Fin de la procreación: histerectomía

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Histerectomía
Fin de la procreación
Cuando otros tratamientos han fallado,
la extirpación del útero –cirugía mayor más frecuente
en la mujer después de la cesárea–, ofrece
hoy más beneficios que riesgos / María Cristina Sanhueza
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Rx
histerectomía
La intervención por vía abdominal
es la más común, aunque requiere un tiempo
de recuperación más largo.
Cada día, cientos de mujeres ingresan al quirófano para someterse a la extracción parcial
o total del útero, órgano muscular que cobija
el desarrollo del bebé en el vientre materno. La
operación, denominada histerectomía, implica
la extirpación del órgano, bien sea a través de
una incisión en pleno abdomen o por vía vaginal,
facilitada por laparoscopia. En el caso de mujeres en edad fértil, la intervención precipita el
cese de la menstruación e imposibilita en forma
definitiva el embarazo.
La histerectomía recibe el nombre de parcial
o supracervical si se remueve sólo el útero y se
deja el cuello uterino, esa especie de puente
entre el canal vaginal y la entrada al útero. La
mayoría de las veces, sin embargo, la cirugía es
completa o total e incluye el cuello uterino. En
*
En algunas pacientes, la recuperación
postoperatoria también supone
controlar la sensación de pérdida
En Venezuela se calcula entre 100.000 y
150.000 el número de histerectomías realizadas
anualmente, una cifra porcentual superior a la
de países desarrollados (600.000 en Estados Unidos), donde la mujer acude con más frecuencia
al control ginecológico.
Afecciones de peso
La operación es necesaria en casos de fibromatosis uterina, cáncer en los órganos del aparato
reproductor, hiperplasia de endometrio (revestimiento del útero), endometriosis y prolapso
uterino.
° Fibromatosis uterina
La presencia de fibromas –tumores benignos– en
el músculo liso del útero, que causan profuso
sangrado, dolor y molestias, es el motivo más
frecuente de histerectomía. Sin embargo, aclara
Nucete Viani, los fibromas a menudo no causan
molestias, se atrofian y desaparecen después de
la menopausia.
° Cáncer endometrial, cervical (cuello uterino),
ocasiones, es imprescindible retirar además la
parte superior de la vagina y sus tejidos de apoyo,
como ocurre en ciertos casos de cáncer. Se habla
entonces de histerectomía radical. En algunas
oportunidades existe la necesidad de extraer
también los ovarios y las trompas de Falopio. Esa
intervención recibe el nombre de histerectomía
y salpingooforectomía bilateral.
La histerectomía es una intervención de alta
frecuencia y registra bajas tasas de mortalidad.
Manuel Nucete Viani, cirujano general y ginecológico que ha practicado más de 300 histerectomías en hospitales y clínicas de Caracas, explica
que la operación se recomienda generalmente
–con excepción de cuadros de cáncer que decretan su urgencia– después de haber probado
otros tratamientos.
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de ovarios y trompas de Falopio
En algunos casos se torna imperiosa la histerectomía radical, para evitar la diseminación
del cáncer o salvar la vida de la paciente. En
mujeres con cáncer de ovario se considera, antes
de decidir la operación, su edad y la intención
de concebir un hijo.
° Hiperplasia de endometrio
La paciente presenta un crecimiento del tejido
endometrial en forma desmedida, con células
normales o atípicas. Si es de tipo complejo y
células atípicas, se trata de precáncer.
° Endometriosis
Es una dolencia no prevenible en la que el tejido
endometrial crece fuera del útero e invade la
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histerectomía
Delineado femenino
Núcleo del aparato reproductor femenino, el útero
es un órgano con forma de pera, situado dentro de la pelvis
–detrás del pubis– entre la vejiga y el recto. Se divide en
dos partes: el cuello uterino o cérvix y el cuerpo principal (corpus).
El cuello uterino es la parte inferior y estrecha del útero que
forma un canal entre el útero y la vagina. El cuerpo –con
abundante musculatura– se agranda para albergar al feto.
cavidad pélvica (vejiga, intestino, peritoneo).
De índole benigna, incapacita a 10% de quienes
la padecen y causa menstruaciones dolorosas,
sangrado vaginal, migraña y fiebre. Cuando el
tratamiento reductor de estrógenos y extracción
de los tejidos no da resultado, es necesaria la
extirpación del útero y los ovarios.
° Prolapso uterino
Condición en la que el útero se desplaza hacia la
vagina debido al debilitamiento de ligamentos y
tejidos (por edad, partos repetidos, obesidad). La
intervención es necesaria cuando la terapia con
estrógenos, ejercicios y reparación de tejidos no
mejora la situación. Nucete Viani apunta que, en
ocasiones, la laxitud es de tal grado que permite
extraer el útero fácilmente por la vagina, sin la
utilización de laparoscopia.
° Razones incidentales
Casos de pacientes con patología ovárica tumoral que no desean tener más hijos o que están
en la posmenopausia y piden que de una vez se
les retire “todo”.
Cuestión de modalidad
La histerectomía puede hacerse por medio de un
corte abdominal o por vía vaginal (requiere incisiones laparoscópicas previas en el abdomen).
Bajo anestesia general o peridural, la modalidad
de la intervención depende de cada caso, precisa
el gineco-obstetra José Teppa.
La intervención por vía abdominal es la más
común, aunque requiere un tiempo de recuperación más largo. La histerectomía laparoscópica
se efectúa sólo cuando se trata de úteros más
bien pequeños, como en el caso de mujeres posmenopáusicas (la vagina dificulta la extracción
de órganos fibromatosos o muy grandes). De mayor duración en quirófano y más costosa que la
histerectomía abdominal, tiene a su favor que no
deja cicatriz y su recuperación es más rápida.
La laparoscopia –utilizada tanto para el diagnóstico como durante el proceso quirúrgico
por vía vaginal– consiste en la introducción
de instrumentos ópticos con fuente de luz y
videocámara a la vía peritoneal, a través de la
cicatriz umbilical, por canales con un diámetro
de entre 5 y 12 milímetros, explica Nucete Viani. Esos estrechos conductos permiten el uso de
pinzas más largas que las convencionales, que
el cirujano utiliza para la liberación de todos
los medios vasculares y ligamentos del útero,
mientras observa su trabajo minucioso en un
monitor de televisión.
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histerectomía
Los riesgos de la histerectomía
son los inherentes a cualquier
intervención quirúrgica (problemas
derivados de la anestesia, infecciones, sangramientos, lesiones
en órganos cercanos).
Impacto físico y emocional
El tiempo habitual de permanencia en el hospital después de una histerectomía es de dos a
tres días, aunque depende del tipo de cirugía,
subraya Teppa. Por lo general, las actividades
normales se pueden reanudar gradualmente,
después de seis semanas, siempre y cuando no
produzcan dolor y fatiga.
Cuando durante la intervención se remueven
ambos ovarios (órganos productores de las hormonas femeninas) a una edad fértil, es preciso
recurrir a una de las tantas y eficaces terapias
de reemplazo estrogénico, para hacer frente a
la menopausia que se desencadena, advierte el
especialista. En cambio, “si se dejan los ovarios,
aunque sea uno solo, la menopausia no se presenta y continúa la producción de óvulos que al no
ser fertilizados se disuelven en el abdomen”.
Desde el punto de vista emocional, si bien en
muchas mujeres la pérdida del útero supone
una reacción mínima o moderada, en otras se
desarrolla un verdadero proceso de duelo.
Felícitas Kort, psicólogo clínico y presidenta
de la Asociación Venezolana para el Avance de
las Ciencias del Comportamiento, explica que
la etapa de negación, así como la de ira –por
la pérdida de la capacidad de tener hijos–, son
previas a la de aceptación (incluye hacerle frente
a la eventual incomprensión e insensibilidad de
familiares y amigos). En la secuencia disfuncional pueden aflorar desde la culpa, la vergüenza
y el aislamiento, hasta la baja autoestima y la
falta de control.
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La terapia para el manejo del impacto emocional de una histerectomía incluye estrategias
para desarrollar alternativas en el modo de
pensar o actuar, y poder mitigar la sensación de
catástrofe y transformar la adversidad en una
ventaja. La reacción emocional de la paciente
después de la cirugía está lógicamente sujeta a
la preparación previa, a la edad, a la razón y al
resultado de la intervención.
Disfrute sexual
Curiosamente, y al contrario de la suposición
común, los especialistas concuerdan en que
a menudo la sensación de placer durante la
experiencia sexual aumenta después de la histerectomía. Los casos de disfunción son poco
frecuentes. La razón podría atribuirse a la falta
de preocupación por quedar embarazada y a la
tranquilidad que deriva de ya no tener un órgano
que sólo producía problemas físicos –sangramientos, dolor y malestar–, amén de angustia
y mortificaciones.
La resequedad vaginal que pudiera resultar
–causa de irritación y dolor durante la relación
sexual– se corrige fácilmente con la utilización de
productos hormonales, precisa Teppa. En ciertos
casos, explica, se produce un acortamiento de la
vagina, que ha quedado como un saco cerrado
en la cúpula o fondo. Sin embargo, con el tiempo
puede originarse un discreto estiramiento del
tejido que, sumado a la adopción de ciertas posiciones sexuales, alivia la molestia.
Aunque con efectos variables en cada paciente, después de la histerectomía la mujer
no siente las contracciones uterinas habituales
durante el orgasmo.
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F U E N T E S C O N S U LTA D A S
º Manuel Nucete Viani, cirujano general y ginecológico. Clínica Sanatrix.
º José Teppa, obstetra ginecólogo. Clínica Sanatrix.
º Felícitas Kort, psicólogo clínico, presidenta de la Asociación Venezolana
para el Avance de las Ciencias del Comportamiento.
º The National Women’s Health Information Center.
º Manual Merck de Información Médica para el Hogar. Merck Sharp &
Dohme. Editorial Océano.
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