RESUMEN DE DOCUMENTOS SOBRE JEREMY RIFKIN Jeremy

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RESUMEN DE DOCUMENTOS SOBRE JEREMY RIFKIN
Jeremy Rikfin: La tercera revolución industrial pasa
por el desarrollo de una economía verde
Sábado, 5 de mayo del 2012
Traducido del original en catalán
Miriam Viaplana
miembro promotora de monSOStenible
En su último libro "La tercera revolución industrial", este economista americano de 66
años da una visión de cómo podemos superar la crisis haciendo una apuesta clara por
una economía verde, por una sociedad donde la generación de la energía provenga de
fuentes renovables que, al estar al alcance de todos, cambiarán el modelo económico
y generarán una sociedad horizontal y distributiva, que vendrá a sustituir el actual modelo vertical. El nuevo modelo de relaciones y de sociedad que preconiza Rifkin, es
ecológico, sostenible, y parece más justo tanto para las personas como para el entorno, pero sobre todo supone una pequeña luz al final del túnel, una brizna de esperanza
en medio de este presente devastador.
Para quien no conozca Jeremy Rifkin, le recomiendo la entrevista de la contra de La
Vanguardia del 4 de mayo donde, bajo el título "Asistimos al nacimiento de una nueva
era" (1), se explican los principales puntos en que se basa el capitalismo distributivo, el
nuevo modelo económico y de sociedad al que, según Rifkin, llegaremos a través de la
Tercera Revolución Industrial.
No conozco personalmente en Rifkin, pero confieso que casi cada noche me acuesto
con él. Sí. Su libro "La Tercera Revolución Industrial" (2) es, desde hace unos meses,
mi libro de cabecera. Lo leo y releo y cuando acabe del todo, lo volveré a leer. ¿Por
qué? Porque dice lo que necesito sentir o ver para continuar adelante: que hay camino. Porque dice lo que me gusta: que el futuro es verde y compartido. Porque me da
esperanza.
Y aunque pueda parecer utópico y quizás un poco aventurado y de ciencia ficción, lo
intuyo dotado de un gran y aplastando sentido común, un sentido-o sentimiento-de que
la sociedad actual va bastante fallada.
Resumiendo mucho, Rifkin habla de una tercera revolución industrial que, al igual que
la primera y la segunda, viene marcada por un cambio en el modelo energético, y en el
motor de la sociedad. Así, si la primera revolución se basó en la máquina de vapor alimentada por carbón, y la segunda en el motor de combustión interna alimentado por el
petróleo y sus derivados, la tercera revolución debe basarse en las fuentes renovables:
el sol , el aire, el agua, la geotérmica y en una nueva forma tanto de generación (más
local ya partir de microcentrales generadoras) como de distribución de esta energía:
una distribución horizontal y descentralizada en lugar de la vertical y centralizada que
aún tenemos hoy.
Por Rifkin, los pilares de la Tercera Revolución Industrial son cinco y se levantarán de
forma simultánea: 1) la transición hacia la energía renovable, 2) la transformación de
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los edificios en microcentrales eléctricas que generen, recojan y reaprovechar in situ
las energías renovables, 3) el despliegue de la tecnología del hidrógeno y de otros sistemas de almacenamiento energético en los edificios y en las redes de infraestructuras, para acumular energías renovables que son de flujo intermitente, 4) el uso de la
tecnología de Internet para transformar la red eléctrica en una "Inter redes" de energía
compartida que funcione exactamente igual que Internet (millones de edificios podrán
generar localmente-in situ-pequeñas cantidades de energía y podrán vender los excedentes que reingresen en la red, compartiendo esa electricidad con sus vecinos), 5) la
transición de la actual flota de transportes hacia vehículos de motor eléctrico con alimentación de red y / o con pilas de combustible, capaz de comprar y vender electricidad en una red eléctrica interactiva e inteligente. (3)
Y aún hay otra cosa: Aunque Rifkin defiende los Indignados y los movimientos sociales
como revulsivo necesario para la nueva revolución, reconoce y reclama que la tercera
Revolución Industrial sea, como fue la primera y la segunda, liderada desde la clase
política, en tanto que ésta tiene la capacidad de hacer leyes y de dotar de dinero público las acciones previstas por las leyes.
Aunque este artículo pueda parecer una apología de la Tercera Revolución Industrial,
sólo pretende ser una linterna con el foco orientado a explorar posibles caminos más
verdes, más universales y más sostenibles. Caminos que, de hecho, países como
Alemania venden explorando desde hace años con modelos como el barrio sostenible
de Vauman en Freiburg, que surgió a principios de los años noventa del siglo XX, precisamente como respuesta a la oposición ciudadana a la construcción de una nueva
central nuclear en la zona.
(1) Sanchís, Ima. Jeremy Rifkin: "Asistimos al nacimiento de una nueva era" La Contra
de La Vanguardia, 4-5-2012
(2) Rifkin, Jeremy. La Tercera Revolución Industrial. Cómo el poder lateral está TransFormando la energía, la economía y el mundo. Paidós. Estado y Sociedad. 2011
(3) Rifkin, J. La Tercera Revolución Industrial. (P.60) Paidós. Estado y Sociedad. 2011
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"Asistimos al nacimiento de una nueva era"
La Vanguardia – La Contra 04/05/2012
Jeremy Rifkin, creador y presidente de la Fundación para el Estudio de Tendencias Económicas
Tengo 66 años. Nací en Denver y vivo en una granja en Virginia que es refugio de vida
salvaje. Estoy licenciado en Económicas y Asuntos Internacionales. Padecemos una
crisis económica sin precedentes que amenaza la civilización: debemos cambiar el paradigma económico
¿Adiós a la guerra?
Son pocos, pero hay unos cuantos e influyentes entusiastas del futuro: Jeremy Rifkin
es uno de ellos. Ha ejercido de consejero en varios gobiernos durante sus presidencias de la UE y actualmente asesora a Angela Merkel en su apuesta pionera por la
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producción descentralizada de energías renovables; de ellas, de su distribución a través de la red y de cómo eso cambiará el mundo trata su libro número treinta: La tercera revolución industrial (Paidós), y con ese discurso recorre el mundo (participó en el
congreso Smart City Expo World de Barcelona). "El internet de la energía cambiará la
forma de trabajar y de vivir. Y significará el fin de las guerras por los recursos energéticos".
Sabe cómo crear empleo?
Sí. Debemos pasar a la tercera revolución industrial.
¿En qué consiste?
En un nuevo modelo energético y productivo que ya está en marcha: el capitalismo de
la distribución.
¿Es una broma?
Mire a su alrededor con perspectiva y verá que ya estamos experimentando una transformación histórica en la forma de generar y distribuir la energía.
Seguimos dependiendo del petróleo.
Sí, y hemos de librarnos de esa dependencia, superar la segunda revolución industrial
y comenzar una nueva era.
¿Por qué?
Aparte de que la energía fósil está poniendo en peligro nuestra supervivencia como
especie, ha determinado y ha diseñado nuestro sistema de vida y la manera de organizarnos socialmente: un sistema ya caduco.
¿...?
La primera revolución industrial, al mejorar la higiene y la salud, disparó la demografía.
Luego envió a todos los niños al colegio para tener trabajadores eficientes.
¿Y qué ha hecho de nosotros la segunda revolución industrial?
Ha impuesto sistemas centralizados: un gobierno, con una gran capital, en la que se
centra todo el poder de decisión y de información a través de televisiones y radios estatales; las centrales de energía, que producen y regulan toda la energía del país, y las
carreteras, que responden a esa lógica.
Si prescindimos del petróleo, ¿nos organizaremos de otra manera?
Cambiaremos todo nuestro modo de vida.
Decía usted que ya estamos en ello.
De la misma manera que el vapor nos llevó a la primera revolución industrial, y el motor Daimler-Benz a la segunda, la apuesta de Alemania por la producción descentralizada de energías renovables nos lleva a la tercera.
Pero las energías renovables no son una novedad.
Lo revolucionario es su combinación con internet: el gran cerebro en red. Eso significa
decir adiós a la gran televisión centralizada y al poder de decisión centralizado. La autoridad ya no será vertical, sino distributiva.
Alguien la ejercerá.
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La tendrá quien posea más información en cada momento para tomar iniciativas, irá alternándose en la red. Las grandes centrales eléctricas se sustituirán por pequeñas
productoras de energía controladas por el ciudadano, instaladas en el tejado de la comunidad de vecinos, oficinas, fábricas...
Ya hay comunidades que se abastecen con energías renovables y no han cambiado el mundo.
La verdadera revolución estallará cuando la energía se transmita por la red y la inteligencia colectiva regule su uso. Si en su tejado produce más energía de la que necesita
(eólica, geotérmica o solar), la red la redistribuirá y usted cobrará por ello, y cuando
neesite más, la comprará.
¿Es una utopía?
En Alemania, IBM, Siemens y Cisco están experimentando diversos sistemas en seis
länder para poder enviar kilovatios por la red como si fueran bits de información, y
buscando la manera de almacenarlos.
¿Ni plataformas petrolíferas ni tampoco centrales de energías alternativas?
No, porque el aire, la tierra y el sol están en todas partes. En todos los tejados y espacios verdes del planeta se puede captar esa energía y convertirla en electricidad.
¿Y quién lo paga?
Al precio actual, cualquier edificio amortiza en siete años la inversión; pero igual que
ha ocurrido con los ordenadores y los móviles, al masificarse su uso bajará el precio.
¿Cómo viajaremos?
Camiones, coches y autobuses serán vehículos enchufables. Es mucho más fácil y barato colocar enchufes que surtidores y depósitos de combustible. Y pronto habrá aviones con energía eléctrica.
Un futuro prometedor, pero hará falta inversión...
Sí, y trabajo, lo que revitalizará nuestra economía y creará miles de empleos.
Es un pez que se muerde la cola.
Los países desarrollados en crisis, como España, deben convertir esa necesidad de
adaptación a la nueva tecnología en una oportunidad para el relanzamiento económico. Sí o sí, España necesita crecimiento; sólo con austeridad no se va a ningún lado.
¿Y cómo afectará al tercer mundo?
Este cambio de paradigma cambiará la geopolítica mundial. Los países más pobres
podrán convertir su carencia de infraestructuras en ventaja competitiva: es más fácil y
barato partir de cero que reconvertir lo ya existente.
Quienes generan y distribuyen la energía van a resistirse.
Sí, como se resistieron las grandes empresas discográficas hasta morir. Es obvio, como han detectado todos los movimientos de indignados del mundo, que el esquema de
la segunda revolución industrial está viniéndose abajo.
El ciudadano quiere poder.
Y ese es el significado final de poder generar nuestra propia energía, venderla y comprarla libremente en la red. De hecho, ya se están creando nodos de autosuficiencia
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que viven conectados con la biosfera. Las energías renovables cierran el círculo de integración del ser humano con el medio.
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Jeremy Rifkin: "España podría crear millones de trabajos mañana gracias a sus edificios
La Vanguardia - Economía | 02/11/2011
El escritor y economista apoya al 15-M y anima a los jóvenes a unirse a la Tercera Revolución Industrial
El cambio climático, el agotamiento de los hidrocarburos, la crisis económica, el movimiento del 15-M y sus franquicias alrededor del mundo, todo está relacionado y, según
el economista, escritor y asesor político Jeremy Rifkin, tienen una solución común:
abandonar el modelo agotado de la Segunda Revolución Industrial y abrazar la tercera, basada en las energías renovables e Internet. No hay tiempo que perder ni otra solución posible, el futuro es ahora y está en manos de las nuevas generaciones nacidas
en la era de Internet.
Jeremy Rifkin, que publica La Tercera Revolución Industrial (ed. Paidós), pide a los jóvenes que tomen las riendas de un movimiento que modificará por completo el modelo
energético, político y empresarial. Una revolución basada en el poder lateral que, según Rifkin, han sabido demostrar tan bien en las calles. Es tiempo de evolucionar y
trasladar lo aprendido a las empresas, a la política y a la sociedad civil. "¿Dónde quieres estar de aquí a 20 años?" les interpela Rifkin. Una pregunta mucho más trascendental de lo que parece.
¿Internet y energías renovables son el binomio de la economía del futuro?
Si, se trata de una nueva revolución industrial, la Tercera Revolución Industrial, que
creará millones de empleos en España y miles de oportunidades para pequeñas y medianas empresas. Hará que la economía vuelva a crecer y enderezará la seguridad
energética y el cambio climático en el mundo.
La Segunda Revolución Industrial está agotada, el petróleo se están acabando, la tecnología es muy vieja, estamos inmersos en una crisis económica que ha dejado a millones de personas en España y en el mundo sin trabajo y la gente joven sale a la calle
por todo el planeta para decir "basta". La Tercera Revolución Industrial, basada en las
energías verdes y organizada y administrada desde Internet es la esperanza para las
nuevas generaciones.
¿Que pasos está dando Europa para adaptarse a esta nueva Revolución Industrial?
La UE respalda formalmente este paso hacia adelante y Alemania está liderando este
cambio. Hasta hace doce meses España se estaba moviendo deprisa como la otra
mayor potencia de esta Tercera Revolución Industrial, pero ahora todo está estancado.
¿Y en que se basa exactamente esta Tercera Revolución Industrial?
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Se basa en cinco pilares. El primero: La UE se ha comprometido a que el 20% de su
energía sea renovable a partir del 2020. El segundo pilar se basa en la recolección de
la energía verde. Las energías renovables se encuentran en todas partes; en el sol, el
viento, las olas, incluso en la basura. Tenemos suficiente energía limpia como para
proveer a la raza humana hasta el final de la historia, pero, cómo la almacenamos? En
los edificios.
El objetivo es conseguir que cada edificio en Europa y España se convierta en una pequeña planta de energía verde que lo haga autónomo para que no necesite ninguna
energía extra. El pilar tres se basa en lograr un almacenaje óptimo para aprovechar al
máximo esta energía. El cuarto pilar es Internet, que se convertirá en el sistema nervioso de esta revolución. En la Tercera Revolución Industrial las tecnologías de la comunicación convergen con las nuevas energías para convertirse en el canal de transmisión de la energía verde. La energía limpia almacenada en los edificios podrá ser
redirigida y vendida por todo el mundo a través de un software instalado en nuestras
casas igual al que ahora usamos para compartir y almacenar información en Internet.
Por último, el quinto pilar se basa en el transporte verde. Podremos recargar nuestros
coches eléctricos en cada esquina gracias a las pequeñas plantas de energía instaladas en los edificios.
Estos cinco pilares deben de desarrollarse al unísono, si uno crece más rápido que
otro o se ponen en marcha de forma aislada se perderá la inversión. En el momento en
que se pone en marcha esta nueva infraestructura se crean miles de trabajos. Es más,
España podría crear miles de trabajos mañana por la mañana si lo hiciera.
¿Entiendo que para usted la salida a la crisis española pasa por apostar por la
Tercera Revolución Industrial?
Si, España vive una crisis inmobiliaria que ha dejado a millones de personas que se
dedicaban a la construcción sin trabajo. Apostar por los cinco pilares de esta nueva revolución permitiría reconstruir rápidamente el sector inmobiliario transformado los edificios en microplantas de energía verde. Esto crearía de forma inmediata millones de
trabajos. En Alemania lo han probado y ha funcionado, si ellos lo han hecho, porqué
no España?
La UE se tomó muy en serio la Tercera Revolución Industrial. ¿Con la crisis económica este proceso se ha ralentizado? ¿Está en riesgo?
El problema es el siguiente: si apostamos por la austeridad, como pide el mercado financiero internacional para que países como España demuestren que pueden pagar
sus deudas, una vez que hemos hecho recortes se quejan de que no hay crecimiento.
Lo que he tratado de explicar a la canciller Merkel y a Zapatero es que pese a que la
austeridad es necesaria, tiene que ser responsable, tiene que asegurar que el modelo
de Estado de Bienestar europeo no se resentirá.
¿Y que le contestó Zapatero?
Fuí su consejero hasta el año pasado, estuvo de acuerdo conmigo. Le advertí que sin
un plan de crecimiento España se hundiría más y más en el agujero. La austeridad no
puede relegar a un lado la Tercera Revolución Industrial o España y Europa serán cada vez más débiles.
No parece que en estos momentos esta sea la prioridad.
Debería serlo, de otro modo no habrá esperanza para la gente joven. Las nuevas generaciones han salido a la calle en un movimiento histórico que empezó en Madrid con
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el 15-M y que se ha ido extendiendo por todo el mundo. Pues yo les digo, la Tercera
Revolución Industrial es vuestra revolución, una revolución del siglo XXI basada en el
poder lateral y la democratización de la energía y de la información. Creo que este
movimiento tiene el mismo potencial que el de 1848 y el de 1968, aunque hay un gran
'pero': saber si la gente joven puede ser más sofisticada e ir más allá. Las nuevas generaciones deben de empezar a tomar el mando, las generación mayores no lo van a
hacer por ellos. Deben movilizarse no sólo en la calle, sino en las urnas, en las empresas y la industria, en la sociedad civil. Es su turno.
Sus teorías no deben gustar mucho a las compañías energéticas. ¿Hay presiones desde este sector para que este cambio no se produzca?
El problema es que son un lobby muy poderoso, gastan miles de millones de dólares
en comprar candidatos, cargos políticos, elecciones... Pero lee mis labios: No les necesitamos. Ahora la gente podrá tener su propia energía sin ellos, además, tenemos a
industrias más poderosas de nuestro lado; como la de la construcción, la inmobiliaria,
la automovilística... No me preocupa la industria energética, pronto serán dinosaurios.
Usted da la impresión de ser un optimista. ¿Lo es realmente o es que está obligado a serlo?
Nunca he sido optimista, pero tampoco soy pesimista, nada de esto es útil. Estoy esperanzado pero no soy naif, estoy convencido de que Internet y las energía distributivas crearán una poderosa economía que será sostenible y limpia, que creará millones
y millones de trabajos y detendrá el cambio climático. Se que es una gran desafío, que
será muy difícil, pero no veo un plan B. La otra opción es no hacer nada, pero entonces el mundo se desmoronará, de hecho, ya se está desmoronando. Así que la pregunta que cada humano de este planeta debe hacerse es: "¿Dónde quiero estar de
aquí a 20 años?".
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