El procedimiento de habeas corpus

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EL PROCEDIMIENTO DE HABEAS CORPUS.
2
INDICE.
INTRODUCCION
CAPITULO I
EL DERECHO FUNDAMENTAL DE LIBERTAD
Generalidades
Antecedentes de Derecho Positivo
Reconocimiento Internacional
La libertad como derecho limitado
Enfoque Constitucional
CAPITULO II.
EL PROCEDIMIENTO DE HABEAS CORPUS
Antecedentes
El Writ of habeas corpus anglosajón
La manifestación de personas
El habeas corpus en la Constitución española de 1978
Legitimación
Competencia Jurisdiccional
Interposición y Demanda
Obtención judicial de datos
Audiencia
Pruebas
Resolución
Posibles conductas delictivas
CAPITULO III.
MEDIOS DE IMPUGNACION
Amparo
Instancia Internacional
CAPITULO IV.
3
DERECHO COMPARADO
El juicio de amparo mexicano
Procedencia
Legitimación
Interposición
Demanda
Suspensión del acto reclamado
Suplencia en la deficiencia de la queja
Breves reflexiones
BIBLIOGRAFIA
4
EL PROCEDIMIENTO DE HABEAS CORPUS.
El que no puede corregir la conducta de los
ciudadanos, sino suprimiéndoles las comodidades de
la vida (o los derechos fundamentales), debe
confesar que no sabe gobernar a hombres libres.
THOMAS MORO.
INTRODUCCION.
Una de las principales preocupaciones de todo jurista, debe ser el correcto
funcionamiento del Estado de Derecho, pugnando principalmente por la Justicia.
No estaremos ante la justicia real si no tomamos en consideración que el pleno
desarrollo hombre no será posible si a éste no se le reconocen los derechos humanos
que le son inherentes por el solo hecho de serlo; es por lo cual el interés en la justicia y
el desenvolvimiento de los derechos humanos.
No obstante la variedad de derechos humanos existentes, considero que uno de los
que contienen gran importancia es el derecho a la libertad, puesto que sin éste, poca
evolución encarnaría al hombre para lograr una vida plena y feliz.
La libertad personal (específicamente), ha sido uno de los derechos más pugnados
por el clamor social y la constante evolución de la sociedad, siendo actualmente
reconocida en la totalidad de los Estados civilizados; más de igual forma, dicho
derecho fundamental es potencialmente susceptible de mayor número de violaciones
por parte de los actos arbitrarios de autoridad.
No obstante, la libertad persona es reconocida por los ordenamientos jurídicos, de
poco sirve su reconocimiento si no se prevén los medios específicos para hacerla
efectiva en caso de vulneración.
En España, el procedimiento de Hábeas Corpus, es un medio idóneo para impugnar
jurisdiccionalmente las violaciones a la libertad persona, por lo cual, intentaremos
realizar una breve descripción del procedimiento aludido, éste es el objetivo específico
de la presente obra, la cual si no pretende cubrir la totalidad de las expectativas de los
5
estudiosos del tema, si contendrá las ideas y razonamientos básicos para su
conocimiento y comprensión.
Madrid, a 23 de mayo de 1997.
6
CAPITULO PRIMERO.
EL DERECHO FUNDAMENTAL DE LIBERTAD.
1.1. Generalidades. 1.2. Antecedentes de Derecho
Positivo. .3. Reconocimiento Internacional. 1.4. La
libertad Personal como Derecho limitado. 1.5.
Enfoque Constitucional.
1.1. GENERALIDADES.
A fin de que el hombre pueda desarrollarse como tal, es necesario permitir que
dirija plenamente sus acciones, puesto que en caso contrario, no es sino un elemento
reflejo de quien lo determina, perdiendo así una de las características esenciales del ser
humano, la libertad.
Por ello, "una de las condiciones indispensables, sine qua non, para que el individuo
realice sus propios fines, desenvolviendo su personalidad y propendiendo a lograr su
felicidad, es precisamente la libertad, concebida no solamente como una mera potestad
psicológica de elegir propósitos determinados y escogitar los medios subjetivos de
ejecución de los mismos, sino como una actuación externa sin limitaciones o
restricciones que hagan imposible o impracticable los conductos necesarios para la
actualización de la teleología humana".1
Así pues, la libertad, es un derecho inseparable del ser humano, irrenunciable,
imprescriptible e inalienable; conforma uno de principales derechos humanos,
emanados del derecho natural, y los cuales ostenta el hombre por el solo hecho de
serlo, con plena independencia de que éstos le sean reconocidos o no por el
ordenamiento jurídico de la sociedad en que se desenvuelve, dado que como se indicó,
forman parte del derecho natural, el cual no es producto de la legislación de un estado
determinado.
1
Burgoa, Ignacio.
Las Garantías Individuales.
Ed. Porrua. pag. 17.
7
1.2. ANTECEDENTES DE DERECHO POSITIVO.
Partiendo de esta base, los derechos humanos, deben (y son en la mayor parte de las
legislaciones de derecho positivo) ser reconocidos por los estados, garantizando su
observancia a través de medios eficaces de obligada observancia.
Efectivamente, los derechos humanos han sido reconocidos por la sociedad durante
el transcurso de la historia, específicamente el derecho a la libertad, ya desde el siglo
XVIII, en países como Estados Unidos de América y Francia, se redactaron
documentos que pugnaron por el respeto y reconocimiento de estos.
Uno de los antecedentes mas remotos del respeto estatal a los derechos
fundamentales lo constituye el artículo 29 de la Carta Magna del monarca inglés Juan
Sin Tierra, en el cual se establecía: "Ningún hombre libré será detenido ni preso, ni
desposeído de su tenencia, de sus libertades o libres usos, ni puesto fuera de la Ley, ni
exiliado, ni molestado de manera alguna; y Nos no podremos ni haremos poner mano
sobre él, a no ser en virtud de un juicio legal de sus pares y según la ley de la tierra".2
1.3. RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL.
De igual forma, la sociedad internacional ha pugnado por el respeto a la libertad
personal de individuo, existiendo serias declaraciones y convenios a través de los
cuales se exige la observancia de este derecho fundamental; encontrando de entre éstas
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, misma que en su artículo 7o,
sanciona: "Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie
puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas
de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes
dictadas conforme a ellas". Así también, el numeral 5o del Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos dice: "Toda persona tiene derecho a la libertad y
a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, salvo en los casos siguientes y
con arreglo al procedimiento establecido por la ley". Finalmente, la Organización de
las Naciones Unidas, en el precepto 9o del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, se indica: "Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá
ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por la ley y con arreglo al
procedimiento establecido en ésta".
2
cfr. Castro, Juventino.
Garantías y Amparo. ed Porrua.
pag. 221.
8
Así pues, es en la espontánea elección de fines y de los medios a obtener los
mismos, en donde se ostenta efectivamente la libertad; medios y fines que son potestad
del individuo como tal a efecto estar en posibilidad de alcanzar su propia felicidad.
"La libertad social u objetiva del hombre se revela como la potestad consiente en
realizar trascendentalmente los fines que él mismo se forja por conducto de los medios
idóneos que su arbitrio le sugiere, que es en lo que estriba su actuación externa, la cual
sólo debe tener las restricciones que establezca la ley en aras de un interés social o
estatal o de un interés legítimo privado ajeno."3
Es pues, el derecho a la libertad, la libertad corporal, el punto medular de la
protección del procedimiento de habeas corpus, análisis primordial del presente
capítulo, y medio procedimental regulado en el derecho positivo español, tendiente a la
observancia por parte del estado de éste derecho fundamental.
1.4. LA LIBERTAD PERSONAL COMO DERECHO LIMITADO.
Como se indicó anteriormente, uno de los derechos humanos vigilado y regulado
minuciosamente por los ordenamientos constitucionales de los estados, es el derecho a
la libertad, específicamente la libertad física de las personas, debido precisamente a
que es un derecho indispensable para el desarrollo pleno del individuo como ser
humano y es fácilmente susceptible de violación en nombre de la obligación del Estado
de regular la vida en sociedad.
Este derecho (libertad física), se encuentra regulado específicamente (para el campo
de estudio que nos ocupa), en la Constitución española, formando parte (como hemos
indicado con anterioridad), de los derechos fundamentales de la persona humana; con
lo cual se convierte en un derecho público subjetivo, oponible y exigible al Estado. No
obstante, la normatividad positiva de este derechos constitucional no es ilimitada. Así
pues, "la libertad social, traducida en la potestad del sujeto para realizar sus fines
vitales mediante el juego de los medios idóneos por él seleccionados, y la cual
determina su actuación objetiva, no es absoluta, esto es, no está exenta de restricciones
o limitaciones. Estas tienen su razón de ser en la vida social misma. En efecto, la
convivencia humana sería un caos si no existiera un principio de orden";4 es decir,
paralelamente a la posesión de éstos derechos fundamentales o garantías individuales,
existen también deberes y obligaciones fundamentales en relación con ellos; así pues,
3
ob.cit. Burgoa, Ignacio. pag. 307.
ob.cit. Burgoa, Ignacio. pag. 305.
4
9
el derecho a la libertad personal, se encuentra restringido al cumplimiento de las
normas sociales positivas que cada Estado impone a sus integrantes, previendo éste la
posibilidad de disponer del derecho a la libertad física de la persona humana a efecto
de asegurar las diversas libertades y derechos del resto del conglomerado social, sin
que por esta razón, el Estado pueda actuar ilimitadamente en el uso de éste derecho en
aras de preservar el orden previamente establecido, dicha facultad estatal debe
encontrarse regulada jurídicamente.5 En efecto, el Estado, a través de sus autoridades,
tiene de igual forma, la obligación de cumplir con una serie de requisitos
indispensables y establecidas apriori, al uso de esa facultad restrictiva de las garantías
individuales de las personas.
1.5. ENFOQUE CONSTITUCIONAL.
La Constitución española, contienen un mínimo de derechos fundamentales
(garantías constitucionales), sin que sea obstáculo ésta inclusión de garantías
individuales en el máximo ordenamiento jurídico, para que dichos derechos
fundamentales puedan ser ampliados en la legislación ordinaria.
Estos derechos fundamentales, pueden ser divididos en garantías de libertad, de
igualdad, de propiedad y de seguridad jurídica; así pues, la garantía de libertad física
del individuo se encuentra comprendida dentro de las garantías consagradas como de
libertad. Ahora bien, dicha libertad personal, puede en determinados casos ser
interrumpida por el Estado en aras del cumplimiento del orden jurídico previamente
establecido; no obstante, a efecto de que la autoridad estatal se encuentre en
posibilidad de afectar al gobernado en su libertad personal, es necesario cubrir una
serie de modalidades jurídicas que le impone la Constitución y las leyes, emanadas de
esta.
"Ese conjunto de modalidades jurídicas a que tiene que sujetarse un acto de
cualquier autoridad para producir validamente, desde un punto de vista jurídico, la
afectación en la esfera del gobernado a los diversos derechos de éste, y que se traduce
en una serie de requisitos, condiciones, elementos, etc., es lo que constituye las
garantías de seguridad jurídica. Estas implican en consecuencia, el conjunto general de
condiciones requisitos, elementos o circunstancias previas a que debe sujetarse una
cierta actividad estatal autoritaria para generar una afectación válida de diferente índole
5
Fernández, Eusebio. El Problema del Fundamento de los Derechos
Humanos. Universidad Complutense de Madrid. pag. 77.
10
en la esfera del gobernado, integrada por el summum de sus derechos subjetivos. Por
ende, un acto de autoridad que afecte el ámbito particular de un individuo como
gobernado, sin observar dichos requisitos, condiciones, elementos o circunstancias
previos, no será válido a la luz del derecho".6 Por lo cual dichos derechos
fundamentales de seguridad jurídica son eminentemente positivos, en virtud de que a
diferencia de los restantes, consistentes en un respetar por parte del Estado, las
garantías ahora analizadas, contienen, no una abstención de vulnerar, sino el
cumplimiento de los requisitos impuestos por el ordenamiento jurídico.
Así pues, la Constitución, a través de sus garantías de seguridad jurídica establece
los requisitos mínimos a efecto de autorizar a las autoridades a restringir la libertad
personal de los individuos.
Ahora bien, la Constitución, debe tener diversos medios de defensa que le permitan
hacerse observar, estableciendo para ello procedimientos específicos y determinados,
mediante los cuales, los particulares tengan la posibilidad de impugnar el acto de la
autoridad estatal si este no se apega a los lineamientos fijados por la Constitución; es
pues, mediante el derecho fundamental a la seguridad jurídica que se protege la
garantía individual de libertad.
Respecto específicamente a la libertad personal, la Constitución española establece
en su artículo 17.4 la regulación de un procedimiento de "habeas corpus" a efecto de
proteger la libertad de los gobernados si la privación de ésta no se llevó a cabo de
conformidad a las leyes previamente establecidas. Previendo de esta forma, el
ordenamiento jurídico indicado, un medio y procedimiento específico efecto de hacer
valer el derecho fundamental frente a la actividad estatal.
Así lo ha especificado el Tribunal Constitucional al indicar que "...la libertad
personal reconocida en el art. 17.1 de la Constitución queda vulnerada cuando se priva
de ella a una persona sin observar lo dispuesto en el mismo o en casos o forma no
previstos en la Ley. De aquí el cumplimiento del principio de legalidad punitiva
(tipicidad) y procesal, pueda configurarse como una vulneración de la libertad
personal, en garantía de la cual el propio art. 17 prevé la regulación por Ley de un
procedimiento de habeas corpus para producir la inmediata puesta a disposición
judicial de toda persona detenida ilegalmente. Dada la función que cumple este
procedimiento, no cabe duda de que comprende potencialmente a todos los supuestos
6
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
pag. 305.
11
en que se produce una privación de libertad no acordada por el Juez, con el objeto de
conseguir el resultado indicados sin la detención fuera ilegal".7
No obstante lo indicado con anterioridad, el análisis del derecho fundamental a la
libertad personal, excede por mucho el análisis del procedimiento del habeas corpus; el
objetivo del presente estudio será específicamente dicho procedimiento, ello en aras de
la brevedad y de no incurrir en divagaciones innecesarias.
7
Sentencia del Tribunal Constitucional 31/1985. citó: Rubio Llorente,
Francisco. Derechos Fundamentales y Principios Constitucionales. ed. Ariel.
pág. 171.
12
CAPITULO SEGUNDO.
EL PROCEDIMIENTO DE HABEAS CORPUS.
2.1.Antecedentes. 2.2.El Writ of habeas corpus
anglosajón. 2.3.La manifestación de personas. 2.4.El
habeas corpus en la Constitución española de 1978.
2.5.Legitimación. 2.6.Competencia Jurisdiccional.
2.7. Interposición y Demanda. 2.8.Obtención judicial
de
datos.
2.9.Audiencia.
2.10.Pruebas.
2.11.Resolución. 2.12.Posibles conductas delictivas.
2.1 ANTECEDENTES.
El artículo 17 de la Constitución española, en su punto 4, establece: "La ley regulará
un procedimiento de "habeas corpus" para producir la inmediata puesta a disposición
judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el
plazo máximo de duración de la prisión provisional".
Así pues, mediante Ley Orgánica 6/1984, de 24 de mayo, y en cumplimiento a la
obligación constitucionalmente impuesta, se expidió la Ley Reguladora del
procedimiento respectivo de protección al derecho a la libertad personal de los
gobernados; el habeas corpus.
Antes de entrar al análisis del procedimiento de Habeas Corpus, considero relevante
determinar a groso modo los antecedentes de esta institución, y los efectos que estos
tuvieron en el derecho español.
Ciertamente, desde la antigüedad existieron gobiernos que previeron en sus
respectivas leyes, ciertas garantías a efecto de respetar la libertad personal de sus
gobernados, como pudiera ser el caso del Imperio Romano con la "actio de libero
exhibiendo"; no obstante, no remontaremos hasta estas instituciones, principalmente
porque solo pretendo dar una visión histórica general del procedimiento en análisis,
dado que un estudio a fondo, podría ser objeto de todo un tratado histórico.
13
2.2. EL WRIT OF HABEAS CORPUS ANGLOSAJON.
"Como es notorio, la garantía de habeas corpus tiene su origen en la práctica
judicial del writ de habeas corpus, que funcionaba como un recurso judicial por el que
se solicita a un juez o tribunal que se dirija a quien tiene detenida a una persona y la
presente ante ellos. Posteriormente esta práctica se plasmó como derecho escrito en el
Habeas Corpus Amendment Act del año 1679, reformado en el año 1816."8
Aparentemente, el proceso de habeas corpus inglés, surge en un principio, como un
acto por el cual los tribunales exigían la presentación de persona determinada a efecto
de desarrollar un proceso, ni siquiera como una garantía del ciudadano. El Write of
Habeas Corpus, formaba parte del derecho consuetudinario inglés, emergiendo al
derecho positivo en la época de Juan sin Tierra en 1215, continuando un largo proceso
de reformas, y no es sino a partir del siglo XVII, cuando la doctrina jurídica se inclina
a la idea de que todo acto de autoridad debía encontrarse sujeto a la ley, incluso los
actos del rey, es cuando se comienza a transformar con mayor fuerza en una protección
a los gobernados, indagando la legalidad de todo acto de autoridad. En el Acta de
1679, toma el Writ of Habeas Corpus, un aspecto más comparable a un verdadero
procedimiento defensor de las garantías y derechos fundamentales de los ciudadanos,
en esta acta, se regula el procedimiento en estricta competencia penal; puede ser
solicitado por el detenido a por cualquier persona; existe la obligación por parte de los
jueces, de conceder el Habeas Corpus si se le demuestra la existencia del auto de
prisión o se realiza promesa sobre la misma; con la presentación del detenido, la
autoridad debe presentar escritos en los que fundamente su actuación de detención, así
como copia auténtica del auto de detención o prisión; y, la prohibición de trasladar al
detenido a prisión diversa de la que se encuentra.9
2.3.LA MANIFESTACION DE PERSONAS.
Otro antecedente que ciertamente tiene gran influencia en la institución del Habeas
Corpus español, es la manifestación de personas, derivada del derecho aragonés.
Efectivamente, la corona de Aragón elaboró una serie de instrumentos procesales a
efecto de otorgar cierta seguridad jurídica a sus súbditos, de entre los cuales se puede
observar la manifestación de personas; este procedimiento contenía una fase de
aseguramiento de la persona, a efecto de evitar fuera objeto de malos tratos por parte
8
Pérez-Luño, Antonio. Los Derechos Fundamentales. ed. Tecnos. pag. 85.
cfr. Soriano, Ramón. El Derecho de Habeas Corpus. Publicaciones del
Congreso de Diputados. pags. 53-67.
9
14
de las autoridades, (concediendo dicho procedimiento en cárcel especial, en aposentos
diversos a los usados por las autoridades comunes y bajo la estricta vigilancia del
Justicia de Aragón; un tipo de arresto domiciliario, en el cual, se privaba de la libertad
a la persona y se le encerraba en su casa; y, el otorgamiento de libertad bajo caución), y
otra fase en la que concurría un proceso penal específico si en el proceso ordinario se
culminaba con una sentencia condenatoria.10
Esta manifestación de personas, podía ser solicitada por los súbditos de la corona o
por los extranjeros que se encontraran en dicho territorio, incluso existía la posibilidad
de que fuera solicitada por persona diversa al afectado; procediendo dicha solicitud
ante el Justicia Mayor de Aragón, en contra de funcionarios, jueces y particulares,
excepción hecha del Tribunalde la Santísima Inquisición.11
"De tal manera que cuando decimos que la legitimación procesal es amplia para la
protección de la manifestación aragonesa, no hay que olvidar que esa legitimación
debe ser entendida en el contexto de la sociedad estamental, y que un determinado
colectivo social se queda al margen de recabar la protección de los fueros aragoneses.
Los derechos forales aragoneses eran unos auténticos privilegios de clases, que no
afectaban a los señoríos de carácter laical. Los villanos y pecheros estaban fuera de la
protección de los fueros de la Corona de Aragón...la manifestación de personas tenía
escasas posibilidades de ser invocada por los súbditos de la Corona de Aragón en razón
de que sólo ante el Justicia Mayor de Aragón o sus Lugartenientes podía interponerse
esta acción o recurso para exigir la manifestación de determinada persona. La
legitimación procesal pasiva dejaba mucho que desear y no facilitaba la disponibilidad
de este recurso para sus destinatarios".12
2.4.EL HABEAS CORPUS EN LA CONSTITUCION ESPAÑOLA DE 1978.
Ahora bien, el proceso de Habeas Corpus, que aparece recogido en el artículo 17 de
la Constitución española de 1978, es un procedimiento especial de amparo, dirigido en
contra de los actos de la autoridad y de los particulares, cuya finalidad es la puesta a
disposición judicial de cualquier persona que se encuentra dentro de los supuestos que
marca el propio artículo 1 de la ley reguladora del Habeas Corpus.
10
idem. pag. 43.
idem. pag. 47.
12
ob.cit. Soriano, Ramón.
11
pag. 49.
15
El Habeas Corpus es "un proceso constitucional que se dilucida ante un
procedimiento penal. Nos encontramos ante un proceso constitucional, porque su
objeto lo constituye una pretensión de amparo o, lo que es lo mismo, una pretensión
fundada en las normas del Derecho Constitucional y nacida con ocasión de la violación
de un derecho fundamental."13
En efecto, el Habeas Corpus es el procedimiento especial de amparo que tiene por
objeto primordial, poner a la inmediata disposición de la autoridad judicial a la persona
detenida ilegalmente, ya sea por la autoridad estatal o por un particular.
Así pues, el
habeas corpus "es un procedimiento de acusada naturaleza especial. En primer lugar,
porque su objeto no es, como es sólito, la protección de una pliralidad de derechos
fundamentales o no, sino la de uno sólo de ellos, la libertad personal. En segundo
lugar porque, enconsonancia con ello, su tramitación tiene características de rapidez,
sencillez y abreviación de trámites notablemente singulares. En tercer lugar, en fin,
sus efectos se limitan, en congruencia con el objeto, a la determinación de la legalidad
o de la detención y de las condiciones de la misma."14
Ahora bien, dicho proceso de Habeas Corpus, debe ser incoado por el juez, siempre
que se le presenten datos fehacientes de posible privación ilegal de libertad.
En el proceso de Habeas Corpus, la parte agraviada siempre será una persona física,
en virtud de la naturaleza específica del derecho público subjetivo que se protege con
dicho procedimiento, siendo por ello la imposibilidad de que dicho medio
impugnatorio pueda interponerse en favor de una persona con naturaleza jurídica o
moral.15
2.5.LEGITIMACION.
La Ley Orgánica 6/84, en su artículo tercero, legitima para instar el procedimiento
de Habeas Corpus, al poseedor del derecho fundamental violado (esto por razones
obvias), legitimando de igual forma a su cónyuge o persona unida por similar relación
afectiva; a los ascendientes y descendientes; hermanos y, en caso de menores e
incapacitados, a sus representantes legales. Como se puede analizar, la ley establece
una relación o parentesco necesario con la persona afectada en sus derechos
13
Gimeno Sendra, Vicente. El proceso de "Habeas Corpus". ed. Tecnos.
pags. 58 y 59.
14
García Morillo, Joaquín. La Protección Judicial de los Derechos
Fundamentales. ed. Tirant lo blanch. pág. 165.
15
cfr. Gimeno Sendra, Vicente. ob.cit. pag. 61
16
fundamentales, más sin embargo, esta relación o parentesco debe ser especial, dado
que no se atribuye a cualquier familiar la posibilidad de incoar el procedimiento en
estudio, sin únicamente los ya indicados, siendo de igual forma especial la relación del
promovente de Habeas Corpus con la persona privada de libertad; nulificando de este
modo la posibilidad de interposición de este medio impugnatorio a toda persona que no
reúna estas características. Además de las personas indicadas con antelación, la ley
atribuye la posibilidad de solicitar dicho procedimiento al ministerio Fiscal, el cual de
conformidad con la ley, es el encargado de velar por el respecto a los derechos
fundamentales y a las libertades públicas, quien no se encuentra limitado única y
exclusivamente a la interposición de la demanda, sino que, en caso contrario será de
igual forma parte activa en el proceso respectivo; y al Defensor del Pueblo, quien de
conformidad con el artículo primero de la Ley Orgánica 3/1981, de seis de abril, es
elencargado de la defensa de los derechos fundamentales, facultado a efecto de
fiscalizar la actividad de la administración. Finalmente, la ley otorga al Juez de
Instrucción respectivo, la posibilidad de incoar el proceso de Habeas Corpus de oficio,
siendo esta por ende, facultad exclusiva de la autoridad judicial competente para
conocer del proceso de habeas corpus.
Ciertamente, esta postura del legislador (respecto de la legitimación activa) es muy
limitada, en virtud que dado el derecho fundamental relacionado con el proceso en
comento, consistente el la libertad personal, éste debe ser altamente protegido, no
siendo suficiente con prever el procedimiento respectivo, sino establecer la posibilidad
de allegarlo a todos los gobernados que lo posean; por lo que dicha legitimación de
incoación del proceso de habeas corpus, al ser limitativa, restringe de este derecho a un
porcentaje de población; por lo cual la posibilidad de demanda de habeas corpus,
considero, debiera ser concedida de manera mas genérica, llegando incluso al extremo
de legitimar a toda persona con capacidad legal. Ello conlleva a la reflexión respecto
de los extranjeros, los cuales en muchos de los casos no cuentan en territorio español
con familiares o sujetos con los requisitos establecidos por la ley para promover un
procedimiento de habeas corpus; no se escapa la posibilidad de que el proceso
encomento pueda ser interpuesto por el afectado en su derecho fundamental, mas si se
está ante un caso de incomunicación, de poco le serviría dicha legitimación.
Por otra parte, existe también la posibilidad de que cualquier persona no legitimada
directamente, en caso de tener conocimiento de la situación de la privación ilegal de
libertad, pueda instar indirectamente el procedimiento poniendo los hechos en
17
conocimiento del Juez competente, del Ministerio Fiscal o del Defensor del pueblo.16
No obstante lo anterior, considero que dicha medida retrasaría la finalidad de celeridad
a la restitución del derecho violado, existiendo la posibilidad, además, de un negativa
por parte de éstos.
2.6.COMPETENCIA JURISDICCIONAL.
Una vez establecida la legitimación activa del habeas Corpus, procedemos a indicar
que el numeral 2 de la ley reguladora del artículo 17.4 constitucional, establece la
competencia jurisdiccional al juez de instrucción radicado en el lugar en que se
encuentra privado de libertad la persona afectada; a falta de esta constancia, el del
lugar en el cual se haya practicado la detención o en su defecto, en donde se hubieran
tenido las últimas noticias del detenido; entendiendo dicho artículo en el sentido que
será competente el Juez del lugar o el más cercano si no existiere Juez de Instrucción
en éste. No obstante lo indicado con anterioridad, la ley establece dos excepciones en
los párrafos segundo y tercero del precepto legal invocado, las privaciones de libertad
relacionadas con bandas armadas o terroristas y el sostenimiento del fuero militar; en
los casos en que será competente el Juez Central de Instrucción (el cual reside en
Madrid) o el Juez togado militar respectivamente.
Ahora bien, esta excepción legal (la concerniente a las bandas armadas o
antiterroristas) obstaculiza el principio fundamental de la inmediación, y por lo tanto,
de la propia eficacia del procedimiento, en virtud del traslado del detenido a un juez
que pudiera resultar territorialmente alejado; por otra parte, el otorgamiento de
competencia al juez central, convierte a dicho funcionario judicial en juez y parte, dado
que es el competente de igual forma de la instrucción del procedimiento seguido por el
delito relacionado, por lo que se degenera el concepto de igualdad, dado que la
finalidad del Habeas Corpus es la puesta a disposición de la autoridad judicial a la
brevedad posible del detenido ilegalmente, independientemente del delito que se le
imputa.17
Por otra parte, y dado que el proceso en comento se encuentra regulado a efecto de
restituir el derecho fundamental vulnerado, sin que deba obstar la condición del sujeto
activo, considero incorrecto que exista una distinción de fueros, dado que se puede
generar cierta parcialidad del juez togado militar en virtud de la disciplina y el régimen
16
cfr. García Morillo, Joaquín. ob.cit. pág. 167.
cfr. Soriano, Ramón. ob.cit. pag. 241.
17
18
al que pertenecen; circunstancia que parece desaparecer en virtud de la unificación
jurisdiccional del orden común y el militar, pasando los tribunales militares a formar
parte de los tribunales ordinarios, integrantes todos del Poder Judicial. El Tribunal
Supremo, de igual forma absorvio la competencia del derecho castrense al incluir en su
organización estructural, una Sala de lo Militar.
2.7.INTERPOSICION Y DEMANDA.
Como hemos indicado, el procedimiento se iniciará por oficio o a instancia de
parte; esta instancia de parte puede ser conformada por la petición del privado de
libertad, quien puede solicitar el inicio del proceso de Habeas Corpus ante la autoridad
responsable de su detención o custodia, quien tiene la obligación de poner en
inmediato conocimiento del juez respectivo tal solicitud, correspondiéndole por ende a
la autoridad estatal la indagación del juez competente para conocer de dicho proceso,
sin exigir la ley, requisito especial alguno para tal interposición; basta en este caso la
sola manifestación de voluntad de la sujeto activo; manifestación de voluntad que
como hemos indicado, "no puede estar sometida a disposición alguna por las partes
interesadas. Nos encontramos ante normas imperativas."18
Ahora bien, cuando dicha solicitud de Habeas Corpus es realizada por persona
distinta al privado de libertad, el ordenamiento jurídico impone determinados
requisitos de forma establecidos en el artículo 4 de la ley en comento; no obstante, y
debido a la sumariedad del proceso, la interposición respectiva puede realizarse ante el
Juez de Instrucción mediante escrito o comparecencia, entendiendo que en caso de ser
por comparecencia, el juez respectivo levantará un acta circunstanciada de la misma,
circunstancias que se entienden extensivas para el caso de que la solicitud de Habeas
Corpus sea realizada por el ministerio Fiscal o el Defensor del Pueblo. En la solicitud
deben expresarse de conformidad con el citado articulo 4, "a) El nombre y
circunstancias personales del solicitante y de la persona para la que se solicita el
amparo judicial regulado en esta ley. b) El lugar en que se halle el privado de libertad,
autoridad, o persona, bajo cuya custodia se encuentre, si fueren conocidos, y todos
aquellas otras circunstancias que pudieran resultar relevantes. c) El motivo concreto
por el que se solicita el Habeas Corpus." Estos requisitos se estiman lógicos e
indispensables para la prosecución de un proceso de esta naturaleza, sin restringir la
legislación a la exactitud de los datos indicados en el inciso b), dado que se pudiere
18
ob.cit. Gimeno Sendra, Vicente.
pag. 107.
19
estar en la circunstancia de desconocimiento de dichos datos. Por otra parte, la
exposición de motivos a que alude el inciso c) son los expresados en el artículo 1 de la
ley analizada, es decir, la detención ilegal por parte de autoridad, agente de la misma,
funcionario público o particular, sin que concurran las formalidades y requisitos
exigidos por la ley, los cuales son el internamiento o mantenimiento del mismo
ilícitamente en cualquier establecimiento; las que lo estuvieran por plazo superior al
señalado en la legislación, si transcurrido el mismo no fueren puestos en libertad o
entregadas al Juez más próximo; y, las privadas de libertad a quienes no le sean
respetados sus derechos fundamentales; sin que sea obstáculo para el juez de
instrucción el indagar motivos diferentes a los expresados por el solicitante, es decir,
no obstante se haya argumentado uno de los motivos expresados con anterioridad, la
autoridad judicial que conoce del proceso, está en posibilidad de traer al mismo un
motivo diferente al que se le solicita si comprueba su existencia; ello en virtud de la
materia en que nos situamos y la gravedad que infiere la vulneración de un derecho
fundamental como lo es la libertad física de las personas, debiendo por ello, en mi
opinión, existir suplencia en los motivos expresados por el solicitante.
Ahora bien, esta pretención del demandante es mixta, dado que conjuntamente a la
solicitud de reconocimiento de un derecho fundamental violado, existe la petición de
condena consistente en el cumplimiento de una determinada prestación (entendiendo
por ella una actitud de la autoridad), como pudiera ser el caso de la puesta en libertad
del actor.19
"El objeto del proceso de habeas corpus se constriñe, en principio, a la
determinación por parte de un interante del Poder Judicial, de si la privación de libertad
de una persona está legalmente justificada. Son, por tanto, ajenas a este procedimiento
cualesquiera otras cuestiones que, aunque relacionadas con lo anterior, no se ciñan a la
pertinencia de la detención. Así pues, y aún cuando no hay plazo para interponer la
solicitud, ésta sólo procede mientraspersiste la privación de libertad, y no una vez que
ésta ha cesado...Sólo la estricta privación de libertad o las condiciones de la misma,
pueden ser objeto de este procedimiento especial. Tal vez no sea ocioso señalar, por
otro lado, que, en lógica congruencia con su carácter de control judicial de la legalidad
de la privación de libertad, el habeas corpus no es procedente, por carecer de sentido,
cuando la persona privada de libertad se encuentra a disposición judicial."20
19
cfr. Gimeno Sendra, Vicente. ob.cit. pag. 73.
ob.cit. García Morillo, Joaquín. págs. 168 y 169.
20
20
Una vez presentada la solicitud de habeas corpus, "el juez deberá examinar en
escaso tiempo una serie de requisitos formales y materiales en relación con la petición
del habeas corpus: su propia competencia, la competencia y capacidad de las partes,
los requisitos formales de la petición de habeas corpus y los requisitos materiales de la
misma, es decir, su fundamentación. Tras el examen de estas circunstancias el juez
acordará en auto la incoación del procedimiento del habeas corpus o, en su defecto, la
denegación del mismo. El hecho de que la decisión judicial se tome en auto quiere
decir que debe ser motivada en cumplimiento del artículo 131,8 de LECrim, que exige
que los autos se redacten con expresión de considerandos y resultandos concretos."21
2.8.OBTENCION JUDICIAL DE DATOS.
Una vez admitida la demanda de Habeas Corpus, el Juez requerirá a la autoridad
respectiva (la que tenga detenido al afectado o en su caso a la autoridad a disposición
de quien se encuentre), a efecto de que sea inmediatamente presentada ante el Juez de
Instrucción del Habeas Corpus; dicha manifestación (término recabado muy
posiblemente de la manifestación de persona de los procesos forales de Aragón) deberá
realizarse sin excusa
ni pretexto de conformidad con el artículo 7 de la ley en estudio; ello a efecto de
desarrollar el proceso de Habeas Corpus sin dilaciones y en aras de la sumariedad.
Ahora bien, es necesario considerar, que la persona privada de libertad puede
encontrarse bajo la vigilancia de una autoridad determinada, mas sin embargo a
disposición de autoridad diversa, por lo cual, considero que el juez instructor, debe, no
solo realizar la orden de presentación ante la autoridad a la que se encuentre a
disposición, sino al mismo tiempo, emitir dicha orden a la autoridad ante quien se
encuentre bajo custodia el afectado, ello a fin de evitar dilaciones innecesarias. Por
otra parte, es facultad potestativa del juez, el personarse en el lugar de detención,
facultad comprensible para casos en los que, a criterio del juez, pueda recabar con su
presencia determinadas pruebas que ayuden a esclarecer los hechos, o en casos de
graves violaciones de derechos fundamentales, para estar en posibilidad de suspender
dicha violación (en este caso, no pretendo usar el término de suspensión en el sentido
del recurso de amparo, sino en casos de tortura a modo de ejemplificación, la presencia
del juez, puede parar dicha vulneración de derechos, en virtud que desde ese momento
el detenido se encuentra a su disposición). No obstante, dicha facultad potestativa se
21
ob.cit. Soriano, Ramón. pág. 248.
21
convierte en obligación, si existiere sospecha o tuviere noticia de la existencia de un
delito grave, o cuya comprobación fuere difícil por circunstancias especiales, o que
hubiese causado alarma; ello, de conformidad con el artículo 318 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal.22
2.9.AUDIENCIA.
Hecho lo anterior, de conformidad con el segundo párrafo del artículo 7 de la ley
6/1984, "oirá el Juez a la persona privada de libertad o, en su caso, a su representante
legal y Abogado, si lo hubiera designado, así como al ministerio Fiscal"; cabe señalar
que debe ser potestativo del juez instructor el escuchar no solo al privado o a su
representante, sino el escuchar a ambos sujetos a efecto de gozar de un mejor
panorama de los hechos. Dichas declaraciones de la parte actora son de gran relevancia
para demostrar la falta en que incurrió la parte demandada.
Acto continuo, el juez procederá a escuchar la justificación de la parte demandada,
indispensable en vía de defensa de los hechos que se les imputan, siendo entendida la
comparecencia de la demandada en calidad de parte material y no de testigo; así
también, agrega la ley que a la parte demandada, dará a conocer las declaraciones del
privado de libertad; mas considero que de igual forma, el juez debe dar la posibilidad
de información de las actuaciones a quienes forman parte en el proceso, es decir, de
igual forma debe entenderse que la parte actora está en posibilidad de enterarse de las
declaraciones del demandado.
2.10.PRUEBAS.
En la fase probatoria, las partes estan en posibilidad de ofrecer todas las pruebas
pertinentes a fundar su solicitud o justificar su actuación, dichas pruebas serán aquellas
que se encuentren reseñadas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal aducibles en la vista
oral; los únicos condicionantes para la admisión de dichas pruebas es su viabilidad (a
criterio del juzgador) para demostrar hechos que importen al proceso, y la posibilidad
de desahogo inmediato, ello en virtud del principio de sumariedad con que se rige el
habeas Corpus. Una vez desahogadas las pruebas, el juez de habeas corpus, procederá
al dictado de la resolución correspondiente, la cual deberá realizar dentro del
22
cfr. Gimeno Sendra, Vicente.
ob.cit. pag. 157.
22
inexorable plazo de veinticuatro horas contadas a partir del auto de incoación de
proceso.
2.11.RESOLUCION.
La resolución de Habeas Corpus debe realizarse mediante auto motivado, en el cual
se puede negar la protección de Habeas Corpus si el juez estima que no se da ninguna
de las circunstancias a que se refiere el artículo 1 de la ley respectiva, declarando
conforme a derecho la detención y las circunstancias en que se realiza. Esta
determinación de la ley, pone de manifiesto que el juez deberá entrar al estudio de
todas las circunstancias que prevé el artículo 1, independientemente de cual o cuales
hayan sido alegadas por la parte actora; ello a efecto de otorgar una mayor protección
al solicitante y contar con la seguridad de que la privación de libertad (para los efectos
de la ley), realmente no es ilegal, existiendo por ello, y de conformidad con el precepto
invocado, la suplencia en la deficiencia de los agravios en materia de Habeas Corpus.
Por otra parte, la resolución del juzgador puede estimar que ha concurrido alguna de
las circunstancias que marca el numeral primero de la ley, acordando "a) La puesta en
libertad del privado de ésta, si lo fue ilegalmente. b) Que continúe la situación de
privación de libertad de acuerdo con las disposiciones legales aplicables al caso, pero
si lo considerase necesario, en establecimiento distinto, o bajo la custodia de personas
distintas de las que hasta entonces la detentaban. c) Que la persona privada de libertad
sea puesta inmediatamente a disposición judicial, si ya hubiere transcurrido el plazo
legalmente establecido para su detención".23
No obstante, considero que el juez, debe de igual forma, analizar todas las
circunstancias que prevé el artículo 1 de la Ley de Habeas Corpus, realizando su
determinación judicial de conformidad a los hechos comprobados, con suplencia en los
motivos expresados por el solicitante.
"La disposición de estas alternativas (las indicadas en el artículo 8,2 de la ley en
comento) no es intercambiable de un modo gratuito, sino que depende de los motivos
de la privación de la libertad, ya positivamente valorados por el juez, la estimación de
la conveniencia de practicar una de las posibilidades a que da lugar el referido artículo
8,2 de la LOHC. Es por esta razón que este artículo debe ser puesto en relación con el
artículo 1 de la Ley. Si los motivos estimados son los incluidos en el punto b) de este
23
Art. 8.2 de la Ley Orgánica 6/1984, de 24 de mayo.
23
artículo 1 -internamiento ilícito en cualquier establecimiento o lugar-, o en el primer
fragmento del punto a) -detenciones sin que concurran los supuestos legales-, la
decisión lógica del juez es la de disponerla puesta en libertad del detenido (artículo 8,2
a) de la Ley). Si el motivo estimado es el referido en el segundo fragmento del punto
a) -detenciones sin haberse cumplido las formalidades prevenidas y requisitos legalessería procedente una resolución que dispusiera un cambio de lugar para la custodia del
detenido o la custodia de éste por otras personas distintas a las que anteriormente la
detentaban (artículo 8,2, b) de la Ley). Si, finalmente, el motivo demostrado es el
presente en el punto c) y último -detenciones por encima del plazo legal- el juez se
verá obligado a disponer, por razones obvias, la inmediata entrega del detenido ante su
persona y control (artículo 8,2 c) de la Ley)".24
2.12.POSIBLES CONDUCTAS DELICTIVAS.
Finalmente, el artículo 9 de la Ley Orgánica reguladora del procedimiento de
Habeas Corpus, establece: "El Juez deducirá testimonio de los particulares pertinentes
para la persecución y castigo de los delitos que hayan podido cometerse por quienes
hubieran ordenado la detención, o tenido bajo su custodia a la persona privada de
libertad. En los casos de delito de denuncia falsa o simulación de delito se deducirá,
asimismo, testimonio de los particulares pertinentes, al efecto de determinar las
responsabilidades penales correspondientes. En todo caso, si apareciese temeridad o
mala fe, será condenado el solicitante al pago de las costas del procedimiento; en caso
contrario, éstas se declararán de oficio." Este artículo se explica de conformidad a las
facultades del juez de instrucción de conocer e investigar hechos que pudieran ser
constitutivos de delito, porlo cual, si el juez tiene conocimiento de hechos constitutivos
de delitos, podrá en su caso realizar las investigaciones pertinentes a efecto se instaurar
el proceso penal correspondiente.
No obstante lo anterior, el Tribunal Constitucional ha reducido al máximo dicha
facultad judicial, al indicar que "el órgano judicial que conoce de la petición de habeas
corpus juzga de la legitimidad de una situación de privación de libertad, a la que puede
poner fin o modificar en atención a las circunstancias en las que la detención se
produjo o está realizando, pero sin extraer de éstas -de lo que las mismas tuvieron de
posibles infracciones del ordenamiento- mas consecuencias que la de la necesidad
fiscalizadora o modificadora de dicha situación de privación de libertad (art. 8.22 de la
24
ob.cit. Soriano, Ramón. págs. 255 y 256.
24
Ley Orgánica 6/1984, de 22 de mayo), y adoptando, en su caso, alguna o algunas de
las decisiones a las que se refiere el art. 9 del mismo texto legal. No puede ser de otro
modo se se repara en que el procedimiento previsto en el art. 17.4 de la Constitución
tiene un carácter especial, de cognición limitada, pues a través de él se busca sólo la
`inmediata puesta a disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente`.
Mediante este procedimiento la norma fundamental ha abierto un medio de defensa de
los derechos substantivos establecidos en el resto de los apartados de su art. 17, que
permite hacer cesar de modo inmediato las situaciones irregulares de privación de
libertad, más no es un proceso al término del cual puedan obtenerse declaraciones
sobre los agravios que a causa de la ilegalidad de la detención, se hayan infligido a los
que la hayan padecido, quienes -resuelta en cualquier sentido su petición de habeas
corpus- podrán buscar, por las vías jurisdiccionales adecuadas, la reparación en
Derecho de aquellas lesiones."25
25
Sentencia del Tribunal Constitucional. citó: Rubio Llorente,
Francisco. ob.cit. pág. 171 y 172.
25
CAPITULO TERCERO.
MEDIOS DE IMPUGNACION.
3.1. Amparo. 3.2. Instancia
Internacional.
3.1.AMPARO.
Así pues, la desición judicial, debe estar debidamente motivada, con expresión de
considerandos y resultandos concretos. "Esto es tanto más exigible cuanto que la
resolución judicial en esta fase del procedimiento es impugnable. Con todo, a pesar
del artículo 6 de LOHC, que impide la impugnación de la resolución del juez, sea ésta
a favor o en contra de la tramitación del habeas corpus, no puede afirmarse que la parte
demandada no tenga ya otros caminos para obtener la defensa judicial; en primer lugar
porque el juez da traslado de su decisión al M.P., pudiendo éste intervenir, y en
segundo lugar, ya que la resolución judicial denegatoria podría dar lugar a la
conculcación del derecho fundamental a la tutela judicial del artículo 24,1 de la
Constitución, cabe la posibilidad del amparo ante el Tribunal Constitucional. En este
último supuesto es necesario distinguir entre las detenciones perpetradas por las
autoridades y las efectuadas por particulares; en estas segundas el recurso de amparo es
directamente ante el Tribunal Constitucional; en las primeras, el amparo se incoará tras
la ratificación del juez de la denegación de la tramitación del habeas corpus, una vez
solicitado la reforma del auto de denegación por el solicitante en virtud de lo dispuesto
en el artículo 44,1 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional".26
Así también, la denegación de incoación del procedimiento por el juez de
instrucción, antes de ser impugnada a través del amparo, puede ser solicitada una
rectificación de dicha resolución, ello en virtud del artículo 44.1 c) de la Ley Orgánica
del Tribunal Constitucional, dado que al negarse dicha admisión se vulnera el derecho
fundamental del artículo 24.1 constitucional, por lo que se está en posibilidad de dar
oportunidad al órgano jurisdiccional de rectificar dicha resolución. El particular puede,
26
ob. cit. Soriano, Ramón.
pag. 248.
26
pues, a través de la mencionada manifestación, suscitar la reforma del auto denegatorio
y el Juez está legitimado implícitamente por la LOTC a rectificar dicha resolución.27
En efecto, el recurso de amparo es procedente respecto del procedimiento de habeas
corpus. Al estar reconocido el derecho a la libertad personal entre los artículos
comprendidos del 14 al 29 (art. 17), goza de la protección especial del recurso de
amparo; no obstante que la propia Constitución le otorgue un procedimiento específico
para su protección; el cual deberá interponerse en cumplimiento del requisito del
agotamiento de la vía judicial previa que exige la ley para la interposición del recurso
de amparo.
"La Constitución prevé un específico y mas acelerado procedimiento para la
protección de la libertad personal, pero no impide la utilización del recurso de amparo.
Dos argumentos apoyan, a nuestro entender esta tesis: en primer lugar, el tenor literal
del segundo párrafo del artículo 53 de la Constitución, que incluye en el ámbito
amparado todos los derechos reconocidos en la `sección primera del capítulo segundo`
(artículos 15 a 29), sin ninguna exclusión; y en segundo lugar, el hecho de que el
ciudadano detenido ilegalmente, además de sufrir una restricción de su libertad
personal, padece un ataque a su `intergridad física y moral` garantizada en el artículo
15, que también está incluido en el marco tutelado por el recurso de amparo."28
Además, de conformidad con el Tribunal Constitucional, no hay que olivdar que
"...una resolución desetimatoria en el procedimiento de habeas corpus pueda contrariar,
por inmotivada o por falta de fundamento razonable, el derecho a la tutela judicial
efectiva y tampoco que en la misma, de otro modo, se haya denegado la protección del
derecho a la libertad personal que se establece en el art. 17 de la norma fundamental,
derecho éste que, tanto en una como en otra hipóteses, sería conculcado en último
término por el juzgador";29 lo que dejerá de igual forma expedita la vía de acceso al
recurso de amparo constitucional.
La demanda de amparo se interpondra ante el Tribunal Constitucional, en base al
artículo 44 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, cuando nos encontremos
ante la impugnación de un acto lesivo de derechos fundamentales emanado de órganos
jurisdiccionales, mismo que se computará a partir del día siguiente al en que se notificó
la resolución del proceso en el cual se cometió la presunta violación, misma que deberá
27
ob.cit. Gimeno Sendra, Vicente. pag. 150.
Oliver Araujo, Joan. El Recurso de Amparo. Facultad de Derecho de
Palma de Mallorca. pág. 150.
29
Sentencia del Tribunal Constitucional 98/1986. citó: Rubio Llorente,
Francisco. ob. cit. pág. 172.
28
27
entenderse como la última en la que se combatió la violación al derecho fundamental
violado. Este tipo de amparo constitucional (como se puede observar), se dirige en
contra de actos emanados por los tribunales ordinarios (incardinados dentro de la
estructura el Poder Judicial), quienes tienen la obligación de hacer respetar los
derechos fundamentales, y por ello, respetarlos de igual forma.
Es preciso notar pues, que dichos actos violatorios de derechos fundamentales
pueden ser cometidos, no únicamente mediante sentencia, sino mediante cualquier tipo
de actuación judicial que lesione garantías individuales; encontrándonos ante un medio
de impugnación no solo de la actuación judicial vulneradora de derecho fundamental,
también nos encontramos ante la posible impugnación de la abstención a actuar, es
decir de la omisión por parte del órgano judicial respectivo que ocasione con dicha
actitud lesión al particular.
Admitida la demanda, el Tribunal Constitucional, solicitará de la autoridad
demandada, en un plazo no superior a diez días, las actuaciones o testimonios dentro
de las cuales se ocasionó el acto reclamado; recabándo de igual forma, la
documentación que considere pertinente de cualquier poder público.
La autoridad deberá pues, acusar recibo del requerimiento formulado, remitir la
documentación solicitada, y emplazar a las partes del procedimiento del cual emanó la
supuesta violación, a efecto de que comparezcan en el proceso de amparo en un plazo
no mayor a diez días.
Recibidas las actuaciones y transcurrido el tiempo de emplazamiento, la Sala del
Tribunal dará vista de de las mismas a las partes en el proceso constitucional, en un
plazo común de veinte días, presentándose durante el mismo las alegaciónes que se
estimen pertinentes, siendo facultativo de la Sala el realizar la celebración de la vista
oral, en la cual las alegaciones se formularán verbalmente. Transcurrido el plazo de
alegaciones o celebrada la vista oral, el Tribunal dictará sentencia definitiva en un
plazo no superior a diez días.
Durante el periodo de alegaciones, el Tribunal de oficio o a instancia de partes,
podrá abrir un periodo probatorio, recibiéndo y desahogando durante el mismo las
pruebas que considere oportunas, las cuales podrá, inclusive, desahogar mediante otro
órgano jurisdicciónal, los cuales se encuentran obligados a auxiliar con carácter
preferente y urgente al Tribunal Constitucional.
3.2. INSTANCIA INTERNACIONAL.
28
Además de los recursos internos, procedentes para proteger el derecho fundamental
a la libertad personal; es menester no olvidar que el afectado en su garantía
constitucional, tiene además las instancias internacionales (como la Organización de
las Naciones Unidas), que de acuerdo con los convenios firmados por el Estado
español, le otorgan la protección de tribunales de carácter internacional.
En efecto, en caso de que el particular no viera satisfecho su derecho a la libertad
personal, puede acudir a las instancias internacionales. A mejor entendimiento,
indicaremos que el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos, en su
artículo 5 reconoce el derecho a la libertad personal; por lo cual es posible acudir a un
tribunal internacional específico, como lo es el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos.
Así pues, y a modo de ejemplificatr indicaremos que el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos ha establecido en abundante jurisprudencia por lo que hace a la
detención de la persona, estableciendo parámetros y lineamientos a seguir por parte de
las Altas Partes Contratantes del Convenio. (ejemplo) "La racionalidad de las
sospechas de haber cometido un delito...es fundamental para la protección que supone
este precepto (art. 5.1) contra las detenciones arbitrarias...El Tribunal tiene que resolver
si dicha garantía se mantiene incólume y el Estado demandado debe facilitarle los
datos sobre los hechos o las informaciones que pueden justificar la existencia de
motivos racionales para sospechar que la persona detenida era autora del delito
alegado..."30
No es el objeto del presente trabajo exponer minuciosamente el procedimiento ante
la Comisión y en su caso el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, más indicaremos
someramente el mismo y únicamente a efecto de dar una visión general de dicho
procedimiento.
Ante una violación de la libertad personal establecida en el artículo 5 del Convenio
Europeo Para la Protección de los Derechos humanos, el afectado, una vez agotadas las
vías judiciales pertinentes, podrá dirigir una demanda al Secretario General del
Consejo de Europa, a efecto de que este la interponga ante la Comisión Europea de
Derechos Humanos, quien en caso de admitirla, procederá a un exámen contradictorio
de la demanda con los representantes de las partes, y si procediere a una investigación.
30
Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Campbell y Hartley, sentencia de 30 de agosto de 1990.
Caso Fox,
29
Posteriormente, la Comisión realizará un informe (en caso de no obtener con
anterioridad un arreglo amistoso), en el que hará constar los hechos y formulara un
dictamen respecto de los mismos; es decir, si implican o no una violación de las
obligaciones establecidas en el Convenio por parte del Estado interesado. Dicho
informe será transmitido al Comité de Ministros, así como a los estados interesados.
Al ransmitir el informe al Comité de Ministros, la Comisión podrá formular las
propuestas que considere oportunas.
Una vez emitido el informe por la Comisión, se puede someter a la jurisdicción del
Tribunal Europero de Derechos Humanos la controversia, ya sea por la propia
Comisión, por el Estado al cual pertenezca la víctima, por el Estado que ha iniciado el
caso ante la Comisión (si esto fue instado por un Estado), o por el Estado que ha sido
demandado.
El Tribunal procederá a resolver la cuestión planteada mediante sentencia motivada,
la cual será definitiva y vinculará a la Alta Parte Contratante interesada (Estado).
En caso de que en un periodo de tres meses, contados a partir del traslado del
informe al Comite de Ministros, el asunto no ha sido dferido al Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, el Comite de Ministros resolverá respecto de la violación
analizada; resolución que en caso de determinar que ha existido violación, dará lugar a
que el Comité de Ministros en la misma de un plazo al Estado interesado a efecto de
que tome las medidas que se deriven de dicha desición. Dicha resolución tendrá
efectos vinculantes para el Estado interesado.
Es importante indicar que, de conformidad con el artículo 96 constitucional, el
derecho internacional pasará a formar parte del derecho interno español, en caso de que
españa haya celebrado y publicado oficialmente el tratado o convenio respectivo.
Así lo ha reconocido el Tribunal Constitucional al indicar que "estas normas...han de
ser interpretadas, no sólo de acuerdo con la Constitución, sino con los tratados
internacionales, por obra del art. 10.2 de la C.E. y en cuanto constituyen también (art.
96) nuestro ordenamiento interno."31
31
Sentencia del Tribunal Constitucional 71/88, de 19 de abril de 1988.
Boletín Oicial del Estado número 108.
30
CAPITULO CUARTO.
DERECHO COMPARADO.
4.1.El Juicio de Amparo Mexicano. 4.2.
Procedencia. 4.3. Legitimación.
4.4.
Interposición. 4.5. Demanda. 4.6. Suspensión
del acto reclamado. 4.7. Suplencia en la
deficiencia de la queja. 4.8. Breves
reflexiones.
4.1 EL JUICIO DE AMPARO.
Con el objeto de realizar breves consideraciones en función del derecho comparado,
nos remitiremos al procedimiento similar de protección a la libertad persona en
México. Me refiero al juicio de amparo.
Sin afán de entrar a un estudio de fondo sobre el mismo, puesto que excedería los
motivos del presente capítulo, nos referiremos preferentemente a la suspensión del acto
reclamado en el juicio de amparo por medio del cual se combate la privación ilegal de
libertad; suspensión que puede ser preferentemente comparada con el proceso de
habeas corpus español.
"Inglaterra es la cuna del hábeas corpus, como Méjico (sic) es del amparo, Brasil
del mandamiento de seguridad y Aragón de la manifestación de personas; son todas
estas instituciones que en mayor o menor medida protegen a la libertad y seguridad de
los atropellos de funcionarios o particulares".32
Efectivamente, la regulación jurídica en México, protege el derecho a la seguridad
jurídica a través del juicio de amparo, regulado constitucionalmente por los artículos
103 y 107 del Pacto Federal.
"Al amparo mediante el cual se reclama la violación de garantías individuales, se le
denomina doctrinalmente amparo-garantías. Pero constructivamente puede dársele un
contenido positivo, mencionando las dos grandes ramas que lo integran: el amparoadministrativo, que es el proceso constitucional que garantiza la protección de una
32
ob.cit. Soriano, Ramón.
pág. 53.
31
persona contra actos definitivos de las autoridades administrativas; y el amparo de la
libertad, que es el que protege a la libertad personal, -física-, de los individuos, puesta
en peligro por actos de autoridad. En los inicios de nuestro juicio de amparo, esta
modalidad de nuestro proceso constitucional (la protección a la libertad personal), fue
la que se tuvo en mente en forma fundamental; tanto así que numerosos juristas y
jueces se alzaron en contra de la posibilidad de que se mezclara con el amparo judicial,
ya que debe recordarse que al crearse el amparo (considero que se federalizó), en el
Acta de Reformas de 1847, el recurso se daba contra actos de los Poderes Legislativo y
Ejecutivo, pero no contra actos del poder Judicial, e incluso la Ley de Amparo de 1869
prohibió el juicio para negocios judiciales, en su artículo 8."33
En diversas ocasiones se quiso identificar al amparo exclusivamente con el write of
habeas corpus, concluyendo que el amparo es el juicio de o por la libertad; siendo
dicha postura inexacta, en virtud de que el juicio de amparo mexicano, abarca más que
la sola protección del derecho fundamental de la libertad personal, protege
directamente la totalidad de las garantías individuales consagradas en la Constitución
(entre ellas la libertad personal), e indirectamente la legislación secundaria;
adquiriendo de esta forma rasgos de un sistema de protección de la totalidad del
Derecho Positivo Mexicano.
Desde tiempos anteriores, Don Ignacio L. Vallarta, ilustre jurista mexicano del siglo
XIX, realizó una serie de consideraciones a este respecto al exponer que "El writ of
habeas corpus tiene por objeto proteger la libertad personal contra toda detención y
prisión arbitrarias, cualquiera que sea la categoría de la autoridad que las haya
ordenado, y aun cuando ellas no sean motivadas sino por el acto de un particular...El
amparo puede definirse diciendo que es el proceso legal intentado para recuperar
sumariamente cualquiera de los derechos del hombre consignados en la Constitución y
atacados por una autoridad de cualquiera categoría que sea, o para eximirse de la
obediencia de una ley o mandato de una autoridad que ha invadido la esfera federal o
local respectivamente. Considerando el amparo sólo bajo su primer aspecto y
atendiendo a la extensión que tiene, la protección de los derechos naturales del hombre,
no se pueden poner en duda sus ventajas sobre el habeas corpus. Este no asegura más
que la libertad personal, y esto, dejándola en muchos casos sin protección, mientras
que nuestro recurso comprende y abarca no sólo ese derecho, sino todos los otros que
consigna la Constitución."
33
Castro, Juventino.
119 y 121.
Hacia el Amparo Evolucionado. ed. Porrua. pags.
32
4.2.PROCEDENCIA.
Ahora bien, el artículo 103 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos establece: "Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia
que se suscite: I. Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías
individuales...". Para los efectos del presente estudio, debe entenderse que la privación
de libertad, es recurrible a través del juicio de amparo, siempre y cuando sea ejecutada
por la autoridad estatal. Ciertamente, la privación ilegal que sea practicada por
particulares, a diferencia del habeas corpus español, no se encuentra contemplada en el
juicio de garantías, dado que la misma puede ser denunciada (al igual que en el sistema
español) directamente ante la autoridad investigadora (siéndolo en el caso el Ministerio
Público), como hecho delictivo; no obstante la Constitución autoriza a los particulares
a la detención del indiciado en caso de delito flagrante, dicha detención debe ser a
efecto de poner al indiciado, sin demora alguna, a disposición de la autoridad, quien
inmediatamente lo pondrá a disposición del Ministerio público, en caso contrario, el
particular que realice dicha detención, puede incurrir en delito de privación ilegal de
libertad.
La privación ilegal de la libertad, así como la posible ejecución de ésta, es recurrible
en amparo indirecto ante un Juzgado de Distrito; entendiendo al juicio de amparo
como un medio de defensa constitucional, el cual se substancia y resuelve con arreglo
a la Ley de Amparo, Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
4.3.LEGITIMACION.
Respecto a la solicitud de amparo, el artículo 17 de la Ley de Amparo establece:
"Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la
libertad personal fuera de procedimiento judicial, deportación o destierro, o alguno de
los actos prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal (las penas de
mutilación, de infamia, las marcas, los azotes, los palos, el tormento de cualquier
especia, la multa excesiva, la confiscación de bienes en el sentido constitucional, y
cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales), y el agraviado se encuentre
imposibilitado para promover el amparo, podrá hacerlo cualesquiera otra persona en su
nombre, aunque sea menor de edad. En este caso, el Juez dictará todas las medidas
necesarias para lograr la comparecencia del agraviado, y habido que sea, ordenará que
33
se le requiera para que dentro del término de tres días ratifique la demanda de amparo;
si el interesado la ratifica se tramitará el juicio, si no la ratifica se tendrá por no
presentada la demanda, quedando sin efecto las providencias que se hubiesen dictado".
Como podemos observar, el juicio de amparo promovido contra actos de privación de
libertad puede ser interpuesto por cualquier persona, incluso por un menor de edad,
siempre que dicha privación de libertad se encuentre fuera de procedimiento judicial,
puesto que en caso contrario y de conformidad con el artículo 4 del ordenamiento legal
invocado, el juicio de garantías deberá de promoverse por el agraviado, por su
representante o por su defensor, en el entendido que desde la detención el afectado
tiene derecho a defenderse por sí o por persona de su confianza, en caso de no nombrar
o estar en posibilidad de abogado particular, se le designará a un defensor de oficio; así
pues, la legitimación para interponer la demanda de amparo respecto de la libertad
personal es muy amplia, en virtud del derecho fundamental que se protege.
Ahora bien, en caso de que el afectado se encuentre incomunicado, el Juez de
Distrito ordenará (a algún funcionario judicial bajo su mando, y con fe pública, siendo
generalmente un Actuario), la localización del privado de libertad (el cual podrá ser
localizado de conformidad con los datos que se otorguen en la demanda de amparo);
en este caso, el funcionario público tiene el más amplio poder de solicitar al encargado
del centro de detención, le sea puesto en su presencia al quejoso, en caso contrario
entrará a las instalaciones reservadas para los detenidos y lo voceará hasta encontrarlo,
a efecto de informarlo de la demanda de amparo interpuesta en su nombre y del plazo
de tres días con que cuenta para ratificar su demanda, estando en posibilidad dicho
quejoso de ratificarla en el acto de su notificación.
4.4.INTERPOSICION.
El término de interposición de la demanda de amparo será de quince días, de
conformidad con el plazo genérico establecido por el artículo 21 de la Ley de Amparo,
no obstante el artículo 22 expresa: "Se exceptúan de lo dispuesto en el artículo
anterior:...II.- Los actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la
libertad personal...(todos los contenidos en el artículo 17 anteriormente citado)...En
estos casos la demanda de amparo podrá interponerse en cualquier tiempo."; por lo que
la interposición del juicio de amparo, para el caso que nos interesa no tiene plazo;
habilitando la ley de Amparo, en su artículo 23, todas las horas y días del año para la
interposición del mismo.
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La demanda de amparo deberá ser interpuesta ante el Juez de Distrito en cuya
jurisdicción deba tener ejecución, trate de ejecutarse, se ejecute o se haya ejecutado el
acto reclamado; agregando la ley en su artículo 54, que en casos de notoria
incompetencia del juez de Distrito ante quien se presente la demanda, el juez se
limitará a proveer sobre la suspensión provisional, inclusive de oficio cuando se trate
de actos que importen ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial,
entendiendo que el hecho de que el Juez conozca de oficio respecto de la suspensión
provisional contra dichos actos, no indica que tenga que concederla; será concedida si
conforme a la ley la misma procede.
4.5.DEMANDA.
La demanda de amparo deberá contener los requisitos indispensables que la ley
establece en forma genérica, (los cuales hemos analizado con anterioridad); no
obstante, cuando se trate de los actos mencionados en el artículo 17 de la Ley de
Amparo, bastará para la admisión de la demanda que la misma contenga el acto
reclamado; la autoridad que lo hubiere ordenado si fuere posible al promovente; el
lugar en que se encuentre el agraviado, y la autoridad o agente que ejecute o trate de
ejecutar el acto; en cuyos casos la demanda podrá formularse por comparecencia,
levantando el Juez de el acta correspondiente; agregando la ley que en los casos que no
admitan demora, la petición de amparo y la suspensión del acto podrá solicitarse al
Juez de Distrito por vía telegráfica, siempre que el actor encuentre algún inconveniente
en la justicia local, encontrando el peticionario de garantías la obligación de ratificarla
por escrito dentro de los tres días siguientes a la fecha en que se hizo la petición por vía
telegráfica (artículos 117 y 118 de la ley).
4.6.SUSPENSION DEL ACTO RECLAMADO.
Como hemos indicado en el capítulo respectivo, en el mismo acto de la admisión de
la demanda de amparo (como regla genérica en el amparo indirecto), se ordenará la
apertura del incidente de suspensión, el cual será tramitado por cuerda separada,
resolviéndose respecto de la suspensión provisional, misma que procederá de oficio, de
conformidad con los artículos 123 y 124 de la Ley de Amparo, si se trata de actos que
importen peligro de privación de la vida, deportación, destierro o alguno de los
previstos en el artículo 22 constitucional; es decir en caso de concederse la suspensión,
ésta será otorgada para el efecto de que cesen dichos actos reclamados; facultando la
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ley al Juez a tomar las medidas que estime convenientes para el cumplimiento de dicha
suspensión.
Respecto a los ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial, el Juez
de Distrito siempre concederá la suspensión provisional (si fuere solicitada, dado que
en este caso no procede su concesión de oficio), para el efecto de que el quejoso quede
a su disposición, bajo la responsabilidad de la autoridad ejecutora, más sin perjuicio, de
que pueda ser puesto en libertad caucional por el Juez de Amparo, si ésta procediere,
quien en este último caso, tomará de igual forma las medidas de aseguramiento que
estime pertinentes (por ejemplo, imponer la obligación al quejoso de presentarse los
días que fije el Juez de Distrito ante el Organo Jurisdiccional); solicitando de igual
forma al quejoso, garantía bastante para cubrir los daños causados a terceros o la
indemnización de los perjudicados, para el caso de que el solicitante de garantías no
obtenga sentencia de amparo favorable.
En caso de ser concedida la suspensión, sólo tendrá efectos por lo que se refiere a la
libertad personal, sin que se pueda suspender el procedimiento respectivo, quedando el
quejoso a disposición de la autoridad que deba juzgarle cuando el acto emane de un
procedimiento penal por lo que hace a la continuaciónde éste; ello en virtud de que los
procedimientos son de orden público y contra estos no procede la suspensión. De igual
forma, si la detención se encuentra en relación con la comisión de algún ilícito penal,
no será susceptible de suspensión la consignación respectiva a la autoridad que deba
juzgarle.
El artículo 136 de la Ley de Amparo establece que en casos en que la demanda de
amparo se encuentre relacionada con el cumplimiento de una orden de aprehensión, la
suspensión respecto de la libertad del quejoso, solo podrá concederse si el delito por el
que se ordenó aprehenderle no se encuentra sancionado con pena privativa cuyo
término medio aritmético exceda de cinco años; en cuyo caso sólo producirá el efecto
que el peticionario de garantías quede a disposición del Juez de Distrito en cuanto a su
libertad en el lugar que este señale, quedando a disposición de la autoridad que deba
juzgarle para los efectos de la continuación del procedimiento; en caso de proceder la
suspensión respecto de la privación de libertad, la misma será otorgada bajo caución de
conformidad con las leyes locales o federales aplicables al caso concreto.
Es necesario tener en consideración que si bien es cierto, que en el presente caso, la
importancia relevante de la suspensión es la restitución del derecho fundamental a la
libertad personal, también lo es que la imposibilidad de suspender el procedimiento
respectivo no causa agravios al quejoso, dado que dicho procedimiento será objeto de
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estudio al momento de dictarse la sentencia en cuanto al fondo del amparo. Dicha
suspensión del procedimiento, sólo podrá concederse, si la continuación de este, deja
irreparablemente consumado el daño o perjuicio que pueda ocasionarse al quejoso.
Por otra parte, si a criterio del Juez, existe temor fundado de que la autoridad
responsable trata de burlar las órdenes de libertad del quejoso, o de ocultarlo
trasladándolo a otro lugar, el resolutor de amparo podrá hacerlo comparecer ante su
presencia para hacer cumplir dichas órdenes. Por el contrario, la libertad bajo caución
podrá ser revocada en cualquier momento cuando aparezcan datos bastantes que hagan
presumir, fundadamente, que el quejoso trata de burlar la acción de la justicia.
No hay que olvidar que el amparo-libertad analizado, es un juicio de amparo
genérico al que le son aplicadas ciertas medidas específicas, principalmente en materia
de suspensión, sin que por ello se trate de un juicio diverso al de amparo, por lo que se
rige por las normas generales de todo juicio de amparo, por lo que le son aplicables
todos los recursos establecidos por la ley, y su tramitación debe realizarse conforme a
esta, es decir, se solicitarán los respectivos informes justificados, informes previos en
caso de existir incidente de suspensión, y el Juez de Distrito tiene la fuerza que le
otorga la ley para hacer cumplir con efectividad sus determinaciones.
4.7.SUPLENCIA EN LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA.
Por otra parte, la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107 constitucionales, en
su artículo 76 Bis, fracción II, establece que la suplencia en la deficiencia de la queja
procederá en materia penal, aún ante la ausencia de conceptos de violación y de
agravios, con lo cual, el Juez está obligado a subsanar las anomalías cometidos por el
quejoso en la formulación de conceptos de violación y agravios, ampliando con ello la
protección que otorga la legislación a las garantías individuales en materia penal y en
virtud del derecho a proteger, como pudiera se la vida, la libertad, etc.
4.8.BREVES REFLEXIONES.
Como podemos analizar, ambos procedimientos son emanados del imperativo
constitucional, y encaminados específicamente a la protección del derecho
fundamental de la libertad personal a través de la garantía de seguridad jurídica.
Tanto el amparo-libertad, como el habeas corpus, pueden (y son por diversos
jurisconsultos) admirados o fuertemente criticados. No es el motivo del presente
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trabajo de investigación. Ahora bien, en el juicio y procedimiento analizados, es
importante remarcar que el juicio de amparo aquí estudiado engloba no únicamente la
libertad personal, sino contempla de igual forma, medidas eficaces para reclamar la
penas prohibidas en el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como la deportación o destierro, ampliando así su efectividad respecto
del habeas corpus español, en virtud, además, de que éste analiza la privación ilegal de
libertad y el amparo mexicano examina al igual que la privación, la posibilidad de ésta,
como pudiera ser el caso del amparo que se interpone en contra de una orden de
aprehensión.
Por su parte, el habeas corpus español, contiene una sumariedad envidiable al
amparo mexicano, si este no aplica la suspensión provisional en los casos
discrecionales que le otorga la ley. No obstante; la suspensión provisional se dicta al
momento de resolverse sobre la admisión del amparo, mientras que el habeas corpus
español se resolverá dentro veinticuatro horas, contadas a partir de que se dictó el auto
de incoación del procedimiento.
Finalmente es de llamar la atención una posible cuestión a sucitarse, "supongamos
que la detención se produce, en todo lo que hace a su procedimiento, adecuadamente, y
la orden de privación de la libertad es válida, y el acto se funda en orden escrita de
autoridad competente. Pero supongamos también que esa orden correctamente emitida
se funda en una norma inconstitucional...el habeas corpus no es la acción más
adecuada para resolver el problema..."34
En el sistema jurídico mexicano, dicha cuestión no sucita mayor problema dado que
en la misma demanda de amparo que se interponga en contra del acto privativo de
libertad, se podrá impugnar la inconstitucionalidad de la ley, sin que dicha medida
afecte la concesión de la suspensión por lo que hace al acto reclamado que se relaciona
estrictamente con la detención ilegal. No es el caso de España, en el ordenamiento
jurídico, si bien es cierto que se prevé un procedimiento específico para combatir la
inconstitucionalidad de la ley, denominado cuestión de inconstitucionalidad; mediante
el cual el Juez que duda respecto de la constitucionalidad de una ley específicamente
aplicable al caso concreto y de la cual dependa el fallo, suspenderá el procedimiento,
elevando la cuestión ante el Tribunal Constitucional, el cual resolverá respecto del
apego o desapego de la misma con la Constitución, vinculando al juez que se cuestionó
34
Herrindorf, Daniel. El Poder de Policía en un Sistema de Derechos
Humanos. Instituto Nacional de Ciencias Penales. págs. 120 y 121.
38
dicha inconstitucionalidad; no obstante, dicha medida retardará considerablemente la
acción de la justicia, causando graves perjuicios al solicitante de habeas corpus.
39
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