LA EXTINCIÓN DE LOS CONTRATOS DE DISTRIBUCIÓN Y AGENCIA COMO PRESUPUESTO DE LA INDEMNIZACIÓN POR CLIENTELA Mª ROSA TAPIA SÁNCHEZ Profª Titular I. de Derecho Mercantil Universidad Rey Juan Carlos I. INTRODUCCION La aplicación analógica de la indemnización por clientela a favor del agente (art. 28 de la Ley 12/1992, de 27 de mayo, sobre el Contrato de Agencia –LCA- a los contratos de distribución se sigue abriendo camino en el derecho español. El 20 de diciembre de 2005 los Magistrados de la Sala Primera del Tribunal Supremo reunidos en Junta General adoptaron un acuerdo en relación a los contratos de distribución y la tan discutida aplicación analógica del citado art. 28 LCA. Los términos del «Acuerdo» alcanzado por los Magistrados son «no procede en términos generales la aplicación analógica del art. 28 de la Ley del Contrato de Agencia a ningún otro supuesto ni puede resultar automática su aplicación a contratos tales como concesión, distribución y similares. No obstante, los criterios que dicho artículo establece resultarán aplicables cuando exista identidad de razón, esto es, la creación de clientela y su existencia, generada por quien solicita la indemnización, que resulte de aprovechamiento para el principal, examinándose en todo caso de quién resulta ser el cliente». Aunque a primera vista la decisión de los Magistrados del Tribunal supremo parece rechazar la aplicación del art. 28 LCA a los contratos de distribución, las líneas siguientes del Acuerdo sostienen la aplicación analógica del referido precepto cuando exista «identidad de razón», apreciándose ésta cuando el distribuidor haya creado clientela y la clientela creada resulte de aprovechamiento para el fabricante o principal. La mera extinción del contrato de distribución no implica, en ningún caso, la automática aplicación del referido art. 28 LCA, aunque sí abre el camino a favor del agente o distribuidor para reclamar la compensación por clientela siempre y en la medida en que estén presentes el resto de presupuestos materiales. Ahora bien, la jurisprudencia se muestra inflexible con la exigencia de una prueba estricta de estos presupuestos. Siguiendo este mismo criterio, la Propuesta de Anteproyecto de Ley de Contratos de Distribución, publicada por el Ministerio de Justicia con fecha 1 de febrero de 2006 (en adelante PALCD) ofrece en su Título V una regulación de la extinción del contrato de distribución que se asemeja bastante a la del contrato de agencia, en lo que se refiere a las causas de extinción del contrato. En cuanto a la compensación por clientela, su reconocimiento se somete a la existencia de pacto previo entre las partes, y a la verificación de ciertos presupuestos que, si bien en esencia son los tradicionales del contrato de agencia, en el régimen proyectado se configuran con un mayor grado de objetividad, al exigir que los presupuestos de la indemnización se verifiquen, por ejemplo, mediante la entrega de un listado de clientes, o la existencia de un pacto de no competencia, elementos que facilitarán en gran medida la prueba de la existencia de los citados presupuestos señalados en la Ley. En esta línea resulta particularmente interesante la sentencia del Tribunal Supremo de 22 de junio de 2007 que contesta a aquellas 1 opiniones discrepantes en relación a esta aplicación analógica. La resolución, resaltando la idéntica función económico-social que cumplen la agencia y la distribución, pues en ambos casos se busca la promoción de la presencia de los productos del principal en el mercado; para a continuación sostener la concurrencia de los presupuestos que permiten la aplicación analógica de la norma. La extinción representa el punto final del sistema de organización de intereses establecido entre las partes y el agotamiento de las relaciones de cooperación existente entre ellas; constituyendo una de las cuestiones de mayor litigiosidad, tanto si va referida al contrato de agencia como en todo el sector de los contratos de distribución en general, dada la presencia de importantes intereses económicos por parte de los sujetos que intervienen en estos contratos. Por ello, no es casual que casi la tercera parte de los preceptos de la Ley de Agencia se dediquen a regular la extinción del contrato y sus consecuencias. La elevada litigiosidad de la materia en la extinción del contrato explica el interés del tema y su examen detenido en este trabajo. II. EXTINCION TOTAL DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA El art. 28 LCA exige la extinción del contrato como requisito formal y previo para la concesión de la indemnización, resultando indiferente a tal efecto que se trate de un contrato de duración determinada o de duración indefinida. Por ello, el agente tiene derecho a la indemnización por clientela aún cuando el contrato se hubiese pactado por un plazo concreto que haya sido íntegramente respetado por las partes. No obstante, como cualquier otra relación obligatoria duradera o de tracto sucesivo, en los contratos de distribución debe entenderse que, salvo pacto en contrario, la extinción se produce ex nunc y, por consiguiente sin retroactividad, de manera que las operaciones ya ejecutadas por el agente o distribuidor así como las comisiones devengadas, quedan efectivamente consolidadas. De la misma manera, los deberes de prestación que estuvieran todavía pendientes deberán ser concluidos en sus propios términos1. En general, resultará indiferente a los efectos de solicitar la compensación por clientela, la causa de la extinción del contrato, procediendo ésta en cualquier caso, salvo las excepciones previstas en la propia ley (art. 30 LCA). Ahora bien, la ley exige que la extinción del contrato sea total, esto es, la terminación definitiva de las relaciones obligatorias existentes entre las partes. Y puesto que estamos ante una relación obligatoria continuada y estable2, la extinción no podrá llevarse a cabo de la misma manera en que se extingue una obligación como vínculo simple3. No bastará por ejemplo, con la satisfacción de un derecho de crédito nacido a favor del agente o distribuidor para que pueda darse por finalizada la relación obligatoria existente entre las partes. Con el pago de la comisión adeudada al agente únicamente se habrá satisfecho por el empresario uno de los múltiples derechos de crédito que componen la relación obligatoria, al tiempo que se produce la 1 DIEZ PICAZO, L., Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, II, Las relaciones obligatorias. Madrid, 1993, pág. 893. 2 No obstante, una obligación continuada y estable puede existir aunque el contrato tenga una duración breve. De hecho, en la Exposición de Motivos de la LCA (apartado 2º, punto 4º) se señala que «el contrato de agencia exige permanencia y estabilidad: es un contrato de duración… y tan permanente es una agencia por tiempo indeterminado como una agencia por uno o varios años». MOXICA ROMÁN, J., La Ley del contrato de agencia. Navarra, 2000, págs. 163 y 164. 3 La obligación como vínculo simple se extingue por alguna de las causas del art. 1156 CC.: por la pérdida de la cosa debida; por la condonación de la deuda; por la confusión de derechos de deudor y de acreedor; por la compensación y por la novación. Al respecto, DIEZ-PICAZO, L., Fundamentos…Cit., pág. 887 y ss. 2 extinción liberatoria del deber de prestación correlativo al derecho de crédito, pero no por ello debe tenerse por extinguida la relación de colaboración que existía entre las partes. La exigencia de extinción total hace que resulte difícil que pueda concederse la indemnización por clientela en determinados supuestos que impliquen una simple extinción parcial del contrato, como puede ser la reducción de la zona o territorio en que opera el agente o distribuidor, reducción de la gama de productos o de la cartera de clientes confiados al agente, retirada de la exclusiva, etc…). Se trata de situaciones en que por voluntad del empresario, el agente o distribuidor se ve privado de una clientela previamente adquirida, sin que exista ningún tipo de remuneración específica por este hecho. Ante tales situaciones no será posible reconocer una indemnización por clientela parcial, pues se contradice el tenor literal del art. 28 LCA; pudiendo únicamente ser tenidas en cuenta en el momento final del contrato, a fin de contabilizar todos lo clientes aportados por el agente al activo común a lo largo de la vida contractual4. Ahora bien, no hay que olvidar que para todas estas situaciones, el agente podrá negarse a admitir modificaciones contractuales realizadas por voluntad unilateral del empresario, salvo que éste se haya reservado esta facultad en el contrato o concurran circunstancias de necesidad excepcionales, como cambios en las condiciones del mercado. Lo contrario constituirá un incumplimiento del contrato por parte del empresario, que dará derecho al agente a denunciarlo inmediatamente sin necesidad de observar preaviso y conservando el derecho a obtener una indemnización por clientela. En el supuesto de que la actuación del agente se lleve a cabo por medio de subagentes surge el problema de determinar en qué circunstancia tiene lugar la completa extinción de la relación obligatoria de agencia, cuando a su vez el agente está vinculado por una relación de subagencia. La actuación por medio de subagente implica la intervención de un tercero independiente, estableciéndose entre éste y el agente una segunda relación obligatoria de agencia de la que no es parte el empresario principal. No obstante, se producen interferencias entre la relación obligatoria de agencia y la de subagencia, así como entre la extinción de una y la de otra5. De esta manera, si se produce la extinción del contrato de agencia, ésta circunstancia conllevará irremediablemente a la extinción de la relación de subagencia por desaparición del objeto del contrato. Podría, no obstante, persistir el vínculo obligatorio agente-subagente en relación a otros posibles contratos de agencia que se encuentren en curso. Por el contrario, la extinción del contrato de subagencia durante la vigencia del contrato principal de agencia, no ha de llevar irremediablemente a la extinción de este último, pues no por ello desaparece el objeto del contrato de agencia, pudiendo el agente a partir de este momento desarrollar la actividad de promoción por sí mismo o encomendar esta situación a un nuevo subagente, ya sea dependiente o independiente. También podrá el subagente obtener una compensación por clientela del agente cuando la relación que unía a ambos haya quedado totalmente extinguida, es decir, cuando el subagente ya no ostente ninguna representación del agente. Dicha compensación habrá 4 Los casos que podrían denominarse de extinción parcial han sido detenidamente MARTÍNEZ SANZ, F, quien diferencia toda una gama de situaciones en que se puede encontrar el agente. La indemnización por clientela en los contratos de agencia y concesión. Madrid, 1998. pág. 135 y ss. 5 Como afirma MARTÍNEZ SANZ, F., dados los términos en que se halla concebida la subagencia en derecho español, ha de considerarse que se encuentra de tal suerte ligada al contrato principal de agencia, que las vicisitudes de éste –entre ellas la extinción- afectan de manera directa y en igual medida a aquélla. La indemnización…Cit., pág. 144; MOXICA ROMÁN, J., La ley del contrato…Cit., pág. 80 y ss. 3 de ser reclamada del agente, nunca del empresario principal, puesto que este último en ningún momento es partícipe de la relación obligatoria de agencia que une a agente y subagente. En consecuencia, el subagente tendrá derecho a recibir una compensación por clientela del agente siempre que, además de la extinción total de su relación obligatoria, concurran los presupuestos materiales de la indemnización por clientela, para cuya valoración y prueba puede encontrarse con algunas dificultades6. Incluso tendrá derecho el subagente a obtener una indemnización por clientela del agente en los supuestos en que la denuncia del contrato principal haya tenido lugar por denuncia unilateral y sin justa causa del agente, quedando por este motivo privado el agente de la posibilidad de obtener indemnización por clientela. Este hecho, por sí solo, no debiera eximir de pagar al subagente la correspondiente indemnización, aún cuando en este caso no sea posible apreciar el presupuesto material de que la actividad anterior del subagente sea susceptible de seguir produciendo ventajas sustanciales al empresario. La obligación del agente de hacer frente a la compensación del subagente podría en este caso estar fundamentada en la doctrina de los actos cometidos en abuso de derecho, conforme al art. 7.2 CC. 7. III. ANÁLISIS DE LOS SUPUESTOS EXTINTIVOS DE LOS CONTRATOS DE DISTRIBUCIÓN DESENCADENANTES DE LA INDEMNIZACIÓN POR CLIENTELA. No pretendemos llevar a cabo un análisis del conjunto de todas las causas de extinción que operan en los contratos de distribución8, sino únicamente de aquéllas susceptibles de desencadenar un derecho a recibir indemnización por clientela a favor del agente o distribuidor tras la extinción de la relación obligatoria. A tales efectos, habremos de tener en cuenta tanto las causas generales de extinción de las obligaciones –ex art. 1156 CC.-, como las causas particulares de extinción contenidas en la LCA, haciendo además alusión a los particulares supuestos de exclusión del derecho a la indemnización delimitados por el art. 30 LCA. A la vista de lo anterior podemos adelantar que, el agente o distribuidor tendrá derecho a la indemnización por clientela, en primer lugar, cuando el contrato se extinga por llegar a su término, en los contratos de duración determinada; en segundo lugar, cuando el contrato se extinga por denuncia unilateral de cualquiera de las partes, siempre que el agente o distribuidor haya cumplido sus obligaciones legales y contractuales de acuerdo con el principio de lealtad y buena fe, incluidos aquéllos supuestos en que la 6 En efecto, advierte MARTÍNEZ SANZ, F, una dificultad de prueba en relación al requisito de que la actividad anterior del subagente sea susceptible de seguir produciendo «ventajas sustanciales» al empresario… En el caso que nos ocupa estas ventajas sustanciales han de venir referidas, no al empresario, sino al agente. Este requisito será relativamente fácil de apreciar en aquéllos casos en que el agente ponga fin al contrato de subagencia, persistiendo el contrato principal con el empresario. En el caso de que sea la extinción de este último contrato la que ponga fin a la relación de subagencia y el agente reciba una indemnización por clientela, se ha sostenido que esta circunstancia, por sí sola, ya constituye una ventaja, abriéndose, en consecuencia, la posibilidad de reclamar la compensación por clientela por parte del subagente. La indemnización…Cit., pág. 146. 7 Este mismo argumento del abuso de derecho ha sido utilizado por nuestro T.S. en sentencia nº 965/2004, de 13 de octubre, al decidir la procedencia de la indemnización por clientela a favor de un concesionario, pese a que el concedente –que a su vez era agente de otro empresario- había renunciado a todos sus derechos indemnizatorios. 8 Un análisis pormenorizado de las causas de extinción del contrato de agencia lo Ofrece LARA GONZÁLEZ, R., Las causas de extinción del contrato de agencia. Madrid, 1998; LLOBREGAT HURTADO, M.L., El contrato de agencia mercantil. Barcelona, 1994, pág. 195 y ss.; MOXICA ROMÁN, J., La ley del contrato…Cit., pág. 163 y ss. 4 denuncia unilateral del contrato obedezca a una justa causa. El art. 28 LCA hace referencia expresa al supuesto de indemnización por clientela en caso de que el contrato se extinga por muerte o declaración de fallecimiento del agente o distribuidor, si bien la indemnización en este caso, corresponderá a los herederos del causante, según las normas sobre sucesión legítima o testamentaria. También procederá en caso de muerte o declaración de fallecimiento del empresario, cuando lo denuncien sus sucesores respetando el plazo de preaviso preceptivo, y cuando la terminación del contrato esté motivada por la declaración de concurso de cualquiera de las partes. La Propuesta de Anteproyecto de Ley de Contratos de Distribución de 2006 no prevé para los contratos de distribución la extinción por causa de muerte, mientras que para el caso de concurso de acreedores se estará a lo pactado por las partes. Otras causas generales de extinción no referidas en la LCA y que podrían también otorgar al agente o distribuidor un derecho a recibir indemnización por clientela podrían ser el mutuo disenso, cuando ambas partes hayan celebrado un negocio jurídico extintivo de la relación; o por último, el advenimiento de la condición resolutoria a la que se hubiese sometido, en su caso, el contrato. 1. Cumplimiento del plazo pactado. La duración del contrato puede estar sometida a un plazo determinado o bien establecerse con carácter indefinido, conforme al art. 23 LCA. El transcurso del plazo de duración previsto en el contrato constituye el modo típico de extinción de las relaciones jurídico-contractuales a tiempo determinado9. En congruencia, el art. 24.1 LCA establece que la llegada del término (dies ad quem) acompañada de la no continuación en la ejecución del contrato produce efectos reales extintivos del contrato de agencia o distribución sin necesidad alguna de preaviso. Llegado el vencimiento del término, basta con la inactividad de una de las partes para que el contrato finalice, sin que la otra parte pueda hacer nada para evitarlo. Incluso en el supuesto de que el agente siga cumpliendo sus funciones de gestión, el contrato finaliza si el empresario principal no ha llevado a cabo acto alguno por el que pueda deducirse su intención de seguir siendo representado por ese agente, sin que sea necesario una manifestación expresa en tal sentido. En definitiva y a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de contratos a tiempo determinado, en el contrato de agencia, el cumplimiento del término pactado no opera automáticamente la extinción del contrato, si éste se sigue ejecutando inter partes. Este mismo régimen se encuentra proyectado en relación a los contratos de distribución (arts. 20 y 21 PALCD de 2006). De otra parte, cuando el contrato de agencia se ha pactado por un período de tiempo determinado, el contrato no puede resolverse ni denunciarse por las partes antes de su transcurso, siempre que éstas cumplan fielmente sus obligaciones. La denuncia unilateral constituye una facultad que está reservada en exclusiva a los contratos de duración indefinida, salvo las excepciones que establece el art. 26 LCA para el caso de incumplimiento de las obligaciones, o declaración de concurso de una de las partes. Es decir, sólo si se verifica alguna de estas dos circunstancias puede darse por finalizado un contrato de agencia o distribución pactado por tiempo determinado antes del vencimiento del mismo, sin necesidad de preaviso y por voluntad de alguna de las partes. En el resto de supuestos en que las partes no pueden alegar una justa causa para resolver el contrato, la 9 DIEZ-PICAZO, L. Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, T° II, Las relaciones obligatorias. Madrid, 1993, pág. 888 y ss. 5 extinción ante tempus por cualquiera de las partes de un contrato de duración determinada constituye un claro incumplimiento contractual10. El art. 24 LCA al fijar la forma de extinción del contrato de agencia de duración determinada (por cumplimiento del término pactado) excluye cualquier otra forma alternativa de extinción del contrato. No obstante, y como ocurre ante cualquier incumplimiento contractual, la denuncia unilateral del contrato de agencia por una de las partes, aún sin justa causa, dejaría el contrato eficazmente extinguido, si bien estaríamos ante una circunstancia generadora de una obligación de indemnizar ex art. 1101 CC. No creemos que el contrato de agencia o distribución por tiempo determinado otorgue al agente o distribuidor una protección inferior que el pactado por tiempo indefinido, por este sólo hecho. Al contrario, es precisamente la necesidad de respetar la duración pactada, lo que convierte al contrato de duración determinada en un instrumento adecuado para tutelar los intereses del agente o distribuidor, pues en este caso goza de una mayor seguridad en cuanto al tiempo en que podrá llevar a cabo su actividad, lo que le permite programar una organización más eficaz de su trabajo11. En los contratos por tiempo indefinido el empresario podrá en cualquier momento –con la salvedad del respeto del plazo de preaviso- extinguir el contrato de forma puramente discrecional; por lo que el agente soporta en todo momento el riesgo de la posible extinción del contrato. Pese a todo, el contrato por tiempo determinado no es en la práctica de los contratos de distribución la modalidad más frecuente, si bien su utilización se ha incrementado en los últimos años, como demuestra el creciente número de supuestos litigiosos donde la relación obligatoria tiene como base un contrato de duración determinada12. De la misma manera, la LCA ofrece poco margen para que el empresario pueda liberarse de la obligación de indemnizar por clientela al agente contratando por un período de tiempo determinado, ya que el art. 28 impone esta obligación tanto en los contratos de duración indeterminada como en los de duración determinada, siempre que concurra el resto de presupuestos legales, criterio que la jurisprudencia ha seguido al pie de la letra13; más aún si cabe tras el Acuerdo del Tribunal Supremo de 20 de diciembre de 2005. 1.1 Conversión del contrato en indefinido. El segundo párrafo del art. 24 LCA, siguiendo lo dispuesto en el art. 14 de la Directiva 86/653/CEE, precisa que aquellos contratos de duración determinada que sigan siendo ejecutados por ambas partes tras el vencimiento del término «se considerarán transformados en contratos de duración indefinida». El precepto viene a hacer expresa la tácita reconducción del contrato a tiempo indefinido si llegado el término final 10 En este sentido, MARTÍNEZ SANZ, quien considera que «propiamente el incumplimiento consistiría en la negativa a seguir ejecutando el contrato por parte de quien pretende poner fin a la relación demanera anticipada. La otra parte podría, por tanto, exigir el cumplimiento del contrato o resolverlo...». Comentario...Cit, pág. 406.; LLOBREGAT, pág. 206; MOXICA, pág. 167; LARA RODRÍGUEZ. 11 LLOBREGAT HURTADO, Ob. Cit., Pág. 201 y ss. 12 En la jurisprudencia de los últimos cinco años se ha observado un incremento de las sentencias que tienen como antecedente de hecho un contrato por tiempo determinado, aunque en la mayoría de los casos se preveía la prórroga del contrato. STS 1012/2008 de 10 de noviembre (RJ 2008/5904); STS nº 1296/2007 de 11 de diciembre (RJ 2007/8917); STS nº 920/2007 de 20 de julio (RJ 2007/5071); STS nº 737/2007 de 29 de junio (RJ 2007/5090); STS de 20 de julio 2006 (RJ 2006/4732); STS nº 697/2007 de 22 de junio (RJ 2007/5427); STS n° 503/2005, de 23 de junio; STS n° 1071/2003, de 19 de noviembre. 13 En este sentido, la STS n° 503/2005, de 23 de junio manifiesta que «es cierto que no obsta a dicha indemnización compensatoria ni la duración del contrato (S. 23 diciembre 2002 [RJ 2003, 126], ni la ausencia de mala fe o de incumplimiento por parte del empresario». 6 convencional, ambas partes continúan ejecutando las prestaciones propias del negocio. Se produce así una renovación consensual del contrato, aunque en la práctica no es seguro que todos los supuestos de conversión en contrato de duración indefinida respondan a la voluntad real de las partes14. Para que entre en juego la conversión del contrato no basta con que el agente o distribuidor de motu propio siga desarrollando su actividad profesional tras el transcurso del término fijado, sino que precisará además de una conducta concluyente por parte del empresario que ponga de relieve su voluntad inequívoca de continuar el contrato (p. ej. si suministra al agente nuevas listas de precios y mercancías tras la extinción del contrato, o si admite nuevos pedidos enviados por el agente en nombre de los clientes). Tanto el empresario como el agente habrán de seguir cumpliendo sus respectivas obligaciones dentro del contrato de agencia y no limitarse tan solo a culminar los actos u operaciones de comercio anteriores a la extinción15. Es preciso además, que las relaciones que se continúen por ambas partes tras el transcurso del término fijado sean del mismo tipo de contrato de distribución; ya que si se introducen modificaciones en las relaciones comerciales que impliquen una relación contractual distinta de la relación en curso, no cabría mantener la continuación del contrato. Como recientemente ha señalado nuestro TS «una cosa es continuar un contrato y otra continuar relaciones comerciales o de negocios»16. Por lo que respecta a la indemnización por clientela en nada se ve modificada ni su cuantía ni su propia existencia en relación a los contratos de distribución que tienen el carácter de indefinidos desde su origen. 1.2 Contratos con cláusula de prórroga o de renovación. La tácita reconducción de un contrato de duración determinada a tiempo indefinido prevista en el art. 24.2 LCA decae en los supuestos de cláusulas contractuales de prórroga o de renovación, expresas o tácitas, con duración determinada prevista. La conversión de un contrato de duración determinada en indefinido tiene lugar de manera automática si 14 La doctrina es discrepante en este punto. Así, mientras que para DOMINGUEZ GARCÍA, M.A., «en puridad tiene lugar una renovación (novum contraheré) consensual del contrato y una novación temporal ex lege , pág. 1314; para MARTÍNEZ SANZ, F. es dudoso que dicha conversión responda siempre a la voluntad real de las partes; de donde se aprecia una vez más la voluntad del legislad or de favorecer las relaciones indefinidas, promoviendo la transformación en contratos indefinidos de lo que inicialmente había sido pactado por tiempo determinado. En Comentario...., pág. 401 y ss. También en el mismo sentido que este último MERCADAL, El contrato de agencia... pág. 554. 15 Un análisis detallado sobre la continuación en la ejecución de las obligaciones del empresario y el agente nos lo ofrece LARA GONZÁLEZ, R.............. , pág. 107 y ss. En general considera el autor que «así como la continuación en la ejecución de las obligaciones por parte del agente es una cuestión relativamente sencilla en su comprobación, puesto que esencialmente supone el seguir visitando clientes antiguos o potenciales clientes, la continuación en la ejecución de las obligaciones del empresario es más viscosa en su constatación al consistir las mismas en hechos generalmente puntuales como, por ejemplo, el pago de la remuneración». 16 STS nº 1296/2007 de 11 de diciembre (RJ 2007/8917); STS nº 737/2007 de 29 de junio (RJ 2007/5090). En la STS nº 503/2005, de 23 de junio, los hechos objeto de litigio tienen como base dos contratos de agencia celebrados por una duración determinada, que se fueron prorrogando en el tiempo. Los contratos se resulten por las entidades empresarias con respeto del plazo de preaviso. No obstante, ambas partes continúan manteniendo relaciones comerciales. El T.S. considera que las relaciones comerciales habidas después de la revocación —ya sean relaciones de hecho o por concierto verbal- consistentes en venta y reparación de vehículos no merecen la calificación contractual de agencia porque difieren de las existentes con anterioridad a la revocación, tanto por la forma de retribución como, porque a partir de la fecha de extinción del vinculo contractual no existe documentación alguna que remita la citada entidad comunicando objetivos que debe cumplir en esa función. 7 continúa ejecutándose por ambas partes a la llegada del término, sin que las partes puedan excluir este efecto una vez producido. Sin embargo, es perfectamente lícito el que las partes pretendan evitar o prevenir este efecto de la transformación en indefinido del contrato mediante el empleo de cláusulas de prórroga o renovación del contrato, intentando de esta manera mantener el carácter de contrato de duración determinada. En consecuencia, existen supuestos –no poco frecuentes- en que tratándose de un contrato de duración determinada (p. ej. un año), las partes prevén la posibilidad de que éste sea prorrogado a su término por otro período idéntico, salvo que alguna de ellas exprese, con cierta antelación, su oposición a la continuación de las relaciones. En esta hipótesis el contrato subsiste sin perder por ello su condición de contrato de duración determinada17. Cuando alguna de las partes comunique, con el preaviso oportuno, su decisión de no continuar la relación de distribución, el contrato se extinguirá una vez haya concluido el período de prórroga en que se encuentran las partes, continuando vigente hasta ese momento, pese a haberse ya manifestado la voluntad de no proseguir la relación. Sin embargo, en nuestra jurisprudencia no se ha mantenido la vigencia del contrato hasta completar el plazo de preaviso pactado cuando una de las partes haya comunicado a la otra su decisión de finalizar la relación sin observar el preaviso pactado18. En general, la inobservancia del preaviso sólo ha dado derecho a obtener una indemnización por daños. La «prorroga contractual» constituye a su vez una situación distinta a la «renovación contractual», que tiene lugar cuando las partes dejan de ejecutar el contrato al término del mismo, -con lo que el contrato se extingue- para realizar un nuevo contrato con idéntico contenido, y así sucesivamente (contratos encadenados). La diferencia entre ambas cláusulas deriva de que la prórroga se decidirá en un momento anterior a la extinción del negocio y la renovación en un momento posterior a la misma, mediante consentimiento al afecto de las partes o bien cuando no medie declaración en contra por alguna de ellas, dentro de los plazos de antelación o de postergación preestablecidos. Sin embargo, ninguna de dichas cláusulas –de prórroga o de renovación- deberán ser objeto de 17 Esta es la postura mayoritaria entre nuestra doctrina y que parece más acorde con nuestra Teoría General de las Obligaciones. Véase LLOBREGAT, pág. 204; MARTÍNEZ SANZ, Comentario... Cit, pág. 395; PORFIRIO CARPIO, parte de que en todo caso debe prevalecer la autonomía de la voluntad de las partes, por lo que el contrato de agencia no debe considerarse indefinido cuando lo que «se acordó originariamente fue una vigencia sucesiva por tramos temporales concretos...». Extinción...Cit., pág.1255. Una postura opuesta, y a nuestro juicio poco acertada mantiene MOXICA, quien considera que dado el carácter imperativo del art. 24.2 L.C.A., «aquellos contratos en los que inicialmente se establece un plazo de duración, normalmente de un año, prorrogables por períodos sucesivos iguales, si ninguna de las partes los denuncia, una vez transcurrido el plazo inicial y no denunciados oportunamente, no se prorrogan por plazos iguales, sino que se convierten en contratos de duración indefinida», Ob. Cit., pág. 165. Más radical aún se muestra VALENZUELA GARACH quien considera que «el contrato de agencia con plazo concreto de duración que sea repetidamente renovado por las partes en sus vencimientos sucesivos, o incluso de forma automática mediante la previsión de tácita prórroga del contrato por otro plazo igual, podría quedar tachado de nulidad, en cuanto verificado en fraude de ley». En Notas...Cit., pág. 3810. 18 STS nº 506/2007 de 16 de mayo (RJ 2007/4616). Este es también el supuesto objeto de la STS n° 1071/2003, de 19 de noviembre, que tiene como base un contrato por un período determinado de un año, automáticamente prorrogable por anualidades, salvo que medie preaviso escrito de cualquiera de las partes, con tres meses de antelación, manifestando su voluntad de tenerlo por concluido. Este contrato finalmente fue resuelto unilateralmente el 30 de diciembre de 1993 y sin respetar el plazo de preaviso. La parte demandante solicitaba que tal resolución sólo pudiese tener efectividad tras el cumplimiento del plazo de preaviso, es decir, a partir del 30 de marzo de 1994, de tal manera que el contrato quedase sometido a la Ley 12/1992, de 27 de marzo, en aras al contenido de su Disposición Transitoria. Sin embargo, el T.S. desestimó el motivo, considerando extinguido el contrato desde el momento de su resolución, y en consecuencia consideró no aplicable la Ley 12/1992 a las relaciones jurídicas del caso. 8 ejercicio unilateral exclusivo por alguna de las partes, pues en tal caso se considerarán nulas, en cuanto condición puramente potestativa ex art. 1115 CC. La principal trascendencia práctica que se deriva del empleo de estas cláusulas contractuales consiste en la posibilidad para los empresarios de evitar las normas imperativas sobre el preaviso (art. 25 LCA) y la indemnización por daños y perjuicios (art. 29) que sólo es preceptiva en los contratos por tiempo indefinido19. La propia existencia de la indemnización por clientela no queda cuestionada por el carácter indefinido o por tiempo determinado que se atribuya al contrato con cláusula de prórroga o de renovación, ya que el art. 28 LCA determina su procedencia en ambos casos. Sin embargo, la circunstancia de estar ante un contrato indefinido o por tiempo determinado sí podría incidir en el cálculo del importe de la indemnización por clientela según la fórmula prevista en el art. 28.3 LCA. Por todo lo anterior interesa determinar si el contrato con cláusula de prórroga ha de ser tratado como un contrato por tiempo determinado o indefinido, pues existen supuestos en que no queda claro ante qué tipo de contrato nos encontramos. Así pues, el criterio general entre la doctrina es que cuando en el contrato con cláusula de prórroga se limite el número máximo de las posibles prórrogas, el contrato habría de ser tratado como un contrato de duración determinada –no exigiéndose plazo alguno de preaviso-, pues al menos se conoce la duración máxima que podrá tener el contrato20. Esto no ocurre en los contratos con cláusula de prórroga sin previsión de límite máximo, ya que no es posible afirmar al comenzar la relación cuál va a ser su máxima duración, pues dependerá del número de veces que las partes hagan uso de su facultad de prórroga; por lo que en esta hipótesis es difícil considerar que estemos ante un contrato de duración determinada. Lo curioso es que tampoco encajan perfectamente estos contratos dentro de los de duración indefinida, porque para ellos no se prevé la denuncia unilateral antes del transcurso de cada uno de los sucesivos períodos. No obstante, sea cual sea la consideración que se les atribuya, para el cálculo del importe de la indemnización por clientela que corresponde al agente o distribuidor tras la extinción del contrato habrá de tenerse en cuenta todo el período contractual desde que tuvo lugar el inicio de la relación negocial entre las partes. La misma problemática se reproduce con el fenómeno de los contratos encadenados, donde a un contrato de duración determinada le sucede otro formalmente distinto, aunque igual en su contenido. A través de este instrumento contractual las partes intentan enmascarar en la mayoría de ocasiones, un contrato de duración indefinida, con el objeto de eludir por parte del empresario el cumplimiento de ciertas normas imperativas, como pueden ser los arts. 25 y 29 LCA (fraude de ley)21. Por tanto cuando lo que exista en realidad, a pesar de darse una extinción y falta de continuación en la ejecución del contrato que termina, sea una relación contractual materialmente indefinida ha de aplicarse el art. 24.2 LCA y considerar que el contrato tiene el carácter de indefinido ab initio o desde su 19 STS de 20 de julio 2006 (RJ 2006/4732); STS nº 697/2007 de 22 de junio (RJ 2007/5427). En STS nº 503/2005, de 23 de junio consideró improcedente la indemnización por daños y perjuicios solicitada, dado que el contrato era de duración definida. Aunque no es aplicable el art. 29 de la Ley 12/1992 al caso que nos ocupa, ya que esta norma no entra en vigor hasta el 1 de enero de 1994, el T.S. toma en cuenta sus preceptos con carácter orientativo, siguiendo la línea jurisprudencial marcada por sentencias anteriores (SS. 30 abril y 13 octubre 2004 [RJ 2004, 6823]. 20 Al respecto, MARTINEZ SANZ, F., Comentario…Cit., pág. 395. MERCADAL, F., El contrato de agencia mercantil….Cit., pág. 552. 21 MARTINEZ SANZ, F., Comentario…, pág. 402 y ss.; LARA GONZALEZ, Las causas…Cit., pág. 83 y ss.; BOTANA AGRA, D.N., pág. 3; MOXICA, pág. 165. 9 renovación. Por tal motivo, para el cómputo de la indemnización por clientela que corresponde al agente o distribuidor habrá de tenerse en cuenta, no sólo el plazo de duración del último de los tramos temporales –esto es el último contrato encadenado-, sino el período de duración de todos ellos. 1.3. Finalización antes del término pactado. En los contratos de agencia pactados por una duración determinada, la denuncia unilateral por uno de los contratantes antes del plazo pactado sólo es legítima si está justificada, bien por un incumplimiento (total o parcial) de las obligaciones legales o contractuales de la otra parte, o bien por la declaración de concurso de la parte contraria. En tales casos, conforme al apartado 2º del art. 26 LCA, se entenderá que el contrato finaliza a la recepción de la notificación escrita en la que conste la voluntad de darlo por extinguido y la causa de la extinción. Por el contrario, la ruptura ante tempus de los contratos de duración determinada, sin concurrencia de justa causa, es por definición un incumplimiento contractual, que hace que nazca a favor del acreedor –esto es, la parte cumplidora- el derecho a percibir un resarcimiento por los daños y perjuicios que el incumplimiento le haya producido. Nos interesa saber si en ambos supuestos, -la extinción ante tempus con justa causa y sin justa causa- existe además para el agente o distribuidor el derecho a recibir una indemnización por clientela y bajo qué presupuestos, ya que la LCA desatiende este aspecto. El art. 26 deja claro que ha de concurrir justa causa para extinguir ante tempus el contrato de agencia por tiempo determinado. Ahora bien, cuando la justa causa en la que se fundamenta la extinción del contrato sea el incumplimiento de una de las partes, la indemnización por clientela sólo procederá cuando dicho incumplimiento no provenga del agente o distribuidor. Así pues, siempre que concurra justa causa en la extinción ante tempus, hemos de considerar aplicable el art. 28 LCA, existiendo, en consecuencia, indemnización por clientela siempre que se verifiquen los presupuestos legales que contiene el mencionado precepto, y siempre que no concurra alguna de las excepciones a la existencia del derecho a la indemnización del art. 30 LCA. Es necesario por lo tanto, que por parte del agente no exista un incumplimiento de sus obligaciones, legal o contractualmente establecidas, sino que el incumplimiento sea imputable al empresario. Si es el empresario quien ha incumplido será indiferente que la denuncia del contrato proceda del agente –éste será el supuesto más lógico- o que proceda del propio empresario, en consonancia con la excepción que contiene el art. 30. b) LCA; pues en ambos casos subsiste el derecho a la indemnización cuando la denuncia se debe a una causa imputable al empresario. Podría incluso imaginarse un supuesto en que teniendo la extinción ante tempus como justa causa un incumplimiento por parte del agente, sin embargo fuese procedente una indemnización por clientela a favor de éste. A nuestro entender éste sería el caso en que el incumplimiento por parte del agente tuviese como causa la incapacidad del propio agente (ya sea por edad, invalidez, enfermedad) para seguir efectuando razonablemente sus actividades; o también cuando el incumplimiento del agente es consecuencia de un incumplimiento previo por parte del empresario, como ocurriría en el supuesto en que el agente se retrasa en la entrega de las mercancías a los clientes cuando el empresario no la ha puesto a disposición del agente, y siendo por tanto imposible la entrega por éste. También resulta indiferente a los efectos de la existencia de la indemnización por clientela, que en estos casos la denuncia del contrato se realice a instancia del propio agente o del 10 empresario, ya que el art. 30. b) LCA permite que la denuncia proceda del agente cuando ésta tuviese como causa la incapacidad del propio agente o una circunstancia imputable al empresario. Por el contrario, no dará lugar a indemnización por clientela a favor del agente, la extinción ante tempus cuando la denuncia del empresario se deba a un incumplimiento de las obligaciones del agente, o cuando hubiese sido el agente, la parte denunciante del contrato sin existir una causa imputable al empresario o una causa fundada en su propia incapacidad para continuar con sus actividades. Por otro lado, cuando la extinción ante tempus tenga como justa causa la daclaración de concurso de alguna de las partes del contrato ex art. 26.1.b) LCA consideramos que procederá la indemnización por clientela a favor del agente cuando se verifiquen las mismas premisas previstas para el supuesto de que la declaración de concurso de una de las partes tenga lugar en un contrato por tiempo indefinido (nos remitimos al epígrafe relativo a la declaración de concurso de alguna de las partes). Un supuesto totalmente distinto se produce cuando en un contrato de agencia por tiempo determinado, sin concurrir ninguna de las justas causas que determina el art. 26.1 LCA, una de las partes da por finalizado el contrato por propia iniciativa antes de que concluya el plazo pactado. En tal caso estaríamos ante un claro incumpliendo contractual, que consistiría precisamente en la negativa a seguir ejecutando el contrato por parte de quien pretende poner fin a la relación de manera anticipada. Ante tal situación, la otra parte podría, conforme al art. 1124 CC, exigir el cumplimiento del contrato o resolverlo, solicitando en cualquiera de los casos la correspondiente indemnización de los daños irrogados. Conviene, no obstante aclarar que, aún estando ante una denuncia sin justa causa o ilegítima, el contrato queda eficazmente extinguido22, si bien dicha extinción generará una obligación de indemnizar a favor del acreedor de la relación obligatoria o parte cumplidora. Ahora bien, ¿Qué relación guarda la indemnización por clientela del art. 28 LCA respecto de la prevista por el 1124 CC para el supuesto de incumplimiento contractual? Nos preguntamos en definitiva, si en la extinción ante tempus sin justa causa del contrato de agencia, existe algún supuesto en que pueda proceder la indemnización por clientela a favor del agente, además de la indemnización por daños ex art. 1124 CC.; o si por el contrario hemos de entender que la indemnización por clientela es la única posible. Parece bastante claro que la indemnización por clientela no procederá cuando sea el agente la parte incumplidora, en aplicación de la excepción que contiene el art. 30 LCA. Podría incluso llegarse a la conclusión de que en tal caso existe una obligación por parte del agente de indemnizar al empresario, en base a los arts. 1101 y 1124 CC23; y ello a pesar de que la LCA no contempla una indemnización específica a favor del empresario. Este resarcimiento se correspondería con el denominado id quod interest –prestación de interésque consiste en prestar al acreedor de la relación jurídica el equivalente de aquella utilidad que le hubiera reportado el cumplimiento de la obligación en forma específica24. Así, 22 DOMINGUEZ GARCÍA, M.A.; Comentario…Cit., pág. 402 y ss.; LARA GONZALEZ, Las Causas…cit., pág. 83 y ss.; BOTANA AGRA, D.N., pág. 3; MOXICA ROMAN, pág. 165. 23 Señala DIEZ-PICAZO, L., que «además de las acciones de cumplimiento, tanto en forma específica como por equivalente, el acreedor perjudicado dispone de una acción para ser resarcido de los daños y el incumplimiento que el incumplimiento le ha causado. La acción de resarcimiento es compatible con la acción de cumplimiento y con la acción resolutoria de las obligaciones recíprocas (art. 1124 CC). El fundamento legal de esta acción es el art. 1101 CC...». Sistema de Derecho Civil, Vol. II. Madrid, 2001, pág. 209 y ss. 24 DIEZ-PICAZO, L. aclara que cuando el deudor no cumple por causa que le sea imputable, es común en la doctrina y jurisprudencia que sigue obligado al «cumplimiento por equivalente», que es la 11 teniendo en cuenta que las obligaciones del agente no se concretan en actos personalísimos, pese al carácter intuitu personae de la relación, cabrá la ejecución en forma específica por otra persona –un nuevo agente-, que será contratado por el empresario, y cuya retribución podrá correr a cargo del agente que incumple hasta el vencimiento del plazo inicialmente previsto en el contrato del primer agente, conforme a la posibilidad que concede el art. 1098 CC25. Además cabría la indemnización de daños y perjuicios en su doble aspecto de lucro cesante y daño emergente26. Cuando la parte incumplidora sea el empresario, corresponderá a éste la obligación de indemnización a favor del agente o distribuidor, que deberá ejecutarse conforme a lo que determina la norma más especial (art. 28 LCA), estando por tanto, obligado el empresario a indemnizar por clientela al agente o distribuidor en el mencionado supuesto. No obstante, entendemos que la indemnización por clientela que tipifica el mencionado precepto, es uno de los «daños emergentes» que se encuentran insertos en el concepto de «resarcimiento de daños» a que alude el art. 1124 CC., pero no el único. A nuestro juicio, también cabría considerar daño emergente –y por lo tanto indemnizable- los gastos de instalaciones no amortizados a causa de dicho vencimiento anticipado, a los que se refiere de forma expresa el art. 24 de la Propuesta de Anteproyecto de Contratos de Distribución de 2006. Sin embargo, el art. 29 LCA reserva la indemnización de daños y perjuicios a los supuestos en que el contrato de agencia se hubiera concluido por tiempo indefinido. Pese a ello, la indemnización al agente en caso de extinción ante tempus por incumplimiento del empresario debería comprender, no sólo la indemnización por clientela –como reconoce la LCA-, sino todos los daños que realmente se ocasionen como consecuencia del incumplimiento contractual, en virtud de la acción que le concede el art. 1101 CC27. 2. Advenimiento de la condición resolutoria. Aunque la LCA no prevé esta causa específica de extinción del contrato de agencia, debemos entender que dicha causa de extinción opera en todos los contratos de distribución de la misma manera que lo hace en el resto de contratos bilaterales. No obstante, para determinar si procede en este caso una indemnización por clientela a favor del agente o distribuidor, resulta esencial el verificar previamente si el contrato sometido a condición resolutoria tiene el carácter de contrato por tiempo indefinido o por tiempo determinado, ya que el régimen de la LCA difiere para estos dos casos. transformación de la obligación, que queda o se perpetúa, pero en lugar de realizarse la prestación pactada se hace otra, consistente en el abono de una suma que represente el valor de aquélla, al que llama también «interés» (id quod interest) y «equivalente» por la existencia de una identidad de valor. Ult. Ob. Cit., pág. 209. 25 El artículo 1098 del código Civil establece que: «Si el obligado a hacer alguna cosa no la hiciere, se mandará ejecutar a su costa. Esto mismo se observará si la hiciere contraviniendo al tenor de la obligación. Además podrá decretarse que se deshaga lo mal hecho». 26 DIEZ-PICAZO, L., Ult. Ob. Cit., pág. 210; LARA GONZALEZ, R. , Las causas…Cit., pág. 153. 27 En este sentido, habría que incluir también el lucro cesante, representado por el importe de las comisiones a devengar entre la fecha de extinción anticipada y la del vencimiento pactado. Véase DIEZPICAZO, L., Ult. Ob. Cit., pág. 210; RODRÍGUEZ RUIZ DE VILLA, D., «Notas sobre la nueva Ley del contrato de Agencia», ADC, 1993, pág. 765 y ss.; MOXICA ROMÁN, J., La ley...Cit., pág. 167. Para LLOBREGAT HURTADO cuando la ruptura anticipada del contrato de agencia por tiempo determinado sea imputable al empresario, «deberá éste satisfacer al agente todas las comisiones que le hubieran correspondido de no haberse producido la rescisión, así como las comisiones indirectas, en su caso, por operaciones concluidas directamente por el empresario en la zona de exclusiva del agente»,en El contrato...Cit., pág. 207. En el mismo sentido, LARA GONZÁLEZ, R., Las causas...Cit., pág. 151. 12 Al estipular un contrato de agencia las partes contratantes gozan de libertad, bien para fijar un término final que indique cuando cesarán los efectos del contrato; bien para no estipular la duración del mismo; o incluso para insertar una condición resolutoria en el contrato, en cuyo caso las partes se comprometen a someter la finalización de los efectos del contrato al acaecimiento de un acontecimiento futuro e incierto. A través de la condición los contratantes subordinan el momento final de la relación obligatoria a la verificación de un hecho, cuya eventual realización es incierta en el momento de celebrar el contrato28. Se trata de supuestos en los que el agente o distribuidor está encargado de negociar la venta de un lote de mercancías o es contratado hasta que termine una determinada promoción de lanzamiento de productos. También es frecuente en la práctica, la estipulación del contrato por tiempo determinado –normalmente un año-, prorrogable indefinidamente por períodos de esa misma duración, pero estando sometida cada prórroga a la condición de haber alcanzado en el ejercicio en vigor unos determinados objetivos de ventas29. En ocasiones, las peculiares características del encargo pueden plantear serios problemas de delimitación de la agencia respecto de figuras afines30. Al margen de estos problemas, es el acaecimiento de las citadas condiciones resolutorias lo que determinará la extinción del contrato de agencia, dando lugar al nacimiento del derecho a recibir una compensación por clientela a favor del agente, como se ha mantenido por la jurisprudencia31. La nota esencial que diferencia la «condición» del «término» radica en la no certeza del hecho en su doble vertiente; se ignora si un determinado hecho tendrá lugar o no, y en todo caso no se sabe cuando (incertus an et quando). Mientras la condición resolutoria continua pendiente no es posible determinar siquiera si el contrato va a extinguirse por el acaecimiento de tal condición. Esta incertidumbre supone la inexistencia a priori de una fijación de duración determinada, debiéndose entender que el contrato ha sido pactado por tiempo indefinido32, aún cuando se trate de un contrato pactado por un 28 DIEZ-P ICAZO, «El tiempo de cumplimiento de la condición y la duración máxima de la fase de conditio pendens», ADC, 1969, pág. 129 y ss.; LUNA SERRANO, A.,«Condición, término y modo», en LACRUZ BERDEJO, J. L. y otros, Elementos de Derecho Civil, 11-2, Barcelona, 1990, pág. 199 y ss.; CLEMENTE MEORO, M. E., «Término y vencimiento anticipado: antecedentes históricos», ADC, 1991, pág. 1529 y ss. 29 Este es el caso que dio lugar a la STS n° 19/2003, de 27 de enero, cuya «ratio» determinante del fallo fue la cláusula contractual relativa a la duración del contrato, pues además de una duración determinada y prorrogable se pactó la «necesidad de determinación expresa antes del 31 de diciembre de cada año de los objetivos estimados de ventas en los términos que se establecen, condición que según el Tri bunal de Apelación no consta cumplida, por lo que la continuidad o prórroga del contrato, según pretende la demandante no se ha producido...Por consiguiente, el contrato ha de entenderse extinguido a todos los efectos, no existiendo prórroga alguna y mucho menos la duración indefinida que el agente pretende otorgarle en atención a lo establecido en el art. 24.2° de la ley 12/1992. 30 Estos problemas fueron apuntados por LARA GONZÁLEZ, R., quien considera que el criterio para distinguir la agencia de otras figuras como el corretaje o la comisión, consiste en ver si el encargo se traduce en un sólo acto o en una pluralidad de negocios. Las causas...cit., pág. 67. En el mismo sentido MARTÍNEZ SANZ, R, Comentario...Cit., pág. 394. 31 En la STS n° 19/2003, de 27 de enero, tras admitirse que el contrato había quedado extinguido por no constar cumplida la condición a la que se había sometido la prórroga, «se mantiene el derecho de la entidad demandante a la indemnización por clientela y a la liquidación de comisiones pendientes, y se deniega la indemnización por daño emergente y lucro cesante, que -se afirma- «no pueden derivarse de una resolución contractual acaecida de conformidad a lo pactado por las partes respecto a la no procedencia de una posible prórroga de dicho contrato». 32 No es totalmente unánime la doctrina en la consideración como contrato por tiempo indefinido de los contratos de agencia sometidos a condiciones resolutorias. Así, mientras LARA GONZÁLEZ, R. admite sin reservas su asimilación a los contratos pactados por tiempo indefinido, Las causas...Cit. pág. 63 y ss.; para MARTÍNEZ SANZ, F. tal consideración se hace depender de las circunstancias concretas del negocio. 13 tiempo determinado inicial prorrogable indefinidamente. Esta asimilación respecto de los contratos por tiempo indeterminado presenta una gran trascendencia en la práctica, ya que mientras pende el cumplimiento de la condición, las partes estarán facultadas para denunciar unilateralmente el contrato mediante preaviso por escrito ex art. 25 LCA, surgiendo en consecuencia, el derecho del agente a recibir una compensación por clientela a partir de este momento, siempre que queden verificados el resto de presupuestos33. Lógicamente, al margen de la denuncia unilateral, el derecho del agente a la compensación también nace cuando la extinción se debe a la causa propia de tales contratos, esto es el cumplimiento de la condición. La admisión de la denuncia unilateral como causa de extinción de estos contratos nos parece coherente, por otra parte, con el básico principio contractual de que «nadie puede obligarse a perpetuidad»34. Ello ocurriría, sin duda, en el supuesto de que la condición resolutoria impuesta por las partes fuese prácticamente imposible de cumplir en atención a las concretas circunstancias de la contratación (número o calidad de los productos que se le han encargado vender al agente, zona territorial designada, etc…), quedando las partes vinculadas a perpetuidad de no admitirse esta solución. 3. Mutuo disenso. El mutuo disenso es otra de las causas de extinción no contempladas específicamente en la LCA ni en la PALCD de 2006. Tiene lugar cuando durante la vigencia del contrato ambas partes celebran un negocio jurídico extintivo de la relación obligatoria preexistente, denominado «contrato extintivo» o «desistimiento mutuo». Éste constituye un nuevo contrato que deberá reunir los requisitos de capacidad, objeto, causa y forma necesarios para la validez de los contratos en general35. El nuevo acuerdo de las partes podrá determinar el momento de poner fin a la relación obligatoria existente, así como los efectos y la manera en que ha de producirse la liquidación de la relación preexistente. Al tratarse los contratos de distribución de relaciones duraderas o de tracto sucesivo, debe entenderse, salvo pacto en contrario, que la extinción produce efectos ex nunc, lo que supone por tanto, una subsistencia de los efectos contractuales ya producidos. De esta manera, las operaciones ya realizadas por el agente y las distribuciones abonadas por el empresario quedan efectivamente consolidadas. Además, las partes soportan los deberes de liquidación de la relación obligatoria, entre los que se encuentra la compensación por clientela al agente o distribuidor. Así, considera el autor que cuando «el agente debe negociar la venta de un lote o stoc k de mercaderías, o es contratado hasta que termine una determinada promoción de lanzamiento de productos»... «nos encontramos ante un contrato equiparable a uno de duración determinada, por cuanto que el término final necesariamente ha de llegar aunque se ignore cuando. Por contra cuando lo que encargan al agente, por ejemplo la venta de un stock de mercancías «invendible» por su calidad o por su número, realmente es difícil decir que estemos ante un contrato plenamente equiparable a los contratos de duración determinada, pues el término final, en rigor, no se sabe si llegará o no». Comentario...Cit., pág. 398. MERCADAL VIDAL, F., El contrato de agencia mercantil, Zaragoza, 1998, pág. 555 y ss. 33 Normalmente, la facultad de denuncia unilateral es una facultad que suele reflejarse en el contrato, precisamente para evitar estos problemas interpretativos. Véase STS n° 19/2003, de 27 de enero, en su Fundamento Primero. 34 DIEZ-P ICAZO, L., Fundamentos...Cit., pág. 891; LARA GONZÁLEZ, R., Las causas...Cit., pág. 158. 35 Al respecto DIEZ-P ICAZO, Fundamentos...Cit, pág. 890; DOMÍNGUEZ GARCÍA, M. A., Los contratos de distribución...Cit., pág. 1314.; MARTÍNEZ SANZ, F., Comentario...Cit., pág. 407 y 471. También el mismo autor en La indemnización...Cit., pág. 119.; MERCADAL VIDAL, El contrato...Cit., pág.619. 14 En los contratos de agencia de duración determinada, el mutuo disenso supone el acuerdo entre las partes de poner fin a la relación obligatoria de agencia antes de la llegada del término final pactado. Pero a diferencia del supuesto de desistimiento unilateral, en el desistimiento mutuo no puede considerarse que exista incumplimiento por parte de ninguno de ellos. En consecuencia, aunque esta forma de poner fin a la relación no excluye el derecho del agente o distribuidor a percibir la indemnización por clientela, sí que excluye el resto de indemnizaciones por daños, exigibles en los supuestos de extinción ante tempus del contrato por tiempo determinado por una causa imputable al empresario al amparo de los arts. 1124 y 1101 CC. La razón de dicha exclusión está en la aplicación del art. 29 LCA, que expresamente reserva la indemnización por daños y perjuicios para el supuesto en que «el empresario denuncie unilateralmente el contrato de agencia de duración indefinida». Las partes pueden igualmente pactar de mutuo acuerdo dar por extinguido en cualquier momento un contrato de agencia o distribución por tiempo indefinido36. De esta manera, ambos contratantes quedan exonerados de llevar a cabo el preceptivo preaviso por escrito, poniendo fin a la relación en los términos que estimen conveniente y sin necesidad de guardar los plazos que determina el art. 25.2 LCA (se corresponde con el art. 22.2 de la PALCD de 2006). Como en el caso anterior, la extinción por mutuo disenso de un contrato de duración indefinida mantiene a salvo la indemnización por clientela a favor del agente, pero excluye cualquier compensación por daños a favor de éste. 4. La denuncia unilateral de cualquiera de las partes. En determinados casos, la ley concede una facultad a una de las partes o a ambas, que les permite poner fin a la relación obligatoria existente, mediante un acto enteramente libre y voluntario, que no necesita fundarse en ninguna causa especial. Nuestro Código Civil no contempla este fenómeno con carácter general, aunque sí múltiples aplicaciones del mismo37. Una de estas aplicaciones, contempladas en este caso, no por el Código Civil, sino por una ley especial se encuentra en el art. 25 LCA, como una de las formas de extinción del contrato de agencia por tiempo indefinido. El citado precepto permite la extinción del contrato por la denuncia unilateral de cualquiera de las partes mediante preaviso por escrito. La denuncia de la relación obligatoria de agencia atribuye a ambas partes la facultad de extinguir la relación, sin necesidad de alegar la existencia de justa causa38. 36 En la jurisprudencia «menor» se niega, sin embargo, la indemnización por clientela en un caso de contrato de agencia a que resultaba de aplicación la LCA, porque se pone fin al mismo de mutuo acuerdo (SAP Álava de 4/10/1967- AC1998-1995). 37 Así, en el art. 1594 CC se permite que el dueño de la obra pueda desistir por su sola voluntad de la construcción de la obra contratada. El art. 1732 CC permite que la relación entre mandante y mandatario se extinga a virtud de la decisión de revocación del mandante o de la renuncia del mandatario. El art. 1705 CC, en materia de contrato de sociedad, permite que la disolución de la sociedad se produzca por la voluntad o por la renuncia de uno de los socios. En materia de donación, el art. 644 CC también admite la revocación o renuncia del donante si se producen determinados hechos. Un análisis pormenorizado de estas manifestaciones del desistimiento entre otras podemos encontrar en RODRÍGUEZ MARÍN, C, El desistimiento unilateral (como causa de extinción del contrato), Madrid, 1991; KLEIN, M., El desistimiento unilateral del contrato. Madrid, 1997. SIRVENT GARCÍA, J., «El desistimiento unilateral del comitente en el contrato de obra», RdP, 2002-1, pág. 105 y ss. 38 La expresa aplicación de la LCA de la facultad de denuncia unilateral en el contrato de agencia se corresponde, desde luego, con el perfil típico de las relaciones obligatorias donde dicha facultad viene siendo admitida legalmente. Normalmente, el desistimiento unilateral se suele conceder cuando la relación obligatoria de que se trate tenga un carácter de «duradera, contrato de duración indefinida, y 15 El ejercicio de la facultad de desistimiento o de denuncia tiene normas comunes para ambas partes, debiendo realizarse mediante una verdadera «declaración de voluntad resolutoria», emitida sin reserva alguna, implícita o explícita, y de la que quepa deducir la voluntad inequívoca de resolver la relación contractual. La declaración de voluntad resolutoria deberá ir acompañada de una conducta, por parte de quien la emite, de la que se deduzca igualmente su firme intención de romper la relación contractual. De esta forma nuestra jurisprudencia ha considerado que no existe resolución contractual cuando la denuncia se manifiesta en términos ambiguos o poco reveladores de la auténtica voluntad interna del sujeto denunciante, o cuando tras la declaración de resolución el sujeto sigue manteniendo con la contraparte la misma relación comercial39. Por otro lado, la declaración unilateral de voluntad es de carácter recepticio, y por consiguiente, debe dirigir una parte contratante a la otra. Sus efectos se producen desde el momento en que la citada declaración de voluntad ha llegado a su destinatario40, tal y como se pone de manifiesto en el art. 26.2 LCA para los supuestos en que no es necesario preaviso: «en tales casos se entenderá que el contrato finaliza a la recepción de la notificación escrita en la que conste la voluntad de darlo por extinguido y la causa de la extinción». Como puede verse, la LCA no es demasiado exigente en cuanto a la forma que ha de revestir la notificación de la voluntad resolutoria, exigiendo solamente que sea escrita, faltando lo cual la denuncia será ineficaz. Al amparo de esta «quasi libertad de forma», la jurisprudencia ha admitido que la notificación puede llevarse a cabo por cualquier medio de comunicación escrito, incluida la notificación mediante la formulación de la demanda iniciadora del proceso en que se insta la declaración de resolución41. La declaración de denuncia deberá hacerse de buena fe, lo que en el caso concreto de la agencia se traduce en la existencia de un plazo de preaviso42, que permita a la otra parte adoptar las medidas necesarias para intentar remediar, en la medida de lo posible, los perjuicios que le crea la extinción del vínculo obligatorio. La jurisprudencia viene exigiendo de manera inexcusable el cumplimiento del plazo de preaviso, considerando que donde exista un intuitu personae entre las partes», condiciones todas ellas que reúne el supuesto de contrato de agencia donde se admite la denuncia unilateral. 39 Así, en la STS n° 309/2000, de 1 de abril, en el Fundamento Segundo se manifiesta que el empresario pretendió la resolución contractual dirigiendo al agente la carta siguiente: «ante la reiterada falta de pedidos recibidos en fábrica de su zona, le comunicamos que, de no mediar una reacción inmediata, por su parte, consideramos que nuestras colecciones no le interesa trabajarlas, rogándole por tanto que las devuelva, junto con el resto de material, con anterioridad al 23 de diciembre de 1993». Los términos de dicha carta no permiten afirmar que la misma constituya una declaración de voluntad resolutoria, que además resulta contradictoria con la posterior conducta de la recurrente que siguió manteniendo con el actor la relación constituida en el contrato de 1 de enero de 1989, atendiendo los pedidos hechos por clientes por intermedio del agente actor durante los primeros meses del año 1994. 40 En este sentido la STS n° 1062/2002, de 7 de noviembre, en su Fundamento Cuarto señala el carácter recepticio del art. 26.2 LCA. 41 Este es el caso de la STS n° 309/2000, de 1 de abril, cuyo Fundamento Tercero declara que el texto legal (art. 26.2 LCA) no establece forma alguna a la que haya de sujetarse la notificación de la voluntad resolutoria, exigiendo solamente que sea «escrita», en consecuencia tal notificación podrá llevarse a cabo por cualquier medio de comunicación escrito, sin que pueda entenderse excluida la notificación mediante la formulación de la demanda iniciadora del proceso en que se insta la declaración de resolución, sin que ello cause indefensión alguna a la otra parte, que podrá formular las alegaciones que estime por conveniente en relación con las causas de resolución invocadas. 42 Sobre la exigencia de preaviso como una manifestación de la buena fe en el ejercicio del desistimiento ad nutum en contratos por tiempo indeterminado trata K LEIN , M., El desistimiento unilateral del contrato...Cit., pág. 157 y ss. 16 es un comportamiento derivado de los deberes de buena fe43. Siguiendo muy de cerca el texto de la Directiva 86/653/CEE (art. 15), la LCA señala un plazo mínimo de preaviso de un mes por cada año de vigencia del contrato, con un máximo de seis meses44. Sin embargo, el incumplimiento del plazo de preaviso, y la consiguiente violación del principio de buena fe, no impide la extinción de la relación, sino que crea únicamente un deber de resarcimiento de los daños producidos por la ausencia de relación obligatoria durante el tiempo de preaviso no respetado. Así lo prevé expresamente la PALCD de 2006 en su art. 22.2.6. Así pues, si quien incumple el plazo de preaviso es el empresario, deberá éste abonar al agente las retribuciones que le hubieran correspondido por el tiempo de preaviso no respetado, sin perjuicio del resto de indemnizaciones previstas en los arts. 28 y 29 LCA. Y a la inversa, si quien incumple el preaviso es el agente, podrá el empresario reclamarle las retribuciones que éste deba pagar a un nuevo agente para la realización de las operaciones que el anterior se había comprometido a efectuar durante el tiempo de preaviso no respetado. El desistimiento ad nutum del contrato de agencia por cualquiera de las partes, realizada mediante la forma y presupuestos legales de los arts. 25 y 26 LCA, conduce en todo caso a la extinción del contrato de agencia haciendo que finalice la relación obligatoria entre las partes. Al respecto, nuestro TS ha admitido, sin ningún género de dudas, la resolución unilateral sin justa causa de los contratos de agencia y distribución considerando válidamente extinguido el contrato por tal causa45. Sin embargo, dicha denuncia unilateral no siempre da lugar a la compensación por clientela del agente. A tal efecto, será preciso además la no incursión en alguno de los supuestos de inexistencia del derecho a la indemnización que señala el art. 30 LCA, y que difieren en función de que la denncia se realice por el empresario o por el agente. 43 STS nº 991/2007 de 28 de septiembre (RJ 2007/5311); STS de 10 de julio 2006 (RJ 2006/8323); STS nº 545/2006 de 6 de junio (RJ 2006/8205). Así en la STS n° 1199/2003, de 16 de diciembre se señala en relación a los contratos de distribución en exclusiva pactados sin plazo de duración o de duración indefinida, que la reiterada jurisprudencia de esta Sala -remite a la STS de 28 de enero de 2002 (RJ 2002, 2305) admite el desistimiento unilateral, siempre con la carga de preavisar con un tiempo razonable a la otra parte la terminación. De lo contrario, sería abusivo el ejercicio de esta facultad o no conforme a la buena fe: «Declarado por la sentencia recurrida que la conducta de la demandada concedente es contraria a la buena fe contractual al haber procedido a la resolución unilateral sin un plazo de preaviso razonable, es correcta la resolución recaída al establecer la indemnización procedente con base, exclusivamente, en esa falta de aviso previo.» 44 También establece el art. 25 LCA otras previsiones en relación al preaviso: «Si el contrato de agencia hubiera estado vigente por tiempo inferior a un año, el plazo de preaviso será de un mes. 3. Las partes podrán pactar mayores plazos de preaviso, sin que el plazo para el preaviso del agente pueda ser inferior, en ningún caso, al establecido para el preaviso del empresario. 4. Salvo pacto en contrario, el final del plazo de preaviso coincidirá con el último día del mes. 5. Para la determinación del plazo de preaviso en los contratos por tiempo determinado que se hubieren transformado por ministerio de la ley en contrato de duración indefinida, se computará la duración que hubiera tenido el contrato por tiempo determinado, añadiendo a la misma el tiempo transcurrido desde que se produjo la transformación en contrato de duración indefinida». 45 STS nº 892/2006 de 29 de septiembre (RJ 2006/6515); STS nº 966/2008 de 3 de noviembre (RJ 2008/5886); STS nº 897/2008 de 15 de octubre (RJ 2008/6914); STS nº 795/2008 de 22 de julio (RJ 2008/4610); STS nº 342/2008 de 30 de abril (RJ 2008/2687); STS nº 1008/2008 de 24 de octubre (RJ 2008/7186); STS nº 297/2008 de 28 de abril (RJ 2008/1556); STS nº 305/2007 de 22 de marzo (RJ 2007/2816); STS nº 296/2007 de 21 de marzo (RJ 2007/2620); STS nº 871/2004, de 21 de julio; STS nº 40/2005, de 4 de febrero; STS nº 1189/2002 de 16 de diciembre. 17 4.1 Desistimiento unilateral del empresario. El desistimiento unilateral del empresario constituye una causa de extinción del contrato de agencia que da derecho a la compensación por clientela, salvo que dicha denuncia venga justificada por un previo incumplimiento de las obligaciones legal o contractualmente establecidas a cargo del agente. Esta es la primera causa de exclusión de la compensación por clientela que recoge el art. 30, letra a LCA y que ofrece no pocos problemas. El precepto, que transcribe con gran fidelidad el contenido de la Directiva (art. 18, letra a)46, ha de ponerse en relación con el art. 26.1 a) LCA y el art. 23.1.1 PALCD de 2006, que reconoce a cualquiera de las partes del contrato la facultad de dar por finalizado el contrato, sin necesidad de preaviso, cuando la otra parte hubiese incumplido total o parcialmente, las obligaciones legales o contractuales. En definitiva, el incumplimiento por el agente o distribuidor de sus obligaciones facultará al empresario; por un lado, para resolver el contrato sin preaviso; y por otro lado, para hacer desaparecer la indemnización por clientela. La primera cuestión que plantea este supuesto de inexistencia del derecho a la indemnización se refiere a la intensidad que ha de revestir el incumplimiento del agente o distribuidor, ya que el art. 30, a) LCA no especifica si el incumplimiento ha de ser grave o es suficiente con cualquier tipo de incumplimiento, aunque este sea leve. Al respecto podría servir de parámetro el tipo de incumplimiento por parte del agente o distribuidor, exigido por el art. 26.1.a) de la LCA y el art. 23.1.1 PALCD, respectivamente, para poder extinguir sin preaviso, dada la conexión existente entre esta facultad y la facultad del empresario de excluir la indemnización por clientela. El inconveniente es que tampoco estos preceptos determinan el nivel de incumplimiento exigido en relación a la facultad de extinguir el contrato sin preaviso. De ahí que haya sido la jurisprudencia quien ha establecido el criterio aplicable al respecto, considerando que ha de tratarse de un incumplimiento grave o al menos con suficiente entidad, ya que admitir que cualquier incumplimiento leve pueda dar lugar a la exclusión de la compensación sería penalizar en exceso al agente47. Además de «grave», el incumplimiento ha de venir referido a obligaciones esenciales del agente. En la práctica encontramos que el incumplimiento de los deberes de no competencia y el impago o retención de cheques son incumplimientos en que incurre frecuentemente el agente, y que el empresario suele utilizar para resolver el contrato de agencia, exonerándose de abonar la compensación por clientela48. Sin duda, la 46 El artículo 18. a) de la Directiva 86/653/CEE determina que «No habrá lugar a indemnización o a reparación con arreglo al art. 17 (se refiere tanto a la indemnización por clientela como por daños y perjuicios): a) cuando el empresario haya puesto fin al contrato por un incumplimiento imputable al agente comercial que; en virtud de la legislación nacional, justificare la terminación del contrato sin preaviso». 47 STS nº 615/2008 de 26 de junio (RJ 2008/3303); STS nº 159/2008 de 3 de marzo (RJ 2008/2935); STS nº 1173/2006 de 27 de noviembre (RJ 2007/272); STS nº 1093/2007 de 24 de octubre (RJ 2007/8258). En este sentido, la STS n° 360/2000, de 26 de abril no apreció suficiente gravedad en el incumplimiento del agente, que consistía en un impago de una cantidad ínfima en concepto de abono de suministros; lo que unido al escaso plazo concedido para su abono evidenciaba que la intención real del empresario no era efectuar una reclamación de pago, sino resolver el contrato, lo que por otra parte le interesaba pues ya tenía concertado su distribución con otros concesionarios. También se refiere a la gravedad del incumplimiento la STS n° 309/2000, de 1 de abril. 48 STS nº 904/2008 de 15 de octubre (RJ 2008/7126); STS nº 102/2006 de 9 de febrero (RJ 2006/671); STS nº 634/2008 de 26 de junio (RJ 2008/3305); STS nº 615/2008 de 26 de junio (RJ 2008/3303); STS nº 1173/2006 de 27 de noviembre (RJ 2007/272); STS nº 1093/2007 de 24 de octubre (RJ 2007/8258). En la 18 jurisprudencia más moderna ha tenido presente la similitud de este supuesto de extinción por incumplimiento del agente con lo que con carácter general establece el art. 1124 CC. respecto a todas las obligaciones recíprocas, acerca del cual nuestra jurisprudencia ha dejado claro la necesidad de que el incumplimiento se refiera a obligaciones esenciales del contrato y sea un incumplimiento grave49. Por lo tanto, queda fuera del supuesto de hecho, la genuina denuncia ad nutum en un contrato por tiempo indefinido al amparo del art. 25 LCA. La existencia de justa causa, si bien no es necesaria para producir la extinción del contrato, sí lo es de cara a la exención para el empresario de la obligación de indemnizar por clientela al agente o distribuidor. Por otro lado, el incumplimiento grave o esencial ha de ser imputable exclusivamente al agente o distribuidor, excluyéndose los supuestos en que el agente pueda justificar su incumplimiento en un previo incumplimiento del empresario50. No sería lógico excluir la indemnización por clientela, pese a la literalidad que encierra el art. 30. a) LCA, cuando el agente no cumpla por causas imputables al empresario. Como tales cabría mencionar la ausencia de instrucciones, que imposibiliten al agente la realización de las operaciones, en cuyo caso sería el empresario el que incumpliría la obligación de poner a disposición del agente el muestrario, catálogos, tarifas y demás documentos necesarios para el ejercicio de su actividad profesional (art. 10.2.a) así como el procurar al agente todas las informaciones necesarias para la ejecución del contrato (art. 10.2.b). O también el supuesto en que el agente distribuidor de automóviles se retrasa en la entrega de los vehículos a los clientes debido a un previo retraso en la entrega por el concedente o fabricante al concesionario51. Estaríamos ante supuestos de incumplimiento de las obligaciones por ambas partes, donde el incumplimiento del agente es consecuencia del incumplimiento previo del empresario. De ahí que, a nuestro juicio, aunque el STS n° 117/2004, de 19 de febrero consideró que no hubo incumplimiento «esencial» del contrato de agencia por parte del agente «Transbreijo S.L.», pues el verdadero motivo que condujo a la resolución unilateral por parte de «UPS» fue la existencia de una política económica empresarial de la demandada distinta a la que tenía hasta el año 1995 y plasmada en el despido de los 37 agentes que tenía. Por el contrario, el T.S. consideró que existía un incumplimiento esencial del agente de sus deberes de no competencia en la sentencia n° 1040/2002, de 8 de noviemb re, no procediendo en consecuencia la indemnización por clientela en aplicación del art. 30.a) LCA. Manifiesta en el Fundamento Quinto que «consta en autos que entre los incumplimientos atribuidos...como motivo o causa de la resolución unilateral del contrato de agencia se encuentra el incumplimiento de la prohibición de gestionar ventas de productos de otras empresas...Tal conducta imputada al agente...constituye una infracción de las obligaciones contractualmente asumidas por él, y tal incumplimiento es causa con virtualidad bastante para justificar la resolución unilateral del contrato por los empresarios» y el art. 30.a) LCA. También en la STS n° 1248/2002, de 20 de diciembre se resuelve la no procedencia de indemnización por clientela a favor del agente por existir un incumplimiento por parte de éste, consistente en la retención de cheques y pagarés que tenía el deber de entregar a su empresario principal, y que justifica la aplicación del art. 30.a) LCA. 49 Al respecto MOXICA ROMÁN, J., nos ofrece un análisis en profundidad de las directrices marcadas por nuestro Tribunal Supremo sobre la interpretación del polémico art. 1124 CC. La Ley...Cit., pág. 214 y ss. 50 La STS n° 1248/2002, de 20 de diciembre pone de manifiesto que el agente no puede incumplir aunque previamente haya incumplido el empresario. Considera el T.S. que, en el caso que le ocupa, incumplió el agente sus obligaciones al retener indebidamente cheques y pagarés que debía entregar al empresario, como medida de presión para cobrar la propia deuda. Hubo también por lo tanto, un incumplimiento del agente que determina la aplicación del art. 30.a) LCA. 51 STS n° 717/2002, de 16 de julio se plantea una cuestión litigiosa entre un agente -persona física- y las empresa «Automoba S.A.» y «B-Auto, S.A.», quienes a su vez eran concesionarios de «Seat S.A.» para la comercialización de productos fabricados por ésta. Los retrasos en la entrega de vehículos a los clientes motivo por el cual algunos desistieron de la compra-, si bien constituyen un incumplimiento de las obligaciones del agente, no le son imputables a él sino a el concedente. 19 incumplimiento del agente sea grave, si no le es imputable habría que asimilarlo al supuesto de inexistencia de incumplimiento, y en consecuencia no podría el empresario excluir la compensación por clientela. Distinto sería el supuesto en que existiese un incumplimiento independiente o simultáneo por ambas por partes, sin que uno fuese consecuencia del otro. Por ejemplo, cuando en un contrato de agencia con pacto de exclusiva tanto del agente como del empresario ninguno lo cumple; o el supuesto en que el agente retiene cheques firmados a favor del empresario como medida de presión para cobrar su propia deuda. No parece muy coherente la postura que a veces adopta el T.S. ante tales supuestos permitiendo que el empresario pueda excluir la indemnización por clientela a favor del agente alegando el incumplimiento de éste cuando él también ha incumplido sus obligaciones52, aunque sí habría de tenerse en cuenta la circunstancia de existir incumplimiento por ambas partes para proceder a una moderación de la indemnización53. No basta con un incumplimiento de cierta gravedad de las obligaciones legales o contractuales que incumben al agente para que se excluya la indemnización. Es imprescindible a tal efecto la existencia de una relación de causalidad entre el incumplimiento del agente y la decisión del empresario de poner fin a la relación contractual. El contrato debe haber sido efectivamente resuelto por el empresario sobre la base de dicho incumplimiento por parte del agente y no por un motivo distinto54. Así pues, conforme al art. 26.2 LCA el empresario deberá enviar al agente una notificación por escrito en la que conste de forma clara y terminante las causas y motivos en los que fundamenta su extinción. De esta forma, el agente podrá realizar las alegaciones que considere pertinentes si, conforme a su criterio, las causas o motivos que fundamentan la extinción del contrato no fueren ciertos o suficientes. En el caso de que la denuncia del empresario no observe las formalidades del art. 26.2 LCA no será válida como denuncia sin preaviso, ni impedirá el nacimiento de la compensación por clientela. El empresario por su parte, no podrá posteriormente ampararse en otros motivos o causas de extinción distintas y no mencionadas en su notificación de extinción55. Así pues, si el contrato se extingue por el empresario por otras 52 STS nº 373/2008 de 8 de mayo (RJ 2008/2960). Precisamente, una de las directrices marcadas por la jurisprudencia sobre la interpretación del art. 1124 CC (supuesto muy similar al que es objeto de nuestro análisis), consiste en que quien pida la resolución por incumplimiento de las obligaciones de la otra parte, haya cumplido con las suyas (STS 21 marzo 1986 y STS 27 noviembre 1992). 53 Esta ha sido la postura mantenida por la AP de Lleida en sentencia de 30 de octubre de 1995. Aunque también la jurisprudencia en otras ocasiones ha mantenido una postura distinta al respecto, considerando que una culpa anula a la otra, o la que es lo mismo que un incumplimiento anula al de la otra parte, y ha de actuarse como si no hubiera habido incumplimiento por ninguna de las partes (AP de Valencia, sección 3a, en S. de 28 de junio de 1993). Al respecto MOXICA ROMÁN, J., quien comenta estas sentencias. La Ley...Cit., pág. 222. 54 STS nº 304/2007 de 20 de marzo (RJ 2007/2622). La STS n° 1040/2002, de 8 de noviembre pone de manifiesto la necesaria «acreditación de una relación de causalidad entre el incumplimiento del agente y la resolución del contrato de agencia para la aplicación del art. 30.a) LCA». 55 En este sentido, en la STS n° 360/2000, de 26 de abril, en su Fundamento Tercero se declara que «...la obligación de pago del precio, por el concesionario es causa que como resolutoria es la alegada por la demandada en su requerimiento resolutorio y que es por tanto la que debe examinarse, con independencia de si la actora realizaba antes de tal resolución prácticas competitivas prohibidas a favor de otros concedentes, concretamente de la marca "Mercedes-Benz", puesto que tal hecho no fue alegado en su momento como causa, ni por tanto puede alegarse ahora.» 20 causas, no habiendo sido denunciado por incumplimiento legal o contractual del agente, dicho incumplimiento no habrá de tenerse en cuenta para determinar la existencia o no indemnización por clientela, al no haber sido alegado oportunamente, aunque –como afirma la mayoría de la doctrina56- dicho incumplimiento habrá de ponderarse por vía de equidad en relación a la indemnización por clientela, al objeto de su posible moderación. No obstante, cabe imaginar el supuesto en que el empresario haya denunciado el contrato por un motivo distinto al incumplimiento del agente y haya dado un plazo de preaviso conforme al art. 25 LCA; y durante el transcurso del plazo de preaviso el agente incumple sus obligaciones, presumiblemente debido a que el contrato ha perdido para él todo su interés tras conocer su próxima extinción. El empresario podría ante tal situación formular nueva denuncia de extinción inmediata, fundamentada esta vez en el incumplimiento sobrevenido del agente, cosa que ha de estimarse perfectamente posible por seguir el contrato en vigor, quedando de esta manera excluida la indemnización a favor del agente57. Por último, aunque el art. 26.1.a) LCA faculta a las partes para dar por finalizado el contrato en cualquier momento sin necesidad de preaviso, resulta discutible el que la denuncia del empresario deba ser emitida necesariamente sin preaviso para que dé lugar a la exclusión de la indemnización. Hay que tener presente que lo que otorga el art. 26 es una facultad o derecho –el de denunciar el contrato sin preaviso- cuyo ejercicio dependerá en última instancia de la voluntad de las partes; sin que en ningún momento pueda entenderse la facultad de «no preavisar» como una obligación. Es posible por lo tanto que el empresario, aún denunciando el contrato en base a un incumplimiento del agente –y observando para ello las formalidades del art. 26.2 LCA- renuncie a su facultad de hacerlo con efecto inmediato, y conceda de forma graciosa un plazo de preaviso al agente. Pues bien, el hecho de que el empresario denuncie concediendo un plazo de preaviso no debe interpretarse como una renuncia por su parte a hacer valer la exclusión de la compensación por clientela58. En definitiva, y puesto que el art. 30 LCA no exige que la denuncia se realice sin preaviso, ha de estimarse indiferente el hecho de que la extinción contractual venga o no precedida de preaviso, siempre y cuando que el motivo que haya llevado al empresario a poner fin al contrato sea el incumplimiento del agente y así se haya acreditado. 4.2 Desistimiento unilateral del agente. Como norma general, cuando la extinción del contrato se produce por voluntad del agente, éste queda privado de la posibilidad de ser indemnizado por clientela y por daños y perjuicios, salvo que la denuncia quede fundamentada en alguna de las causas que determina el art. 30 b) LCA. Por el contrario, la PALCD no determina que el distribuidor pueda ser privado de la posibilidad de obtener una indemnización por clientela por el sólo hecho de que la extinción del contrato se deba a la denuncia unilateral del contrato realizada por el propio distribuidor. Tampoco se precisa en la PALCD si la indemnización 56 Esta es la opinión mantenida al respecto por MARTÍNEZ SANZ, F., La indemnización...Cit., pág. 246 MOXICA ROMÁN, J., La Ley...Cit, pág. 216 y ss. 57 Para MARTÍNEZ SANZ, F. «El momento final hasta el cual debe entenderse posible valorar una conducta del agente como constitutiva de incumplimiento de obligaciones legales o contractuales viene ñjado por la terminación del contrato. Hasta entonces cabrá ejercitar la denuncia inmediata basada en el incumplimiento del agente, pese a que, previamente ya se hubiese denunciado con preaviso el contrato», La indemnización...Cit., pág. 247. 58 En este sentido, MARTÍNEZ, SANZ, R, La indemnización...Cit., pág. 249; BOTANA AGRÁ, M., El contrato...Cit., pág. 14; PORFIRIO CARPIÓ, L. J., La extinción...Cit., pág.1274. Una postura contraria mantiene MERCAD AL, F., El contrato de agencia...Cit., pág.616. 21 por clientela a favor del distribuidor quedaría excluida en los supuestos en que exista un incumplimiento por parte de éste. Quizá sea éste un punto que debería revisarse por el legislador antes de la aprobación definitiva del texto legal. Conforme a la LCA, la denuncia del contrato por el agente sólo desencadenará la compensación por clientela a favor de éste cuando tal denuncia tenga como causa una circunstancia imputable al empresario, o bien esté fundamentada en la edad, la invalidez o la enfermedad del agente y no pudiera exigírsele razonablemente la continuidad de sus actividades. Fuera de estos supuestos, la denuncia voluntaria del agente le priva de la compensación por clientela aunque no haya habido un incumplimiento por su parte y sus prestaciones a lo largo de la vigencia del contrato hayan sido excelentes59. El precepto plantea un serio problema de justificación para quienes reconocen que el instituto de la indemnización por clientela cumple una finalidad remuneratoria pura y objetiva, pues si la indemnización por clientela se concibe como una retribución diferida60, ello debiera llevar a reconocer la existencia de la misma también en caso de denuncia del contrato por el agente, siempre que la prestación que el agente hubiese llevado a cabo durante la vigencia de la relación obligatoria hubiese sido satisfactoria para el empresario61. Estamos por tanto, ante una causa de exclusión de la indemnización por clientela cuya valoración se encuentra estrechamente vinculada a la concepción que se tenga sobre la finalidad y naturaleza de este instituto. Si partimos de que dicha compensación constituye el pago por la cuota del activo común, que perteneciendo al agente permanece con el empresario principal tras la extinción de la relación, sólo es justificable la privación al agente de tal retribución cuando es él mismo quien extingue la relación sin causa, en un mínimo principio de equidad. La equidad en este caso se concretaría en la no concurrencia o necesidad de dar cumplimiento a la finalidad social o protectora de la norma cuando es el propio agente quien decide poner fin a la vida del contrato. En cualquier caso, estamos ante una causa de exclusión de la compensación por clientela, cuya justicia no compartimos, pues no valora la actuación de las partes conforme a un mínimo principio de paridad. El precepto permite que el agente quede en una situación de desventaja respecto del empresario al no poder decidir libremente la denuncia unilateral del contrato, pues de ello depende la exclusión de la indemnización por clientela. Por este motivo, la causa de exclusión comentada (art. 30.b LCA) ha de ser objeto de una interpretación restrictiva, sin que puedan equipararse supuestos cercanos, como sería la extinción del contrato por mutuo disenso, cuando la iniciativa hubiese partido del propio agente, o el supuesto en que el agente se niega a prorrogar un contrato por tiempo determinado. El supuesto, no obstante, merece un análisis por separado de las dos circunstancias fácticas cuya presencia hace que se mantenga la indemnización por clientela, aún cuando el contrato hubiese sido denunciado por el agente. 59 En este sentido, la STS nº 1020/2008 de 10 de noviembre, en la que se declara la improcedencia de la indemnización por clientela a favor de un agente en un contrato que se extingue por voluntad del agente sin previo incumplimiento contractual del empresario. 60 MERCADAL, Ob. Cit., pág. 590; DOMÍNGUEZ, Ob. Cit., pág. 1331. 61 Por ello, afirma MARTÍNEZ SANZ, F. «... no se trata de una figura compensatoria pura, sino con un importante componente de equidad». Comentario...Cit., pág. 505. 22 4.2.1. Cuando la denuncia del agente se base en circunstancias imputables al empresario. El agente tendrá derecho a la indemnización por clientela cuando, la denuncia realizada por él mismo tenga como causa una circunstancia imputable al empresario (art. 30.b, 1er. inciso). El citado precepto guarda un paralelismo evidente con el previsto en el apartado a) del mismo artículo para el caso en que sea el empresario quien denuncia el contrato en caso de incumplimiento de las obligaciones por parte del agente. No obstante, la ley se ha mostrado más benigna con el agente, ya que los términos «circunstancias imputables» e «incumplimiento de las obligaciones legales y contractuales» son expresiones sólo parcialmente coincidentes, siendo la primera mucho más amplia que ésta última. Es decir, para que el empresario quede liberado de la obligación de indemnizar ante una denuncia por su parte del contrato, ha de acreditar que la misma se ha producido como consecuencia del incumplimiento de las obligaciones legales o contractuales del agente; por el contrario al agente se le faculta para denunciar el contrato, manteniendo el derecho a las indemnizaciones siempre que acredite que su decisión no ha sido caprichosa sino fundada en «circunstancias imputables al empresario», expresión ésta última que abarca muchos más supuestos que el incumplimiento de obligaciones62. Un incumplimiento con eficacia resolutoria será siempre una causa imputable a la parte que lo comete, pero no al revés, es posible que una «circunstancia imputable» a una de las partes, sin embargo, no faculte a la otra para resolver el contrato, por no existir propiamente «un incumplimiento». En consecuencia, y desde el punto de vista del agente, cuando la circunstancia imputable al empresario sea un verdadero incumplimiento legal o contractual de sus obligaciones, el agente podrá en cualquier momento resolver el contrato prescindiendo del preaviso –conforme al art. 26.1 a) LCA- y conservando la indemnización por clientela63. Cuando la resolución del contrato no sea posible por no concurrir los requisitos para poder resolver (incumplimiento, causas contractuales, etc…), pero exista una causa o circunstancia imputable al empresario –como puede ser la reducción de la zona geográfica asignada por exigencias del mercado, o la falta de instrucciones-, el agente podrá denunciar el contrato, conservando también en este caso el derecho a indemnización, aunque necesariamente la denuncia deberá ir acompañada de preaviso establecido en el art. 25, al no concurrir ninguno de los casos que menciona el art. 26.1 LCA para prescindir de dicho trámite64. La denuncia unilateral por parte del agente no es, en este caso, un supuesto 62 Así, en opinión de MARTÍNEZ SANZ, F., no podría hablarse de incumplimiento en sentido estricto, en los casos de quiebra del empresario principal; o sucesivas modificaciones en el contrato introducidas unilateralmente; establecimiento de mínimos de venta inalcanzables, exigencias de informes al agente con una periodicidad excesiva; rechazo sistemático de las operaciones comunicadas por el agente al empresario; conflictos de competencia surgidos cuando alguna de las diversas empresas representadas por el agente decide ampliar el género de su producción, haciendo incurrir al agente, de esta forma, en la prohibición de concurrencia; crisis económica no declarada; paulatina pérdida de cuota de mercado oimplantación de los productos del empresario por cambio en los gustos... . Comentario...Cit., pág. 506 y 507; La indemnización... Cit., pág. 258 y ss. Estos son algunos de los ejemplos en los que pudiera noexistir un incumplimiento por parte del agente, pero sí una causa imputable al empresario que justificara la denuncia del contrato por el agente, manteniendo su derecho a indemnización. 63 Así, la STS n° 309/2000, de 1 de abril considera procedente la resolución del contrato realizada por el agente prescindiendo del preaviso, al existir un incumplimiento por parte del empresario. 64 Si no efectúa el preaviso, el agente habrá incumplido una de sus obligaciones legales lo que, permitiría al empresario a su vez, darlo por finalizado sin necesidad de preaviso, con las consecuencias previstas en el art. 30 LCA, es decir, sin indemnización a favor del agente. Al respecto MOXICA ROMÁN, La ley...Cit., pág. 219. 23 asimilable a la resolución por incumplimiento, porque no hay tal incumplimiento; pero a pesar de ello, el agente mantiene su derecho a recibir la indemnización por clientela, por esta circunstancia expresamente prevista por el art. 30.b) LCA. En definitiva, al margen de que la causa concreta imputable al empresario pueda reconducirse o no a un verdadero incumplimiento, todas ellas darán lugar a la posibilidad de denunciar el contrato conservando la indemnización por clientela. 4.2.2. Cuando la denuncia del agente se encuentre fundada en circunstancias personales de enfermedad, invalidez o avanzada edad. En el art. 30.b, segundo inciso LCA se contemplan tres situaciones referidas a la condición física del agente (la edad, la invalidez o la enfermedad del agente) en que el agente conserva su derecho a percibir indemnización por clientela, a pesar de haber puesto él mismo fin al contrato, cuando debido a una de estas causas o a varias, no pueda exigírsele razonablemente la continuación de su actividad. Sin duda, el dato esencial de esta causa de conservación de la indemnización es la imposibilidad material de seguir llevando a cabo las operaciones de representación del empresario, debido a su avanzada edad o al acaecimiento de una invalidez o enfermedad sobrevenida. La imposibilidad material de seguir efectuando su actividad no es necesario que sea absoluta, pues el precepto establece un criterio bastante flexible y subjetivo, al señalar que no pueda «exigírsele razonablemente» la continuación de su labor. Esta flexibilidad queda reflejada en relación a la edad, ya que el precepto no concreta una edad mínima a partir de la cual, directamente, se permita al agente denunciar el contrato conservando la indemnización (como podría ser la edad de jubilación). Esta opción parece acertada, ya que permite adoptar una decisión distinta conforme a las particulares circunstancias de cada agente y que sea precisamente el agente, quien valore sus peculiares circunstancias. Podría no obstante, partirse de una presunción general, conforme a la cual, alcanzada por el agente la edad de jubilación ordinaria (65 años), dejaría de serle razonablemente exigible la continuación de su actividad, lo que se concretaría en una inversión de la carga de la prueba: cumplidos los 65 años y denunciado el contrato por el agente alegando la imposibilidad de continuar, será el empresario quien deba probar las circunstancias excepcionales que hacen que, en ese caso, sí sea razonable exigirle continuar en sus funciones. Incluso, la flexibilidad del precepto permitirá dar cabida al supuesto en que el agente actúe por cuenta de varios empresarios y denuncie alguna de sus representaciones por razón de la edad, conservando otras. La edad avanzada puede obligar al agente a reducir el número de sus representaciones por no ser capaz de atenderlas todas de manera adecuada, aunque siga en condiciones de atender una o varias de ellas. También en este caso parece que habrá de reconocérsele la indemnización por clientela en relación con el contrato o contratos que denuncia65. Para que la denuncia del contrato por el agente pueda basarse en la invalidez o enfermedad de éste, no basta con que se trate de situaciones meramente pasajeras, sino que se exige que sean permanentes, o en todo caso, de tal naturaleza que no pueda preverse cuándo se producirá la recuperación. Por el contrario, no se exige que la invalidez o la 65 En este sentido, MARTÍNEZ SANZ, F., Comentario...Cit., pág. 508; también en La indemnización...Cit., pág. 264.; MOXICA ROMÁN, I, La ley...Cit., pág. 219 24 gravedad de la enfermedad incapaciten al agente de manera total para el desempeño de cualquier actividad remunerada, sino que la inexigibilidad ha de referirse única y exclusivamente, al desempeño de su labor como agente para ese concreto empresario. De esta manera, el agente puede seguir desempeñando tareas al servicio de otros empresarios, por requerir quizá un menor esfuerzo66. En relación a los supuestos recientemente examinados se plantea la duda de carácter general, relativa a si es necesario que el agente al poner fin al contrato respete el preaviso, o por el contrario, puede prescindir del mismo. Al respecto consideramos que ante la variedad de situaciones que puede albergar el supuesto comentado, la respuesta habría de ser necesariamente matizada en función de las particulares circunstancias. Con carácter general, el art. 26 LCA sólo menciona dos circunstancias (incumplimiento de las obligaciones y causas concursales) en que es posible denunciar el contrato sin preaviso, de lo cual deducimos que en ese tipo de denuncias realizadas por el agente será necesario preaviso, salvo que las particulares circunstancias de incapacidad del agente impidan la continuación de su actividad durante el plazo de preaviso67. En tal supuesto, sí estaría justificado el ejercicio de la facultad de resolución sin preaviso amparada de la desaparición de la base del negocio. En función del grado de incapacitación del agente, ésta constituirá, o bien una causa automática de extinción del contrato, o bien justa causa para poner fin al contrato de manera inmediata mediante notificación escrita y con preaviso. En ambas situaciones, no obstante, el agente conservaría su derecho a la indemnización. 5. Muerte o declaración de fallecimiento de las partes. El régimen legal de la indemnización por clientela no se presenta demasiado claro en relación a la muerte de alguna de las partes como causa de extinción desencadenante de la indemnización (art. 27 LCA). Junto con la regla general de los supuestos en que procede la indemnización del art. 28.1 y las tres excepciones del art. 30, se añade una precisión en el art. 28.2 que da lugar a equívoco, al señalar que «el derecho a la indemnización por clientela existe también en el caso de que el contrato se extinga por muerte o declaración de fallecimiento del agente». Con ello pudiera entenderse que en el supuesto de extinción por muerte del principal – y la consiguiente resolución del contrato por sus sucesores- no procede la indemnización. Sin embargo, y pese a la confusión que introduce el mencionado precepto, entendemos que la indemnización procede en todos los supuestos de «extinción del contrato de agencia, sea por tiempo indeterminado o indefinido», conforme a la cláusula general del art. 28.1, salvo que se verifique alguna de las excepciones del art. 30 LCA. En consecuencia, la mención expresa que hace el art. 28.2 al supuesto de extinción por muerte o declaración de fallecimiento del agente resulta innecesaria, pues no cabe duda de que la indemnización también procede en tal caso68, si bien serán titulares del 66 En este sentido, MARTÍNEZ SANZ, F Comentario...Cit., pág. 509; también en La indemnización...Cit., pág. 265.; MOXICA ROMÁN, J., La Ley...Cit., pág. 219. 67 MARTÍNEZ SANZ, F. pone como ejemplo el supuesto en que, a pesar de haber alcanzado la edad de 65 años, un agente decide continuar su relación contractual. No parece que si al año, o a los tres meses decide denunciar el contrato, el sólo hecho de que ya haya cumplido la edad de jubilación, le impida al agente seguir cumpliendo el contrato durante el plazo de preaviso legal o contractualmente establecido. No se estaría aquí en un caso de resolución por desaparición de la base del negocio. Comentario...Cit., pág. 509 y ss. 68 No obstante, en descarga del legislador español puede aportarse que el mencionado precepto (art. 28.2 LCA) constituye una norma «obligada», pues la Directiva comunitaria contenía una mención semejante en su art. 17.4, según el cual: «El derecho a la indemnización contemplado en el apartado 2 o o a la 25 derecho a la indemnización, los herederos del agente fallecido. La PALCD de 2006 ha eliminado toda referencia a la muerte de alguna de las partes, tanto en la regulación de las causas de extinción de los contratos de distribución, como de los supuestos en que procede la indemnización por clientela. No obstante, mientras el art. 27 LCA contempla la muerte o declaración de fallecimiento del agente como una causa de extinción automática del contrato; la muerte o declaración o declaración de fallecimiento del empresario no produce por si misma la finalización del contrato de agencia69. Será la posterior denuncia por parte de los sucesores en la empresa, con el preaviso que proceda, la que ponga fin al mismo, abriendo a favor del agente la posibilidad de reclamar y obtener la indemnización por clientela de los sucesores del empresario fallecido. En consecuencia, la muerte o declaración de fallecimiento del empresario, en un sentido estricto y a diferencia de la muerte del agente, no es causa de extinción automática del contrato, ni afecta a la subsistencia del mismo. La solución parece lógica si se tiene en cuenta que nos hallamos ante un contrato intuitu personae, concluido en atención a las condiciones personales del agente70, y no tanto en atención a las cualidades del empresario. Este hecho haría poco justificable el mantenimiento obligado del contrato entre el empresario y los sucesores del agente, pues éstos no tienen por qué reunir las cualidades personales del agente. Por otra parte, los sucesores del agente y el empresario siempre tienen la posibilidad de concluir otro contrato con idénticas o parecidas cláusulas, si bien estaremos ante una relación obligatoria distinta a la primitiva y que no excluye la indemnización por clientela a favor de los sucesores del agente. Por el contrario, la muerte o declaración de fallecimiento del empresario principal, debido quizá a la menor repercusión que esta circunstancia representa en la ejecución del contrato, no es obstáculo que impida la continuación del contrato entre el agente y los sucesores del empresario. Pese a la claridad que parece albergar el art. 27 LCA, plantea no pocos problemas de aplicación, sobre todo en lo que se refiere a las consecuencias que produce la muerte o declaración de fallecimiento del empresario, y que por ende afectan a la indemnización por clientela. El primero de estos problemas va referido a la aplicabilidad del precepto a los contratos de duración determinada. En el caso de que tenga lugar la muerte del agente durante la vigencia del contrato, ello produce una extinción ante tempus del contrato de manera automática, con la consiguiente indemnización a favor de los sucesores del agente, reparación del daño con arreglo al apartado 3 o se producirá asimismo cuando la terminación del contrato se realice como consecuencia del fallecimiento del agente comercial». 69 Este distinto tratamiento jurídico atribuido a la muerte del agente y empresario se debe a que el art. 27 LCA está inspirado en el art. 280 CCm para el contrato de comisión, basado en la idea de que el negocio mercantil, del que la agencia es un acto auxiliar, subsiste aun que fallezca el titular. De ahí la diferencia con el contrato de mandato, cuyo art. 1732.3° CC, dispone que el contrato se extingue por «muerte, declaración de prodigalidad o por concurso o insolvencia del mandante o del mandatario». 70 Esta solución coincide plenamente con lo que es general dentro de la contratación civil, de entender que los contratos personalísimos y los concluidos intuitu personae no se transmiten a los herederos, sino que finalizan con la muerte de una de las partes, conforme al art. 1257 Código Civil, a tenor del cual «los contratos sólo producen efectos entre las partes que los otorgan y sus herederos; salvo, en cuanto a éstos, el caso en que los derechos y obligaciones que proceden del contrato no sean transmisibles, o por su naturaleza, o por pacto, o por disposición de la ley». De esa manera, hay que entender que la muerte del agente determina la absoluta imposibilidad de mantener la relación de agencia, que se extingue ipso iure y sin ninguna formalidad, por aplicación de los principios de Derecho Común. En este SENTIDO LARA GONZÁLEZ, F., Las causas…Cit., pág. 378; LLOBREGAT HURTADO, El contrato de agencia…Cit., pág. 231. 26 sin que esta circunstancia genere problemas dignos de mención. Por el contrario, el fallecimiento del empresario en vigencia de un contrato de duración determinada nos lleva a un conflicto normativo; por un lado, cuando el contrato es de duración determinada, por definición, no cabe denunciarlo con preaviso, sino que ha de esperarse al vencimiento del plazo ex art. 24 LCA, salvo que exista causa de resolución, que aquí no se da. Justamente, la denuncia con el preaviso que corresponda por parte de los sucesores del empresario es la solución prevista en caso de muerte del empresario por el art. 27 LCA. La cuestión que se plantea es si en tales contratos de duración determinada pueden los sucesores del empresario denunciar el contrato ante tempus, y de esta manera se abre a partir de este momento el plazo para que el agente pueda exigir la indemnización a los sucesores. Al respecto consideramos que, pese a la existencia de argumentos en contra71, la muerte o declaración de fallecimiento del empresario en vigencia de un contrato de duración determinada ha de considerarse como una excepción al régimen legal de estos contratos (art. 24 LCA), y en consecuencia admitir que puedan ser extinguidos por los sucesores del empresario mediante denuncia72. El fallecimiento del empresario plantea, asimismo, una serie de problemas de derecho sucesorio, cuyo tratamiento excede los límites de nuestro trabajo73. Por lo que aquí nos interesa, tras el fallecimiento del empresario no siempre está claro qué persona o personas tienen la legitimación para denunciar al contrato de agencia y frente a qué persona pueda dirigirse el agente para reclamar la indemnización por clientela. Se trata de saber si los «sucesores de la empresa» (conforme a la terminología empleada por el art. 27 LCA), son únicamente los herederos o legatarios definitivos, o también los herederos provisionales o gestores que administran la herencia hasta el momento en que se produzca la adjudicación definitiva de los bienes. En otras palabras, lo que se cuestiona es si durante el período de herencia yacente es posible denunciar el contrato de agencia y solicitar la indemnización por clientela, o por el contrario será necesario esperar a la adjudicación definitiva de los bienes. En nuestra opinión, también podrán considerarse sucesores de la empresa, al efecto de que puedan ejercitar la facultad de denuncia del contrato de agencia, a los sucesores provisionales o gestores de la herencia, pudiendo asimismo el agente dirigirse frente a ellos para reclamar la indemnización correspondiente74. La solución contraria de permitir que el agente solo pueda reclamar su indemnización frente a los herederos o legatarios definitivos, teniendo en cuenta la dilatación de plazos que suele acompañar en ocasiones a 71 Como argumento en contra ha de tenerse en cuenta que, si en el contrato de agencia el intuitu personae se refiere a la persona del agente, y no tanto a la del empresario, si es éste quien fallece, no hay motivo para modificar el régimen de los contratos de duración determinada. Por lo tanto, éstos deberán finalizar con al llegada del término final. 72 Ésta ha sido la postura mayoritaria entre la doctrina. Así, BOTANA AGRÁ, El contrato...Cit., pág. 13.; VALENZUELA GARACH, F., Notas sobre la extinción...Cit., pág. 3818; PORFIRIO CARPIÓ, La extinción...Cit., pág. 1264; LARA GONZÁLEZ, R., Las causas...Cit., pág. 401; MERCADAL VIDAL, F., El contrato de agencia..., pág. 572. También, aunque con reticencias MARTÍNEZ SANZ, F., Comentario....Cit., pág. 450. 73 Estos problemas han sido convenientemente abordados por LARA GONZÁLEZ, R. Las causas de extinción...Cit., pág. 381 y ss. 74 La tesis contraria es mantenida por MARTÍNEZ SANZ, F. para quien la denuncia del contrato de agencia excede de lo que son las normales facultades de conservación de los bienes hereditarios atribuidas a un gestor a la espera de que la herencia se acepte. Comentario... Cit., pág. 451; También anteriormente en este sentido LARA GONZÁLEZ, R., las causas de extinción...Cit., pág. 393. 27 los procedimientos hereditarios, dejaría en suspenso de forma injustificada el derecho del agente a recibir la indemnización por clientela. Ciertamente, aunque el concepto jurídico de «sucesor» encuentra su marco original en el llamado derecho de sucesiones teniendo como protagonistas principales a los sucesores finales de la masa hereditaria (herederos o legatarios), también otras figuras auxiliares, como los llamados a la herencia o, el factor o gerente que administra una empresa en período de herencia yacente tienen cabida dentro de la categoría de «sucesores en al empresa», aunque tal sucesión únicamente sea temporal75. De esta manera, nada impide que el sucesor temporal ponga fin a un contrato de agencia cuando el agente incumpla sus obligaciones o se encuentre en concurso; y que a su vez el agente pueda reclamar de este sucesor temporal la correspondiente indemnización por clientela76. El 2º inciso del art. 27 LCA tampoco contempla el supuesto de que se produzca la muerte del empresario sin sucesión de la empresa, por no existir herederos o porque éstos no quieran continuarla, ni siquiera durante el plazo de preaviso, en el caso de que éste sea preceptivo para realizar válidamente la denuncia del contrato, conforme al art. 27 LCA. Así pues, cuando no existan herederos, el contrato carecerá de objeto a partir de este momento. En el caso de que existan herederos, pero éstos no tengan voluntad de continuar la empresa, el contrato de agencia finalizaría a la recepción por el agente de la comunicación escrita en la que los herederos le manifiesten su voluntad de extinguirlo por no continuar la empresa. En ambos supuestos el agente podrá hacer efectivo el cobro de las indemnizaciones correspondientes con cargo al patrimonio del empresario. No obstante, aunque parece dudoso que pueda proceder la indemnización por clientela por faltar el presupuesto esencial de que la actividad del agente pueda continuar produciendo ventajas sustanciales al empresario; creemos que sí será posible apreciar una «ventaja sustancial» como elemento integrado en el propio patrimonio del empresario, y cuya realización se hará evidente en la valoración del mismo que tenga lugar en el momento de enajenarse la empresa. 4.3. Declaración de fallecimiento como supuesto asimilable. La declaración de fallecimiento de cualquiera de las partes se equipara a la muerte por la LCA en cuanto a sus consecuencias extintivas. Es ésta una previsión, que además de superflua –pues ya se contiene en las normas generales77- es inaplicable en el caso de desaparición de cualquiera de las partes del contrato de agencia por lo que se refiere a los efectos extintivos del contrato. No puede imaginarse el supuesto en que tenga lugar la desaparición del agente y haya que esperar al momento en que se produzca la declaración de fallecimiento de éste para que el contrato se extinga. Con toda probabilidad, mucho antes de que esto ocurra, el empresario habrá denunciado o resuelto el contrato, ante la 75 LARA GONZÁLEZ, R., 76 Las causas...Cit., pág. 392 y ss. Mayores dudas ha suscitado el supuesto de la denuncia del contrato de agencia cuando ésta tiene por causa el fallecimiento del empresario. Al respecto LARA GONZÁLEZ considera que la denuncia unilateral sólo podrá llevarse a cabo por el nuevo empresario final, puesto que se trata de una causa de extinción configurada principalmente sobre la base de la confianza. Las causas...Cit., pág. 393. 77 Con carácter general, se entiende por «declaración de fallecimiento» la situación jurídica creada por medio de una resolución judicial, en virtud de la cual se califica a una persona desaparecida como fallecida, expresándose la fecha a partir de la cual se considera ocurrida la muerte de la persona y abriéndose la sucesión de la misma. La declaración de fallecimiento se basa en l a desaparición prolongada de una persona o que se ha producido con ocasión de un suceso que ha supuesto un riesgo presunto o real para la vida. DÍEZ-P ICAZO, L./ GULLÓN BALLESTEROS, A., Sistema de Derecho Civil, Vol. I, Madrid, 1992, pág. 320. 28 ausencia prolongada del agente y el consiguiente incumplimiento de sus obligaciones78. De esta manera además, el empresario excluye la compensación por clientela frente a los sucesores del agente hasta el momento en que se produzca la declaración de fallecimiento del agente. A partir de este momento, sin embargo, tendrá que hacer frente a ella, pues deja de tenerse como causa de la extinción del contrato el incumplimiento del agente, para pasar a serlo la supuesta muerte del agente. Únicamente cabría imaginar un supuesto en el que habiendo desaparecido el agente no tuviese lugar un incumplimiento de sus funciones que sirviese de justa causa al empresario para extinguir el contrato, y es el supuesto en que el agente actuase a través de subagentes. Sin embargo, la ausencia prolongada del agente daría lugar, con toda probabilidad, a la denuncia del contrato de subagencia por el subagente, ocasionando la inactividad de éste el consiguiente incumplimiento de las obligaciones del agente en la relación con el empresario principal. Si quien desaparece es el empresario principal, y esta desaparición lleva consigo un incumplimiento de sus funciones –especialmente en lo que se refiere al abono de comisiones y el imparto de instrucciones-, podrá igualmente el agente resolver o denunciar el contrato sin esperar a que la declaración de fallecimiento del empresario se produzca. Pero, si pese a la ausencia del empresario principal, su actividad continúa desarrollándose con normalidad a través de sus colaboradores, de tal manera que el agente no sufra un incumplimiento o una causa imputable al empresario que le permita resolver o denunciar el contrato, el contrato de agencia continuará en vigor. Incluso, aunque se produzca la declaración de fallecimiento, el contrato mantendrá su vigencia –conforme al art. 27, inciso 2º LCA-, siendo necesario el que los sucesores denuncien el contrato para que se entienda producida la extinción. Por lo que se refiere a las posibilidades que tiene el agente de recibir la compensación por clientela, una vez que ha desaparecido el empresario principal, ésta podrá ser solicitada con cargo al patrimonio del ausente cuando el agente resuelva o denuncie el contrato por existir un incumplimiento o causa imputable al empresario. Cuando la compensación por clientela no pueda ser solicitada por esta vía, será preciso que se produzca junto con la declaración de fallecimiento del empresario principal, la denuncia del contrato por parte de los sucesores de éste. 4.4. Desaparición de la persona jurídica como supuesto asimilable. A primera vista parece discutible la posibilidad de extender la solución del art. 27 LCA al supuesto del agente y principal personas jurídicas, ya que el precepto se refiere, única y exclusivamente, al caso de fallecimiento de personas físicas. La duda no carece de razón si tenemos en cuenta que, cuando la posición de agente es ocupada por un empresario persona jurídica, el elemento del intuitu personae queda sustituido por el intuitu instrumenti de la empresa del agente. El precepto por lo tanto, habrá de ser interpretado de acuerdo con la estructura empresarial del agente y del empresario principal. Así pues, cuando el agente sea una sociedad mercantil, la muerte o desaparición de uno o varios de sus socios gestores no implicará necesariamente la desaparición de la empresa; y por lo tanto no sería éste un supuesto equiparable a la muerte o declaración de 78 Debido al carácter intuitu personae que tiene el contrato de agencia respecto de la figura del agente, no nos parece muy posible en la práctica la posibilidad que apunta LARA GONZÁLEZ, de que una vez desaparecido el agente, «si el empresario siguiera viendo cumplidas todas sus expectativas con respecto al contrato de agencia que había concluido con el agente desaparecido, no vemos razón para que el contrato se extinga, puesto que el sucesor o sucesores en la empresa del agente ahora declarado fallecido se encuentran desarrollando su labor de intermediación de forma satisfactoria» Las causas...Cit., pág. 405. Olvida también el autor que el art. 27 de la LCA asimila los efectos de la declaración de fallecimiento a la muerte del agente, y las consecuencias de esta circunstancia es la extinción automática del contrato. 29 fallecimiento del agente persona física, en cuanto causa de extinción automática del contrato de agencia. Únicamente sería equiparable a la muerte o declaración de fallecimiento de alguna de las partes del contrato de agencia, la extinción de la sociedad. Si embargo, tampoco podemos desconocer que la extinción de una sociedad no se produce de manera instantánea como ocurre con al muerte de una persona física. El proceso extintivo de una sociedad se inicia con el acuerdo de la disolución de la misma79, produciéndose desde este momento un cierto efecto extintivo en las relaciones entre la sociedad disuelta y los terceros, y culmina con la cancelación registral de los asientos practicados al inscribir la sociedad. Por lo tanto, ante la disolución de la sociedad, -bien sea ipso iure, por acuerdo del órgano social competente o, en su caso, por el juez- quedará facultada cualquiera de las partes del contrato de agencia para denunciar el contrato sin necesidad de respetar preaviso alguno80. Para el ejercicio por las partes de la citada facultad, y por aplicación analógica del art. 26.2 LCA se entenderá que en tales casos el contrato finaliza a la recepción de la notificación escrita en la que conste que la disolución se ha producido por cualquiera de las vías anteriormente indicadas, así como la voluntad de dar el contrato por extinguido. En caso de no hacer uso de esta facultad, la disolución de la sociedad no conlleva automáticamente la extinción del contrato de agencia, ocurriendo esto cuando se culmine el período de liquidación en que inmediatamente entra la sociedad disuelta81, pues durante la liquidación la sociedad aún sigue existiendo. Tras la disolución de una sociedad que es parte de un contrato de agencia –ya sea agente o principal-, no podrá desplegarse los efectos que la LCA (art. 27) tiene reservados para el caso de muerte de las personas físicas partes del contrato. No se considera adecuado, conforme a un mismo principio de justicia material, el diferente trato que, para la sociedad agente y la sociedad empresario principal, resultaría de aplicar el art. 27 LCA, una vez que la relación de agencia ha dejado de considerarse como una relación intuitu personae entre las partes. Resulta más adecuado, por lo tanto, la solución que considera que, tanto la disolución de la sociedad agente como la de la sociedad empresario principal, acompañada de la oportuna denuncia, ocasiona, la extinción automática del contrato de 79 A diferencia de la muerte de las personas físicas, la extinción de la sociedad no es un acontecimiento instantáneo, sino el resultado de un complejo proceso en el que se pone de manifiesto el doble aspecto obligacional e institucional- de la misma. De esta forma, extinción de la sociedad no es sólo resolución del contrato social, sino también eliminación de la persona jurídica nacida de aquél contrato. También para el caso de extinción de la persona jurídica, el ordenamiento jurídico arbitra medios para que antes ponga fin a sus relaciones jurídicas con otros sujetos (acreedores y socios). El procedimiento elegido para la extinción es precisamente el de la extinción y disolución de la sociedad. En este sent ido, LARA GONZÁLEZ, las causas...Cit., pág. 427. BELTRAN, E., La disolución de la sociedad anónima. Madrid, 1997, pág. 23yss. 80 En contra, PORFIRIO CARPIO, RDM, 1993, pág. 1264; VALENZUELA, D.N., 1993, pág. 9; MARTÍNEZ SANZ, La indemnización por clientela, Ia Edición. Ob. Cit., pág. 168., quienes consideran que la disolución de una sociedad que sea parte en el contrato de agencia conllevará la extinción automática del mismo. 81 En este sentido, LARA GONZÁLEZ, Las causas...Cit., pág. 429 y 430. MARTÍNEZ FLOREZ, A., si bien esta autora reserva la facultad de denuncia a la contraparte de la sociedad afectada por la disolución. En RDM, 1996, pág. 1187. MARTÍNEZ SANZ, F., Comentario...Cit, pág. 453. No obstante, este último autor advierte que tampoco es idónea la solución alternativa de fijar en el momento de la cancelación registral de la sociedad el momento en que se produce la extinción del contrato de agencia, salvo que previamente se haya denunciado. Los inconvenientes de adoptar tal solución derivan de la posibilidad de sobreveniencia de activos o pasivos una vez producida la cancelación, como puede ser la obligación de pagar indemnizaciones al agente. 30 agencia por inminente desaparición de una de las partes del contrato. Sobre lo que parece reinar acuerdo es acerca de las consecuencias del transcurso del período de liquidación, sin que el contrato haya sido denunciado o resuelto. En efecto, se ha entendido de manera unánime que la cancelación registral de los asientos de la sociedad sin transmisión de la empresa a un tercero conllevará la extinción automática del contrato de agencia82. Por lo que se refiere a la indemnización por clientela, cuando la sociedad que se disuelve sea la sociedad agente, sus liquidadores estarán legitimados para reclamar de la sociedad empresario principal, una vez extinguido el contrato de agencia. Igualmente, cuando se disuelva la sociedad empresario principal, podrá el agente reclamar la correspondiente indemnización por clientela a los liquidadores de la sociedad disuelta. Por el contrario, no tendrá derecho la sociedad agente o distribuidora a recibir la indemnización por clientela cuando haya pactado la transmisión de la empresa y ésta conlleve la cesión del contrato de agencia83; incluso perderá este derecho cuando sin haber pactado la transmisión de la empresa, el agente haya decidido el contrato de agencia. En ambos casos, la causa de exclusión de la indemnización se encuentra en al letra c) del art. 30 LCA, que señala como supuesto de inexistencia de derecho a la indemnización por clientela y a la de daños y perjuicios el hecho de que, «con el consentimiento del empresario, el agente hubiese cedido a un tercero los derechos y las obligaciones de que era titular en virtud del contrato de agencia». Nos encontramos ante una «cesión consentida» del contrato, que podría revestir la forma de una novación extintiva o modificativa de la relación contractual, en función de la voluntad de las partes84. Esta opción podría tener una indudable repercusión en el plazo indemnizatorio de no existir la letra c) del art. 30 LCA, pues sólo en el caso de novación extintiva del contrato de agencia estaría presente el primero de los presupuestos que dan lugar a la indemnización por clientela, es decir, la extinción del contrato primitivo de agencia. La distinción, sin embargo, carece de relevancia práctica al excluirse ex profeso la indemnización por clientela en cualquier supuesto de «sucesión consentida» del contrato en virtud del art. 30. c) LCA. El fundamento de dicha exclusión legal se encuentra en la presunción de que el agente, cuando cede su posición en el contrato de agencia a una tercera persona, lo hace a cambio de una retribución percibiendo del sucesor una cantidad de dinero que debiera, en principio, cubrir la indemnización por clientela. Es decir, el agente lo que hace es transmitir su parte del activo común en la relación de agencia a un tercero, percibiendo de éste el pago, motivo por el que ya no tendrá derecho a recibir de nuevo el valor de su cuota 82 MARTÍNEZ FLOREZ, A. pág. 1187; DOMÍNGUEZ, A., pág. 1313; LARA GONZÁLEZ, R, pág. 430; MERCADAL, pág. 583; MARTÍNEZ SANZ, F., Comentario... Cit., pág. 455. 83 En ausencia de regulación específica del problema, en el ordenamiento español ha de entenderse que para lograr la transmisión de los contratos se precisará no sólo un acuerdo entre el empresario transmisor y el adquirente, que producirá efectos ínter partes, sino sobre todo, un acuerdo entre el adquirente y el tercero ajeno al contrato u operación por la que se produzca la transmisión, al tratarse de una subrogación contractual. En cuanto a la viabilidad de una subrogación automática del empresario adquirente en la posición contractual del adquirente, véase LARA GONZÁLEZ, Las causas...Cit., pág. 432 y ss. 84 Mientras la novación extintiva del contrato conlleva la extinción del primero de los contratos de agencia, en la novación modificativa se entiende que se ha producido una modificación subjetiva en el contrato, pero la relación obligatoria primitiva permanece. Sea cual sea la opción elegida por las partes, consideramos que, la cesión a un tercero de los derechos y obligaciones de que fuese titular el agente en virtud del contrato, no implica a nuestro juicio, que el sucesor haya de verse, necesariamente, sometido a cláusulas idénticas a las que figuraban en el contrato anterior, sino pues deben admitirse l as modificaciones en el contenido contractual, sin que la unidad de la relación contractual quede rota. Sobre las diversas interpretaciones ofrecidas por la doctrina comparada, puede verse LARA GONZÁLEZ, Las causas...Cit., pág. 437.; MARTÍNEZ SANZ, F., La indemnización...Cit., pág. 243. 31 de activo común del empresario. Esto es lo que, en definitiva, lleva a negar la indemnización en tal hipótesis, sin importar el que de hecho, reciba o no contraprestación por ello, pues ésta es una cuestión que atañe únicamente a la esfera interna de las relaciones entre el agente cedente y agente cesionario, por lo que será indiferente a efectos de conocer o negar la indemnización. Será finalmente el agente cesionario quien tenga derecho a obtener la indemnización por clientela del empresario cuando el contrato de agencia se extinga entre ambos, contabilizándose para ello tanto los clientes adquiridos por el agente cesionario, como los adquiridos anteriormente por el agente cedente. La razón de ello es que el agente cesionario, tras la novación modificativa subjetiva que implica la cesión, se ha convertido en titular de los derechos y obligaciones de que era titular el agente primitivo, por lo que sólo a él corresponde la indemnización por toda la clientela adquirida durante la vigencia del contrato de agencia. 5. Declaración de concurso de cualquiera de las partes. La declaración de concurso del agente o del principal constituye una causa de extinción del contrato de agencia, que no siempre atribuye al agente la posibilidad de reclamar y obtener la compensación por clientela; lo que dependerá en gran medida de las circunstancias concretas que rodeen en la declaración de concurso, de la actuación de las partes movidas por diversos intereses, además del cumplimiento de los otros presupuestos materiales de la indemnización. La PALCD de 2006 establece que «en caso de concurso se estará a lo pactado por las partes», dejando a la autonomía de la voluntad la posibilidad de obtener una compensación por clientela. Como principio general, la declaración de concurso de cualquiera de las partes no extingue ope legis el contrato de agencia85, pero constituye una de las excepciones – expresamente contempladas en el art. 26.1.b) LCA- para denunciar el contrato de agencia sin necesidad de conceder preaviso. Esta no era, sin embargo, la solución que propugnaba la mayor parte de la doctrina con anterioridad de la ley del contrato de agencia de 1992 para el supuesto de quiebra de alguna de las partes de la relación de agencia, manteniendo una solución distinta para cada una de ellas. Así, mientras la declaración de quiebra del agente constituía causa de extinción automática del contrato de agencia; cuando quien resultaba ser declarado en quiebra era el empresario, la relación de agencia no se extinguía automáticamente, sino que conformaba una justa causa para su denuncia86. La LCA atribuye los mismos efectos a la declaración de concurso de cualquiera de las partes, por lo que se refiere a la extinción de las relaciones de agencia. Sin embargo, esta solución idéntica para ambos contratantes, que a primera vista parece loable desde una perspectiva de equilibrio contractual, va a suponer en la práctica para el agente un inconveniente añadido para la obtención de la compensación por clientela, como a continuación se verá. 85 En contra LLOBREGAT HURTADO, M.L., quien afirma que «tanto la declaración de quiebra como la admisión a trámite de la solicitud de suspensión de pagos constituyen a tenor de lo dispuesto en el artículo 26.2 de la ley, una causa “ope legis” de extinción del contrato, es decir, extinción automática de la relación contractual». El contrato...Cit., pág.230. 86 Ciertamente, antes de la LCA era frecuente afrontar este problema recurriendo, en vía analógica, a lo dispuesto para el contrato de comisión en el artículo 280 C.Cm., según el cual «por muerte del comisionista o su inhabilitación se rescindirá el contrato; pero por muerte o inhabilitación del comitente no se rescindirá, aunque pueden revocarlo sus representantes»'. Conforme al referido precepto, la quiebra del agente —o la inhabilitación que ésta conlleva- era causa de extinción automática del contrato de agencia. Mientras la solución ofrecida por el art. 280 C.Cm. para el caso de muerte ha sido recogida en el art. 27 de la LCA; no lo ha sido así para el caso de concurso. GARRIGUES, J., Tratado de Derecho Mercantil. T° II, Madrid, 1983, pág. 572. 32 5.1. Concurso del agente. La declaración de concurso del agente abre la vía, para el empresario principal, de ejercitar la facultad de denunciar el contrato sin necesidad de preaviso, conforme al art. 26.1. b) LCA. De esta forma, la declaración de concurso no es propiamente una causa de extinción automática del contrato, sino la justa causa que autoriza al principal a denunciarlo sin preaviso87. Cuando el principal ejercita su facultad de denunciar, esta situación de insolvencia del agente –y su posterior declaración de concurso- no le impide conservar su derecho a la compensación por clientela, como es general en los supuestos de extinción del contrato por voluntad del empresario. Sin embargo, es posible que la cantidad obtenida no pueda ser administrada directamente por el agente, si se trata de un concurso necesario, dada la inhabilitación que éste sufre en tal caso88, pasando directamente a integrar la masa activa del concurso. Sin embargo, al no constituir la declaración de concurso del agente, una causa de extinción automática del contrato, este hecho permitirá que la efectiva extinción del contrato pueda quedar diferida en el tiempo, a voluntad del principal, con la finalidad precisamente, de retrasar o evitar la compensación por clientela al agente. Incluso podrá el principal en algunos casos –de concurso necesario- eludir la compensación por clientela y extinguir el contrato, si tras la declaración de concurso del agente, se limita a esperar que la consiguiente inhabilitación del agente para el ejercicio de su actividad le lleve a un incumplimiento de sus obligaciones contractuales. Verificado el incumplimiento por parte del agente, el principal podrá, en base a él, denunciar sin preaviso el contrato, excluyendo así cualquier tipo de indemnización (por clientela y de daños y perjuicios), conforme a la excepción del art. 30.a) LCA. En tal caso, partiendo de un concurso que podría calificarse de fortuito o producido por causas no imputables al agente, la inhabilitación del agente acaba provocando un incumplimiento por parte de éste, que faculta al principal para excluir la indemnización. Pero cabe también el supuesto inverso, en que el estado de insolvencia del agente tuviese su origen en circunstancias que supongan un incumplimiento por éste de alguna de las obligaciones, circunstancias en que el agente incumple el deber genérico de actuar lealmente y de buena fe, velando por los intereses del empresario, y donde el concurso se deba a causas imputables al deudor (concurso culposo). En este caso, el principal podría directamente denunciar por incumplimiento el contrato invocando este deber genérico incumplido y excluir el derecho a la indemnización por clientela89, en lugar de esperar un nuevo incumplimiento del agente. A nuestro entender, existe un desajuste legal en el régimen de esta causa de extinción que precisaría de algunos «retoques normativos» de lege ferenda. En la actualidad, la declaración de concurso del agente abre la vía para que el empresario 87 STS nº 1173/2006 de 27 de noviembre (RJ 2007/272) Así, conforme al art. 40 de la Ley Concursal, el régimen de inhabilitación varía en función del carácter voluntario o necesario del concurso. En caso de concurso voluntario, el deudor conservará las facultades de administración y disposición sobre su patrimonio, quedando sometido el ejercicio de éstas a la intervención de los administradores concúrsales, mediante su autorización o conformidad. En caso de concurso necesario, se suspenderá el ejercicio por el deudor de las facultades de administración y disposición sobre su patrimonio, siendo sustituido por los administradores concursales. 89 En este sentido, M ARTÍNEZ F LOREZ, A., «La declaración judicial de quiebra como causa de denuncia del contrato de agencia», en Estudios de Derecho Mercantil en homenaje al profesor Justino Duque Domínguez. Vol. II, Valladolid, 1998, pág. 1282; MARTÍNEZ SANZ, F., La indemnización...Cit., pág. 129. 88 33 principal ejercite la facultad de denuncia del contrato, quedando la extinción del contrato, y por consiguiente la compensación del agente a su libre voluntad y decisión. La correcta solución del problema no creemos que pase, como ha afirmado la mayoría de la doctrina90, por adoptar nuevamente la solución tradicional que proponía la extinción automática del contrato de agencia en caso de declaración de concurso del agente, habida cuenta de que la declaración de concurso no supone tras la Ley Concursal de 2003 una interrupción de la actividad empresarial que viniera ejerciendo el deudor. De otro lado, la declaración de concurso no siempre ha de terminar en un procedimiento liquidatorio de la empresa; y el contrato de agencia puede servir de instrumento que contribuya a la conservación de la empresa en crisis. El «desajuste legal» a que hacemos referencia, podría encontrar solución, en nuestra opinión, si se admitiese la legitimación indistinta por cualquiera de las partes para ejercitar la facultad de denunciar sin preaviso del art. 26.1.b) LCA en caso de declaración de concurso de cualquiera de ellas, en vez de reservar dicha facultad de denuncia para la parte in bonis únicamente. De esta manera, podrá el agente extinguir el contrato de agencia cuando hubiera sido declarado en concurso sin necesidad de esperar a la iniciativa del principal para extinguir el contrato. No obstante, para evitar posibles fraudes por parte del agente, quien podría estar motivado para llevar a cabo actuaciones tendentes a conseguir su declaración de concurso con la finalidad de obtener a continuación la indemnización por clientela, sería necesario un segundo «retoque normativo» que modificara también el art. 30.b) LCA. De esta manera, el art. 30.b) LCA debería incluir entre las circunstancias que permiten al agente mantener la indemnización por clientela cuando él mismo ha denunciado el contrato, la de haberse producido la declaración de concurso del propio agente, siempre que no se trate de un concurso culposo. 5.2 Concurso del principal. La declaración de concurso del principal, seguida por la denuncia sin preaviso por parte del agente, conforme al art. 26.1 b) LCA, no impide a éste conservar su derecho a la compensación por clientela. Pese a producirse la extinción del contrato por denuncia del agente, ha de entenderse que el concurso es una «circunstancia imputable al empresario», con independencia de cuál sea su correcta calificación; y por lo tanto entre en juego la excepción que contempla el art. 30. b) LCA, conservando el agente su derecho a compensación. Por el contrario, cuando tiene lugar la declaración de concurso del principal, y ésta no va seguida de la denuncia del agente, el contrato de agencia sigue manteniendo su vigencia sin que quepa entender que el mismo queda, por el sólo hecho de la declaración, automáticamente en suspenso, como era criterio general entre la doctrina anterior91. Las razones de la suspensión automática del contrato de agencia, para esta doctrina, se basaban en los efectos que la inhabilitación del empresario quebrado producía sobre la relación de agencia, haciendo que ésta quedase paralizada. Con la aprobación de la Ley Concursal tales razones desaparecen al dejar de ser regla general la inhabilitación del empresario como efecto inmediato de la declaración de concurso. Al respecto, el art. 44.1 90 MARTÍNEZ SANZ, F. Comentario...Cit., pág. 439; MARTÍNEZ FLOREZ, A., pág. 1193; LARA GONZÁLEZ, R., pág. 351; MERCADAL, pág. 570. 91 Así, a favor de la suspensión automática del contrato de agencia por el sólo hecho de la declaración de quiebra del principal, M ARTÍNEZ F LÓREZ, A., Ob. Cit, pág. 1267; M ARTÍNEZ S ANZ, F., Comentario...Cit., pág. 440. 34 de la Ley Consursal establece que «la declaración de concurso no interrumpirá la continuación de la actividad profesional o empresarial que viniera ejerciendo el deudor». No obstante, en los supuestos excepcionales en que la declaración de concurso conlleve al cierre de la totalidad o parte de los establecimientos del deudor acordado por el juez (art. 44. L.C.), sí se producirá la suspensión del contrato de agencia. Pero como decimos, la Ley Consursal contempla este hecho como excepción (art. 44.4). Sin embargo, como ha puesto de manifiesto la doctrina, la compensación por clientela del agente en el supuesto de concurso del empresario, tropieza con un obstáculo añadido en los casos en que el citado concurso termine en un procedimiento liquidatorio de la empresa del principal. En tal caso, la compensación decaerá porque la actividad anterior del agente difícilmente podrá reportarle al empresario «ventajas sustanciales» en el futuro. Este presupuesto solo quedaría verificado cuando se acordase la continuación en el ejercicio de la empresa. Este no es, sin embargo, un obstáculo insalvable, pues la peculiaridad del supuesto de hecho exige que la verificación del presupuesto «ventajas sustanciales en el futuro» se realice de forma indirecta. Es decir, el presupuesto quedará verificado cuando la masa del concurso pudiese extraer alguna ventaja de la clientela captada por el agente, como la posible plusvalía de la empresa representada por la clientela y reflejada en el precio de enajenación92. BIBLIOGRAFÍA BALDI, R. // contrato di agencia. La concessione di vendita. II franchising. Milán, 1992 BELTRAN, E., La disolución de la sociedad anónima. Madrid, 1997, pág. 23 y ss. BERCOVITZ ÁLVAREZ, R., «Contrato de agencia», en Contratos Mercantiles (dirig. por BERCOVITZ RODRIGUEZ-CANO, A.), Navarra, 2004, pág. 450 y ss. BOTANA AGRÁ, M., «El contrato de agencia en el Derecho español», DN, 1993, n° 30, pág. 1 y ss. CLEMENTE MEORO, M. E., «Término y vencimiento anticipado: antecedentes históricos», ADC, 1991, pág. 1529 y ss. DÍAZ ECHEGARAY, J.L., «El contrato de distribución exclusiva o de concesión», en Contratos Mercantiles (dirig. por BERCOVITZ RODRIGUEZ-CANO, A.), Navarra, 2004, pág. 474 y ss. 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Este último autor advierte que «En realidad, la dificultad apuntada en el texto, referida a la compatibilidad entre la quiebra del empresario como justa causa de la denuncia del contrato sin preaviso por el agente, y la posibilidad de obtener compensación por clientela, no sería sino reflejo concreto de la discordancia que, en un plano general se parecía en el texto de la Directiva comunitaria.... Ciertamente, el hecho de que entre los presupuestos ineludibles de la indemnización por clientela figure la susceptibilidad de producir ventajas al empresario en el futuro (art. 17.2.a) conduce a que en determinados casos, como la quiebra del empresario, si bien no es la única hipótesis, la concesión de la indemnización pueda resultar muy discutible. Y ello, pese a que desde un punto de vista de justicia material, su atribución se revele muy equitativa». 35 CARAVACA A.L. Y FERNÁNDEZ DE LA GÁNDARA), Madrid, 1997. «Aproximación al régimen jurídico de los contratos de distribución. 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