luz o tinieblas - Apostol Alex Gonzalez

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LUZ O TINIEBLAS
INTRODUCCIÓN
Es necesario que cada hijo de Dios conozca la importancia acerca de este tema tan
controversial y discutido. Vamos a entender y a estudiar lo importante de la ubicación de cada
persona dentro del reino de Dios.
Debemos establecer los principios que determinan el desarrollo de cada creyente, sabiendo de
antemano, que podemos ocupar estados espirituales de bendición, o regresar al mismo lugar
de donde fuimos sacados.
DESARROLLO
Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Gn 1:4
Derivado del verso anterior podemos pensar que en un momento dado se puede encontrar a las
tinieblas mezcladas con la luz. De allí que en los hijos de Dios, puedan encontrarse áreas oscuras
dominadas por el diablo.
Notemos que la senda del justo es como la luz de la aurora Pro 4:18, lo cual quiere decir que
mientras llega al zenit aún no es plena y proyecta sombras o áreas de oscuridad.
Relacionadas con el dominio de la luz o las tinieblas en nosotros, debemos revisar las siguientes
situaciones:
1.
Echado a las tinieblas:
Dios aún no ha aniquilado al diablo, solamente lo echó de la luz, entregándolo a fosos de tinieblas
reservados para juicio 1 P 2:4, siendo las tinieblas para él un lugar de donde tampoco puede
escapar Job 15:30.
2.
Las tinieblas su dominio:
De esa manera, Dios permitió al diablo habitar en las regiones de tinieblas. De allí que cualquier
área oscura que tengamos es un lugar donde se puede albergar demonios. Las tinieblas son una
especie de región y estado espiritual donde el mal se mueve, un dominio del mal que causa
ceguera a sus cautivos 1 Jn 2:9-11.
3.
Al reino de la luz:
Cuando nos convertimos a Cristo, somos sacados del dominio de las tinieblas y llevados a la Luz
admirable de su Hijo amado 1 P 2:9. Esto es un primer traslado, de las tinieblas a la luz.
Notamos que andábamos en tinieblas Is 9:2, esto es, muertos en nuestros delitos y pecados,
viviendo de acuerdo al espíritu que gobierna en los hijos de desobediencia.
Pero cuando Cristo Jesús nos libera, nuestros ojos ya no tienen tinieblas sino han visto la luz, la
Palabra viva de Dios, lámpara a nuestros pies, por lo cual ya no caminamos en tinieblas sino
tenemos su Luz Jn 8:12.
4.
El pecado provoca tinieblas:
Cuando pecamos el área que está participando en pecado se oscurece, cuando pecamos
perdemos comunión con Dios y permitimos que haya tinieblas en nosotros 1 Jn 1:5-6. Esa área
de tinieblas seguramente será un escondedero para un demonio, no es que volvamos en su
totalidad al reino tenebroso, solamente se oscurece un área.
De allí que aquel que aborrece a su hermano, permite tinieblas en él, camina en tinieblas y sus ojos
han sido cegados por las tinieblas 1 Jn 2:9-11. Está ciego, habiendo visto la luz.
Cuando las tinieblas nos han cegado, necesitamos ministración.
5.
El aumento de las tinieblas:
Del punto anterior notamos que habiendo visto la luz, puede caerse en áreas de tinieblas. Esto es
un proceso creciente, gradual, que debe ser detenido por el cristiano con el poder del Espíritu
Santo.
Notemos:
a.
Pecamos y la luz se debilita:
Cuando pecamos la luz se debilita, si nos arrepentimos y ministramos el problema termina, la
sangre de Cristo nos limpia de todo pecado, tenemos comunión con la luz. Pero si no cambiamos
de actitud, caemos en manos de la iniquidad, somos inicuos, convivientes con las tinieblas,
permitimos en nosotros la oscuridad.
b.
Se inicia las tiniebla:
Cuando damos cabida en nosotros al pecado o a sentimientos que no vienen de Dios, como el
orgullo, comienza a haber tinieblas en nosotros. Por ejemplo: Pedro caminó sobre las aguas del
mar embravecido; Pedro recibió revelación del Padre sobre la identidad de Jesús como Mesías,
luego el Señor le ofreció las llaves del reino, Pedro entonces se llenó de orgullo.
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Entonces el diablo provoca en Pedro un primer problema. Notemos: lleva a Jesús aparte para que
no oyeran los demás, se creía el único y trata de disuadirlo de ir a la cruz, como resultado Jesús
reprende al demonio y a Pedro Mc 8:33. Vemos aquí una primera lección que Pedro no aprendió.
A la par del debilitamiento de la luz ya había tinieblas en Pedro.
c.
Jesús ruega porque no decaiga la fe:
Con las tinieblas también inició su acción el diablo, tenía permiso de Dios para influir en Pedro Lc
22:31. No es que el Señor quisiera que Pedro se fuera con el diablo, estaba permitiendo que lo
tocara.
Pedro era un grano de trigo, pero con cáscara todavía, dicho grano de trigo necesitaba ser limpio
de la basura. Es más, ese grano de trigo también debía morir para dar mucho fruto.
Jesús oró para que no decayera la fe de Pedro Lc 22:32.
Por eso, cuando pasamos problemas, muchas veces es para bien Rm 8:28.
d.
El diablo comienza a tomar dominio:
Pedro orgulloso, se enfrenta a la cohorte y corta la oreja a Malco Mc 14:27, luego sigue a Jesús y
entra en casa de Caifás y se sienta con los alguaciles. Notamos aquí que Pedro no tenía miedo.
Sin embargo ante la pregunta de la mujer joven si era de los de Jesús, negó Mt 26:70. Pedro no
negó por miedo, negó por la influencia que el demonio ya tenía en él.
En ocasiones, cuando ya tenemos tinieblas en nosotros es el diablo quien nos comienza a
gobernar, pues aquel que hace el pecado es esclavo del pecado y el esclavo no hace su voluntad,
sino la voluntad del que le domina Jn 8:34.
e.
Al principio la luz se debilita:
Notamos que la comparación de Pedro con los que andaban con Jesús, es porque se le parecía a
Jesús, tuvo que besarlo Judas para distinguirlo de los discípulos Mc 14:44-46. Hay mucho parecido
entre Jesús y sus discípulos. Y es que Pedro aquí todavía tenía luz, pero ya no dominaba en su área
de pecado, el orgullo.
Notemos: Jesús dijo que todos se escandalizarían de Él y le dejarían, Pedro respondió: yo jamás,
luego agregó: Iría contigo hasta la muerte Mc 14:29, lo cual se le cumplió porque era Pedro, el
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grano de trigo, que estaba muriendo junto con Jesús.
Pedro estaba dominado por el orgullo.
f.
La luz se sigue debilitando:
Pedro salió al portal y otra sirvienta dijo: Éste estaba con Jesús el nazareno Mt 26:71. Pedro, por
influencia del mal, ahora no sólo niega sino jura: Yo no conozco a ese hombre Mt 26:72. El
dominio de las tinieblas estaba aumentando.
Notemos como avanza la oscuridad, ahora el diablo tiene más dominio, sin embargo a Pedro aún
se le miraba la luz por dentro.
g.
Las tinieblas dominan:
Notamos que antes de ésta última negación, Pedro aún tenía luz aunque débil, porque lo
distinguían por la forma de hablar.
Ahora es un grupo de hombres el que le reconoce como seguidor de Jesús. Pero ahora las tinieblas
han dominado ya y Pedro no solamente niega y jura no conocer a Jesús, también maldice Mt
26:73. Pedro dominado por las tinieblas dijo: No conozco a ese hombre Mt 26:74.
Las tinieblas avanzaron en Pedro en un proceso gradual:
Primero: negó conocer a Jesús fingiendo que no sabía de qué le hablaban.
Segundo: negó conocer a Jesús con juramento.
Tercero: negó conocer a Jesús con juramento y comenzó a maldecir, juró en falso y lanzó
maldiciones desconociendo a Jesús.
A este momento Pedro era un apóstata, dominado por las tinieblas, la luz se había apagado.
h.
El canto del gallo:
No había terminado de hablar Pedro cuando cantó el gallo cumpliéndose la profecía de Jesús Lc
22:60. El gallo era tenido como un animal inmundo y aquí figura a espíritus del mal que se
encargan de acusarnos cuando hemos caído bajo dominios de tinieblas.
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i.
La luz iluminó nuevamente a Pedro:
Pedro y Jesús estaban colocados en tal posición que permitía que Pedro y Jesús se vieran. Al
terminar de cantar el gallo Jesús acertó a ver a Pedro que también lo miraba. Entonces por los
ojos de Pedro entró la luz del mundo, Jesús, Jn 8:12 y se recordó de la Palabra del Señor, dentro de
él comenzaba a encenderse nuevamente la luz.
j.
La luz vence a las tinieblas:
Al entrar la Palabra de Dios a Pedro y brillar dentro de él, Pedro recordó las palabras de Jesús y vio
la magnitud de su pecado.
Como resultado:
Pedro salió del lugar Lc 22:62, lo cual representa un cambio de actitud abandonando las
situaciones que nos hacen pecar y estar bajo el dominio de las tinieblas.
Lloró amargamente Lc 22:62, en cuya actitud se hace patente su arrepentimiento genuino
por el pecado cometido, la traición contra su maestro y salvador.
k.
De orgulloso a humilde:
En las partes anteriores vemos que Pedro padecía de un área de orgullo, la cual fue aprovechada
por Satanás para llenarle de tinieblas. Sin embargo, Pedro cayó de su trono estrepitosamente al
negar a su maestro, con lo cual se despedazó su orgullo, pero no se suicidó como Judas sino que se
entristeció y lloró amargamente, con lo cual su arrepentimiento venido de Dios, lo condujo a la
vida.
Luego tuvo que soportar el bochorno antes los discípulos pues regresó junto a ellos.
Como resultado de la oración de Jesús en favor de Pedro, éste no pereció sino se reincorporó a los
discípulos, pero ya no era Pedro el orgulloso y hábil, sino Pedro el humilde, cauto para hablar;
nuevamente estaba lleno de luz.
CONCLUSIONES
Necesitamos entender que existe una separación entre la luz y las tinieblas, nosotros como
hijos, debemos habitar y permanecer en el reino de la luz a donde fuimos trasladados el
día que conocimos a Jesús.
Debemos tener mucho cuidado con nuestro comportamiento y con nuestras actitudes, ya
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que podemos abrir puertas para la intromisión de espíritus inmundos que pueden influir
en nosotros, haciendo que cambiemos y tomemos direcciones equivocadas.
Jesús ruega por nosotros para que no decaiga nuestra fe, eso nos da la oportunidad que la
luz vuelva a brillar en nosotros y que podamos cambiar esas actitudes que no le agradan a
nuestro Padre celestial.
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