Las Organizaciones vecinales y comunitarias y - unesdoc

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ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS
PARA LA EDUCACION, LA CIENCIA Y LA CULTURA
LAS ORGANIZACIONES
VECINALES
Y COMUNITARIAS
Y LA FORMACION
John Allen
SECTOR DE EDUCACION
0 UNESCO. 1998
INDICE
Página
Introducción
.....................................................................................................
1
Tipos de organización vecinal y comunitaria ..................................................
2
El Estado y la organización a escala local y comunitaria ................................
4
El fomento estatal de la organización a escala local
y comunitaria ..........................................................................................
4
...................................................................................
6
Descentralización
Problemas propios de la organización a escala vecinal y comunitaria ............
7
Reuniones y comités ........................................................................................
8
Cargos en las organizaciones vecinales y comunitarias ...................................
9
Procedimientos de votación .............................................................................
10
Titulares de cargos y mandatos ........................................................................
10
Subcomités .......................................................................................................
10
Posibilidades de formación ..............................................................................
11
Planes de estudio ..............................................................................................
12
La función del animador ..................................................................................
12
Formación ........................................................................................................
13
Apoyo a las organizaciones vecinales y comunitarias .....................................
14
Material de lectura ...........................................................................................
15
Equipo y suministros .......................................................................................
16
Enseñanza y distancia ......................................................................................
17
Servicio de radio comunitaria ..........................................................................
18
La mujer y las organizaciones vecinales y comunitarias .................................
18
Cooperativas ....................................................................................................
19
Remuneración ..................................................................................................
20
Estrategias destinadas a las organizaciones vecinales .....................................
21
_ ii _
Página
Conclusión .......................................................................................................
23
Cuestionario.. ....................................................................................................
23
Generalidades ...................................................................................................
24
Organizaciones vecinales y comunitarias ........................................................
27
Comités locales y comunitarios .......................................................................
28
ED-98lWSl4
Introducción
Es mucho lo que se ha dicho y escrito sobre la importancia de las organizaciones
vecinales y comunitarias para mejorar el acceso a las posibilidades de formación. Desde la
Conferencia Mundial sobre Educación para Todos, celebrada en Jomtien (Tailandia) en 1990
ha aumentado significativamente el número de llamamientos en pro de una mayor autonomía
y de servicios educacionales que se adapten a las condiciones y a las necesidades de la
comunidad así como al imperativo de una formación para todos. Cada vez se crean más
organizaciones comunitarias para atender las carencias de los grupos desfavorecidos, a
menudo relegados por las administraciones y autoridades provinciales, regionales y centrales.
Se los puede encontrar en los barrios y las zonas marginales de las ciudades, en las zonas
rurales, entre los refugiados y las víctimas de catástrofes naturales o provocadas por el
hombre. En la actualidad ya es más común aceptar que los gobiernos centrales de los países en
desarrollo, aun con las mejores intenciones, y en condiciones de relativa estabilidad, no
pueden proporcionar todos los servicios educativos necesarios. Las limitaciones financieras, la
falta de recursos humanos, los medios de comunicación inadecuados, entre otras cosas, todo
ello se opone a la expansión de los insuficientes servicios educativos de que se dispone. Se
reconoce que para que el desarrollo humano sea algo viable, las familias, las comunidades, las
organizaciones no gubernamentales, las empresas, el sector privado, y hasta las propias
personas desfavorecidas, deben asumir un papel más activo contribuyendo a generalizar las
posibilidades de formación.
Ahora bien, en lugar de considerar que la autonomía es una estratagema utilizada por el
gobierno para sustraerse a sus responsabilidades en cuanto a prestación de servicios sociales y
reducir el gasto público, hay que concebirla como un medio para lograr que las personas
participen en mayor medida en la creación de unos servicios educativos adecuados y para que
éstos les resulten más accesibles. A no ser que se estudien todos los aspectos del problema,
inevitablemente se acusará injustamente a los servicios educativos administrados por las
comunidades locales de ser una enseñanza de segunda. No se trata de elegir entre dos
planteamientos posibles en materia de educación sino de asumir la responsabilidad de crear un
servicio social, en lugar de esperar que pueda hacerlo una autoridad central, enfrentada a
limitaciones económicas considerables. En muchas partes del mundo los ministerios de
educación y las universidades han elaborado con todo cuidado planes para universalizar el
acceso a la educación básica, pero éstos no tienen la más mínima posibilidad de aplicarse
porque el gobierno central carece de los recursos materiales, humanos y económicos
necesarios. Pese a que desde hace prácticamente medio siglo en conferencias internacionales
se han aprobado periódicamente resoluciones encaminadas a erradicar el analfabetismo y
universalizar la educación básica, estas metas siguen tan lejos de alcanzar como siempre. Rara
vez se logra escapar de la pobreza y las privaciones mediante una acción individual; se
obtienen mejores resultados mediante una concertación con los demás. Las organizaciones
comunitarias así como las empresas y las iniciativas privadas brindan esta oportunidad, pero
necesitan ayuda para hacer su contribución más eficaz.
Por mucho que se haya dicho y escrito sobre la importancia de las organizaciones
vecinales y comunitarias, poco es lo que se ha hecho para mostrar cómo se pueden superar los
considerables problemas y dificultades con que se tropieza cuando se intenta ejecutar
programas en este campo. No basta con limitarse a fomentar la creación de organizaciones
comunitarias; no se puede dar por sentado que por el simple hecho de existir, actuarán
eficazmente en favor de los intereses de la población a la que, se supone, deben servir. Hace
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falta también contar con una orientación sobre la manera en que se ha de proceder para crear
una asociación y examinar atentamente la forma de superar los múltiples obstáculos con que
se tropieza. Muchos proyectos comunitarios, supuestamente independientes desde el punto de
vista económico, que se iniciaron con la asistencia externa de organismos y gobiernos, no
prosiguieron porque las decisiones iniciales no fueron tomadas por los propios interesados
sino por terceros que actuaban en su nombre y, además, se alimentaron falsas esperanzas de
que una vez que cesara la asistencia seguirían recibiendo ayuda. También es cierto que en
muchos medios la idea de que los gobiernos centrales deleguen la responsabilidad de la
educación en las autoridades y asociaciones locales se recibe con innegable hostilidad. Los
funcionarios públicos, los docentes, el personal universitario y los grupos políticos, todos ellos
se pueden sentir molestos y ofrecer resistencia a cualquier intento de transferir la toma de
decisiones sobre los servicios educativos a terceros que tal vez consideran menos
competentes.
Tipos de organización
vecinal y comunitaria
Existen organizaciones vecinales en todas las regiones del mundo, tanto en los países
desarrollados como en los países en desarrollo. Sus cometidos son diversos: no sólo la
prestación de servicios educativos y sanitarios sino también la gestión de manifestaciones
sociales, la instrucción religiosa, la organización de agrupaciones políticas y la administración
de la justicia. En algunos países de Africa, por ejemplo, la organización vecinal de los
acontecimientos sociales como los esponsales, las bodas, los funerales, las celebraciones y las
ceremonias por la propia comunidad data de antiguo.
En Etiopía desde hace siglos existen en los pueblos organizaciones tradicionales, las
más conocidas de las cuales son las “idir” y las “equb”, que se encuentran en casi todas las
localidades. Son organizaciones no confesionales, no partidistas y no gubernamentales. La
“idir” es una asociación dedicada básicamente a la organizacion de los entierros, aunque
también suele ocuparse de otras actividades, a veces relacionadas con el desarrollo. La “equb”
es un organismo financiero, al que los vecinos aportan mensual o semanalmente una cantidad
fija de dinero. El importe así recaudado se entrega a uno de los miembros de la “equb”
designado por sorteo, de modo que por turno todos los miembros salen beneficiados con este
sistema. Estas organizaciones se rigen por normas muy estrictas y el hecho de ser expulsado
de una de ellas puede acarrear serias consecuencias sociales. Sin embargo, la participación en
las mismas no es obligatoria.
En muchas zonas, donde el gobierno central ejerce un control limitado, es únicamente la
comunidad la que se encarga de administrar la justicia. Las organizaciones religiosas
desempeñaron, y aún lo hacen, una importante función educativa y social. Las mezquitas, las
iglesias, los monasterios y los templos llevan a cabo a menudo una acción muy útil
ocupándose de enseñar a leer, a escribir y a realizar operaciones aritméticas sencillas,
impartiendo instrucción religiosa u otros tipos de educación. En la actualidad, las escuelas, las
universidades y los establecimientos de enseñanza superior no son los únicos centros de
formación: también las fábricas, los talleres, los consultorios y los hospitales, y las tecnologías
modernas de la información, ninguno de los cuales forma parte del sistema de educación
formal, desempeñan una función educativa.
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Hace mucho tiempo que se reconoce la necesidad de que el sector privado participe en
la enseñanza e, incluso en los más altos niveles del sistema educativo, ya no se considera la
investigación una prerrogativa exclusiva de las universidades y establecimientos de enseñanza
superior. Desde hace años las empresas invierten sumas considerables en la educación; en
Occidente la primera gran empresa que lo hizo fue IBM. En Inglaterra, por ejemplo, el mayor
centro de investigación y desarrollo en la actualidad depende de la Universidad de Warwick,
pero no es ésta la que lo administra: fundado por un rico hombre de negocios indio, atiende
las necesidades específicas de grandes empresas como British Aerospace, Rolls Royce y
Rover. La remuneración del personal del centro no corresponde a las escalas de sueldos que se
aplican en la universidad sino a una tarifa que se considera pertinente, trabaja 12 meses al año
y no según el calendario universitario, mucho más corto, y puede ser despedido si su actuación
no es satisfactoria (The Economist, ll de noviembre de 1995). Estos programas no se rigen
por los criterios vigentes en los cursos convencionales de la enseñanza superior sino que están
especialmente concebidos para atender las necesidades de quienes los costean.
Las organizaciones vecinales pueden variar de un país a otro y pueden existir diferencias
importantes entre una comunidad u otra o entre las comunidades rurales y las urbanas. Por esa
razón es esencial determinar cuáles son las formas de organización que ya existen y estudiar
hasta qué punto pueden aprovecharse eficazmente para prestar servicios sociales
imprescindibles como la educación y la sanidad. Sólo de esa forma se podrá reducir la
dependencia pasiva con respecto a la ayuda exterior y fomentar la autonomía, y la confianza
de la colectividad en sí misma. Sólo de esta forma se podrán brindar servicios más adaptados
a las necesidades reales y aptos para garantizar un mayor desarrollo económico y social.
Habrá quien aduzca que las comunidades pobres y analfabetas no tienen ni la capacidad
ni las competencias necesarias para hacerse cargo de sus propios servicios sociales, pero la
experiencia ha demostrado que esto no es así, ni siquiera en las circunstancias más adversas.
En Etiopía, por ejemplo, en una época de gran sequía, miles de personas fueron acogidas
temporalmente en campamentos instalados por organismos de socorro donde se les
proporcionó agua, comida y un techo. Difícilmente se podrán encontrar personas más
desheredadas que las víctimas de la sequía, y sin embargo, poco tiempo después, en cuanto
empezaron a recobrar la salud, en cada uno de los campamentos había una escuela para los
pequeños. Las habían construido las propias víctimas de la sequía, sin ayuda y sin que en ellas
hubiesen influido los organismos que tomaban parte en las actividades de rehabilitación ni los
servicios educativos del país. Estas escuelas eran totalmente autónomas y los maestros,
voluntarios que no recibían remuneración alguna, eran víctimas de la sequía. Unos simples
toldos instalados al aire libre servían para proteger del sol a los alumnos de estas aulas
improvisadas donde los propios niños fabricaban tinta con cenizas y escribían con ramitas o
con los dedos en la arena del desierto. Esto se debe a que las comunidades de que formaban
parte las víctimas de la sequía ya contaban con sus propias formas de organización vecinal,
aunque se dedicaban principalmente a manifestaciones sociales, por eso fueron capaces de
adaptarse rápidamente a las circunstancias en que se encontraban. Contaban con lo esencial,
vale decir, los recursos humanos y la experiencia en la organización, y supieron aprovecharlo.
Los funcionarios y administradores de los países en desarrollo suelen dar por sentado
que ellos son quienes mejor conocen el tipo de educación que se debería impartir a las
personas para las que trabajan; sin embargo muchos desconocen absolutamente o casi las
condiciones en que viven las comunidades pobres. Puede suceder que haya funcionarios
procedentes de zonas rurales que, al haberse marchado para cursar estudios o por razones de
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trabajo, se alejan de sus raíces, de modo que ulteriormente tienden a resolver los problemas
valiéndose de los métodos burocráticos tradicionales que requieren la dirección y la
intervención del Estado. Otros pueden provenir de sectores más privilegiados de la sociedad y
desconocer las comunidades a cuyo servicio están, según se supone. A mediados de los
setenta el Gobierno de Etiopía decidió cerrar todas las universidades y todos los
establecimientos de enseñanza media y superior durante más de un año y enviar a todo el
personal y los estudiantes a las zonas rurales, en el marco de una campaña nacional para
promover el desarrollo rural. La experiencia no se vio coronada por el éxito; las personas a
que se recurrió, que procedían exclusivamente de instituciones educativas, se encontraron por
lo general en un entorno extraño e inhóspito, al que no estaban acostumbradas y al que no
querían enfrentarse; a menudo se las envió a vivir con personas cuya lengua no hablaban, con
quienes tenían poco en común y encontraron muy difícil trabajar. Los resultados positivos de
esta experiencia no estriban tanto en el desarrollo rural como en el hecho de haber propiciado
un conocimiento más profundo de los problemas de las comunidades rurales por parte de las
personas instruidas.
No hay que pasar por alto la sabiduría de la población. Así lo ilustra el siguiente
ejemplo: en un nuevo asentamiento en Africa, los aldeanos se die-ron cuenta de que no tenían
suministro de agua. Un cualificado ingeniero extranjero se trasladó hasta la localidad para
ayudarlos a encontrar agua; les ordenó que cavaran un pozo en determinado lugar pero los
campesinos, que al comienzo se mostraron reacios, acabaron por ponerse manos a la obra; en
vano porque no encontraron agua. Sólo entonces reconocieron que ya sabían que allí no había
agua; terminaron por confesar que lo habían intentado antes y que había sido inútil. Cuando se
les preguntó por qué no lo habían dicho antes, contestaron que ellos eran unos campesinos
ignorantes, y no se habían atrevido a poner en tela de juicio el criterio y la competencia de un
ingeniero.
Hay que reconocer que los pobres tienen en su haber una experiencia considerable en el
arte de la supervivencia y que conocen muy bien los problemas a los que deben hacer frente.
Hay que reconocer además que a menudo existen posibilidades de organizarse aunque
no siempre se aprovechan. Es imprescindible estudiar la mejor manera de hacerlo.
El Estado y la organización
a escala local y comunitaria
El fomento estatal de la organización
a escala local y cornunitaria
En las zonas apartadas y de difícil acceso donde cuesta hacer valer la autoridad del
Estado central la única opción viable es disponer de algún tipo de administración local. Pero
para que el progreso social y económico tenga lugar conviene que el propio Estado apruebe y
respalde tal medida.
En los casos en que la falta de medios financieros y materiales impida a la
administración central prestar la asistencia necesaria, la única solución es que las
comunidades hagan lo que puedan por cuenta propia. Por eso, un componente esencial del
fomento de la autonomía es que se reconozca oficialmente que las iniciativas, las empresas y
los mecanismos de adopción de decisiones de carácter local son imprescindibles. Sin
embargo, no basta con palabras para defender el principio de una organización a escala local y
comunitaria. Aun cuando existe una política oficial declarada a favor de la descentralización y
el desempeño de ciertas responsabilidades en el plano local, a veces ocurre que los
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funcionarios del Estado apenas se preocupan de fomentarlo o incluso le ponen trabas. En la
práctica, a veces no se cumplen las promesas de conceder terrenos o desgravaciones fiscales.
Los gobiernos pueden tomar parte activa de muchas maneras en el fomento y el respaldo de
las organizaciones vecinales sin que se vea menoscabado de modo alguno el derecho de las
comunidades a fijar ellas mismas un orden de prioridades en materia de educación.
Promulgando leyes y decretos que favorezcan la organización a escala local y ofreciendo
formación a animadores o agentes de las propias comunidades se podrá contribuir al fomento
de un planteamiento más descentralizado del desarrollo. También es fundamental que las
autoridades nacionales reconozcan oficialmente a los representantes elegidos por las
comunidades para que actúen en defensa de sus intereses. Las publicaciones, la radio y,
quizás, los programas de televisión pueden servir para facilitar información sobre la mejor
manera de crear organizaciones vecinales, Se pueden dar a conocer las actividades que han
llevado a cabo con éxito en materia de prestación de servicios de enseñanza y se puede instar a
las organizaciones no gubernamentales, los comercios y la empresa privada a participar
activamente en el desarrollo de ese tipo de servicios. Los gobiernos también podrán animar a
las organizaciones del lugar a que soliciten créditos en los bancos y a que pidan ayuda a los
organismos no gubernamentales que estén dispuestos a colaborar con ellas. Se podrá fomentar
el empleo de los idiomas autóctonos con fines de aprendizaje y contribuir al suministro y la
distribución de materiales y equipo fundamentales. En el trabajo, en las empresas privadas, en
los centros médicos y en los comercios se podrán fomentar las actividades de alfabetización y
de enseñanza de nociones elementales de aritmética integrándolas en la jornada laboral. Ha de
reconocerse el aporte de grupos religiosos, de organismos de voluntarios y de organismos no
gubernamentales que prestan servicios de enseñanza en las comunidades, siempre que dichos
servicios no estén reñidos con la política oficial. Sin embargo, la constante supervisión y
vigilancia es imprescindible para que la ejecución de las políticas progrese sin traba alguna.
En los programas de asistencia a la educación de muchos países de Africa las
autoridades centrales consideran prioritarias a las comunidades que se muestren dispuestas a
colaborar con trabajadores voluntarios, a suministrar el material con que se cuente en el lugar,
a recolectar fondos, a remunerar ciertos servicios prestados, etc. Así, por ejemplo, en Etiopía
se asignó una ayuda para construir varias escuelas a las comunidades que sufragan la mitad de
los gastos de construcción. En cuanto al suministro de libros, de material, de radios, etc., las
autoridades nacionales a veces dan tratamiento preferencial a las comunidades que han dado
prueba de ser capaces de administrar sus propios asuntos. Es más justo prestar apoyo a las
comunidades de esta manera que hacerlo en función de criterios políticos, étnicos y religiosos.
Es importante que la estrategia adoptada no tenga ambigüedad alguna. Si el Estado
juzga que la organización vecinal sirve de mero instrumento de aplicación de decisiones que
ha adoptado el poder central y si ejerce el derecho a invalidar cualquier decisión que se tome
en el plano local, es poco probable que se establezca una colaboración satisfactoria entre el
Estado y las comunidades. Ejemplifica dicha situación el caso de una comunidad recién
asentada en un país africano que, con la ayuda de un organismo externo, había implantado un
sistema eficaz de organización vecinal y avanzaba considerablemente en la elaboración de sus
propios programas sociales y económicos. Se aplicaba en la comunidad un sistema de
contabilidad recomendado que, aparte de haber dado prueba de su eficacia, resultaba fácil de
emplear y de entender para los usuarios. Un funcionario del Estado que estaba de visita en la
comunidad supo de los procedimientos que se aplicaban en el lugar y ordenó que se
suspendieran de inmediato, pues no se ajustaban a la reglamentación oficial del gobierno. Una
vez se explicó esa reglamentación a los cajeros de la comunidad, a éstos les pareció complicada
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y burocrática, por lo cual se negaron a aplicarla. El funcionario del Estado no había tenido en
cuenta ni el grado de instrucción de los funcionarios de aquel lugar ni la necesidad de utilizar
métodos acordes a sus capacidades. Peor aún era que el funcionario no hubiera valorado el
aporte que suponía que la organización vecinal hubiera emprendido una iniciativa encaminada a
mejorar la vida de la población.
Lamentablemente, algunos funcionarios del Estado siguen dando muestras de considerable
arrogancia intelectual y condescendencia con respecto a los sectores más desfavorecidos de la
sociedad. Pasan por alto el hecho de que llevan siglos practicand.0 con destreza el arte de la
supervivencia, y que lo han hecho con grandes dosis de resistencia e ingenio. No es fácil
erradicar la idea generalizada de que las comunidades analfabetas ni son de fiar ni son capaces
de tomar decisiones atinadas. Hay quienes temen que se malversen los fondos asignados a las
comunidades locales, pero el riesgo de que esto ocurra no es mayor en el plano local que en el
central. No se justifica la idea de que no se puede confiar a las comunidades locales la gestión de
sus propios asuntos. De hecho, resulta sintomático que numerosos organismos de ayuda
respalden cada vez con más frecuencia proyectos que se destinan directamente a las
comunidades locales en lugar de pasar antes por una maquinaria estatal administrativa que, a
causa de los procedimientos burocráticos e incluso de la corrupción, tiende a obstaculizar el
progreso social y económico en lugar de fomentarlo. El Banco Grameen de Bangladesh es una
organización que ha dado preferencia a la concesión directa de eréditos a los más pobres y
desfavorecidos, y en particular a las mujeres; de esa manera ha quedado demostrado sin lugar a
duda que los pobres resultan más solventes que otros miembros más acomodados de la sociedad.
Además, este Banco no exige que los clientes acudan a sus locales, sino que su personal se
desplaza para atenderlos. Los gobiernos han de poner en tela de juicio las ideas preconcebidas
con respecto a lo que va a funcionar y lo que no en el mundo en desarrollo si se pretende lograr
de verdad que todos los miembros de la sociedad participen en las actividades de desarrollo.
También resulta desafortunado cuando las organizaciones vecinales dan prueba de ser
capaces de crear sus propios servicios sociales que el gobierno a veces se vea tentado a
intervenir de forma más directa en tales actividades y que a veces llegue a tratar de ejercer más
control en las mismas recurriendo a medidas como insistir en que se nombre por decisión
política a las personas que van a ocupar ciertos puestos directivos. En lugar de propiciar las
buenas relaciones entre las comunidades y la autoridad central ese tipo de táctica sólo sirve para
dañarlas.
Descentralización
La descentralización está muy de moda, pero no siempre queda claro en qué medida se
refiere a la transferencia de las competencias administrativas centralizadas a otras
organizaciones. Si se considera que tales órganos subsidiarios constituyen meros instrumentos
de ejecución de órdenes que vienen de arriba, no habrá verdadera descentralización. Cabe
preguntarse si la descentralización corresponde a lo que ocurre de verdad cuando las
autoridades centrales instan a las comunidades vecinales a costear la construcción de sus
escuelas obligándolas a la vez a edificar con arreglo a planos de arquitectos ajenos a la
comunidad, cuando se imponen a esas comunidades determinados programas de estudio y
libros de texto sin pararse a pensar si cuadran o no con imperativos lingüísticos o sus
necesidades en materia de aprendizaje y cuando se les indica además la escala de sueldos con
que deben remunerar a los profesores, estén o no al alcance del presupuesto de la comunidad.
Habría que examinar con mucho más detenimiento si existe una verdadera descentralización.
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Una organización vecinal que parezca ser un instrumento de una autoridad superior no
contará con la confianza de la población que pretende representar. La gente confiará mucho
más en las organizaciones vecinales que les parezcan cimientos sobre los que se levanta una
estructura nacional y no meros peones que se mueven para satisfacer los intereses de las
autoridades centrales.
Ya en 1696 se daba en Escocia un ejemplo de asistencia oficial dirigida a una
organización vecinal que servía para impulsar el desarrollo de la enseñanza. Por aquel
entonces se promulgó una Ley de Creación de Escuelas en virtud de la cual se ordenaba que
toda parroquia -vale decir, todo distrito que contara con iglesia o clérigo propios había de
contar también con escuela propia. La promulgación de esta Ley, que tuvo lugar mucho antes
de que existieran ministerios de educación, sirvió para respaldar de forma oficial la prestación
de servicios de enseñanza administrados por las autoridades locales. A cada consejo
parroquial, y no a una autoridad externa, correspondía facilitar los locales apropiados o fijar la
cuantía de la remuneración que percibirían los profesores y suministrar el material de lectura,
todo ello en función de los medios de que se dispusiera. En su “Historia de Inglaterra”, que se
publicó por primera vez en 1855 (véase la página 596 del volumen 4 de la edición de Folio
Press de 1986), T.B. Macaulay describe de la siguiente manera las repercusiones de esa ley:
“Sin embargo, el hecho más importante y con mucho que tuvo lugar durante esta breve
sesión fue la promulgación de la Ley de Creación de Escuelas. En virtud de una ley tan
memorable como ésta se estatuyó y decretó, según expresión de origen escocés, que toda
parroquia del reino contara con una escuela espaciosa y retribuyera con un salario módico las
labores del maestro. El efecto no se hizo notar de inmediato, pero en menos de una generación
empezó a quedar claro que la inteligencia de la gente común y corriente de Escocia aventajaba
a la de la gente común y corriente de cualquier otro país de Europa. Fuera cual fuera la tierra
en la que recayera un escocés, se dedicara al oficio que se dedicara, ya fuera en América o en
la India, ya a asuntos de comercio o de guerra, la ventaja que le daba el haber adquirido
temprano su formación le ponía por encima de sus contrincantes. Si lo contrataban de
cargador en un almacén, pronto pasaba a ser capataz. Si se alistaba en el ejército, pronto se lo
hacía sargento. Entretanto, y pese a lo árido del suelo y a lo riguroso del clima, Escocia
avanzaba en agricultura, en manufactura, en comercio, en literatura, en ciencia y en todas las
formas de la civilización como nunca antes se había avanzado en el Viejo Mundo y alcanzaba
niveles que casi no se han superado en el Nuevo Mundo”.
Aun admitiendo que la opinión del famoso historiador pudiera ser un tanto parcial y
exagerada, cabe señalar que hubo que esperar casi 200 años hasta que la enseñanza en
Inglaterra se hiciera obligatoria por ley y hasta que se hiciera efectiva la enseñanza primaria
universal.
Problemas propios de la organización
a escala vecinal y comunitaria
Las organizaciones vecinales, que a veces se crean en función de factores étnicos,
religiosos, lingüísticos y políticos, en ocasiones dejan al margen de sus deliberaciones y
actividades a ciertos sectores de la sociedad. No siempre se pretende que ese tipo de
organizaciones sean genuinamente democráticas o que actúen en beneficio del conjunto de la
comunidad. No hay motivo para que no exista ese tipo de organizaciones, pero no se las debe
considerar representativas de todos los sectores de la comunidad donde se encuentran. El
presente estudio no se ocupa de ese tipo de organizaciones, sino exclusivamente de las que
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tienen como objetivo representar a todos los miembros de la sociedad sin excepción o
discriminación alguna y de las que pretenden fomentar el progreso social y económico.
También debe reconocerse que, a la par que fomenta el bienestar de la comunidad, la
organización a escala comunitaria a veces da pie a manipulaciones y a abusos. Así, por
ejemplo, en las sociedades donde predominan los hombres, a veces está prohibido que las
mujeres participen en las actividades, con lo cual la mitad de la población no tiene ni voz ni
voto con respecto a las decisiones que se adoptan. Puede que se impida a los analfabetos o a
los que tienen un nivel bajo de instrucción que expresen su opinión en público, con el
resultado de que en los debates no se dará cuenta de sus intereses. También puede que
predomine la opinión de los estudiantes y los profesores de segundo ciclo sobre las de otros
miembros de la comunidad cuando el debate se centre en las necesidades de formación y en
las prioridades en materia de educación.
Las reuniones comunitarias también brindan a los demagogos y a los individuos ávidos
de poder la oportunidad de ejercer presión sobre los demás; también puede que se oiga con
más frecuencia la opinión de quienes mejor saben expresarse que la de las personas tímidas y
retraídas. A veces dominan las reuniones las más notables y des.ahogadas hasta el punto de
que sólo se atiende a sus exigencias, a expensas de las de otros grupos más desfavorecidos y
más necesitados. En resumen, la existencia de una organización vecinal no supone en sí
garantía alguna de que siempre va a actuar en favor de la población a la que pretende
representar. Es fundamental contar con salvaguardias y adoptar medidas para impedir que el
interés personal, la ambición y el ansia de poder socaven los procesos democráticos y
obstaculicen un desarrollo genuino. Se debe insistir una y otra vez en que el principal objetivo
de la organización a escala vecinal consiste en fomentar el desarrollo humano y el progreso
social y económico, medidas que sólo se podrán hacer realidad por medios auténticamente
democráticos y gracias a la participación de todos en el proceso de adopción de decisiones.
Reuniones y comités
Las reuniones y los comités son el medio generalmente utikzado por las organizaciones
vecinales para tratar sus asuntos. Las decisiones relativas a la formación de comités especiales
suelen adoptarse en reuniones públicas, a las cuales se invita, o se debería invitar, a todos los
miembros de la comunidad. Pero, no siempre todos están representados; a veces se excluye a
las mujeres, a los analfabetos o a los miembros de las minorías étnicas, religiosas y
lingüísticas. A veces los propietarios de viviendas y los terratenientes sí tienen derecho a
asistir, pero no otras personas; también sucede que algunos puedan estar presentes en las
deliberaciones, pero no votar. Como ya se ha señalado las posibilidades de manipulación y de
abuso son considerables en estas situaciones. En resumidas cuentas: el hecho de que se lleve a
cabo una reunión pública no garantiza que sus procedimientos sean democráticos ni justos;
pero, la injusticia puede ser corregida con igual imparcialidad por una autoridad local como
por una autoridad central. En este sentido, todas las instrucciones oficiales relativas al
establecimiento de organizaciones vecinales deberían incluir reg1a.ssobre el derecho a formar
parte de las mismas, y de.jar en claro que nadie debería quedar excluido por razones
discriminatorias.
Otro problema con que puede tropezarse al celebrar reuniones de vecinos, reside en que,
aunque estén permitidas, se puede insistir en que los responsables que se designen no
pertenezcan a la comunidad. Es lo que ocurrió en Afganistán, donde en algunas zonas las
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actividades de las comunidades locales estuvieron estrictamente controladas y todos los
responsables provenían de otras comunidades, y no tenían ningún vínculo con las personas a
las que debían representar.
Debería respetarse igualmente el derecho de todos a tomar la palabra, y velar por que no
haya personas que monopolicen la palabra durante las deliberaciones. Los intereses de ciertos
grupos y de los grupos de presión no deberían primar sobre los de otros miembros de la
sociedad. El Presidente tendrá que ser muy competente para que puedan oírse las opiniones de
todos y dar muestras de objetividad.
Ocurre también a menudo que los participantes en reuniones comunitarias actúen en
contra de lo que pretenden lograr, esto es, encontrar junto con otros soluciones independientes
a problemas comunes, y usan las reuniones, en cambio, para pedir ayuda a la autoridad
central. Así es como, por ejemplo, en una reunión comunitaria que tuvo lugar en una aldea en
Etiopía para llegar a un acuerdo sobre medidas de acción comunes, todos los participantes
reclamaron uno tras otro el que no una escuela, una clínica, una carretera, un pozo, transporte,
etc., aunque no existía la más mínima posibilidad de que sus pedidos se atendieran. Todos los
presentes sabían perfectamente cuál era el propósito de la reunión, pero ninguno quería dejar
pasar la oportunidad de pedir ayuda a la autoridad central y, en consecuencia, se perdió mucho
tiempo hasta que la reunión procedió a tratar los temas para los que había sido convocada. Del
mismo modo, entre las personas designadas para ocupar funciones en organizaciones
vecinales algunas tampoco creen que su papel consiste en promover actividades autónomas
que contribuyan al desarrollo económico y social, sino que se ven a sí mismas como
intermediarios entre la comunidad y la administración nacional, y entienden que su principal
tarea consiste en obtener ayuda financiera y material. Aunque no existe ninguna razón por la
cual no deban cooperar estrechamente con los organismos de desarrollo que se ocupan de la
vulgarización, la salud, los recursos hídricos, los servicios de lucha contra el paludismo, entre
otros, y es deseable que así lo hagan, resulta poco razonable esperar que sus esfuerzos para
obtener un tratamiento preferencial con respecto a otras comunidades tengan éxito, cuando en
realidad saben que los recursos nacionales son escasos y que hay pocas posibilidades de que
sus peticiones prosperen
Cargos en las organizaciones
vecinales y comunitarias
Debido a la falta de experiencia en la organización vecinal de los servicios sociales a
escala vecinal, las personas inicialmente designadas para asumir ciertas funciones a menudo
no están a la altura de las tareas que se les confían. En las reuniones se tiende a elegir, para los
cargos vacantes, a los oradores que más llaman la atención y que se muestran más seguros de
sus ideas, independientemente de su idoneidad. Más adelante, cuando perciben mejor las
responsabilidades del cargo que ocupan, su entusiasmo puede decaer e incluso estar seguido
de una dimisión. Habrá quien aduzca que éste es un indicio de que las organizaciones
vecinales de los países en desarrollo no son capaces de llevar sus asuntos. No es así en
absoluto: se trata más bien de una fase esencial del proceso de aprendizaje, durante la cual se
aprende a actuar con más criterio, sobre todo cuando se trata de juzgar a otros y designarlos
para un cargo. Ocurre a menudo que en realidad no se empiece a progresar hasta después de
una segunda vuelta de nombramientos.
Con frecuencia se piensa que las personas analfabetas no deben ser elegidas para ningún
cargo. Obviamente, para desempeñarse como cajero o tesorero encargados de llevar las
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cuentas o como secretario, responsable de las actas y registros, es imprescindible saber leer,
escribir y contar. Pero algunos de los miembros más respetados de la comunidad, cuya
autoridad merece una amplia aceptación, pueden resultar los más idóneos para un cargo, pese
a no saber leer y escribir, de modo que no se los debería excluir sistemáticamente de la
selección. Por ejemplo, en Etiopía, los dirigentes analfabetos de organizaciones vecinales
demostraron a menudo ser más eficaces para tratar los asuntos de la comunidad que otras
personas, que habían recibido instrucción, y aunque en lugar de leer un texto a veces recitaban
en verso sus informes a las reuniones, probablemente ejercían sobre los oyentes un impacto
mayor que si hubiesen leído un texto escrito.
Procedimientos
de votación
La votación es el procedimiento normalmente utilizado en los procesos democráticos
cuando se trata de elegir y de tomar decisiones. Aun así su aplicación puede plantear
problemas en las organizaciones vecinales de los países en ciesarrollo. Cuando en una
comunidad hay muchos analfabetos, por ejemplo, puede resultar imposible llevar a cabo una
votación secreta, puesto que no sabrán cómo completar las papeletas. En las elecciones
nacionales de países como la India, por ejemplo, en lugar de palabras se utilizan símbolos para
indicar los partidos políticos en las papeletas para que las personas analfabetas puedan escoger
a sus candidatos.
Cuando las votaciones secretas plantean problemas se puede organizar una votación a
mano alzada que siempre resultará menos satisfactoria, pues existen algunas personas que se
sentirán obligadas a votar por un candidato que no los convenza, porque de lo contrario
podrían padecer consecuencias personales desfavorables. La falta de confidencialidad también
puede dar lugar a que candidatos poco escrupulosos ejerzan presiones para asegurarse su
elección. A veces la persona que preside la reunión debe llegar a un supuesto consenso para
tomar una decisión que en realidad puede no ser más que el reflejo de su posición personal y
en modo alguno de la opinión que prevaleció en la reunión.
Titulares de cargos y mandatos
El número de titulares de cargos puede variar de una comunidad a otra, aunque por lo
común son los de presidente, vicepresidente, tesorerokajero, funcionario de enlace y
secretario. Por lo general no es útil que los comités tengan muchos miembros y queda claro
que cada uno tiene una tarea que cumplir y debe llevarla a cabo. En las comunidades más
desposeídas los nombramientos honorarios, con pocas responsabilidades, no tienen razón de
ser.
Subcomités
Crear subcomités para tratar aspectos específicos de interés, tales como la educación y la
salud, puede resultar más eficaz que intentar resolverlos en reuniones generales. Un comité de
educación, por ejemplo, puede ayudar a determinar las prioridades en materia de aprendizaje.
Puede estar compuesto por maestros y miembros instruidos de la comunidad, pero sin que
queden excluidas las personas analfabetas y las que no han recibido formación. Puesto que la
meta debería ser la educación para todos, y no solamente para los niños en edad escolar, debe
tenerse en cuenta toda una gama de vías que den acceso al aprendizaje.
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Posibilidades de formación
Existen muchas posibilidades de formación que no se limitan a la instrucción primaria y
que las organizaciones vecinales pueden crear y administrar. Una guardería infantil, a cargo de
voluntarios de la comunidad, que libere a los niños y a los adultos de la tarea de cuidar a los
niños más pequeños, y les permita ejercer empleos remunerados o recibir una formación, suele
traer a la comunidad más beneficios sociales y económicos que los que se podrían derivar de
la apertura de una escuela primaria y a más corto plazo. Si se restringe el acceso a los comités
de educación sólo a las personas instruidas se corre el riesgo de no prestar la atención que
merece a la educación no formal. Por ejemplo, casi todos los vecinos de una comunidad
africana padecían paludismo y era indispensable reducir la incidencia de la enfermedad para
poder alcanzar cualquier progreso económico. Se sabía que los medicamentos preventivos
estaban almacenados en una choza, pero nunca se los había utilizado porque no se habían
dado instrucciones sobre las dosis requeridas, y nadie sabía leer las indicaciones que figuraban
en los embalajes. En otra aldea, infestada por las ratas, no se había hecho nada para luchar
contra la invasión. Hubo que emprender una campaña para exterminarlas y poner los
almacenes de cereales a salvo de los estragos que causaban antes de poder encarar otras
posibilidades de formación. Las prioridades de formación de los vecinos de estas aldeas son
muy distintas de las que tienen los maestros que trabajan allí. Estos están más preocupados
por su propia remuneración y por las oportunidades de formación permanente que por los
intereses de los lugareños.
A algunos de los refugiados que regresaron a Afganistán se les enseñó a tejer alfombras
y la seda, y a preparar tinturas vegetales en lugar de tinturas químicas, gracias a lo cual
adquirieron competencias básicas que les permitirían conseguir empleos remunerados.
También formaban parte obligatoria de la formación dispensada la educación sanitaria, la
alfabetización y la instrucción en aritmética elemental. Se obtuvieron así beneficios sociales y
económicos inmediatos: todos los participantes aprendieron rápidamente a leer, escribir y
contar, y se verificó una mejora inmediata en la salud de la población y su nivel de vida. Uno
de ellos creó más adelante cuatro talleres de fabricación de alfombras en un país vecino,
donde emplea en la actualidad a 340 obreros. Otros participantes utilizaron partes de sus
ganancias para costearse clases nocturnas de formación complementaria. Cuando se les
sugirió que recibieran la formación a domicilio y no en un taller colectivo los participantes
rechazaron la propuesta por temer que no se les brindara la instrucción sanitaria ni las clases
de alfabetización que les habían resultado tan provechosas. Los participantes tomaron
conciencia de la importancia de estos conocimientos básicos cuando descubrieron que les
permitían aprovechar mejor sus competencias en su actividad remunerada.
Por ende, presentar a la comunidad en su conjunto las distintas opciones de que dispone
a la hora de decidir sus prioridades en materia de aprendizaje constituye una de las
responsabilidades más importantes del Comité de educación. Las decisiones de la comunidad
no deben darse por descontadas, suponiendo que la enseñanza primaria convencional debe
tener precedencia sobre cualquier otra forma de educación. En situaciones de emergencia y en
las derivadas de catástrofes, por ejemplo, los programas de formaci6n preparan para el empleo
o para la supervivencia, ya sea mediante al suministro de agua, alimento o abrigo, y tienen un
impacto más inmediato, pueden resultar más importantes que los que sólo ofrecen beneficios a
largo plazo, como los que se proporcionan mediante la escolarizacidn institucional. A menudo
se formulan peticiones de ayuda, en nombre de comunidades de refugiados, para que se creen
escuelas para los discapacitados, aunque se sabe que los costos de funcionamiento resultan
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elevados, y que, en lugar de aislarlos de los demás miembros de la sociedad en instituciones
especiales, es preferible integrar a los discapacitados en la mayor medida posible a la vida
normal. En muchos programas educativos dirigidos por organismos de socorro y por ONG, se
hace hincapié sobre todo en la creación de escuelas primarias, aunque el porcentaje de
abandono de los alumnos a menudo alcance la cifra del 50% al cabo de un año de escolaridad,
y pocas veces se evalúa el interés efectivo de estas escuelas en términos de progreso
económico y social.
Un comité de educación también puede ocuparse del enlace, no sólo con los
funcionarios encargados de la educación en la región, sino también con las empresas, los
comercios, las fábricas y los talleres, los centros sanitarios, las escuelas y las radios
comunitarias que pueden estar dispuestos a cooperar en la ejecució-n de los programas a escala
local.
No cabe esperar que una organización vecinal creada por una comunidad desfavorecida
tome a su cargo la enseñanza secundaria o superior, pues éstas incumben naturalmente a la
autoridad central. Sus costos son mucho más elevados y es sabido que muchos países en
desarrollo asignan un porcentaje desproporcionado de sus presupuestos de educación a la
enseñanza superior, a expensas de los servicios de educación básica.
Planes de estudio
En ocasiones se pide que se elaboren planes de estudio para los servicios de educación
administrados por las organizaciones vecinales; se parte de la hipótesis de que las normas que
rigen los programas de educación formal se aplican a todos los demás tipos de educación. Por
plan de estudios se entiende el contenido de la enseñanza que se imparte en una escuela o una
universidad, preparado generalmente por el Departamento de elaboración de planes de estudio
del Ministerio de Educación o por una facultad. En los planes de estudio se suelen prescribir
los libros en que los alumnos deben estudiar; lo que han aprendido se evalúa mediante
exámenes escritos, que en muchos casos miden casi exclusivamente el conocimiento del
contenido de esos libros. Así es como la certificación consiste únicamente en determinar si los
libros se han leído y entendido o no.
Los resultados de las posibilidades de formación que se abren a las personas
desfavorecidas deberían medirse con otros criterios, como, por ejemplo, comprobar si ha
habido mejoras sanitarias, aumentos del poder adquisitivo, mejoras en la calidad del agua y en
la vivienda, mayor confianza en sí mismo y disposición para cooperar con los demás para
superar los obstáculos. Las necesidades de aprendizaje de las personas desatendidas son
infinitas y no siempre se pueden prever. No pueden restringirse a lo que se enseña en las
instituciones de educación formal, pues difieren mucho de una comunidad a otra. Una
comunidad que carece de agua necesita saber dónde encontrarla, y los agricultores que luchan
contra las plagas deben aprender a hacerlo. Es importante saber dónde obtener la información
y los conocimientos apropiados, para que los pobres puedan superar su ignorancia y asegurar
su participación activa en el desarrollo social y económico.
La función del animador
La función del animador debería consistir en alentar y guiar a las miembros de las
comunidades a que actúen conjuntamente en pro del desarrollo social y económico, en
ayudarles a hacerse más autónomos y en sensibilizarlos a las posibilidades que ofrecen los
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programas de educación apropiados. El animador puede contribuir activamente a instruir a la
población sobre el proceso democrático y a ayudarla a entender los procedimientos que se
deben seguir para ejecutar los programas satisfactoriamente. Los animadores u orientadores
no deben en ningún caso intentar imponer sus ideas sobre las prioridades de la formación, sino
que deben esforzarse por ayudar a la población a que decida por sí misma. Su trabajo debe ser
temporal; una vez que las organizaciones vecinales han aprendido a dirigir sus propios
asuntos, los consejos y las opiniones de los animadores dejarán de ser necesarios. Los
animadores elegidos para impartir formación deberían provenir preferentemente de las
comunidades a las que prestarán ayuda y hablar el mismo idioma que la población, sobre todo
cuando no es el mismo que el empleado por la administración central. En la medida de lo
posible, también deberían saber leer y escribir, para poder leer los materiales sobre las
organizaciones vecinales puestos a su disposición. La práctica. consistente en formar
animadores u orientadores procedentes de otras comunidades no suele dar buenos resultados.
A veces se recurre a egresados de la enseñanza secundaria para tareas de vulgarización en
zonas rurales y se los incentiva mediante un salario y un uniforme a aceptar este tipo de
empleo. Ahora bien, estos nombramientos pueden tener un efecto negativo, ya que a veces
estos agentes no hablan el idioma de la comunidad, no se identifican con la población a la que
deben ayudar, no saben ganarse su confianza, y en ciertos casos ven su trabajo como un
simple eslabón para ascender en la jerarquía administrativa.
La selección de los animadores y orientadores idóneos es esencial para el éxito de la
organización comunitaria. Estos deben estar resueltos a aplicar un enfoque participativo,
comprender su propósito, saber cómo se hace y estar dispuestos a consagrarse al desarrollo de
la comunidad. También deben reconocer que sus servicios son por definición temporales y
entender que, una vez que la comunidad esté en condiciones de autogestionarse, podrá
prescindir de ellos.
Formación
Las posibilidades de alentar la organización vecinal de servicios educativos serán
limitadas si no existe un programa de orientación y formación. A veces hay iniciativas
individuales, pero no siempre bastan y pueden no ser las que convienen. A menudo las
universidades desean intervenir en este tipo de programas, pero la participación en los cursos
que ofrecen pueden limitarse a las personas que ya han recibido alguna forma de enseñanza y
que prefieren la educación formal. También el contenido de los cursos puede a su vez ser
académico y teórico y no responder a las necesidades inmediatas de las personas
desfavorecidas. La mejor formación es la que se proporciona en el terreno y dentro de la
comunidad local. Es en las aldeas donde se entienden la situación y los problemas del medio
rural y no en las instituciones de enseñanza.
En la formación de los animadores y orientadores se les debería enseñar a:
- crear organizaciones vecinales
- lograr que todos los miembros de la comunidad tomen parte en las organizaciones
vecinales
- celebrar reuniones
- designar a los titulares para las distintas funciones
- redactar y utilizar cuestionarios
- redactar expedientes, actas, informes, etc.
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guardar el dinero a buen recaudo
llevar las cuentas
evaluar los problemas locales
determinar las prioridades en materia de aprendizaje y estudiar las opciones
existentes
impartir educación sanitaria
enseñar a leer y escribir y a realizar operaciones aritméticas elementales
proporcionar guarderías
prestar servicios de enseñanza primaria
proponer posibilidades de formación para las mujeres
proponer posibilidades de formación para los grupos especiales: las viudas, los
huérfanos, los discapacitados
hacer que la mujer participe en las actividades económicas
proponer a mujeres para los distintos cargos de la organización
crear vínculos entre la comunidad y los organismos de desarrollo
establecer servicios de distribución
establecer vínculos entre los talleres, las empresas, los servicios sanitarios y
veterinarios, los programas de extensión, las escuelas e instituciones educativas, etc.
ofrecer oportunidades de formación en los lugares de trabajo e incluir la
alfabetización y la educación sanitaria en los programas de formación
adquirir materiales básicos de lectura y útiles u otros materiales para los programas
crear empresas privadas que produzcan materiales de lectura adaptados a las
necesidades locales
crear una sala de lectura
suministrar información sobre posibles fuentes de ayuda para los programas
proveer instalaciones que sirvan de auditorio
establecer, en su caso, vínculos con los servicios de radio comunitaria
impartir directrices sobre las instalaciones de almacenamiento y la teneduría de
registros, como por ejemplo inventarios
dar indicaciones sobre posibles retribuciones y remuneraciones por los servicios
prestados
suministrar servicios de microcrédito
organizar cooperativas
Puesto que las prioridades en materia de aprendizaje difieren mucho de una comunidad
a otra, sería imposible elaborar un programa único de formación que pudiese aplicarse a todas
las situaciones. Por ende, los programas tendrán que ser flexibles para satisfacer las
necesidades de distintas colectividades. Cuando una comunidad ha aplicado con éxito un
programa ideado por ella, ésta puede servir de modelo para otras actividades de formación, y
así sucesivamente.
Apoyo a las organizaciones
vecinales y comunitarias
Además del asesoramiento y la orientación que facilitan los animadores, las
organizaciones vecinales también necesitan material de lectura y útiles para poder funcionar
con eficacia. Precisan guías y manuales sobre diversos aspectos de su actividad, así como
material de lectura sencillo sobre una amplia variedad de temas relacionados con la salud, la
alfabetización y la enseñanza de las operaciones aritméticas elementales, el aprendizaje de
oficios, las técnicas de venta, etc. Necesitan asimismo material de base para la instrucción en
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el aula, la capacitación, la educación sanitaria y los deportes y las actividades de
esparcimiento. Para que todos tengan acceso a los materiales y útiles también es
imprescindible contar con servicios de distribución e instalaciones de almacenamiento.
Material de lectura
Disponer de material de lectura suficiente en forma de libros, obras de consulta como,
por ejemplo, diccionarios y atlas, selecciones de textos, revistas, periódicos, diarios, folletos,
carteles, etc., es esencial para fomentar una educación para todos y establecer una cultura de la
lectura. Ese material debe existir asimismo en los idiomas de los lectores y, en el caso de las
personas recientemente alfabetizadas, en un lenguaje familiar que puedan comprender
fácilmente. También debe resultar atractivo como para despertar el interés por la lectura. En
muchos países desgraciadamente el desarrollo del sector del libro no ha estado a la altura de
las necesidades del aprendizaje. Casi no existen editoriales privadas y el gobierno sólo se
limita a publicar libros de texto para las escuelas. En consecuencia. los libros pueden estar mal
escritos, contener informaciones erróneas, y estar tan mal encuadernados que se desarman
rápidamente. Incluso se puede cuestionar el contenido de algunos libros, como en el caso de
Afganistán, donde la aritmética se enseñaba con cantidades de armas, se ensalzaba la guerra y
se denigraba la paz. Un título universitario no garantiza forzosamente la capacidad de redactar
un buen libro de texto: se requieren competencias especiales. No sólo los maestros y
profesores universitarios son capaces de escribir buenos libros de texto, también hay que
contar a las personas con experiencia en la edición. En los países en desarrollo pocos
programas estatales de publicación de libros de texto alcanzan sus objetivos, esto es, editar una
cantidad suficiente que permita atender a todas las escuelas. Es fundamental crear un sector
privado en el mundo de la edición para satisfacer todas las necesidades en materia de lectura.
(Véase: Pemille Askerud, A Guide to Sustainable Book Provision: From Plan to Print.
UNESCO, 1997). Gracias a los rápidos adelantos de las técnicas de impresión, actualmente las
empresas pueden prever hacer una contribución más sustancial al fomento de la lectura. Hay que
estudiar cuidadosamente la posibilidad de alentar y ayudar al sector privado a crear pequeñas
empresas fuera de los principales centros urbanos, a fin de satisfacer las necesidades de lectura
de las comunidades locales, imprimiendo no sólo libros y libros de lectura (si es preciso en los
idiomas locales), sino también periódicos, folletos con noticias, revistas, volantes, carteles, etc.
El aprendizaje no puede reducirse a la utilización de unos pocos manuales; éstos están
ideados para atender las necesidades de los niños y adolescentes pero no las de los educandos de
más edad. Las necesidades de aprendizaje e información son infinitas y si se restringe la libertad
de publicación quedan sin atender. La educación para todos exige que haya libros para todos. La
población de las comunidades rurales tiene que aprender a ganarse la vida y es posible que para
ello necesite instrucciones escritas. Quizás deseen saber cómo fabricar ladrillos con barro, cavar
pozos para sacar agua, tejer alfombras, fabricar tinturas y jabones naturales, prevenir las
enfermedades más corrientes, aprender a vender, llevar la contabilidad o expedientes, escribir
cartas o tantas otras cosas. La lista es interminable y ningún programa que se centre en un solo
libro de texto podrá satisfacer todas las necesidades de lectura. Además, una selección de textos
sobre un tema concreto, ilustrada y en colores, que los lectores pueden pasarse unos a otros,
tiene más probabilidades de fomentar el hábito de la lectura que un libro escolar mal redactado y
presentado.
Por “material de lectura” no se entiende únicamente libros, sino también diarios, folletos,
carteles, prospectos e indicaciones en los frascos o las cajas de medicamentos, etc. También
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pueden ser un complemento de los demás programas de aprendizaje. En Afganistán, donde
prácticamente no existe otro organismo público o privado que pueda publicar material de
lectura, la radionovela BBCYUNESCO titulada New Heme, New Lij?, en la que se combinan la
educación y el esparcimiento, también sale todos los meses en forma de revista de historietas, en
colores, en la que se recapitulan los episodios ya difundidos por radio y aparecen además cartas
de los lectores, información general y páginas especialmente dedicadas a la alfabetización y a las
cuestiones de salud. El éxito de la revista ha sido tal que actualmente se la disputan los adultos y
las escuelas primarias, donde no abundan los libros de texto; su enfoque imaginativo de la
alfabetización y la enseñanza de la aritmética elemental y de la educación sanitaria ha influido
considerablemente en los maestros y en los educandos. La revista ha causado una impresión tan
favorable que organizaciones no gubernamentales y organismos de las Naciones Unidas han
costeado la publicación de números especiales.
Si se quiere que las organizaciones vecinaleselaboren programas educativos idóneos y
autónomos hay que facilitarles el acceso a equipos de imprenta ad:tptados a sus necesidades
particulares. Precisarán instrucciones escritas sobre la forma de crear organizaciones, celebrar
reuniones, llevar la contabilidad y expedientes y elaborar informes. Tendrán necesidad de
selecciones de textos que traten de cuestiones que les interesan particularmente. En
Afganistán los cursos de capacitación para los tejedores de alfombras y de seda y para los
productores de tinturas naturales comprendían clases obligatorias de lectura, escritura y
aritmética elemental y de educación sanitaria. Tenían mucha popularidad, en parte, porque los
libros ilustrados sobre el te-jido y la tintura estaban especialmente escritos para los
participantes en los dos idiomas que hablaban. El resultado es que aprendieron a leer en un
tiempo relativamente breve. La necesidad de manifestar tolerancia y comprensión en un país
desgarrado por los conflictos también se trató en un libro de lectura especialmente dedicado al
tema de la paz.
En los países en los que la escasez de material de lectura es un problema grave, se puede
alentar a las organizaciones vecinales a crear salas de lectura, en las que consultar materiales
variados, depositar los libros con seguridad y vender publicaciones como periódicos y
revistas. Si la ocasión lo requiere este espacio también puede utilizarse para otras actividades,
como por ejemplo, clases de alfabetización, o servir de auditorio al que se va a escuchar en
grupo programas educativos.
Evidentemente un gobierno que desee materializar la educación para todos, y fomentar
la participación de las comunidades locales en ese empeño, debe examinar minuciosamente la
política que aplica en el sector del libro, considerar hasta qué punto es posible movilizar al
sector privado y crear imprentas para satisfacer las necesidades de aprendizaje de las personas
desfavorecidas.
Equipo y suministros
Los programas educativos destinados a todos los miembros de la comunidad no pueden
ejecutarse con eficacia sin un mínimo de suministros y equipos. Para la enseñanza primaria y
las clases de alfabetización de adultos hacen falta lapiceras, lápices, gomas, cuadernos, tiza,
pizarrones.. . pero no bastan para todas las oportunidades de formación que pueden ofrecer las
organizaciones vecinales. Por ejemplo, para la educación sanitaria se necesitan termómetros,
balanzas, metros y botiquines de primeros auxilios, si el objetivo es impartir una enseñanza
práctica y no teórica, mientras que para las clases de costura será imprescindible tener tela,
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lana, agujas, hilo y tijeras. Para aprender a cultivar habrá que disponer de palas, azadas,
semillas y carretillas, y para los deportes y las actividades de esparcimiento, de redes, pelotas,
cuerdas y juegos. Las herramientas básicas son indispensables para la carpintería y para los
programas de capacitación funcional, mientras que para las actividades como el tejido de
alfombras o seda se requiere un material más costoso.
Algunos de estos elementos como, por ejemplo, la tiza, el jabón, las herramientas
agrícolas, las redes de voleibol o los metros, se pueden fabricar en los propios lugares,
creando pequeñas empresas, lo cual fomentará la educación para todos y el desarrollo
económico mediante la creación de empleos en el sector privado. Los países afectados por los
conflictos armados, como Afganistán, disponen de grandes cantidades de chatarra que los
obreros metalúrgicos pueden recuperar y transformar en herramientas agrícolas. Con
frecuencia el material necesario para fabricar ladrillos de barro, tiza o jabón se encuentra
fácilmente y bastará sólo con instrucciones escritas para saber hacerlo.
Ahora bien, todo el material necesario no se puede obtener mediante las empresas
locales o la iniciativa del lugar. Algunos sólo se pueden comprar en los mercados locales o en
el exterior; en cambio la producción de tiza, por ejemplo, puede requerir material disponible
en el lugar y equipo importado. Se puede enseñar a coser y a tejer a mano o con máquinas
perfeccionadas. Los propios tejedores pueden construir los telares para las alfombras o
producir tejidos de seda en las aldeas a partir de materiales existentes en el lugar, mientras que
los que se utilizan en las fábricas se compran en el exterior. Aunque los organismos de
asistencia y los gobiernos centrales pueden prestar ayuda hasta cierto punto para adquirir
equipos más caros, su utilización sólo es posible si las organizaciones locales cuentan con
recursos para comprarlos.
Cuando una organización vecinal tiene a su cargo los suministros y el equipo, tiene que
contar con locales seguros para guardarlos y con indicaciones sobre la forma de realizar los
inventarios y consignar su utilización por escrito. Habrá que modificar o hacer más flexibles
las estrictas disposiciones administrativas que a menudo regulan el almacenamiento de equipo
y suministros en muchos países en desarrollo para que puedan utilizarse con eficacia.
Enseñanza a distancia
La enseñanza a distancia es una de las formas más económicas de impartir educación
para todos y de llegar a los miembros más desfavorecidos de la población, y los gobiernos son
cada vez más conscientes de las posibilidades que encierra para la provisión de servicios de
educación básica. Todavía hay quienes dudan, aduciendo que el método es ineficaz porque los
pobres no tienen radio, ni pilas, ni electricidad. Ahora bien, hay estudios serios que demuestran
que este punto de vista carece de fundamento. En un país como Afganistán, por ejemplo, pese a
que se sostenía lo contrario, más del 90% de la población escucha la radio. La radio no siempre
se escucha de la misma manera en los países en desarrollo, donde a menudo la gente se reúne en
grupos grandes para hacerlo, que en los países desarrollados. En la actualidad gracias a los
progresos tecnológicos ya hay aparatos de radio que funcionan con energía eólica o solar y no se
depende de las pilas y la electricidad para llegar a las zonas remotas.
Del mismo modo que ha aumentado el interés por la enseñanza a distancia, cada vez se
tiene más conciencia de que es importante utilizarla provechosamente. Es evidente que las
personas que elaboran este tipo de programas tienen que tener una buena formación. El lenguaje
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utilizado debe ser sencillo, los mensajes deben transmitirse con claridad para facilitar su
comprensión, y la duración de los programas no debe ir más allá de las posibilidades de
concentración de los oyentes; habrá que evaluar permanentemente los programas para
cerciorarse de que corresponden a necesidades de aprendizaje reales. Es preciso organizar
debates e intercambios de puntos de vista frecuentes con los oyentes para comprobar que los
programas les siguen resultando interesantes. La contratación de personal para redactar y
producir programas de enseñanza a distancia no debe limitarse al ámbito universitario, puesto
que esta tarea requiere conocimientos y competencias especiales que el personal de los
establecimientos de enseñanza superior no siempre posee.
El contenido de los programas tampoco debe ser puramente educativo. Desde hace mucho
se reconoce la importancia de difundir mensajes educativos mediante actividades de
esparcimiento. Como ya se ha dicho, en Afganistán la radionovela .Vew Hume, New Life, que
trata de una familia de refugiados que regresa a su aldea después de haber vivido en otro lugar,
ha tenido un gran éxito popular en todo el país. Se estima que entre el 85 y el 90% de la
población escucha este programa que se emite tres veces por semana en dos idiomas. La
publicación mensual de una revista de historietas que reproduce 10,sepisodios difundidos por
radio ha repercutido en el sistema de educación formal. Este programa ha despertado interés por
doquier. Así por ejemplo, un país vecino como Tayikistán ha solicitado ayuda para crear un
programa similar. Este método de la enseñanza a distancia adoptado en Afganistán fue expuesto
en las conferencias sobre el tema celebradas en Inglaterra y Egipto y en otra sobre la educación
básica que tuvo lugar en Ammán, en 1996. Los programas educativos ofrecen un potencial
enorme y habría que examinar seriamente la función que pueden desempeñar en la creación de
organizaciones vecinales autónomas.
Las organizaciones vecinales pueden contribuir de manera decisiva a una utilización
más racional de los programas educativos y las radionovelas constituyendo grupos para
escucharlos en los centros comunitarios, con la asistencia de animadores capaces de dirigir los
debates sobre el contenido de los programas, después de éstos. A su vez, los debates pueden
aportar valiosas contribuciones a los productores de programas, proporcionándoles información
sobre su frecuencia, pertinencia, idioma, etc. La creación de grupos para escuchar los programas
también es una forma de lograr que las personas que no tienen radio saquen provecho de los
programas.
Servicios de radio comunitaria
Los servicios de radio comunitaria específicamente destinados a las personas que viven
en un área geográfica determinada, que emiten en los idiomas de la localidad y hacen que los
oyentes participen activamente en el contenido y la producción de los programas, pueden
contribuir muy útilmente a la educación para todos. Aunque, por parte de las autoridades
centrales, puede existir cierta reticencia a fomentar esta forma de descentralización de los
medios de comunicación, no cabe duda de que ésta puede constituir una aportación
fundamental al progreso social y económico. En El Salvador este método se ha aplicado con
éxito.
La mujer y las organizaciones
vecinales y comunitarias
Por lo general, las mujeres y niñas constituyen la mitad de la población de una
comunidad normal y una organización vecinal que las excluya de sus deliberaciones y
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decisiones no puede considerarse verdaderamente representativa ni democrática. En
consecuencia, no deben escatimarse esfuerzos para que las mujeres tomen parte en las
reuniones y se puedan presentar para los cargos y mandatos. Por ejemplo, a mediados del
decenio de 1970, cuando en Etiopía se crearon asociaciones de campesinos en las zonas
rurales, las mujeres tenían derecho de presentarse a los cargos, pero al principio se elegía
preferentemente a los hombres. Después de algún tiempo, cuando éstos fueron perdiendo el
entusiasmo de los mandatos, empezaron a tomar en cuenta las candidaturas de mujeres que, de
esa manera, participaron más activamente en el quehacer de la comunidad. En muchos casos
demostraron ser más dinámicas e ingeniosas que los hombres que las precedieron en esos
cargos.
También hay que esforzarse para garantizar que la función de la mujer no se limite a los
quehaceres domésticos. La condición de la mujer en la sociedad no mejorará mientras no
participe más directamente en las actividades económicas y no desempeñe una función más
activa en la adopción de decisiones a escala local que influyan en su vida diaria. Sin embargo,
en los países en desarrollo, las organizaciones femeninas a menudo no comprenden la
importancia de este aspecto, tienden a patrocinar proyectos que las encasillan en las
obligaciones domésticas y también parecen opinar que el lugar de la mujer está en su casa. Por
ejemplo, las organizaciones femeninas de Afganistán proponen a las mujeres una asistencia
que consiste casi exclusivamente en actividades como la costura y el tejido o la preparación de
mermeladas y conservas. Aparte de que la mayoría de las mujeres ya poseen esos
conocimientos y que los beneficios económicos que reportan son mínimos, las mujeres no
intentan en absoluto participar en la toma de decisiones que afectan su propio bienestar y el de
sus familias.
Las organizaciones vecinales pueden fomentar la emancipación de las mujeres
permitiéndoles asistir a las reuniones comunitarias, presentarse a los cargos y nombrarlas en
puestos para que se ocupen de las cuestiones que las conciernen.
Lo que sucedió hace algunos años en la zona fronteriza entre Somalia y Etiopía ilustra la
importancia de la participación de la mujer en la organización de la vida comunitaria. Las
autoridades nacionales habían construido escuelas para niñas, incurriendo en gastos
considerables pero, por razones culturales y sociales, las niñas no las frecuentaban. Cuando la
educación empezó a ser responsabilidad de las organizaciones vecinales, la demanda de
escolarización para las niñas fue tal que la población construyó más locales precarios para que
pudieran asistir a clase.
Cooperativas
A menudo a los pobres les resulta difícil, si no imposible, superar por sí mismos la
miseria y progresar social y económicamente sin ayuda. Con frecuencia ésta se encuentra
trabajando codo con codo con otras personas que se encuentran en una situación análoga y que
comprenden las dificultades que hay que vencer. Por esta razón las cooperativas se han
considerado una forma adecuada de salir de la pobreza: así es como se han emprendido
actividades tan variadas como la cría de pollos y animales de granja o la creación de pequeñas
empresas, por ejemplo, las de producción de telas y alfombras, de excavación de pozos o de
construcción de escuelas, entre otras cosas. Es frecuente que las comunidades rurales tengan
experiencia en este trabajo en común de alcance social y esto, con guía e instrucción, puede
aprovecharse más eficazmente para que reporte beneficios económicos. En consecuencia,
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debería distribuirse más ampliamente material de lectura sobre la organización y la gestión de
cooperativas. También es fundamental proporcionar información sobre los préstamos para que
las personas más necesitadas tengan acceso a los créditos.
Hay que reconocer que las cooperativas no siempre obtienen buenos resultados, lo que
quizás se deba a que algunas necesidades de aprendizaje no se atienden. Por ejemplo, en
muchos casos se ha considerado conveniente condicionar la prestación de asistencia y la
concesión de financiación a la obligación de asistir a clases de educación sanitaria y de
aprender a leer, escribir y contar. Las cooperativas cuyos miembros se encuentran en buena
salud, saben leer y escribir, llevar cuentas y expedientes e informar sobre sus actividades son
más eficaces que las que carecen de estas competencias. En Afganistán el proyecto
relacionado con la fabricación de alfombras y la elaboración de tinturas naturales dio lugar, en
un lapso relativamente breve, a repercusiones sociales inmediatas como el mejoramiento de la
salud y el aumento de la generación de ingresos; ello obedece, sin lugar a dudas, a que los
destinatarios de la formación recibieron a diario clases de educacidn sanitaria y otras en las
que se les enseñaba a leer, a escribir y a contar, así como una capacitación funcional. Todas
las alfombras estaban vendidas incluso antes de que empezaran a tejerse. También fue
necesario enseñarles técnicas de venta, transporte y almacenamiento para que aprendieran a
administrar las empresas con eficacia.
Remuneración
La cuestión de la remuneración de los servicios prestados en las organizaciones
vecinales es a menudo el escollo ante el cual zozobran muchos programas. La razón es que
con frecuencia las retribuciones se estiman en términos de sueldos y las escalas de sueldos
generalmente las fijan personas externas que, por estar al corriente de las que se aplican a los
funcionarios públicos nacionales, deducen que deben adoptarlas automáticamente. Es sabido
que los sueldos de los maestros son la principal partida de los presupuestos públicos de
educación y que se asigna mucho menos dinero a los edificios, manuales o útiles. Pese a ello,
en los países en desarrollo es común que los maestros pidan aumentos de sueldos y, cuando se
les conceden, los recursos disponibles para la extensión de los servicios educativos hacia las
zonas desfavorecidas se reducen proporcionalmente. Se crea así un círculo vicioso que resulta
difícil de romper. Si se desea superar el problema de las restricciones financieras hay que
resolver la cuestión de la remuneración.
Aunque la mayor parte de los presupuestos de educación se asigne al pago del personal
docente, no existe ninguna garantía de que la calidad de la enseñanza esté a la altura de las
sumas invertidas. De hecho, en muchos países en desarrollo se considera que los sueldos de
los maestros son insuficientes y es corriente que, además, tengan algún otro empleo. Ahora
bien, el hecho de que esta otra actividad, como por ejemplo el cultivo de la tierra, lo realicen
durante las horas de trabajo, ocasiona un alto grado de ausentismo entre el personal docente.
Las clases se quedan sin maestro, a cargo de un alumno de más ed¿ld, o incluso sucede que se
cierre la escuela, lisa y llanamente. Por ejemplo, de las cuatro escuelas rurales de un país de
Asia Meridional que un consultor de la UNESCO visitó en una m,Gíana sólo una funcionaba
en condiciones normales: dos estaban cerradas, en otra faltaba personal suplementario y sólo
la cuarta funcionaba como es debido. En Pakistán el Estado estuvo pagando sueldos a
numerosos presuntos maestros que, en realidad, nunca trabajaron en una escuela. La dificultad
de hacer inspecciones en las escuelas de las zonas rurales, la confianza en los informes
redactados únicamente por los directores de escuela y el personal docente, y la incapacidad
-2l-
para lograr una participación más activa de los padres en el funcionamiento de las escuelas
son factores que contribuyen a perpetuar estos problemas, causando un deterioro del nivel de
instrucción y un aumento de la deserción escolar.
La participación de las organizaciones vecinales en el funcionamiento de las escuelas y
en su inspección puede contribuir a resolver estas deficiencias y garantizar que no se vean
privadas de un servicio social al que tienen legítimo derecho.
En los programas que los organismos internacionales y las organizaciones no
gubernamentales crearon en Pakistán para los refugiados afganos se asignaron fondos a la
creación de escuelas primarias. Se contrataron maestros que luego ejercieron presiones para
conseguir sueldos más elevados que los que se pagaban normalmente a los maestros de las
escuelas primarias públicas. Algunos organismos de financiación accedieron a esos reclamos
y luego se vieron en dificultades. Los refugiados permanecieron en los campos durante años y
las escuelas dejaron de ser una medida transitoria para convertirse en instalaciones
permanentes. Con el tiempo los recursos de las organizaciones donantes disminuyeron, sus
presupuestos se redujeron y ya no pudieron hacer frente a los costos salariales de los maestros,
lo que ocasionó una reacción violenta en contra de ellas. De esta experiencia se desprende que
es necesario evaluar más cuidadosamente las prioridades antes de otorgar la ayuda y
abstenerse de asumir responsabilidades que incumben más a los gobiernos y las autoridades
locales que a los organismos externos. Nunca se hará bastante hincapié en la necesidad de
contemplar la posibilidad de otras formas de retribución.
La hipótesis de que la remuneración que perciben los empleados públicos se adecúa a
los servicios prestados en las zonas desfavorecidas no está demostrada. En las zonas rurales
existe a menudo una tradición de servicios voluntarios y a veces no se paga con dinero sino
con víveres o cereales, con un terreno que cultivar o con vivienda. En resumidas cuentas, la
remuneración debe corresponder a los medios de la comunidad. Tampoco hay que olvidar que
en ciertas ocasiones, si el desarrollo económico se concreta, una comunidad puede decidir
pagar a los maestros sueldos más altos que los de la administración pública. Para poder decir
que un programa de asistencia se vio coronado por el éxito hay que cerciorarse de su
sostenibilidad a largo plazo.
Estrategias destinadas a las organizaciones vecinales
Desgraciadamente muchos proyectos destinados a promover las organizaciones
vecinales están planteados de tal manera que en realidad resultan contraproducentes. Si bien
ya se han mencionado algunas de las causas de esta situación, es preferible resumir las
principales para que las personas que participan en estas actividades las examinen.
A pesar de que los proyectos están manifiestamente destinados a fomentar la
descentralización y la responsabilidad a escala local, el control administrativo y la adopción
de decisiones siguen siendo competencia de los ministerios, y más especialmente de los de
Educación y de Desarrollo Comunitario. Con frecuencia, así se crea en las comunidades una
mentalidad dependiente, en lugar de fomentar el deseo de autonomía y se forja la creencia de
que siempre se puede recurrir a las autoridades para atender todas las exigencias del
desarrollo. Aunque puede necesitarse la aprobación del Estado para ejecutar ciertos
programas, es indispensable delegar a las propias comunidades poderes mucho más reales.
- 22 -
A menudo los comités directivos y de gestión están integrados principalmente por
funcionarios del Estado y no gubernamentales, personal extranjero y demás, pero por muy
pocos representantes de las comunas, cuando los hay. Del mismo modo a veces en vez de
celebrarse en el propio lugar las reuniones se organizan en locales de la administración central
o regional lo cual puede impedir que los miembros del comité tengan un contacto directo con
las condiciones locales. Esta práctica tiende a imponer las prioridades de aprendizaje a los
destinatarios en vez de incitarlos a manifestarlas.
A menudo los programas, talleres y seminarios de formación se celebran en locales de la
administración central o regional, lejos del lugar donde se ejecuta el proyecto, de modo que se
coartan las posibilidades de entender verdaderamente las necesidades locales. Las personas
contratadas para organizar esos cursos pueden ser docentes universitarios, funcionarios del
Estado o maestros, que tienen una competencia teórica y académica pero carecen de verdadera
experiencia en el terreno. Deberían elaborarse descripciones detalladas de puestos y
puntualizarse los requisitos de formación que deben reunir las personas que se contraten para
los programas de capacitación e inspección.
Como para trabajar en esos programas con frecuencia se otorga la preferencia al
personal docente, puede suceder que también se dé prioridad a la educación formal y no a la
no formal, y que no se recurra para las actividades de instrucción a los trabajadores sanitarios
(entre otros, las parteras), los trabajadores agrícolas, los especialistas en recursos hídricos o en
prevención del paludismo, dirigentes de cooperativas, organismos de crédito, artesanos
cualificados, en una palabra, a todos los que pueden aportar una contribución importante a la
formación y al progreso social y económico. Hay que fomentar una estrecha coordinación
entre todos los sectores responsables de los servicios sociales, de manera equitativa.
Es corriente que la contratación de animadores y mediadores que no pertenezcan a la
comunidad tenga un efecto negativo, en particular si no hablan el idioma de la localidad, no
están al tanto de sus tradiciones y prácticas, si se considera que están al servicio del gobierno y
no fomentan la participación de la comunidad en la adopción de decisiones y la determinación
de prioridades.
Las técnicas de evaluación inadecuadas también pueden obstaculizar el desarrollo efectivo
de las organizaciones vecinales y comunitarias. No basta con fiarse exclusivamente de las
evaluaciones teóricas en forma de pruebas que midan si la persona sabe leer, escribir o sumar y
restar y de exámenes calcados del modelo que se utiliza en las escuelas. El progreso social y
económico también hay que medirlo con otros criterios, como la mejora de la salud pública, el
aumento de la capacidad de generar ingresos, del acceso al agua potable, de la vivienda, la
existencia de material de lectura pertinente, la aparición de iniciativas y empresas locales, etc.
Es frecuente que en los presupuestos de los proyectos se asignen sumas desproporcionadas
a la remuneración de personal extranjero y nacional, que no reside permanentemente en las
comunidades para las que trabajan, y a sus gastos de transporte o de índole administrativa, así
como a los programas de formación que tienen lugar lejos de las localidades. Habría que
establecer topes para este tipo de gastos, a fin de lograr que las comunidades sean las principales
beneficiarias de esa asistencia. También hay que reconocer su d.erecho a intervenir en la
asignación de fondos.
- 23 -
Los gastos de capital adjudicados a la construcción de edificios sólo se deberían aprobar
previa consulta a las comunidades interesadas, puesto que son ellas las que deben determinar las
prioridades: puede pasar que prefieran edificar locales necesarios ellas mismas y utilizar los
fondos del proyecto con otros propósitos.
Los proyectos que se ejecutan únicamente en un número reducido de comunidades sin que
esté previsto ya desde su concepción reproducirlos a escala nacional tendrán muy escasa
utilidad. Sólo los proyectos que tengan efectos duraderos en la localidad y cuya experiencia sirva
de modelo para otras comunidades podrán generar beneficios a largo plazo.
Conclusión
De todos los recursos existentes los recursos humanos son los más valiosos, pero pese a
ello, no siempre se emplean con provecho. A menudo los pobres son ingeniosos y dinámicos y
poseen considerables competencias, pero no se los alienta a utilizarlas. Los esfuerzos para
ayudarlos fracasan porque no se consulta a los beneficiarios sobre lo que hay que hacer y
personas que no conocen sus problemas ni sus prioridades toman decisiones en su nombre.
Para evitar la injusticia y alcanzar el desarrollo hay que mantener un diálogo más estrecho con
las personas desfavorecidas.
Las autoridades centrales también tienen que estar más dispuestas a delegar la adopción
de decisiones y ensayar nuevos métodos. A menudo es más fácil afirmar que la innovación no
dará resultados que intentarla. Por lo general cuando se declara que los planteamientos que no
se han ensayado no marcharán es la expresión de una opinión personal, y no el producto de un.
estudio detenido de lo que valen en realidad. Para algunos funcionarios la innovación es una
amenaza que podría reducir las oportunidades de empleo y su poder. Ahora bien, el progreso
económico y social es beneficioso para todos, no sólo para los pobres y crea más
oportunidades de trabajo en lugar de reducirlas. Hay que tener más confianza en la capacidad
innata de las personas para superar las dificultades y ayudarse unos a otros. La organización
vecinal y comunitaria es una de las formas de lograrlo y debe utilizarse más eficazmente que
hasta ahora.
Cuestionario
Para poder servir bien a una comunidad, toda organización vecinal creada para trabajar
en su favor debe saber lo más posible acerca de ella. De no ser así, es muy posible que se dé
preferencia a los intereses de los privilegiados en detrimento de los necesitados y que se
tomen más en cuenta las demandas de los grupos de presión constituidos que las de los
desfavorecidos. Por consiguiente, una organización vecinal debe velar por que se respeten los
derechos humanos, sin discriminación ni excepción alguna, y clue se adopten políticas y
programas que propicien el progreso social y económico.
Es muy importante disponer de información detallada y precisa para poder responder a
solicitudes de asistencia, ya sea de autoridades locales o centrales o de organismos donantes
exteriores. Esta es necesaria también como medio de confirmar que las prioridades se han
determinado y respetado y que los programas propuestos responden a necesidades reales.
La compilación de un cuestionario es un ejercicio que exige mucho tiempo y no siempre
se puede obtener fácilmente la información necesaria. A largo plazo, empero, es un importante
instrumento de aprendizaje para todas las personas que participan directamente en actividades
- 24 -
comunitarias y sirve de punto de referencia para evaluar su subsiguiente éxito o fracaso. La
lista de preguntas que figura más abajo, establecida teniendo especialmente en cuenta las
necesidades del sector de educación, no es en absoluto definitiva. Por consiguiente, su única
finalidad es servir de guía. Algunas preguntas pueden no ser pertinentes, otras pueden exigir
una mayor elaboración y algunas preguntas importantes pueden haberse omitido por completo.
Corresponde a cada organización vecinal preparar el cuestionario, cerciorándose de que refleja
fielmente a la comunidad que representa.
Se debe reconocer que no es nada fácil obtener información completa y precisa sobre las
sociedades rurales de los países en desarrollo. Los habitantes de las comunidades rurales
suelen ser conservadores y pueden abrigar sospechas o resentimientos frente a lo que ven
como tentativas de inmiscuirse en sus asuntos. Pueden negarse a proporcionar cualquier tipo
de información, o pueden responder al entrevistador lo que creen que éste desea escuchar, sea
cierto o no. En algunas sociedades, unos programas de ayuda bien intencionados, cuya
finalidad era promover la enseñanza de la lectura, la escritura y la aritmética elemental e
introducir servicios sanitarios, se toparon con violentas resistencias en comunidades rurales
aisladas. Por esta razón, se debe obrar con prudencia al llevar a cabo cualquier investigación.
En algunos grupos muy unidos, la presencia de extranjeros puede ser totalmente inaceptable y
aun los nacionales ajenos a la comunidad pueden no ser siempre bienvenidos. Por ello, quien
tiene más posibilidades de obtener el permiso de efectuar investigaciones es un animador
aceptable para la comunidad y que esté en contacto con la organización vecinal. En algunos
países, aunque no siempre, se puede recurrir a estudiantes de escuela secundaria para la
ejecución de programas de investigación. En algunas sociedades se puede sentir más respeto
por los miembros más viejos de la comunidad y confiar más en ellcs, por lo que se estará más
dispuesto a proporcionarles información. Las actitudes pueden varj ar considerablemente, aun
dentro de un mismo distrito y provincia, y es muy importante averiguar cuáles son éstas antes
de iniciar cualquier ejercicio de investigación.
Generalidades
1.
iCuál es el nombre de la comunidad? iDónde está ubicada?
2.
¿Qué población tiene la comunidad ? iCuál es el número de hombres y de mujeres?
3.
iCuáles son las principales actividades económicas?
4.
iCuántos hombres participan en las actividades económicas? iCuántas
participan en las actividades económicas?
5.
¿Qué porcentaje de la población participa en actividades relacionadas con lo siguiente:
agricultura, construcción, carpintería, metalistería, curtido de cuero, artesanías,
pequeños negocios, docencia, enfermería y partería, administración local, etc.?
6.
iCuántos habitantes son propietarios de su casa o poseen tierras?
7.
iCuáles son los principales grupos étnicos de la comunidad? Indíquense porcentajes
aproximados de cada uno e inclúyanse todas las minorías.
8.
iCuántos grupos religiosos
aproximados para cada uno.
existen
en la comunidad’?
Indíquense
mujeres
porcentajes
- 25 -
9.
i,Cuántas lenguas se hablan en la comunidad? Indíquense porcentajes aproximados para
cada una.
10.
iCuántas viudas hay en la comunidad?
ll.
iCuántos huérfanos hay en la comunidad?
12.
i,Cuántas personas discapacitadas hay en la comunidad? Indíquese el número de niños,
jóvenes y adultos discapacitados.
13.
,Cuántas personas considera usted que están más seriamente
desfavorecidas que otras? ¿Quiénes son?
14.
¿,Cuáles son los principales problemas de salud y las enfermedades más comunes?
15.
i,Qué asistencia, de haberla, ha recibido la comunidad por parte de:
carenciadas
o
el gobierno
organizaciones de voluntarios
organizaciones no gubernamentales
organizaciones de mujeres
benefactores locales?
16.
iCuántas personas saben leer y escribir ? Indíquese el número de hombres y mujeres.
iCuántas personas son analfabetas? Indíquese el número de hombres y mujeres.
17.
iCuántas personas han terminado la educación primaria?
iCuántas personas han terminado la educación secundaria?
iCuántas personas han recibido educación superior?
iCuántas personas han tenido la posibilidad de recibir una enseñanza no formal, por
ejemplo una capacitación técnica?
18.
¿Qué posibilidades existen de recibir educación religiosa?
19.
iQué posibilidades existen de enseñanza privada o de educación en casa?
20.
¿Qué medios se han adoptado para hacer participar más estrechamente a los miembros
de la comunidad en las actividades de las instituciones educativas?
21.
iCuáles son los medios de transporte público existentes?
22.
Si se trata de una comunidad rural , ia qué distancia está: una aldea vecina, la ciudad
más cercana, la capital, un medio de transporte?
23.
¿A qué distancia está la comunidad de la clínica, el dispensario, el hospital, el centro de
control del paludismo, la guardería infantil, la escuela primaria, la escuela secundaria, el
centro de información para profesores, la escuela normal, el instituto de capacitación
técnica, la universidad, la biblioteca, el mercado, las tiendas, el banco, las oficinas
públicas, el centro comunitario, el lugar de reunión, el centro de culto religioso más
cercanos?
- 26 -
24.
¿De cuál de los siguientes servicios dispone la comunidad?
Irrigación y agua potable
Servicios médicos (parteras, enfermeras, médicos, clínica, dispensario, hospital)
Escuelas (indíquese qué tipo)
Servicios de divulgación
Servicios veterinarios
Servicios forestales
Graneros
Servicios bancarios
Biblioteca o sala de lectura
25.
iCuántas personas tienen radio?
iCuántas personas escuchan programas de radio?
26.
¿Qué servicios educativos se difunden por radio y en qué idiomas (incluidas
radionovelas)?
27.
De los siguientes materiales de lectura, icuáles están disponibles?
las
Diarios
Revistas y publicaciones periódicas
Libros
Carteles y avisos
(indíquense las lenguas en que existen)
28.
¿Qué servicios existen para obtener préstamos (por ejemplo prestamistas, bancos, etc.)?
29.
¿Qué informaciones o qué instrucciones oficiales o extraoficiales sobre la organización
vecinal se han dado a la comunidad a través de:
Leyes o decretos
Instrucciones escritas
Funcionarios públicos
Miembros de la comunidad
Agentes de desarrollo comunitario y de divulgación
Artículos de diarios y revistas
Programas de radio?
30.
¿Qué servicios voluntarios ha prestado o presta la comunidad?
31.
¿Qué edificios ha construido la comunidad o puesto a disposición del público?
Guardería infantil
Escuela
Clínica
Sala de actos
Sala de lectura
Lugar para oficios religiosos
- 27 -
32.
¿Qué fondos ha recaudado la comunidad local para servicios sociales?
Organizaciones
vecinales y comunitarias
33.
iCuáles son las organizaciones vecinales 0 comunitarias existentes?
34.
De existir tales organizaciones, ¿qué finalidad tienen: social, económica, política,
comercial, etc.?
35.
iCómo se crean tales organizaciones?
36.
iTienen todos los grupos étnicos, religiosos y lingüísticos de la comunidad derecho a
pertenecer a la organización?
37.
¿Pueden las mujeres pertenecer a la organización?
38.
¿Hay organizaciones distintas para hombres y mujeres?
39.
¿Se permite a los analfabetos ser miembros de la organización?
40.
iCuántos miembros de la organización son analfabetos? iCuántos saben leer y escribir?
41.
iSon algunos miembros de la organización más privilegiados que otros?
42.
¿Cuántos miembros son
Jefes
Dirigentes
Terratenientes
Agricultores
Artesanos
Técnicos
Hombres/mujeres de negocios
Funcionarios públicos
Líderes religiosos
Parteras/médicos
Profesores
Otra cosa?
43.
iPresta el comité especial atención a las necesidades de los necesitados y
desfavorecidos, como los discapacitados, las viudas y los huérfanos y los miembros de
grupos minoritarios? ¿Están representados en la organización?
44.
LInterviene en alguna medida la organización vecinal en el funcionamiento de la escuela
o las escuelas de la zona, por ejemplo a través de la asociación de padres o de
profesores?
45.
iTiene la organización vecinal acceso a datos sobre cierres extraoficiales de escuelas,
ausentismo de docentes, deserción escolar?
- 28 -
46.
iTiene derecho la organización vecinal de ejercer algún cont:rol sobre el pluriempleo de
los profesores?
47.
Desígnese a los miembros de la comunidad que podrían hacer las veces de animadores
para la ejecución de programas de educación.
Comités locales y comunitarios
48.
De existir un comité local o comunitario encargado de la ejecución de actividades,
¿cómo se constituyó?
mediante
mediante
mediante
mediante
votación secreta
votación a mano alzada
designación por una autoridad local
designación por una autoridad exterior
49.
¿Por cuántos miembros está integrado el comité?
50.
iCon qué frecuencia se reúne el comité?
51.
iCuáles son sus títulos: por ejemplo, presidente, vicepresidente, tesorero, cajero,
secretario, etc.?
52.
¿Hay subcomités encargados de actividades relacionadas con determinados servicios
sociales, por ejemplo salud, educación, remoción de minas, etc.? ;Cómo se designan sus
miembros? (véase no 48 supru)
53.
iCuantos miembros de los comités son analfabetos? iCuántos saben leer y escribir?
¿Cuántos son hombres?
iCuántos son mujeres?
54.
¿Ha establecido el comité alguna relación con los servicios sociales en asuntos relativos
a la salud, la agricultura, la educación, etc.?
55.
¿Cómo se toman las decisiones?
por
por
por
por
por
la organización en su conjunto
el comité
el jefe del comité
votación secreta
votación a mano alzada
56.
LPresenta el comité informes periódicos verbales o escritos sobre las actividades
realizadas?
57.
¿Se presentan informes contables sobre el gasto de los fondos comunitarios?
58.
¿Se someten los informes contables a la aprobación de los miembros de la comunidad?
- 29 -
EQUIPO Y MATERIALES
PARA LOS SERVICIOS
ADMINISTRADOS
LOCALMENTE
Enseñanza de la lectura, la escritura y la aritmética elemental
Lápices
Plumas estilográficas
Sacapuntas
Gomas de borrar
Reglas
Tijeras
Libros de ejercicios
Tiza
Pizarrones
Educación sanitaria
Balanzas
Cintas métricas e instrumentos para medir la estatura, etc.
Termómetros
Botiquín de primeros auxilios
Mesa para reconocimientos médicos
Jabón
Actividades deportivas y recreativas
Balones de fútbol
Balones y redes de voleibol
Frisbees
Cometas
Canicas
Cajones de arena para saltos de longitud
Barras graduadas para saltos de altura
Tableros de ajedrez y de damas
Juegos de dominó
Rompecabezas
Radio
Lector de casetes
Herramientas
Palas
Azadones
Hachas/azuelas
Serruchos
Martillos
Cepillos de limpieza
Baldes
Carretillas
Semillas
DE EDUCACION
- 30 -
INSTALACIONES
QUE PODRIA PROPORCIONAR
Oficina(s)
Guardería infantil
Aulas para la enseñanza primaria/la alfabetización
Centro de salud
Sala de lectura/auditorio
Centro comunitariokala
de reuniones
Talleres para capacitación técnica
Bodega
Imprenta
LA COMUNIDAD
LOCAL
-3l-
SERVICIOS
EDUCATIVOS
QUE PODRIA PRESTAR LA COMUNIDAD
Guardería infantil
Clases de enseñanza de la lectura, la escritura y la aritmética elemental
Capacitación técnicaklases de educación básica
Adiestramiento para la remoción de minas
Educación sanitaria en centros de salud, clínicas, hospitales, mediante campañas de
vacunación, etc.
Sala de lectura/biblioteca
Cursos por correspondencia
Radio comunitaria
Instalaciones colectivas para la escucha de la radio
Servicios de imprenta/publicación
de diarios en lenguas locales
Instrucción religiosa en iglesias, mezquitas, templos, etc.
Instrucción en el hogar, en talleres, en fábricas, en negocios, etc.
LOCAL
Descargar