3 Las pinturas murales de la ermita de San Nicolás de Bari (Azuara, Campo de Belchite) MARÍA DEL CARMEN LACARRA DUCAY La ermita de San Nicolás de Bari de la villa de Azuara se decoró con pinturas murales durante los siglos XIV y XV. Era una decoración que no solo cubría la cabecera del templo sino también los muros y bóveda del tramo de la nave próximo al presbiterio. Su descubrimiento tuvo lugar en el año 1988 con ocasión de la restauración del edificio, siendo recuperadas seguidamente por el restaurador barcelonés Liberto Anglada por encargo de la Diputación General de Aragón1. La importancia de las pinturas es grande por tratarse de uno de los conjuntos de pintura mural más destacados de los que se conservan en la provincia de Zaragoza al sur del río Ebro, junto con los murales góticos de la comunidad de Daroca (Daroca, Anento, Valconchán) y los de la ermita de Santa María de Cabañas, antigua iglesia parroquial del pueblo del mismo nombre, en la Almunia de Doña Godina. La iglesia de San Nicolás de Bari se encuentra situada en la margen derecha del río Aguasvivas, a escasa distancia de la población, junto a los restos de un viejo antiguo cementerio. Se trata de un edificio de pequeñas proporciones, de la segunda mitad del siglo XIII, construido en mampostería, en estilo románico tardío. Junto con la ermita de Nuestra Señora de Allende, en Moyuela, es la única iglesia románica de esta comarca. Su planta presenta cabecera semicircular cubierta con bóveda de cuarto de esfera, de directriz apuntada, y una sola nave dividida en cinco tramos mediante arcos fajones que se cubre con bóveda de cañón apuntado. 1 Sobre la ermita y sus pinturas, una primera aproximación, Rioja, A.: “Importantes hallazgos arqueológicos y pictóricos en Zaragoza”, El Día, jueves, 22 de diciembre de 1988, pág. 34. Con posterioridad, un estudio más amplio: Aramendia, J. L., El Románico en Aragón. Tomo VI, Cuencas del Riguel, Ebro y afluentes del sur. Leyere Ediciones, Zaragoza, 2004, pp. 105-111. De las Artes 193 Vista general del interior del ábside La luz llega por una ventana de medio punto abocinada abierta en el centro del muro del ábside y por otro pequeño vano situado en el muro del lado de la epístola cerca de la cabecera. El ingreso se sitúa en el lado meridional próximo a los pies, mediante una portada en piedra con arco de medio de arquivoltas sin decorar que apean en dos parejas de columnas de capiteles tallados con motivos vegetales estilizados y volutas, protegida por un tejaroz soportado por ocho modillones. La primera fase de la decoración mural se realizó a principios del siglo XIV en estilo gótico lineal o francogótico. A esta primera etapa, en la que se pintaron la cabecera, los muros y la bóveda del tramo oriental de la nave, le sucedió otra, en una fecha posterior, que se puede situar en los años finales del siglo XV dentro de la corriente naturalista flamenca del último gótico, que supuso la ocultación de la pintura más antigua, posiblemente deteriorada por el paso del tiempo y la humedad. Hoy en día se pueden distinguir las dos fases, pues en algunas zonas se hacen visibles fragmentos de las pinturas primitivas que afloran a la superficie y en otras, como en la cuenca del ábside o en el arco fajón que precede a la nave, no se cubrieron con decoración cuatrocentista. En la bóveda de la capilla mayor se identifican los restos de un Calvario muy estilizado, con el crucificado de tres clavos flanqueado por la Virgen María y San Juan evangelista. Se advierten al fondo los restos de un paisaje urbano (Jerusalén) 194 Comarca de Campo de Belchite con murallas y torres, y otras figuras parcialmente perdidas. Se trata de una obra del gótico lineal o francogótico, de la primera mitad del siglo XIV, perteneciente a la primera etapa. Debajo, en el medio cilindro del ábside, que divide en dos la ventana central de iluminación, se distinguen con dificultad algunas figuras de santos bajo arquerías de medio punto. En el extremo del lado derecho o de la epístola se identifica a un monje de la orden dominica, con hábito blanco, posiblemente Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden dominica (11701221) que fue canonizado en 1234. Y en el lado izquierdo o del evangelio, se reconoce a otro santo, con báculo abacial y hábito negro, posiblemente San Benito de Nursia (c.480-547), abad y fundador. Escena de la Resurrección de los muertos (estilo gótico-lineal) en el arco fajón En el centro de la bóveda de cañón apuntado que cubre el tramo de la nave previo a la cabecera, se distinguen los restos de una Majestas Domini o “Cristo en Majestad” entronizado que bendice con la mano derecha, inscrito en mandorla, al que acompañaban los símbolos de los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan con sus filacterias, de los que solo se conservan los de Lucas y Marcos. Es una imagen grandiosa, de tradición románica, perteneciente a la primera fase decorativa que fue posteriormente repintada. En los muros laterales de la bóveda del Restos de la Majestas Domini, con los símbolos mismo tramo de la nave, cercano al de Lucas y Juan (abajo) presbiterio, es donde se conservan las mejores pinturas, fruto de la segunda fase decorativa efectuada en a finales del siglo XV sobre la decoración original precedente, verosímilmente borrada con el paso del tiempo y la humedad. Se representan escenas de la Vida y Pasión de Cristo según la iconografía tradicional. De las Artes 195 En el muro de la bóveda perteneciente al lado derecho o de la epístola2 la composición en forma de frontal se dispone en dos pisos superpuestos de tres casas cada uno por encima de la ventana. En el piso de arriba, en la primera casa comenzando por la izquierda, se representa el Lavatorio de los pies de Jesús a los apóstoles (Juan, 13, 4-12), suceso que tuvo lugar antes de la fiesta de la Pascua, con Jesús arrodillado ante Simón Pedro al que lava los pies y los demás apóstoles a su alrededor. Escena del Lavatorio de los pies El Beso de Judas (o Prendimiento de Jesús en Getsemaní) En el centro se encuentra la Última Cena (Mateo, 26, 17-29) según la iconografía habitual en la época gótica. Jesús ocupa el centro, detrás de la mesa, y Judas Iscariote, el tesorero desleal del colegio apostólico, figura en primer plano en actitud de robar un pescado de los que hay dispuestos para ser servidos sobre la mesa3. Lleva nimbo, como los demás apóstoles porque todavía no había salido del Cenáculo para efectuar su traición. Jesús bendice con la mano derecha y San Juan evangelista, el discípulo amado del Señor, aparece como dormido sobre la mesa reclinado sobre su pecho. Los demás apóstoles se agrupan a los lados de Cristo con la atención fija en sus palabras y en el gesto. La presencia de tres nuevas figuras en primer término al lado de Judas parecen repintes posteriores. En la tercera y última casa figura el Beso de Judas o Prendimiento de Jesús en Getsemaní (Lucas, 22, 47-48), con acompañamiento de soldados ataviados según la moda de finales del siglo XV. 2 Muro del lado meridional El pez era el símbolo de Jesús, y robar el pez era la manera más gráfica de expresar los malos instintos que Judas ocultaba en su corazón 3 196 Comarca de Campo de Belchite En el piso inferior, en la primera casa comenzando por la izquierda se representa a Jesús conducido ante el Sanedrín presidido por Caifás, entronizado, y soldados que lo acompañan. En el centro se representa la escena de la Flagelación, con dos verdugos que golpean duramente a Jesús con sus flagelos. El suceso tiene lugar en un interior con fondo de arquerías y pavimento de azulejos. Y en la del lado derecho se muestra a Jesús camino del Calvario cargado con la cruz que sostiene Simón de Cirene, hombre que venía del campo y se prestó a ayudarle (Lucas, 23, 26-27). Le sigue una gran muchedumbre del pueblo y de mujeres que se lamentaban con él. La Flagelación En este mismo lado junto a la ventana hay pintada una pareja de profetas, hombres barbados que llevan en sus manos filacterias escritas con sus profecías de difícil lectura por su mal estado de conservación. En el muro de la bóveda perteneciente al lado izquierdo o del evangelio4 se repite el modelo de composición rectangular del lado de la epístola aunque aquí con alguna variante por prolongarse la decoración en altura con una nueva banda decorativa. Allí, en la zona más alta, son cuatro las casas o compartimentos tabicados, de menor tamaño que el resto, en los que Virgen de la leche se han pintado escenas tomadas del Nuevo Testamento, hoy parcialmente perdidas. Se distinguen con dificultad Resurrección de Cristo, Asunción y Pentecostés. Y es posible que la primera se ocupara con la escena del Entierro de Cristo por José de Arimatea y Nicodemo. 4 Muro del lado septentrional De las Artes 197 Debajo hay una composición en forma de retablo de tres calles, de dos pisos las calles laterales y una la central, enmarcadas por motivos geométricos. La escena principal se dedica a la Virgen María entronizada con el Niño Jesús sobre su regazo al que alimenta con su pecho. El Niño sujeta con su mano izquierda un pajarito, símbolo del alma del creyente a la que protege. A los lados hay sendos ángeles con incensarios postrados ante Nuestra Señora. El conjunto se culmina con un arco mitrado de tracería gótica. En la calle lateral izquierda, en el piso de arriba, se representa la Coronación de espinas; escena de interior, con suelo de azulejo. Jesús en pie es coronado por dos sayones amenazadores. En el piso inferior hay una doble escena: Jesús ante Pilatos, que hace ademán de lavarse las manos, y la Negación de Simón Pedro ante la mujer que le reconoce como amigo de Jesús (Marcos, 14, 66-72). Oración en el huerto de Getsemaní En la calle lateral derecha, en el piso superior, se identifica la escena de la Oración en el huerto de Getsemaní, con Jesús arrodillado en oración, acompañado de los apóstoles, y la aparición de un ángel que le confortaba (Lucas, 22, 39-46). La escena correspondiente al piso inferior del mismo lado con la que se cerraba el ciclo dedicado a la Pasión de Cristo es difícil de identificar por su gran deterioro. De estos dos ciclos narrativos representados en los muros de la bóveda que cubre el último tramo de la nave, junto al presbiterio, el mejor conservado es el del lado derecho o de la epístola por coincidir con el muro meridional. Se reconocen colores fuertes como el azul, el rojo, el blanco y el castaño, y los contornos oscuros del dibujo que perfila los cuerpos. Sin embargo, es en el del lado izquierdo o del evangelio, perteneciente al muro septentrional donde afloran a la superficie cabezas pertenecientes a la primera fase de las obras, es decir, al estilo gótico lineal del siglo XIV. En el arco fajón que separa este tramo de la nave con el siguiente que, como los restantes, carece de decoración, se conservan pinturas pertenecientes al estilo gótico lineal o franco-gótico de la primera mitad del siglo XIV. En el intradós hay ángeles arrodillados con candelabros e incensarios, vueltos hacía la cabecera. Y en la rosca exterior del arco, de similar cronología y estilo, se representan escenas superpuestas con la resurrección de los muertos, hombres y mujeres jóvenes desnudos que salen del sepulcro a la llamada de los ángeles para el Juicio Final. 198 Comarca de Campo de Belchite