Sujetos.DH - Augusto Pérez Lindo

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1
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE
MAESTRIA EN DESARROLLO SOCIAL
CURSO 1999: DESARROLLO HUMANO
PROFESOR: Dr. Augusto PEREZ LINDO
INDIVIDUOS, GRUPOS SOCIALES Y PUEBLOS: LA CUESTION DEL SUJETO
DE LOS DERECHOS HUMANOS
I.
La trama de los derechos individuales y colectivos
1. Durante mucho tiempo, sobre todo en los últimos siglos, se
han opuesto visiones contradictorias sobre el sujeto de la
vida social. Lo individual y lo social, lo universal y lo
singular, lo subjetivo y lo colectivo, las clases sociales y
los individuos, la comunidad y el grupo, son categorías que
se han visto frecuentemente antagonizadas. Estas tensiones se
vinculan con los conflictos sociales y con la historicidad
humana.
El
discurso
omitir
estos
sobre
problemas
los
derechos
confiando
en
humanos
una
tiende
a
universalidad
abstracta que trasciende las contradicciones. Trataremos de
mostrar que un debate sobre el o los sujetos de los derechos
humanos es fundamental para definir el alcance de los mismos.

Gran parte de estas ideas fueron expuestas en el Coloquio Internacional
de Expertos sobre Derechos de Solidaridad – Derechos de los Pueblos,
realizado en San Marino en octubre de 1982. Ver: UNESCO: Droits de
solidarité – Droits des peuples, Saint-Marin, 1983, pp.83-98.
2
2.
Uno
de
los
articulación
objetivos
de
los
de
estas
derechos
notas
es
humanos
analizar
la
individuales
y
colectivos. En diversos documentos las Naciones Unidas han
reafirmado que esos derechos son “indivisibles”. ¿No es acaso
redundante preocuparse por el fundamento de la relación entre
los diferentes atributos de la dignidad humana? Cualquiera
que
haya
tomado
parte
de
los
debates
sobre
los
derechos
humanos y de las acciones de solidaridad relacionadas con
ellos, sabe que suelen delinearse dos campos: el de los que
se atienen a la defensa de los derechos individuales y el de
los
que
reivindican
las
causas
de
la
solidaridad
y
la
liberación colectiva. Antes de 1989, en la época de la Guerra
Fría, la ex Unión Soviética, solía apoyar o liderar todas las
reivindicaciones colectivas frente a los países capitalistas.
Esta
polarización
proviene
a
veces
de
los
compromisos
ideológicos y políticos de cada Estado , pero otras veces se
funda en una visión diametralmente distinta de cuáles son los
sujetos de la historia y de la sociedad. Unos piensan que la
realidad fundamental es el individuo, otros afirman que son
las clases sociales, otros sostienen que los sujetos de la
Historia son los pueblos, las naciones , los Estados o los
grupos sociales (como el caso de las feministas).
3. La cuestión tiene su importancia en la medida en que la
institución de los derechos fundamentales se relaciona casi
siempre
con
sociedad.
disputa,
En
a
el
tipo
muchos
veces
de
“contrato
países
de
trágicamente,
social”
Europa,
la
que
por
funda
ejemplo,
preeminencia
de
una
se
los
derechos comunitarios o étnicos frente al Estado-Nación, lo
que suele poner en juego la identidad y la organización del
país. Para unos, el derecho fundamental surge de las culturas
ancentrales como principio que debe guiar la división del
3
país abriendo paso a las autonomías, e incluso al derecho de
secesión
segundo
respecto
grupo,
al
lo
estado-nación
importante
es
pre-existente.
preservar
los
Para
un
derechos
humanos individuales dentro de un estado-nación que forma
parte del espacio económico transnacional europeo. La tercera
alternativa pone el acento sobre la solidaridad social, sobre
la identidad de intereses de los trabajadores por encima de
las fronteras.
4. En este contexto podríamos
entonces distinguir por lo
menos tres enfoques que simplificando podríamos identificar
como “etnocéntrico”, “liberal” y “socialista”. Cada uno de
ellos
invoca
sociedad
un
ligado
“sujeto”
al
y
mismo.
un
En
“acto
fundacional”
ciertas
de
la
circunstancias
se
considerar que determinados tipos de derechos son los que
instituyen el contrato social.
consideran
que
reconocimiento
sus
derechos
como
Los palestinos, por ejemplo,
humanos
“pueblo”
y
están
ligados
a
consiguientemente
su
al
reconocimiento del derecho a un Estado y un territorio. Por
lo tanto, no pueden aceptar que les ofrezca gozar simplemente
de los mismos derechos individuales que los judíos en Israel
(lo que de todos modos no incluiría el derecho que éstos
últimos tienen de autodeterminarse como Estado-Nación). Los
palestinos seguirán afirmando que no gozan de ningún derecho
en tanto no tienen el derecho de existir como pueblo. En
otros contextos, como en el intento de los “bantustanes”
durante
el
período
del
Apartheid
en
Africa
del
Sur,
los
negros podían tener un territorio pero les era negados sus
derechos
individuales.
Asimismo,
en
Estados
Unidos,
los
negros fueron admitidos como ciudadanos desde el siglo XIX
pero fueron discriminados como personas de color hasta la
segunda mitad de este siglo. Como se verá el problema de
4
quién es sujeto
y de cómo se
es sujeto de
los derechos
encubre diversos tipos de dominación.
5.
Existe
un
consenso
aparente
sobre
los
principios
fundamentales de los derechos humanos. El pasaje de este
consenso
equívocos
entonces,
no
aparente
que
a
un
rodean
consenso
ciertos
real
supone
conceptos.
superar
los
Necesitamos,
plantear los puntos controvertidos u oscuros para
ocultar
las
contradicciones
que
limitan
la
universalización de los derechos humanos.
6. Al referirse al problema del “sujeto” o de los “sujetos”
de los derechos humanos al jurista François Rigaux rechaza la
pertinencia de la discusión en estos términos:
“... más bien que exigir una definición previa de un
sujeto pretendidamente pre-existente a los derechos que
se le confieren, la idea que se hace al jurista del
pueblo deriva al contrario de los derechos que le son
reconocidos.
... Del mismo modo que una imagen del hombre se delinea
a partir de los derechos que los son reconocidos – a los
ojos del jurista el sujeto humano no es otra cosa que la
resultante de esos derechos – para configurar al pueblo
basta con describir cómo se determina este a sí mismo”
(1)
7. El mismo autor señala los equívocos que se encierran en
las declaraciones sobre los derechos humanos. Sus reflexiones
nos incitan a redefinir el marco convencional existente que
parte de los estados y no de los pueblos como sujeto del
derecho
internacional.
También
nos
alerta
sobre
las
5
confusiones del lenguaje y sobre la posibilidad de ver los
derechos humanos en la perspectiva de una teoría que no se
limite a los aspectos jurídicos:
“Muchas
confusiones
lenguaje.
Conceptos
han
nacido
como
de
Estado,
la
ambigüedad
Pueblo,
derecho
del
y
derechos, deberían ser tratados más como homónimos que
como sinónimos. Una primera distinción que debería ser
formulada y puesta en práctica de manera sistemática
tiene por objeto la utilización del mismo concepto por
la
ciencia
del
derecho
y
por
las
otras
ciencias
humanas...” (2)
8. Lo que preocupa al autor en este caso es la utilización de
un lenguaje riguroso e inequívoco dentro de la concepción
jurídica de los derechos humanos. ¿Cómo lograr este objetivo
sin analizar las cuestiones fundamentales de los derechos
humanos en el plano más general de las ciencias humanas? La
cuestión del “sujeto”, por ejemplo, puede comprenderse mejor
si se recurre a los conocimientos sociológicos, sicológicos,
históricos o filosóficos. Trataremos de ver pues en el plano
más general de una “teoría de los derechos humanos” quien o
quienes pueden ser los “sujetos” de esos derechos.
9. Los juristas que se ocupan del tema suelen distinguir
varias “generaciones” de derechos humanos. Tendríamos así un
sistema de principios constituidos por etapas y que se van
acumulando: los derechos individuales primero, los derechos
políticos,
sociales,
económicos
y
culturales
luego.
Desde
1948 a la fecha habría en el sistema de Naciones Unidas un
encadenamiento de derechos humanos. Esta visión “acumulativa”
es engañosa. En primer lugar porque nos hace suponer que esos
6
derechos
se
van
articulando
sistemáticamente.
En
segundo
lugar porque nos impide ver las omisiones. Por ejemplo, la
Convención
sobre
la
eliminación
de
todas
las
formas
de
discriminación contra la mujer fue aprobada en 1979, cuando
todo hacía suponer que sus enunciados estaban implícitos en
las Declaraciones de 1948 y 1966. A pesar de las buenas
intenciones
humanos
las
habían
declaraciones
soslayado
universales
las
sobre
condiciones
de
derechos
un
sujeto
particular: nada menos que de las mujeres, o sea, más de la
mitad de la población mundial.
10. Es usual distinguir entre los derechos individuales y los
derechos
colectivos.
Este
enfoque
tiende
a
crear
una
disyunción entre lo individual y lo colectivo. Cabe tener en
cuenta
que
la
“individualidad”
y
la
“identidad
social
”
varían mucho de una cultura a otra, de una sociedad a otra.
Por
ejemplo,
cuando
el
artículo
26
de
la
Declaración
Universal de los Derechos Humanos (1948) habla de la igualdad
de todos para acceder a la Educación Superior, “en función de
los méritos respectivos” nos encontramos ante un problema que
sólo la sociología de la educación puede elucidar. En efecto,
sabemos que la selección “según el mérito” beneficia a los
individuos que tienen un mayor “capital cultural” y estos
provienen de las clases más altas. Entonces: ¿se puede decir
que
este
artículo
se
refiere
a
todos
los
individuos
sin
distinción alguna o se puede decir que introduce un elemento
(el “mérito”) que sólo se adquiere a partir de una identidad
social? En ciertas sociedades no cuenta tanto la categoría
social del individuo como su carrera escolar a los efectos de
la selección. En este caso el “mérito” está determinado por
las
jerarquías
diferentes
en
la
calidad
establecimientos.
de
(Ver
la
a
enseñanza
este
de
respecto
los
la
7
Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo
XXI:
Visión
y
Acción,
Unesco,
Paris,
octubre
de
1998,
Preámbulo y art. 3).
11. Este tipo de problemas se podría plantear a propósito de
otros temas. ¿Las mujeres están siempre comprendidas en todos
los
enunciados
donde
se
dice
que
“toda
persona”
o
“todo
individuo” tiene “derecho a” ...? Teóricamente sí. Pero las
feministas
sobre
han
todo
mostrado
en
el
que
implícitamente
“hombre”
con
se
minúscula,
ha
y
pensado
que
por
consecuencia se han omitido dimensiones existenciales típicas
de la mujer. Los debates y declaraciones en torno a las
discriminaciones por el género en las últimos décadas son por
demás elocuentes.
12. Una manera de profundizar estas cuestiones sería ver cómo
se pueden concebir los derechos humanos a partir de tres
tipos
de
“sujetos”:
el
individuo,
el
grupo
social
y
los
pueblos. Desde el vamos esta triple perspectiva nos descubre
problemas que quedan normalmente ocultos cuando suponemos que
el “sujeto” de los derechos humanos es algo universalmente
evidente. Contra esta visión ingenua debemos decir que la
idea de los sujetos se va desvelando en la medida en que los
mismos actores luchan por sus identidades y por sus derechos.
13. El enfoque tridimensional de los “sujetos” encuentra de
entrada un concurrente de envergadura:
el Estado, que se
instituyó como sujeto y garante del orden internacional. Sin
un Estado de Derecho, a escala
nacional e internacional,
podríamos hablar de derechos individuales y colectivos?
hace suponer que los derechos humanos
individuos,
grupos
sociales
y
Todo
son inherentes a los
pueblos.
Pero
el
derecho
8
internacional actual está fundado sobre la existencia del
Estado-Nación
garante
de
como
los
sujeto
derechos
del
orden
humanos.
internacional
Si
bien
las
y
como
doctrinas
estatistas han perdido vigencia en los últimos años, todavía
existen
sistemas
de
gobierno
donde
predomina
el
derecho
estatal sobre los derechos individuales. En 1975 las diversas
interpretaciones
en
torno
al
Acuerdo
de
Helsinki
sobre
Seguridad y Cooperación en Europa pusieron de manifiesto que
pese
al
“lenguaje
común”
subyacían
conceptos
radicalmente
diferentes entre los países. (3)
14. Una
consecuencia de este análisis en tres dimensiones es
que
mismo
el
nos
permite
identificar
algunos
problemas
teóricos susceptibles de ser resueltos por distintas ciencias
humanas.
Justamente,
“identidades”
y
a
en
los
torno
a
“actores
los
“sujetos”
sociales”,
las
,
a
las
ciencias
humanas han descubierto en los últimos años un horizonte de
cuestiones que podrían alimentar este debate.
II.
La universalidad de los principios, la diversidad de
interpretaciones
15. El enunciado de los derechos humanos se ubica en el plano
de la “universalidad”. Es decir, habla de “toda persona”
de “todo individuo”.
humano
en
cuanto
Se trata de los
tal
sin
o
derechos de todo ser
prejuicios
ideológicos,
sin
distinción de raza, religión, posición social o política. La
idea del ser humano así formulada es el producto del más
amplio consenso mundial que se haya en la historia de la
humanidad. Sin embargo, todas las ideologías, filosofías o
creencias, tratan de mostrar cómo desde su visión particular
9
se
pueden
“fundamentar”
fundamenta
a
quién?.
los
derechos
un
budista,
Para
humanos.
un
¿Quién
marxista,
un
musulmán o un cristiano, es desde su punto de vista singular
que se comprenden la condición humana universal.
16. Esta
discusión, lejos de ser retórica, plantea serios
problemas sobre las relaciones entre la conciencia universal
y
las
particularidades
detención
Londres
y
el
llevó,
jurídicos
culturales.
enjuiciamiento
una
vez
más,
internacionales
nacionales.
No
podemos
del
a
con
evitar
A
fines
de
dictador
confrontar
las
que
1998
la
Pinochet
en
los
prácticas
el
valores
jurídicas
fundamento
de
los
derechos humanos se convierta en una interpelación respecto
al orden social y jurídico en que vivimos. Por de pronto,
podemos
intuir
que
no
se
puede
encontrar
una
respuesta
verdaderamente universal ni en una particularidad filosófica
o
religiosa,
ni
en
una
contenidos
particulares
religiones.
Nuestra
“humanidad”
es
visión
de
las
experiencia
el
universalista
ideologías,
y
nuestro
producto
de
las
sin
los
culturas
concepto
de
o
la
interacciones
contradictoria entre lo singular y lo universal. La máxima
aspiración
de
un
ser
humano
es
llegar
a
ser,
como
dice
“universalistas”
han
Sartre, un “universal singular” (4).
17.
Sabemos
que
las
concepciones
ocultado casi siempre relaciones de dominación. Todos los
imperialismos
y
los
colonialismos
son
universalistas.
Los
antropólogos y los sociólogos contemporáneos han insistido
sobre la crítica del “etnocentrismo” que subyace en casi
todas las visiones universalistas, y en casi todas nuestras
culturas. Autores como Lévy-Strauss (5), Roger Garaudy (6) o
Jean Ladrière (7) han tratado de mostrar que el diálogo y la
10
comprensión
nuestras
entre
las
tendencias
culturas
todavía
etnocéntricas.
“globalización” no escapa
El
está
limitado
concepto
por
vigente
de
a estas contradicciones, porque
mientras en nombre del mercado se propone la supresión de
todas las fronteras y la internacionalización de los espacios
económicos, por otro lado las fuerzas económicas dominantes
tratan de mantener las asimetrías sociales y regionales para
obtener
mayores
beneficios.
La
“globalización”
debería
evolucionar hacia la “universalización”, o sea, hacia una
“sociedad mundial solidaria”.
18. Los principios de los derechos humanos son universales
pero
pueden
ser
invocados
en
función
de
ideologías
e
intereses particulares. El riesgo de toda idea y de toda
palabra
es
que
significación
pueden
por
la
ser
siempre
multiplicidad
de
tergiversados
individuos
en
que
su
las
vehiculizan. (El temor ancestral a la “dispersión” de la
verdad, ilustrado en el mito de la Torre de Babel, es el que
conduce
a
la
imposición
partidos,
iglesias
“eternas”
e
permanente
para
principios
de
o
de
“verdades
estados
“intocables”).
crear
los
un
Es
deciden
moral
humanos.
El
que
considerar
necesario
consenso
derechos
oficiales”
pues,
en
torno
“consenso
los
como
luchar
a
los
moral
universal” no es algo dado, algo adquirido. Los intereses
ideológicos particulares llevan a interpretar o a manipular
tendenciosamente los temas de los derechos humanos. Pero,
además, existen problemas de interpretación inherentes a la
constitución misma de los principios de los derechos humanos.
19. En 1947 la Unesco organizó
una encuesta para analizar
los problemas teóricos implicados en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos. Una de las treinta personalidades
11
que
respondieron,
el
filósofo
católico
Jacques
Maritain,
señalaba entonces la siguiente paradoja: “las justificaciones
racionales son indispensables y, sin embargo, impotentes para
realizar el acuerdo
de los espíritus ... las
tradiciones
filosóficas a las que se refieren son desde hace mucho tiempo
contrastantes” (8).
20. La Unesco publica desde 1980 una revista especializada
que se denomina “Enseñanza de los derechos del Hombre”. En
ella
se
trata
de
profundizar
problemas
teóricos
y
metodológicos. En el n.1, vol. II de 1981, las diferentes
religiones más representativas son invitadas a pronunciarse
sobre sus concepciones de los derechos humanos. Es sin duda
muy ilustrativo ver cómo los mismos principios pueden ser
referidos a orígenes tan diferentes. Uno de los artículos el
del profesor Saneh Chamarik expone el punto de vista del
budhismo. Con la mayor franqueza el autor presenta las ideas
contradictorias que pueden fundar los derechos humanos en
Oriente y en Occidente:
“... lo que se llaman derechos humanos y libertad no
podían
más
adquisición
que
y
estar
de
regidos
posesión,
es
pro
decir,
el
instinto
por
una
de
razón
extraviada orientada únicamente a la auto-preservación
(Rousseau), al hecho de actuar y de poder disponer de
sus propios bienes a su antojo (Locke), o – peor aún – a
la destrucción o la dominación mutua” (9).
“Nosotros no podemos captar el sí mismo como algo concreto
existente en el mundo exterior. El Yo no puede realizarse más
que
cuando
actuamos
según
existencia humana” (9).
las
normas
universales
de
la
12
21. El profesor Chamarik nos recuerda que para el budismo el
hombre no es un fin en sí mismo. El Yo, el sí mismo, no tiene
la misma significación que en Occidente. La existencia humana
no se confina en el individuo, ni en los otros, ni en la
Naturaleza: es una aceptación y una superación de todo eso.
Este ejemplo nos muestra la distancia que media entre la
racionalidad formalista occidental y las otras concepciones
culturales
o
religiosas.
Hay
brechas
aparentemente
infranqueables, hay diferencias que deben declararse en lugar
de ocultarlas detrás de palabras con significación equívoca.
Hay que explicitar las diferentes perspectivas desde las que
arrancan las diferentes concepciones de la dignidad humana.
Tal vez no sean siempre incompatibles, tal vez no expresen
más que diferentes posibilidades históricas del ser humano.
Creo que esto es lo que ocurre a propósito de la valorización
de
los
“individuos”,
de
los
“grupos
sociales”
o
de
los
“pueblos” como sujetos de la vida social y de la historia.
III. Individuos
historia
y
conciencia
colectiva:
del
mito
a
la
22. Durante milenios el ser humano se sintió como parte de
una
Naturaleza
inmutable
a
pesar
de
sus
modificaciones
aparentes. La “naturaleza humana”, o la “esencia del hombre”
o
las
“leyes
justificar
la
de
la
Naturaleza”
resistencia
al
fueron
cambio.
Las
invocada
para
concepciones
religiosas “sacralizaron” casi toda esta identidad natural e
inmutable de lo humano. Algunas, sin embargo, desarrollaron
la conciencia de una relación personal con Dios. El judaísmo,
el
catolicismo
y
el
protestantismo
se
inscriben
en
una
13
tradición
que
afirma
la
trascendencia
espiritual
del
individuo respecto al mundo y a la historia.
23. En diferentes sociedades el hombre se afirmó como un ser
capaz de superar a la naturaleza y de realizar un mundo
conforme a sus necesidades y aspiraciones. Pero la idea, como
parte de una nueva conciencia universal, forma parte sobre
todo
de
la
“modernidad”
que
se
anuncia
a
partir
del
Renacimiento en la Europa del siglo XV y XVII. La nueva
religiosidad afirma la trascendencia del individuo respecto a
la Naturaleza, los avances del conocimiento científico hacen
crecer la capacidad humana para forjar un mundo conforme a
sus aspiraciones. La idea del individuo y del mundo, como la
de sus relaciones se modifican radicalmente (10).
24. El filósofo alemán Hegel quiso resumir en el siglo XVIII
todo este proceso. Su afirmación que “todo lo racional es
real
y
todo
perspectiva
lo
de
real
la
es
racional”
humanidad
sintetizaba
construyéndose
a
la
nueva
sí
misma
partiendo del poder del Espíritu (cuya significación sigue
siendo sin embargo trascendente a los individuos). Lo más
importante, a nuestro entender, es que Hegel es el primero
que exige pensar “históricamente” toda la experiencia humana.
Desde su punto de vista incluso la Naturaleza está marcada
por la presencia histórica del hombre (idea que a muchos en
su época les pareció escandalosa y anti-científica).
25. Filósofos contemporáneos como Husserl o Popper reconocen
que
incluso
condicionada
nuestra
por
concepción
nuestra
básica
experiencia
del
tiempo
histórica
está
singular.
Lobatchevsky descubrió una nueva geometría al descubrir la
relatividad histórica de la noción del espacio impuesta por
14
la geometría de Euclides. Heisenberg, el físico alemán que
contribuyó al desarrollo de la tecnología nuclear, afirma que
nuestra idea de la Naturaleza es relativa a nuestra capacidad
para
dominarla
y
que
la
tecnología
es
una
proyección
de
nuestro propio cuerpo (nuestra “naturaleza exogámica”).
26. Serge Moscovici, el sociólogo francés, muestra en un
ensayo
que
lo
que
llamamos
“Naturaleza”
es
un
estado
de
nuestro desarrollo histórico. Se atreve entonces a hablar de
una “historia humana de la Naturaleza” (11).
Todas estas
ideas
en
nos
muestran
históricos
y
la
necesidad
sociológicos
de
nuestras
pensar
concepciones
términos
sobre
el
hombre y la sociedad. ¿Por qué nos empeñamos entonces en
pensar
la
individualidad,
colectivas
en
términos
la
sociedad
excluyentes
y
e
las
identidades
inmutables?
Si
la
“naturaleza humana” es histórica, debemos reconocer que la
identidad existencial, social y cultural de los humanos es
variable según los contextos históricos o sociales.
27. No se vaya a pensar que esta conclusión es evidente para
la mayoría de los que piensan la realidad humana actual, al
contrario. Los liberales piensan que el “individuo” es la
realidad
primera
“pueblo”
es
la
“organicistas”
y
fundamental.
identidad
tienen
una
En
básica.
muchas
Los
posición
culturas
“naturalistas”
preponderante
en
el
y
el
pensamiento contemporáneo. Es lo que muestra Ashley Montagu
al
criticar
agresividad
las
concepciones
humana”
(12).
sobre
Todavía
la
no
“naturaleza
podemos
concepciones dogmáticas, unidireccionales, que
de
superar
la
las
nos impiden
pensar la complejidad y la historicidad de la experiencia
humana.
15
28. Retomando el punto de vista de Marx, Antoine Casanova, se
formula la siguiente cuestión: “¿Es verdad (y si es así,
cuáles son las razones) que los modos de ser y de percibirse
como individuo
humano viviente son, en un proceso largo,
inestables, y que cambian profundamente cuando cambian las
relaciones sociales?” (13). El autor lo reconoce: se trata de
una
vieja
consiste
cuestión.
en
tratar
socialización
La
originalidad
de
explicar
relacionándolas
del
las
con
planteo
diferentes
el
marxista
formas
sistema
de
económico
vigente en cada sociedad.
29.
Para
una
gran
parte
del
pensamiento
occidental
(liberales, individualistas, personalistas, anarquistas) el
individuo es la realidad fundamental. Casi todos suponen que
esto siempre ha sido así y que se trata de una experiencia
universal. Nada parece más evidente que el hecho que todos
los
individuos
son
esencialmente
iguales.
(Sin
embargo,
ninguna evidencia ha sido tan resistida como esa por parte de
los occidentales que se empeñaron en los últimos cinco siglos
en tratar la “naturaleza” de los otros pueblos como algo
“inferior”).
En
realidad,
sólo
aproximadamente
una
cuarta
parte de la humanidad actual percibe su identidad individual
como
su
identidad
fundamental.
sociedades
existentes
colectiva”
o
la
el
“Yo
“identidad
En
la
social”
cósmica”
mayoría
o
o
la
la
de
las
“conciencia
“personalidad
espiritual comunitaria” u otros formas de identidad colectiva
tienen mayor trascendencia que la individualidad.
30. Las imágenes que se pueden crear en torno al hombre son
múltiples.
Una
de
ellas
concierne
el
conflicto
entre
el
destino individual y el destino colectivo. Es un tema del que
se encuentran muchos elementos en algunos relatos del Antiguo
16
Testamento,
en
las
tragedias
griegas
o
en
los
mitos
fundadores de muchas religiones. Podríamos imitar a muchos de
nuestros
ancestros
creando
el
siguiente
mito
sobre
la
identidad humana:
“Al
principio
éramos
un
pueblo.
La
comunidad
nos
convirtió en especie. Los humanos se multiplicaron en
infinitas
singularidades.
Cada
uno
quiso
entonces
devenir una Especie. Los humanos comenzzaron a perder su
identidad universal. El Nosotros se hizo Yo, el Uno se
hizo el Otro , los humanos crearon la lucha entre el Yo
y el Otro. Y fueron llevados al borde de la destrucción.
Los dioses se apiadaron de ellos y enviaron profetas
para
reorientarlos
en
la
búsqueda
del
Nosotros
Universal. Pero los humanos se resistieron a reconocer
al Hombre Total”.
31. Detrás de muchas creencias antiguas y modernas podemos
encontrar como en un paradigma casi todos los elementos de
este mito imaginario. En la historia del pueblo judío o en el
cristianismo podemos encontrar
frecuentes conflictos entre
las tragedias personales y el sentido religioso del destino
común. Jesucristo
aparece, en el decir de Hegel, como el
“universal concreto” que intenta reconciliar los individuos
con el Espíritu Absoluto de la Historia. Siempre ha existido
una tensión o una contradicción entre la individualidad y la
identidad
colectiva.
Se
trata
tal
vez
de
la
tensión
más
profunda y constante de las sociedades humanas. Es a través
de
ellas
que
se
han
producido
rupturas
y
cambios
en
el
proceso histórico. Ahora mismo, vemos aparecer junto a la
globalización el etnocéntrismo, el tribalismo, el sectarismo
religioso,
el
individualismo
narcisista,
como
si
17
necesitáramos
una
fuerza
contrapuesta
a
las
tendencias
homogeneizadoras.
32. En plena Edad Media europea el conflicto que opuso a los
“nominalistas” que siguiendo a Ockham decían que lo único
real era lo individual concreto, a los “conceptualistas” que
siguiendo la tradición platónico-aristotélica decían que las
ideas
universales
manera
abstracta
tienen
una
una
tensión
entidad
propia,
que
a
va
refleja
provocar
de
grandes
cambios en todas las sociedades modernas. Lo individual, lo
singular, lo “concreto”, serán de más en más el centro de
interés en la vida política, científica, religiosa, económica
e
intelectual.
El
“mundo
orgánico”
de
la
Edad
Media
va
dejando poco a poco el lugar a un mundo moderno en permanente
transformación donde la individualidad, la subjetividad y la
realidad
singular
de
la
materia
aparecen
como
factores
principales del cambio.
33. Es casi un lugar común para los que se interesan en el
problema de la formación del hombre moderno el referirse al
ya
clásico
estudio
de
Jacobo
Burckhardt
sobre
la
“Civilización del Renacimiento en Italia”. Haciendo honor a
ese texto reproduzcamos una de las ideas centrales de su
interpretación histórica:
“En la Edad Media las dos fases de la conciencia, la faz
objetiva y la faz subjetiva, estaban en cierto modo
veladas... Era un velo tejido de fe, de ilusión y de
prejuicios que hacía aparecer el mundo bajo extraños
matices. El hombre no se conocía más que como raza,
pueblo, partido, corporación, familia o bajo toda otra
forma general o colectiva. Es Italia la que en primer
término desgarra ese velo y que da la señal del estudio
objetivo del Estado y de todas las cosas de este mundo;
pero junto a esta manera de considerar los objetos se
18
desarrolla el aspecto subjetivo; el hombre deviene
individuo espiritual y tiene conciencia de este nuevo
estado” (14)
34. Ernst Cassirer, Fromm, y tantos otros han partido de esta
constatación de Burdkhardt: la individualidad moderna es un
fenómeno
relativamente
reciente
cuyos
orígenes
pueden
situarse en el Renacimiento italiano. Los marxistas, con Marx
y Engels en primer término, interpretan que es el pasaje de
la economía pre-capitalista feudal a la economía mercantil
capitalista
aparición
internacionalizada
del
individuo.
lo
Estas
que
y
ha
determinado
otras
esta
interpretaciones
aportan elementos para comprender este proceso histórico pero
al
mismo
tiempo
monocausal
que
tienden
no
a
reducirlo
corresponde
a
la
a
una
explicación
complejidad
de
la
antinomia
de
la
formación de la individualidad moderna.
IV.
El individuo
socialidad
como
sujeto
y
como
35. El debate no es nuevo, la subjetividad era vista con
rasgos demoníacos en la Edad Media. Del mismo modo que en
China, la ex_Unión Soviética, la Alemania Nazi, el Paraguay
de
Stroessner,
experiencias
el
Irán
fundamentalista
totalitarias
,donde
y
se
tantas
considera
otras
la
individualidad como un “peligro” o como una “desviación”. Ya
desde la Edad Media europea, sin embargo, se podían reconocer
los signos de una mutación que harían del individuo un sujeto
autónomo y de la individualidad una forma histórica de la
realización
del
ser
humano.
Tratemos
de
señalar
manifestaciones más significativas de este proceso.
las
19
36. En plena Edad Media (1215) la sanción de la Carta Magna
en
Inglaterra
instituyó
los
primeros
mecanismos
jurídicos
modernos para proteger al individuo y a los grupos sociales
de la arbitrariedad del poder absoluto del Gobierno. Notemos
aquí la importancia insoslayable de un “estado de derecho” en
el surgimiento de las libertades individuales y colectivas ,
porque de otro modo, como ya lo señalara Hegel, sólo el
Soberano era libre. Aunque socialmente limitados a la nobleza
y el clero, estos derechos abrieron el camino a las modernas
concepciones sobre la descentralización del poder y sobre la
protección de los derechos individuales y colectivos. Hacia
el siglo XIII los franciscanos comenzaron a valorizar el
mundo
sensible
(la
naturaleza,
la
experimentación)
y
lo
singular concreto (contra las palabras y las denominaciones
genéricas). Estas fundadas en concepciones místicas y en el
nominalismo
semillas
de
Ockham,
del
comenzaron
experimentalismo,
individualismo.
Francis
Bacon
a
sembrar
del
las
primeras
empirismo
(1561-1626)
y
consolidó
del
estas
tendencias en el mundo británico con la “Instauratio Magna” y
el “Novum Organum”. Sin este interés por lo concreto y por la
investigación
empírica
de
los
fenómenos
particulares
la
ciencia moderna hubiera carecido del modelo de pensamiento
necesario para su desarrollo posterior.
38.
Toda
desviación
individual
o
subjetiva
seguía
siendo
vista como un atentado pecaminoso contra el orden natural y
divino en gran parte de las sociedades medievales europeas.
La civilización árabe de entonces sin las limitaciones del
dogmatismo organicista católico había desarrollado con mucha
libertad
nuevas
concepciones
en
filosofía,
biología,
matemáticas y otras disciplinas. El contacto con la cultura
árabe
permitió
la
“actualización”
de
los
europeos,
pero
20
también
suscitó
el
deseo
de
explorar
los
horizontes
intelectuales de las otras culturas. El Obispo Nicolás de
Cusa
(1401-1469)
fue
uno
de
los
primeros
que
intuyó
la
ruptura que se iba a producir en la cosmovisión medieval, y
el
primer
moderno
ecuménico,
que
intentó
científico
y
sintetizar
transcultural,
con
espíritu
las
múltiples
posibilidades de la búsqueda de la Verdad. De Cusa descubre
que
el
Cosmos
y
el
microcosmos
son
los
horizontes
fundamentales del ser humano en su relación con el medio.
Rompe así el mundo cerrado y limitado de la Edad Media. Abre
paso a la conciencia de la realidad que será dominante sólo
cinco siglos más tarde.
38. Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue uno de los primeros
pensadores modernos que comenzó a “desnaturalizar” la idea
del poder mostrando que el mismo depende no tanto de la
voluntad
divina
o
de
las
leyes
naturales
intenciones de los actores sociales.
popular” como el trasfondo
como
de
las
Descubrió la “soberanía
de la lucha por el poder. El
Príncipe necesita tanto como sus adversarios legitimarse y
fortalecerse por bajo la invocación del poder popular. Este
proceso dio lugar al nacimiento de
de la
“individualidad
política”, al surgimiento de lo que comenzó a denominarse
como
el
“ciudadano”.
Maquiavelo
mostró
que
las
clases
dirigentes no están investidas por Dios o por la naturaleza
para
gobernar
intereses
sino
que
particulares
están
y
por
movidas
las
por
las
luchas
de
pasiones
(la
“cupiditas
principatus”, o sea, el deseo del poder).
39. En otro contexto Lutero (1483-1546) reivindicó el “libre
exámen”, o sea, la libertad para interpretar subjetivamente
la
verdad
revelada,
la
Biblia.
También
cuestionó
la
21
sacralización
de
ciertos
poderes
y
abusos
de
la
Iglesia
Católica. Introdujo pues en el cristianismo una perspectiva
subjetiva e historicista. La invención de la imprenta (1440)
reforzó
la
personal
posibilidad
de
pensamiento
los
se
de
textos
orientó
una
lectura
filosóficos
hacia
el
e
o
investigación
religiosos.
análisis
del
El
sujeto
cognoscente, mientras que la ciencia se encaminaba al dominio
de las realidades materiales concretas.
40. En el Discurso del Método, el filósofo Descartes, parte
de una intuición fundamental: “pienso, luego existo”. Con
ello inaugura la tradición racionalista, mecanicista según
algunos, subjetivistas según otros. Lo que importa es la
“institución” del “sujeto” individual (la conciencia) como
poder constituyente de la verdad. Es esencialmente la misma
convicción que desembocará en el idealismo de Hegel y que
explica su famosa afirmación: “todo lo real es racional, todo
lo racional es real”. (Sin embargo, Hegel desembocará en una
visión
totalizadora
donde
el
sujeto
individual
desaparece
para convertirse en un momento engañoso de la marcha de la
Historia; de este modo se reintroduce en el siglo XIX la
vigencia de las “cosmovisiones”).
41.
Cada
uno
de
estos
acontecimientos
constituye
una
revelación de las potencialidades de la individualidad y la
subjetividad humanas. Es probable que la emancipación de los
artesanos y los comerciantes en las prósperas ciudades de los
Países
Bajos,
Bélgica
e
Italia,
haya
creado
nuevas
condiciones históricas a fines de la Edad Media. Esta es al
menos la opinión de historiadores como Ferdinand Braudel,
Henri Pirenne o
burgos
respecto
Léopold Genicot. La independencia de los
a
los
señores
feudales
anticipa
las
22
libertades
comunales.
La
organización
corporativa
de
los
artesanos es el anuncio de los sindicatos y de los derechos
laborales.
Es
en
ese
contexto
que
la
eclosión
del
individualismo toma la forma de la competencia económica más
descarnada. El capitalismo del libre mercado hacía estragos
hacia el 1300-1400 entre los productores de textiles.
El
flamenco van Maerlant escribía entonces en reacción a la
competencia desenfrenada:
“hay dos palabras funestas en el mundo, lo tuyo y lo
mío. Si se pudiera suprimirlas, en todas partes reinaría
la paz y la concordia. Hombres y mujeres, todos serían
libres y no habría más esclavos”. (15)
42.
No
podemos
acontecimientos
ver
que
como
fenómenos
producen
la
aislados
emergencia
de
los
la
individualidad moderna. Los pensadores católicos integristas
como
Hilaire
Belloc
o
Monseñor
Lefèvre,
piensan
que
el
“antropocentrismo” que se impone desde el Renacimiento nace
on los errores teológicos y filosóficos del “nominalismo”. En
el
otro
extremo
Marx
(ver:
“La
ideología
alemana”,
“La
cuestión judía”, o el “Manifiesto Comunista”) señala que el
individualismo es una abstracción creada por la burguesía
emergente para legitimar sus intereses en el marco de un
nuevo
modelo
de
producción.
Toda
otra
clase
de
interpretaciones han sido elaboradas. Lewis Mumford, Oswald
Spengler o Augusto Comte creen descubrir en la evolución de
la
tecnología
y
la
ciencia
el
núcleo
de
las
grandes
mutaciones. Rousseau, Locke, Tocqueville y otros colocan como
motor
de
las
transformaciones
políticas y del Estado de derecho.
las
nuevas
concepciones
23
43.
Toda
mutación
profunda
de
una
civilización
resulta
ininteligible para sus contemporáneos. La “opacidad” teórica
de
las
mutaciones
que
producen
en
la
sociedad
moderna
proviene del hehco que nosotros estamos implicados en ellas.
Vivimos desde hace 500 años un conjunto de transformaciones
que han modificado tanto nuestra individualida como nuestra
“exterioridad” (es decir, nuestra proyección sobre el entorno
material). (PEREZ LINDO: 1996) ¿Cómo reducir esas y otras
transformaciones a un principio generador simple?
44. Lo que importa es reconocer que el ser humano moderno ha
descubierto
dimensiones
de
su
individualidad
que
no
está
dispuesto a sacrificar. De este descubrimiento surgen nuevas
libertades (que no son más que la explicitación de libertades
inherentes
a
la
condición
humana).
La
“libertad
de
pensamiento” no es, en este sentido, una invención moderna,
sino el desarrollo de una posibilidad que siempre estuvo
presente en la naturaleza humana. La “libertad de asociación”
no es una invención burguesa sino la actualización de algo
que podemos encontrar en las primitivas asociaciones humanas.
La
“individualidad”
deformación:
es
en
una
de
fin,
no
las
es
ni
un
dimensiones
pecado
ni
esenciales
de
una
la
existencia humana.
45.
Hay
dos
confusiones
en
las
dispuestas
ideológicas
modernas: la primera identifica el “individualismo” con la
“individualidad”
y
la
segunda
amalgama
la
“conciencia
colectiva” con la “socialidad”. El pleno desarrollo de la
individualidad
individualista.
no
La
significa
defensa
tener
de
la
como
meta
conciencia
una
sociedad
colectiva
no
implica postular la masificación de las conciencias. Este
falso debate viene del fin de la Edad Media y ha servido para
24
pintar en términos apocalípticos las posiciones antagónicas.
Joseph de Maistre, el primer pensador de la contra-revolución
moderna, describía, en las “Veladas de San Petesburgo”, la
revolución francesa como una disolución total de la unidad
orgánica, natural y sagrada del Antiguo Orden feudal.
46. De Maistre, introdujo la idea de un “proceso histórico”,
donde
los
actores
ineluctables
del
no
hacen
devenir
más
que
humano.
Esta
responder
idea
hizo
a
leyes
posible
concebir la historia, la economía, la política y más tarde la
sociología como “ciencias”. Aunque nadie, o casi nadie, tiene
interés en reivindicar esta genealogía, lo cierto es que
tanto
los
tarde
el
positivistas
punto
utópicos,
de
como
partida
libertarios
o
los
marxistas,
“organicista”.
cristianos,
retomaron
Los
fueron
más
socialistas
en
cambio
reticentes a la idea de que la emancipación colectiva estaba
determinada
naturaleza
por
,
de
un
proceso
la
evolutivo
historia
o
de
que
la
surgía
economía.
de
la
(En
la
actualidad volvemos a encontrar la tentación reduccionista en
el “pensamiento único” neo-liberal que coloca al mercado y a
la competitividad como productores de la sociedad).
48.
Antoine
“individuo”
Casanova,
dentro
del
intenta
replantear
pensamiento
la
marxista.
cuestión
Sobre
del
todo,
trata de hacer comprender que no se trata de una invención de
la economía burguesa capitalista sino de una evolución más
profunda:
“el
individuo
humano
viviendo
y
pensándose
como
individualidad
individualista
...
es
un
producto
extremadamente
tardío
del
movimiento
histórico
multimilenario” (16).
25
48. Para una gran legión de marxistas y anti-marxistas un
punto de referencia obligado es la crítica de Marx a la
concepción burguesa e individualista de los derechos humanos.
(Ver: C. Eymar: Karl Marx, crítico de los derechos humanos,
Madrid,
Tecnos,
1987).
En
“La
cuestión
judía”
(1843)la
actitud de Marx es lapidaria:
“los derechos del hombre, derechos de los miembros de la
sociedad burguesa, no son otros que los del hombre
egoísta, del hombre separado del hombre y de la
colectividad”.
También
en
los
Manuscritos
de
1844
aparece
una
clara
tendencia a reivindicar la identidad orgánica del individuo
con su especie frente a la explotación capitalista que separa
los individuos entre sí. La propiedad privada de los medios
de producción sería, según Marx, el núcleo central de la
disociación social y de la injusticia. No es el primero en
señalar la estrecha vinculación entre el desarrollo de la
propiedad
privada
egoísta.
En
San
y
el
Pablo
nacimiento
de
o
comunidades
en
las
una
individualidad
cristianas
primitivas, en los reformadores cristianos de la Edad Media,
en
los
utopías
reformadores
de
cristianos
Campanella
o
de
de
la
Tomas
Edad
Media,
Moro
en
las
durante
el
Renacimiento, aparece la misma asociación de ideas y la misma
alternativa: la solidaridad comunitaria.
49. Pero la interpretación histórica y sociológica de Marx
trasciende (nó desde el punto de vista ético sino desde el
punto de vista
establecer
las
epistemológico) las utopías del
ideas
que
se
encuentran
pasado al
magistralmente
sintetizadas en El Manifiesto Comunista (1848) :
26
“La historia de toda sociedadd hasta nuestros días no
sido más que la historia de la lucha de clases.
hombre libre y esclavo, patricio o plebeyo , barón y
siervo ... en una palabra opresores y oprimidos, han
llevado una guerra ininterrumpida, a veces aberta, a veces disimulada, una guerra que terminaba siempre sea por
una transformación revolucionaria de la sociedad entera,
sea por la destrucción de las dos claes en lucha”.
... Sin embargo, el carácter distintivo de nuestra época
de la época de la burguesía, es el haber simplificado
los antagonismos de clase. La sociedad se divide de más
en más en dos vastos campos enemigos, en dos grandes
clases diametralmente opuestas: la burguesía y el proletariado”.
50. El texto continúa mostrando cómo la evolución de los
distintos sistemas económicos a
determinando
la
aparición
de
través de la
diferentes
tipos
historia va
de
clases
sociales y de conflictos con el modo de producción dominante.
Más tarde, algunos marxistas privilegiaron el análisis de
clases,
mientras
que
otros
pusieron
el
acento
en
los
determinismos económicos. Lo importante, en nuestro caso, es
saber si resulta pertinente sostener que los derechos humanos
son atributos inherentes a clases sociales en lucha o si
corresponden a un proceso histórico más complejo donde la
conquista de derechos individuales y sociales coincide con
formas de individuación y de socialización específicas de
cada época y cultura.
51.
Marx,
como
los
socialistas
de
su
época,
se
situaron
frente a la revolución industrial y criticó la explotación
descarnada de la burguesía dominante que no se detenía ni
27
ante la explotación salvaje de los niños ni ante el genocidio
de otras civilizaciones. Trató de descubrir la “lógica” de la
lucha de clases de su época y la encontró en la evolución de
la
moderna
organización
capitalista
de
la
economía
y
la
sociedad. Fundadores del pensamiento sociológico como Saint
Simon o Augusto Comte vieron también en el individualismo
triunfante una perversión de la socialidad humana. De allí
que pensadores sociales de diferentes tendencias coincidieran
en formular la antinomia: o el individuo o la sociedad.
52. La cuestión es de tal importancia que durante más de un
siglo el pensamiento social estuvo entretenido en discutir si
lo real era el individuo o si lo real era la sociedad. En uno
y otro campo se alinean corrientes ideológicas de todo tipo,
incluso
contradictorias.
Hay
marxistas,
budhistas,
nacionalsocialistas, cristianos o musulmanes para quienes el
“individuo” es una abstracción. Hay liberales, anarquistas,
darwinistas,
cristianos,
budhistas,
etc.,
para
quienes
la
sociedad no es más que las relaciones entre los individuos,
algo que carece de sustancia propia. La confrontación y la
interacción
de
los
dos
puntos
de
vista
ha
dado
lugar
a
grandes replanteos en la sicología y la sociología en las
últimas décadas. Nada más sintomático de esta evolución como
la experiencia del sicoanálisis que se afirma primero como un
adentramiento
en
la
subjetividad
humana
para
terminar
preguntándose con Lacan si soy yo el que habla o si somos
hablados por el lenguaje social que utilizamos.
53. Las fronteras entre lo subjetivo y lo social seguirán
siendo confusas y no porque haya un misterio especial en
ello. Simplemente porque en cada contexto la individualidad y
las
relaciones
sociales
dan
lugar
a
configuraciones
28
originales.
¿Acaso
la
individualidad
de
un
norteamericano
puede ser la misma que la del japonés aunque ambos coexistan
en un mismo régimen capitalista? ¿La socialidad del sueco es
la
misma
que
la
etnia
hutu
de
Burundi?
¿La
conciencia
colectiva china puede ser la misma que la de los argentinos?
54. Lo importante es reafirmar la existencia del individuo y
de
la
socialidad
humano.
El
orgánica
de
como
individuo
las
no
bases
es
necesidades
fundamentales
una
del
abstracción:
fundamentales
modo:
la
individualidad
no
es
la
humanas,
sujeto primario de toda actividad política o
mismo
es
proyecto
un
base
es
el
social. Del
pecado
ni
una
deformación. Es una posibilidad de expresión del ser humano.
Es una forma de realización plena de la humanidad. Si no se
aceptan estas premisas el “sujeto” de los derechos humanos se
desplazará necesariamente de los individuos al Estado o a
otro conjunto colectivo.
V.
Las identidades sociales y los sujetos colectivos de los
derechos humanos
55. La mayor parte de los enunciados de los derechos humanos
(Declaración Universal, 1948) suponen que el “sujeto” de la
vida
social
es
el
individuo.
Ahora
bien,
sólo
en
las
sociedades occidentales industrializadas la mayoría de las
personas vive la “individualidad” como punto de referencia
dominante en sus comportamientos. En la mayoría de las otras
sociedades el referente principal de la existencia personal
es alguna forma de conciencia o de identidad colectiva.
29
56. Nadie puede dudar que los enunciados de los Derechos
Humanos tienden a proteger esferas de la vida humana que
finalmente se remiten a la persona individual. El artículo 3
de
la
Declaración
Universal
dice:
“Todo
individuo
tiene
derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona”. ¿Cómo puede tener “derecho a la vida” una mujer si
en la mayoría de las sociedades las mujeres colectivamente no
tienen derecho a disponer de su propio cuerpo? ¿Cómo puede
tener derecho a la libertad un indio peruano o boliviano
si
a causa de la marginación colectiva de que es objeto su grupo
él no puede participar libremente en la vida política del
país?
¿Qué
seguridad
puede
encontrar
individualmente
un
palestino en Israel si el Estado no reconoce la identidad y
la
autodeterminación
del
pueblo
palestino?
Preguntas
semejantes se pueden formular a propósito de los kurdos, los
saharahouis y muchos otros pueblos inmersos en complejas y
contradictorias
tramas
dentro
de
los
que
no
estados-naciones
existentes.
57.
Hay
derechos
individuales
pueden
ejercerse
plenamente sin reconocer los sujetos colectivos que los hacen
posibles. Los partidarios de una interpretación liberal y
occidental dirán que esto supera el marco de la filosofía de
los derechos humanos. Desde un punto de vista literal la
Declaración de 1948 habla de personas e individuos pero elude
la
cuestión
de
las
identidades
colectivas.
Pero
las
convenciones posteriores sobre derechos económicos y sociales
sí implican la introducción de sujetos colectivos. También
podemos mencionar el caso de las mujeres que han luchado y
luchan
por
obtener
el
reconocimiento
específico
de
sus
derechos. Como resultado de esta acción ya han obtenido en
30
1979
la
firma
de
la
Convención
contra
toda
forma
de
discriminación respecto a las mujeres.
58.
En
muchas
sociedades
hay
una
resistencia
cultural,
ideológica o religiosa al reconocimiento del individuo como
sujeto de la existencia humana. Del mismo modo, en otras
sociedades existe una tendencia a rechazar la posibilidad de
reconocer
los
actores
sociales,
los
sujetos
colectivos
a
través de los cuales pueden encontrar su plena realización
los derechos individuales. No se puede impulsar la vigencia
universal de los derechos humanos si no se toma en cuenta la
identidad
existencial,
social
y
cultural
de
los
humanos.
Porque es a partir de esta “identidad” que cobran sentido
esos derechos.
59.
La
Revolución
Francesa
(1789)
en
sus
diferentes
declaraciones proclamó los derechos humanos universales del
individuo y del ciudadano. Pero la ley Le Chapelier de 1791
prohibía la reivindicación colectiva de los derechos, sobre
todo
cuando
privada.
se
Por
afectaban
la
misma
al
principio
razón,
las
de
la
mujeres
propiedad
no
podían
reivindicar en tanto tales derechos especiales (que no eran
otra cosa que el derecho de ser iguales a los hombres en su
condición
de
ciudadanas).
Las
burguesías
capitalistas
dominantes supieron explotar muy bien la ambigüedad de este
“estado de derecho” donde a grupos sociales mayoritarios se
les
negaba
lo
que
la
ley
proclamaba
para
todos
los
ciudadanos. La misma ambigüedad fue hábilmente utilizada en
las dominaciones colonialistas. El “nativo” de la colonia no
era reconocido como sujeto de derechos en el mismo grado que
los ciudadanos de las metrópolis.
31
60. La identidad colectiva no es una abstracción. Si los
obreros europeos pudieron obtener su participación en el voto
y
en
los
beneficios
del
progreso
económico,
si
pudieron
conquistar formas dignas de bienestar y de seguridad, es
porque
en
sus
luchas
pusieron
de
manifiesto
que
eran
colectivamente discriminados y oprimidos. En la revolución
rusa y en la revolución china de este siglo, los campesinos
tuvieron
que
librar
todo
tipo
de
batallas
para
ser
reconocidos como “sujetos” de la liberación colectiva. La
doctrina marxista del “proletariado” colocaba en efecto a los
obreros industriales como actores dominantes de la revolución
comunista. Esta contradicción se prolongó en las revoluciones
anticolonianistas del Tercer Mundo , donde muchos dirigentes
buscaron un proletariado industrial o moderno que no existía.
61. La promoción de los derechos humanos y las luchas de
liberación deberían tener en cuenta pues el principio de
identidad
que
individuales
y
define
la
colectivos
existencia
en
cada
de
los
sociedad.
actores
Tanto
el
individualismo liberal como el clasismo marxista (y toda otra
forma de universalización abstracta del concepto del hombre)
pueden conducir a ocultar formas de opresión y de explotación
que afectan a amplios sectores de la sociedad.
62.
El
enfoque
sociológico
se
vuelve
indispensable
para
situar el alcance de ciertos derechos humanos. El artículo 26
de la Declaración Universal dice en su acápite 1.: “Toda
persona tiene derecho a la educación. ... el acceso a los
estudios superiores será igual para todos, en función de los
méritos
respectivos”.
La
sociología
de
la
educación
nos
enseña que el “mérito” es algo socialmente determinado, que
32
en la mayoría de los casos los estudiantes más “capaces”
provienen de los medios culturales y son los estudiantes más
“capaces” provienen de los medios culturales y sociales más
privilegiados. El principio de la igualdad de oportunidades
en
educación
no
puede
asegurarse
si
no
se
practica
una
política “diferencial” que tomen en cuenta los desequilibrios
provocados por las diferencias sociales y culturales. Esto es
lo que han hecho muchos países: en Estados Unidos con la
“educación
exUnión
compensatoria”
Soviética
para
cuotas
negros
obligatorias
y
minorías,
de
en
la
estudiantes
de
origen obrero y campesino. Pero en la mayoría de los países
la selección escolar sigue realizándose según “el mérito”, es
decir, según la inercia de las desigualdades sociales.
63. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las
organizaciones
sindicales
se
ocupan
de
mejorar
las
condiciones de vida de los trabajadores. Tanto éstas como
otras
organizaciones
enunciados
genéricos
han
de
puesto
los
de
manifiesto
derechos
humanos
que
no
los
pueden
aplicarse sin apuntar a las situaciones concretas de grupos
sociales explotados. En Brasil una parte de la élite política
habla de los derechos individuales como si viviera en Europa
Occidental. A su vez una parte de la izquierda habla de la
“clase
obrera”
compusiera
de
como
si
la
trabajadores
mayoría
de
industriales.
los
Los
explotados
se
trabajadores
rurales son en realidad mayoritarios dentro del proletariado,
pero no tienen un reconocimiento equivalente al resto de los
trabajadores. Por otro lado existen grupos tales como los
trabajadores rurales migrantes, los campesinos pobres, los
indios, las mujeres que trabajan en el servicio doméstico
(muchas veces bajo una forma de dependencia cercana a la
servidumbre). ¿Cómo afirmar los derechos humanos del pueblo
33
brasilero sin designar por su nombre la identidad de los
grupos
oprimidos
y
explotados?
¿Cómo
luchar
eficazmente
contra estas las formas de dominación sin tener una idea
realista
de
cuáles
son
los
actores
sociales?
En
América
Latina todavía se habla de una manera abstracta de los grupos
y clases sociales. El crecimiento de los grupos sociales
excluídos
o
marginados
no
ha
hecho
más
que
agravar
este
problema.
64. Ninguna clase, ningún grupo puede encarnar eternamente la
identidad de una sociedad o de un pueblo. En este sentido la
“democracia liberal de los ciudadanos” libres resulta ser una
democracia
restringida
que
sólo
se
puede
ampliar
con
la
emancipación de los grupos sociales marginados y oprimidos.
Del
mismo
modo,
“partido
la
“dictadura
revolucionario”
del
proletariado”
equivale
a
una
o
del
“liberación
restringida” de todo un pueblo. La revolución no suprime por
decreto todas las formas de dominación y todas las jerarquías
de
poder.
mantener
Al
eludir
esas
indefinidamente
situaciones
la
opresión
se
de
puede
ayudar
grupos
a
sociales
subordinados. La lectura profunda de los derechos humanos nos
lleva
a
exigir
dominación.
opresiones
Pero
y
la
para
supresión
lograrlo
explotaciones
que
de
todas
es
preciso
padecen
las
formas
de
reconocer
las
colectivamente
los
hombres y mujeres en cada situación concreta.
34
VI.
El pueblo como sujeto de la Historia y como ideología de
Estado
65. La identidad cultural o la identidad nacional constituye
otra dimensión esencial posible del hombre como “sujeto” de
derechos.
La
idea
del
“pueblo”
parece
definir
de
manera
general esta forma de identidad. En muchos casos los derechos
humanos no podrían tener vigencia sin el reconocimiento del
derecho de los pueblo. François Rigaux va más lejos aún:
“El ejercicio efectivo de los derechos del hombre tiene
por necesaria condición el ejercicio colectivo del
derecho de los pueblos a la autodeterminación. La
libertad de los humanos pasa por la liberación de los
pueblos. Sólo el reconocimiento mutuo de estos derechos
fundamentales permitirá la edificación de un nuevo orden
mundial”. (17)
66. En la tradición humanista y racionalista, que viene del
Renacimiento
pasa
por
Kant
y
llega
al
existencialismo
contemporáneo, la autonomía del individuo representa la idea
límite que funda la moral y el respeto de la dignidad humana
bajo todas sus formas. Pero junto a esta tradición tenemos la
historia moderna del socialismo que puso a la liberación de
los explotados como fundamento de toda sociedad justa. Una
tercera tradición a su vez, reivindico la autodeterminación
de los pueblos como principio de las luchas emancipadoras. El
romanticismo alemán, desde el siglo XIX, alimentó la imagen
del “espíritu del pueblo” (folkgeist), del pueblo como unidad
orgánica
que
los
nacional-socialistas
de
Hitler
suuieron
explotar siniestramente. (Y allí tenemos una de las razones
por las cuales las potencias triunfantes de la Segunda Guerra
Mundial
se
negaron
a
incluir
en
la
Declaración
de
1948
conceptos sobre la identidad colectiva.). Las luchas anticoloniales del Tercer Mundo dieron a su vez connotaciones
35
especiales a la idea de “pueblo” (por ejemplo: el “populismo
latinoamericano”, el “nacionalismo árabe”, el “tribalismo”
africano).
pueblos
La Declaración universal de los derechos de los
(Argelia,
julio
de
1976)
intentó
formular
jurídicamente los contenidos de este enfoque.
67.
Los
participantes
de
la
conferencia
de
Argelia
“persuadidos de que el respeto efectivo de los derechos del
hombre implica el respeto de los derechos de los pueblos”
adoptaron una serie de principios entre los cuales podemos
mencionar los siguientes:
- Todo pueblo tiene derecho a existir (art.1)
- Todo pueblo tiene derecho al respeto de su identidad
nacional y cultural (art.2)
- Todo
pueblo
tiene
el
derecho
imprescriptible
e
inalienable a la autodeterminación (art.5)
- Todo
pueblo
tiene
derecho
de
liberarse
de
toda
dominación colonial o extranjera directa o indirecta
y de todos los regímenes racistas (art.6)
- Todo
pueblo
justamente
tiene
derecho
evaluado,
y
a
a
que
que
su
los
trabajo
sea
intercambios
internacionales se hagan en condiciones de igualdad y
equidad (art.10)
- Cuando en el seno de un Estado, un pueblo es una
minoría,
tiene
derecho
a
que
se
respeten
su
identidad, sus tradiciones, su lengua y su patrimonio
cultural (art.19).
68.
Estos
enunciados
y
el
conjunto
de
la
Declaración
de
Argelia crearon rechazos y reticencias. Rechazos en sectores
liberales europeos y norteamericanos que ven el “derecho de
36
los
pueblos”
como
un
avance
sobre
los
“derechos
individuales”. Reticencias en gobiernos del Tercer Mundo y en
países comunistas porque la autodeterminación de los pueblos
obliga a replantear las relaciones de ciertos pueblos con los
estados vigentes. Reticencias en los países industrializados
capitalistas
instrumento
que
ven
para
la
Declaración
fundamentar
de
acciones
Argelia
como
un
de
los
defensivas
países del Tercer Mundo frente al orden económico mundial.
69.
La
Declaración
sistema
de
internacional
Argelia,
haya
aunque
sido
su
limitado
alcance
en
contiene
el
varias
ideas fundamentales.(18). En primer lugar, intenta articular
los principios reconocidos de los derechos humanos con los
derechos
colectivos
perspectiva
se
de
redactó
los
una
pueblos.
parte
Siguiendo
sustancial
de
la
esta
Carta
Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos. En segundo
lugar,
al
definir
a
los
pueblos
como
sujetos
del
orden
internacional la Declaración de Argelia invita a repensar el
derecho internacional hasta ahora estructurado en función de
los estados. En tercer lugar, diversos principios aprobados
definen
acciones
legítimas
de
resistencia
de
los
pueblos
frente a la opresión política, la explotación económica o la
dominación
Declaración
internacional.
retoma
la
Desde
este
tradición
punto
del
de
vista
“derecho
a
la
la
resistencia” enunciada en la Declaración de la Independencia
de
Estados
Unidos
(1776)
y
en
las
Declaraciones
de
la
Revolución Francesa (1789).
70. A pesar de este avance en la conciencia internacional
todavía no está claro cómo pueden articularse los diferentes
niveles de autonomía de los sujetos individuales, de los
grupos sociales y de los pueblos. Para ello debería poder
37
analizarse, en la perspectiva de un proceso de liberación
individual y colectiva, el aporte positivo de las tendencias
humanistas,
liberales,
socialistas,
nacionalistas,
populistas, feministas, ecologistas y otras. Lamentablemente,
el proceso de globalización actual tiende a la transformación
de todos los individuos en clientes o usuarios de la sociedad
capitalista de consumo. La homogeneización de la economía, de
la cultura y del pensamiento (que Herbert Marcuse criticara
anticipadamente en El hombre unidimensional, de 1967) bajo la
forma de un economicismo inhumano viene siendo criticada por
todos
los
sectores.
Pero
sería
un
error
ver
en
ello
el
resultado de un mero predominio ideológico (en este caso del
neo-liberalismo): se trata de un proceso histórico y cultural
que necesitamos enfrentar con mucha lucidez y decisión.
71.
Dos
objecciones
importantes
podrían
presentarse
al
movimiento del “derechos de los pueblos”. La primera es que
en
derecho
internacional
los
estados
y
no
los
pueblos
constituyen el sujeto de las relaciones internacionales. La
segunda
se
refiere
“pueblo”. A la
a
la
indefinición
del
concepto
de
primera cuestión se podría responder como
Richard Falk que la “legitimidad” o el “reconocimiento” de la
Declaración de Argelia dependerá sobre todo de los pueblos
que asuman como suyos esos principios y que intenten hacerlos
respetar en el plano internacional. ¿Puede un pueblo negarse
a pagar una deuda externa contraída por un gobierno ilegítimo
y
cuya
finalidad
población?
Al
derrocamiento
sandinista
se
era
tomar
de
la
negó
contraria
el
a
poder
en
dictadura
de
(en
1979)
a
los
intereses
Nicaragua
Somoza
reconocer
de
luego
el
las
la
del
gobierno
deudas
pendientes por ventas de armas que habían realizado la Junta
Militar de Argentina y el gobierno de Israel. Situaciones
38
parecidas se plantearon en Irán luego del derrocamiento del
Sha
en
1979.
Empréstitos
de
multinacionales
que
sólo
beneficiaban a las potencias occidentales, ventas de armas en
función del interés estratégico de Estados Unidos, dieron
lugar a litigios de todo tipo que aún se ventilan en La Haya.
El punto de vista iraní estaba muy cercano a los postulados
de la Declaración de Argelia.
72. En cuanto a la definición del concepto de “pueblo” lo que
sorprende es la polisemia del mismo. Tanto en la Conferencia
de Argelia como en la reunión de expertos de San Marino (19)
no se pudo llegar a una definición que pudiera presentarse
como universal y coherente con los principios de liberación y
de
los
invocada
derechos
por
los
humanos.
nazis,
La
noción
como
de
señalara
“pueblo”
Peter
pudo
ser
Leuprecht,
Director de Derechos Humanos en el Consejo de Europa. Alguien
que ha reflexionado suficientemente sobre el “derecho de los
pueblos” como el profesor Rigaux confiesa por un lado la
laguna de la “definición” y por otro lado intenta aproximarse
a un concepto práctico del “pueblo”:
“La Declaración no contiene una definición de la noción
de pueblo. Semejante definición era peligrosa y sin
duda incluso imposible. Pero hay realmente una laguna
en este punto? La noción de pueblo no surge acaso del
contenido de toda la Declaración?...
Tres aspectos pueden distinguir. El pueblo es una
comunidad humana que se identifica por diferencias
suficientemente
significativas
respecto
a
otros
pueblos. El pueblo es el conjunto o la mayoría de la
población de un Estado ... El pueblo es a veces un
pueblo homogéneo estructurado en Estado, a veces una
minoría
nacional
cuyos
derechos
colectivos
son
reconocidos al interior de ese Estado” (20)
39
73. Es posible que desde el punto de vista jurídico esta
caracterización sea suficiente. Pero parece evidente que la
misma no basta en una teoría general de los derechos humanos.
José
Echeverría
intentó
por
su
parte
presentar
algunos
criterios socio-políticos para definir la noción de pueblo
(21).
Este
“Estado”,
autor
distingue
“Nación”
y
claramente
“pueblo”.
En
los
cuanto
conceptos
a
la
idea
de
de
“pueblo” su enfoque contiene estos rasgos fundamentales: la
identidad con las clases dominadas y el proyecto de autodeterminarse superando esta dominación. El pueblo es pues la
mayoría que no forma parte de las clases dominantes y que
tiene una visión prosprectiva de su liberación. En términos
semejantes podríamos encontrar la noción de “pueblo” en la
teología de la liberación.
74. Esta visión “progresista” del “pueblo” pasa por alto la
ambigüedad que nos revela la experiencia histórica y social.
En un primer nivel el pueblo puede ser analizado desde el
punto
de
vista
de
su
“identidad
cultural”.
Todo
pueblo
comporta una comunidad de ideas y creencias, una identidad
cultural. Esta tiene al menos dos dimensiones esenciales: una
tradición
común
(religiosa,
lingüística,
histórica)
y
un
proyecto de liberación. A veces el proyecto de liberación
supera la identidad tradicional (como en China o como en
Cuba), otras veces el proyecto es la voluntad de afirmar la
tradición
frente
a
la
invasión
extranjera
(como
en
Afganistán, como en Polonia), y otras veces se conjugan ambos
elementos (como en Nicaragua sandinista).
75. En un segundo nivel, la idea de “pueblo” distingue a la
mayoría de la población o a las clases dominadas de las
clases dominantes. En el primer caso (el pueblo = mayoría) la
40
idea de “pueblo” se asimila a
delante
una
extranjero
clase
(como
dominante
las
la
de Nación
extranjera
oligarquías
o
si se tiene
al
servicio
latinoamericanas).
En
de
el
segundo caso, el pueblo puede identificarse con las clases
oprimidas, con el proletariado, o con los pobres. (En la
Teología de la Liberación el “pueblos” se identifica con los
“pobres” y los “dominados”; en el marxismo “pueblo” equivale
a clases explotadas).
76.
En
un
tercer
nivel,
podemos
“pueblo” en torno al proyecto
buscar
la
identidad
del
político. Cuando las trece
colonias norteamericanas se independizan en 1776 tenían en
claro el proyecto de “Nación”, pero no eran “un” pueblo ni
tenían un Estado. Eran trece colectividades con un fondo
cultural
heterogéneo
lingüística)
pero
con
(diversidad
afinidades
religiosa,
históricas
diversidad
(tuvieron
la
misma dependencia colonial sobre un mismo territorio). La
idea de Nación
permitió cristalizar la idea del “pueblo”
norteamericano. Algo semejante ocurrió con la liberación del
pueblo
de
Argelia
autodeterminación
hacia
nacional
1960.
forjó
La
la
lucha
por
la
de
una
conciencia
identidad nacional que antes no existía de manera homogénea.
Hay pueblos que buscan una autonomía relativa sin pretender
constituirse en Nación (como las federaciones suizas), hay
pueblos que quieren ser Nación pero que no reclaman un Estado
(algunas “naciones” indias de América) y hay pueblos que
quieren
autodeterminarse
como
Nación
y
como
Estado
(los
palestinos).
77. La noción de “pueblo” es pues polivante. En la misma
podemos comprender al pueblo de
indios
de
América,
a
los
Finlandia, a los pueblos
pueblos
de
Rusia
o
al
pueblo
41
norteamericano. En el siguiente cuadro tratamos de resumir
los aspectos ya señalados pero relacionando la identidad de
los pueblos, y sus proyectos políticos posibles.
78. La noción de “pueblo” ha sido también a menudo utilizada
como
sinónimo
claras
las
de
“colectividad”
fronteras
entre
o
los
“comunidad”.
conceptos.
No
La
están
noción
de
“identidad” parece ser la más fundamental para reconocer a un
pueblo
como
“sujeto”
histórico
o
político.
A
menudo
el
concepto de “estado-nación” se identifica con el de “pueblo”.
Esto
se
plantea
sobre
todo
del
lado
de
las
sociedades
dominantes (con proyecto expansionista o imperialista) y de
las
sociedades
colonial
por
dependientes
ejemplo,
o
permite
dominadas
(la
situación
la
identidad
amalgamar
“popular”, la identidad “nacional” y el proyecto de un estado
independiente.
79. Las identidades sociales y culturales son necesariamente
relativas y transitivas. Las clases sociale varía de una
sociedad a otra, del mismo modo las identidades culturales.
El
“individuo”
o
el
“Estado”
como
sujetos
parecen
más
estables y más definible. En la realidad, la problemática de
los derechos humanos tiene como polos dialécticos justamente
esas
dos
maoyoría
realidades:
de
los
el
individuo
especialistas
y
el
Estado.
occidentales
los
Para
la
derechos
humanos tienen como sujeto básico al individuo. En los países
comunistas el Estad es el fundamento de los derechos humanos
(estos no son pues inherentes a las personas). Por eso se
comprende la insistencia de los especialistas soviéticos en
afirmar que “las custiones que
conciernen los
derechos y
libertades humanas pertenecen a la jurisdicción interna de
los estados...” (22)
42
VII. Individuos,
“sujetos”
80.
Nuestro
encontramos
grupos
análisis
ahora
sociales,
se
con
ha
pueblos
evidentemente
cuatro
“sujetos”
y
estados
como
complicado.
de
los
Nos
derechos
humanos: los individuos, los grupos sociales, los pueblos y
los
estados.
Podemos
resolver
esta
diversidad
de
sujetos
afirmando que el destinatario último de cualquier libertad o
beneficio es el indiviuo. Pero ya vimos que los individuos
necesitan a veces ser reconocidos en grupos para existir como
tales. La “personalidad” femenina existe en la medida en que
las mujeres constituyeron movimientos sociales o políticos
para ser reconocidas y para obtener la misma autonomía del
hombre. Otro tanto podemos decir del “obrero”, o del “negro”,
o
del
“indio”.
Grupos
sociales
o
pueblos
(como
los
palestinos, los kurdos, los irlandeses, los judíos, etc.) que
permiten a determinados grupos humanos mantenerse unidos, sea
para
conservar
una
identidad
común,
sea
para
obtener
la
liberación del grupo. A menudo, sin liberación colectiva no
hay libertades personales.
81. De los cuatro “sujetos” enunciados, me parece muy difícil
defender
el
estatuto
de
tal
para
el
“Estado”.
En
primer
lugar, porque una parte importante de los derechos humanos
tiende a proteger a los individuos contra los abusos de los
estados y de los gobiernos. En segundo lugar, porque en lo
que hace a los “derechos positivos” (bienestar, seguridad,
educación, etc.) la función del Estado es proteger o asegurar
la
realización de esos derechos, pero no recibirlos como
“sujeto”. Sólo en las sociedades más arcaicas se confunde la
identidad del Estado con la de los súbditos (y allí el estado
43
sacralizado recibe las ofrendas del trabajo y los individuos
celebran en su honor los ritos o ceremonias que preceden a la
distribución de los beneficios como “donaciones” del Estado).
Es
cierto,
salvaje
como
no
dice
está
Levy-Strauss,
tan
lejos
contemporánea pero al menos
de
que
el
“pensamiento
nuestra
experiencia
teóricamente casi todas las
sociedades distinguen las necesidades de los individuos de la
necesidades del Estado.”
contemporáneas
franquismo
del
español,
Sin embargo, las diferentes formas
estado
totalitario
autocracia
de
los
(Alemania
Duvalier
en
nazi,
Haití,
China Comunista, URSS, el Paraguay de Stroessner, Irán, ...)
nos muestran que el lema fascista de Mussolini, “todo dentro
del Estado, nada fuera del Estado”, ha tenido una vigencia
dramática
en
el
siglo
XX.
(A
su
vez,
podríamos
entender
muchas reacciones anti-estatistas de las últimas décadas como
un rechazo a las formas del estado autoritario).
82. Por otra parte, el Estado ha sido un instrumento, o una
mediación necesaria, para la emancipación de grupos sociales,
naciones
o
pueblos.
Esto
aparece
claro
en
la
Revolución
Francesa, luego en ls revoluciones latinoamericanas, en las
revoluciones socialistas y en las guerras e liberación del
Tercer Mundo. ¿Pero cuál es tema común de casi todas las
revoluciones
o
fenómeno
la
de
procesos
revolucionarios?
anarquía
o
la
Por
un
desintegración
lado,
social
el
que
amenaza la exitencia misma de la sociedad. Por otro lado, (y
a veces como consecuencia de lo primero) la concentración del
poder en mano de la nueva clase dirigente que instituye un
estado
autoritario.
La
soberanía
popular
suele
desembocar
luego del proceso revolucionario en la soberanía absoluta de
un partido único o de un dirigente vitalicio.(23) Los casos
del PRI en México ,de Fidel Castro en Cuba o del Partido
44
Comunista
en
China
constituyen
algunas
ilustraciones.
¿Cómo evitar esto? Algunos, o más bien casi todos, de los
observadores del fenómeno revolucionario son fatalistas: casi
siempre el grupo o el movimeinto revolucionario será llevado
a
establecer
un
“sujeto
común”
bajo
formas
autoritarias
porque el nuevo estado estará amenazado por todas partes.
Robespierre en Francia, Bolívar en Améria del Sur, Lenín en
Rusia, Mao en China, todos llegan en diferentes contextos a
conclusiones semejantes. Jean-Paul Sartre, en La crítica de
la
razón
dialéctica,
contradictorio
analiza
largamente
este
desenlace
de las revoluciones que comienzan con la
participación activa de todos los individuos y termina en la
hegemonía
de
un
soberano
absoluto
(Partido,
Dictador,
Estado).
83.
Los
partidarios
objetivo
histórico
e
del
estado
ideológico
absolutista
lo
que
convierten
puede
ser
bajo
determinadas circunstancias un recurso para mantener unido un
país o resistir una agresión. La experiencia contemporánea de
países como Argelia, Cuba, Tanzania, Nicaragua y de otros
estados
surgidos
independentistas,
fatalmente
el
en
muestra
ciclo
que
procesos
que
no
conduce
revolucionarios
es
de
la
necesario
disolución
o
repetir
de
un
régimen perimido al estado totalitario. A todos los efectos
(tanto desde el punto de vista de la consolidación de un
régimen revolucionario como desde el punto de vista de sus
posibilidades de resolver las demandas económicas y sociales)
nos parece que el reconocimiento de los diferentes “sujetos”
(individuos, grupos sociales, pueblos) así como la definición
precisa
de
los
roles
del
Estado
dentro
de
un
estado
de
derecho, puede permitir alcanzar con mayor éxito una sociedad
justa y equilibrada. Es lo que han estado tratando de lograr
45
los movimientos democráticos latinoaericanos en los 80 y en
los 90.
84. Los pueblos existen, tanto como los individuos y los
grupos sociales. La cuestión no es crear una jerarquía de
conceptos. La cuestión es reconocer las identidades a través
de las cuales se realiza la existencia de los seres humanos.
Para darle toda su dignidad a un indio hay que dársela a todo
su pueblo, para acordarle las libertades individuales a un
palestino
Podemos
hay
decir
que
reconocérselas
otro
tanto
de
a
todos
las
los
clases
palestinos.
marginadas
u
oprimidas. Una cuestión central en la teoría de los derechos
humanos
es
la
autonomía
de
los
individuos,
la
autodeterminación de los pueblos. Todo esto supone definir
los “sujetos”. Cuanto más avanzada es una sociedad en el
desarrollo
de
los
derechos
humanos,
más
se
percibe
la
diferenciación y autonomía de los diferentes actores sociales
y
políticos.
El
rol
del
Estado
no
sería
entonces
de
sustituirse a esos actores sino de crear las condiciones para
que
los
mismo
puedan
interactuar
en
busca
de
objetivos
comunes tales como la igualdad, el bienestar o la liberación.
46
NOTAS
(1)
RIGAUX, François, “Le droit, la libération des peuples
et
l´édification
d´un
nouvel
ordre
mondial”,
en:
La
Pensée, n.227, mai-juin 1982, p.70-71
(2)
RIGAUX,
François,
“Réflexions
en
vue
d´un
nouvel
instrumento international relatif au droit des peuples”,
en: Droits de solidarité – Droits des peuples, SaintMarin, 1983, p.106. El autor realiza en este artículo un
riguroso examen de la identificación del Estado con el
derecho internacional. Muestra por un lado la tendencia
a amalgamar Estado-Nación y, por otro lado, la verdadera
legitimación del orden jurídico a partir del “pueblo”
como sujeto.
(3)
Desde el punto de vista “occidental” ver: BUERGENTHAL,
Thomas (de.), Derechos humanos, derecho internacional y
el
Acuerdo
de
Helsinki,
Montevideo,
de.
Centenario,
1979. Ver el punto de vista soviético en KARTASHKIN, V.,
Droits de l´homme et coopération internationale, Moscú,
Agencia Novosti, 1977
(4)
Ver: SARTRE, J-P., “L´universel singulier”, en: JeanPaul
Sartre,
Situations
IX,
Paris,
Gallimard,
1972,
pp.152-190
(5)
Ver:
LEVI-STRAUSS,
Claude,
Antropología
estructural,
México, Siglo XXI, 1981, Cap. VIII: Raza e historia
47
(6)
Ver: GARAUDY, Roger, Pour un dialogue des civilisations,
Paris, Denoël, 1977
(7)
Ver: LADRIERE, Jean, Las enjeux de la rationalité. Le
défi de la science et de la technologie aux cultures,
Paris, Unesco-Aubier Montagne, 1977
(8)
Citado
por
Gustave
Thils,
Droits
de
l´homme
et
perspectives chrétiennes, Louvain-la-Neuve, Cahiers de
la Revue Théologique de Louvain, 1981, n.2, p.51
(9)
Ver: UNESCO, Enseignemen des droits de l´homme, Vol.II,
n.1, 1981, p.17
(10) Ver: CASSIRER, E., Individuo y cosmos en la filosfía del
Renacimiento, Buenos Aires, 1951; DILTHEY, G. Hombre y
mundo en los siglos XVI y XVII, México, Fondo de Cultura
Económica,
1944;
MARTIN,
A.,
Sociología
del
Renacimiento, México, Fondo de Cultura Económica, 1946
(11) MOSCOVICI, Serge, Essai sur l´histoire humaine de la
nature, Paris, Flammarion, 1968
(12) MONTAGU, Ashley, La naturaleza de la agresividad humana,
Madrid, Alianza Universidad, 1981
(13) CASANOVA, A., “Individualité, biographie, société”, en:
La Pensée, n.228, juillet-août 1982, pp.44-57
(14) Ver:
BURCKHARDT,
Jacob,
La
civilisation
de
la
Rennaissance en Italie, Lausanne, de. Gonthier, 1958,
p.102
48
(15) Citado por Lépold Génicot, Les lignes de faite du Moyen
Age, Tournai, Casterman, 1966, p.253
(16) Ver: A. Casanova, ob.cit., p.32
(17) RIGAUX, F., “Le
l´édification
droit, la libération desp euples et
d´un
nouvel
ordre
mondial”,
La
Pensée,
n.227, 1982, p.70
(18) Ver comentarios sobre los alcances de la Declaración de
Argelia en: A. Cassese; E. Jouve (directores), Pour un
droit des peuples, Paris, Berger-Levrault, 1978
(19) Droits de solidarité – Droits des peuples, ob.cit.
(20) F.
Rigaux,
“Remarques
générales
sur
la
Déclaration
d´Alger”, en: Pour un droit des peuples, ob.cit., p.46
(21) José Echeverría, “Le peuple comme communauté du manque.
Eléme nts pour une définition”, en Pour un droit des
peuples, ob.cit. p.95 ss.
(22) Ver:
KARTASHKIN,
Droits
de
l´homme
et
coopération
internationale, Moscú, Novosti, 1977, p.17
(23) Ver: Gérard Chaliand, Mythes révolutionnaires du tiers
monde, Paris, Seuil, 1979 y Carrère d´Encausse, Lénine,
la révolution et le pouvoir, Paris, Flammarion, 1979
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