03366-01-2009

Anuncio
SEGURO DE VIDA GRUPO DEUDORES, DESIGNACIÓN DE BENEFICIARIO A
TÍTULO ONEROSO
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. M. P. Jaime Alberto Arrubla Paucar.
Sentencia del 5 de octubre de 2009. Expediente C-1100131030052002-03366-01.
Síntesis: La hipótesis planteada sugiere, de una parte, que todo gira alrededor de un seguro
de vida grupo deudores, y de otra, la designación de un beneficiario a título oneroso.
Igualmente, que al efectuarse el pago del seguro al acreedor de las obligaciones insolutas
garantizadas, como consecuencia de la realización del riesgo asegurado, la muerte del
deudor, por personas distintas de la sociedad aseguradora, esto significa que así ese pago lo
hubiere realizado el cónyuge y los herederos del causante, inclusive con activos de la
sucesión, las obligaciones que se pagaron fueron las de aquélla y no las de esta última.
«(…)
CONSIDERACIONES
1.- Ninguna polémica se presenta en torno a la existencia del contrato de seguro de vida grupo
deudores, a la calidad de tomador y beneficiario del mismo a título oneroso de (…), y al
acaecimiento del siniestro, el fallecimiento del asegurado, señor (…). Tampoco que los
demandantes, en su condición de cónyuge sobreviviente e hijos del causante, pagaron, con
bienes de la sucesión, las deudas amparadas que éste tenía con la mentada sociedad.
De otra parte, para el Tribunal también era claro que los actores, en la condición dicha, se
encontraban legitimados en causa, en términos generales, porque acaecido el siniestro, la
muerte del deudor, las obligaciones a su cargo se “extinguían”, pues en virtud del seguro de
vida de que se trata, se trasladaban a la aseguradora, razón por la cual “no era del caso” que
hubieren pagado la prestación. Empero, como hicieron el pago y a la vez eran cesionarios del
acreedor, les atribuyó la calidad de subrogatorios legales y convencionales, después de
negarles la calificación de “beneficiarios directos a título gratuito”, puesto que como el seguro
iba a la par con el saldo insoluto de la deuda, no existían remanentes para distribuir.
2.- Ahora, como el sentenciador reconoció la excepción de prescripción ordinaria de las
acciones derivadas del seguro en cuestión, sobre la base de considerar a los demandantes
como subrogatarios legales y convencionales del beneficiario del mismo a título oneroso, esto
no sólo suponía la vigencia de la póliza de seguro, sino también que los recurrentes aceptaban
que, en esa posición, el término extintivo de dos años se computaba a partir de la muerte del
asegurado.
Los demandantes atacan la calificación que de subrogatorios legales y convencionales les
asignó el sentenciador. También reclaman la condición de “beneficiarios supletivos” del
seguro. La Corte primero abordará el estudio de esto último, porque aparte de proponerse así
por los recurrentes, al decir que “antes” de “atribuirles” la calidad de subrogatarios, el
Tribunal debió tenerlos como “beneficiarios supletivos”, cuentan el término de prescripción a
partir de cuando dicen adquirieron esta última posición. Además, porque miradas bien las
cosas, según la demanda, la legitimación en causa por activa no la hicieron surgir del
fenómeno de la subrogación, sino del hecho de ser “beneficiarios en su carácter de cónyuge y
herederos” del asegurado y a la vez “cesionarios” del beneficiario de los “derechos de
reclamación derivados de la póliza”.
3.- Encauzada la acusación por la vía directa, se entiende que respecto de la posición de
“beneficiarios supletivos” de los demandantes, contemplada en el artículo 1142 del Código de
Comercio, el Tribunal subsumió los hechos en la hipótesis del artículo 1144, ibídem, al decir
que carecían del derecho a reclamar contra la aseguradora, pues como el seguro había sido
tomado para amparar el saldo insoluto de la deuda a cargo del asegurado fallecido, no existían
excedentes que pudieran ser entregados a la cónyuge sobreviviente y a los herederos como
“beneficiarios directos a título gratuito”.
El error, entonces, se circunscribe a la calificación jurídica de los hechos, porque en la
“condición vigésima” de la póliza, sustento de la legitimación en la causa por activa, se
estipuló que en el evento de ocurrir el “fallecimiento del asegurado sin que se haya designado
beneficiario, o la designación se hiciere ineficaz o quedare sin efecto por cualquier causa
(…), serán beneficiarios: el cónyuge del asegurado en el 50% del seguro y los herederos
legales del asegurado en el otro 50%”, previsión que indiscutiblemente se refería al artículo
1142, citado, según el cual “Cuando no se designe beneficiario, o la designación se haga
ineficaz o quede sin efecto por cualquier causa, tendrán la calidad de tales el cónyuge del
asegurado, en la mitad del seguro, y los herederos de éste en la otra mitad”.
4.- Frente a lo anterior, en la tesis del cargo, el pago del saldo insoluto de la deuda a cargo del
asegurado fallecido, por parte del cónyuge sobreviviente y sus herederos, no con sus propios
medios, sino con recursos provenientes de la herencia, dejaba sin efecto la designación del
acreedor como beneficiario del seguro de vida grupo deudores a título oneroso, de donde al
desaparecer este último, como consecuencia de haber visto satisfecho su interés, y al no
haberse extinguido la obligación del asegurador, cobraba vigencia la aplicación de la norma
transcrita.
La hipótesis planteada sugiere, de una parte, que todo gira alrededor de un seguro de vida
grupo deudores, y de otra, la designación de un beneficiario a título oneroso. Igualmente, que
al efectuarse el pago del seguro al acreedor de las obligaciones insolutas garantizadas, como
consecuencia de la realización del riesgo asegurado, la muerte del deudor, por personas
distintas de la sociedad aseguradora, esto significa que así ese pago lo hubiere realizado el
cónyuge y los herederos del causante, inclusive con activos de la sucesión, las obligaciones
que se pagaron fueron las de aquélla y no las de esta última.
Lo trascendente es que el beneficiario del seguro a título oneroso no sufrió la pérdida de su
derecho a la prestación asegurada, porque al fin de cuentas fue cubierto por razón del seguro,
pues de no ser así, los demandantes no habrían esgrimido ese mismo contrato como
fundamento de las pretensiones. En esa medida, al obtener la satisfacción de su interés, la
designación de beneficiario de (…) no pudo quedar ineficaz o sin efecto y, como
consecuencia, vacante, para que esa calidad pudiera ser suplida o llenada por el cónyuge y los
herederos del asegurado fallecido, puesto que frente al pago que realizaron a quien desde el
comienzo tenía la calidad de beneficiario, no podían ocupar lo que no fue desplazado.
Por esto, la Corte tiene explicado que la objeción a la reclamación y el pago de las deudas por
los herederos del causante, son circunstancias que no están “legalmente llamada[s] a producir
la ineficacia de la designación de un beneficiario dentro de un seguro de personas y que,
correlativamente, no pudiéndose hablar de ineficacia de tal designación, resulta abiertamente
improcedente la inclusión de unos beneficiarios supletorios, en los términos del artículo 1142
del Código de Comercio, pues no puede olvidarse que la primera situación -ineficaciaconstituye un presupuesto insoslayable para que pueda generarse la consecuencia prevista
por la norma. (cfr. art. 897 C. de Co.)”1.
Esto, por supuesto, no significa dejar al asegurador liberado de su prestación, porque en el
evento de que los terceros hubieren solucionado, con sus propios bienes, las obligaciones que
tenían su génesis en la realización del riesgo asegurado, simplemente se presentaría un cambio
1
Sentencia 147 de 17 de octubre de 2006, expediente 1996-00059.
de beneficiario del seguro, legal o convencional, según fuere el caso, y no el desplazamiento
del mismo, que es algo totalmente distinto. Ahora, si pagaron por error, creyendo que eran
deudores, igualmente gozarían de la acción de repetición del pago de lo no debido.
Es más, en el caso de no haber pagado nada, el cónyuge y los herederos también se encuentran
legitimados para solicitar, judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento del contrato de
seguro, todo a favor del beneficiario del mismo, cuando éste obra a su antojo, ante la
“paciencia, aquiescencia, pasividad o tolerancia”2, porque como en el mismo antecedente se
anotó, esas actitudes causan de “rebote un perjuicio en el patrimonio del causante y a su turno
en el de la herencia y sociedad conyugal”.
5.- En consecuencia, como los demandantes no podían invocar la calidad de “beneficiarios
[supletivos] en su carácter de cónyuge y herederos” del asegurado, según lo afirmaron en la
misma demanda, el Tribunal, al dejar de considerarlos como tales, no pudo incurrir en los
errores que respecto de ese específico tema se denuncian.
La Corte, por lo tanto, se ve relevada de estudiar si aunado a la muerte del deudor asegurado,
el término de prescripción se computaba a partir de cuando el cónyuge sobreviviente y los
herederos del causante adquirieran la posición de “beneficiarios supletivos”. Esto, porque en
los términos del cargo, el análisis de la cuestión se supeditaba a que fueran considerados en
esa condición, pero ante la respuesta negativa, el hecho condicionante para el efecto no se
estructura.
Por lo demás, si la ley suple la voluntad del tomador o asegurado cuando no se designa
beneficiario o ésta resulta ineficaz o sin efecto, no se ve razón para dar trato diferente a
quienes eventualmente serían llamados a suplir la vacante. De ahí que en concordancia con la
doctrina, en los seguros de vida, en cuanto efectivamente ello suceda, la “vocación del
cónyuge o de los herederos del asegurado a la prestación asegurada, en la hipótesis del art.
1142 (inc. 1º) (defecto de beneficiario contractual o ineficacia de su designación), se entiende
interpretación de la voluntad presunta del tomador-asegurado. Y siendo así, estos
beneficiarios gozan de igual derecho que si hubieran sido expresamente designados. Corre,
por tanto, contra ellos la prescripción del art. 1081 con sus modalidades y condiciones. E
igual ocurre, a fortiori, en la hipótesis del inc. 2º del art. 1142, con ‘los herederos del
asegurado’ genéricamente designados como beneficiarios del seguro”3.
6.- En lo que resta del cargo, los recurrentes critican la calificación que de subrogatarios,
legales o convencionales, les atribuyó el Tribunal. La Corte, sin embargo, no tiene necesidad
de abordar el fondo de esa cuestión, porque lo que reclaman los recurrentes es el cómputo del
término de prescripción a partir de cuando adquirirían la posición de “beneficiarios
supletivos”.
Luego, al no ostentar en el caso esa condición, la base de la acusación cae por su propio peso,
inclusive en el evento de que fuere desacertada esa otra decisión, porque en el cargo no se
reprocha que aún en la condición de subrogatarios de los demandantes, el término de
prescripción se cuenta desde el conocimiento presunto que tuvieron de la muerte del
asegurado, como lo concluyó el Tribunal.
7.- El cargo, en consecuencia, no es de recibo.
DECISIÓN
2
Cfr. Sentencia 195 de 28 de julio de 2005, expediente 1999-00449.
3
OSSA G. J. EFREN. Teoría General del Seguro, Editorial Temis, 1989, p. 448.
Por lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia de 25 de enero
de 2008, proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Civil, en el
proceso ordinario de (…), (…) y (…) contra (…)
Las costas del recurso corren a cargo de los demandantes recurrentes. Tásense.
Cópiese, notifíquese y devuélvase el expediente al Tribunal de origen para lo pertinente.
(…).»
Descargar