturón del
Rio Orinoco – el que tendría las mayores reservas
mundiales – con una inversión de USD$16 mil mil-
14
DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POL Í TICA
lones hasta el 2012. En el tema político, Venezuela
y China han establecido novedosos acuerdos para
capacitar al partido socialista venezolano.
Aun cuando la presencia creciente de China
en la región no tiene importantes efectos estratégicos
(no hay coaliciones anti-China, ni una oposición
de los Estados Unidos como si sucedió durante
la Guerra Fría con respecto a la presencia de la
Unión Soviética y actualmente con respecto a la
presencia iraní), si tiene efectos políticos tal como
la exitosa presión sobre Costa Rica quién cambió
su reconocimiento de Taiwán a Beijing.
No obstante, se reconoció que China no
sería una potencia hegemónica tradicional en la
medida que no pretende convertirse en proveedor
mundial de políticas. En este sentido, se observó
la posición ambivalente de China en el sistema
mundial pues aún ejerce el rol de país subdesarrollado en algunas instancias multilaterales.
c) Rusia
Moscú ha decidido desarrollar lazos más estrechos
con América Latina. Tal como el Presidente Dmitry
Medvedev le indicó a la presidenta chilena Michelle
Bachelet en Moscú: “hemos conscientemente decidido desarrollar nuestros contactos con los países
de América Latina en todos los campos”.
Destacan en la cooperación militar con
Venezuela las ventas de armas por valor de más de
USD$4 mil millones desde 2005 mientras actualmente se negocia otro crédito por USD$2.2 mil
millones. A esto se suma la visita del presidente
Medvedev a Caracas, la de dos bombarderos estratégicos en septiembre 2008 y de la flota Rusa
del Mar del Norte para ejercicios con la marina
venezolana en noviembre del mismo año.
A pesar de esta densidad del vínculo políticomilitar en su relación con Venezuela, Rusia podría
enfrentar problemas de orden cultural debido a las
diferencias de idioma, pero sobretodo, a la tradición
militar venezolana de relacionarse con los Estados
Unidos. Es igualmente necesario enfatizar que las
compras militares de Venezuela a Rusia se generaron
por defecto y no como estrategia política, pues
se dieron luego del rechazo estadounidense de
1
venderle armamento al gobierno de Hugo Chávez.
Incluso, según algunos analistas, Rusia ha mostrado
reticencia a las peticiones venezolanas.
Además de Venezuela, Rusia ha desarrollado un proyecto de nuevo canal, rival del Canal
de Panamá, en Nicaragua y ha estrechado lazos
con Guyana.
d) India
El volumen actual del comercio entre la India y
América Latina se encuentra al mismo nivel del
volumen de las relaciones comerciales entre China
y Latinoamérica (10%), lo que hace suponer que
se incrementará con el tiempo. Adicionalmente,
y a diferencia de China, el comercio con la India
ofrece un alto potencial de transferencia de tecnología debido al alto desarrollo de su industria
tecnológica e informática.
Como ejemplo de nuevas oportunidades
puede señalarse el acuerdo de inversión entre el
gobierno boliviano y Jindal Steel & Power Limited
( JSPL) de la India, el que proyecta una inversión
de USD$ 2.1 mil millones durante los próximos
ocho años destinados a la explotación e industrialización de los yacimientos de hierro y manganeso
de la reserva de El Mutún en Santa Cruz.
e) Unión Europea
La Unión Europea, por su parte, ha renunciado
al multilateralismo prefiriendo negociar bilateralmente con los países de la región. Brasil, por
ejemplo, ha sido catalogado como socio especial
y ha negociado un préstamo de USD$10 mil millones para la producción de petróleo.
En esta línea, Brasil ha comprado a Francia
cuatro submarinos convencionales Scorpene y la
manufactura del casco de un submarino nuclear, la
construcción de una base naval y astillero en Río de
Janeiro, 50 helicópteros de transporte de combate
armados en Brasil por Helibras con la participación
de proveedores locales, y ha expresado la intención
de compra por 36 jets de combate Rafale, todo lo
cual haría llegar estas transacciones a los USD$20
mil millones. Tales transferencias de tecnología
militar no estarán exentas de efectos geopolíti-
n u e va s r e l ac i o n e s d e p o d e r e n A m é r i c a L at i n a – AUGUSTO VARAS
cos regionales e internacionales y fortalecerán la
proyección estratégica de Brasil en el globo.
Para algunos analistas, debido a las afinidades
culturales con la región, Europa debería ser un socio extra-regional privilegiado. En la actualidad se
percibe a Europa desorientada respecto de América
Latina, relacionándose sólo en relación a temas
contenciosos como el narcotráfico, los derechos
humanos y la migración, más que estableciendo
un programa de cooperación y colaboración más
amplio y global.
3. Seguridad, tema militar,
carrera armamentista?
Los anuncios de compra de armamento por parte
de Venezuela a Rusia e Irán, de Brasil a Francia, y
de Chile a Francia y Estados Unidos, entre otros, ha
generado la percepción de que la región se encuentra
sumida en una preocupante carrera armamentista.
No obstante, para algunos analistas si bien hay un
proceso de rearme este no podría catalogarse de
carrera armamentista. Se trataría, más bien, de un
proceso de modernización militar que no había
sido posible hacer en épocas anteriores. Para otros,
el gran debate - que involucra la cuestión legítima
de acceso a armas modernas - es la incorporación
efectiva de las fuerzas armadas en sociedades que
se democratizan.
Para todos los participantes apareció claro
que la cuestión militar está de regreso y con la
intención de quedarse, lo que tendría graves consecuencias para la estabilidad regional. El golpe
de estado en Honduras; la presencia de Estados
Unidos en las bases militares en Colombia, así
como la presencia militar en Haití, contribuyen a
fortalecer una visión militarista en el continente.
Además, la modernización del armamento sumada a la debilidad institucional y a las disputas
ideológicas entre algunos de los países (como
entre Venezuela y Colombia) aumenta el nivel de
inseguridad en la región.
La cuestión militar, o la seguritización de
la agenda regional, no se limita exclusivamente al
15
tema de defensa nacional. Los procesos de statebuilding se están militarizando y la seguridad se ha
convertido en un producto de exportación como
lo demuestra el caso colombiano y su asistencia
a la lucha anti droga en Afganistán. Esta seguritización tiene implicaciones políticas, pues al
definir un tema o problema socio-político desde la
perspectiva militar éste se saca de la esfera pública
de debate y debilita a las instituciones civiles aptas
para enfrentarlo. Esta seguritización esta siendo
estimulada por las políticas de los EE.UU. en la
región el que, a través del Comando Sur, influye
directamente sobre sus contrapartes.
Por tales razones se estimó que era importante volver a considerar el tema militar en la esfera
pública. Se ejemplificó que en Brasil, durante el
período de transición a la democracia, el tema
militar era un tema tabú sobre el cual sólo tenían
voz las fuerzas armadas. En ese sentido se preguntó
cómo hacer para que las armas ayuden a construir
la paz, definiendo roles militares adecuados a un
contexto democrático. El Consejo Sudamericano
de Defensa, estimaron algunos analistas, sería un
espacio propicio para tratar el tema.
III. ESCENARIO DE COOPERACION
1. Cooperación Sur-Sur
Sobre la cooperación Sur-Sur se destacaron las
relaciones con el continente africano, ejemplificada
en las cumbres África–América del Sur de los últimos años. Entre 2002 y 2006 el comercio entre
Brasil y África se triplicó de USD$5 mil millones
a USD$15 mil millones. En el campo diplomáticocomercial Venezuela dobló el número de misiones
diplomáticas en África mostrando actualmente
representaciones en 47 de sus 53 países.
Durante la Primera Cumbre África-América
del Sur (29-30 noviembre, 2006) en Abuja, Nigeria,
60 jefes de estado y 900 delegados de 53 países
africanos y 12 sudamericanos firmaron acuerdos
16
DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POL Í TICA
de cooperación en materia de energía, minería,
combustibles fósiles y energía renovable. Igualmente se formaron ocho grupos de trabajo entre
la unidad Africana y UNASUR.
En la Segunda Cumbre (14-19 septiembre
2009) en Porlamar, Venezuela, se creo el Banco
del Sur con un capital de USD$20 mil millones
para financiar proyectos conjuntos y se firmaron
acuerdos de cooperación energética. Ambas regiones representan 24% de las reservas de petróleo
mundiales con importantes productores como
Venezuela y Nigeria. Solamente Venezuela firmó
ocho acuerdos de joint ventures en energía, entre
otros, con países como Sudáfrica, Sudan y Cabo
Verde.
En estas materias de cooperación Sur-Sur
los asistentes estimaron que la proyección internacional de la región contiene elementos a favor
y en contra. El aspecto positivo estribaría en la
posibilidad de generar un aumento en las capacidades productivas internas. Lo negativo se refiere
a la posibilidad de profundizar la fragmentación
de los esfuerzos e instituciones de cooperación
regional. Se destacó como ejemplo al respecto la
obsolescencia de hecho del GRULAC en Naciones
Unidas. Así mismo, ciertas relaciones bilaterales
podrían atraer tensiones extra-regionales a la
región, mediante la importación de conflictos que
no pertenecen a la región.
De la misma forma, se mostró preocupación
por las credenciales poco democráticas de algunos
nuevos socios extra-regionales. Dado que no es
posible desligar por completo las relaciones comerciales de las relaciones culturales y políticas, se
expresaron inquietudes por el impacto que estas
relaciones podrían tener en las democracias de
la región. Considerando el autoritarismo y débil
respeto por los derechos humanos en países como
China, Rusia e Irán, se preguntó sobre cómo
estos vínculos podrían debilitar las convicciones
democráticas nacionales en la región. No obstante,
algunos analistas señalaron que las dictaduras
más sangrientas de la región ocurrieron durante
la Guerra Fría cuando las relaciones regionales
privilegiaron las relaciones con los Estados Unidos
1
y Europa. Desde esta perspectiva se afirmó que
América Latina no debería exportar democracia
aplicando una prueba de valores democráticos a
los nuevos socios extra-regionales.
En el campo de las relaciones Sur-Sur se
destacó la importancia de analizar la presencia de
actores no estatales como el crimen organizado, los
cuales actuarían no sólo alrededor del negocio de
drogas, sino también en negocios relacionados con
desechos tóxicos, prostitución, trata de blancas y
mercenarios. Estos actores también están en capacidad de establecer alianzas estratégicas con actores
regionales, lo que denuncia las debilidades regionales
en el plano de la seguridad ciudadana como de la
gobernabilidad democrática regional.
Finalmente, se planteó el interrogante por
la reacción y el papel de las elites de derecha en
América Latina frente a este nuevo escenario
y cambio de enfoque estratégico internacional.
En la medida que hay una diferencia sustancial
entre el modelo económico y de política exterior actualmente predominante en la región y
aquellos tradicionalmente defendidos por estas
elites conservadoras se interrogó acerca de lo que
significaría en las relaciones exteriores de esos
países un cambio en las presidencias de la región
y la llegada de gobernantes de derecha.
2. Escenarios regionales de cooperación
En un contexto de ausencia hegemónica en la
región, se planteó el interrogante por el rol de los
mecanismos regionales de integración y la eficacia del multilateralismo para afrontar de manera
coordinada los principales problemas y retos que
enfrentan las naciones del hemisferio.
Con respecto a la Organización de Estados
Americanos (OEA), se señaló que podría convertirse en el principal actor hemisférico, dado que
es el único organismo con capacidad y desarrollo
institucional para plantear políticas de orden regional. Para Brasil, la OEA es el foro más adecuado
llevar a cabo acciones coordinadas en temas que
atañen a todo el hemisferio. El caso hondureño
n u e va s r e l ac i o n e s d e p o d e r e n A m é r i c a L at i n a – AUGUSTO VARAS
constituye una clara oportunidad para que la organización afirme qué clase de democracia se quiere
en América Latina. Igualmente, debe reconocerse
los avances del sistema interamericano de derechos
humanos, así como el progreso de las reuniones
multilaterales, que hace 40 años no se realizaban.
Por lo anterior, debe mantenerse la esperanza en
el potencial de cambio de la Organización.
No obstante, en ciertas ocasiones la OEA
ha sido responsable de la fragmentación regional,
tiene poca capacidad preventiva y actúa sólo de
manera reactiva. Adicionalmente, el vacío dejado
por Estados Unidos en el área de seguridad no ha
sido llenado por la Organización. La región ha
intentado alcanzar un manejo hemisférico de la
seguridad, pero ha resultado sumamente complejo
llegar a consensos al respecto. Se estimó que con
excepción de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, los otros órganos de la OEA
están disminuidos política y económicamente.
Incluso, comisiones externas, como la Comisión
Carter, han funcionado mejor que la OEA en
ciertas ocasiones.
Para algunos analistas este es el momento
de hacer una reconceptualización de la Carta
Democrática, aclarando, entre otras cosas, el por
qué del tratamiento diferenciado para ciertos países
en cuanto a sus exigencias. La Carta Democrática
no ha pasado la prueba de la realidad, ni ha sido
efectiva debido a la carencia de instrumentos que
la hagan efectiva.
Con respecto a UNASUR, aunque contiene
elementos de identidad regional, carece de una
institucionalidad mínima para funcionar. En su
interior Brasil y Venezuela han fortalecido sus
posiciones pero sus proyectos no tienen puntos
de encuentro. Esto pudo observarse durante la
última cumbre de UNASUR donde chocaron las
posiciones de ambos países, Brasil, apostándole a la
concertación y la unión de la región, y Venezuela
proponiendo un enfoque más agresivo.
Por su parte, el Consejo Sudamericano de
Defensa se encuentra detenido. Para aumentar
su eficacia, se debe superar la desconfianza que
permea a UNASUR y dejar en claro cuáles son
17
los propósitos de los estados parte, en especial
Brasil, quien genera la mayor suspicacia entre los
miembros. Adicionalmente, podría invitarse a
México a participar, a pesar de que fue precisamente México quien tomó la decisión de alejarse
de la región.
La Alternativa Bolivariana para América
Latina (ALBA), por su parte, si bien propone
compartir los recursos de la región, no ha definido
aun cómo planea llevar a cabo este propósito dentro de una lógica capitalista mundial. Asimismo,
el ALBA carece de relaciones estratégicas con
el resto del mundo. Por ello, puede afirmarse
que en vez de un multilateralismo, lo que ofrece
UNASUR y ALBA es un bilateralismo basado en
similitudes ideológicas entre sus líderes, en vez de
mecanismos eficaces de integración regional. Para
algunos participantes, si bien UNASUR y ALBA
son propuestas radicalmente distintas, ellas no
implican contradicción.
IV. CONCLUSIONES
Del conjunto de la discusión sostenida quedó en
claro que América Latina es un continente globalizado pero sujeto a una fragmentación política.
En este marco se estimó que la diversidad de las
relaciones exteriores, por una parte, es positiva,
ayuda a democratizar el escenario internacional
y ayuda al desarrollo de los países, al tiempo que
aumenta la responsabilidad global de los países
latinoamericanos.
Sin embargo, por otra parte, estas formas
de nuevo relacionamiento internacional ayudan
a la fragmentación política de la región -la que
actualmente observa fuerzas centrífugas-, no
contribuyendo al desarrollo de una voz fuerte del
continente, en especial frente a potencias como
Estados Unidos, lo que puede atraer tensiones
extra regionales al hemisferio.
Cabe preguntarse, entonces, ¿cómo institucionalizar la política regional para evitar esta
18
DOCUMENTOS DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POL Í TICA
fragmentación? Las respuestas quedaron incluidas
en el análisis de la situación regional estableciéndose
que existe una necesidad objetiva de desmilitarizar
las relaciones hemisféricas; desarrollar una agenda
objetiva de nuevo relacionamiento con los Estados
Unidos alrededor de temas claves como las drogas, crimen organizado y el desarrollo del sector
energético; y fortalecerse la OEA, pues es la única
institución lo suficientemente desarrollada como
para instalar la cooperación hemisférica de manera
sostenida. Si bien la OEA es un actor central del
proceso de cooperación, no es el único, ni el principal. La OEA tenderá a enfocarse más en temas
de institucionalidad política y seguridad, pero no
es sustituto para los mecanismos subregionales
de integración física y comercial y de fomento
de inversiones.
En este tema de las organizaciones regionales
y hemisféricas multilaterales se estimó necesaria una
evaluación más pormenorizada de las mismas de
manera de poder establecer su efectiva contribución
a la democratización y cooperación regionales.
En materia de desarrollo político se estimó
que frente al hiper presidencialismo y las actuales
tendencias personalistas y populistas desde el poder
sería necesario establecer o perfeccionar mecanismos de balance de poder y de control sobre los
respectivos ejecutivos.
1
Igualmente, se estimó pertinente reponer el
análisis de las relaciones hemisféricas de seguridad,
el rol de las instituciones armadas en estas redes,
así como evaluar de manera más pormenorizada
el papel y políticas de los organismos militares
estadounidenses en la región.
En el marco de las nuevas relaciones internacionales de la región, se consideró oportuno analizar
las nuevas formas como los países latinoamericanos
podrían contribuir a una mejor gobernabilidad
internacional aportando a la solución de problemas globales.
Finalmente, en referencia a cómo un país
como Noruega, europeo pero fuera de la Unión
Europea y con una política exterior propia y de
construcción de paz, podría contribuir a enfrentar
estos desafíos, se estimó que Oslo estaría en una
posición inmejorable para establecer un diálogo
con América Latina sobre algunas de estas cuestiones cruciales. Dada la experiencia noruega en la
gestión de un estado de protección social avanzado
y su política de poner los recursos energéticos en
beneficio de un plan social, a la vez que los protege de la “enfermedad holandesa” generando una
buena renta, su manejo responsable de recursos e
implementación de políticas progresistas serían
un respaldo político significativo aportándole
legitimidad a un ampliado rol en la región.
•••••
n u e va s r e l ac i o n e s d e p o d e r e n A m é r i c a L at i n a – AUGUSTO VARAS
Anexo. Lista de participantes
Embajadores noruegos
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
Aasheim, Arne. Embajador de Noruega en
México.
Berggrav, Ingvild. Consejera Embajada de
Noruega en Colombia.
Bjørndal, Martin Tore. Embajador de Noruega en Chile.
Eusebio, Turid B. R. Embajadora de Noruega
en Brasilia, Brasil.
Haugstveit, Nils. Embajador de Noruega
en Argentina.
Holvik, Jan Tore. Embajador de Noruega
en Cuba.
Kittilsen, Alma. Pasante Embajada de Noruega en Colombia.
Klepsvik, Inguun, Embajadora de Noruega
en Venezuela.
Knudsen, Vibeke. Embajadora de Noruega
en Colombia.
Lilloe, Anne Vineke. Embajadora de Noruega
en Rio de Janeiro, Brasil.
Tyrihjell, Tom. Embajador de Noruega en
Nicaragua.
Vaagen, Lars. Embajador de Noruega en
Guatemala.
Ministerio de Relaciones Exteriores en
Noruega y Centro de Construcción de
Paz de Noruega (NOREF)
13. Aguirre, Mariano. Director NOREF.
14. Areldsen, Hege. Directora de América
Latina Ministerio de Relaciones Exteriores
en Oslo.
15. Rødsmoen, Kjersti. Sub-directora de la
Sección para América Latina, Ministerio
de Relaciones Exteriores en Oslo.
16. Wiig, Aud Marit. Directora General, Ministerio de Relaciones Exteriores en Oslo.
19
Académicos y expertos internacionales
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
Biato, Marcel. Asesor de Política Internacional,
Presidencia de la República, Brasil.
Gaitán Pavía, Pilar. Consultora Internacional.
Investigadora Memoria Histórica- Comisión
Nacional de Reparación y Reconciliación
(CNRR).
García-Peña, Daniel. Planeta Paz, ex Alto
Comisionado para la Paz.
González, Guadalupe. Profesora del Colegio
de México.
Heine, Jorge. Catedrático de Gobernanza
Global, Escuela Balsillie de Asuntos Internacionales y Distinguished Fellow, Centre
for International Governance Innovation
(CIGI), Waterloo, Ontario.
Leiteritz, Ralf. Profesor, Departamento de
Ciencia Política, Universidad de los Andes,
Colombia.
Lubenau, Esther. Representante de Transmisión, Radio Nederland.
Mayorga, Fernando. Director General del
Centro de Estudios Superiores Universitarios
(CESU) en la Universidad Mayor de San
Simón (UMSS) de Cochabamba.
Ramírez, Socorro. Profesora, Universidad
Nacional de Colombia, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales
(IEPRI).
Rettberg, Angelika. Directora, Departamento de Ciencia Política, Universidad de
los Andes.
San Juan, Ana María. Directora Centro de
la Paz, Universidad Central, Venezuela.
Tickner, Arlene. Profesora, Departamento
de Ciencia Política, Universidad de los
Andes.
Tokatlian, Juan Gabriel. Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, Argentina.
Varas, Augusto. Presidente del Directorio
Fundación Equitas, Chile.
Zepeda, José. Director del Departamento
Latinoamericano de Radio Nederland,
Holanda.
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