Una humilde propuesta La batalla de los libros PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 3 06/05/15 11:51 colección Pequeños Grandes Ensayos Director de la colección Álvaro Uribe Consejo Editorial de la colección Arturo Camilo Ayala Ochoa Elsa Botello López José Emilio Pacheco † Antonio Saborit Juan Villoro Director Fundador Hernán Lara Zavala Universidad Nacional Autónoma de México Coordinación de Difusión Cultural Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 4 06/05/15 11:51 Jonathan Swift Una humilde propuesta La batalla de los libros Introducción, traducción, notas y apéndice de Mauricio López Noriega Universidad Nacional Autónoma de México 2015 PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 5 06/05/15 11:51 Swift, Jonathan, 1667-1745, autor. [Obras. Selecciones] Una humilde propuesta ; La batalla de los libros / Jonathan Swift ; introducción, traducción, notas y apéndice de Mauricio López Noriega. – Primera edición 124 páginas. – (colección Pequeños Grandes Ensayos) ISBN 978-970-32-0479-3 (colección) ISBN 978-607-02-6576-1 I. Swift, Jonathan, 1667-1745. Modest proposal. Español. II. Swift, Jonathan, 1667-1745. Battle of the books. Español. III. Título: Batalla de los libros. IV López Noriega, Mauricio, prologuista, traductor. V. Serie PR3723.E76.L66 2015 Títulos de las obras originales en inglés: A Modest Proposal y The Battle of the Books. Primera edición en la colección Pequeños Grandes Ensayos: 23 de marzo de 2015 D. R. © 2015 Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, 04510, México, D. F. Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial ISBN de la colección: 978-970-32-0479-3 ISBN de la obra: 978-607-02-6576-1 Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Esta edición y sus características son propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México. Impreso y hecho en México PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 6 06/05/15 11:51 mirar el fondo del espejo La sátira es una especie de espejo en el cual, quien mira, generalmente descubre el rostro de los demás, pero no el suyo, razón fundamental de la gran aceptación que encuentra en el mundo y de que muy pocos se ofendan con ella. Jonathan Swift, La batalla de los libros, prefacio Es la sátira un texto-espejo. Un látigo que, al tiempo que truena y fustiga, nos hace esbozar una ardiente sonrisa, nos lleva de la diversión cómplice a la conciencia de una realidad que preferimos ignorar porque puede tornarse dolorosa. Es una extraña combinación y son pocos los escritores capaces de configurar un espejo semejante sin caer en la moralina o en el dedo flamígero, en la marrullería política; es difícil conseguir el equilibrio entre un penetrante sentido del humor, el propósito objetivo de denuncia y un cuidadoso y elegante estilo literario; tampoco es fácil superar la evidente tentación de superficialidad, del mero artificio del ingenio. La sátira busca tomar al lector y trasladarlo de la ligereza recreativa a la sana reflexión; conduce PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 7 06/05/15 11:51 8 • a la inteligencia de una valiente acusación bien construida, llena de destellos y guiños, al espejo frente al cual, a solas, recordamos la urgencia de una crítica profunda en torno de los problemas contemporáneos. Sin duda, este linaje del ensayo sólo es efectivo cuando existe la dosis necesaria de inteligencia; para Swift, el ingenio sin conocimiento, el aguijón de lo ridículo carente de la ponderación intelectual, “de nada sirve, salvo para ser arrojado a los cerdos”. La sátira de Swift quizá no es platillo para la sociedad humorística de los medios masivos: supone un lector informado, pero sobre todo formado, capaz de emitir juicios propios sobre lo que lee, porque conoce, al menos a grandes rasgos, la complejidad de su mundo y de su tiempo, y porque le interesan. Esta disposición implica, a su vez, cierta calidad del pensamiento, tanto en el aspecto formal –un conjunto de saberes adquiridos de manera sistemática y significativa– como en la amplitud del mismo, es decir, una concepción del mundo y del ser humano en ese mundo, en ese tiempo. Swift cuenta con ello. Espera afectar el ánimo y las ideas de sus lectores mediante la dosis justa de sutileza mordaz aplicada hasta rozar los límites, “para que muy PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 8 06/05/15 11:51 pocos se ofendan con ella”. La idea no es herir, sino reflexionar, valorar, inquirir dentro del espejo, en donde tal vez encontremos al otro, y además, a partir de un ejercicio de autoconciencia, también a nosotros mismos. Al fondo del espejo estamos todos: nuestro tiempo, nuestra cultura, nuestros rostros. Jonathan Swift nació en la ciudad de Dublín en 1667; fue huérfano de padre desde antes de nacer y desde entonces fue sumamente pobre. Sin embargo, un tío suyo se ocupó de su educación y Swift consiguió terminar sus estudios en el Trinity College de su ciudad natal. Viajó a Leicester para reunirse con su madre y allí vivió hasta que una ocasión singular se presentó en forma de invitación para trabajar como secretario del político inglés William Temple y fungir como tutor de su pupila, Esther (Stella) Johnson, que siguió siendo amiga de Swift toda la vida. Vivió y trabajó durante una década bajo el techo de Temple, en Moor Park, Surrey, y dispuso de tiempo libre suficiente para trabajar sus propias ideas, ya que su meritoria dedicación le ganó la confianza del caballero Temple, quien le encargó labores delicadas e incluso lo llevó ante el rey Guillermo III. Por otro lado, la relación PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 9 9 • 06/05/15 11:51 10 • que lo unía con su patrón fue siempre cuando menos ambigua, pues se daba cuenta de que Temple, si bien era un hombre culto –el primer escritor inglés en imprimir cadencia a la prosa, según Samuel Johnson–, no era ni la mitad de brillante que Swift quien, además, era irlandés. No hay que olvidar la rebelión de los señores irlandeses en contra del gobierno inglés en 1641, ni la ferocidad de la represión de Cromwell; tampoco, la supuesta restauración de Carlos II, ni la guerra civil (1688-1691) que no consiguió volver más justo el sistema de organización político de Irlanda, particularmente duro contra los católicos, que habían sido despojados de sus tierras. Por herencia y cultura, Swift era uno de los ingleses de Irlanda, con la carga derivada de preocupaciones específicas y con un papel social e histórico particular debido a su pertenencia a una cultura dividida; así, sufría una especie de doble identidad en la cual su parte inglesa se mofa de la irlandesa y ésta, quizás aun más irlandesa que la de sus contemporáneos, no consigue soportar las injusticias de aquélla, como se desprende con claridad de Una humil­ de propuesta, incluso cuando él mismo no era PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 10 06/05/15 11:51 católico.1 De esta manera experimentaba el conflicto de pertenecer a la periferia, aunque esto mismo le otorgaba una visión del centro siempre crítica y, en cierto modo, subversiva. Buscó por ello expresar con vehemencia sus opiniones en diversos tipos de textos; sus primeras armas literarias en ese campo comenzaron, precisamente, con La batalla de los libros, de 1697, aunque otros textos, como Disputas y diferencias entre nobles y comunes en Atenas y Roma y Cuento en una barrica, atrajeron de inmediato al público y le ganaron la atención de los políticos. A la vuelta del siglo y por la muerte de Temple, de quien editó sus Miscellanea en tres volúmenes –ensayos, cartas, memorias–, regresó a Irlanda, acompañado de Stella. Allí apoyó al gobierno tory (conservador) en La conducta de los Aliados y en 1713 se convirtió en el deán de la Catedral de San Patricio. Más adelante su influencia política disminuiría considerablemente a causa de la hostilidad de la reina Ana de Inglaterra, a cuya muerte surgió de nuevo el patriota con textos como Las cartas 1 Cfr. “Introduction”, en Swift, Major Works, Ross & Woolley, pp. xxi y ss. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 11 11 • 06/05/15 11:51 12 • Drapier y Una humilde propuesta, de 1729. Su obra maestra, Los viajes de Gulliver, fue publicada en Londres en 1726, ahíta de profunda misantropía, quizá debido a su vulnerable idealismo y a su apasionada honestidad. Equivocadamente, se ha llegado a considerar esta obra un libro “para niños”; sin embargo, es tal vez el texto que, desde el desengaño más diáfano, lleva a cabo la más honda de las críticas, no sólo de las estructuras sociales ni de la injusticia sistemática, sino más bien del género humano en su conjunto. Swift fue un escritor político sumamente completo que, con un estilo profundamente iró­ nico y depurado, muestra un carácter que se resiste con fuerza a las convenciones literarias de su tiempo, si bien al mismo tiempo confía en el poder didáctico de su pluma y en su posible influjo. Además fue un poeta consumado, rara avis de la ironía para la imaginación antipoética. En 1714 se estableció definitivamente en Dublín, en donde vivió con Esther Vanhomrigh (para quien inventó el nombre de Vanessa). Su querida amiga Stella muere en 1728: Swift cae preso de la tristeza. Moriría una década y media más tarde, en 1745, legando su fortuna a los pobres; PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 12 06/05/15 11:51 a nosotros nos dejó las mejores sátiras del siglo xviii, además de los Viajes. En su epitafio, escrito por él mismo, se puede leer: “Aquí yace el cuerpo de Jonathan Swift […] en donde la indignación furiosa ya no puede lacerar su corazón. Sigue, caminante, y si puedes, imita a un hombre que se esforzó al máximo en defender tenazmente la libertad”.2 No resulta difícil captar esta furiosa indignación que Swift sufría en Una humilde propues­ ta, texto escrito en defensa de los irlandeses católicos más pobres, subyugados hasta la abyección por los ingleses y sus comparsas angloirlandeses. Esta sátira sin duda fue compuesta con detallado conocimiento de causa, tanto del contexto general como de los estudios demográficos de la época.3 Tal vez puede destacarse la clara conciencia social que entraña su propuesta, surgida de una realidad infame, tristemente 2 3 Ubi sæva Indignatio Ulterius Cor lacerare nequit. Abi Viator Et imitare, si poteris, Strenuum pro virili Libertatis Vindicatorem. Existen pruebas de que Swift conocía a los fundadores de la demografía estadística, Halley, Petty, Graunt. Cfr. S. Jarco, “Jonathan Swift and British Demography”, Bulletin of the New York Academy of Medicine, vol. 47, núm. 12, diciembre de 1971, pp. 1547-1550. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 13 13 • 06/05/15 11:51 respaldada por opiniones que resultan tan chocantes como su realización permanente, en el día tras día: ¿Para qué dejar vivir a creaturas que, al no poder contar con la ayuda de sus padres, o porque están privados de ella, o porque no han sido reco­ nocidos, sólo sirven para sobrecargar al Estado con una mercancía que abunda demasiado? Los bastardos, los huérfanos, los niños mal conformados deberían ser condenados a muerte desde el nacimiento; los primeros y los segundos, porque al carecer de alguien que vele por ellos o los cuide, manchan a la sociedad con una hez que un día puede resultar funesta; y los otros porque no pueden serle de ninguna utilidad. Ambas clases son para la sociedad como esas excrecencias carnosas que, alimentándose del vigor de los miembros sanos, los degradan y debilitan; o bien, si usted lo prefiere, son como esos vegetales parásitos que, enroscándose en las plantas sanas, las deterioran y las roen, absorbiendo sus raíces nutricias. Verdaderos abusos son esas limosnas destinadas a alimentar a tal canalla, esas casas ricamente levantadas que se ha tenido la extravagancia de regalarles, como 14 • si la especie de los hombres fuera tan rara, tan PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 14 06/05/15 11:51 preciosa, que fuese necesario conservar hasta el más vil espécimen.4 El marqués de Sade justifica el procedimiento a seguir con los sobrantes sociales, los hijos de los pobres, carga intolerable para la sociedad. Por fortuna, la realidad hoy parece muy distinta. Existen creativas propuestas que sugieren un matiz optimista; hace algunos años, dos investigadores de la Universidad de Chicago proponían los beneficios derivados de vender a los bebés huérfanos –que no pueden contar con la ayuda de sus padres, que no han sido reconocidos–, para evitar el mercado negro. Venta para adopción de huérfanos: el ingreso de los bebés, el sector más débil por antonomasia, a la esfera del mercado, de la ley de la oferta y la demanda. Motivo de alegría finalmente, a falta de justicia social y mínimos antropológicos; “por lo tanto, que nadie me hable de otras soluciones”, afirma categórico Swift. El hecho de que puedan surgir propuestas de este tipo deriva de una mentalidad centrada únicamente en el aspecto funcional, cuantitativo, del ser humano, “como si la especie 4 Donatien Alphonse François de Sade, Justine, 1791, cap. i. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 15 15 • 06/05/15 11:51 de los hombres fuera tan rara, tan preciosa, que fuese necesario conservar hasta el más vil espécimen”. Cuando menos eso sugieren las políticas demográficas que el primer mundo aplica, desde la década de los sesenta, al tercer mundo. Hay que tomar en cuenta que, en “El reto hispano”,5 uno de los últimos textos que escribió Samuel Huntington, miembro del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se considera el grave riesgo que supone para la seguridad nacional de nuestro vecino el aumento demográfico de los hispanos, y se sugiere tomar firmes resoluciones al respecto. Y si bien en Europa las cosas resultan más o menos semejantes para otros tercermundistas, como mexicano creo que estas consideraciones no resultan superfluas; por ello, pienso que el texto de Swift es digno de ser considerado con la máxima atención. Es, desde otro lado, justamente el tema de La batalla de los libros: una forma de ver el mundo que niega cualquier otra y combate su existencia. En términos contemporáneos, la forma moderna de entender el mundo admite 16 • 5 Cfr. Samuel Huntignton, “The Hispanic Challenge”, Foreign Policy, marzo-abril, 2004. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 16 06/05/15 11:51 sólo una racionalidad dura que se expresa y valora en términos exclusivamente económicos, es decir, prácticos, realistas, cuantificables, verificables, nuevos: cualquier otra consideración es del todo secundaria y, por lo tanto, accesoria. La gran controversia que existió entre los siglos xvii y xviii, conocida como la Querella de los antiguos y los modernos, y de la cual el texto de Swift es tal vez el más representativo y valioso, consistió, en gran medida, precisamente en el choque de dos formas de entender el mundo, dos cosmovisiones, que desde el universo de la literatura se expandió al de la ciencia, la filología, la religión, la filosofía, la historia, la política, las artes, y que mantuvo agitada y activa a la mayoría de las inteligencias de la época. Gilbert Highet sintetiza su importancia: En primer lugar, es notable que una discusión acerca del gusto haya durado tantos años y ocupado la atención de tantos hombres doctos, pues esto quiere decir que el plano de la crítica, y por lo tanto de la literatura, estaba en un nivel sumamente elevado. En segundo lugar, entre las personalidades envueltas en la lucha se contaban algunas de las más grandes de la época: Pascal, Boileau, PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 17 17 • 06/05/15 11:51 Bentley, Swift. En tercer lugar, los puntos que se sometieron a debate tenían profunda significación, como la siguen teniendo en nuestros días. Esos mismos problemas tornan a presentarse (aunque a menudo disfrazados o mal comprendidos) en casi todas las discusiones contemporáneas acerca de la educación, la crítica estética y la transmisión de la cultura. La batalla que se trabó en Francia e Inglaterra a fines del siglo xvii no fue más que simple episodio de una gran guerra que se había estado gestando a lo largo de dos mil años, y cuyas raíces aún subsisten. Es la guerra entre tradición y modernidad, entre originalidad y autoridad.6 6 18 • Gilbert Highet, La tradición clásica, vol. i, trad. de Antonio Alatorre, México, Fondo de Cultura Económica, 1978 (primera reimpresión), pp. 411-412. Sigue siendo excelente el capítulo xiv de este volumen, “La querella de antiguos y modernos”, pp. 411-449, así como la bibliografía que ofrece. En la muy buena introducción a su edición, Antonio Bernat lo dice con estas palabras: “Swift vio que el debate tocaba al intento del hombre de averiguar su posición frente al conocimiento y la historia, en esos embates se dirimían los límites del territorio del yo” (Jonathan Swift, La batalla entre los libros antiguos y modernos, Barcelona, José J. de Olañeta editor (col. Centellas), 2012, p. 26. La traducción, sin embargo, es de Cristóbal Serra y en algunos pasajes deja mucho que desear si se compara con el original. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 18 06/05/15 11:51 ¿Son estas preocupaciones todavía “contemporáneas”? Sería valioso volver a formular de manera deliberada y consciente nuestra relación no sólo con los clásicos griegos y latinos, sino con la lógica de pensamiento que predomina en la actualidad. Por ejemplo, ¿se debería continuar fomentando la idea de progreso y, en dado caso, qué tipo de progreso, para quiénes y a qué costo? ¿Hasta qué punto son válidos los criterios de eficacia, utilidad y beneficio en sociedades cada vez más desiguales, sin las mismas condiciones iniciales para la vida? ¿Qué es un clásico y por qué? ¿Es válido seguir promoviendo su lectura, como la de Dante, Shakespeare, Cervantes, Goethe, Dostoievski? ¿Hay que incluir a García Márquez, Paul Auster, Salman Rushdie? ¿Aún tiene sentido ofrecer el estudio de las humanidades a las nuevas generaciones? ¿No sería preferible fomentar la multidisciplinariedad de enfoques en función de realidades e ideas complejas que no se pueden agotar con una manera reduccionista de concebir al ser humano? Swift había sido formado en la tradición clásica y conocía bien a los autores grecolatinos; sin embargo, le preocupaba también la originalidad y no encontraba respuesta satisfactoria en PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 19 19 • 06/05/15 11:51 la emulación servil de los antiguos. De nuevo, por un lado se encuentra entre dos fuegos por su disposición intelectual a los conocimientos, métodos y ciencias modernas, mientras por otro lado venera los aspectos fundamentales de la tradición. De esta forma, en la Batalla no queda muy claro hasta qué punto se ubica Swift del lado de los antiguos; el final ambivalente y algunas alusiones y notas apuntan hacia un reconocimiento sincero de varios aspectos de los modernos. No obstante, en palabras de Highet: “había considerado con creciente desprecio a los dos bandos, pues aborrecía a los pedantes y a los omniscientes, odiaba a los advenedi­ zos y a los ignorantes, y despreciaba la mezquindad que hace a los hombres dividir la Verdad y reñir por encima de su cuerpo mutilado”.7 Todo comienza mediante el recurso, hoy quizá gastado, de un manuscrito que un editor “encuentra” y decide publicar; se advierte que se trata de un texto incompleto, en mal estado. Vienen luego los antecedentes de la batalla, el motivo de la discordia; siguiendo la ficción, se atribuye a los libros de controversia el inicio de 20 • 7 Highet, op. cit., p. 445. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 20 06/05/15 11:51 las hostilidades. Bentley, el bibliotecario, enemigo acérrimo de los antiguos, coloca incorrectamente los libros y los mezcla, por lo que las pasiones fermentarán; Temple es el líder de los antiguos. Swift intercala entonces una fábula, a la manera de Esopo: la discusión suscitada entre una abeja y una araña. La moraleja da pie a que los ejércitos se dispongan a entrar en combate. Enseguida, a la manera de Homero, hace intervenir a los dioses del Olimpo; otra deidad, Momo, va en busca de la diosa Crítica, de monstruoso aspecto, quien viaja con los suyos hasta Londres para asistir a la batalla que comienza. Se narran varios encuentros bélicos; se consigna el episodio de Wotton y Bentley, en el que éste quiere dar muerte a Esopo y a Falaris, precisamente, pues por ellos comenzó la querella en Inglaterra, como se advierte en el prólogo. El manuscrito termina abruptamente. Este par de sátiras de Jonathan Swift son un alambicado vino de perenne perfume; su vigencia nos provoca, nos hace sonreír, nos interpela. Nos incluye. Son un clásico moderno que se incorpora a la valiosa colección de la Universidad Nacional Autónoma de México, Pequeños Grandes Ensayos. Para la traducción me serví PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 21 21 • 06/05/15 11:51 de la edición fijada por Ross y Woolley, cuyas excelentes notas resultaron también de gran ayuda.8 Las notas a pie de página de la Batalla son de Swift. Consideré oportuno elaborar un apéndice en el cual se ofrece una pequeña noticia acerca de los miembros de cada uno de los ejércitos. Sigue, pues, caminante lector, y si puedes, imita a un hombre… Mauricio López Noriega 8 22 • Jonathan Swift, Major Works including A Tale of a Tub and The Battle of the Books, Edited with an Introduction and Notes by Angus Ross and David Woolley, Oxford, Oxford University Press (Oxford World’s Classics Paperbacks), Reissued 2008, 724 pp. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 22 06/05/15 11:51 una humilde propuesta para impedir que los hijos de la gente pobre sean un peso para sus padres, o para el país, y hacerlos provechosos para los demás. Es cosa de tristeza, para quienes caminan por esta gran ciudad o viajan al interior del país, ver los caminos, las calles y las puertas de las chozas atestados de mendigas, seguidas por tres, cuatro o seis niños, todos en harapos, que importunan al que pasa, pidiendo limosna. Estas madres, en vez de ganarse la vida honestamente, están forzadas a emplear todo su tiempo en mendigar de casa en casa el sustento de sus indefensos infantes que, según crecen, o se vuelven rateros por falta de trabajo, o dejan su querida tierra patria para ir a luchar por el Viejo Pretendiente1 1 Se motejó así a Jacobo Francisco Eduardo Estuardo (16881766); reclamó el trono de Inglaterra e Irlanda como Jacobo III, y el de Escocia como Jacobo VIII, y así lo reconoció su primo, Luis XIV de Francia, España, los Estados Pontificios y Módena. Fue proscrito traidor por aspirar al trono y, bajo la ley inglesa, perdió todos sus títulos. Él y sus hijos fueron los últimos de la casa Estuardo que reclamaron el trono, fieles a la fe católica (lo que se denominará luego “jacobismo”). Tal vez se alude a la guerra anglo-española (1726-1729). PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 23 06/05/15 11:51 en España, o se venden a sí mismos para Barbados.2 Creo que todo el mundo concuerda en que esta prodigiosa cantidad de niños, en brazos o a la espalda, o tras los talones de sus madres y frecuentemente de sus padres, en el deplorable estado actual del reino, es un motivo de pesar adicional muy grande; y por ello, cualquiera que pueda encontrar un método justo, barato y sencillo de hacer que estos niños sean miembros útiles de la comunidad, merecería tanto recono2 24 • En el siglo xvi, los españoles utilizaban esclavos africanos en las islas de Cuba y La Española; portugueses, holandeses, franceses y británicos hicieron lo propio en Brasil, Antillas y Norteamérica. Los británicos, además de criminales, enviaron irlandeses como esclavos a sus colonias norteamericanas, sobre todo los católicos que se rebelaron contra la opresión inglesa. Jacobo II, rey de Inglaterra, vendió 30 000 prisioneros políticos irlandeses al Nuevo Mundo (no debe olvidarse que el duque de York fue cabeza de la Royal African Company, que comerciaba con esclavos). En la quinta década del siglo xvii, más de 100 000 niños irlandeses, de entre 10 y 14 años, fueron separados de sus padres y vendidos como esclavos en las Indias Occidentales, Virginia y Nueva Inglaterra; 52 000 más, en su mayoría mujeres y niños, fueron vendidos a Barbados y Virginia; 2 000 niños a Jamaica. Eran más baratos que los africanos (un esclavo africano costaba cerca de 50 libras esterlinas, un irlandés entre cinco y 10) y los hijos nacidos de esclavos blancos seguían siendo esclavos, incluso en el caso de que su madre obtuviera la libertad. V. Jordan & Walsh, White Cargo: The Forgotten History of Britain’s White Slaves in America, Nueva York, nyu Press, 2008. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 24 06/05/15 11:51 cimiento público como para erigir una estatua suya como preservador de la nación. Pero mi intención está muy lejos de limitarse sólo a los hijos de mendigos declarados: se extiende mucho más, e incluirá la suma completa de niños de cierta edad, nacidos de padres en efecto tan poco capaces de mantenerlos, como aquellos que en las calles solicitan nuestra caridad. Por mi parte, habiendo dado vuelta por muchos años a algunas ideas en torno a este importante tema, y sopesado con detenimiento muchos datos de otros proyectistas, siempre los he encontrado crasamente equivocados en sus cálculos. Es verdad que un niño recién parido puede ser mantenido durante un año por la leche de su madre, con muy poco alimento más, al menos no por arriba del valor de dos chelines, o su valor en mendrugos, que su madre ciertamente podrá obtener mediante su lícita ocupación de mendiga. Y, exactamente a la edad de un año, propongo encargarnos de ellos de tal forma, que en lugar de ser una carga para sus padres o para la parroquia, o de necesitar comida y vestido por el resto de sus vidas, puedan, por el contrario, contribuir a alimentar, y en parte a vestir, a muchos miles. PGE-69-Una humilde propuesta-a.indd 25 25 • 06/05/15 11:51