SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente: CARLOS

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SALA DE CASACIÓN CIVIL
Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ
En el juicio por cobro de bolívares intentado ante el Juzgado
Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, por la sociedad
de comercio que se distingue con la denominación mercantil SEGUROS
PAN AMERICAN, C.A., patrocinada judicialmente por los profesionales
del derecho Inés Martín, Hermógenes Sáez Emperador
y Yelitza
Villarroel, contra la también sociedad de comercio SÁNCHEZ & CIA,
S.A., representada por el abogado en el ejercicio de su profesión Freddy
Pantoja P; el Juzgado Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito
de la misma Circunscripción Judicial, conociendo en competencia funcional
jerárquica vertical, dictó sentencia en fecha 18 de febrero de 2002,
mediante la cual declaró con lugar tanto el recurso procesal de apelación
propuesto por la demandante como la demanda, condenando a la demandada al
pago de la suma de trece millones doscientos mil bolívares (Bs.
13.200.000) por concepto de la indemnización pagada. Igualmente, declaró sin
lugar el recuso procesal de apelación intentado por la demandada,
concerniente a la exoneración de la condenatoria en costas de la
demandante por parte de a quo, condenando finalmente a la accionada al
pago de las costas procesales.
Contra la precitada decisión, la demandada anunció recurso de
casación,
el
impugnación.
cual
fue
admitido
y
formalizado.
Hubo
únicamente
Recibido el expediente, se dio cuenta a la Sala el 30 de abril de
2002, correspondiéndole la ponencia de la máxima decisión procesal al
Magistrado Antonio Ramírez Jiménez, y en fecha 25 de octubre de 2002,
fue reasignada la ponencia al Magistrado que con tal carácter la suscribe,
quien lo hace previa a las siguientes consideraciones:
CASACIÓN DE OFICIO
En resguardo del legítimo derecho que tienen las partes a la
defensa y al libre acceso a los órganos de administración de justicia para
ejercer el derecho de petición, consagrado en los artículos 49, numeral 1
y 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, esta
Sala en fallo de fecha 24 de febrero del 2000, expediente Nº 99-625,
sentencia Nº22, en el caso de la Fundación para el Desarrollo del Estado
Guárico (FUNDAGUÁRICO) contra JOSÉ DEL MILAGRO PADILLA
SILVA, determinó que conforme con la disposición legal prevista en el
articulo
320
del
Código
de
Procedimiento
Civil,
y
al
principio
constitucional establecido en el artículo 257 de la preindicada Constitución,
referido a que el proceso es un instrumento para la justicia; tiene la
prerrogativa de extender su examen hasta el fondo del litigio, sin formalismos,
cuando detecte
la
infracción
de
una
norma
de
orden
público
o
constitucional. En consecuencia, casar de oficio el fallo recurrido, sin
entrar a analizar las denuncias articuladas en el recurso de casación,
atendiendo siempre a los postulados del artículo 23 eiusdem.
En ese sentido, a objeto de conciliar una recta y sana
aplicación en la administración de justicia, la Sala procede, a resolver la
situación de hecho configurada en el sub iudice en los términos
siguientes:
De las actas que integran el expediente, se observa que al folio
205, corre inserta diligencia de fecha 24 de septiembre de 2001, la cual es
del tenor siguiente:
“...En horas de Despacho del 24 de septiembre de 2001,
comparece ante este Tribunal Freddy Pantoja y en su carácter
de autos, expone: “Vista la nota de secretaría que antecede
del 30/07/01, APELO de la sentencia dictada el 2 de mayo de
2001, sólo respecto de la exoneración de costas hecha a la
actora perdidosa en dicha decisión”. Terminó, se leyó y
conformes
firman...”.
(Mayúsculas
y
subrayado
del
diligenciante).
Igualmente, en ese mismo folio 205 del expediente, riela
actuación procesal suscrita por el abogado Hermógenes Sáez, de esa
misma fecha, en la cual expone:
“...En horas de despacho de hoy 24 de septiembre del 2001
compareció ante este Juzgado el abogado en ejercicio y de este
domicilio Hermógenes Sáez Emperador, Inpreabogado 7559,
apoderado actor y expone: Con vista a la nota de Secretaría
dando constancia de cumplir con lo dispuesto en el artículo 233
del Código de Procedimiento Civil, en tiempo hábil APELO
de la sentencia de fecha 2 de mayo de 2001. Es todo.
Terminó, se leyó y firman...”. (Mayúsculas y subrayado
del compareciente).
Ahora bien, cursa al folio 206 del expediente, auto de fecha 10
de octubre de 2001, el cual es del siguiente tenor:
“...REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
JUZGADO TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO
CIVIL MERCANTIL Y DEL TRANSITO DE LA
CIRCUNSCRIPCIÓN
JUDICIAL
DEL
ÁREA
METROPOLITANA DE CARACAS.
Caracas, 10 de Octubre de 2001
Años: 191° y 142°
Vista la APELACION interpuesta por las partes, en fecha 24 de
Septiembre (Sic) de 2001, contra la Sentencia (Sic) dictada por este
Tribunal en fecha 02 de mayo de 2001, este Juzgado acuerda remitir el
expediente al Tribunal Superior Distribuidor en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Area Metropolitana de
Caracas, todo de conformidad con lo establecido en el artículo 85 de la
Ley de Tránsito Terrestre. Líbrese Oficio (Sic) remitiendo anexo el
presente expediente...”. (Mayúsculas del transcrito).
Recibido el expediente por la alzada, éste dicta auto de fecha
19 de octubre de 2001, el cual consta al folio 210 del expediente, y en
cuyo contenido se lee:
“...REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
JUZGADO SUPERIOR CUARTO EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL
TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL
ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS
Caracas, diecinueve (19) de Octubre (Sic) del (2.001)
191° y 142°
Vista la apelación interpuesta en fecha 24 de Septiembre (Sic) del
año 2001, por el abogado FREDDY PANTOJA P., contra la
Sentencia dictada por el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esta
Circunscripción Judicial, este Tribunal le da entrada, la
oye en ambos efectos y fija para dentro de los cinco (5)
días de despacho siguientes, el Tribunal providenciará las
pruebas que promuevan las partes, vencido este lapso dentro
del segundo (2°) día de despacho siguiente se agregarán al
expediente las conclusiones escritas que estas presenten a
cualquier hora de las destinadas por el Tribunal para
despachar, y dentro de los treinta (30) días hábiles
siguientes se dictará sentencia, todo de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 85 del la Ley de Tránsito
Terrestre...”. (Mayúsculas y negritas del transcrito).
De las transcripciones precedentes se observa que: 1) ambas
partes apelaron de la sentencia dictada por el a quo en fecha 2 de mayo de
2001; 2) que, el Tribunal de Instancia, remitió las actuaciones integrantes
del expediente mediante oficio al Juzgado Superior Distribuidor, a tenor
de lo previsto en el artículo 85 de la Ley de Tránsito Terrestre y, 3) que,
el Tribunal Superior a quien correspondió la distribución del presente asunto,
admitió sólo el recurso procesal de apelación intentado por la demandada,
estableciendo los lapsos procesales en esa Alzada, tal como lo prevé el
citado artículo 85 eiusdem, sin hacer consideración alguna en relación al
de la demandante.
Para decidir, la Sala observa:
De las anteriores transcripciones de las actas que integran el
expediente, se verifica la existencia del recurso procesal de apelación
ejercido por la demandante en fecha 24 de septiembre de 2001, contra la
decisión del a quo dictada en fecha 2 de mayo del mismo año, recurso
procesal éste que no fue ni admitido ni negado en el auto de fecha 19 de
octubre de 2001, por el Juzgado Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas.
En este orden de ideas, la Ley de Tránsito Terrestre vigente
para aquel momento, establecía en su artículo 85, lo siguiente:
“...La apelación deberá interponerse dentro de los cinco (5)
días de despacho siguiente de publicada la sentencia
transcurrido como haya sido el lapso a que se refiere el
artículo 83 de esta Ley.
Interpuesta la apelación en tiempo hábil, el Juez remitirá lo
actuado al Tribunal de Alzada, el cual resolverá si es
admisible dentro de los tres (3) días de despacho siguiente al
recibo de los autos. No se admitirá apelación contra la
sentencia que verse sobre una reclamación menor de cuatro
(4) veces el salario mínimo urbano mensual.
Si fuere admitida la apelación se abrirá un lapso de pruebas
de cinco (5) días de despacho, dentro del cual sólo se
admitirán las pruebas de confesión, juramento, inspección judicial,
experticias e instrumentos públicos. El segundo día de despacho
siguiente, las partes podrán presentar sus conclusiones
escritas y se dictará sentencia dentro de los treinta (30)
días continuos siguientes.
Negada la apelación, el Tribunal devolverá los autos al
Juez de la causa en el mismo día de despacho o en el
siguiente...”. (Negritas de la Sala).
Pero hay más, el artículo 86 de la precitada Ley de Tránsito
Terrestre, establece la posibilidad del ejercicio del recurso de casación, contra el
auto que se pronuncie sobre la apelación, cuando literalmente prevé lo siguiente:
“...Contra esta decisión puede interponerse Recurso de
Casación de conformidad con lo establecido en el artículo
312 del Código de Procedimiento Civil...”.
Bajo estos presupuestos de hecho, estima la Sala, que estamos
en presencia de un problema de orden público procesal, dado que el
recurso de apelación ejercido por la demandante debió ser admitido o
negado expresamente en el auto de fecha 19 de octubre de 2001, dictado
por el Juzgado Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, delimitando
así la materia objeto de apelación; esto dicho en otros términos,
significa, que el ad quem debió establecer si se trataba de una apelación
sólo en lo concerniente a la exoneración del pago de las costas
procesales a la demandante, dado que la decisión apelada declaraba sin
lugar la demanda, o si por el contrario, la apelación ejercida por la
accionante, daba pleno conocimiento de la controversia al Juez de
Alzada.
No es cierto, lo que señala el recurrente en su escrito de
formalización que, “...Tal silencio u omisión del ad quem, (...), en lo que
se refiere expresamente a la apelación interpuesta por la actora, trae como
consecuencia que ese silencio se deba interpretar como una decisión
negativa...”. Como ya se señaló, esto no es cierto, dado que el artículo 86
de la Ley de Tránsito Terrestre, establece expresamente, que ante la negativa
de admisión del recurso procesal de apelación, podrá ser interpuesto el recurso de
casación, por lo cual tal interpretación de la omisión de pronunciamiento
por parte del Juzgado Superior, acarrearía la violación del derecho a la
defensa, dado que cercenaría el derecho al recurso extraordinario revisto
en la propia Ley.
Ahora bien, tal omisión de pronunciamiento en la que incurrió el
ad quem, produjo en el seno de la controversia un desequilibrio, el cual
se patentiza cuando en el escrito de las conclusiones consignadas por la
demandada sólo se refiere al aspecto de la exoneración al pago de las
costas procesales y nada alega en contra de la apelación de su
contraparte, presumiblemente por considerar que el recurso procesal ejercido
por aquella, no había sido admitido.
Por otra parte, los principios relativos a la defensa de orden
constitucional y el debido proceso, imponen al juzgador dar aplicación a
los principios procesales de s a n e a m i e n t o , r e l e v a n c i a o t r a s c e n d e n c i a ,
d e n u l i d a d esencial y el de la Obligatoriedad de los Procedimientos
Establecidos en la Ley, y, como bien lo indica el procesalista DEVIS
ECHANDIA:
“…La ley nos señala cuáles son los procedimientos que se han
de seguir para cada clase de proceso o para obtener
determinadas declaraciones judiciales, sin que les sea permitido
a los particulares, aún existiendo acuerdo entre todos los
interesados en el caso, ni a las autoridades o a los jueces
modificarlos o pretermitir sus trámites”. (DEVIS
ECHANDIA, Hernando. Compendio de Derecho Procesal.
Editorial ABC: Tomo I, Décima Edición. pág. 39, Bogotá
1985) (Subrayado de la Sala)
A este respecto, la Sala, en sentencia N° 342 del 30 de julio de
2002, caso María Eugenia Savelli de Pérez contra Luis Erasmo Pérez
Mosqueda y otros, expediente N° 01-440, con ponencia del Magistrado
que con tal carácter suscribe la presente, señaló lo siguiente:
“...El artículo 320, cuarto aparte, del Código de
Procedimiento Civil, establece que “Podrá también la Corte
Suprema
de
Justicia
en
su
sentencia
hacer
pronunciamiento expreso, para casar el fallo recurrido con
base
en las infracciones de
orden público o
constitucionales que ella encontrare, aunque no se les haya
denunciado”.
Conforme a esta disposición legal, la Sala de Casación
Civil tiene prerrogativa para extender su examen al fondo
del litigio, sin formalismos, cuando, a motu propio,
detecte la infracción de una norma de orden público o
constitucionales. Esta atribución puede ser ejercida por la
Sala c o n o b j e t o d e m a t e r i a l i z a r l a c o r r e c t a aplicación
de la justicia, habida cuenta que el artículo 23 del Código
de Procedimiento Civil señala que “Cuando la ley dice: ‘el
juez o tribunal puede o podrá’, se entiende que lo autoriza
para obrar según su prudente arbitrio, consultando lo más
equitativo o racional, en obsequio de la justicia y la
imparcialidad”.
(…Omissis…)
En consecuencia, declara que, en lo sucesivo, podrá casar
de oficio los fallos sometidos a su consideración, para lo
cual sólo es necesario que se detecte en ellos infracción
de orden público y constitucionales como lo señala el
artículo 320 del Código de Procedimiento Civil,
ateniéndose siempre, claro está, a los postulados del
artículo 23 del Código de Procedimiento Civil. Así se
decide...”.
Con fuerza a las anteriores consideraciones, habiéndose detectado en
el presente caso la existencia de la subversión del proceso, esta Sala
conforme ya se indicó, en resguardo del derecho a la defensa, al debido
proceso y a la garantía constitucional de imparcialidad, idoneidad y
transparencia de la justicia, estima prudente hacer uso de la casación de
oficio, dada la falta de pronunciamiento del Juzgador de Alzada, en lo
atinente a la admisión o negativa del recurso procesal de apelación
interpuesto por la sociedad de comercio que se distingue con la
denominación mercantil Seguros Pan American, C.A.,
lo
que
daría
transparencia a cualquier decisión, con lo cual la Sala estima pertinente
darle aplicación al contenido y alcance del artículo 320 eiusdem, para
casar de oficio el presente fallo. Así se decide.
Por haber encontrado esta Sala una subversión en el proceso,
se abstiene de conocer y decidir las denuncias contenidas en el escrito de
formalización del recurso de casación, de conformidad con lo establecido
en el artículo 320 eiusdem.
D E C I S I Ó N
Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia de
la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil,
administrando justicia en nombre la República y por autoridad de la Ley,
CASA DE OFICIO la sentencia dictada por el Juzgado Superior Cuarto
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en fecha 18 de febrero de 2002. En consecuencia,
se decreta la NULIDAD del fallo recurrido y se REPONE la causa al
estado en el cual el precitado Tribunal Superior se pronuncie sobre la
admisión o negativa del recurso procesal de apelación interpuesto por la
demandante contra la decisión del Tribunal de Primera Instancia de fecha
2 de mayo de 2001, conforme lo prevé en el artículo 85 de la Ley de Tránsito
Terrestre del 9 de agosto de 1996, vigente para el momento que se inició
el presente juicio.
Queda de esta manera CASADA la sentencia impugnada.
Dada
la
naturaleza
del
presente
fallo,
no
hay
especial
condenatoria en costas del recurso.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Juzgado
Superior de origen ya mencionado, de conformidad con el artículo 326
del Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los
veinticuatro (24) días del mes
de septiembre de dos mil tres.
Años: 193º de la Independencia y 144º de la Federación.
El Vicepresidente de la Sala,
en ejercicio de la Presidencia
y Ponente,
__________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ.
El Magistrado,
____________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado Suplente,
_________________________
TULIO ALVAREZ LEDO
La Secretaria,
_________________________
ADRIANA PADILLA ALFONZO
Exp. Nº. AA20-C-2002-000316
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