BOLETIN DE SEGURIDAD No.03-2011 PRIMEROS CONCEPTOS SOBRE SEGURIDAD (II) Augusto Barón Jiménez Jefe del Departamento de Seguridad Integral Registro Nacional de las Personas A partir de los análisis externos sobre los incidentes, se ha determinado que la mayor fuente de daños se debe al error humano. En más de una ocasión las personas no siempre hacemos o reaccionamos de manera segura. Lo anterior puede deberse a un exceso de confianza pensando que “nada va a pasar”, “siempre se ha realizado de esa manera” o “ya lo había hecho y nada pasó”. Entonces, estamos dejando inadvertida la característica escencial de la Seguridad como es la prevención. Ahora surge la gran pregunta: ¿cómo puedo ser consciente de mi propia seguridad o la de mis compañeros? La respuesta está ligada al principio de la Seguridad Compartida, la cual se establece en que trabajamos con otras personas y, por lo tanto, no estamos solos. Básicamente se reduce a “si yo cuido de ellos, ellos cuidaran de mí”. Se trata de saber “ver los riesgos” para eliminar las amenazas y de generar una propuesta para hacer el trabajo en conjunto de forma segura, es decir que actuemos todos con prevención. Al estar atentos a nuestro entorno, nos aseguramos de identificar las amenazas a las que estamos expuestos, así como aquellas vulnerabilidades latentes que nos ponen en riesgo y, entonces, hago mía esa situación de peligro. Es decir que sin esperar a que suceda el PARO percance, evalúo y reacciono de manera segura. Un ejemplo cotidiano que se da en nuestras instalaciones es: al detectar el papelito que está en medio del pasillo noto un peligro de resbalar, procedo a levantarlo y después lo llevo a depositar en el basurero; con PIENSO esa acción estoy evitando que alguien más resbale por él y se elimina la amenaza. Para estar consciente de los peligros que nos rodean y se mitiguen las reacciones por instinto, se hace necesaria una herramienta personal que nos guíe en la toma de la decisión segura. Esta respuesta se encuentra en la aplicación de una evaluación personal de seguridad, la cual se compone de tres momentos: 1) PARO, 2) PIENSO y 3) ACTÚO. Para memorizarla, tratemos de recordar conscientemente los pasos que usamos al cruzar una calle: me detengo en el borde de la acera (PARO: me doy cuenta que estoy ante una amenaza: que me atropelle un auto), evalúo si es seguro el paso (PIENSO analizando los alcances, demás riesgos y las posibles soluciones para escoger la opción más segura: confirmo que no venga auto a ambos lados) y cruzo hasta la otra acera teniendo las precauciones debidas (ACTÚO ejecutando la acción de forma segura). Después de años de continua repetición de cruzar una calle hace que ahora lo hagamos naturalmente y automáticamente, se volvió un hábito. ACTÚO Al adoptar esta herramienta en el trabajo y hacerla parte de nuestra vida, lograremos una gran diferencia en la manera de analizar nuestro alrededor. Así como detectar con anticipación las situaciones que puedan afectarnos. Ahora bien, el concepto de PIENSO está sujeto concretar una solución a ese peligro percibido mediante la aplicación del conocimiento sobre el proceso en cuestión, o bien establecer una relación consecuente con la Ley, contar con el apoyo de un perito u otros hechos que aseguren tomar la correcta decisión. Si duda en hacerlo de forma segura, no lo haga; tómese el tiempo prudencial para encontrar la solución con superiores, así como revisar las reglas y normativas existentes. Trabajar con seguridad y responsabilidad deben ser las consejeras en la construcción de la cultura de prevención entre los empleados del Registro Nacional de las Personas. Esta conducta servirá para tomar las mejores decisiones y ayudaran a rectificar zonas grises en los procedimientos. Recuerda hacer tu evaluación personal de seguridad, siempre. © Todos los Derechos Reservados para el REGISTRO NACIONAL DE LAS PERSONAS de HONDURAS - Noviembre 2011