Abogadas de su raza - Oficina del Alto Comisionado de la ONU

Anuncio
EL ESPECTADOR / JUEVES 26 DE MAYO DE 2011
12
~~~~~~~---------------------------------------------------------------------------------------------------
Colotnbia recibe elllbajadoresde ciencia
Por primera vez desde su creación, el Consejo de
Coordinación de la Comisión de Ciencia y Tecnología para
el Desarrollo Sostenible en el Sur (Comsats), una entidad
multilateral que impulsa el desarrollo de la ciencia,
realizará su reunión anual en un país latinoamericano.
Delegados de once países, embajadores, representantes
de Centros de Investigación en Latinoamérica, entre otros,
se qan cita desde hoy en el Hotel Sheraton de Bogotá, para
crear y reforzar vínculos internacionales que apunten al
fortalecimiento de los sistemas de ciencia y tecnología.
El año pasado, la organización eligió como su nuevo
presidente al colombiano Eduardo Posada Flórez,
presidente del Centro Internacional de Física que opera
en Bogotá. Posada ha sido uno de los principales
promotores de las políticas de ciencia y tecnología en el
país .
•
IV
Eduardo Posada, presidente la Comisión de Ciencia y
Tecnología para el Desarrollo Sostenible en el Sur. / Archivo
-----------
Indemnización por discriminación racial
Abogadas de su raza
La Corte Constitucional acaba de conceder la segunda tutela a favor de dos hermanas
afrodescendientes a quienes les negaron la entrada a una discoteca por su color de piel.
;(¡
DANIELLA SÁNCHEZ
Russo
Hace siete años cambió para
siempre la vida de Johana y Lena
Acosta Romero. Era la Navidad de
1004 y en compañía de algunos
amigos salieron a celebrar. Pero
en las discotecas La Carbonera y
.Qka-yito, con endebles argumentos les negaron el ingreso. Después supieron la verdadera razón: el color de su piel. Desde entonces libran una batalla jurídica
contra la discriminación racial,
que la Corte Constitucional acaba
de validar ordenando a un juez
que asuma sin dilaciones el trámite de liquidación por los perjuicios causados.
Johana tiene 27 años, su hermana 25. Ambas son abogadas y
hacen parte de una familia de
cuatro hermanos cuyos padres
son rectores de un colegio en Cartagena. Crecieron maravilladas
por las historias de sus abuelos. El
paterno, comerciante de tabaco,
finquero y donjuán del pueblo de
Sabana de Mucacal en San Onofre
(Sucre). El materno, cazador de
tigres, músico de banda y ganadero de María La Baja (Bolívar). Pero alguna vez Lena oyó a una
compañera de colegio decir que
no quería jugar con ella porque
era negra. Comprendió que vivían en un mundo menos grato.
Se educaron sin mayores necesidades, pero entendiendo que
aunque casi el 80% de su ciudad
tiene el mismo color de su piel
siempre han mandado represen-
tantes del 20% restante, de tez
clara. Era normal y nunca fue su
propósito explorar en los antecedentes de resistencia de su raza.
Pero lo sucedido en la Navidad de
2004, cuando ya eran estudiantes
de Derecho, las abocó al destino
que hoy encarnan. Interpusieron
tutela contra las dos discotecas
por los actos discriminatorios y
en octubre de 2005 la Corte
Constitucional les dio la razón.
Esa sentencia fue histórica y el
alto tribunal ordenó un procedimiento jurídico para que las dos
discotecas pagaran por los daños
cometidos. Y lo que parecía un camino expedito se volvió un sendero agreste. Después de muchas
dilaciones y casi cuatro años más
tarde, en febrero de 2009, un juez
fijó en cien salarios mínimos legales mensuales el dinero a pagar
por la discriminación a Johana y
Lena. Pero súbitamente otro juez
de Cartagena echó abajo la decisión bajo el argumento de que ya
había caducado el tiempo parareclamar la liquidación.
En ese momento, Johana y Lena ya eran otras. No sólo por la pelea que habían dado para reivindicar a muchos otros jóvenes de
su ciudad inmersos en el mismo
dilema, sino porque la decisión
del primer juez con la tasación
del pago desató en su contra una
ola de amenazas. "No van a vivir
para ver la plata", fue lo mínimo
que les advirtieron. Les enviaron
invitaciones a su propio sepelio.
Con apoyo del Ministerio del In-
terior, tuvieron que trasladarse a
vivir a Bogotá, donde reemprendieron su lucha, fortalecida por el
ejercicio de su profesión.
Johana se vinculó al Idepac en
el Distrito y Lena al Ministerio
del Interior. "No caímos en paracaídas ni fue un acto de asistencia
pública. Con conocimiento demostramos que teníamos condiciones como abogadas", recalcó
Lena Acosta. Y desde hace año y
medio lo demuestran. Pero más
allá de su desarrollo profesional,
tenían una pelea pendiente que
ellas mismas litigaron. Entonces
interpusieron una nueva tutela,
esta vez para que la Corte Constitucional hiciera respetar lo que
algunos jueces de Cartagena estaban eludiendo.
Esta semana, con ponencia del
magistrado Mauricio González,
la Corte Constitucional volvió a
darles la razón y le ordenó al juez
primero civil de Cartagena que en
48 horas emprenda el trámite del
incidente de liquidación de los
perjuicios contra las dos discotecas que discriminaron a las jóvenes. Además, que en quince días
debe existir una decisión final sobre el monto de los perjuicios. Un
fallo que, en criterio de las dos
abogadas, constituye una reivindicación de la comunidad afrodescendiente en Colombia.
Justo en el Año Internacional
del reconocimiento a las personas afrodescendientes, como lo
adoptó la Asamblea General de
las Naciones Unidas para 2001, el
fallo de la Corte Constitucional
llegó como anillo al dedo. Johana
y LenaAcosta lo asumen, más que
como una victoria, como un reto.
"No necesitamos ese dinero para
salir adelante y sabemos que no
será fácil concretarlo. Pero todo
lo que suceda es un buen ejemplo
para nuestra gente y un antecedente para que quienes crean que
pueden seguir discriminando, se
abstengan de hacerlo".
Por lo pronto, ambas quieren
seguir creciendo en conocimiento jurídico, pues sienten que aún
les falta una eventual maestría en
el exterior. Pero la tienen clara: no
se van a apartar de la lucha que
emprendieron en la Navidad de
2004. De hecho, ya las buscan
otras personas que se han sentido
discriminadas, para que las defiendan. Johana y Lena asumen
que apenas comienzan. Sólo
aguardan que cuando sean madres o constituyan familias, Colombia haya dado pasos convincentes para no volver a ser una sociedad excluyente .•
Descargar