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Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-1910/09)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
Artículo 1º - Sustituyese el artículo 10 de la ley 18.248 por el siguiente:
" La viuda a partir de la fecha de fallecimiento de su cónyuge, queda
autorizada a dejar de usar el apellido del marido, sin ningún otro tipo
de requisito que la presentación de la partida de defunción que lo
acredite".
Artículo 2º - Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Emilio A. Rached. FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El artículo 10 de la actual ley 18.248, autoriza a la viuda a requerir
ante el Registro del Estado Civil la supresión del apellido marital.
Si bien una mujer al enviudar se encuentra autorizada para requerir
ante el Registro del Estado Civil de las Personas la supresión del
apellido marital, en la práctica requiere de mucho tiempo y de trámites
administrativos que transforman a la cuestión en un hecho complejo.
Además, la Policía Federal Argentina, con razón o no, solicita para el
otorgamiento del pasaporte la supresión del apellido del premuerto,
colocando a la viuda en un círculo vicioso de trámites burocráticos que
no merece en esta época el menor análisis.
Recordemos que antes de la ley 23.515 que reformó el artículo 8º de
la ley 18.248, la cual habilitó a la mujer casada para optar si desea a
no añadir a su apellido el del marido, precedido por la preposición "de",
ese agregado era, salvo estrictas excepciones, obligatorio.
Por otro lado, la ley de matrimonio civil reformo el artículo 9º
estableciendo que: "Decretada la separación personal, será optativo
para la mujer llevar apellido marital".
También, prevé el supuesto de la mujer que hubiese optado por
usarlo. En este caso, establece que decretado el divorcio vincular
perderá tal derecho, salvo acuerdo en contrario, o cuando por el
ejercicio de su industria, comercio o profesión fuese conocida por
aquel y solicitare conservarlo para sus actividades.
Como bien sabemos, tanto el divorcio vincular como la muerte del
cónyuge, son causales de extinción del matrimonio. Entonces, si
expresamente se establece que por divorcio vincular, el cónyuge
pierde el apellido marital, resulta claramente absurdo que por
fallecimiento del cónyuge tenga que requerir su supresión ante el
Registro Civil y más aún cuando en algunos casos se regían por la
anterior ley, cuyo agregado era obligatorio.
Por todo ello y con el fin esencial de velar por la coherencia de la
legislación sancionada por este Honorable Congreso de la Nación,
solicito a mis pares me acompañen en la sanción del presente
proyecto de Ley.
Emilio A. Rached. -
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